Crítica de Veneno 27-28 de Al Ewing y CAFU (Marvel Comics – Panini)

Llegamos a un punto de inflexión para la colección de Veneno de Al Ewing y CAFU. Un punto de inflexión para mal.

PUNTUACIÓN: 5/10

Eddie continúa devolviendo el golpe. Empezó como Rey de Negro y se ha visto embarcado en un viaje transformador que ha puesto la existencia de Meridius en peligro. Pero si el destino de Meridius está cuestionado, también el de Eddie. Su transformación todavía no ha terminado.

Fracturado, exhausto y perdiendo la concentración, Eddie corre el riesgo de adoptar una apariencia familiar, ¡junto con algunos viejos (y letales) hábitos! Cara a cara contra las manifestaciones de sus propios enfados, odio e ira, ¿tendrá Eddie la fuerza para enfrentarse a sus mayores enemigos hasta el momento y salir victorioso?

Estas dos grapas incluyen Venom 29-30 USA.

Veneno y Al Ewing han agotado el interés que tenía por esta etapa. El posible entretenimiento que me daba este comic en su momento se ha desvanecido. Un primer problema lo encontramos con el propio concepto de tener una colección dividida en dos, al compartir cabecera la parte de Eddie Brock de Al Ewing a través del tiempo, que es la parte que más me interesa, con las aventuras en la Tierra de su hijo Dylan, al que en los últimos meses se le ha unido Natasha Romanoff. Unos comics montoneros con guion de Torunn Grønbekk. Dado que este arco de Natasha como Veneno se desarrolló en los números 24 a 26 de la colección, esto significaba que hacía 4 meses que no leía nada de Eddie Brock. Estos comics me aburrieron soberanamente y me hicieron decidir que NO volveré a comprar un comic que cuente con guion de Grønbekk. Esto ya es malo, claro. Pero en todo caso seguía con ganas de saber como termina Ewing su historia de Eddie Brock.

Cuando llegó el número 27, me he encontrado un curioso palíndromo en el que la estructura visual del comic se repite en su primera y segunda mitad, como si fuera un capicúa. En este comic vemos cómo Tyro, una versión futura de Eddie que es subordinado de Meridius, se convierte en él a partir de un viaje temporal y la intervención de Kang, al que ya habiamos visto en números anteriores, cuando en un momento futuro conoció a nuestro Eddie Brock. En positivo hay que alabar la capacidad de Ewing de dejar claro que todo lo que está sucediendo en esta etapa era algo que tenía pensado de inicio, con el problema añadido de los viajes temporales, algo que siempre significa un nivel más de complejidad. Sin embargo, todo lo curioso que es este curioso palíndromo y asistir a una estructura narrativa tan poco habitual se viene abajo cuando el resultado es leer un comic que es todo estructura y nada de diversión.

En el número 23 de Panini es cuando vimos a Eddie Brock robarle la máquina del tiempo al Doctor Muerte para enfrentarse a Meridius. Tras 3 meses de paja con la historia de Natasha Romanoff de Grønbekk, en este comic esperaba ver el inicio del enfrentamiento de Eddie contra Meridius. Sin embargo, esta historia circular termina en el mismo momento en que se situaba la última viñeta del número 23, de forma que este enfrentamiento se ha vuelto a retrasar un mes. Y son demasiados. La supuesta brillantez formal de la historia de Ewing en realidad no lo es si el resultado son unos comics a los que le faltan el mínimo exigible de entretenimiento. Y no tengo problema en comics que me saquen de mi zona de confort, pero este Veneno ha dejado de ser divertido para convertirse en un tostón.

Y llegamos al número 28, que hace que las sensaciones empeoren todavía más. Porque aquí ya si tenemos el enfrentamiento de Eddie Brock contra sus versiones futuras que habitan en el Jardín de Meridius. Pero este combate acaba siendo un bajonazo al ser cortado a mitad debido a la aparición de MATANZA. Una aparición que sucede fuera de plano, por así decirlo, al tratarse de hechos que NO han sido publicados todavía por Panini porque suceden en una miniserie diferente a esta colección. Es que es todo una locura. Este es un ejemplo más de los problemas que una continuidad mal aplicada se convierte en un problema en lugar de una herramienta para el disfrute del lector. Y entre la periodicidad absurda y detalles chungos como este, la verdad es que han acabado de perderme.

En positivo, me gusta mucho el dibujo del español CAFU, que cuenta con el color de Frank D´Armata. El desafío narrativo que le supone el palíndromo la verdad es que lo resuelve de forma brillante, si bien la historia de Ewing se ha convertido en un rollo muy poco divertido. Aunque le reconozco el esfuerzo y que todo cuadre en lo que ha planteado. Sin embargo, dentro de lo que me gusta CAFU, encuentro incomprensible que el español NO dibuje todo el número 28 (nº 30 USA), teniendo que dibujar Rafael Pimentel al menos 6 de las 20 páginas del comic. Que un artista mainstream no pueda dibujar ni siquiera dos grapas seguidas no tiene nombre. Y no se si el famoso palíndromo le resultó un encargo complejo y no llegó a todo el siguiente, necesitando ayuda. Pero es otro aspecto que también arruina la experiencia de lectura.

Para acabar de matar a la colección, debido al Back to Basics de Panini, esta colección deja de publicarse mensualmente y pasa al formato trimestral, aunque el próximo mes de julio habrá número. El número de julio incluye in crossover con guion de Grønbekk y dibujo de Ken Lashey protagonizado por Dylan Brock. Un comic que NO voy a comprar, ya está bien que me tomen el pelo. En Octubre tendremos otro número triple guionizado por Grønbekk y no será hasta ENERO de 2025 cuando Al Ewing vuelva para terminar su historia de Eddie Brock. ENERO. En su momento los editores de Marvel debieron pensar lo chula que podía ser esta etapa dividida en dos, pero dos años después puedo afirmar que Marvel se ha equivocado completamente con este concepto, arruinando un comic que no tendría que haberse alargado más de 12-15 números protagonizado por Eddie mientras le daban una colección diferente de extensión similar para que otros escritores contaran la historia de Dylan Brock. Pero visto el atropello que Marvel ha cometido en Veneno, creo que voy a tardar mucho mucho en volver a comprar una colección de este personaje. Parece mentira lo rápido que han quemado el reconocimiento y el interés que el personaje consiguió gracias a Donny Cates y Ryan Stegman. Han quemado al personaje y ahora se ha convertido en tierra quemada. Qué mal me sabe.

Comparto las primeras páginas del número 29 USA, gracias a la preview de Panini:

Veneno y Al Ewing han agotado el interés que tenía por esta etapa, entre otros motivos por la periodicidad y por anteponer una supuesta brillantez formal al entretenimiento.

PUNTUACIÓN: 5/10

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