Damn them all, el comic de Simon Spurrier y Charlie Adlard, con color de Sofie Dogson, publicado por Boom Studios, termina en su segundo volumen. Un comic de temática criminal sobrenatural con el que no conecté en el primer volumen y que proponía una renovación del concepto de John Constantine y en general los antihéroes británicos que nos defienden frente a las fuerzas sobrenaturales.
PUNTUACIÓN: 5/10
Deshacer la condena del más allá no será tarea fácil, y Ellie «Bloody El» Hawthorne, antiheroína ocultista a sueldo, tendrá que intentar todo lo que pueda… y el cadáver de su tío ocultista puede ser la clave. Sin embargo, con giros inesperados e infernales en el género del atraco, el cuerpo del difunto tío de Bloody El es un premio febrilmente buscado por sus enemigos. Y por si el plato de Ellie no estuviera lo suficientemente lleno, un amor que se creía perdido en el pasado regresa, cambiando las cosas para siempre.
Las apuestas del atraco eran infernalmente altas, ya que Theo descubre que un poderoso demonio de su colección ha desaparecido, y sólo Ellie puede recuperarlo. Él tiene algo que Bloody El necesita desesperadamente, algo que ella no puede dejar pasar si quiere deshacer los crímenes ocultistas de Alfie. Pero ambos planean traicionar al otro… ¿quién saldrá victorioso?
Charlie Adlard, artista sin parangón de The Walking Dead, continúa su diabólico trabajo en equipo con el guionista de Hellblazer, Simon Spurrier, ¡llevando a Bloody El a nuevos y demoníacos niveles de problemas!
Este segundo volumen de Damn Them All recopila los números 7-12 USA, publicados por Boom Studios.
El año pasado compré en Londres el primer volumen de Damn them all y la verdad es que me llevé un chasco importante. De hecho, no tenía planeado comprar este comic, pero descubrir que la historia finalizaba en este segundo tomo fue lo que le animó a comprarlo, para así poder conocer el final de la historia y no quedarme con un tomo «colgado». Y empecé este comic con una mentalidad positiva confiando que las sensaciones fueran mejores. Cosa que no ha pasado, al confirmarse (como en realidad no podía ser de otra forma) las sensaciones negativas iniciales.
El principal problema que he encontrado en este Damn them all es que Spurrier convierte este comic casi en una novela ilustrada con unos textos exageradisímamente largos. Es que nos pega una chapa tremenda que borra cualquier posibilidad de entretenimiento o disfrute de este comic. Incluso ahogando algunas buenas ideas que puede tener, como la forma en que se representa cuando un ser sobrenatural entra en contacto con el mundo «real». O momentos como el asalto al parlamento británico, que creo que es muy potente, al igual que el intento de posesión que sufre Ellie, la protagonista. Hay buenas ideas en este comic y detalles que si que valoro y me parecen muy chulos, pero globalmente han quedado empañados por la turra que nos pega Spurrier.
Una de las señas visuales de este comic es que en muchos momentos la página se corta para dejar un espacio para los textos con la voz en off de un personaje u otro, que sirven para contarnos sus puntos de vista. Y son los textos son los que de verdad presentan al lector este Londres en el que lo sobrenatural se combina con las organizaciones mafiosas, quedando el arte como un compañero subordinado, cuando debería ser al revés, que fuera el dibujo el que contara la historia. Otro ejemplo de la sobre explotación es cuando en varios momentos que podrían haber sido muy potentes, Spurrier opta porque la protagonista nos cuente a modo de flashback lo que ha pasado y como ha matado a quien ha matado. De forma que se pierde mucha parte de la gracia y del misterio.
La tradición británica comiquera ha sido siempre bastante antisistema y anti-stablishment. Podría hablar largo y tendido de John Constantine, pero hay muchísimos ejemplos de gente como Alan Moore, Peter Milligan, Pat Mills y tantos y tantos otros. Es por esto que la idea de unos ángeles como seres aterradores y en cierto sentido los verdaderos villanos de la función, por encima incluso de los teóricos demonios, que buscan el control del mundo ahogando la variedad y la originalidad, no creo que sea una idea realmente innovadora o rompedora. Tampoco la parte de tener a unos demonios confinados en monedas y cuyo poseedor puede controlarles. Si bien en realidad esto no es un problema si la ejecución en entretenida, cosa que no ha conseguido Spurrier. Igual estoy siendo un poco exagerado con esta apreciación, pero he leído en inglés un montón de comics de Spurrier y jamás tuve sensación de que me estaba pegando un tostón expositivo detrás de otro.
El dibujante Charlie Adlard (famoso por The Walking Dead) no es espectacular, pero sin duda si es eficaz, mostrándose con un estupendo narrador que sabe contar las historias de la forma más sencilla y clara posible. Pero por lo que comentaba sobre el guion de Spurrier, en Damn them all no tiene demasiados momentos para su lucimiento, quedando muy constreñido por los larguísimos textos que incluso se comen secciones enteras de la página. Adlard realiza un buen diseño de personajes que los convierte en reconocibles y transmite sus personalidades, y no se arruga en los momentos sangrientos que nos ofrece el comic, pero globalmente su buen desempeño queda condicionado por el rollo que nos pega Spurrier de inicio a fin.
Tengo que comentar también sobre el color de Sofie Dodgson, que recibe ayuda de Daniel Silva de Carvalho. Una clave de esta historia es que la llegada de un demonio al plano terrenal provoca una alteración de la realidad. Esto se consigue mediante unos colores luminosos que además provocan que las figuras «normales» aparezcan difuminadas en la viñeta. Como idea creo que aporta una forma novedosa de presentar en un comic a seres sobrenaturales, pero como con todo en este comic más allá de la sorpresa inicial esta herramienta no ayuda a que la lectura sea sencilla o satisfactoria. Por lo demás, si exceptuamos estos momentos sobrenaturales, el color de Dodgson presenta una paleta de tonos apagados que tampoco ayuda a que el dibujo de Adlard destaque, quedando todo el conjunto bastante plano y apagado.
Reconozco que me ha quedado una reseña bastante negativa. Y como comentaba al comienzo, en realidad no es tanto que Damn them all me parezca que sea un mal comic sino que no he conectado con casi ninguna de las decisiones creativas que se han tomado para la creación de Damn them all, empezando por la engorrosa historia de Spurrier y sobre todo la comparación con John Constantine, algo en que tampoco sale bien parado este comic.
Eso si, Adlard creo que hace un buen trabajo dentro de todas las limitaciones a las que se enfrenta. Igual soy sólo yo, igual resulta que este comic le vuela la cabeza a mucha gente y se convierte en el favorito del fandom, pero de alguna manera no creo que esto vaya a suceder.
Comparto las primeras páginas del número 7 USA que abre este volumen:
Damn them all me ha dado una turra importante, no he podido conectar en ningún momento con este comic. Una lástima.
PUNTUACIÓN: 5/10
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