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Crítica de Tokyo Vice temporada 2 (MAX)

Las historias ambientadas en Japón vuelven a estar de moda en el mainstream televisivo. La estupenda segunda temporada de Tokyo Vice emitida en Max es una buena prueba de ello.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Finales de los años 90. Jake Adelstein es un joven periodista norteamericano que trabaja para un importante periódico de Tokio. Bajo la supervisión de un veterano detective de la policía de la ciudad, Jake comienza a investigar el oscuro mundo de la Yakuza, la peligrosa mafia japonesa controlada por algunos de los criminales más poderosos del país. (FILMAFFINITY)

Tokyo Vice es una serie de televisión estadounidense creada por J. T. Rogers y basada en las memorias de 2009 de Jake Adelstein. Tras su exitosa primera temporada, Max dio luz verde a una segunda que cerraría las principales tramas abiertas. Esta temporada ha contado con 10 episodios que han sido dirigidos por Josef Kubota Wladyka (4 episodios), Alan Poul (2), Takeshi Fukunaga (2) y Eva Sørhaug. Los guiones corren a cargo de Brad Caleb Kane, Karl Taro Greenfeld, Francine Volpe, Ashley M. Darnall, Adam Stein, Annie Julia Wyman & Joshua Kaplan, Arthur Phillips, Jen Silverman y J. T. Rogers escribiendo el primer y último episodios de la temporada. La producción de la segunda temporada comenzó en noviembre de 2022 en Tokio y concluyó en agosto de 2023.

Ansel Elgort (Baby driverWest Side Story) interpreta al protagonista Jake Adelstein, un periodista estadounidense de Missouri que se traslada a Tokio. Cuanto más se queda, más se adentra en la corrupción de los bajos fondos de Tokio, donde nadie es lo que parece. Ken Watanabe como Hiroto Katagiri, detective de la división de crimen organizado. Es una figura paterna para Adelstein que le ayuda a atravesar la delgada y a menudo precaria línea que separa la ley del crimen organizado. Rachel Keller como Samantha Porter, una expatriada americana residente en Tokio que se gana la vida trabajando en el Onyx Club del distrito de Kabukicho. Sus clientes varían desde asalariados a clientes de alto standing y yakuza. Show Kasamatsu es Sato, un ejecutor del clan yakuza Chihara-kai que cobra dinero por protección y es el encargado de Samantha en el Club Onyx. Rinko Kikuchi como Emi Maruyama, la supervisora de Adelstein, una mezcla de varios colegas y supervisores que trabajaron con Adelstein en la vida real durante su carrera. Ayumi Tanida como Shinzo Tozawa, el líder del clan yakuza Tozawa, una organización rival de la Chihara-kai, que intenta establecerse en Tokio mientras sufre una enfermedad incurable,

Los nuevos personajes de esta segunda temporada son Miki Maya como Shoko Nagata, una detective de la Agencia Nacional de Policía asignada a Tokio, que pretende crear un nuevo grupo de trabajo para erradicar definitivamente el crimen organizado en la ciudad. Yōsuke Kubozuka como Naoki Hayama, un yakuza de alto rango en el Chihara-kai, que acaba de ser liberado de un encarcelamiento de 7 años y es nombrado segundo al mando de Ishida.

La segunda temporada de Tokyo Vice empieza justo donde se quedó la estupenda primera temporada. Y una de las cosas que más me han gustado es que ofrece un final satisfactorio a las tramas principales, dentro que como comentan los protagonistas en un momento determinado, el trabajo de periodista y de policía en realidad nunca termina. Siempre tendrán un nuevo caso, una nueva noticia que cubrir. Pero al menos el final de esta serie, que por lo que he leído no va a tener una tercera temporada, resulta perfecto.

La serie ha planteado una serie de tramas entrecruzadas, siendo la más importante la del periodista americano Jake Adelstein, que trabaja junto al policía Hiroto Katagiri para encontrar pruebas que les permitan detener a Shinzo Tozawa, el líder del clan yakuza Tozawa. Tozawa está consolidando su poder no sólo dentro de los clanes yakuzas, sino en los principales estamentos políticos y económicos de Japón, y parece imparable.

En paralelo, Sato, un yakuza del Chihara-kai sufre al descubrir que su hermano quiere seguir su camino criminal, mientras sufre a Naoki Hayama, un cruel yakuza de alto rango que acaba de volver a Tokyo tras un periodo en prisión. Además, intentará aclarar qué tipo de relación quiere tener con Samantha Porter, la chica de compañía americana que ha inaugurado su propio club y que tendrá que enfrentarse a los problemas que ello conlleva. Igual que Emi Maruyama, la supervisora de Jake Adelstein en el periódico que intenta compaginar su vida profesional con la personal, con el añadido de tener que cuidar a un hermano depresivo que vive con ella en casa y puede ser bastante despótico.

Los diez episodios de esta temporada consiguen moverse por todas estas tramas (y otras más) de forma ágil, de forma que la mayoría me interesaban. Dentro de esto, quizá la relación de Emi Maruyama o la del periodista gay con el oficial de la embajada americana son algunos de los elementos menos buenos de la serie. También la trama del club de Samantha acaba resultando de las tramas más flojas, hasta el punto de tener que buscarle los guionistas algo que hacer durante el cliax, aprovechando su relación con el resto de personajes. Por contra, el retorno de Shinzo Tozawa a Tokyo y su toma de control de la mayoría de clanes, excepto el Chihara-kai de Sato, resulta de las partes más interesantes. Al igual que ver como el poder y la influencia de Tozawa se extiende incluso por el periódico de Jake o la policía de Tokyo, de forma que parece imparable sin importar lo que él y Katagiri puedan hacer.

La tensión de la serie no deja de ir a más, de forma que en los dos últimos episodios están super bien. Y dentro de ofrecer un final satisfactorio, me llamó la atención que este final se plantee fuera del sistema, dado que el sistema y los métodos legales resultan insuficientes para vencer a Tozawa. Que haya que acudir al final que se plantea sólo puede verse como un fracaso de unas instituciones japonesas infestadas de corrupción. Esto puede ser una solución «realista», pero resulta desoladora. Unido a esto, los personajes me han gustado mucho. Y sobre todo me gusta que no sean perfectos y cometan errores y decepcionen a familia y amigos. El final con Jake pegándole una puñalada trapera a un compañero con tal de conseguir la noticia es un buen ejemplo de una ambición que pone por delante su carrera y la noticia a cualquier otra consideración. Que cada uno decida si es algo bueno o no.

Tokyo Vice me ha parecido una gran serie, la he disfrutado mucho. Si os gustan las temáticas japonesas y no tenéis problemas con series que e obligan a leer los subtítulos el 90% del tiempo, ya que los personajes hablan en japonés la gran mayoría del tiempo, hay muchas posibilidades que tu también puedas disfrutarlas.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

Tokyo Vice ha sido una serie estupenda que nos ha dejado con un buen final. Ojalá más series que saben terminar a tiempo como esta.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de La casa el dragón temporada 2 (MAX)

La segunda temporada de La Casa del Dragón ya es historia en Max, por lo que ya puedo compartir mis impresiones de esta serie spin-of / precuela de Juego de Tronos.

PUNTUACIÓN: 7/10

La serie transcurre 200 años antes de los eventos ocurridos en Juego de Tronos y cuenta la épica historia de la casa Targaryen.

George R.R. Martin estuvo super implicado en la creación de esta serie, que ha sido creada por él, el guionista Ryan Condal y el director Miguel Sapochnik, director de alguno de los mejores episodios de Juego de Tronos. Condal es el showrunner de esta segunda temporada de ocho episodios, y ha escrito el primero y el cuarto episodio de esta temporada. Otros guionistas son Sara Hess, David Hancock, Ti Mikkel y Eileen Shim. En la dirección Alan Taylor, director super asociado al mundo de Juego de Tronos ha realizado el primer y el cuarto episodio de esta temporada. Clare Kilner, Geeta Vasant Patel, Andrij Parekh y Loni Peristere son los otros directores de la serie. El músico Ramin Djawadi vuelve también con la icónica melodía original.

Dentro del reparto encontramos a Emma D’Arcy como la Reina Rhaenyra Targaryen: Hija y heredera del Rey Viserys I Targaryen, primogénita y única superviviente de Viserys y su primera esposa, la Reina Aemma Arryn. Tras la muerte de su padre es coronada reina por sus partidarios, los «Negros», después de que su hermanastro usurpara el trono. Es una jinete de dragones que monta al dragón Syrax. Olivia Cooke interpreta a la Reina viuda Alicent Hightower: Compañera de infancia y mejor amiga de la princesa Rhaenyra Targaryen, y más tarde segunda esposa y reina consorte del rey Viserys I Targaryen. Alicent promueve el ascenso al trono de su hijo el Príncipe / Rey Aegon II Targaryen (Tom Glynn-Carney), lo que provoca la guerra abierta entre ambas facciones.

Matt Smith es el Príncipe Daemon Targaryen, el hermano menor del Rey Viserys I Targaryen y tío / marido de la Princesa Rhaenyra Targaryen. Daemon es un guerrero feroz y empuña la espada de acero valyrio Hermana Oscura. Es un experimentado jinete de dragones que monta al dragón Caraxes, también conocido como el «Wyrm de Sangre». Rhys Ifans es Sir Otto Hightower: El padre de la Reina Alicent Hightower y la Mano del Rey del pequeño consejo del Rey Viserys I Targaryen y continúa manteniendo su posición bajo el Rey Aegon II Targaryen. Cuando su hija se convirtió en reina, comenzó a conspirar para poner a su hijo mayor Aegon en el Trono de Hierro, en lugar de Rhaenyra, cosa que consiguió. Steve Toussaint es Lord Corlys Velaryon: El Señor de Driftmark y jefe de la Casa Velaryon, una de las familias más ricas y poderosas de los Siete Reinos. Conocido como «la Serpiente Marina», es el marino más famoso de la historia de Poniente. Eve Best como la Princesa Rhaenys Targaryen: Prima mayor de Viserys y Daemon y esposa de Lord Corlys Velaryon. Rhaenys es la única hija del Príncipe Aemon Targaryen, el difunto heredero e hijo mayor del Rey Jaehaerys I Targaryen, y de Jocelyn Baratheon, hermanastra de Jaehaerys.

La casa del dragón ha confirmado en su segunda temporada que es uno de los máximos entretenimientos de la televisión actual, aunque también tiene sus zonas grises que son más cuestionables. Empezando por los aspectos positivos, el marketing de HBO planteando que los espectadores pudieran elegir entre #TeamGreen o #TeamBlack en función de si apoyábamos a Rhaenyra o Alicent sirvió para resaltar uno de los aspectos más positivos de la primera temporada, que es que ambas creían tener razón, lo que alejaba la historia de la típica historia de buenos contra malos. Otro aspecto positivo de La casa del dragón es que los actores ya han hecho suyos a los personajes que interpretan, o los espectadores ya les tenemos cogidos el tranquillo, y los personajes transmiten el carisma que necesitan. Rhaenyra y Alicent siguen siendo unas protagonistas morales que actúan según lo que creen es correcto, con Alicent llevándose un golpe de realidad al descubrir que sus hijos igual no son los adecuados para el trono, mientras que Sir Cole va a quedar traumatizado tras ser testigo del combate de dragones que diezmó a su ejército. Hay muchos personajes y la mayoría tienen un detalle que les convierte en interesantes. Por ejemplo, la escena de Alyn de Hull, en el que se enfrenta a su padre Corlys Velaryon tras años de ignorarle por ser bastardo, me parece un escenón espectacular. Y como ese hay muchísimos momentos, como los de Mysaria, la consejera de Rhaenyra, o Larys Strong, consejero de Aemond.

El gran momento de la serie ha sido el episodio 4 en el que por fin tuvimos el combate de dragones que llevábamos anticipando desde la primera temporada. El combate es brutal y puede ser de lo mejor que se ha visto en toda la serie, y en la televisión de 2024. Una serie que ya nos dejó de forma anticlimática la temporada pasada que anticipó una guerra que no llegó a suceder. Aparte de lo brutal del combate de Aemond Targaryen montando al dragón Vhagar contra la Princesa Rhaenys, que además deja quemado y muy malherido a su hermano el Rey Aegon II, el combate tiene añade un factor fundamental para la serie: Cuando los dragones luchan, es como si se lanzara una bomba nuclear. Los soldados de Sir Cole mueren calcinados y las muertes se cuentan por centenares si no miles. Que empiece la guerra de dragones sólo anticipa la destrucción mutua asegurada en la que seguro será el pueblo llano el que pagará el precio. Y ese es el gran drama que Rhaenyra sabe e intenta evitar a toda costa, hasta que se queda sin opciones.

El otro elemento que me ha gustado mucho es el uso que la serie guarda para la gente corriente. Por un lado, el pueblo de Desembarco del Rey está a punto de rebelarse contra el regente Aemond al que le da igual si su pueblo se muere de hambre. Y sobre todo, ver a hijos bastardos de los Targaryen dominando a varios dragones controlados por Rhaenyra, rompiendo el factor de que los jinetes de dragones deben ser «nobles», me parece una idea super interesante. Unido a que no tengo claro qué harán estos jinetes cuando de verdad tengan que entrar en combate.

La duración de ocho episodios me parece adecuada con lo visto en esta segunda temporada, y me gusta que haya aumentado el metraje de los dragones en esta segunda temporada. En el apartado técnico, el diseño de producción, las localizaciones (entre ellas el casco histórico de Cáceres), el empleo de extras y los efectos especiales me parece que lucen increíblemente en esta serie. Dentro de las cosas positivas, La casa del dragón ofrece el entretenimiento que promete, y la verdad es que me ha dejado (con matices) con ganas de más. Por cierto, HBO ha confirmado que va a producir las 2 próximas temporadas de La casa del dragón para que la historia pueda contarse con la extensión que George R.R. Martin comentó que necesitaría la serie cuando estaba promocionando el estreno de la primera temporada. Algo por lo que los espectadores sin duda tenemos que alegrarnos.

Dentro que la serie me ha gustado y seguro veré la tercera temporada, hay bastante cosas que comentar que son cuestionables. Empezando por el mismo final de la temporada, planteado como un trailer de lo que está por venir y que vuelve a dejarnos con la sensación que ya tuve en la primera temporada: Excepto el cuarto episodio que es realmente espectacular y dramático, todos los episodios de esta segunda temporada han vuelto a dejarme con la sensación de vendernos la idea de «vuelve la semana que viene, que ese episodio será el bueno». De hecho, todo el final de la temporada es precisamente ese: «No te hemos mostrado las batallas que hemos sugerido, pero vuelve que a la próxima igual si». Y esta sensación de anticlimax en realidad no es buena, porque es la segunda vez que la serie nos hace lo mismo.

Cuando vi el espectacular cuarto episodio tuve claro que esa iba a ser la única batalla que veriamos en toda la temporada. Por supuesto en ese momento podía haberme equivocado, pero las emisiones posteriores han acabado dándome la razón. Ya sea por motivos presupuestarios, que seguro ha sido un factor, o por la propia narrativa a fuego lento que plantean los creadores, el resultado es una serie descompensada que nos ha ofrecido lo mejor en la mitad y ha ido cuesta abajo a partir de ahí. A esto hay que añadir que los medios americanos comentan que el rodaje de la tercera temporada comenzará a primeros de 2025, por lo que entiendo que estamos ante un estreno en 2026. Esto significa que prácticamente van a volver transcurrir los casi dos años que pasaron entre las temporadas 1 y 2. Y esto es muchísimo tiempo pensando en el coitus interruptus que nos está ofreciendo la serie. En este momento me acuerdo que la serie se redujo de 10 episodios a 8, y en condiciones normales esos dos episodios que nos han «robado», de nuevo no se si por tema presupuestario, narrativo o una combinación de los dos, son los que tendrían que habernos dado el climax que la historia precisaba.

El otro gran problema de la temporada ha sido todo el arco de Daemon Targaryen en Harrenhal, el centro de las Riverlands y castillo clave para el desarrollo de la guerra. Daemon se pasa casi la totalidad de su tiempo sufriendo visiones que se convirtieron en los verdaderos «minutos de la basura» de la serie. Que al final todo ello le lleve a ver la visión de lo que se profetiza en La Canción de Hielo y Fuego y le lleve a jurar lealtad a Rhaenyra es un final que puede ser lógico, pero que no oculta lo alargado y sin interés que fue su participación esta temporada. Dicho esto, Rhaenyra obtiene la lealtad de los señores de Riverlands y se ha hecho con tres nuevos jinetes de dragones, por lo que lo que el equilibrio de fuerzas parece que se ha decantado a su favor. El tamaño de Vhagar, sin embargo, hace que no se pueda descartar alguna nueva matanza de Aemond.

Hablaba del acierto de marketing del Team Green / Team Black. Sin embargo, narrativamente, esto no es así. Desde el primer momento los espectadores sabemos que el Rey Viserys quería que su hija Rhaenyra reinara, aunque dio la opción a Alicent de malinterpretar su repetición de la Canción de Hielo y Fuego. Este desequilibro se va agravado por la incompetencia de los hijos de Alicent, que hace que el espectador desee que ganen los Verdes de Rhaenyra. Primero con el incompetente Aegon II y después con la crueldad de Aemond montando a Vhagar. A todo esto, ya no sorprende que la serie plantee que todas las mujeres son personas morales y «buenas», mientras que los hombres son los que muestran todas las cualidades negativas posibles.

En realidad la serie me ha gustado. Pero tengo claro que La casa del dragón NO está al mismo nivel que Juego de Tronos, empezando por la menor complejidad al tener sólo dos tramas (tres si contamos el decepcionante arco de Daemon) frente a las múltiples localizaciones y personajes de Juego de Tronos. Tampoco los personajes son igual de memorables, en especial sus virtuosos y poco complejos personajes femeninos. Sin embargo, yo sabía todo esto y lo acepto sin problemas. Porque en realidad, como he comentado, la serie me entretiene muchísimo, a pesar de la constante sensación de trailer de lo que está por venir y su excesivo ritmo expositivo y anticlimático.

Comparto el trailer de esta temporada:

La segunda temporada de La casa del dragón confirma que es una buena serie de televisión con una narrativa que como mínimo debe ser calificada de cuestionable.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Mare of Easttown (Max)

Mare of Easttown es una de esas series que sabes que tienes que ver, pero que por unas cosas u otras no había visto. Aprovechando la actual suscripción a MAX, he saldado esta falta, y confirmo que me ha gustado mucho, por supuesto gracias a la espectacular interpretación de Kate Winslet

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Serie de TV (2021). 7 episodios. Mare Sheehan (​Kate Winslet) es una detective de un pequeño pueblo de Pennsylvania que investiga un asesinato local mientras intenta que su vida personal no se desmorone. (FILMAFFINITY)

Mare of Easttown fue creada por Brad Ingelsby, un guonista y productor que ha escrito Out of the furnace (Scott Cooper, 2013, protagonizada por Christian Bale y Woody Harrelson), Run all night (Jaume Collet-Serra, 2015, protagonizada por Liam Neeson y Ed Harris) y The way back (Gavin O´Connor, 2020, protagonizada por Ben Affleck). El éxito de Mare of Easttown le ha permitido a Ingelsby firmar un acuerdo con HBO Max para el desarrollo de nuevas historias.

Los siete episodios de esta serie de 2021 fueron dirigidos por Craig Zobel, un director que ha realizado las películas Compliance (2012), Z for Zachariah (2015) y The Hunt (2020), y en televisión ha dirigido episodios de The Leftovers, American Gods y Westworld. La serie se estrenó en 2021 y recibió una aclamación unánime de la crítica, recibiendo 16 nominaciones a los Emmy de ese año. Destacar además la música de Lele Marchitelli.

Kate Winslet es Marianne «Mare» Sheehan, una sargento detective de Easttown, Pennsylvania, que investiga el asesinato de una joven y la desaparición de otra. Julianne Nicholson interpreta a Lori Ross, la mejor amiga de Mare, Jean Smart es Helen Fahey, la madre de Mare que vive con ella, Angourie Rice es Siobhan Sheehan, la hija de Mare. David Denman es Frank Sheehan, el ex marido de Mare, Neal Huff interpreta al padre Dan Hastings, primo de Mare, sacerdote católico y párroco de la iglesia de St. Michael’s Church, Guy Pearce es Richard Ryan, un autor y profesor de escritura creativa, Cailee Spaeny es Erin McMenamin, una madre soltera adolescente que es maltratada por su ex novio, John Douglas Thompson es el Jefe Carter, el jefe de Mare en el departamento de policía, Joe Tippett es John Ross, el marido de Lori y primo del padre de Erin, Kenny, Evan Peters es el detective Colin Zabel, el detective del condado llamado para ayudar a Mare, Sosie Bacon como Carrie Layden, la madre del nieto de Mare, Drew, y ex novia del hijo fallecido de Mare, Kevin, James McArdle es el diácono Mark Burton, un diácono católico reasignado a St. Michael’s tras las acusaciones de conducta sexual inapropiada en su anterior parroquia.

Mare of Easttown es un drama protagonizado por una Kate Winslet haciendo el papel de su vida. La actriz inglesa aprendió el acento de Pennsylvania para sumergirse en su personaje Mare, una policía buena persona que oculta un drama y una depresión tremendas producida por el suicidio de su hijo Kevin, que sufría problemas mentales y de adicción a las drogas, y que le ha dejado como tutora de su nieto Drew, dado que la madre del niño sufre también problemas con las drogas. Mare tuvo su momento de gloria en el instituto, donde metió la canasta que dio a su instituto el título estatal, una hazaña que no se ha vuelto a producir. No sabemos si Mare hubiera podido dedicarse al baloncesto profesional, pero ella siempre quiso ser como su padre, policía local que también se suicidó debido a la depresión y a los problemas mentales. Mare intenta ser una buena detective mientras vive una vida lastrada por numerosos traumas. Al mismo tiempo, vemos que Mare no es perfecta, ya que cometerá errores que estarán a punto de hacer que pierda el trabajo.

Winslet tiene un rango interpretativo bestial con un personaje estoico que no quiere compartir sus sentimientos. Sin embargo, su mirada transmite muchísimo en cada momento, sobre todo el dolor que lleva años en su corazón. Hay momentos en que sus ojos transmiten «no puedo más», pero sin embargo Mare sigue levantándose para cumplir con su obligación. Su relación con su hija y su madre no están en el mejor momento, y sobre todo me gusta la química que Winslet tiene con su madre, interpretada por la también estupenda Jean Smart.

Esta visión de un protagonista complejo y con defectos es para mi lo mejor de una serie. A esto hay que sumar la propia sociedad del pueblo de Easttown (un pueblo que existe en la realidad y es donde se crió el creador Brad Ingelsby), que forma otro personaje fundamental que resalta lo dura que es la vida es estos pueblos pequeños, en los que todos los vecinos tienen sus propios demonios y sus secretos que intentan que se mantengan enterrados.

Aunque la vida de Mare es el ancla emocional de la serie y lo que hace que sea un éxito total, en realidad se supone que estamos ante un drama policial al tener que resolver Mare dos casos casi a la vez: Un asesinato de una joven madre soltera del pueblo, y la desaparición hace un año de una joven local hija de una compañera del equipo de baloncesto de Mare que sufre cáncer. Gran parte de la serie sigue las investigaciones de Mare y su compañero el detective Colin Zabel, al que le han asignado el caso para ayudarla. Una investigaciones que tienen una parte de suerte, otra de casualidad y otra de un buen instinto por parte de Mare. Estos dos casos NO están conectados, y me parece una buena idea. Porque los problemas no vienen solos ni se esperan a otro día porque hoy estás enfermo y te viene mal.

La duración de siete episodios me ha parecido perfecta, porque más episodios hubieran alargado innecesariamente la serie. Mare intenta cuadrar su trabajo como policía con sus problemas de su vida personal, pero aún así intenta empezar una relación con un profesor local, interpretado por Guy Pearce, un papel pequeño pero al que da su carisma. Todos los personajes secundarios creo que están geniales y aportan lo que la historia necesita.

Quizá la resolución de la serie peca de plantear demasiados giros que hacen que todo lo anterior fuera erróneo. Y el caso es que estos giros y sorpresas están planteados de forma que tienen sentido narrativamente, se nota en positivo que Brad Ingelsby sabía cual era el final del caso cuando empezó a escribir la serie. Pero en una serie que intenta ser tan realista, plantear estos giros puede ser positivo pensando en la serie como historia de misterio que te tiene que dejar con ganas de seguir viendo la serie al final de cada episodio. Sin embargo, me quedo con la sensación que estando bien, este final enrevesado no es tan realista como le hubiera gustado a Ingelsby. O como me hubiera gustado a mi. En todo caso, la idea que las personas pueden sanar y seguir con su vida sin el equipaje del pasado, o aprendiendo a vivir con ello, me parece una idea positiva dentro que no existen las soluciones mágicas.

Reconozco que he visto Mare of Easttown con mucho retraso, pero me alegro de haberla visto, porque me ha parecido un serión. Probablemente sea el último en sumarme a la fiesta, pero la recomiendo sin duda. Series como esta son las que ayudaron a crear la marca de calidad que tiene / tenía HBO como creadora de series de calidad. Una marca que incomprensiblemente los actuales dueños de Warner Discovery han desechado por la impersonal marca actual de MAX.

Comparto el trailer de esta serie:

Mare of Easttown es una seriaza. Visionado obligado.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de El simpatizante (Max)

Aprovechando mi suscripción a Max he disfrutado muchísimo El simpatizante, serie creada por Park Chan-wook (Old boy, The handmaiden, Stoker) con un pletórico Robert Downey Jr. realizando múltiples papeles.

PUNTUACIÓN: 8/10

Miniserie de TV (2024). 7 episodios. Un thriller de espionaje y una sátira intercultural sobre las luchas de un espía comunista mitad francés, mitad vietnamita durante los últimos días de la Guerra de Vietnam y su exilio resultante en los Estados Unidos. Adaptación de la novela ganadora del Pulitzer. (FILMAFFINITY)

The Sympathizer es una miniserie histórica de comedia negra basada en la novela homónima de Viet Thanh Nguyen, ganadora del Premio Pulitzer en 2015. La serie fue creada por Park Chan-wook (Old boy, The handmaiden, Stoker) y Don McKellar, con Robert Downey Jr. como productor ejecutivo. Chan-Wook dirige tres de los siete episodios de la serie, con Fernando Meirelles dirigiento uno y Marc Munden lo otros tres. Jo Yeong-wook realiza la música

Hoa Xuande como el Capitán, un capitán de policía de Saigón que es en secreto un espía comunista del Norte. Robert Downey Jr. aparece en varios papeles, entre ellos (por orden de aparición): Claude, un agente de la CIA que sirve de mentor al Capitán, el Profesor Robert Hammer, el orientalista profesor de posgrado del Capitán, Ned Godwin, un congresista del sur de California que intenta atraer a la población local vietnamita-americana, Niko Damianos, un cineasta de autor que realiza una película sobre la guerra de Vietnam, inspirado en Francis Ford Coppola y John Landis y El Cura que es el padre del Capitán.

Toan Le como el General (Trọng), un general vietnamita del sur de alto rango al que sirve el Capitán, Fred Nguyen Khan como Bốn, el mejor amigo de la infancia del Capitán, Duy Nguyễn como Mẫn, el otro amigo de la infancia del Capitán y su controlador para el ejército vietnamita, Vy Le como Lana, la hija del General y el interés amoroso del Capitán, Ky Duyen como Madame, la esposa del General y Sandra Oh como Ms. Sofia Mori, una secretaria japonesa-americana que entabla una relación sexual con el Capitán.

El simpatizante me ha sorprendido y me ha parecido super divertida. Lo primero a comentar es que El simpatizante es un nuevo ejemplo de la moda actual del entretenimiento americano con series en las que mayoritariamente NO se utiliza la lengua inglesa. Lo vimos en Shogun hace un par de meses, y actualmente en Max tenemos este El simpatizante en lengua vietnamita y la segunda temporada de Tokyo Vice en japonés.

El simpatizante es una historia con múltiples capas, empezando por una parte de lección de historia al ambientarle durante la guerra de Vietnam y después con la vida de los vietnamitas que emigraron a los Estados Unidos. El giro y lo interesante de la historia es que el protagonista sin nombre, que es además el narrador de la historia, es un espía norvietnamita que está infiltrado en las fuerzas proamericanas de Vietnam del Sur. El Capitán es hijo de una vietnamita y un francés, y pasó su juventud estudiando en Estados Unidos, siendo un recurso valioso para la CIA sin que ellos sepan que es un comunista convencido y un doble agente. Con la pérdida de la guerra, el Capitán se desplaza a los Estados Unidos como ayudante del general vietnamita, con lo que tendrá el doble trabajo de informar de las actividades de los emigrantes e intentar evitar cualquier acto dirigido a organizar un contraataque contra los comunistas vietnamitas.

La serie está contada a modo de flashback, con un narrador que contar su historia a un oficial de la Vietnam comunista que le mantiene preso, probablemente porque no se crea que es un agente doble. La historia tiene el acierto de transmitir un tono de humor un poco cínico a lo largo de toda la serie, sobre todo para reflejar la prepotencia de los americanos, una sociedad que se cree superior a los «atrasados» vietnamitas que necesitan ser educados, sobre todo en democracia.

El origen mestizo del Capitán permite a la serie analizar lo que significa pertenecer a un grupo étnico cuando todo el mundo se empeña en destacar tu diferencia. «No eres la mitad de nada, eres el doble de todo» era lo que le decía su madre para que no se siena menos que nadie. Y sin embargo, el protagonista no deja de sentirse un extraño respecto a los demás. Para los americanos siempre será un extranjero, aunque el 50% sea occidental. Pero aunque él se vea como un comunista de corazón, para los comunistas es alguien contaminado por la vida occidental que ya no puede volver a ser un ciudadano puro.

Aparte de lo interesante que es la historia del protagonista, el elemento distintivo de la serie es la quintuple interpretación de Robert Downey Jr. en una serie que parece planteada para su lucimiento. En este sentido se entiende que Downey Jr sea el productor ejecutivo. Y su interpretación me parece que está muy bien, con acentos y manierismos muy diferentes entre si. En todo caso, diría que hay un toque de humor negro en muchos de estos personajes, desde el agente de la CIA que no es tan listo como cree. al tener a un espía bajo su ala. También destaca el profesor universitario que dice ser un experto en historia y cultura oriental pero no deja más que relucir su racismo sobre los que piensan que son gente inferior.

Además de analizar lo que significa ser un emigrante, hay una sensación episódica en la serie ante diferentes situaciones que vive el protagonista. En especial me ha gustado el especial en el que vemos un rodaje de una película bélica ambientada en Vietnam. Un rodaje con un montón de momentos super divertidos y con un director también interpretado por Downey Jr. en que parece que se están riendo de los «directores – autores», quien sabe si dirigido hacia Francis Ford Coppola u Oliver Stone. Rodar una película que dice busca dar voz a los vietnamitas pero én la que ningún vietnamita tiene ninguna línea de diálogo, hasta que el protagonista le hace ver, es un ejemplo de la hipocresía américana. También es muy gracioso el personaje del capitán americano interpretado por David Duchovny, que vive el personaje que interpreta y se cree el personaje durante todo el rodaje, crea situaciones también muy divertidas que también parece reirse de estos supuestos «artistas» que actuaban de forma abusiva hacia sus compañeros de rodaje.

La duración de 7 episodios me ha parecido perfecta para una historia que no tiene soluciones fáciles. El protagonista también se comporta de forma poco éticas, actuando como piensa que querrían sus superiores comunistas y haciendo lo que haga falta para mantener el secreto de su identidad de espía. Esto resalta que no hay buenos o malos, sino personas complejas que sólo intentan sobrevivir.

Junto al protagonista y Downey Jr., los personajes secundarios vietnamitas me han gustado, en especial el General que destaca por su paranoia y que no llego a saber si es un corrupto que se queda con el dinero de la sociedad vietnamita en el exilio. También me gusta la hija del General que intenta vivir su vida, Bốn, el mejor amigo de la infancia del Capitán, o Ms. Sofia Mori, la secretaria japonesa-americana del Profesor Robert Hammer que entabla una relación con el Capitán.

La serie plantea un importante giro en el último episodio en el que el Capitán consigue su sueño de volver a Vietnam para descubrir que las cosas no son como a él le gustarían, aparte de descubrir los secretos y pecados del pasado del Capitán que le atormentan, una parte que rompe el tono de humor negro previo y que se pone mortalmente seria.

En resumen, me ha gustado mucho El simpatizante, me ha dado muchas cosas y todas ellas buenas. Todo ello con una historia que en la forma en que está contada consiguió atraparme. Si estás suscrito a Max, no te la puedes perder.

Comparto el trailer de esta serie:

El simpatizante me ha encantado. Una serie con toques de historia, humor y situaciones peculiares que me ha atrapado de principio a fin.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de La casa del dragón temporada 2 episodios 2-4 (MAX)

La segunda temporada de La casa del dragón en MAX llega a su ecuador y lo hace con el combate de dragones que todos estábamos esperando. Hoy comento mis impresiones de lo visto hasta ahora.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

ARTÍCULO CON SPOILERS

Episodio 2. Rhaenyra la Cruel.

Mientras Otto traza un plan para que el pueblo se ponga en contra de ella, Rhaenyra cuestiona la lealtad de Daemon.

Episodio 3. El molino ardiente.

Tras el resurgir de antiguas rivalidades, Rhaenys sugiere contención mientras Daemon llega a Harrenhaal para formar el ejército de los Negros.

Episodio 4. El dragón rojo y el dorado

En ausencia de Rhaenyra y Daemon, Rhaenys intenta calmar al Consejo Negro mientras Cole organiza su campaña en Nido de Cuervos.

George R.R. Martin estuvo super implicado en la creación de esta serie, que ha sido creada por él, el guionista Ryan Condal y el director Miguel Sapochnik, director de alguno de los mejores episodios de Juego de Tronos. Condal es el showrunner de esta segunda temporada y ha escrito el cuarto episodio que se ha emitido esta semana, un capítulo dirigido por Alan Taylor, director también super asociado al mundo de Juego de Tronos y que dirigió el primer episodio de esta temporada. El segundo episodio fue dirigido por Clare Kilner y cuenta con guion de Sara Hess, mientras que el tercero fue dirigido por Geeta Vasant Patel con guion de David Hancock. El músico Ramin Djawadi vuelve también con la icónica melodía original.

Dentro del reparto encontramos a Emma D’Arcy como la Reina Rhaenyra Targaryen: Hija y heredera del Rey Viserys I Targaryen, primogénita y única superviviente de Viserys y su primera esposa, la Reina Aemma Arryn. Tras la muerte de su padre es coronada reina por sus partidarios, los «Negros», después de que su hermanastro usurpara el trono. Es una jinete de dragones que monta al dragón Syrax. Olivia Cooke interpreta a la Reina viuda Alicent Hightower: Compañera de infancia y mejor amiga de la princesa Rhaenyra Targaryen, y más tarde segunda esposa y reina consorte del rey Viserys I Targaryen. Alicent promueve el ascenso al trono de su hijo el Príncipe / Rey Aegon II Targaryen (Tom Glynn-Carney), lo que provoca la guerra abierta entre ambas facciones.

Matt Smith es el Príncipe Daemon Targaryen, el hermano menor del Rey Viserys I Targaryen y tío / marido de la Princesa Rhaenyra Targaryen. Daemon es un guerrero feroz y empuña la espada de acero valyrio Hermana Oscura. Es un experimentado jinete de dragones que monta al dragón Caraxes, también conocido como el «Wyrm de Sangre». Rhys Ifans es Sir Otto Hightower: El padre de la Reina Alicent Hightower y la Mano del Rey del pequeño consejo del Rey Viserys I Targaryen y continúa manteniendo su posición bajo el Rey Aegon II Targaryen. Cuando su hija se convirtió en reina, comenzó a conspirar para poner a su hijo mayor Aegon en el Trono de Hierro, en lugar de Rhaenyra, cosa que consiguió. Steve Toussaint es Lord Corlys Velaryon: El Señor de Driftmark y jefe de la Casa Velaryon, una de las familias más ricas y poderosas de los Siete Reinos. Conocido como «la Serpiente Marina», es el marino más famoso de la historia de Poniente. Eve Best como la Princesa Rhaenys Targaryen: Prima mayor de Viserys y Daemon y esposa de Lord Corlys Velaryon. Rhaenys es la única hija del Príncipe Aemon Targaryen, el difunto heredero e hijo mayor del Rey Jaehaerys I Targaryen, y de Jocelyn Baratheon, hermanastra de Jaehaerys.

El primer episodio de la segunda temporada de La casa del dragón me gustó bastante, sobre todo en la parte de recordarme de forma modélica donde se encontraba cada personaje de las casas enfrentadas Targaryen y Hightower. El episodio terminó además en lo más alto, al contratar Daemon Targaryen a unos asesinos en Desembarco del Rey para matar a Aemond, como venganza por matar a Lucerys Targaryen al final de la primera temporada. Al no poder encontrar a Aemond, los asesinos cortan cabeza del heredero al trono Jaehaerys, hijo pequeño de Aegon. Con esto, la guerra parecía que estaba servida y ahora si era inevitable.

Pero La casa del dragón NO es Juego de Tronos. Sus tramas no avanzan a la misma velocidad, y asumir esta realidad es fundamental si se quiere disfrutar de esta seria. Tras un buen arranque de temporada la serie se pasó los dos episodios (y medio) siguientes a preparar el climax del cuarto episodio en el que por fin estalla la guerra y los dragones entran en acción. Tras el velatorio de Jaehaerys en Desembarco del Rey y que Rhaenyra le dijera a su tío y consorte Daemon que no confía en él por la forma en que realiza sus planes sin consultarla, la serie emplea su tiempo para mostrarnos la toma de Daemon de Harrenhaal, fortaleza clave para controlar la región de Riverlands, simplemente apareciendo por allí con su dragón. Y mientras Sir Cole dirige las fuerzas de Desembarco del Rey hacia Riverlands, Rhaenyra emprende un viaje en secreto a Desembarco para intentar hablar con Alicent para intentar convencerla para llegar a un acuerdo que evite la guerra. Un acuerdo imposible porque ninguna está dispuesta a renunciar al trono, a pesar que Rhaenyra entiende de donde vino la confusión que provocó que Alicent creyera que el difunto Rey Viserys quería que su hijo reinara y no ella. Al final del tercer episodio, parecía que ahora si, la guerra era inevitable.

Una sensación que me dejó durante toda la primera temporada La Casa del Dragón era que estando bien, transmitía la idea que el episodio realmente bueno donde la situación estallará definitivamente será el siguiente, algo que nunca llegaba. De alguna manera, esta sensación se repitió en los tres primeros episodios de esta segunda temporada. Unos episodios que estaban bien pero sugerían que lo mejor se dejaba para más adelante. Sin embargo, por fin el climax de este cuarto episodio con la guerra abierta entre dragones SI nos ha dado el espectáculo que al menos yo pido a una serie de estas características. Acepto la narrativa pausada que ha planteado el showrunner Ryan Condal, pero creo que ellos mismos sabían que tenían que darle un empujón a la serie en este cuarto episodio o cabía la posibilidad que algunos tele-espectadores desconectaran ante la falta de sucesos «potentes». Y creo que es un acierto, porque nos ha dado momentos que recordaremos y que posiblemente estarán entre los mejores de toda la serie.

Rhaenyra sabía que cuando los dragones luchan quien pierde es el pueblo, y si algo hace bien este episodio es mostrar esto, al ser una masacre para las tropas de Sir Cole en tierra, pero también para los ocupantes de Rook’s Rest, la fortaleza que buscaba conquistar Cole para aislar Harrenhaal. Me gusta mucho que en realidad todo el combate era una trampa para atraer a un dragón de Dragonstone al combate, para que sea sorprendido y masacrado por Aemond que cabalga a Vhagar, el mayor dragón vivo y el más poderoso. Y la verdad es que el plan les hubiera funcionado perfectamente si no fuera porque un borracho Rey Aegon cabalga a su dragón Sunfyre porque no soporta la inactividad del trono. Aegon entra en combate con la Princesa Rhaenys, que cabalga a Meleys, siendo derrotado y quien sabe si habrá muerto. Pero lo verdaderamente bueno viene con el desequilibrado combate entre Vhagar y Meleys, que acaba de forma dramática.

Y aunque Aemond acaba victorioso, no puede decirse que el combate sea una gran victoria para las fuerzas Verdes de Desembarco del Rey, pensando que el ejercito de Cole ha sufrido bajas castastróficas. Una pérdidas que sin embargo no le impiden tomar Rook´s Nest, ya que al morir el dragón Meleys, cae sobre el castillo y casi lo destruye. Los Negros de Dragonstone han sufrido una gran pérdida con la muerte de la princesa Rhaenys, pero están muy lejos de estar derrotados tras este primer combate entre dragones. Lo que si es una evidencia es que la guerra de dragones puede causar una destrucción nunca antes vista, y ya veremos cuanta gente queda con vida cuando la guerra finalice.

Dentro de la narración pausada, la trama de Daemon Targaryen en Harrenhaal es de momento la menos interesante a mucha distancia de las demás. De hecho, parecen unos minutos de la basura que evitan que la serie se ponga con lo que realmente nos interesa. Por la parte de las princesas, Rhaenyra, Alicent o Rhaenys continúan con sus roles centrales de la serie. Me fastidia un poco que fruto de los tiempos actuales, todas las mujeres de la series son seres morales que buscan el bien del reino, mientras que los hombres sean los mezquinos que se dejan llevar por sus pasiones y deseos. Y acepto que los personajes son los que son, pero no tener a un personaje ambiguo como Cersey, que era egoísta cuando no abiertamente malvada, pero al mismo tiempo todo lo hacía por defender a su familia, me parece que hace que las protagonistas sean menos interesantes de lo que hubieran podido ser. En todo caso, entiendo que parte de la gracia de la historia está en que ambas princesas tienen una parte de razón en su pretensión al trono. La campaña de promoción de la serie pidiendo a los espectadores que expresaran si eran #TeamGreen (los Hightower de Alicent en Desembarco del Rey) o #TeamBlack (los Targaryen dirigidos por Rhaenyra en Dragonstone) me parece un éxito y resalta que la historia no se plantea en términos clásicos de que un bando es el malo y el otro es el malo.

El diseño de producción de la serie me parece sobresaliente, pero en este cuarto episodio el nivel se ha elevado al nivel de los episodios ocho de Juego de Tronos. Este episodio me ha parecido una pasada y no le puedo poner ningún pero a lo que acabo de ver. El pero puede estar en el hecho que creo que este va a ser el único gran momento de combate de dragones de esta segunda temporada, que volvería a la narración pausada previa. Espero equivocarme, pero el hecho que Alan Taylor se encargue de estos episodios más complejos y ya no vaya a dirigir ningún episodio esta temporada es otro elemento que sugiere esto. y que no haya combates entre dragones no significa que la serie vaya a estar mal, sino que no llegará al pico de fuerza que tuvimos en este.

Aunque le puedo poner algún pero a lo que está por venir, en realidad el cuarto episodio me dio justo lo que llevaba demandando casi desde el principio de la serie. Entiendo la forma en que se ha construido la tensión narrativa esta segunda temporada para que explotara en este cuarto episodio. Ahora sólo queda esperar que el resto de la temporada mantenga este mismo nivel.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

La casa del dragón está ofreciendo el entretenimiento que se espera de la principal franquicia de HBO. Esperemos que el resto de la temporada esté al nivel de lo visto en el cuarto episodio.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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