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X-Men: La decisión final de Brett Ratner, llegó la debacle

Tras ver X-Men (Bryan Singer, 2000) y X-Men 2 (Bryan Singer, 2003), llega el momento de comentar mis impresiones de X-Men: La decisión final, película dirigida por Brett Ratner que se estrenó en 2006 que a pesar de su éxito económico destruyó durante años a la franquicia mutante creada por Fox.

PUNTUACIÓN: 5/10

 

Último capítulo de la trilogía cinematográfica «X-Men». Un hecho amenaza con alterar el curso de la historia. Por primera vez, los mutantes pueden elegir: o conservar su singularidad, condenándose al aislamiento, o renunciar a sus poderes y convertirse en seres humanos normales. Los líderes de los mutantes sostienen puntos de vista antagónicos: mientras Charles Xavier aboga por la tolerancia, Magneto defiende la tesis de la supervivencia de los más aptos. (FILMAFFINITY)

Brian Singer abandonó la franquicia mutante al firmar con Warner para relanzar Superman en lo que fue la fallida Superman returns (2006). Fox empezó la búsqueda del nuevo director e incluso llegó a tener firmado a Matthew Vaughn, que acabó abandonando la producción por problemas familiares al no poder cuadrar las agendas de rodaje. Finalmente, Fox contrató a Brett Ratner (Rush Hour 1 y 2, El dragón rojo) para dirigir la película. Ratner no había leído comics ni conocía de nada a los personajes, así que confió totalmente en que los guionistas supieran hacer un buen trabajo.

Dan Harris y Michael Dougherty, los escritores de X-Men 2 también se fueron con Singer para escribir el guión de Superman Returns, por lo que Fox contrató a Simon Kinberg (guionista en ese momento de XXX state of the Union y Mr & Mrs. Smith) y Zak Penn, que escribió la historia de X-Men 2. Usando una estrategia similar a la empleada en X-Men 2, los productores Lauren Shuler Donner, Ralph Winter y Avi Arad, hacían que cada escritor creara su propio guión para luego fusionar los mejores elementos de ambos en la historia definitiva.

El problema principal de la película viene ya desde el guión, al optar por utilizar dos tramas de los comics en la película. Kinberg y Penn adaptaron la mítica Saga de la Fénix Oscura de Chris Claremont y John Byrne, unida al argumento del primer arco de Astonishing X-Men de Joss Whedon y John Cassaday, «Gifted», en la que la doctora Kavita Rao encuentra una cura para la «enfermedad» mutante. La saga de Fénix es una de las historias más celebradas de toda la historia de los X-Men, mientras que Gifted fue publicada en 2004.

El rodaje tuvo lugar entre agosto de 2005 y enero de 2006 en Vancouver, donde también se rodó X-Men 2, y contó con Dante Spinotti como director de fotografía, montaje de Mark Helfrich, Mark Goldblatt y Julia Wong, además de música de también recién llegado a la franquicia John Powell, que además de crear temas nuevos optó por emplear algunas de las melodías más conocidas de la franquicia.

X-Men: La decisión final contó con un presupuesto de 210 millones de dólares, un de los más elevados de la época y casi un 50% superior al de X-Men 2, y recaudó más de 460 millones en todo el mundo. A pesar de no ser la más rentable (X-Men 2 recaudó 400 millones a partir de un presupuesto inferior a los 140 millones), se convirtió en un éxito de taquilla y la película con mayor recaudación de la franquicia, a pesar de que dejaba la franquicia en una situación muy complicada debido al destrozo que causó en los mutantes.

En el reparto de X-Men 3 veremos el retorno de Patrick Stewart (Charles Xavier), Hugh Jackman (Logan / Lobezno), Famke Janssen (Jean Grey), Halle Berry (Ororo Munroe / Tormenta), James Marsden (Scott Summers / Cíclope), Anna Paquin (Anna / Rogue), Ian McKellen (Erik Lehnsherr / Magneto), Rebecca Romijn-Stamos (Raven Darkhölme / Mística),  Shawn Ashmore (Bobby Drake / Iceman), Aaron Stanford (John Allerdyce / Pyro) y Daniel Cudmore (Peter Rasputin / Coloso).

Además de todos estos actores, se estrenan en la película Ellen Page (Kitty Pryde), Kelsey Kramer (Hank McCoy / Bestia), Ben Foster (Warren Worthington III / Angel), Dania Ramirez (Callisto), Vinnie Jones (Cain Marko / Juggernaut), Eric Dane (James Madrox / Multiple Man) o  Cameron Bright como Jimmy / Sanguijuela, el mutante cuyos poderes son anular las habilidades de otros mutantes y de cuya sangre y ADN las industrias Worthington y la doctora Kavita Rao (Shohreh Aghdashloo) han desarrollado «La Cura». Como véis, un casting monumental que era imposible que pudiera brillar en pantalla.

Como curiosidad, X-Men La decisión final fue la única película hasta la fecha que contó con los 5 X-Men originales (Cíclope, Chica Maravillosa, Bestia, Ángel y Hombre de Hielo), aunque no comparten ningún momento en pantalla.

Entrando en materia, X-Men La Decisión final hubiera podido ser una gran película. El problema es que para ello hubiera tenido que durar al menos 30 minutos más para haber podido desarrollar mejor las dos tramas de la película y haber tenido unos escritores preocupados por crear los impactos emocionales CON los personajes, en lugar de convertirlos en carne de cañón a los que usar y tirar.

El caso es que los 30 primeros minutos pintan muy bien mientras conocemos las dos tramas principales, el descubrimiento de una cura de las habilidades mutantes creada por un empresario avergonzado porque su hijo es mutante (Warren Worthington, el Angel), y el descubrimiento que Jean Grey sobrevivió a su aparente muerte al final de X-Men 2 con unos poderes amplificados exponencialmente, lo que la convierte en una amenaza real para la superviviencia del planeta.

El problema es que la película sólo dura 104 minutos, y en seguida descubrimos que todo el interés de Ratner es saltar de una set de acción a otro lo más rápido posible, sin dejar que los numerosos dramas que vamos viendo consigan calar en el espectador. Aunque el prólogo en la que unos jóvenes Charles Xavier y Magneto van a reclutar a una adolescente Jean Grey con problemas psíquicos provocados por la aparición de sus habilidades mutantes, esto sólo se vera reflejado en una escena durante la película, protagonizada por Logan y una adulta Jean, para llegar a continuación al climax final. Demasiado poco, desaprovechando el magnífico material de base de los comics.

X-Men La decisión final es un ejemplo clarísimo de «secuelitis», en la que los productores creyeron que el público demanda «más acción, más drama», y eso por si solo va a conseguir que sea una buena película. Y claramente, no fue así.

Es curioso como a pesar de contar con el mayor presupuesto hasta la fecha, X-Men La decisión final se ve cutre en casi todas las escenas, con la única excepción del climax final entre Fénix y Logan.  Juggernaut o los poderes de Callisto y Tormenta lucen terribles en pantalla, y se notan un mal uso de los efectos digitales en los poderes de curación de Lobezno o la pelea final en la que unos genéricos mutantes saltan por que sí hacia unos soldados primero y luego contra los X-Men.

Incluso el ver por fin la Sala de Peligro o a un Centinela en la sombra, algo que no pudimos ver en las películas previas debido a problemas presupuestarios, cuando finalmente llegó se ve cutre total, robándole al momento de la potencia visual que debería haber tenido.

Los actores hacen lo que pueden con el guión, y lo cierto es que me gustan Patrick Stewart y Hugh Jackman, transmitiendo muy bien el drama moral al que se enfrentaron. Lo malo es que Stewart casi no está en pantalla, víctima de la sangría provocada por el guión de Kinberg y Penn. Asímismo, Ian McKellen se queda en un villano de opereta totalmente desaprovechado, malogrando el argumento inicial que indicaba que tenía razón ante la amenaza que esta Cura significaba para los mutantes ante la inevitabilidad de que fuera utilizado como un arma por los gobiernos.

Como fan de los comics Marvel, uno de los chascos más grandes que me llevé en una sala de cine me lo llevé viendo esta película cuando los guionistas mataron a Scott Summer tras 1 sola escena en pantalla. Esta decisión me pareció terrible no sólo por esta película, sino al confirmarse cómo FOX habría desaprovechado y casi maltratado a uno de mis personajes favoritos durante no una, sino tres películas. Algo inconcebible y que indica la nula conexión de los guionistas con estos personajes.

Años más tarde descubrí que esta casi nula aparición vino también provocada porque James Mardsen también abandonó la franquicia junto a Bryan Singer por un papel en Superman Returns, al asumir con naturalidad que en películas corales como esta era imposible que todos los personajes pudieran brillar, y en ese caso le había pasado a él. Saber que Mardsen entiende la naturaleza del negocio no hace que mis sentimientos hacia el maltrato de Scott disminuyan, algo que se vió acrecentado al ver a mitad de la película como los mutantes le hacen un funeral a Charles Xavier, y se olvidan completamente de Scott a pesar de saber que también había muerto, un detalle muy sucio y rastrero, que no queda compensado por ver su tumba junto a la de Jean al final.

Como decía al principio, el principal problema de la película es un guión que parte el visionado en dos sin llegar a desarrollar correctamente ni la trama de Fénix Oscuro ni la de la Cura. Tras matar a Xavier, Jean se pasa 35 minutos largos literalmente sin hacer nada plantada al lado de Magneto. Y aunque la trama de la Cura que provoca la reacción violenta de Magneto empieza bien y plantea un interesante dilema ético, queda sepultado ante uno de los más terribles clímax de una película comercial, creando una asalto de alcatraz realizado por mutantes random que no pintan nada que da un poco de vergüenza ajena. Si realmente FOX sólo iba a dejar estrenar una película de 100 minutos, hubiera deseable optar por una historia o por la otra, y haberlas hecho bien. No esto que hicieron.

El guión como véis me parece terrible y la dirección de Ratner mediocre y muy poco inspirada. En todo caso, reconozco que hay algunos buenos momentos en la película, como son el primer vuelo de Ángel, la interpretación de Kelsey Kramer como Hank McCoy (a pesar del maquillaje) y la frescura juvenil de Ellen Page como Kitty Pryde. El problema es que es demasiado poco, demasiado mal ejecutado. Junto a estos aciertos en lo relativo al casting, veo el problema de dar a Halle Berry (Tormenta) los principales momentos emotivos en la película cuando ella es una actriz muy limitada que no sabe conseguir transmitir el impacto emocional que deberían.

La mayoría de cameos, y hay un porrón, quedan deslavazados y sin fuerza debido a que no han construido una conexión emocional entre esos personajes y el espectador en primer lugar, confiando que nosotros rellenemos los huecos con nuestros conocimientos de la historia mutante. Además, ya empezamos a ver algo que se vió acrecentado en las siguientes películas, y es que los fans ya no nos conformamos con que salgan en pantalla como pasaba en la primera X-Men, queremos que se comporten según su esencia y hagan algo útil para la trama. Ver personajes floreros ya no funciona ni nos perece suficiente. En este sentido, de también un poco de pena ver el pequeño papel que la película guarda para Anna Paquin (Pícara).

A pesar de una escena post-créditos en la que se intuye que Xavier puede estar vivo en el cuerpo de otro mutante y del final en el que quizá La Cura no es tan definitiva como se pensaba, este película dejó herida de muerte a la franquicia, lo que obligó a Fox a replantearse la franquicia. Menos mal que llegó Matthew Vaughn para salvarles, gracias a la escelente X-Men: First Class, película que veré en breve y sobre la que escribiré mis impresiones en los próximos días.

Comparto el trailer de la película:

X-Men: La decisión final es entretenida pero totalmente fallida y dejó herida de muerte a la franquicia. En todo caso, entiendo que para todos aquellos espectadores que no sean fans de los comics, puede resultarles más o menos entretenida.

PUNTUACIÓN: 5/10

 

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Previa de X-Men: Apocalipsis – Historia de la franquicia cinematográfica

Me lo pasé muy bien grabando el podcast de Twisted Movies a la salida del visionado de X-Men: Apocalipsis. Si quieres escuchar mis impresiones de la película junto a Fernando Verniere y Spider-Verch puedes escucharlo aquí.

Pero escuchándolo de nuevo me di cuenta que si no eres un experto en superhéroes, la franquicia cinematográfica del estudio Fox protagonizada por los mutantes de Marvel Comics es un lío total. Por ello quiero aprovechar el post de hoy para recordar la historia de esta serie de películas, y mi opinión de cada una, para que en caso de que querais ver X-Men: Apocalipsis , no os volvais completamente locos.

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En primer lugar, es obligado indicar que si ahora estamos disfrutando de películas como Capitán América: Civil War es gracias a los éxitos de las primeras películas basadas en personajes de los comics Marvel como fueron Blade (Stephen Norrington, 1998), X-Men (Bryan Singer, 2000) y Spider-Man (Sam Raimi, 2002). Estos 3 éxitos demostraron a los estudios que los superhéroes podían ser los perfectos protagonistas de los mayores blockbusters del verano, ayudados por el desarrollo de unos efectos especiales y CGIs cada vez mejores que permiten trasladar a imágenes la magia y la espectacularidad de las páginas de los tebeos.

 

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En X-Men (Bryan Singer, 2000) disfrutamos de la primera aventuras de los mutantes de la Escuela del Profesor Xavier para Jóvenes Dotados, situada en Westchester (Nueva York). Los mutantes son gente con superpoderes debido a una mutación en su ADN que les convierte en víctimas del miedo y el odio de la sociedad. Ante esta situación descubrimos la existencia de dos bandos liderados por Charles Xavier (Patrick Stewart), que cree en la convivencia pacífica entre hombres y mutantes y ha creado una escuela secreta para que jóvenes mutantes controlen sus habilidades y puedan integrarse en la sociedad, y Magneto (Ian McKellen) que cree que una guerra genética es inevitable y hará lo que haga falta para asegurar la supervivencia de los mutantes. Desde el comienzo queda establecido que Xavier y Magneto fueron una vez amigos, aunque sus diferentes puntos de vista acabaron por convertirles en enemigos.

Los profesores de la escuela de Xavier forman los X-Men y son Cíclope (James Marsden), Jean Grey (Famke Janssen) y Tormenta (Halle Berry), mientras que los miembros de la Hermandad de Mutantes Diabólicos de Magneto son Mística (Rebecca Romjin-Stamos), Sapo (Ray Park) y Dientes de Sable (Tyler Mane).

La película está contada desde el punto de vista de Lobezno (Wolverine, Hugh Jackman) y Pícara (Anna Paquin), dos outsiders que entrarán a formar parte de la escuela de Xavier tras ser salvados por los X-Men de un ataque de los villanos, al tener Pícara un papel fundamental en el plan de Magneto. Tras una batalla en la Estatua de la Libertad, los héroes evitaron el plan de Magneto y le detuvieron,quedando encerrado en una prisión de plástico y cristal a prueba de sus poderes de control del metal.

X-Men fue un importante éxito comercial que puso en marcha la franquicia. La película se apoyaba en las buenas interpretaciones de dos grandes actores como son los veteranos Patrick Stewart (Xavier) e Ian McKellen (Magneto), y en el carisma del hasta ese momento desconocido actor australiano Hugh Jackman (Lobezno), cuya interpretación de Logan le catapultó a la fama, gracias a un inspirado guión de David Hayter que tenía los principales elementos característicos del comic Marvel: la escuela, el conflicto de Xavier – Magneto, un Lobezno carismático, etc.

En el pero de esta película, un presupuesto muy modesto provocó que los efectos especiales fueran solo correctos para la época y que no hayan envejecido demasiado bien. Y que apoyados en estos 3 actorazos, el resto de personajes quedaban muy en segundo plano.

Ambos hechos eran perfectamente perdonables al poder disfrutar por primera vez de una película con algunos de nuestros personajes favoritos, así que globalmente puntuaría esta película con un notable: 7/10.

 

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X2 – X-Men United (Brian Singer, 2003) fue una estupenda película que mejoró a su antecesora y consiguió un éxito aún mayor de crítica y recaudación. Junto a Spider-man 2 (Sam Raimi, 2004), ayudó a asentar el género superheroíco en el medio cinematográfico.

La película, con guión de David Hayter, Dan Harris y Michael Dougherty, a partir de un argumento de Hayter, Singer y Zak Penn nos contará como a partir de un intento frustrado de asesinato del Presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca a manos de Rondador Nocturno (Alan Cumming), el General Willian Stryker (Brian Cox) conseguirá el permiso del gobierno para atacar a los X-Men al amenazar la seguridad de los EE.UU.

Por supuesto, el ataque al presidente fue planeado por el propio Stryker, que quiere acabar con todos los mutantes y lidera un grupo de encubierto de operaciones especiales que ha estado utilizando a mutantes para conseguir sus objetivos. Mutantes, como Rondador Nocturno, Yuriko Oyama (Lady Deathstryke en los comics, interpretada por Kelly Hu) o incluso ¡Lobezno!! La clave para que Stryker pueda acabar con todos los mutantes reside en los poderes telepáticos de Charles Xavier, al que hace prisionero junto a Cíclope.

Stryker ataca a continuación la escuela de Xavier y consigue atrapar a una gran parte del alumnado, aunque gracias a Lobezno, un pequeño grupo formado por Pícara, Iceman (Shawn Ashmore) y Pyro (Aaron Stanford) escapa. Mística ayudará a escapar a Magneto de su prisión justo a tiempo de ayudar a los X-men que han escapado en su lucha contra Stryker.

Al final, la victoria se cobra un precio muy alto, ya que Jean Grey se sacrifica para salvar a sus compañeros. Y una vez derrotado el enemigo común, Magneto, Mística y Pyro escaparán para continuar su lucha en contra de los humanos.

X-Men 2 superó en todos los aspectos a la primera película. Pero también aumentó y amplificó el único problema de la primera entrega: la falta de caracterización de la mayoría de personajes. Hay muchos más mutantes, pero la mayoría no hacen más una aparición testimonial sin relevancia alguna que te deja en muchas ocasiones la miel en los labios, demostrándose además que Singer no sabe qué hacer con personajes como Cíclope, totalmente desaparecido, o Xavier, al que utiliza como el deus-ex-machina de la película.

A pesar de ello, la película globalmente es un notable: 8/10.

 

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Las cosas parecía que pintaban muy bien para la franquicia, pero el desastre llegó con X-Men: La decisión final (Brett Ratner, 2006), película que obtuvo un importante éxito comercial pero que fue un enorme fracaso creativo. Parte de los problemas de esta producción empezaron cuando Bryan Singe abandonó la producción de la 3ª parte para dirigir la fallida Superman Returns (2006). Los productores contrataron a Brett Ratner para sustituir a Singer, un director con una filmografía dudosa hasta ese momento con películas como Hora Punta 2 o El Dragón Rojo (la secuela de El silencio de los corderos). Curiosamente, el primer director que fue considerado para el puesto fue Matthew Vaughn, que acabó dirigiendo X-Men: First Class unos años más tarde.

A partir de un guión de Zak Penn y Simon Kinberg (quedaros con este nombre), la película cuenta dos historias entrelazadas, por un lado el retorno a la vida de Jean Grey como Fénix Oscura, y por otro la creación de una vacuna que elimina el gen mutante y puede hacer que los mutantes puedan tener una vida «normal». Este anuncio será visto por Magneto como un intento de genocidio hacia su especie, igual al que vivió en los campos de exterminio de Auschwitz, por lo que utilizará a la renacida Jean Grey para acabar con cualquiera que se le oponga. Y solo unos diezmados X-Men  podrán evitar sus planes.

La dirección de Ratner no fue demasiado acertada, pero el guión de X-Men: La decisión final, amplificó exponencialmente el principal problema de las anteriores películas de Singer, presentando demasiados personajes a los que no desarrolla, quedando como meras piezas de ajedrez que mover a su antojo pero sin ninguna personalidad. Un ejemplo perfecto fue la batalla final en la isla de Alcatraz, en la que un montón de mutantes genéricos saltan y se pelean sin demasiado sentido. Eso, y pensar que matar a la mitad del casting es una solución correcta para cerrar una trilogía de unos personajes a los que se supone vas a querer dar continuidad en próximas películas.

Globalmente, X-Men: La decición final fue una gran decepción: 4.5/10

 

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Tras el final de X-Men 3, los productores tenían un grave problema que ellos mismos habían causado y del que eran los únicos responsables: Hay que seguir haciendo películas de los X-Men o los derechos de los personajes retornarían a Marvel, pero ¿como hacerlo si casi todos están muertos? La solución fue producir la primera película en solitario de Lobezno (Wolverine) protagonizada por el popular Hugh Jackman. que era el personaje más carismático de la saga.

El resultado, X-Men Orígenes: Lobezno (Gavin Hood, 2009), fue un intento infumable de contar el origen del personaje. Pero un guión de vergüenza ajena del que prefiero no acordarme demasiado, que además contradecía las películas previas, hizo que la película fuera un desastre desde todos los puntos de vista: 2/10

 

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En 2010 la franquicia mutante parecía muerta y enterrada. Fox no tenía claro por donde continuar y casi por casualidad, les tocó la lotería. Tras X-Men Orígenes: Lobezno, la siguiente película que tenían en desarrollo era X-Men Orígenes: Magneto, película destinada a contar el origen del archienemigo de los X-Men. Pero el fracaso monumental de la película de Gavin Hood había paralizado estos planes.

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Llega entonces Matthew Vaugh, un joven productor y director inglés que a punto estuvo de dirigir X-Men 3 y cuyas películas hasta ese momento rezumaban carisma y estilo: Layer Cake (con Daniel Craig, 2004), Stardust (basada en la historia fantástica de Neil Gaiman, 2007) y sobre todo, Kick Ass (basado en el ultraviolento comic de Mark Millar, 2010).

Vaughn cogió el esqueleto de la historia de X-Men Orígenes: Magneto escrito por Bryan Singer y Sheldon Turner y lo transformó (junto a Jane Goldman, Ashley Miller y Zack Stentz) en una película ambientada en los años 60 que contaba el origen no solo de Erik Lensherr (Magneto, interpretado por el extraordinario Michael Fassbender), sino también de Charles Xavier (James McAvoy) y Mística (Jennifer Lawrence). La película fue X-Men: First Class (2011), probablemente es la mejor y más redonda historia de toda la franquicia.

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Para X-Men: First Class (2011), Matthew Vaughn solo recibió dos imposiciones de los productores: Haz la película rápido y que sea barata. Y Vaughn cumplió con sobresaliente, entregando una película colorida que trasmitía perfectamente el feeling de las películas de espías de James Bond con unos personajes principales impecablemente construidos que evolucionaban a lo largo de la cinta y unos secundarios interesantes. Y ante las dudas al ambientar la historia en los años 60, Vaughn aprovechó el contexto de la crisis de los misiles cubanos de 1962 como el perfecto decorado donde situar el conflicto con el Club Fuego Infernal liderado por Sebastian Shaw (interpretado por un carismático Kevin Bacon). Una película autoconclusiva cuyo final enlazaba con el principio de la primera X-Men del año 2000.

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First Class no fue un éxito de taquilla, pero sí fue aclamada como un soplo de aire fresco que renovó con éxito la franquicia, centrando el foco de atención en los personajes de Magneto, Charles y Mística, genialmente interpretados por Fassbender, McAvoy y Lawrence. Y sin necesidad de utilizar al que hasta ese momento era el personaje más carismático, Lobezno (Hugh Jackman, que solo aparece en un divertido cameo), demostrando que no hay malos personajes sino malos autores que no saben qué hacer con ellos.

Una película que bordeaba el sobresaliente y que es la mejor hasta la fecha: 8.5/10.

 

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Tras el éxito de First Class, Bryan Singer, decidió volver a la franquicia para dirigir su tercera película de este universo. Lo cierto es que tras abandonar Fox, sus siguientes películas, Superman Returns (2006), Valkiria (2008) y Jack, el Cazagigantes (2013), pasaron sin pena ni gloria y necesitaba como el comer un éxito comercial que le devolviera a la 1ª división. Esto coincidió con que Vaughn había entregado una película autoconclusiva y quería continuar su carrera con sus propias películas, produciendo la secuela de Kick-Ass 2 (Jeff Wadlow, 2013) y dirigiendo la exitosa Kingsman: Servicio Secreto (2014), basada en otra historia de su pertner-in-crime Mark Millar. Por esto, el traspaso de poderes fue fluido y sin problemas.

X-Men: Dias de Futuro Pasado (2014) fue un gran éxito comercial, recaudando más de 750 millones en todo el mundo. Sin embargo, la película, escrita por Simon Kinberg a partir de un argumento de Jane Goldman, Matthew Vaughn y el propio Kinberg, abandonaba algunos de los aciertos de First Class para volver a errores pasados.

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Inspirados por la historia clásica de los X-Men escrita por Chris Claremont y dibujada por John Byrne a la que dediqué uno de mis primeros artículos de este blog que puedes leer aquí, Bryan Singer nos presenta en DDFP una historia de viajes en el tiempo en el que un veterano Lobezno (Hugh Jackman) viajará en el tiempo hasta los años 70 para evitar el asesinato de Bolivar Trask (Peter Dinklage) a manos de Mística. Trask es el creador de los robots caza mutantes Centinelas y su muerte solo consiguió acrecentar el odio hacia los mutantes, que acabaron la mayoría muertos o encerrados en campos de internamiento.

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De esta manera veremos las dos lineas temporales en paralelo durante toda la película, por un lado Logan en los años 70 junto a Charles Xavier (McAvoy), Magneto (Fassbender) y Bestia (Nicholas Hoult presentado en First Class) intentando detener a Mística (Lawrence). Y por otro lado, veremos a los mutantes en el futuro, liderados por unos ancianos Charles Xavier y Magneto, interpretados por los actores originales Patrick Stewart e Ian McKellen, que lideran a los últimos X-Men en su lucha desesperada contra la extinción a manos unos evolucionados Centinelas.

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En el futuro veremos también a Tormenta (Halley Berry), Kitty Pryde (Ellen Page), Iceman (Shawn Ashmore), Bishop (Omar Sy), Warpath (Booboo Stewart ), Sunspot (Adan Canto), Coloso (Daniel Cudmore) y Blink (Bingbing Fan). Incluso Pícara (Anna Paquin) tenía una escena que fue cortada del montaje estrenado en el cine que fue recuperada en el bluray con el Director´s Cut . Aquí empieza uno de los problemas de la película, y en general de todas las películas de Singer. Todos los personajes del futuro solo son carne de cañón para los Centinelas y no tienen la más mínima caracterización: Por tanto, sus muertes no provocan ninguna emoción en el espectador y son un fail, un mero despliegue de efectos digitales vacíos sin corazón.

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Pero en los años 70, la situación no es mucho mejor. En 2011 Fassbender. Mcavoy y Lawrence eran buenos actores que empezaban a despuntar. Pero en 2014 y tras Los Juegos del Hambre, Jennifer Lawrence es la única estrella de Hollywood de los tres. Esto provoca que la historia gravitara artificialmente hacia Mística, adquiriendo una importancia excesiva y obviando el gran éxito de First Class, el contraste moral entre Xavier y Magneto.

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Además, Lobezno aparece en la película para no hacer nada, como si los productores pensaran que poniendo en portada a Hugh Jackman la película sería más fácil conseguir el éxito de taquilla, aunque sin saber muy bien qué hacer con el personaje una vez llega al pasado.

Para empeorar las cosas, el tono positivo de First Class desaparece completamente, siendo sustituido por un tono más oscuro y deprimente más habitual de las películas de Singer. Y encima, Singer pasa completamente de varios personajes presentados en First Class, como  Banshee (Caleb Landry Jones), Alex Summer (lucas Till), Azazel (Jason Flemyng ) o Riptide (Alex González) supongo que porque no los consideraría «suyos», lo que supuso otra decepción al empezar la película. 

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Solo la acertadísima escena de Mercurio (Evan Peters), sin duda lo mejor de la película, consiguió romper la monotonía y el aburrimiento general. Y aunque los climax en ambas épocas me dejaron frío, al cambiarse el pasado se generó una nueva corriente temporal que permitió dar un acertado y emotivo final a los personajes de la trilogía original, que desde luego no se merecían el lamentable final de X-Men 3.

Y a la vez, esta nueva continuidad permite un relanzamiento de la franquicia sin tener que preocuparse de lo sucedido en las primeras películas. Pero a pesar de esto, X-Men: Dias de Futuro Pasado solo se merece un aprobado justito: 5/10

 

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He evitado comentar The Wolverine (Lobezno Inmortal, James Mangold, 2013) segunda película en solitario del personaje interpretado por Hugh Jackman porque aunque mejoró la horrenda X-Men Orígines: Lobezno, lo cierto es que no es demasiada buena, y de hecho lo más probable es que el sorprendente (aunque tontísimo) cambio en el statu-quo del personaje no creo que vaya a ser respetado tras el reseteo de la continuidad provocado por DDFP. O tal vez si, pero ¿qué más da? Globalmente, otro suspenso: 4.5/10

 

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Tampoco comento la divertida película de Deadpool (Tim Miller, 2016), porque realmente no tiene nada que ver con el resto de películas de Fox. En cualquier caso, podeis leer mi crítica aquí, aunque ya os adelante que fue positiva: 7/10

 

Hasta aquí mi resumen de las películas de FOX de los mutantes de Marvel. Recordando estas películas y teniendo en cuenta que Bryan Singer repite en la dirección de X-Men: Apocalipse, lo cierto es que esta película no me trasmite un buen feeling.

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En el próximo artículo os comentaré que me pareció.

¡Saludos a todos!