Reflexiones de Domingo 24/2023: Sobre el adiós de Frank Castle (Castigador)

La etapa de Jason Aaron, Jesús Saiz, Paul Azaceta y Matt Hollingsworth en Castigador termina con el esperado adiós a Frank Castle. Hoy quiero reflexionar sobre esta etapa del personaje, pero también sobre la incomprensible decisión de Marvel Comics de renunciar a uno de sus personajes más populares.

Es el final de la historia más destacada que haya protagonizado jamás Frank Castle. La Mano, la resurrección de Maria, la lucha por la libertad, la lucha contra los enemigos de uno y otro bando… todo ha llevado a este momento. El Castigador nunca más.

Esta última etapa de Frank Castle como Castigador ha sido una serie de 12 números cuyo último ejemplar ha publicado Panini este mes de septiembre. La historia de Jason Aaron ha sido excepcionalmente dibujada por Jesús Saiz en la parte del presente y Paul Azaceta en la del pasado, con color del estupendo Matt Hollingworth.

Empezando por los aspectos positivos del comic, se nota que Aaron planteó toda su historia sabiendo el final desde el comienzo. Esta colección tiene una cualidad clara de comic autocontenido con un principio y un final inevitable y satisfactorio si piensas en el objetivo del comic, algo sobre lo que luego comentaré. Aaron conoce perfectamente a Frank Castle, sin ir más lejos escribió una estupenda etapa de 22 números en el sello MAX para adultos junto al artista Steve Dillon publicada tras la histórica etapa de Garth Ennis en el personaje entre 2010 y 2012. Y sabía la historia que tenía que contar para cumplir con el encargo de los editores.

La gran diferencia entre ambas etapas de Aaron guionizando a Punisher está en María, la mujer de Frank Castle asesinada junto a sus hijos hace décadas y ahora resucitada por La Mano. María es la gran sorpresa de este comic, teniendo un peso importantísimo en la historia en las dos líneas argumentales. En el presente mientras recuerda su pasado pero sobre todo cuando conocemos la relación que tuvo con Frank Castle mientras estuvieron casados antes de ser asesinados. Es curioso que el pecado que Castle cometió en la versión MAX de Aaron es que justo antes del atentado Frank iba a pedirle el divorcio a María porque quería volver a alistarse, dado que la vida civil y su familia no le interesaban. Sin embargo, en esta etapa en continuidad fue María la que quería pedirle el divorcio justo antes de ser asesinada. La diferencia es sustancial, dado que María no quiere que Frank tenga la excusa de su familia muerta como justificación de su sed asesina, al tener él su sed de sangre antes de sufrir el ataque de la Mafia, y no saber cómo relacionarse con su familia. El final empoderante de María, un personaje tridimensional con una interesante complejidad que la aleja de la típica «victima-florero» a las que tan acostumbrados estamos en el entretenimiento mainstream, en el que toma las riendas de su propio destino me parece uno de los elementos más satisfactorios del comic.

Pensando en el arco de Castigador, me gusta que Aaron plantee que Frank no se ha dejado corromper por La Mano y sólo les utilizaba como arma para conseguir sus objetivos, matar a cuantos más criminales mejor. Leyendo los comics mensualmente surgía la posibilidad que Marvel estuviera planteando convertirle en un supervillano al final de esta historia, y al menos en eso me alegro que la historia de Castle no fuera por ahí. En ese sentido, el último número en el que Frank es «juzgado» por otros superhéroes también me gusta bastante, al no sentirse mal por sus actos ni considerar que tenga que disculparse por ellos. «Siempre fui yo, no me han lavado el cerebro ni poseído, mis actos siempre han sido míos» le lanza a Stephen Extraño. También expone la hipocresía de Logan (Lobezno), ya que él es igual de asesino que Castle. «Mátame si quieres, pero después mátate a ti mismo», le suelta, exponiendo a las claras que para Marvel algunas muertes sangrientas son aceptables, sobre todo en lo referido a los mutantes, mientras que lo de Punisher es visto como inaceptable.

En la parte de aventura dentro del Universo Marvel, en mi opinión es comic funciona de maravilla. La lucha de Castle y La Mano contra Ares (el Dios de la Guerra) y su secta nos ha dejado momentazos super violentos que me han parecido una pasada. Y en los últimos números, su enfrentamiento contra otros superhéroes como Capitán América, Doctor Extraño, Viuda Negra, Lobezno y Caballero Luna son momentos típicamente Marvel que me hicieron disfrutar un montón. En este momento quiero destacar el dibujo de Jesús Saiz, que se muestra como un fuera de serie. Saiz con el color de Matt Hollingsworth nos regala unas páginas perfectas en narrativa y en las coreografías de acción, pero también en la parte de la caracterización de los diferentes héroes y villanos gracias a su estilo de lápiz fino que siempre muestra lo que pasa en la viñeta de la forma más clara posible. Me flipa la forma en que representa la violencia y cómo no se arruga con los momentos más gores, que superan lo que estamos acostumbrados a leer en un comic Marvel. La historia de Aaron está muy bien, pero el dibujo es casi mejor.

Y si Saiz se encarga de la vertiente superheroica ambientada en el presente de Frank Castle, aún es mejor el dibujo de Paul Azaceta para los flashbacks del pasado de Frank Castle y su mujer María. El estilo de dibujo de Azaceta con grandes manchas y un trazo más grueso que el de Saiz refuerza la sensación de tragedia ante lo que iremos conociendo. Azaceta es perfecto para crear una atmósfera noir en esta parte del pasado de los personajes, con momentos super dramáticos como en la primera muerte de Frank siendo niño o cómo fue cayendo en una espiral de violencia que parece inevitable. He criticado mucho los cambios aleatorios de dibujantes en los comics Marvel, pero esta decisión de alternar dos artistas para que cada uno cuente una parte de la historia en momentos temporales diferentes me parece un acierto. Es más, tener a artistas tan diferentes entre si como Saiz y Azaceta y que cada uno consiga enfatizar un aspecto concreto de la historia consiguiendo que el conjunto sea más redondo me parece un ejemplo de las ventajas que tiene el comic a la hora de contar una historia transmitiendo sensaciones y emociones diferentes.

En lo referido a la aventura que nos han contado, tengo que reconocer que me ha gustado este Castigador, y nos ha traigo a unos profesionales como la copa de un pino que han realizado el trabajo perfecto que se esperaba de ellos. En cierto sentido, el problema que le pongo a este comic no es tanto al comic en si sino lo que MARVEL quería que pasara en este comic, que es quitarse de en medio a Frank Castle, de forma que esta sea (de momento) su última aparición en el Universo Marvel en continuidad. Y aquí si que le veo muchos más problemas y elementos cuestionables.

En febrero publiqué la columna de opinión ¿Marvel Comics vs Punisher? tras la finalización del primer arco de la colección. En esa columna, que os invito a leer, ya comentaba que se notaba demasiado que la intención de Marvel era quitarse de en medio a Frank Castle porque consideran problemático al personaje de Punisher. La duda estaba en si le convertirían en supervillano o le matarían, pero de una manera u otra estaba claro que NO habría una nueva colección de Frank Castle una vez terminara este comic. Reconozco que no acerté en la parte que Frank al final no muere sino que se auto impone un castigo de destierro del planeta Tierra, viajando a Weird World para pagar por sus pecados allí. Pero en lo fundamental, si acerté que Frank Castle ya no sería nunca más el Punisher en la Tierra 616. (Nunca más es mucho tiempo en el universo Marvel, más bien hasta el próximo cambio de editori o editor en jefe).

El por qué de la incomodidad de Marvel hacia Punisher no es debido a que sea un personaje que mate, dado que numerosos personajes Marvel también lo hacen, empezando por el antes mencionado Logan. Masacre, el Motorista Fantasma, Blade, incluso Viuda Negra lo han hecho en alguna ocasión sin mayor problema por parte de otros héroes o del staff editorial de Marvel. El problema no son las muertes, aunque seguro que ver a un hombre blanco matar a criminales racializados como hispanos o afroamericanos generaba sarpullidos en las mentes bienpensantes y progresistas de alguno de los editores de Marvel desde hace tiempo.

No, el problema fundamental ha venido del mundo real, al utilizar su icónico logo del cráneo blanco personas inscritas ideológicamente como republicanas, desde policías a miembros de las fuerzas armadas americanas. Recuerdo la película El Francotirador de Clint Eastwood de 2014, y en este biopic de Chris Kyle, el tirador más letal de la historia del ejército de los EE.UU. que sirvió en Irak vimos como tanto él como sus compañeros lucían el emblema de Punisher del cráneo blanco sobre fondo negro en su indumentaria. En la sociedad super polarizada de los Estados Unidos post-Black Lives Matter, editores super progresistas han decidido que «al enemigo ni agua», y optaron la fórmula del cobarde al cambiar primero el logo al personaje para intentar desvincular a Punisher de los actos de estas personas, para acabar «jubilando» al personaje bajo la excusa de su «problemática naturaleza».

Aunque ya lo comenté en el post de ¿Marvel Comics vs Punisher?, hay que negar la mayor y el error de Marvel en ambas decisiones. En primer lugar porque por mucho que el último comic Marvel publicado muestre al personaje con una nueva indumentaria y un nuevo cráneo, la imagen del Punisher está ya en el subconsciente colectivo, y su cráneo blanco siempre será el símbolo de Punisher lo quiera Marvel o no. A lo que hay que añadir los 50 años de historias publicadas del personaje o las numerosas películas y series en las que se han estrenado, por ejemplo la exitosa serie de Netflix protagonizada por Jon Bernthal. Por mucho que a Marvel no le guste, ese es su símbolo. Y en lugar de intentar ocultarlo en un cajón, o peor, hacer que Ares lo lleve para intentar asociar este símbolo a un super villano, Marvel tendría que haber planteado una historia para reforzar que el personaje no es lo que algunos amantes de las armas miembros de la Asociación Nacional del Rifle quieren que sea, como forma de combatir lo que consideren que no es correcto.

Pero también la cagan al quitar de la circulación a Punisher en la persona de Frank Castle. Parto que el hecho que los superhéroes NO matan es una anomalía en el entretenimiento. Aparte que hay algunos que sí lo hacen. Superman y Batman nacieron en 1938 y 1939 inspirados y llevando un paso más allá la popularidad de los personajes pulp que si mataban sin que hubiera ninguna polémica al respecto. Es cierto que en los años 40, 50 y 60 los comics se dirigían a niños, a lo que hay que sumar el McCarthismo y la cancelación de la EC por culpa del Frederic Wertham y su «Seduction of the innocent» de 1954 que culminó en la creación del Comics Code Authority. Sin embargo, Stan Lee en los años 60 ya descubrió que sus comics eran leídos por adolescentes y universitarios, no sólo por niños pequeños. La explosión del comic adulto de los 80 y la creación del mercado de las librerías especializadas demostró que hay lectores de todas las edades que buscan contenidos variados también en el mundo del comic. Y en el ámbito del entretenimiento, las aventuras de acción siempre han tenido un papel destacado.

John McClane, John Wick, Rambo o Conan son personajes míticos super conocidos que han matado cuando su vida se vio amenazada. Los blockbusters de Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Van Damme, Seagal y tantos otros han sido las películas más populares para varias generaciones de espectadores. Y muchos de ellos son clientes potenciales del mundo del comic, como demostró que el primer ejemplar de BRZRKR de Keanu Reeves, Matt Kindt y Ron Garney de Boom Studios consiguió vender más de 600.000 ejemplares. Que en un momento en que las ventas de Marvel se encuentren en un momento dramático en que la editorial se ve obligada a publicar miniseries sucesivas porque casi ningún personaje aguanta una serie regular de 15-20 ejemplares, los editores renuncien a propósito de este segmento de comics de acción para adultos me parece una locura. Yo pensaba que Marvel estaba en el negocio de VENDER CUANTOS MÁS COMICS POSIBLES, pero no hay duda que estaba equivocado.

Hay otro elemento que merece la pena destacarse. LOS COMICS NO SON EL MUNDO REAL NI SON REALISTAS. Nunca lo han sido, a pesar de frases publicitarias míticas como que el Universo Marvel era «el mundo al otro mundo de tu ventana». En el mundo real Superman, Batman, Spiderman o Daredevil no podrían tener identidad secreta. Batman y DD hace años que habrían sido detenidos y cumplirían condena de cárcel. Por no hablar que la gran mayoría de héroes estarían muertos por un disparo de bala aleatorio disparado por don nadies. El universo Marvel es una fantasía escapista que presenta una realidad estilizada inspirada en aspectos del mundo real, no ha sido y nunca será realista. Y por esa lógica, que en el mundo real nuestro un policía torture a un detenido con un cráneo blanco en su manga no debería convertir a un personaje de comic con más de 50 años de vida en algo problemático, porque son cosas que no tienen nada que ver entre si. Y sin embargo, los editores de Marvel se han creído esta mentira. No sólo se la han creído, la han hecho suya y la han repetido una y otra vez hasta que han calado en cotorras que la repiten en todos los ámbitos, como Julián M. Clemente en todos los Spot-On del comic siempre que ha tenido ocasión.

Cuando en Julio Marvel anunció en la SDCC al nuevo Punisher, (Joe Garrison, un ex-agente de SHIELD retirado) ya estaba claro que Marvel pretendía retirar a Frank Castle, como así ha acabado sucediendo. En ese momento la etapa en USA ya había terminado, pero faltaban dos meses para poder leer el último número en España. La duda estaba en cómo se iba a realizar el retiro forzosa de Frank Castle. Y creo que es compatible que la decisión de jubilar a Frank Castle por parte de Marvel Comics me parezca lamentable, con que la ejecución me parezca buena gracias a los grandísimos profesionales que lo han llevado a cabo. En ese sentido, además del espectacular dibujo de Saiz y Azaceta, agradezco que Aaron haya confirmado una y otra vez lo bien que conoce al personaje, creando una historia notable en la que no me molesta que haya jugado o cambiado con algún elemento de la continuidad clásica. Puestos a retirar a Punisher, al menos lo ha escrito Aaron y no una Tini Howard de la vida.

Quiero pensar que este nuevo Punisher Joe Garrison será olvidado en un par de años y Frank Castle volverá a los comics en cuanto un editor con dos dedos de frente se atreva a publicar la nueva historia que Garth Ennis ha comentado en numerosas entrevistas que ya tiene escrita de Punisher Max. Un comic que en la actualidad no puede ser publicado dado el actual clima editorial en Marvel, más pendiente de no recibir críticas de odiadores que se quejan de comics que nunca hubieran comprado para empezar, que de los gustos de sus clientes actuales o pasados que por supuesto volverían a comprar un comic de Punisher protagonizado por Frank Castle. Por no hablar que si Disney+ estrena el año que viene (o el siguiente) una nueva serie de Punisher no me creo ni harto de vino que Marvel no publique una nueva miniserie con Frank Castle de protagonista para intentar rentabilizar el interés de la serie de televisión.

Frank Castle puede estar en otro planeta (o en otra realidad, más exactamente). Pero para sus fans sus comics siguen más vivos que nunca en nuestras estanterías y en nuestra memoria. Como digo, me parece terrible que se elimine a un personaje de comic no por aspectos puramente creativos sino porque los editores de Marvel piensen que es un personaje cuyos fans son republicanos, y al enemigo ni agua. Que es lo que lamentablemente acaba de suceder.

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