Crítica de Matrix Resurrections de Lana Wachowski

Lana Wachowski nos devuelve al mundo de Matrix con Matrix Revolutions, la cuarta película de la serie que lamentablemente nos deja con la sensación que deberiamos haber tomado la pastilla azul.

PUNTUACIÓN: 4.5/10

Neo vive una vida normal y corriente en San Francisco mientras su terapeuta le prescribe pastillas azules. Hasta que Morfeo le ofrece la pastilla roja y vuelve a abrir su mente al mundo de Matrix. (FILMAFFINITY)

Lana Wachowski repite en la dirección de esta película (aunque en este caso sin su hermana Lilly), y escribe el guión junto con Aleksandar Hemon y David Mitchell. En el caso de Matrix, Warner Bros. siempre estuvo abierto a realizar nuevas películas, aunque para las hermanas Wachowski era un capítulo cerrado. Sin embargo, los anuncios de la contratación de varios escritores para que escribieran un tratamiento para una posible continuación lo que supongo impulsó a Lana a buscar una idea con la que estuviera confortable, ante la realidad que la película iba a hacerse con o sin ella.

Matrix Resurrections es una larguísima película de 148 minutos que cuenta con fotografía de John Toll y Daniele Massaccesi, montaje de Joseph Jett Sally y música de Johnny Klimek y Tom Tykwer, que se sienten en muchos momentos, claramente bajo la batuta de Lana Wachowski, de intentar emular algo que es claramente mejor. Aunque luego comentaré más extensamente, me quedo muerto al comprobar que la película ha contado con un presupuesto de 195 millones de dólares. Teniendo en cuenta su estreno simultáneo en HBO Max en Estados Unidos y que hasta la fecha ha recaudado tan sólo 66 millones, va a tener complicado ser rentable para Warner. Dicho esto, también es cierto que al estrenarse en Navidades, siempre es posible que haya más público del habitual aprovechando las vacaciones escolares.

Keanu Reeves y Carrie-Ann Moss con los únicos actores principales que repiten en este secuela (excepto por una sorpresa que apenas es un cameo). Del nuevo reparto destacan Jessica Henwick interpreta a Bugs, una pistolera de pelo azul con un tatuaje de un conejito blanco y capitana del aerodeslizador Mnemosyne. Yahya Abdul-Mateen II interpreta a Morfeo sustituendo a Laurence Fishburne. Jonathan Groff interpreta a Smith, el socio de la empresa de Thomas Anderson / Neo, mientras que Neil Patrick Harris interpreta al psicologo de Thomas.

Tras verme las tres películas de Matrix (y los cortos de Animatrix) en los últimos días, la verdad es que tenía ganas de ver esta cuarta película y me he acercado al cine con la mentalidad adecuada para dejarme sorprender y emocionar.

El mero hecho de volver a Matrix con Neo y Trinity ya parecía suficiente para pagar el dinero de la entrada. Y ver juntos en pantalla a Carrie-Ann Moss y a Keanu entiendo que es una alegría para todos los fans de la franquicia multimedia. Ver que el mundo tras Matrix revolutions sigue teniendo a una gran cantidad de la población mundial atrapada en Matrix no sorprende, pero si descubrir que en el mundo real hay un grupo de máquinas que han decidido vivir con los humanos plantea posibilidades interesantes que abren nuevos caminos para la franquicia.

Además, la historia plantea una crítica muy evidente al mundo de las franquicias cinematográficas y a la falta de imaginación que está, en opinión de Lana Wachowski, asolando a Hollywood y en general al mundo del entretenimiento, con unos productores y unos espectadores complacientes que son felices recibiendo más de lo mismo en lugar de buscar y ofrecer obras que desafíen nuestra inteligencia. Que Lana lo plantee en una cuarta película de una franquicia de éxito de Warner es un elemento muy meta, y la película está plagado de cargas de profundidad en ese sentido. Y como idea me gusta y plantea nuevas posibilidades que a priori me podían encajar.

El problema es que la ejecución es terrible. Tenemos una película de dos horas y media que se hacen aburridísimas, algo inaudito pensando que ¡hablamos de Matrix! Aburrido es lo último que debería ser Matrix, y lo malo es que todo juega en contra del visionado. Empezando por un ritmo más irregular que nunca con una verborrea enunciativa que parece que no tiene fin. Y tengo claro que Matrix siempre pecó de sobre-explicación, pero Lana Wachowski lo eleva casi hasta el nivel de autoparodia.

Otro problema de la película son los cambios en el reparto y no tener a Laurence Fishburne o Hugo Weaving, lo que provoca que Yahya Abdul-Mateen II y Jonathan Groff salgan siempre malparados ante la comparación, acentuado por un guión embarullado que presenta muchas situaciones nunca bien desarrolladas que hace que no estén claras las motivaciones de los personajes o lo que ha provocado su evolución. Y en cuanto al villano y la nula sensación de amenaza, mejor ni hablamos, porque igual hay que plantear esta película como ejemplo de lo que NO hay que hacer.

Y el caso es que Abdul-Mateen II, Groff o Neil Patrick Harris son todos buenos actores, pero el guión no les da nada con sustancia para crear nada interesante desde un punto de vista actoral. Más sangrante es el tema de Keanu Reeves y Carrie-Ann Moss. No descubro nada si digo que carisma tenían a raudales en Matrix, pero que como actores siempre han sido los dos muy limitados. Lamentablemente, verles 18 años después con este guión, sobre todo en el caso de Carrie-Ann, es una losa insalvable que hace que veamos que el paso del tiempo no ha sido benévolo para ambos actores.

Tras ver la película pensaba erróneamente que Matrix Resurrections había sido una película barata para Warner, dado lo cutre que luce todo, lo poco inspiradas que están las casi inexistentes coreografías de artes marciales, y en general todo el aspecto visual que parece un cosplay poco inspirado de la película original, con un climax final que en lo referido a las escenas de acción es penoso. En su momento, el principal motivo de queja de Matrix reloaded fue que las coreografías eran tan perfectas que resultaban frías al no haber nunca una adecuada sensación de amenaza para Neo, Morfeo o Trinity. Pues si lo comparamos con las de Resurrections, sería una obra maestra al nivel de The raid.

Con el añadido que la producción se paró en marzo de 2020 por culpa del Covid, teniendo Lana más de cuatro meses para organizar lo ya rodado y ver qué elementos podían ser necesarios cuando se reiniciaran el rodaje. No debió interesarle a Lana replantear nada, con el resultado de transmitir la sensación que han tirado el dinero, porque no luce ni la mitad de la mitad de lo que fue la primera Matrix, rodada con un tercio de este presupuesto.

Esto me lleva al elemento metatextual de la película y su crítica al mundo de las franquicias cinematográficas y a la falta de originalidad en el mundo del entretenimiento. Como idea ya comenté que me parece genial, pero al final a una película no se la valora por sus intenciones, sino por su ejecución. Y Lana Wachowski se estrella. Aparte de todo, la película me deja la sensación que Lana nos mira por encima del hombro al público y al resto de profesionales del medio, y realmente piensa que ella es mejor, en lugar de mirarnos de tu a tu. Tiene gracia que una directora de ¡4 películas! de una franquicia blockbuster se venga a quejar de la falta de originalidad o de la apelación a la nostalgia de tantas y tantas películas actuales, cuando es eso lo que precisamente hace ella repetidamente durante el metraje al insertar imágenes de las películas anteriores. Como una broma que sólo hace gracia una vez y se abusa de ella una y otra vez, matando la experiencia.

Matrix fue revolucionaria en muchos aspectos, empezando por el visual y desde luego por su uso de las artes marciales y los efectos especiales. Ver el desastre que resulta este Resurrections en este sentido solo se puede explicar si pensamos que ahora Lana está a otro rollo y piensa que filmar coreografías de acción originales o bien rodadas está por debajo de ella porque su cine es «serio» y lo importante es su mensaje. Pero claro, si el mensaje es embarullado y está mal contado, el guión aparte del elemento meta no aporta elementos realmente interesantes que te dejen con ganas de querer saber más de los personajes, que el visionado se hace largo (larguísimo) y el carisma de los protagonistas brilla por su ausencia, el resultado es un fail como una casa. Cosa que no me alegra tener que escribir en estas líneas, pero las cosas como son.

El caso es que en estos pocos días he leído a gente comparando esta película con Spiderman No Way Home, y obviamente cuanto más gafapasta son, más le ha gustado la película y en su opinión peor deja Matrix a Spiderman. Cuando realmente es exactamente al revés. Ya no es sólo el aspecto visual en el que No way home deja en mal lugar a Resurrection, sino que la historia de Spiderman es el ejemplo perfecto de que es posible hacer una BUENA película de entretenimiento para todas las edades que apele a la nostalgia (claro que si), pero de forma inteligente creando situaciones para los personajes que les hagan evolucionar desde la última vez que les vimos en sus películas particulares, llegando a mejorar en una hora los arcos de los personajes vistos en varias películas.

Frente a esto, Matrix Resurrections te dice que Neo o Trinity te tienen que molar porque molaban en las películas anteriores, pero no porque hagan cosas realmente interesantes en película. De hecho, el arco de Trinity es un por qué si de principio a fin con poca o nula justificación.

Lana Wachowski sigue viviendo de rentas de Matrix, pero la realiadad es que la película se estrenó en 1999. Si eres tan bueno como tu última película y los últimos proyectos de Lana han sido El destino de Jupiter (2015), Sense8 y este Matrix resurrection, igual va a tener problema para encontrar financiación para su próxima película. Sobre todo si no deja de mostrar en sus obras que piensa que ella es mucho más inteligente que los espectadores que tenemos que pagar por ver su película (o decidimos no hacerlo) o que los productores que van a pagar sus ocurrencias.

Comparto el trailer de la película:

Matrix Resurrections ha sido una decepción mayúscula. No se puede decir de otra manera, y la confirmación que Lana Wachowski está a otro rollo que no implica hacer buenas películas de acción o ciencia ficción. ¡Qué pena!

PUNTUACIÓN: 4.5/10

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