Tercer episodio de la segunda temporada de The last of us en Max, en el que Ellie y todo el pueblo de Jacksonville asimilan la enorme perdida del anterior episodio y se pone en marcha lo que será la trama de lo que queda de temporada.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
Episodio 3. El camino
Mientras Dina comparte información vital, Ellie se prepara para hablar ante el Consejo. Mientras, cerda de Seattle, un grupo religioso huye de la guerra.
El tercer episodio de The last of us tiene una duración de 55 minutos y ha sido dirigido por Peter Hoar a partir de un guion de Craig Mazin, manteniéndose Neil Druckmanm y Mazin como creadores y showrunners de la serie.
Bella Ramsey cómo Ellie es el centro emocional de este episodio en el que vemos las repercusiones del asesinato de Joel a manos de Abby. Tommy (Gabriel Luna), el hermano de Joel y los amigos de Ellie, Dina (Isabela Merced) y Jesse (Young Mazino) serán también claves en el episodio, como también lo será Catherine O’Hara como la psiquiatra del pueblo de Jacksonville.
Tras el impactante episodio de la semana pasada, esta tercera parte de The last of us vuelve a ser un triunfo total. La muerte de Joel fue devastadora, no solo para Ellie, sino para todo el pueblo de Jacksonville. Y me parece un acierto increíble todo lo que vemos en el episodio, empezando por las fases de duelo que vive Ellie. La interpretación de Bella Ramsey mientras pasa por las cosas de Joel en la que fue su casa es un momento super doloroso de ver, mostrando lo gran actriz que es y transmitiendo la fuerza y el dolor que vive su personaje. Solo tengo admiración por el trabajo de ella Ramsay en esta serie, pero Ellie me parece una gilipollas desagradable la gran mayoría del tiempo. Porque todo el mundo ha sufrido y no se comporta como ella cuando también tendría derecho a hacerlo. Sin embargo, episodios como este me reconcilian completamente con Ellie.
La segunda cosa interesante y super chula en la que aciertan los creadores de la serie es en dar voz a los habitantes del pueblo. Empezando por Tommie que ha perdido a su hermano. Que la serie plantee que todo el pueblo opine como reaccionar contra los asesinos de Joel una vez se descubre que se sabe de dónde vinieron, me parece un acierto. La reunión del consejo y las opiniones que de expresan son necesarias en el momento en que suceden, al igual que La certeza que Ellie irá a buscar venganza da igual lo que se decida. En la reunión vemos un nuevo ejemplo de lo complejas que somos las personas, cuando el único que parece apoyar a Ellie es justo con el que tuvo el encontronazo en fin de año. Estoy muy enfadado de los minutos de la basura que sufrí viendo Andor, pero en el caso de The last of us, todo es importante, todo suma y añade dramatismo e interés.
La tercera pata donde se asienta el éxito de la serie es Dina. Me gusta mucho la validez que Isabela Merced aporta al personaje, una Dina que es order donde Ellie es caos, y aporta la planificación imprescindible para que su viaje pueda tener éxito. La relación de Ellie y Dina me parece muy interesante también, huyendo de las solución fáciles y el sentimentalismo barato, pero sabiendo imprimir la emoción justa en cada momento. De momento son mejores amigas, pero quién sabe lo que puede pasar si Ellie se atreve a abrir su corazón, algo que no tengo claro que vaya a pasar.
El otro elemento que me encanta de The last of us es el ritmo. Este episodio dedica el tiempo justo que merece el duelo por Joel. Por ejemplo el momento de Ellie en el cementerio diciéndole adiós es otro de los momentazos del episodio y quizá de la serie en su conjunto. Pero el episodio no solo es eso, y tengo claro que en otra serie y con otros episios, el capítulo hubiera terminado con Ellie y Dina empezando el viaje. No es el caso en The last of us, ya que Ellie y Dina tienen tiempo de ponerse en marcha y llegar a Seattle justo a tiempo de que los espectadores veamos que se van enfrentar contra un ejército de miembros de los WLFs. Las cosas no pueden pintar peor de cara al siguiente episodio.
Hablando de cosas que importan, en el episodio conocemos a un grupo que intenta escapar de una guerra. Un grupo con fuertes creencias religiosas. Ellie y Dina se encuentran sus cadáveres. ¿Quien lo hizo?¿Fueron los WLFs o hay algo peor en el bosque? Lo que podría ser un detalle que no aporta nada se convierte en una escena llena de dolor cuando vemos al padre y su hija pequeña que acabábamos de conocer muertos. Hay que ser muy buen escritor para mostrar a dos personajes una escena de apenas un par de minutos y conseguir que nos importen y que su muerte sea impactante y tremenda. The last of us consiguen hacerlo todo bien.
Por supuesto, los valores de producción de la serie siguen siendo alucinantes, con una escena como es la llegada a Seattle que muestra la escala del desastre unido con la belleza de que la naturaleza se abra camino a pesar de todo. La música, el sonido y todo lo relativo a la serie me vuela la cabeza.
Qué gran serie es The last of us.
Comparto el trailer de esta segunda temporada de The last of us:
The last of us me parece una barbaridad. Ha conectado con mis gustos completamente. Y viendo el teaser del siguiente episodio, queda claro que nos esperan unos momentos super chungos y dramáticos en los próximos episodios. Estoy súper hypeado.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
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Ya se ha emitido en Max The Penguin, el spin-of de la película The Batman de Matt Reeves que nos trae de vuelta al excelente Colin Farrell como el protagonista Oz Cobb, un criminal de poca monta que aspira a convertirse en el hombre fuerte del crimen de Gotham.
PUNTUACIÓN: 7/10
Miniserie de TV (2024). 1 temporada, 8 episodios. Serie centrada en el personaje de El Pingüino, de la película ‘The Batman’ (2022), interpretado por Colin Farrell.
Matt Reeves consiguió en 2022 un gran éxito de crítica y público con The Batman. Y este éxito provocó que en seguida se empezara a hablar de explotar esta nueva franquicia de Warner con una serie centrada en Oz Cobb PENGUIN, el personaje maravillosamente interpretado por Colin Farrell. Reeves ha sido productor ejecutivo de esta serie de 8 episodios y ha estado muy involucrado en la producción, escritura y contratación de los creativos, aunque oficialmente Lauren LeFranc está acreditada como showrunner de la serie. LeFranc escribe además el primer y último episodio de la serie, teniendo como guionistas del resto de episodios a Erika L. Johnson, Noelle Valdivia, John McCutcheon, Breannah Gibson, Shaye Ogbonna y Nick Towne. Los directores de esta serie han sido Craig Zobel (Mare of Easttown, Westworld, American Gods) en los tres primeros episodios, Helen Shaver (2), Kevin Bray (2) y Jennifer Getzinger. Destacar además que Mike Marino, el diseñador de maquillaje de The Batman, trabaja en la serie mejorando su trabajo en la película. Además, la serie se rodó en localizaciones de Nueva York.
En el reparto tenemos el retorno de Colin Farrell interpretando a Oswald «Oz» Cobb / El Pingüino, el desfigurado ex lugarteniente jefe del difunto jefe del crimen Carmine Falcone que quiere convertirse en un capo criminal por derecho propio. Cristin Milioti interpreta a Sofia Gigante (Falcone), hija de Carmine y presunta asesina en serie psicópata The HangMan que, tras ser liberada del Asilo Arkham, lucha contra Oz por el control del submundo criminal de Gotham City.
Otros actores destacados son Rhenzy Feliz como Victor «Vic» Aguilar, un adolescente sin hogar que se convierte en el chófer y ayudante personal de Oz. Deirdre O’Connell como Francis Cobb, la madre de Oz que padece Parkinson y demencia. Clancy Brown como Salvatore «Sal» Maroni, un jefe de la mafia y narcotraficante cuya operación terminó tras una histórica redada antidroga mencionada en the Batman, en la que Carmine era el informante. Carmen Ejogo interpreta a Eve Karlo, una prostituta y amante de Oz. Por último, Michael Zegen (La maravillosa Sra. Maisel) es Alberto Falcone, hijo de Carmine y hermano de Sofia, que lucha contra la adicción a las drogas y el alcohol.
Empezando por lo muy positivo, Colin Farrell y Cristin Milioti realizan unas interpretaciones magistrales que sobre todo para la actriz puede marcar un antes y un después en su carrera. Digo esto porque Farrell ya es un actor veterano curtido en mil batallas, mientras que Milioti era prácticamente desconocida antes de trabajar en esta serie.
Una cosa interesante de The Penguin es que es una historia de un villano puro, una persona amoral y sociópata que hará lo que sea para conseguir lo que quiere. A costa de mentir, engañar o matar a quien se ponga en su camino o pueda resultar una amenaza. Farrell construye un personaje maravilloso lleno de matices, aunque la mayoría sean los propios de un asesino calculador, nunca un «anti-héroe». El trabajo de Farrell me parece magistral, y me sabría fatal que este asesino sanguinario pueda ser visto como un «héroe del pueblo» por los mismo que dijeron que «Joker es el héroe que necesitamos», de nuevo malinterpretando lo que en realidad pasa en la serie. Porque en la superficie podrá decirse que estamos ante un proletario que decide levantarse frente a los poderosos que llevan dominando Gotham desde hace décadas. Para ello Cobb y su ayudante Vic consiguen que todos los jóvenes de los grupos criminales se unan en lo que puede considerarse una «rebelión de los jóvenes». Sin embargo, en realidad Oz es un egoísta que usa lo que tiene a su disposición, y no dudará en traicionar a esos mismos jóvenes si cambia la dirección del viento. Ver una historia de un villano casi puro, aunque él intente justificar sus actos, resulta refrescante, incluso con los peros en la historia que luego comentaré.
Por otro lado, tenemos a Sofia Falcone, interpretada por Milioti. La hija del capo Carmine Falcone que acaba de salir de Arkham tras pasar allí casi una década tras ser acusada de ser The Hangman, una asesina en serie que mató a numerosas mujeres en Gotham. Sofía era una joven positiva y luminosa que fue traicionada por todos, y tiene muchas cuentas que saldar tras salir a la calle, la mayoría con su propia familia. Milioti construye a una mujer con mucha ira interior y que tras pasar años en la cárcel no permitirá que nadie la diga lo que tiene que hacer. Una mujer que era buena pero que no cometerá el error de ser débil una segunda vez. El personaje de Sofia es super potente y me ha parecido la principal sorpresa de la serie. Porque con Colin Farrell ya se sabía que se iba a salir, pero este personaje es el gran descubrimiento.
Creo que sólo por ver las poderosas interpretaciones de Farrell y Milioti ya merece la pena ver esta serie. Pero al mismo tiempo, creo que Oz Cobb y Sofia Falcone / Gigante son personajes magistrales desde un punto de vista psicológico que consiguen disimular lo floja que es toda la historia que nos cuenta la serie.
Voy a comentar ahora el elefante en la cacharrería. Me parece una gran cagada hacer una serie de Penguin ambientada en Gotham y que Batman no aparezca. Sobre todo pensando que la serie tiene lugar tras la película de Matt Reeves, con una Gotham aún sufriendo los estragos provocados por la inundación de Riddler. Y ni siquiera es un tema de que yo personalmente quería que saliera Robert Pattinson y que no lo haya hecho me ha decepcionado. Es que excepto una mención en el prólogo comentando que Batman está ayudando a las víctimas de la inundación, algo que sucede al final de la película, no vuelve a mencionarse a Batman en toda la serie. Y eso es un problema de continuidad gravísimo, pensando el miedo que los criminales le tienen al comienzo de la película, y la forma en que derrota a Riddler. De forma que los hombres de Cobb regalan drogas en la calle, hay numerosos tiroteos y explosiones sin que nadie se lo impida. Y entiendo que al final la serie se plantea para mostrar cómo Oz se hace con el poder del elemento criminal de Gotham, y de alguna manera la forma en que lo consigue es secundaria. Pero que Batman literalmente haya desaparecido de Gotham durante semanas (¿meses?, si pensamos en lo que tarda en crecer las setas de Oz), desatendiendo la ciudad me parece penoso. A ver cómo lo resuelven, porque ahora mismo Batman es un ausente incompetente en su propia ciudad, no enterándose de nada de lo que sucede. Aunque me da que ni siquiera va a ser mencionado en la película. Para ser un spin-of, la forma en que plantean la continuidad es completamente fallida.
Esto de Batman es un problema narrativo y de continuidad, pero como lo asumí desde el comienzo, en realidad no me supuso ningún problema durante el visionado. Lo que si creo que es un problema es toda la historia de traiciones y engaños de Oz Cobb, que alcanza momentos inverosímiles en varios momentos. Me da la sensación que la showrunner y los guionistas estaban tan concentrados con la construcción psicológica de la pareja protagonista que la parte criminal noir de la serie les daba bastante igual. Y me quedo con la sensación que en Penguin han trabajado escritores que pensaban que no pasa nada si la parte criminal bordea el cliché en demasiadas ocasiones y resulta repetitiva y absurda por momentos, porque los personajes fijarán el interés del espectador. Y en parte es así, pero pensando con mentalidad de «vaso medio vacío», provoca que la serie no sea tan buena como todo el mundo parece pensar en cuanto entras en las redes sociales de absolutos. Y The Penguin está bien, pero ya. Desde luego, muy lejos de ser la mejor serie del año, como muchos fanboys han calificado a la serie, hasta que se estrene la siguiente serie que será para ellos la mejor serie del año.
El personaje de Vic, el chaval que Oz acoge y le hace trabajar como su ayudante, es alguien que siempre parece que está fuera de lugar. Porque en realidad es una buena persona. En la mayoría de momentos parece que se trata de un clásico Holmes para Sherlock, el personaje que permite al protagonista explicar las cosas a los espectadores sin tener que caer en la voz en off. Vic me parece que es un buen personaje y sirve que resaltar la idea clave que Oz es un monstruo, no un héroe del pueblo llano como intenta engañar a la gente de su barrio. La supuesta sorpresa final en realidad no lo es tanto, porque se veía venir que en esta historia las buenas personas no pueden tener un final feliz.
También me gusta la madre de Oz Francis, que nos abre la puerta a conocer la historia de Oz y como incluso siendo niño era un sociópata que sólo pensaba en cómo conseguir lo que quiere pasando por encima de lo que sea. La demencia que sufre provoca que sea un personaje desvalido, y sirve para mostrar el punto flaco de Oz, algo que nadie debe conocer. De nuevo, los personajes son interesantes, aunque lo que hacen realmente no lo sea.
Y en realidad, mi problema principal aparte del plan de Oz (¿Plan, qué plan?) es la historia de Sofia y cómo nos han vuelto a colar un panfleto, al tener a una joven mujer víctima del machismo institucional que la mandó al manicomio de Arkham para tapar los crímenes de su padre Carmine Falcone. Para sorpresa de nadie, Sofía tiene un momento de sororidad con Eve Karlo, la novia prostituta de Oz, porque las mujeres tienen que ayudarse. Y a pesar de ser una Falcone, sus actos en realidad pueden calificarse de venganza justa contra los criminales que la traicionaron, por lo que puede ser calificada como mujer empoderada y la heroina de su propia historia. Dado que The Penguin, como su nombre indica, es la historia del villano Oz Cobb, ella no podía acabar bien, aunque como buena mujer que es, al final su plan no es reinar en Gotham sino abandonar la ciudad para poder vivir su vida sin que nadie la diga lo que tiene que hacer. Y me sabe mal, porque la interpretación de Cristin Milioti es genial y Sofia tiene una cualidad trágica interesante, pero me fastidia ver a un personaje con todos los ticks del feminismo dominante que sirve para resaltar lo malo que es el patriarcado y como la sociedad nunca cree a las mujeres inocentes. Una mujer que sin embargo se levanta por sus propios medios. Como digo, su historia cumple con todos los ticks del feminismo políticamente correcto. ¡Buff!
Y comento lo del inexistente plan de Oz Cobb, que es lo peor de largo de la serie. Porque en realidad no hay ningún plan, a Oz le van pasando cosas y él intenta hacernos creer que es alguien importante cuando no lo es. Y que sabe lo que está haciendo cuando tampoco es así. Pero por suerte para él todo parece que se alinea para que siempre se salga con la suya. Y en las historias de gangsters también hay un hueco para las casualidades y los momentos de suerte, pero en The Penguin esto lo lleva a una escala increíble al encontrarnos con momentos de estos en TODOS los episodios. Aparte, tampoco llegué a creerme a las familias mafiosas, sudaban clichés por los cuatro costados. En positivo, la serie empieza con una escena super potente que consiguió engancharme. Pero las casualidades y las situaciones resueltas de forma un poco bochornosas se empiezan a acumular a medida que van pasando los episodios. Hasta el punto de entender que igual la historia no es tan buena como el atractivo envoltorio nos quiere hacer creer.
Y me hace gracia que Matt Reeves comenta que no quiere personajes con super poderes porque prefiere que su historia sean más «realista». Pero no es que The Penguin no sea realista, es que en muchos momentos ni siquiera es verosímil. Como por ejemplo cuando los Falcone y los Maroni ponen precio a la cabeza de Oz y él se pasea por Gotham como si fuera el salón de su casa. Y este es un ejemplo, pero cosas como esta las hay a montones. Y no son cosas realmente graves, pero si conveniencias y casualidades y algunas chorradas que provocaban que el visionado no fuera lo satisfactorio que me gustaría.
Esta parte me está quedando un pelín negativa, aunque lo escribo como lo siento. Dicho esto, en realidad creo que sólo por las interpretaciones del reparto (escuchar a Farrell en la versión original es una pasada) hace que merezca la pena ver The Penguin.
Comparto el trailer de esta serie:
The Penguin está bien, pero no está tan bien. Aunque igual ha sido víctima de unas expectativas imposibles y un fandom exageradísimo en las redes sociales.
PUNTUACIÓN: 7/10
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La segunda temporada de La Casa del Dragón ya es historia en Max, por lo que ya puedo compartir mis impresiones de esta serie spin-of / precuela de Juego de Tronos.
PUNTUACIÓN: 7/10
La serie transcurre 200 años antes de los eventos ocurridos en Juego de Tronos y cuenta la épica historia de la casa Targaryen.
George R.R. Martin estuvo super implicado en la creación de esta serie, que ha sido creada por él, el guionista Ryan Condal y el director Miguel Sapochnik, director de alguno de los mejores episodios de Juego de Tronos. Condal es el showrunner de esta segunda temporada de ocho episodios, y ha escrito el primero y el cuarto episodio de esta temporada. Otros guionistas son Sara Hess, David Hancock, Ti Mikkel y Eileen Shim. En la dirección Alan Taylor, director super asociado al mundo de Juego de Tronos ha realizado el primer y el cuarto episodio de esta temporada. Clare Kilner, Geeta Vasant Patel, Andrij Parekh y Loni Peristere son los otros directores de la serie. El músico Ramin Djawadi vuelve también con la icónica melodía original.
Dentro del reparto encontramos a Emma D’Arcy como la Reina Rhaenyra Targaryen: Hija y heredera del Rey Viserys I Targaryen, primogénita y única superviviente de Viserys y su primera esposa, la Reina Aemma Arryn. Tras la muerte de su padre es coronada reina por sus partidarios, los «Negros», después de que su hermanastro usurpara el trono. Es una jinete de dragones que monta al dragón Syrax. Olivia Cooke interpreta a la Reina viuda Alicent Hightower: Compañera de infancia y mejor amiga de la princesa Rhaenyra Targaryen, y más tarde segunda esposa y reina consorte del rey Viserys I Targaryen. Alicent promueve el ascenso al trono de su hijo el Príncipe / Rey Aegon II Targaryen (Tom Glynn-Carney), lo que provoca la guerra abierta entre ambas facciones.
Matt Smith es el Príncipe Daemon Targaryen, el hermano menor del Rey Viserys I Targaryen y tío / marido de la Princesa Rhaenyra Targaryen. Daemon es un guerrero feroz y empuña la espada de acero valyrio Hermana Oscura. Es un experimentado jinete de dragones que monta al dragón Caraxes, también conocido como el «Wyrm de Sangre». Rhys Ifans es Sir Otto Hightower: El padre de la Reina Alicent Hightower y la Mano del Rey del pequeño consejo del Rey Viserys I Targaryen y continúa manteniendo su posición bajo el Rey Aegon II Targaryen. Cuando su hija se convirtió en reina, comenzó a conspirar para poner a su hijo mayor Aegon en el Trono de Hierro, en lugar de Rhaenyra, cosa que consiguió. Steve Toussaint es Lord Corlys Velaryon: El Señor de Driftmark y jefe de la Casa Velaryon, una de las familias más ricas y poderosas de los Siete Reinos. Conocido como «la Serpiente Marina», es el marino más famoso de la historia de Poniente. Eve Best como la Princesa Rhaenys Targaryen: Prima mayor de Viserys y Daemon y esposa de Lord Corlys Velaryon. Rhaenys es la única hija del Príncipe Aemon Targaryen, el difunto heredero e hijo mayor del Rey Jaehaerys I Targaryen, y de Jocelyn Baratheon, hermanastra de Jaehaerys.
La casa del dragón ha confirmado en su segunda temporada que es uno de los máximos entretenimientos de la televisión actual, aunque también tiene sus zonas grises que son más cuestionables. Empezando por los aspectos positivos, el marketing de HBO planteando que los espectadores pudieran elegir entre #TeamGreen o #TeamBlack en función de si apoyábamos a Rhaenyra o Alicent sirvió para resaltar uno de los aspectos más positivos de la primera temporada, que es que ambas creían tener razón, lo que alejaba la historia de la típica historia de buenos contra malos. Otro aspecto positivo de La casa del dragón es que los actores ya han hecho suyos a los personajes que interpretan, o los espectadores ya les tenemos cogidos el tranquillo, y los personajes transmiten el carisma que necesitan. Rhaenyra y Alicent siguen siendo unas protagonistas morales que actúan según lo que creen es correcto, con Alicent llevándose un golpe de realidad al descubrir que sus hijos igual no son los adecuados para el trono, mientras que Sir Cole va a quedar traumatizado tras ser testigo del combate de dragones que diezmó a su ejército. Hay muchos personajes y la mayoría tienen un detalle que les convierte en interesantes. Por ejemplo, la escena de Alyn de Hull, en el que se enfrenta a su padre Corlys Velaryon tras años de ignorarle por ser bastardo, me parece un escenón espectacular. Y como ese hay muchísimos momentos, como los de Mysaria, la consejera de Rhaenyra, o Larys Strong, consejero de Aemond.
El gran momento de la serie ha sido el episodio 4 en el que por fin tuvimos el combate de dragones que llevábamos anticipando desde la primera temporada. El combate es brutal y puede ser de lo mejor que se ha visto en toda la serie, y en la televisión de 2024. Una serie que ya nos dejó de forma anticlimática la temporada pasada que anticipó una guerra que no llegó a suceder. Aparte de lo brutal del combate de Aemond Targaryen montando al dragón Vhagar contra la Princesa Rhaenys, que además deja quemado y muy malherido a su hermano el Rey Aegon II, el combate tiene añade un factor fundamental para la serie: Cuando los dragones luchan, es como si se lanzara una bomba nuclear. Los soldados de Sir Cole mueren calcinados y las muertes se cuentan por centenares si no miles. Que empiece la guerra de dragones sólo anticipa la destrucción mutua asegurada en la que seguro será el pueblo llano el que pagará el precio. Y ese es el gran drama que Rhaenyra sabe e intenta evitar a toda costa, hasta que se queda sin opciones.
El otro elemento que me ha gustado mucho es el uso que la serie guarda para la gente corriente. Por un lado, el pueblo de Desembarco del Rey está a punto de rebelarse contra el regente Aemond al que le da igual si su pueblo se muere de hambre. Y sobre todo, ver a hijos bastardos de los Targaryen dominando a varios dragones controlados por Rhaenyra, rompiendo el factor de que los jinetes de dragones deben ser «nobles», me parece una idea super interesante. Unido a que no tengo claro qué harán estos jinetes cuando de verdad tengan que entrar en combate.
La duración de ocho episodios me parece adecuada con lo visto en esta segunda temporada, y me gusta que haya aumentado el metraje de los dragones en esta segunda temporada. En el apartado técnico, el diseño de producción, las localizaciones (entre ellas el casco histórico de Cáceres), el empleo de extras y los efectos especiales me parece que lucen increíblemente en esta serie. Dentro de las cosas positivas, La casa del dragón ofrece el entretenimiento que promete, y la verdad es que me ha dejado (con matices) con ganas de más. Por cierto, HBO ha confirmado que va a producir las 2 próximas temporadas de La casa del dragón para que la historia pueda contarse con la extensión que George R.R. Martin comentó que necesitaría la serie cuando estaba promocionando el estreno de la primera temporada. Algo por lo que los espectadores sin duda tenemos que alegrarnos.
Dentro que la serie me ha gustado y seguro veré la tercera temporada, hay bastante cosas que comentar que son cuestionables. Empezando por el mismo final de la temporada, planteado como un trailer de lo que está por venir y que vuelve a dejarnos con la sensación que ya tuve en la primera temporada: Excepto el cuarto episodio que es realmente espectacular y dramático, todos los episodios de esta segunda temporada han vuelto a dejarme con la sensación de vendernos la idea de «vuelve la semana que viene, que ese episodio será el bueno». De hecho, todo el final de la temporada es precisamente ese: «No te hemos mostrado las batallas que hemos sugerido, pero vuelve que a la próxima igual si». Y esta sensación de anticlimax en realidad no es buena, porque es la segunda vez que la serie nos hace lo mismo.
Cuando vi el espectacular cuarto episodio tuve claro que esa iba a ser la única batalla que veriamos en toda la temporada. Por supuesto en ese momento podía haberme equivocado, pero las emisiones posteriores han acabado dándome la razón. Ya sea por motivos presupuestarios, que seguro ha sido un factor, o por la propia narrativa a fuego lento que plantean los creadores, el resultado es una serie descompensada que nos ha ofrecido lo mejor en la mitad y ha ido cuesta abajo a partir de ahí. A esto hay que añadir que los medios americanos comentan que el rodaje de la tercera temporada comenzará a primeros de 2025, por lo que entiendo que estamos ante un estreno en 2026. Esto significa que prácticamente van a volver transcurrir los casi dos años que pasaron entre las temporadas 1 y 2. Y esto es muchísimo tiempo pensando en el coitus interruptus que nos está ofreciendo la serie. En este momento me acuerdo que la serie se redujo de 10 episodios a 8, y en condiciones normales esos dos episodios que nos han «robado», de nuevo no se si por tema presupuestario, narrativo o una combinación de los dos, son los que tendrían que habernos dado el climax que la historia precisaba.
El otro gran problema de la temporada ha sido todo el arco de Daemon Targaryen en Harrenhal, el centro de las Riverlands y castillo clave para el desarrollo de la guerra. Daemon se pasa casi la totalidad de su tiempo sufriendo visiones que se convirtieron en los verdaderos «minutos de la basura» de la serie. Que al final todo ello le lleve a ver la visión de lo que se profetiza en La Canción de Hielo y Fuego y le lleve a jurar lealtad a Rhaenyra es un final que puede ser lógico, pero que no oculta lo alargado y sin interés que fue su participación esta temporada. Dicho esto, Rhaenyra obtiene la lealtad de los señores de Riverlands y se ha hecho con tres nuevos jinetes de dragones, por lo que lo que el equilibrio de fuerzas parece que se ha decantado a su favor. El tamaño de Vhagar, sin embargo, hace que no se pueda descartar alguna nueva matanza de Aemond.
Hablaba del acierto de marketing del Team Green / Team Black. Sin embargo, narrativamente, esto no es así. Desde el primer momento los espectadores sabemos que el Rey Viserys quería que su hija Rhaenyra reinara, aunque dio la opción a Alicent de malinterpretar su repetición de la Canción de Hielo y Fuego. Este desequilibro se va agravado por la incompetencia de los hijos de Alicent, que hace que el espectador desee que ganen los Verdes de Rhaenyra. Primero con el incompetente Aegon II y después con la crueldad de Aemond montando a Vhagar. A todo esto, ya no sorprende que la serie plantee que todas las mujeres son personas morales y «buenas», mientras que los hombres son los que muestran todas las cualidades negativas posibles.
En realidad la serie me ha gustado. Pero tengo claro que La casa del dragón NO está al mismo nivel que Juego de Tronos, empezando por la menor complejidad al tener sólo dos tramas (tres si contamos el decepcionante arco de Daemon) frente a las múltiples localizaciones y personajes de Juego de Tronos. Tampoco los personajes son igual de memorables, en especial sus virtuosos y poco complejos personajes femeninos. Sin embargo, yo sabía todo esto y lo acepto sin problemas. Porque en realidad, como he comentado, la serie me entretiene muchísimo, a pesar de la constante sensación de trailer de lo que está por venir y su excesivo ritmo expositivo y anticlimático.
Comparto el trailer de esta temporada:
La segunda temporada de La casa del dragón confirma que es una buena serie de televisión con una narrativa que como mínimo debe ser calificada de cuestionable.
PUNTUACIÓN: 7/10
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Aprovechando mi suscripción a Max he disfrutado muchísimo El simpatizante, serie creada por Park Chan-wook (Old boy, The handmaiden, Stoker) con un pletórico Robert Downey Jr. realizando múltiples papeles.
PUNTUACIÓN: 8/10
Miniserie de TV (2024). 7 episodios. Un thriller de espionaje y una sátira intercultural sobre las luchas de un espía comunista mitad francés, mitad vietnamita durante los últimos días de la Guerra de Vietnam y su exilio resultante en los Estados Unidos. Adaptación de la novela ganadora del Pulitzer. (FILMAFFINITY)
The Sympathizer es una miniserie histórica de comedia negra basada en la novela homónima de Viet Thanh Nguyen, ganadora del Premio Pulitzer en 2015. La serie fue creada por Park Chan-wook (Old boy, The handmaiden, Stoker) y Don McKellar, con Robert Downey Jr. como productor ejecutivo. Chan-Wook dirige tres de los siete episodios de la serie, con Fernando Meirelles dirigiento uno y Marc Munden lo otros tres. Jo Yeong-wook realiza la música
Hoa Xuande como el Capitán, un capitán de policía de Saigón que es en secreto un espía comunista del Norte. Robert Downey Jr. aparece en varios papeles, entre ellos (por orden de aparición): Claude, un agente de la CIA que sirve de mentor al Capitán, el Profesor Robert Hammer, el orientalista profesor de posgrado del Capitán, Ned Godwin, un congresista del sur de California que intenta atraer a la población local vietnamita-americana, Niko Damianos, un cineasta de autor que realiza una película sobre la guerra de Vietnam, inspirado en Francis Ford Coppola y John Landis y El Cura que es el padre del Capitán.
Toan Le como el General (Trọng), un general vietnamita del sur de alto rango al que sirve el Capitán, Fred Nguyen Khan como Bốn, el mejor amigo de la infancia del Capitán, Duy Nguyễn como Mẫn, el otro amigo de la infancia del Capitán y su controlador para el ejército vietnamita, Vy Le como Lana, la hija del General y el interés amoroso del Capitán, Ky Duyen como Madame, la esposa del General y Sandra Oh como Ms. Sofia Mori, una secretaria japonesa-americana que entabla una relación sexual con el Capitán.
El simpatizante me ha sorprendido y me ha parecido super divertida. Lo primero a comentar es que El simpatizante es un nuevo ejemplo de la moda actual del entretenimiento americano con series en las que mayoritariamente NO se utiliza la lengua inglesa. Lo vimos en Shogun hace un par de meses, y actualmente en Max tenemos este El simpatizante en lengua vietnamita y la segunda temporada de Tokyo Vice en japonés.
El simpatizante es una historia con múltiples capas, empezando por una parte de lección de historia al ambientarle durante la guerra de Vietnam y después con la vida de los vietnamitas que emigraron a los Estados Unidos. El giro y lo interesante de la historia es que el protagonista sin nombre, que es además el narrador de la historia, es un espía norvietnamita que está infiltrado en las fuerzas proamericanas de Vietnam del Sur. El Capitán es hijo de una vietnamita y un francés, y pasó su juventud estudiando en Estados Unidos, siendo un recurso valioso para la CIA sin que ellos sepan que es un comunista convencido y un doble agente. Con la pérdida de la guerra, el Capitán se desplaza a los Estados Unidos como ayudante del general vietnamita, con lo que tendrá el doble trabajo de informar de las actividades de los emigrantes e intentar evitar cualquier acto dirigido a organizar un contraataque contra los comunistas vietnamitas.
La serie está contada a modo de flashback, con un narrador que contar su historia a un oficial de la Vietnam comunista que le mantiene preso, probablemente porque no se crea que es un agente doble. La historia tiene el acierto de transmitir un tono de humor un poco cínico a lo largo de toda la serie, sobre todo para reflejar la prepotencia de los americanos, una sociedad que se cree superior a los «atrasados» vietnamitas que necesitan ser educados, sobre todo en democracia.
El origen mestizo del Capitán permite a la serie analizar lo que significa pertenecer a un grupo étnico cuando todo el mundo se empeña en destacar tu diferencia. «No eres la mitad de nada, eres el doble de todo» era lo que le decía su madre para que no se siena menos que nadie. Y sin embargo, el protagonista no deja de sentirse un extraño respecto a los demás. Para los americanos siempre será un extranjero, aunque el 50% sea occidental. Pero aunque él se vea como un comunista de corazón, para los comunistas es alguien contaminado por la vida occidental que ya no puede volver a ser un ciudadano puro.
Aparte de lo interesante que es la historia del protagonista, el elemento distintivo de la serie es la quintuple interpretación de Robert Downey Jr. en una serie que parece planteada para su lucimiento. En este sentido se entiende que Downey Jr sea el productor ejecutivo. Y su interpretación me parece que está muy bien, con acentos y manierismos muy diferentes entre si. En todo caso, diría que hay un toque de humor negro en muchos de estos personajes, desde el agente de la CIA que no es tan listo como cree. al tener a un espía bajo su ala. También destaca el profesor universitario que dice ser un experto en historia y cultura oriental pero no deja más que relucir su racismo sobre los que piensan que son gente inferior.
Además de analizar lo que significa ser un emigrante, hay una sensación episódica en la serie ante diferentes situaciones que vive el protagonista. En especial me ha gustado el especial en el que vemos un rodaje de una película bélica ambientada en Vietnam. Un rodaje con un montón de momentos super divertidos y con un director también interpretado por Downey Jr. en que parece que se están riendo de los «directores – autores», quien sabe si dirigido hacia Francis Ford Coppola u Oliver Stone. Rodar una película que dice busca dar voz a los vietnamitas pero én la que ningún vietnamita tiene ninguna línea de diálogo, hasta que el protagonista le hace ver, es un ejemplo de la hipocresía américana. También es muy gracioso el personaje del capitán americano interpretado por David Duchovny, que vive el personaje que interpreta y se cree el personaje durante todo el rodaje, crea situaciones también muy divertidas que también parece reirse de estos supuestos «artistas» que actuaban de forma abusiva hacia sus compañeros de rodaje.
La duración de 7 episodios me ha parecido perfecta para una historia que no tiene soluciones fáciles. El protagonista también se comporta de forma poco éticas, actuando como piensa que querrían sus superiores comunistas y haciendo lo que haga falta para mantener el secreto de su identidad de espía. Esto resalta que no hay buenos o malos, sino personas complejas que sólo intentan sobrevivir.
Junto al protagonista y Downey Jr., los personajes secundarios vietnamitas me han gustado, en especial el General que destaca por su paranoia y que no llego a saber si es un corrupto que se queda con el dinero de la sociedad vietnamita en el exilio. También me gusta la hija del General que intenta vivir su vida, Bốn, el mejor amigo de la infancia del Capitán, o Ms. Sofia Mori, la secretaria japonesa-americana del Profesor Robert Hammer que entabla una relación con el Capitán.
La serie plantea un importante giro en el último episodio en el que el Capitán consigue su sueño de volver a Vietnam para descubrir que las cosas no son como a él le gustarían, aparte de descubrir los secretos y pecados del pasado del Capitán que le atormentan, una parte que rompe el tono de humor negro previo y que se pone mortalmente seria.
En resumen, me ha gustado mucho El simpatizante, me ha dado muchas cosas y todas ellas buenas. Todo ello con una historia que en la forma en que está contada consiguió atraparme. Si estás suscrito a Max, no te la puedes perder.
Comparto el trailer de esta serie:
El simpatizante me ha encantado. Una serie con toques de historia, humor y situaciones peculiares que me ha atrapado de principio a fin.
PUNTUACIÓN: 8/10
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La segunda temporada de La casa del dragón en MAX llega a su ecuador y lo hace con el combate de dragones que todos estábamos esperando. Hoy comento mis impresiones de lo visto hasta ahora.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
ARTÍCULO CON SPOILERS
Episodio 2. Rhaenyra la Cruel.
Mientras Otto traza un plan para que el pueblo se ponga en contra de ella, Rhaenyra cuestiona la lealtad de Daemon.
Episodio 3. El molino ardiente.
Tras el resurgir de antiguas rivalidades, Rhaenys sugiere contención mientras Daemon llega a Harrenhaal para formar el ejército de los Negros.
Episodio 4. El dragón rojo y el dorado
En ausencia de Rhaenyra y Daemon, Rhaenys intenta calmar al Consejo Negro mientras Cole organiza su campaña en Nido de Cuervos.
George R.R. Martin estuvo super implicado en la creación de esta serie, que ha sido creada por él, el guionista Ryan Condal y el director Miguel Sapochnik, director de alguno de los mejores episodios de Juego de Tronos. Condal es el showrunner de esta segunda temporada y ha escrito el cuarto episodio que se ha emitido esta semana, un capítulo dirigido por Alan Taylor, director también super asociado al mundo de Juego de Tronos y que dirigió el primer episodio de esta temporada. El segundo episodio fue dirigido por Clare Kilner y cuenta con guion de Sara Hess, mientras que el tercero fue dirigido por Geeta Vasant Patel con guion de David Hancock. El músico Ramin Djawadi vuelve también con la icónica melodía original.
Dentro del reparto encontramos a Emma D’Arcy como la Reina Rhaenyra Targaryen: Hija y heredera del Rey Viserys I Targaryen, primogénita y única superviviente de Viserys y su primera esposa, la Reina Aemma Arryn. Tras la muerte de su padre es coronada reina por sus partidarios, los «Negros», después de que su hermanastro usurpara el trono. Es una jinete de dragones que monta al dragón Syrax. Olivia Cooke interpreta a la Reina viuda Alicent Hightower: Compañera de infancia y mejor amiga de la princesa Rhaenyra Targaryen, y más tarde segunda esposa y reina consorte del rey Viserys I Targaryen. Alicent promueve el ascenso al trono de su hijo el Príncipe / Rey Aegon II Targaryen (Tom Glynn-Carney), lo que provoca la guerra abierta entre ambas facciones.
Matt Smith es el Príncipe Daemon Targaryen, el hermano menor del Rey Viserys I Targaryen y tío / marido de la Princesa Rhaenyra Targaryen. Daemon es un guerrero feroz y empuña la espada de acero valyrio Hermana Oscura. Es un experimentado jinete de dragones que monta al dragón Caraxes, también conocido como el «Wyrm de Sangre». Rhys Ifans es Sir Otto Hightower: El padre de la Reina Alicent Hightower y la Mano del Rey del pequeño consejo del Rey Viserys I Targaryen y continúa manteniendo su posición bajo el Rey Aegon II Targaryen. Cuando su hija se convirtió en reina, comenzó a conspirar para poner a su hijo mayor Aegon en el Trono de Hierro, en lugar de Rhaenyra, cosa que consiguió. Steve Toussaint es Lord Corlys Velaryon: El Señor de Driftmark y jefe de la Casa Velaryon, una de las familias más ricas y poderosas de los Siete Reinos. Conocido como «la Serpiente Marina», es el marino más famoso de la historia de Poniente. Eve Best como la Princesa Rhaenys Targaryen: Prima mayor de Viserys y Daemon y esposa de Lord Corlys Velaryon. Rhaenys es la única hija del Príncipe Aemon Targaryen, el difunto heredero e hijo mayor del Rey Jaehaerys I Targaryen, y de Jocelyn Baratheon, hermanastra de Jaehaerys.
El primer episodio de la segunda temporada de La casa del dragón me gustó bastante, sobre todo en la parte de recordarme de forma modélica donde se encontraba cada personaje de las casas enfrentadas Targaryen y Hightower. El episodio terminó además en lo más alto, al contratar Daemon Targaryen a unos asesinos en Desembarco del Rey para matar a Aemond, como venganza por matar a Lucerys Targaryen al final de la primera temporada. Al no poder encontrar a Aemond, los asesinos cortan cabeza del heredero al trono Jaehaerys, hijo pequeño de Aegon. Con esto, la guerra parecía que estaba servida y ahora si era inevitable.
Pero La casa del dragón NO es Juego de Tronos. Sus tramas no avanzan a la misma velocidad, y asumir esta realidad es fundamental si se quiere disfrutar de esta seria. Tras un buen arranque de temporada la serie se pasó los dos episodios (y medio) siguientes a preparar el climax del cuarto episodio en el que por fin estalla la guerra y los dragones entran en acción. Tras el velatorio de Jaehaerys en Desembarco del Rey y que Rhaenyra le dijera a su tío y consorte Daemon que no confía en él por la forma en que realiza sus planes sin consultarla, la serie emplea su tiempo para mostrarnos la toma de Daemon de Harrenhaal, fortaleza clave para controlar la región de Riverlands, simplemente apareciendo por allí con su dragón. Y mientras Sir Cole dirige las fuerzas de Desembarco del Rey hacia Riverlands, Rhaenyra emprende un viaje en secreto a Desembarco para intentar hablar con Alicent para intentar convencerla para llegar a un acuerdo que evite la guerra. Un acuerdo imposible porque ninguna está dispuesta a renunciar al trono, a pesar que Rhaenyra entiende de donde vino la confusión que provocó que Alicent creyera que el difunto Rey Viserys quería que su hijo reinara y no ella. Al final del tercer episodio, parecía que ahora si, la guerra era inevitable.
Una sensación que me dejó durante toda la primera temporada La Casa del Dragón era que estando bien, transmitía la idea que el episodio realmente bueno donde la situación estallará definitivamente será el siguiente, algo que nunca llegaba. De alguna manera, esta sensación se repitió en los tres primeros episodios de esta segunda temporada. Unos episodios que estaban bien pero sugerían que lo mejor se dejaba para más adelante. Sin embargo, por fin el climax de este cuarto episodio con la guerra abierta entre dragones SI nos ha dado el espectáculo que al menos yo pido a una serie de estas características. Acepto la narrativa pausada que ha planteado el showrunner Ryan Condal, pero creo que ellos mismos sabían que tenían que darle un empujón a la serie en este cuarto episodio o cabía la posibilidad que algunos tele-espectadores desconectaran ante la falta de sucesos «potentes». Y creo que es un acierto, porque nos ha dado momentos que recordaremos y que posiblemente estarán entre los mejores de toda la serie.
Rhaenyra sabía que cuando los dragones luchan quien pierde es el pueblo, y si algo hace bien este episodio es mostrar esto, al ser una masacre para las tropas de Sir Cole en tierra, pero también para los ocupantes de Rook’s Rest, la fortaleza que buscaba conquistar Cole para aislar Harrenhaal. Me gusta mucho que en realidad todo el combate era una trampa para atraer a un dragón de Dragonstone al combate, para que sea sorprendido y masacrado por Aemond que cabalga a Vhagar, el mayor dragón vivo y el más poderoso. Y la verdad es que el plan les hubiera funcionado perfectamente si no fuera porque un borracho Rey Aegon cabalga a su dragón Sunfyre porque no soporta la inactividad del trono. Aegon entra en combate con la Princesa Rhaenys, que cabalga a Meleys, siendo derrotado y quien sabe si habrá muerto. Pero lo verdaderamente bueno viene con el desequilibrado combate entre Vhagar y Meleys, que acaba de forma dramática.
Y aunque Aemond acaba victorioso, no puede decirse que el combate sea una gran victoria para las fuerzas Verdes de Desembarco del Rey, pensando que el ejercito de Cole ha sufrido bajas castastróficas. Una pérdidas que sin embargo no le impiden tomar Rook´s Nest, ya que al morir el dragón Meleys, cae sobre el castillo y casi lo destruye. Los Negros de Dragonstone han sufrido una gran pérdida con la muerte de la princesa Rhaenys, pero están muy lejos de estar derrotados tras este primer combate entre dragones. Lo que si es una evidencia es que la guerra de dragones puede causar una destrucción nunca antes vista, y ya veremos cuanta gente queda con vida cuando la guerra finalice.
Dentro de la narración pausada, la trama de Daemon Targaryen en Harrenhaal es de momento la menos interesante a mucha distancia de las demás. De hecho, parecen unos minutos de la basura que evitan que la serie se ponga con lo que realmente nos interesa. Por la parte de las princesas, Rhaenyra, Alicent o Rhaenys continúan con sus roles centrales de la serie. Me fastidia un poco que fruto de los tiempos actuales, todas las mujeres de la series son seres morales que buscan el bien del reino, mientras que los hombres sean los mezquinos que se dejan llevar por sus pasiones y deseos. Y acepto que los personajes son los que son, pero no tener a un personaje ambiguo como Cersey, que era egoísta cuando no abiertamente malvada, pero al mismo tiempo todo lo hacía por defender a su familia, me parece que hace que las protagonistas sean menos interesantes de lo que hubieran podido ser. En todo caso, entiendo que parte de la gracia de la historia está en que ambas princesas tienen una parte de razón en su pretensión al trono. La campaña de promoción de la serie pidiendo a los espectadores que expresaran si eran #TeamGreen (los Hightower de Alicent en Desembarco del Rey) o #TeamBlack (los Targaryen dirigidos por Rhaenyra en Dragonstone) me parece un éxito y resalta que la historia no se plantea en términos clásicos de que un bando es el malo y el otro es el malo.
El diseño de producción de la serie me parece sobresaliente, pero en este cuarto episodio el nivel se ha elevado al nivel de los episodios ocho de Juego de Tronos. Este episodio me ha parecido una pasada y no le puedo poner ningún pero a lo que acabo de ver. El pero puede estar en el hecho que creo que este va a ser el único gran momento de combate de dragones de esta segunda temporada, que volvería a la narración pausada previa. Espero equivocarme, pero el hecho que Alan Taylor se encargue de estos episodios más complejos y ya no vaya a dirigir ningún episodio esta temporada es otro elemento que sugiere esto. y que no haya combates entre dragones no significa que la serie vaya a estar mal, sino que no llegará al pico de fuerza que tuvimos en este.
Aunque le puedo poner algún pero a lo que está por venir, en realidad el cuarto episodio me dio justo lo que llevaba demandando casi desde el principio de la serie. Entiendo la forma en que se ha construido la tensión narrativa esta segunda temporada para que explotara en este cuarto episodio. Ahora sólo queda esperar que el resto de la temporada mantenga este mismo nivel.
Comparto el trailer de esta segunda temporada:
La casa del dragón está ofreciendo el entretenimiento que se espera de la principal franquicia de HBO. Esperemos que el resto de la temporada esté al nivel de lo visto en el cuarto episodio.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
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