Termina la etapa de J. Michael Straczynski en Capitán América con una última historia en tres partes en la que el guionista reúne a sus 3 personajes fetiches en Marvel: Spiderman, Thor y el Capi. Analizo los dos últimos números dibujados por Jesús Saiz y Carlos Magno con color de Matt Hollingsworth y Espen Grundetjern.
PUNTUACIÓN: 5/10
¡Los nuevos Tres Guerreros! J. Michael Straczynski vuelve a escribir a Thor y Spiderman.
La segunda parte de la aventura que reúne a los héroes clásicos Marvel de J. Michael Straczynski, Thor y Spiderman, con el Capitán América. Los tres han acabado en Broxton, una ciudad en ruinas y motivo de vergüenza para Thor. Lo que encuentren allí puede resultar demasiado terrible incluso para ellos.
La etapa de J. Michael Straczynski ha terminado de forma anticlimática. Y es que parece que ante la tesitura de tener que escribir si última historia en la colección de Capitán América ha pesado más la posibilidad de reparar lo que para él era una injusticia cometida contra una de sus tramas pasadas. Straczynski estableció que Asgard apareció encima del pueblo de Broxton. Con el paso de los meses y años y la marcha de Straczynski de Marvel, otros autores decidieron arrasar el pueblo. Esto no le sentó nada bien a J. Michael, que como digo ha decidido revertir esta situación en cuanto ha tenido la oportunidad. Como estamos en el Universo Marvel, nunca se dirá que algo no sucedió, sino que se tiene que buscar una historia que permita revertir la situación, que es justo lo que hace Straczynski. La excusa que se inventa para recuperar el Broxton congelado tiene sentido (dentro de la lógica marvelita, claro), y el final consigue tener sus gotas de épica y emoción en las figuras del mortal Bill y su amada asgardiana Kelda.
Además, Straczynski aprovecha la última página para hacer un bonito alegato sobre la importancia de que los vecinos cuiden unos de otros para ayudar a que la comunidad cure sus heridas y resuelva sus problemas. Una vecindad que no se debe limitar a un pueblo o una ciudad sino que debería llegar a toda América. O incluso a todo el mundo. Esto me parece una intención que conecta con el ADN de Steve Rogers y que explica la naturaleza desinteresada del Capitán América. Dentro de ser un final correcto, no oculta la decepción que se me queda con una etapa que comenzó super bien y que se fue desinflando a medida que pasaron los meses.
Hace dos meses publiqué la reseña de Capitán América 14, la primera parte de esta historia de los 3 guerreros, para criticar el inadecuado dibujo de Carlos Magno, que me rompió la cabeza para mal. Los dos últimos números de Capitán América han sido dibujados por Jesús Saiz con color de Matt Hollingsworth en el número 15 y por Carlos Magno con Espen Grundetjern en el 16. Normalmente me gusta el dibujo de Jesús Saiz. Pero que dibuje únicamente el número 15 cuando Magno ha dibujado el 14 y el 16 es como meter el dedo en la llaga de lo que hubiera podido ser y no fue. Qué pena todo.
Se que estas quejas no sirven de nada, pero duele ver como una colección como Capitán América no importa nada a los editores de Marvel y es maltratada repetidamente por ellos. Como la colección va a cerrar, qué más da que pongamos a dibujantes que son un huevo y una castaña, alternándolos para que sus estilos choquen más si es posible. Es lamentable. Casi peor es el hecho que yo haya pagado por un comic que claramente no le interesa a Marvel y son capaces de maltratarlo de esta manera. Un arco de tres números debería ser dibujado obligatoriamente por un único dibujante.Que no suceda es una mala gestión del editor, siempre que éste tuviera ética o respeto por los dibujantes, cosa que claramente no sucede en Marvel. Y si la cuestión es que quieres dar trabajo a los dos artistas, la solución no es alternarles en números consecutivos, es plantear que cada dibujante dibuje un arco completo. Se puede hacer, en el Brand New Day de Spiderman se consiguió y el comic era quincenal. Que menos que hacer igual en una serie mensual. Lo que pasa es que no hay voluntad, en el fondo para la nueva Marvel los artistas son secundarios e intercambiables, así que ¿para qué complicarse de esa manera?
Carlos Magmo puede ser capaz de dibujar páginas resultonas como la doble splash-page del número 16. Pero no sabe narrar una coreografía de acción, limitándose a plantear imágenes estáticas sin conexión entre ellas. Además, la forma en que dibuja a los protagonistas feos en la página, con escorzos extraños y con sombras desfavorecedoras, me deja perplejo y me hace preguntarme qué clase de control de calidad llevan a cabo en Marvel para contratar a sus artistas. Este arco tiene la novedad de que los seres de la Broxton / Asgard congelada aparecen como si fuera el negativo de una película. Esto inicialmente me pareció un recurso novedoso que ofrecía algo diferente. En el climax final, sin embargo, esto provoca una melé de seres negativos que no acaban de verse bien ninguno y que distraen y hacen confusa la narración. No se de quien fue la idea de estos seres en negativo, pero me parece una idea fallida.
El lamentable dibujo y peor, la confirmación de lo poco o nada que le interesa a Marvel la continuidad gráfica, explican mi decepción con el final de la colección de Capitán América de J. Michael Straczynski. Qué pena.
Comparto las primeras páginas del número 15 USA:
Ha sido una pena que la etapa de J. Michael Strazcynsky haya sido terminada un poco en falso. Y peor es la sensación que este comic en realidad no importaba a nadie en Marvel.
PUNTUACIÓN: 5/10
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No se qué ha pasado con la etapa de J. Michael Straczynski en Capitán América, pero me apena la sensación que me han dejado los números 9 al 13 de la edición de Panini, dibujados por Jesús Saiz y Carlos Magno. Que es que los editores han cortado en seco esta etapa, obligando al escritor a cerrar en falso su historia.
PUNTUACIÓN: 5.5/10
¡Firme ante la muerte! El Capitán América tiene una nueva misión: reunir a seis nuevos agentes de cambio bajo la protección del misterioso Cabaret Entrada Principal antes de que los encuentren aquellos que los quieren erradicar. ¡Pero su primer recluta ya está en peligro!
¡El precio de la libertad! El Capitán América ha conseguido encontrar a uno de los agentes de cambio que figuran en su lista. Ahora parece sencillo ofrecerle toda la protección del Cabaret Entrada Principal. Pero ¿cómo se puede proteger a alguien que no quiere tu ayuda?
El Centinela de la Libertad ha encontrado al último Agente del Cambio. Se trata de alguien que puede modificar el rumbo del planeta para siempre… una vez que muera. Mientras Steve valora los condicionantes morales de su misión, alguien de su círculo interno le traicionará…
La Muerte ha venido a la Tierra y trata de barrer a la humanidad del tablero de juego. El Capitán América ha reunido a los Agentes del Cambio, aquellos que pueden salvar a todo el mundo. Pero quizás sea demasiado tarde. ¿Lo es?
Mientras la Muerte hace todo lo posible por destruirlo, el Capitán América debe tomar una decisión: proteger a los Agentes del Cambio o proteger su propio futuro. Pero uno de los mutantes rescatados tiene sus propias ideas y la intención de que nadie decida por él.
El primer arco de Capitán América de J. Michael Straczynski se desarrolló en los números 1-6 de la colección que fue relanzada por Marvel para destacar la importancia del retorno a Marvel del autor de etapas muy celebradas en Spiderman y Thor. Después tuvimos un interludio (Intermezzo) de dos números en los que Steve Rogers conocía que el demonio Asmodeo era el menor de sus problemas, ya que Lyra, la personalización de la VIDA se está enfrentando a su hermano MUERTE.
En este segundo arco tenemos el desarrollo de lo que se nos había sugerido en los números previos. Para conseguir la supervivencia del Cabaret Entrada Principal de Lyra, Steve Rogers tiene que viajar por todo el mundo para encontrar a 4 personas superdotadas cuyas habilidades son claves en todo lo que está por venir. Así tenemos viajes a Chile, Londres y Chicago antes del combate final en Nueva York. Y lo que es una historia interesante con unos nuevos personajes que se intuía que podrían dar mucho juego en el futuro de la colección ha quedado cortado de raiz de forma para mi incomprensible.
Straczynski es un escritor super veterano, y me resisto a pensar que la historia publicada por Marvel fuera la que él pensó inicialmente. Porque lo que empieza como la presentación de una nueva faceta del universo Marvel con personajes ambiguos e interesantes ha quedado en nada con dos últimos números imposibles de calificar que terminan con la desaparición del Cabaret y todos sus ocupantes, de facto todo lo novedoso que el guionista presentó en su etapa. El papel de la traidora, la ambigüedad de Piélez o incluso la posibilidad que los planes de Lyra pudieran provocar situaciones que fueran incómodas para Steve se fueron al traste. Un arco que hubiera podido llegar hasta el número 20 USA ha terminado de mala manera en su número 13. Y no lo entiendo.
En la parte positiva, si algo ha quedado claro es que Straczynski conoce a la perfección a Steve Rogers / Capitán América, y sabe presentar dilemas morales interesantes para Steve que resolverá siempre de la manera correcta. El combate final de Steve contra MUERTE en el que renuncia a un final feliz alejado de la guerra para ponerse delante de un enemigo invencible, con el único plan de dar tiempo a sus protegidos para que puedan ponerse a salvo, me parece un momento muy puro que deja clara la naturaleza heroica de Capitán América y cómo pone siempre su vida al servicio de los demás.
Estoy pensando todo el rato que ha sido Marvel la que ha recortado la etapa de Straczynski en esta colección. La idea de un Cabaret de artistas y seres extraordinarios en un plano adyacente de la realidad y tener a la VIDA y la MUERTE peleando por el destino del mundo ha podido ser una temática que no le ha funcionado a Marvel. Quien sabe si esta opinión se vio confirmada por una caída de ventas abrupta que puso en pánico a los editores.
En ese sentido, tras el coutus-interruptus del final de este arco, aún quedan tres números guionizados por Straczynski, en los que reunirá a Steve con sus dos personajes fetiches de Marvel: Spiderman y Thor. Un team-up que claramente es más del agrado de Marvel respecto a lo que estaba haciendo con el Cabaret. Y que seguro provocan el aumento puntual de las ventas.
Pero también es posible que sea Straczynski el que no haya estado a gusto en Marvel, igual su trato con su editor provocó algún desencuentro, y haya decidido acortar su trabajo en esta colección. Es posible que sea el caso, no lo se. Pero en realidad eso chocaría con que aún se quede tres números más para el team-up. Si estás desagusto, abandonas el comic inmediatamente, no lo haces en diferido dentro de unos meses. Por eso no me cuadra.
En cualquier caso, ya sea por un motivo u otro, el resultado es que un comic que empecé a comprar con muchas ganas se ha ido al traste de una forma lamentable en dos meses. Igual en menos tiempo.
Otra muestra de la pérdida de interés de Marvel en esta colección viene del hecho que Marvel separó a Jesús Saiz, el artista oficial de Capitán América, de esta colección quedando apenas un número para terminar este arco. Esto en todo caso me parece una enorme falta de respeto por parte de Marvel hacia sus clientes, los lectores compradores. Y también hacia la propia colección y su guionista. Saiz, con el color de Matt Hollingsworth, es un artista que siempre me ha gustado. El diseño de los nuevos personajes me parece que está muy guay, y su narrativa siempre muestra la acción de la forma más clara posible, lo que hace que sus comics sean un placer de leer. Con Saiz dibujando un comic, es difícil que le pueda poner un pero al apartado artístico.
El sustituto de Saiz para el último número es Carlos Magno, con color de Espen Grundetjern. Magno dibujó los números 7 y 8 de esta colección y me parece un buen dibujante con un estilo adecuado para un comic del Capitán América. En esa parte no tengo queja. El problema es la falta de respeto de Marvel al quitar al artista oficial de una colección a falta de una grapa para terminar el arco en curso. La primera señal de que una colección está en peligro viene cuando Marvel quita a los dibujantes «buenos» para no quemarlos en comics que no lee nadie o que están a punto de ser cancelados. Y este cambio de Saiz realmente me ha molestado desde todos los punto de vista posibles.
Otro problema que le veo a estos comics viene de las portadas de Taurin Clarke para los números 10 a 13. Cuando veo la portada del número 9 de Jesús Saiz, veo una pose icónica del Capitán América que me resulta super potente. Incluso cuando le vemos de espalda. Sin embargo, veo las otras cuatro portadas y no qué nos quiere contar, ni desde luego por qué este comic es especial y debería pagar por leerlo. Las librerías están tan abarrotadas que a menudo las editoriales buscan ilustradores que llamen la atención con imágenes poco convencionales. Pero en el caso de Clarke, veo un artista que no tiene clara la primera convención del género, y es que la portada debe provocar que el lector quiera comprar este ejemplar. Ver al Capitán América leyendo unos expedientes es lo contrario a esto. Aunque las cuatro portadas me parecen flojas, quizá la mejor sea la del número 11 con Steve dirigiéndose hacia ese ser de luz. Pero las portadas del número 12 y 13 me parecen especialmente malas. ¿Quién es ese ser en segundo plano del número 12? Da igual. ¿Qué sensación de peligro da? Ninguna. Y lo mismo para la flojísima portada del número 13 en la que ni siquiera es capaz de mostrar a estos personajes en una pose dinámica. Aparte, de nuevo, con la incorporación de personas en segundo plano que no se sabe quien son y no aportan nada. Si acaso, añadiendo una sensación estática a una imagen realmente floja. Acepto que el gusto es particular de cada uno, pero no entiendo que un editor de Marvel vea estas portadas y crea que son adecuadas para un comic Marvel. Me resulta incomprensible.
Me he llevado un buen chasco con el final abrupto de la etapa de J. Michael Straczynski. Este no-final ha sido tan decepcionante que me sabe mal haber comprado este comic. Y vais a pensar que estoy un poco tonto, pero a pesar de todo quiero comprar los 3 últimos números para ver qué plantea el guionista para el Capi, Thor y Spiderman, y tener completa esta corta etapa de Capitán América. Espero que al menos estos tres últimos números consigan dejarme con buen sabor de boca. Porque este número 16 desde luego no lo ha conseguido.
Comparto las primeras páginas del número 9 de la edición de Panini:
Me sabe muy mal la forma en que Marvel ha cortado este arco de J. Michael Straczynski y nos han dejado compuestos y sin historia.
PUNTUACIÓN: 5.5/10
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Analizo el primer arco de la nueva etapa de J. Michael Straczynski en Capitán América, que ha contado con dibujo de Jesús Saiz y Lan Medina.
PANINI: 6.5/10
Hace décadas, Steve Rogers cambió el mundo para siempre. Ahora, fuerzas poderosas tratan de garantizar que no vuelva a hacerlo nunca más. Pasado, presente y futuro chocan cuando el hombre fuera del tiempo se enfrenta a una amenaza decidida a llevar al mundo por un camino más oscuro. J. Michael Straczynski y Jesús Saiz se embarcan en un nuevo y emocionante viaje para el Capitán América.
Joseph Michael Straczynski (1954) es un escritor y guionista de televisión y cómics estadounidense. Es famoso por ser el creador de la serie de televisión Babylon 5 y Sense 8 junto a las hermanas Wachowski. En el mundo de los cómics creó Rising Stars y Midnight Nation, y fue el escritor de una larga etapa y celebrado etapa de The Amazing Spider-Man. En DC Comics creó la serie de novelas gráficas Superman: Earth One con el artista Shane Davis. En 2020 Straczynski fue nombrado jefe del Consejo Creativo de la nueva editorial de cómics AWA de Axel Alonso, donde se encargó de crear el universo compartido utilizado por muchos de sus guionistas, además de escribir series como The Resistance junto a Mike Deodato Jr. Capitán América marca su retorno a Marvel.
Jesús Saiz es un dibujante español nacido en Albacete en 1973. En 2001 comienza a trabajar en el mercado estadounidense, dibujando para DC Comics JLA: Black y 21 Down con guion Jimmy Palmiotti y Justin Gray para el sello Wildstorm. En DC dibujó Manhunter, Omac y Check Mate, además de coincidir con J. Michael Straczynski en The Brave & The Bold. En 2016 Jesús Saiz se pasa a la casa de las ideas tras 15 años trabajando para DC, debutando con ‘Vengadores: Punto Muerto’, un título en el que el Capitán América original, Steve Rogers, recuperaba la juventud. Poco después se anunciaba que Saiz también se hacía cargo de la serie Captain América: Steve Rogers escrita por Nick Spencer. Ha dibujado etapas en Doctor Extraño, Vengadores o más recientemente, en Castigador junto a Jason Aaron y Paul Azaceta.
J. Michael Straczynski es un escritor veterano super capaz que se nota que ha pensado mucho en la figura del Capitán América y conoce perfectamente a Steve Rogers. La clave de este comic es su premisa de arrojar luz sobre un periodo que nunca antes (que yo recuerde) se había tratado en la historia del personaje: El periodo de 4 años entre 1936 y 1940 antes de convertirse en Super Soldado en el que el huérfano Steve Rogers de 14 años tuvo que buscarse la vida sólo en las duras y frías calles de Nueva York. Este flashback planteado para mostrar que el adolescente Steve ya luchaba contra el nazismo antes incluso de convertirse en Capitán América me parece de largo lo mejor del comic. Y es algo que conecta con hechos históricos reales, como fueron los actos de grupos pronazis en Nueva York en los meses previos a la entrada de los Estados Unidos en la 2ª Guerra Mundial.
La clave de convertir a Steve Rogers en el protagonista me gusta mucho, y es su corazón el que marca el camino a todo lo demás. Por supuesto en la acción ambientada en 1939 pero también con la parte en el presente, con un Straczynski centrado en mostrar la vocación de Steve de ayudar a sus vecinos cuando se encuentran en problemas, apoyándoles en lo que está en su mano. Junto a esto, me gusta mucho como el comic está totalmente implicado en el Universo Marvel, de forma que veremos lo difícil que lo Steve tiene para tener una vida personal cuando todo el mundo va a pedirle ayuda y él lo deja todo para luchar contra amenazas que pueden destruir el planeta.
Este primer arco presenta otro elemento interesante en la figura del villano, el demonio Asmodeo. Steve no suele enfrentarse a amenazas sobrenaturales, por lo que ha supuesto una novedad interesante que consiguió engancharme, dentro que el final ha sido decepcionante. Y dentro de la novedad, me gustó también que su plan de dominación sea más sutil y complejo de lo estamos acostumbrados en los comics de superhéroes. En lugar de intentar lo obvio, destruir Nueva York por ejemplo, este demonio se muestra más manipulador al matar a figuras claves para el bien que pueden provocar cambios positivos en la sociedad antes de que esos sucesos claves tengan lugar, para decantar la historia a favor del mal.
En lo relativo a la historia, leer este arco de seis grapas ha supuesto siempre una experiencia satisfactoria porque queda claro que para Straczynski la unidad de lectura es la GRAPA, y esta tiene que ser satisfactoria todos los meses. Dentro de los aciertos de Straczynski en su historia está el hecho que en realidad tenemos tres tramas en el comic y no dos, ya que además de las tramas del joven Steve Rogers en 1938-39 y del presente del Capitán América, el comic nos muestra el camino de Asmodeo para llevar a cabo sus planes, con momentos super perturbadores como el paso de un portador humano a otro.
Todas las grapas tienen detalles chulos que ayudan a que la experiencia de lectura mensual resulte satisfactoria, como el uso del gangster Meyer Lansky (un personaje real de la época) en la trama del pasado, ayudando a Steve Rogers. Porque cualquiera incluso los gangsters combaten el mal que significan los nazis, un momento que me recordó a la película Rocketeer. Pero para mi la mejor escena de este arco lo tenemos en el tercer número, al tener una escena con dos situaciones que han tenido lugar en el mismo espacio físico en dos momentos temporales diferentes, mostrándolas al mismo tiempo. Una escena que me pareció realmente brillante, con una buenísima idea de Straczynski ejecutada de forma maravillosa por Jesús Saiz.
Comentaba antes como positivo la conexión de Steve Rogers con todo el Universo Marvel a lo largo de este arco. Fruto de ello tenemos la llamada a Stephen Extraño para que intente ayudar a combatir a este demonio que ha poseído un cuerpo humano al que ha imbuido de habilidades sobrenaturales. Esta conexión con otros personajes Marvel me gusta mucho, y por ejemplo tener a Sharon Carter en un comic del Capitán América siempre está bien. Sin embargo, al final es el mcguffin que provoca que el final del arco en la parte del presente sea decepcionante, porque Asmodeo es super poderoso e invencible hasta que Extraño le da a Steve el arma para derrotarle y fin. Entiendo la limitación que hay por la extensión de las grapas, pero en realidad creo que este final no estuvo al nivel de todo el desarrollo previo.
Pero en realidad el gran problema del comic no es la historia de Straczynski. El gran bajón que he sufrido con este arco del Capitán América viene provocado porque Jesús Saiz, el supuesto dibujante oficial de la colección sólo dibuja dos números y medio, siendo sustituido por el muy inferior Lan Medina para el resto del arco. Y la diferencia es abismal, hasta el punto que me ha chafado toda la experiencia.
Jesús Saiz es un dibujante que me encanta. Si tuviera que hacer un top de artistas actuales de Marvel, seguro estaría en mi TOP-5 con Pepe Larraz y Valerio Schiti. Me gusta mucho la forma en que dibuja a los personajes y me gusta casi más su narrativa, de forma que la historia fluyen entre las viñetas. A Saiz le acompaña el también veterano Matt Hollingsworth en el color, que nos ofrece un comic super colorido en la parte del presente que contrasta con la trama que tiene lugar en 1938. Para mi el dibujo cuando está Saiz y Hollingsworth me parece modélico.
Lamentablemente, Lan Medina, con color de Espen Grundetjern, es casi un opuesto. Las figuras que dibuja me parecen «feas» y super estáticas en la comparación, con una narrativa bastante deficiente. Es como la noche y el día. Y como digo lo malo es que me ha arruinado la lectura de la segunda mitad de la historia. Es verdad que el final del combate entre el Capitán América y El Emisario (el humano que habita el demonio Asmodeo) es anticlimático, pero el dibujo provoca también que la escena sea mediocre y sin la chispa o la personalidad que tenía en comic en sus primeras entregas.
Y este cambio de dibujantes es, como siempre, culpa de Marvel. No de los artistas, de la editorial. Y ojo que no se si Saiz se puso enfermo o pasó alguna situación sobrevenida urgente que trastocó todos los planes. Pero tengo la sensación que Saiz no es un artista especialmente rápido. Y este problema me parece inconcebible pensando que en la etapa de Castigador de Jason Aaron que también se planteó como un comic en dos momentos temporales, Marvel encargó al propio Saiz la narración del presente y a Paul Azaceta la del pasado, con resultados estupendos. Que tengan este comic y el editor no plantee hacer lo mismo para que Saiz se pueda mantener a lo largo de todo el arco no me entra en la cabeza. Sobre todo porque la alternativa es que dibuje menos de la mitad del arco para meter a un sustituto en mitad del tercer número. Me parece una vergüenza, pero es algo a lo que Marvel tristemente nos tiene demasiado acostumbrados.
Otro aspecto interesante del comic es que aparte de la doble historia de Steve Rogers en dos momentos temporales, Straczynski aprovecha para hacer una correlación muy evidente sobre el intento de alzamiento del nazismo en el periodo previo a la 2ª Guerra Mundial en los Estados Unidos, y como en la actualidad parece que estamos en una situación muy parecida con los extremismos de ultraderecha. De alguna manera el escritor nos dice que los fascistas siguen allí porque nunca se fueron, y hay que combatirles ahora igual que Steve Rogers lo lleva haciendo toda la vida. Un mensaje que excede con mucho el ámbito del comic de superhéroes para convertirse en una declaración de intenciones de este escritor con valores liberales.
Viendo el anuncio de Panini, Saiz sigue ausente en el próximo número, que tendrá dibujo de Carlos Magno, otro de los muchos dibujantes sólo correctos de la Marvel actual. Esperemos que Saiz o un artista mejor se haga cargo de la colección, porque con un dibujo mediocre el comic pierde muchos enteros. De momento creo que compraré el siguiente arco, pero como la cosa no mejore no descarto abandonar la colección. Pensando lo mucho que me gustó el primer número, me parece lamentable que Marvel me haga estar así tras tan sólo 6 números publicados. Y luego se extrañan que cada vez menos gente compre comics.
Comparto las primeras páginas del comic:
El cambio de dibujo ha matado la experiencia lectora del primer arco de J. Michael Straczynski en Capitán América, convirtiendo un comic super chulo en algo montonero que no ha cubierto las enormes expectativas que puse en la colección tras la lectura del primer número.
PUNTUACIÓN: 6.5/10
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Parece que Marvel plantea un retorno a las esencias para Capitán América con el último relanzamiento, al contratar a J. Michael Straczynski, Jesús Saiz y Matt Hollingsworth para devolverles la gloria perdida. He comprado el primer número y comparto mis impresiones.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
Hace décadas, Steve Rogers cambió el mundo para siempre. Ahora, fuerzas poderosas tratan de garantizar que no vuelva a hacerlo nunca más. Pasado, presente y futuro chocan cuando el hombre fuera del tiempo se enfrenta a una amenaza decidida a llevar al mundo por un camino más oscuro. J. Michael Straczynski y Jesús Saiz se embarcan en un nuevo y emocionante viaje para el Capitán América.
Joseph Michael Straczynski (1954) es un escritor y guionista de televisión y cómics estadounidense. Es famoso por ser el creador de la serie de televisión Babylon 5 y Sense 8 junto a las hermanas Wachowski. En el mundo de los cómics creó Rising Stars y Midnight Nation, y fue el escritor de una larga etapa y celebrado etapa de The Amazing Spider-Man. En DC Comics creó la serie de novelas gráficas Superman: Earth One con el artista Shane Davis. En 2020 Straczynski fue nombrado jefe del Consejo Creativo de la nueva editorial de cómics AWA de Axel Alonso, donde se encargó de crear el universo compartido utilizado por muchos de sus guionistas, además de escribir series como The Resistance junto a Mike Deodato Jr. Capitán América marca su retorno a Marvel.
Jesús Saiz es un dibujante español nacido en Albacete en 1973. En 2001 comienza a trabajar en el mercado estadounidense, dibujando para DC Comics JLA: Black y 21 Down con guion Jimmy Palmiotti y Justin Gray para el sello Wildstorm. En DC dibujó Manhunter, Omac y Check Mate, además de coincidir con J. Michael Straczynski en The Brave & The Bold. En 2016 Jesús Saiz se pasa a la casa de las ideas tras 15 años trabajando para DC, debutando con ‘Vengadores: Punto Muerto’, un título en el que el Capitán América original, Steve Rogers, recuperaba la juventud. Poco después se anunciaba que Saiz también se hacía cargo de la serie Captain América: Steve Rogers escrita por Nick Spencer. Ha dibujado etapas en Doctor Extraño, Vengadores o más recientemente, en Castigador junto a Jason Aaron y Paul Azaceta.
Empezando con el comic en si, lo primero a comentar es mi alegría porque Marvel ha optado por un equipo creativo de primer nivel para esta colección. He expresado mi insatisfacción por ejemplo por el apartado gráfico de Los Vengadores de Jed MacKay, pero tener a Saiz en el dibujo ha sido uno de los elementos claves que me animaron a comprar esta grapa, pensando que Straczynski es autor de comics geniales pero también de otros más bien montoneros.
Y si esta grapa me deja con una idea, es que Straczynski conoce perfectamente a Steve Rogers. Al Capitán América también, claro. Pero estamos ante un comic pensado para arrojar luz sobre un periodo que nunca antes (que yo recuerde) se ha tratado. El periodo de 4 años entre 1936 y 1940 antes de convertirse en Super Soldado en el que el huérfano Steve Rogers tuvo que buscarse la vida sólo en las duras y frías calles de Nueva York. La trama con la nueva amenaza a la que se enfrentará el Capitán América en el presente apunta maneras, entre otros motivos por plantear un enemigo sobrenatural, algo poco habitual. Pero lo que de verdad me ha interesado es el flashback, algo que podría pensarse que va a ser algo trillado sin interés.
La clave de convertir a Steve Rogers en el protagonista me gusta mucho, y es su corazón el que marca el camino a todo lo demás. Empezando por su vocación de ayudar a sus vecinos cuando se encuentran en problemas, apoyándoles en lo que está en su mano. Junto a esto, me gusta mucho como el comic está totalmente implicado en el Universo Marvel, de forma que veremos lo difícil que lo Steve tiene para tener una vida personal cuando todo el mundo va a pedirle ayuda y él se lo deja todo para luchar contra amenazas que pueden destruir el planeta. La aparición de Sue Storm me funciona completamente y de alguna manera me resulta la guinda de un pastel que tiene todos los ingredientes que me gustan.
Y por supuesto, el comic funciona porque el dibujo es TOP. Jesús Saiz es un gran narrador. Sabe cuando ser espectacular, empezando con la escena inicial de acción o con la llegada de los 4F, pero es aún mejor a la hora de transmitir la emoción de la historia, con una primera escena de Steve recordando a su madre super emocionante. Me repito mucho, pero no vale cualquier dibujo, cuando ves un buen comic con una buena historia cuyo dibujo hace que la experiencia lectora sea maravillosa, es cuando descubres lo que es la MAGIA del comic. Y de momento, este comic lo tiene. Junto a Saiz, el color de Matt Hollingsworth es también perfecto, ayudando a que los dos momentos temporales se distingan sin problemas y ayudando a que la lectura sea espectacular cuando toca y emocionante el resto del tiempo.
El objetivo de un comic tiene que ser siempre provocar que el lector quiera leer el número siguiente. Esto es doblemente importante si hablamos del inicio de una nueva etapa. Y pinta que este nuevo / viejo Steve Rogers va a darnos muchos momentos gloriosos en los próximos meses. Yo estaré aquí para verlo.
Comparto las primeras páginas del comic:
El éxito de J. Michael Straczynski en relanzar Capitán América es total, y una parte importante de este éxito viene del estupendo dibujo de Jesús Saiz y Matt Hollingsworth. Ganazas de seguir leyendo.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
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La etapa de Jason Aaron, Jesús Saiz, Paul Azaceta y Matt Hollingsworth en Castigador termina con el esperado adiós a Frank Castle. Hoy quiero reflexionar sobre esta etapa del personaje, pero también sobre la incomprensible decisión de Marvel Comics de renunciar a uno de sus personajes más populares.
Es el final de la historia más destacada que haya protagonizado jamás Frank Castle. La Mano, la resurrección de Maria, la lucha por la libertad, la lucha contra los enemigos de uno y otro bando… todo ha llevado a este momento. El Castigador nunca más.
Esta última etapa de Frank Castle como Castigador ha sido una serie de 12 números cuyo último ejemplar ha publicado Panini este mes de septiembre. La historia de Jason Aaron ha sido excepcionalmente dibujada por Jesús Saiz en la parte del presente y Paul Azaceta en la del pasado, con color del estupendo Matt Hollingworth.
Empezando por los aspectos positivos del comic, se nota que Aaron planteó toda su historia sabiendo el final desde el comienzo. Esta colección tiene una cualidad clara de comic autocontenido con un principio y un final inevitable y satisfactorio si piensas en el objetivo del comic, algo sobre lo que luego comentaré. Aaron conoce perfectamente a Frank Castle, sin ir más lejos escribió una estupenda etapa de 22 números en el sello MAX para adultos junto al artista Steve Dillon publicada tras la histórica etapa de Garth Ennis en el personaje entre 2010 y 2012. Y sabía la historia que tenía que contar para cumplir con el encargo de los editores.
La gran diferencia entre ambas etapas de Aaron guionizando a Punisher está en María, la mujer de Frank Castle asesinada junto a sus hijos hace décadas y ahora resucitada por La Mano. María es la gran sorpresa de este comic, teniendo un peso importantísimo en la historia en las dos líneas argumentales. En el presente mientras recuerda su pasado pero sobre todo cuando conocemos la relación que tuvo con Frank Castle mientras estuvieron casados antes de ser asesinados. Es curioso que el pecado que Castle cometió en la versión MAX de Aaron es que justo antes del atentado Frank iba a pedirle el divorcio a María porque quería volver a alistarse, dado que la vida civil y su familia no le interesaban. Sin embargo, en esta etapa en continuidad fue María la que quería pedirle el divorcio justo antes de ser asesinada. La diferencia es sustancial, dado que María no quiere que Frank tenga la excusa de su familia muerta como justificación de su sed asesina, al tener él su sed de sangre antes de sufrir el ataque de la Mafia, y no saber cómo relacionarse con su familia. El final empoderante de María, un personaje tridimensional con una interesante complejidad que la aleja de la típica «victima-florero» a las que tan acostumbrados estamos en el entretenimiento mainstream, en el que toma las riendas de su propio destino me parece uno de los elementos más satisfactorios del comic.
Pensando en el arco de Castigador, me gusta que Aaron plantee que Frank no se ha dejado corromper por La Mano y sólo les utilizaba como arma para conseguir sus objetivos, matar a cuantos más criminales mejor. Leyendo los comics mensualmente surgía la posibilidad que Marvel estuviera planteando convertirle en un supervillano al final de esta historia, y al menos en eso me alegro que la historia de Castle no fuera por ahí. En ese sentido, el último número en el que Frank es «juzgado» por otros superhéroes también me gusta bastante, al no sentirse mal por sus actos ni considerar que tenga que disculparse por ellos. «Siempre fui yo, no me han lavado el cerebro ni poseído, mis actos siempre han sido míos» le lanza a Stephen Extraño. También expone la hipocresía de Logan (Lobezno), ya que él es igual de asesino que Castle. «Mátame si quieres, pero después mátate a ti mismo», le suelta, exponiendo a las claras que para Marvel algunas muertes sangrientas son aceptables, sobre todo en lo referido a los mutantes, mientras que lo de Punisher es visto como inaceptable.
En la parte de aventura dentro del Universo Marvel, en mi opinión es comic funciona de maravilla. La lucha de Castle y La Mano contra Ares (el Dios de la Guerra) y su secta nos ha dejado momentazos super violentos que me han parecido una pasada. Y en los últimos números, su enfrentamiento contra otros superhéroes como Capitán América, Doctor Extraño, Viuda Negra, Lobezno y Caballero Luna son momentos típicamente Marvel que me hicieron disfrutar un montón. En este momento quiero destacar el dibujo de Jesús Saiz, que se muestra como un fuera de serie. Saiz con el color de Matt Hollingsworth nos regala unas páginas perfectas en narrativa y en las coreografías de acción, pero también en la parte de la caracterización de los diferentes héroes y villanos gracias a su estilo de lápiz fino que siempre muestra lo que pasa en la viñeta de la forma más clara posible. Me flipa la forma en que representa la violencia y cómo no se arruga con los momentos más gores, que superan lo que estamos acostumbrados a leer en un comic Marvel. La historia de Aaron está muy bien, pero el dibujo es casi mejor.
Y si Saiz se encarga de la vertiente superheroica ambientada en el presente de Frank Castle, aún es mejor el dibujo de Paul Azaceta para los flashbacks del pasado de Frank Castle y su mujer María. El estilo de dibujo de Azaceta con grandes manchas y un trazo más grueso que el de Saiz refuerza la sensación de tragedia ante lo que iremos conociendo. Azaceta es perfecto para crear una atmósfera noir en esta parte del pasado de los personajes, con momentos super dramáticos como en la primera muerte de Frank siendo niño o cómo fue cayendo en una espiral de violencia que parece inevitable. He criticado mucho los cambios aleatorios de dibujantes en los comics Marvel, pero esta decisión de alternar dos artistas para que cada uno cuente una parte de la historia en momentos temporales diferentes me parece un acierto. Es más, tener a artistas tan diferentes entre si como Saiz y Azaceta y que cada uno consiga enfatizar un aspecto concreto de la historia consiguiendo que el conjunto sea más redondo me parece un ejemplo de las ventajas que tiene el comic a la hora de contar una historia transmitiendo sensaciones y emociones diferentes.
En lo referido a la aventura que nos han contado, tengo que reconocer que me ha gustado este Castigador, y nos ha traigo a unos profesionales como la copa de un pino que han realizado el trabajo perfecto que se esperaba de ellos. En cierto sentido, el problema que le pongo a este comic no es tanto al comic en si sino lo que MARVEL quería que pasara en este comic, que es quitarse de en medio a Frank Castle, de forma que esta sea (de momento) su última aparición en el Universo Marvel en continuidad. Y aquí si que le veo muchos más problemas y elementos cuestionables.
En febrero publiqué la columna de opinión ¿Marvel Comics vs Punisher? tras la finalización del primer arco de la colección. En esa columna, que os invito a leer, ya comentaba que se notaba demasiado que la intención de Marvel era quitarse de en medio a Frank Castle porque consideran problemático al personaje de Punisher. La duda estaba en si le convertirían en supervillano o le matarían, pero de una manera u otra estaba claro que NO habría una nueva colección de Frank Castle una vez terminara este comic. Reconozco que no acerté en la parte que Frank al final no muere sino que se auto impone un castigo de destierro del planeta Tierra, viajando a Weird World para pagar por sus pecados allí. Pero en lo fundamental, si acerté que Frank Castle ya no sería nunca más el Punisher en la Tierra 616. (Nunca más es mucho tiempo en el universo Marvel, más bien hasta el próximo cambio de editori o editor en jefe).
El por qué de la incomodidad de Marvel hacia Punisher no es debido a que sea un personaje que mate, dado que numerosos personajes Marvel también lo hacen, empezando por el antes mencionado Logan. Masacre, el Motorista Fantasma, Blade, incluso Viuda Negra lo han hecho en alguna ocasión sin mayor problema por parte de otros héroes o del staff editorial de Marvel. El problema no son las muertes, aunque seguro que ver a un hombre blanco matar a criminales racializados como hispanos o afroamericanos generaba sarpullidos en las mentes bienpensantes y progresistas de alguno de los editores de Marvel desde hace tiempo.
No, el problema fundamental ha venido del mundo real, al utilizar su icónico logo del cráneo blanco personas inscritas ideológicamente como republicanas, desde policías a miembros de las fuerzas armadas americanas. Recuerdo la película El Francotirador de Clint Eastwood de 2014, y en este biopic de Chris Kyle, el tirador más letal de la historia del ejército de los EE.UU. que sirvió en Irak vimos como tanto él como sus compañeros lucían el emblema de Punisher del cráneo blanco sobre fondo negro en su indumentaria. En la sociedad super polarizada de los Estados Unidos post-Black Lives Matter, editores super progresistas han decidido que «al enemigo ni agua», y optaron la fórmula del cobarde al cambiar primero el logo al personaje para intentar desvincular a Punisher de los actos de estas personas, para acabar «jubilando» al personaje bajo la excusa de su «problemática naturaleza».
Aunque ya lo comenté en el post de ¿Marvel Comics vs Punisher?, hay que negar la mayor y el error de Marvel en ambas decisiones. En primer lugar porque por mucho que el último comic Marvel publicado muestre al personaje con una nueva indumentaria y un nuevo cráneo, la imagen del Punisher está ya en el subconsciente colectivo, y su cráneo blanco siempre será el símbolo de Punisher lo quiera Marvel o no. A lo que hay que añadir los 50 años de historias publicadas del personaje o las numerosas películas y series en las que se han estrenado, por ejemplo la exitosa serie de Netflix protagonizada por Jon Bernthal. Por mucho que a Marvel no le guste, ese es su símbolo. Y en lugar de intentar ocultarlo en un cajón, o peor, hacer que Ares lo lleve para intentar asociar este símbolo a un super villano, Marvel tendría que haber planteado una historia para reforzar que el personaje no es lo que algunos amantes de las armas miembros de la Asociación Nacional del Rifle quieren que sea, como forma de combatir lo que consideren que no es correcto.
Pero también la cagan al quitar de la circulación a Punisher en la persona de Frank Castle. Parto que el hecho que los superhéroes NO matan es una anomalía en el entretenimiento. Aparte que hay algunos que sí lo hacen. Superman y Batman nacieron en 1938 y 1939 inspirados y llevando un paso más allá la popularidad de los personajes pulp que si mataban sin que hubiera ninguna polémica al respecto. Es cierto que en los años 40, 50 y 60 los comics se dirigían a niños, a lo que hay que sumar el McCarthismo y la cancelación de la EC por culpa del Frederic Wertham y su «Seduction of the innocent» de 1954 que culminó en la creación del Comics Code Authority. Sin embargo, Stan Lee en los años 60 ya descubrió que sus comics eran leídos por adolescentes y universitarios, no sólo por niños pequeños. La explosión del comic adulto de los 80 y la creación del mercado de las librerías especializadas demostró que hay lectores de todas las edades que buscan contenidos variados también en el mundo del comic. Y en el ámbito del entretenimiento, las aventuras de acción siempre han tenido un papel destacado.
John McClane, John Wick, Rambo o Conan son personajes míticos super conocidos que han matado cuando su vida se vio amenazada. Los blockbusters de Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Van Damme, Seagal y tantos otros han sido las películas más populares para varias generaciones de espectadores. Y muchos de ellos son clientes potenciales del mundo del comic, como demostró que el primer ejemplar de BRZRKR de Keanu Reeves, Matt Kindt y Ron Garney de Boom Studios consiguió vender más de 600.000 ejemplares. Que en un momento en que las ventas de Marvel se encuentren en un momento dramático en que la editorial se ve obligada a publicar miniseries sucesivas porque casi ningún personaje aguanta una serie regular de 15-20 ejemplares, los editores renuncien a propósito de este segmento de comics de acción para adultos me parece una locura. Yo pensabaque Marvel estaba en el negocio de VENDER CUANTOS MÁS COMICS POSIBLES, pero no hay duda que estaba equivocado.
Hay otro elemento que merece la pena destacarse. LOS COMICS NO SON EL MUNDO REAL NI SON REALISTAS. Nunca lo han sido, a pesar de frases publicitarias míticas como que el Universo Marvel era «el mundo al otro mundo de tu ventana». En el mundo real Superman, Batman, Spiderman o Daredevil no podrían tener identidad secreta. Batman y DD hace años que habrían sido detenidos y cumplirían condena de cárcel. Por no hablar que la gran mayoría de héroes estarían muertos por un disparo de bala aleatorio disparado por don nadies. El universo Marvel es una fantasía escapista que presenta una realidad estilizada inspirada en aspectos del mundo real, no ha sido y nunca será realista. Y por esa lógica, que en el mundo real nuestro un policía torture a un detenido con un cráneo blanco en su manga no debería convertir a un personaje de comic con más de 50 años de vida en algo problemático, porque son cosas que no tienen nada que ver entre si. Y sin embargo, los editores de Marvel se han creído esta mentira. No sólo se la han creído, la han hecho suya y la han repetido una y otra vez hasta que han calado en cotorras que la repiten en todos los ámbitos, como Julián M. Clemente en todos los Spot-On del comic siempre que ha tenido ocasión.
Cuando en Julio Marvel anunció en la SDCC al nuevo Punisher, (Joe Garrison, un ex-agente de SHIELD retirado) ya estaba claro que Marvel pretendía retirar a Frank Castle, como así ha acabado sucediendo. En ese momento la etapa en USA ya había terminado, pero faltaban dos meses para poder leer el último número en España. La duda estaba en cómo se iba a realizar el retiro forzosa de Frank Castle. Y creo que es compatible que la decisión de jubilar a Frank Castle por parte de Marvel Comics me parezca lamentable, con que la ejecución me parezca buena gracias a los grandísimos profesionales que lo han llevado a cabo. En ese sentido, además del espectacular dibujo de Saiz y Azaceta, agradezco que Aaron haya confirmado una y otra vez lo bien que conoce al personaje, creando una historia notable en la que no me molesta que haya jugado o cambiado con algún elemento de la continuidad clásica. Puestos a retirar a Punisher, al menos lo ha escrito Aaron y no una Tini Howard de la vida.
Quiero pensar que este nuevo Punisher Joe Garrison será olvidado en un par de años y Frank Castle volverá a los comics en cuanto un editor con dos dedos de frente se atreva a publicar la nueva historia que Garth Ennis ha comentado en numerosas entrevistas que ya tiene escrita de Punisher Max. Un comic que en la actualidad no puede ser publicado dado el actual clima editorial en Marvel, más pendiente de no recibir críticas de odiadores que se quejan de comics que nunca hubieran comprado para empezar, que de los gustos de sus clientes actuales o pasados que por supuesto volverían a comprar un comic de Punisher protagonizado por Frank Castle. Por no hablar que si Disney+ estrena el año que viene (o el siguiente) una nueva serie de Punisher no me creo ni harto de vino que Marvel no publique una nueva miniserie con Frank Castle de protagonista para intentar rentabilizar el interés de la serie de televisión.
Frank Castle puede estar en otro planeta (o en otra realidad, más exactamente). Pero para sus fans sus comics siguen más vivos que nunca en nuestras estanterías y en nuestra memoria. Como digo, me parece terrible que se elimine a un personaje de comic no por aspectos puramente creativos sino porque los editores de Marvel piensen que es un personaje cuyos fans son republicanos, y al enemigo ni agua. Que es lo que lamentablemente acaba de suceder.
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