Jeff Lemire y Andres Sorrentino son una de las parejas creativas de mayor personalidad del mundo mainstream. Primordial, con color de Dave Stewart y publicada por Astiberri, es su nuevo trabajo que les aleja del terror, mezclando guerra fría con ciencia ficción.
PUNTUACIÓN:7/10
El 28 de mayo de 1959, los Estados Unidos lanzaron su último cohete al espacio. Sus pasajeros eran un macaco llamado Able y una saimiri llamada Baker. El 3 de noviembre de 1957, menos de dos años antes, la Unión Soviética lanzó el Sputnik 2 con la perra Laika a bordo. La URSS informó de que Laika no llegó a órbita. Los Estados Unidos comunicaron que Able y Baker murieron apenas llegaron al espacio. Como consecuencia, las carreras espaciales de ambas potencias mundiales fueron abandonadas. Sin embargo, lo que realmente pasó es que los animales no murieron… se los llevaron. Y ahora van a regresar a casa.
Los autores de Gideon Falls, serie ganadora de un premio Eisner, nos devuelven a la época de la Guerra Fría con Primordial, una obra donde el thriller y la ciencia ficción se aúnan para darnos una nueva visión sobre la carrera espacial. Jeff Lemire se empapa de obras como 2001: Una odisea en el espacio, de Stanley Kubrick, y We3, de de Grant Morrison, y le facilita a Andrea Sorrentino el mejor material para crear una obra visualmente impactante.
Tengo tan interiorizados a Jeff Lemire y a Andrea Sorrentino dentro del género de terror que saber que habían creado una obra de ciencia ficción me provocó una gran curiosidad y ganas de leer este comic. Y tras leer Primordial, no pude más que pensar sobre la suerte que tiene Lemire de colaborar con unos fuera de serie como son Sorrentino y Stewart. Lo digo porque la historia de Lemire es muy, muy correcta pero da rienda suelta a un nuevo despliegue artístico de los artistas, que están increíbles.
Lemire plantea dos historias contadas en paralelo, una investigación en la Tierra para descubrir qué les pasó a los animales lanzados al espacio en la década de los 50 que se enfrentará a un conflicto típico de la Guerra Fría, en este caso con las dos potencias ocultando las pruebas de sus viajes al espacio. Por otro lado, tenemos la acción en el espacio en el que descubriremos cómo sobrevivieron estos animales (dos primates americanos y un perro ruso), y donde se encuentran. En ambos casos, el guion se queda en la superficie en todos los aspectos de dos historias que podrían haber dado muchísimo más de si. Decía antes que es correcta, pero siendo más exigente es más bien mediocre, con una sucesión de tópicos alucinantes mezclando los géneros del espionaje y la ciencia ficción.
El gran salto de calidad lo dan Sorrentino y Stewart. Estamos en un momento en que cualquier cosa que publiquen estos artistas es compra segura, y por su lado sin duda cumplen de forma sobresaliente, ofreciendo un comic que visualmente es una barbaridad. En la parte de Guerra Fría el estilo de ambos artistas enfatiza la sensación de paranoia y de individuos indefensos ante la fuerza de los estados, con una historia casi en blanco y negro repleta de sombras que rodean a los personajes.
En la parte espacial Sorrentino y Stewart realmente se salen, permitiendo la historia de Lemire el despliegue narrativo del artista italiano, planteando dobles splash-pages con unas composiciones brillantes que como siempre en Sorrentino, no se parecen a nada que se está publicando hoy en día. Ahora cuando leí la reseña de Astiberri compruebo que ellos también destacan las similitudes de esta obra con We3 de Grant Morrison y Frank Quitely, algo que se me hizo super evidente mientras leída el comic. Sin embargo, la narrativa de Sorrentino tiene tanta personalidad, amplificada por los brillantes colores de Stewart, que deja sensaciones super satisfactorias que evitan que el comic pueda considerarse derivativo del de Morrison y Quitely.
Comentaba que Lemire cumple sin más, pero también es verdad que muchas veces el escritor debe saber dar un paso al lado y dejar que los artistas se luzcan y sean los que verdaderamente destaquen de un comic. En este sentido, la historia de Lemire siendo básica permite el despliegue artístico de Sorrentino y Stewart, por lo que también podría decirse que cumple con lo que se espera de ella.
Primordial no es un comic que vaya a cambiarme la vida, pero tengo que reconocer que lo he disfrutado , y si eres fan de Sorrentino y Stewart, es una compra segura. Aprovecho para destacar también la estupenda edición de Astiberri en tapa dura, con un estupendo formato, un papel super adecuado y un precio en línea con la calidad del producto. La afición comiquera no es barata, pero este comic creo que justifica el precio de portada.
Comparto páginas de este comic:
Primordial es un buen comic con un dibujo sobresaliente, pero me hubiera gustado un poco más de profundidad en la historia.
PUNTUACIÓN: 7/10
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Termina el primer arco de la nueva etapa de El Castigador de Jason Aaron, Jesús Saiz y Paul Azaceta, con color de Dave Stewart, por lo que es un buen momento para analizar esta colección que está publicando Panini.
PUNTUACIÓN: 8/10
¿El final de la guerra de El Castigador? Nacido de la tragedia. Dedicado a la guerra. Imparable en su rabia. Como El Castigador, Frank Castle se ha convertido en el asesino más consumado que el mundo haya visto jamás. Ahora es el momento de que se enfrente a su verdadero destino. ¿Qué impactante secreto del pasado de Frank lo convencerá de tomar las riendas del clan de asesinos más notorio del Universo Marvel? Y una vez que Frank se convierta en el señor de La Mano, ¿significará también el fin de El Castigador? Una exploración épica del pasado, oscuro y violento, y el futuro inevitable de uno de los personajes más icónicos de Marvel.
Jason Aaron ya tuvo la oportunidad de realizar una estupenda etapa de 24 números de Punisher junto a Steve Dillon dentro del sello Max para adultos. El único problema de ese comic planteado para mostrar versiones MAX de personajes del Universo Marvel como Kingpin, Bullseye o Elektra fue que vino justo después de la histórica etapa de Garth Ennis, que es de largo la mejor versión del personaje que se ha hecho jamás. Que Marvel haya confiado de nuevo en Aaron y que hayan anunciado que este volumen va a tener una duración de trece números indica que el escritor de Alabama tenía una última historia interesante que contar con Frank Castle, que todo indica que va a dar un vuelco al personaje de cara al futuro. Una historia violenta e impactante con un principio que hemos descubierto en este primera mitad y un final claro que espero sea satisfactorio.
Una vez leído este primer arco, la verdad es que estoy super dentro en la historia. Aaron coge una idea que no es nueva para revolucionar el origen de Frank Castle, ya que Ennis ya planteó en su versión MAX que Frank tenía la oscuridad en su interior mucho antes que su familia fuera asesinada, antes incluso de ir a Vietnam. De hecho, en la propia versión de Aaron del Punisher Max él también incidía en esta idea, hasta el punto que Bullseye descubre que el pecado de Castle es que justo antes que los mafiosos mataran a su mujer y a sus hijos él planteó a su mujer el divorcio porque quería volver al frente, el único lugar donde era feliz (o al menos, estaba en paz con su naturaleza violenta). Esto que no es nuevo en las versiones MAX del personaje creo que nunca se había contado de esta manera dentro de continuidad del Universo Marvel, lo que puede chocarle a algunos lectores. Sin embargo, a mi la verdad es que me ha encantado y se siente 100% Punisher.
La idea central de la historia en el presente sobre que Frank Castle se convierta en el Puño de la Bestia de La Mano, su asesino definitivo, suena a priori bastante rara. Pero esto permite a Aaron colocar al Castigador en una situación novedosa que resulta super interesante. Castle utiliza los recursos de La Mano para masacrar criminales y La Mano obtiene a su asesino definitivo que esperar poder manipular con el control que mantienen gracias a su esposa María resucitada. De momento, todo me encaja bastante bien, y añadir a Ares, Dios de la Guerra, como enemigo de La Mano, es la guinda del pastel. El combate de ambos del sexto número y la confirmación que Ares consideraba a Castle una de sus más brillantes creaciones, algo negado por él al conocer la verdad que Castle ya era Castigador mucho antes de ir a Vietnam, suponen un interesante conflicto ideológico además del propiamente físico.
Otro elemento super positivo que destacar de estos comics de Castigador es el estupendo ritmo que Aaron imprime a este comic, ofreciendo una estupenda lectura mes a mes repleta de sorpresas impactantes, ya sea en el presente o en el pasado de Frank, acción a raudales y una historia con personalidad que engancha y que me recuerda por qué me aficioné a los comics Marvel hace miles de años y por qué creo que el pijameo cuando es bueno siempre es mejor leerlo mensualmente grapa a grapa.
Como elemento cuestionable, a falta de ver realmente cómo termina Aaron la historia, estaría el hecho que Marvel, por detalles que luego comentaré que enlazan con el cambio de imagen realizado para esta serie, parece empeñada en alejar a Castle de cualquier posibilidad de visión heroica que pudiera tener sobre él un lector veterano. Tampoco la denominación de Castle como un «anti-héroe» parece correcta al confirmarse que estamos ante uno de los mayores asesinos de masas de la historia del Universo Marvel. Parece que su camino hacia el lado oscuro o algo peor está telegrafiada.
En el apartado artístico, el comic es un triunfo. La historia está dividido en dos momentos temporales que irán alternándose en cada grapa. El pasado de Castle, narrado por Paul Azaceta, y la parte principal en el presente obra del español Jesús Saiz, con colores del siempre perfecto Dave Stewart. Aunque comparativamente se trata de la historia secundaria, es una alegría volver a disfrutar de nuevo con Paul Azaceta, al que recordaré toda la vida por su Outcast junto a Robert Kirkman, Su estilo sucio, detallista, oscuro y meticuloso me encanta, acentuado además por los colores de un Stewart que me flipa siempre.
En la parte del presente, es una gozada tener a Jesús Saiz (Doctor Extraño, Capitán América). Su dibujo tiene una narrativa perfecta y un feeling a los clásicos de Marvel de los años 80 con la que conecto desde el minuto uno. Además, sus escenas de acción tienen una fluidez perfecta en lo referido a las coreografías, lo mínimo que se debería pedir a un comic de super héroes que sin embargo no todos consiguen transmitir con la perfección de Saiz. Con el añadido de tener algunas super gores que hacen que el comic impacte más que la mayoría del catálogo de la Marvel actual.
Si la historia de Aaron está genial, el apartado artístico el comic cumple también con nota y sirve para amplificar la potencia del guion, algo de lo que no puesto estar más contento. Además, comprobar que Marvel aparentemente está dando el tiempo suficiente a Saez y Azaceta para dibujar toda la historia, planteando incluso varios especiales de Castigador en meses alternos para dar más margen a los artistas, resulta una anomalía dentro de la Marvel actual. Una anomalía super positiva, claro, que creo que va a hacer que esta historia se revalorice en el futuro, al no estar lastrada por los cambios de dibujantes tan habituales en la industria comiquera mainstream.
El comic tiene una parte polémica, y es que Punisher abandona su icónico logo de la calavera, siendo sustituido por otro nuevo creado por Saiz. Los motivos no han sido aclarados en el comic más allá de hacerle usar la imagen de Puño de la Bestia que se han inventado para La Mano. Sin embargo, a pesar que Aaron y Saiz intentan darle una forma narrativamente lógica para que este cambio funcione, no oculta cual ha sido el verdadero motivo por el que Marvel ha decidido este cambio. De hecho, los propios editores de Marvel no se han ocultado a la hora de explicarlo.
Y es que el logo de Punisher lleva años siendo utilizado por fuerzas del orden y grupos militares (y paramilitares) asociados a la derecha republicana. Por ejemplo, me acuerdo de Chris Kyle, el francotirador cuya vida fue llevada al cine por Clint Eastwood. En los últimos tiempos, parece ser que personas que protagonizaron el asalto al Congreso de los Estados Unidos para intentar impedir el nombramiento de Joe Biden como presidente llevaban el cráneo de Punisher en su indumentaria. Como Marvel no quiere ser asociado con las acciones de estas personas, ha decidido cambiar la imagen icónica del personaje, creando la que estamos viendo en estos comics. Y aunque en parte podría entender decisión, lo cierto es que me parece que Marvel ha vuelto a bajarse los pantalones, metafóricamente hablando. Si hay gente que usa tu logo de formas que no te gustan, la solución no es abandonar el elemento más reconocible del personaje, sino usarlo más que nunca para recalcar qué es lo que hace, en tu opinión, que las acciones de Punisher sean mejores (o no) que las de esos grupos de los que aparentemente buscar alejarte. Si el año que viene un grupo republicano de Texas empieza a usar el nuevo símbolo de Punisher para detener inmigrantes en la frontera, ¿qué va a hacer Marvel? ¿Volverá a agachar la cabeza y les regalará este logo y buscarán un tercero? Me parece una situación absurda, y como suele pasar cuando se genera una polémica en el mundo real alrededor de un comic suyo, Marvel opta como siempre por rehuir la pelea y marcharse con el rabo entre las piernas, parece que avergonzado de SU personaje y su iconografía. En lugar de defender una de las señas de identidad de Punisher y la propia naturaleza de historia de ficción de estos comics.
Aparte que hay que negar la mayor, porque por mucho que tus comics actuales hagan portar a Castle otro uniforme, la imagen del cráneo blanco sobre fondo negro estará siempre unida a Punisher. Empezando porque sus cientos de comics previos siguen existiendo, al igual que sus apariciones en películas o en la carismática versión televisiva del personaje estrenada en Netflix con Jon Berthal como Castle. Da igual lo que quiera Marvel, Punisher ES ese logo, y lo seguirá siendo mientras los aficionados mantengamos nuestra memoria, y nuestros comics.
Realmente este cambio me parece penoso. Y diría que esconde otra intención que puede ser aún más lamentable en lo referido al futuro del Castigador dentro del catálogo de Marvel. Algo sobre lo que probamente escriba en un próximo artículo para que éste no se alargue más de la cuente. Sólo comentar que no es casualidad que en sexto número en que tenemos el enfrentamiento de Castle contra Ares, el Dios de la Guerra lleve el cráneo de Punisher, reflejando de alguna manera que ese logo en la actualidad está siendo utilizado por un villano. Lo que es otra forma nada sutil de alejarse del público que actualmente pudiera tener a Castle como un héroe.
Una vez di mi opinión sobre el elefante en la cacharrería de este comic, lo cierto es que me ha gustado mucho la primera mitad de la historia que nos han preparado Aaron, Saiz y Azaceta. Además, el cliffhanger final del comic deja la historia en un momento que puede ser apasionante. Lástima que tengamos que esperar dos meses para saber cómo continúa la historia, al colar el mes que viene Marvel otro especial realizado por otros autores.
Comparto las primeras páginas del comic:
Aparte de las polémicas externas al comic en si, lo cierto es que la nueva etapa de El Castigador de Aaron, Saez, Azaceta y Stewart me parece un comicazo super recomendable.
PUNTUACIÓN: 8/10
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Jeff Lemire y Andrea Sorrentino, con la colaboración del maestro del color Dave Stewart, forman una de las mejores parejas creativas del mundo del comic, con una sensibilidad perfecta para historias de terror. Descubrir que su siguiente obra era la novela gráfica original The Passageway, editada por Image Comics, que es además la primera obra dentro de un universo de historias de terror creado por Lemire y Sorrentino convierte a esta obra en compra obligada.
PUNTUACIÓN: 8/10
Del aclamado equipo creativo detrás de GIDEON FALLS y PRIMORDIAL llega el primer libro de un nuevo y ambicioso universo de terror compartido. Cuando un geólogo es enviado a un remoto faro para investigar fenómenos extraños, encuentra un pozo aparentemente interminable en las rocas. ¿Qué se esconde en su interior y cómo podrá escapar de su atracción?
The Passageway (El pasaje) es el primer libro del nuevo universo The Bone Orchard Mithos de LEMIRE & SORRENTINO, que contará con novelas gráficas autocontenidas y series limitadas sobre los horrores que acechan en el Huerto de Huesos, a la espera de ser descubiertos.
The passageway es una novela gráfica de 96 páginas, un formato que se confirma perfecto para que el equipo creativo desarrolle su historia creando un tempo pausado que le va de maravilla, creando una tensión que estallará con los shocks que Lemire plantea durante la narración. Lemire presenta a un protagonista acosado por un trauma del pasado, algo que conecta con los clichés del género de terror y que tengo que reconocer que en esta historia funciona a la perfección. La idea que junto al mundo normal existe otro terrorífico cuya influencia malsana está empezando a notarse en nuestra realidad es otra idea que ya vimos en Gideon Falls y que parece que Lemire quiere seguir explorando en las futuras historias ambientadas en este nuevo marco narrativo. Mientras la ejecución sea a este nivel, sobre todo gracias al dibujo, yo estaré encantado de leerlo.
Y es que el dibujo de Andrea Sorrentino con color de Dave Stewart están a otro nivel y son los que de verdad marcan la diferencia y elevan la experiencia de lectura de esta novela gráfica. Como siempre hay que destacar a un brillante Stewart que marca con el color el tono perfecto, perturbador y misterioso, para todo lo que sucede en esa pequeña isla aislada del mundo. Y junto a él, Sorrentino aprovecha el formato de la novela gráfica para deslumbrarnos con unas composiciones novedosas que ayudan a acrecentar la sensación de misterio malsano que se oculta en esas costas. Tanto la narrativa a lo largo de la novela gráfica como el uso de splash-pages me parece una pasada. Estamos ante uno de esos casos en los que sólo por el dibujo se justifica de sobra la compra de este comic. Novela gráfica. ya me entendéis.
The passageway es la primera obra ambientada en el mundo de The Bone Orchard Mithos, una suerte de presentación de un mundo perturbador que aún oculta muchos misterios y sorpresas y que de momento no dio ninguna respuesta. Y ese es quizá el problema de esta obra. Aunque la novela gráfica se plantea con principio y final para esta historia concreta, me dejó con la sensación que apenas hemos arañado en la superficie del misterio de este agujero y lo que yace debajo, de forma que lo leído no acaba de ser todo lo satisfactorio que me hubiera gustado. De hecho, en cierto sentido me recordó al prólogo de una película de terror en el que te introducen algo el pasado de que será la verdadera historia en el resto de la película en el presente. Un prólogo eso si de 90 páginas, todo hay que decirlo. En todo caso, como digo sólo por el apartado gráfico sin duda merece la pena leerse este comic, y me deja con ganas de leer nuevas obras del trio Lemire-Sorrentino-Stewart.
Comparto las primeras páginas de esta novela gráfica:
The Passageway me parece un estupendo ejemplo de historia atmosférica en la que el trio formado por Lemire + Sorrentino + Stewart se sienten más a gusto. Si te gustó Gideon Falls, esta nueva obra se convierte en lectura obligada.
PUNTUACIÓN: 8/10
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Acaba de publicarse el primer volumen de Echolands de J.H. Williams III, W. Haden Blackman y Dave Stewart, con los seis primeros números de la serie regular publicada por Image Comics. Buen momento para volver a recomendar el que probablemente sea uno de los comics con mejor dibujo de la actualidad.
PUNTUACIÓN: 8/10
La historia de la última guerra de la Tierra comienza con un pequeño robo.
El multipremiado equipo de Batwoman formado por J. H. WILLIAMS III (Promethea, The Sandman: Overture, Batman) y W. HADEN BLACKMAN (Star Wars, Elektra) se reúne de nuevo. Les acompañan de nuevo el colorista supremo DAVE STEWART y el maestro de las letras TODD KLEIN.
En un extraño mundo futuro que ha olvidado su historia, la imprudente ladrona Hope Redhood tiene la clave para excavar su oscuro y extraño pasado, si ella y su tripulación pueden escapar de un tirano mago y su imparable hija. Pero el destino los enviará a todos por un camino que conduce a una guerra entre mundos.
ECHOLANDS es una epopeya de ficción mítica en formato horizontal donde todo es posible; una trepidante aventura mezcla de géneros que combina todo, desde vampiros de películas de terror hasta mafiosos clásicos y elfos cyborg, semidioses romanos y cohetes retro. ¡Va a ser un viaje increíble!
Cuando hace unos meses aluciné con el primer número de esta serie ya comentaba como la serie transmitía la idea que J.H. Williams había planteado junto a su colaborador habitual W. Haden Blackman una historia ambientada en un mundo fantástico que le permitiera dibujar literalmente cualquier cosa que le gustara. Tras leer este primer volumen con los seis primeros números, no hay duda que el éxito es monumental. Cada página está abarrotada de detalles y personajes que recuerdan elementos clave del entretenimiento de todas las épocas, convirtiéndose en un auténtico “¿donde está Wally?” mientras intentas identificar a cada personaje, cada referencia. Como fan de la fantasía y la ciencia ficción, las páginas de Echolands son un regalo maravilloso repleto de easter-eggs.
Otro de los grandes éxitos de Echolands viene a partir del formato horizontal del comic, que permite a Williams realizar un nuevo despliegue narrativo a la hora de distribuir las imágenes en la página, algo en lo que Williams es un autentico maestro. La doble página horizontal permite un flow super diferente al que estamos acostumbrando con los comics verticales, que suponen el 99,99% de los que se publican, con un diseño original que permite grandes sets en los que se mueven los personajes, y una acción que fluye en la página a su propio ritmo.
Aparte de la propia calidad de Williams, verle colaborar de nuevo con el colorista Dave Stewart nos regala unas páginas alucinantes. Stewart se une al despliegue artístico con páginas en las que todo es posible, explosiones de color junto a personajes dibujados en blanco y negro ¡en la misma viñeta! La exuberancia creativa es claramente una de las señas de identidad de este comic, y me encanta.
En la reseña del primer número ya comentaba que el único pero que le veía a Echolands es que estábamos ante un comic para leer en tomo más que en grapa como he hecho yo, dado que la historia en si prácticamente no había avanzado nada. Ahora que tengo en mis manos los seis primeros números, esta opinión no sólo se confirma, sino que me sorprende lo poco que nos han contado Williams y Blackman dentro del viaje en el que se han embarcado los protagonistas les ha llevado por numerosos reinos cada cual más diferente del anterior. Un hecho aparte es que estos seis números son el primer volumen porque así van a ser recopilado, pero en lo relativo a la historia no han alcanzado ningún hito ni estamos ante un momento de giro, de forma que podrían haber cortado aquí como en el número cuatro o cinco (o siete) y la sensación de no ha pasado casi nada seguiría estando ahí.
Es curioso que dentro de que el dibujo me parece una pasada, también me ha provocada cierta saturación sensorial debido a todo lo que Williams añade a cada imagen. En este sentido, me llama la atención que en medio de la polémica del “fan-service” en Spiderman No Way Home o en El libro de Boba Fett, este comic es puro fan-service, con decenas de seres y objetos en segundo plano que nos recuerdan a algo pero no tienen, de momento, ninguna importancia en lo relativo a la trama, más allá de resaltar que estamos ante un mundo en el que todo es posible.
Aunque me sabe un poco mal lo poco que la historia ha avanzado y lo poco que seguimos sabiendo de la protagonista Hope Redhood, en el momento que entendí y asumí que este comic no va de historia sino de permitir que Williams se desate, el disfrute es total. Y no tengo duda que los próximo números van a seguir ofreciendo muchas alegrías con apariciones especiales que me van a volar la cabeza.
Comparto algunas páginas del primer número para que alucinéis:
Solo por tener de vuelta a J.H. Willams III al mundo de la narrativa serializada, Echolands es un gran triunfo, con un dibujo sobresale muy por encima del resto de comics publicados en Estados Unidos. Super recomendable.
PUNTUACIÓN: 8/10
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¡Vaya locura acabo de leer! Ultramega de James Harren y colores de Dave Stewart, editado por ECC Ediciones, es el sueño húmedo de cualquier fan de las películas de monstruos, con un nivel de gore over-the-top como hacía tiempo que no leía.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
Lucha por la humanidad.
Se ha extendido una plaga cósmica que ha transformado a la gente de a pie en unos violentos y monstruosos kaiju. Solo los Ultramega ―tres individuos dotados con unos poderes increíbles― pueden contener esta locura. Sus batallas dejan ciudades arrasadas e incontables horrores a su paso. Se aproxima la hora de la verdad para los Ultramega, pero… ¿serán capaces de vencer esta guerra?
Enfréntate a los monstruos y lucha por la humanidad en esta nueva serie original de Skybound, creada por el artista más importante de su generación, James Harren (Rumble, BPRD), y el colorista galardonado con un premio Eisner Dave Stewart.
Recopila Ultramega, de James Harren, números 1-4 USA, editados por el selle Skybound de Robert Kirkman a través de Image Comics. El tomo de 208 páginas en cartoné fue editado por ECC Ediciones a finales de diciembre.
James Harren es un dibujante estadounidense nacido en 1986 en Doylestown (Pensilvania) y residente en Brooklyn (Nueva York). Se estrenó en el mundillo en Marvel en comics de la Patrulla X, pero rápidamente se pasó a Dark Horse, donde puso su arte al servicio de títulos como Abe Sapien, AIDP y Conan. Aunque está considerado un narrador con una gran creatividad, también es un cotizado portadista. Rumble junto al guionista John Arcudifue su primer cómic como autor independiente, tras lo cual este Ultramega ha conseguido volarme la cabeza como autor completo.
Maaaadre mía del amor hermoso. Creo que desde Akira no leía un comic que incluya una destrucción a la escala de lo que acabo de leer en este Ultramega. Y es que narrativamente el comic de James Harren creo que comparte un más que evidente amor por la obra Katsuhiro Otomo. Y si a una arquitectura con reminiscencias al manga de Otomo le sumamos las peleas más bestias que he visto nunca entre Kaijus gigantes y defensores de la humanidad super poderosos, el coctel que tenemos en este comic es alucinante.
El dibujo de Harren tiene una narrativa muy manga a la hora de mostrar las escenas de acción, con un nivel de gore, miembros desmembrados y momentos sangrientos por encima de todo lo que he leído recientemente. Su diseño de los diferentes Kaijus y del ecosistema que se crea en las ciudades medio destruidas son otro de sus puntos fuertes, con un dibujo que en algunos momentos me recordó algo al Kevin O´Neill de Marshall Law.
Junto a Harren, la paleta de color elegida por Dave Stewart refuerza el elemento freak y loquísimo de la historia, creando unos contrastes muy chulos entre los momentos tranquilos y las peleas más grandes que la vida que tenemos en este comic. Como digo, sólo por el dibujo merece sin duda comprar el tomo recién editado por ECC Ediciones.
En lo referido al guión, Harren plantea los 4 números contenidos en este tomo como una montaña rusa de emociones de principio a fin. Un elemento que sorprende de Untramega es la longitud de los episodios, ya que el primer número que presentaba este mundo con Kaijus contó con 60 páginas, lo que permitió mostrar un nivel de destrucción y salvajismo alucinante a la vez que avanzó un montón la historia, planteando un giro antológico de los que hacen época. Los otros tres números tuvieron 44, 44 y 46 páginas, el doble que una grapa normal, lo que permite a Harren desplegar el ritmo que necesita un comic con peleas más grandes que la vida capaces de destruir ciudades enteras.
Debo indicar que aunque el comic me ha gustado, eso por delante, reconozco que no todo me ha flipado, ya que sin entrar en spoilers he encontrado la historia super confusa y caótica. El guión cuenta con buenos cliffhangers y en cada grapa hay sorpresas impactantes y estupendos sets de acción, pero en algunos momentos no tenía claro quien hacía qué o porqué. Si a eso le sumamos una sociedad que no acaba de estar explicada y que, siendo algo secundario, me generaba más dudas que certezas, hizo que no fuera lo perfecto que esperaba. Harren entra en mi listado de buenos dibujantes, pero no tengo claro que sea un buen guionista debido a la confusión reinante. En muchos aspectos, este comic me ha recordado a una película de festivales tipo Sitges que cuando la ves in-situ es un locurón que disfrutas con el resto de público entregado que busca productos over-the-top similares, pero que sabes que no puedes verla con la gente «normal» (entre la que yo no me identifico).
Tengo que reconocer que de alguna manera quizá esperaba encontrarme con el nuevo Daniel Warren Johnson capaz de combinar acción increíble con emoción y desarrollo de personajes, pero parece que Harren «solo» nos da kaijus y gore, lo cual seguro le sitúa un peldaño por debajo de Johnson pero sigue estando super bien. En todo caso, esto no impide que Ultramega me haya volado la cabeza, porque no te acercas a un comic de esta naturaleza para leer complejos análisis sociales o introspección, sino a ver tortas como panes, y el comic las tiene a escala planetaria.
De hecho, me quedo con ganas de leer más cosas de Harren, por lo que igual pruebo con Rumble. Entiendo que ese debe ser el mayor halago que se le puede hacer a un profesional de comic. O del medio que sea, vaya!
Comparto algunas páginas del comic.
El primer volumen de Ultramega ha sido una sinfonía de destrucción que he disfrutado un montón, a pesar de reconocer que no tengo claro qué le estaba pasando a quien en cada momento debido a su caótico guión. En todo caso, una lectura obligada para todos los fans del cine de monstruos.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
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¡Saludos a todos!
Repaso a mi Sci-fi favorito: comics, películas, TV y libros
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