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Crítica de Crossover vol. 2 de Donny Cates y Geoff Shaw (Image Comics – Panini)

Segundo volumen de Crossover de Donny Cates y Geoff Shaw, con colores de Dee Cunniffe, que trae a numerosos invitados especiales amigos de los creadores del comic para reforzar la idea de comic meta textual que habla sobre el proceso de creación y la relación entre autores y su obra impresa.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Hace cinco años el reino de ficción de los cómics colapsó sobre nuestro mundo real. Ahora, en medio del caos, se alza una nueva amenaza. Alguien, o algo, está matando guionistas de cómics por todo el país. ¡Scott Snyder! ¡Brian K. Vaughn! ¡Chip Zdarsky! ¡Robert Kirkman! ¡Brian Michael Bendis! Nadie está a salvo en el sangriento y explosivo segundo volumen de… ¡Crossover!

Este segundo volumen incluye los números 7 a 13 USA, que además de los creadores, incluyen historias de Chip Zdarsky y Phil Hester (nº 7), Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming (nº 10, Powers) y Robert Kirkman con Phil Hester (nº 12, The walking dead).

Crossover es un comic con una elevada carga metatextual, al presentar la premisa de un mundo en el que personajes de comic han penetrado en el mundo «real». En el primer volumen jugaron a sorprender al lector al incorporar a la historia a numerosos personajes del mundo indy como Madman (creado por Mike Allred), Savage Dragon (Erik Larsen), Hit-Girl (Mark Millar y Romita Jr.) y muchos otros, creando una situación en la que cualquier cosa podía pasar. En este segundo volumen la dosis de entretenimiento se mueve hacia la narración metatextual, jugando con la relación entre creador y obra y como una vez el personaje aparece impreso en el comic deja de pertenecer a los creadores y pasar a ser de los lectores.

Hablando de comics en los que se reflexiona sobre la relación de los personajes de comic con sus creadores, creo que hay una influencia y homenaje claros de Cates y Shaw a comics maravillosos como el Animal Man de Grant Morrison en el que Buddy le pedía explicaciones a su creador por todo el sufrimiento que le había hecho pasar, y en modo humorístico a la Hulka de John Byrne en el que Jennifer criticaba y acababa despidiendo a Byrne por los comics malos que estaba creando a su costa. Tengo que reconocer que dada la fama de creador de historias punkies de Cates, dentro que el comic es muy entretenido, no acaba de sorprender que la idea de Crossover ante esta relación sea hacer que un personaje de comic quiera matar a su creador. De la forma más sangrienta y chunga posible, claro.

En este volumen, más que crossover de personajes (que los hay), el cruce se realiza entre autores de comics amigos de Cates y Shaw. Ya no es que Bendis y Oeming presten a los personajes de Powers, es que Bendis aparece en el comic y un segmento del comic está escrito por el y dibujado por Oeming. De igual forma, sorprende que todo el número 7 esté guionizado por Chip Dzarsky con dibujo de Phil Hester y tinta de Ande Parks, algo que rompe como digo las expectativas previas.

Dentro de este elemento metatextual, me gusta la forma en que resaltan algo que sobre todo en el mundo mainstream de Marvel y DC se ha dejado de lado, y es que el comic es un esfuerzo colaborativo entre un escritor que imagina la historia y un artista que la transforma en imágenes y sin el cual el comic por definición no existiría. Los Vengadores de Hickman no son sólo del guionista, o no deberían ser, dado que habría que valorar a los diferentes artistas que trabajaron en ella, cosa que lamentablemente suele obviarse. Sin embargo, en los últimos años los plazos de entrega cada vez más ajustados hacen imposible que un artista pueda mantenerse en una colección, provocando las propias editoriales que hayan una sucesión de artistas sustitutos y fill-ins constantes que hacen imposible que haya una continuidad artística que sí encontramos en el indy. Hablamos tanto del Veneno de Donny Cates en lugar del Veneno de Cates y Stegman, por ejemplo, que está genial que se nos recuerde explícitamente que este crossover es tan propiedad de Geoff Shaw como de Cates, y de hecho Shaw es fundamental para darle el aspecto gráfico que al final tiene el comic.

Hablando de Shaw, su trabajo en Crossover junto al colorista Dee Cunniffe me parece que está genial y brilla a gran altura, presentando la historia de forma super dinámica y jugando sin problemas con los diferentes estilos de dibujo que se asocian a los personajes especiales que pasarán por estas páginas. He comentado muchas veces que se me hace difícil poder valorar positivamente un comic si el dibujo es montonero (o directamente mediocre), y me alegra confirmar que no es el caso en absoluto con este comic.

Dentro que el comic me ha gustado, hay una parte con la que he conectado menos. Y es que Crossover se ha vuelto menos divertido en este segundo volumen, al pasar de ser un comic que muestra una aventura protagonizada por personajes de comic, al convertirse en un comic que habla de los autores que los crean. La parte de Bendis o Kirkman puede considerarse bromas autoconscientes al enfrentarse a lo que siempre se ha dicho (y criticado) sobre sus comics y su estilo de creación, y en el caso de Zdarsky a la imagen pública que él se ha creado. Pero la parte que Cates se guarda para si mismo me ha resultado super egomaniaca y bastante ombliguista, convirtiendo la historia en un «mira que listo y ocurrente soy». Y lo que es peor, mira qué vida tan interesante tengo que provoca que este comic sea de esta manera. Unido a esto, llega a un nivel de autoconsciencia meta textural que Cates incluso introduce una pulla a la web de cotilleos comiqueros Bleeding-Cool que es imposible de entender a no ser que estés un poco al tanto de la actualidad USA, lo que de nuevo provoca que en lugar de plantear un comic entretenido, está presentando uno que presume de lo ocurrente e imaginativo que es. Cosa que lo es a medias, en mi opinión.

Cates en todo caso confirma en Crossover que es un experto narrador que entiende perfectamente el medio comiquero, creando unos estupendos cliffhangers al final de cada grapa que mantienen al lector interesando en el comic y en lo que va a pasar a continuación. En ese sentido, el cliffhanger final del tomo resulta super chulo aunque se trata de un giro que claramente se ve venir. Crossover me parece un buen comic, pero me deja cierta sensación que no es tan inteligente como Cates cree, o quiere hacernos creer. Sin embargo, puestos a no decir sólo cosas que no me han encajado, me gusta de este comic la idea que al ser todo ficción, no tiene sentido limitarte a ti mismo creando un comic cuando puedes ir a por todas si te atreves a estar dispuesto a romper tus propios límites autoimpuestos.

Por cierto, dentro que este segundo volumen de Crossover me ha gustado (aunque sin fliparme), compruebo para mi disgusto que tras la publicación de este segundo volumen en USA, no se ha publicado ninguna nueva grapa, ni siquiera está solicitado el número 14. Esto significa que vamos a tardar muchísimo tiempo en poder leer el tercer volumen, que ya veremos si es el último de la serie.

Leí que Donny Cates ha estado una temporada pachucho. Y aunque va a abandonar su trabajo en Hulk y Thor, tiene ya planificada una historia importante para Marvel, que de momento aún no puede ser anunciada. Espero que además del trabajo por encargo pueda volver a ponerse al día con su trabajo de creación propia, no sólo este Crossover, sino también Redneck, su otra serie en Image con dibujos de Lissandro Estherren, cuyo último arco se canceló y está pendiente también de publicarse.

Comparto las primeras páginas de este volumen, obra de Chip Zdarsky y Phil Hester:

Crossover me parece un buen comic pero demasiado auto consciente de si mismo, de forma que se ha perdido un poco el disfrute que debería darnos su lectura.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Crossover de Donny Cates, Geoff Shaw y Dee Cunniffe

Panini acaba de publicar uno de los comics más anticipados de los últimos tiempos, Crossover, el comic de Donny Cates y Geoff Shaw con color de Dee Cunniffe y diseño de John J. Hill que es un canto de amor al mundo del comic de superhéroes mainstream americano.

PUNTUACIÓN: 8/10

Después de que El Acontecimiento altere el mundo tal y como lo conocemos, Ellie, Otto y Ava se embarcan en una odisea través del mágico Colorado. Unos misteriosos (¿y conocidos?) superhéroes se unen a nuestro intrépido equipo de héroes en busca del modo de romper la cúpula y descubrir la verdad. ¡El primer acto de una nueva aventura que romperá tu realidad!

El primer volumen de Crossover publicado por Panini es un tomo en tapa dura de 176 páginas que recopila los seis primeros números de la serie regular publicada actualmente por Image Comics.

En el mundo de los comics de superhéroes el crossover tiene una connotación muy particular, al tratarse de una reunión de personajes que poseen comic propio para compartir una aventura en común contada en las páginas de sus colecciones, cruzando los argumentos de un comic a otro. Esto es diferente a cuando un personaje aparece en el comic de otro (team-up) y en los primeros años de Marvel en los 60 estas aventuras tenían una connotación muy especial, casi de acontecimiento. La idea del crossover evolucionó con el paso de los años para dar lugar a los eventos, que son comics planteados como miniseries que cuenten una historia protagonizada por múltiples personajes, que se supone tan grande e importante que no puede ser contada en la colección “normal” de un personaje concreto. La Guerra de los Reinos, Rey de Negro o Imperio son ejemplos de eventos recientes de Marvel, pero lo mismo podría decirse de DC y los cruces anuales entre la JLA y la JSA, por poner un ejemplo clásico.

No cabe duda que desde el título de Crossover, Donny Cates y Geoff Shaw buscan transmitir una connotación muy comiquera a los lectores que abrace el sense-of-wonder, la sensación que todo es posible en estas páginas y porqué aman (amamos) el mundo del comic. Y de momento las sensaciones no pueden ser mejores en este primer volumen. Donny Cates se luce con esta historia con elementos originales y familiares a la vez. Como ya estamos acostumbrados los lectores de Cates, la obra lanza un montón de ideas al aire que consiguen sorprender y están pasando cosas interesantes que atrapan al lector, no dejando un momento de respiro, con unos cliffhangers al final de cada grapa USA me parecen estupendos.

Cates también acierta al no dotar de un excesivo dramatismo a la historia. Al menos a mi la sensación principal que me deja el comic es «vamos a disfrutar siendo muy locos», y es ese sentido diría que el hecho de no tomarse excesivamente en serio a si mismo le viene muy bien a una historia que realmente si es muy loca. Hay un importante elemento metatextual en todo el comic, con elementos muy reconocibles de la historia del medio como el cura que busca quemar comics o la camiseta de Otto el librero, que son café para los muy cafeteros. La sensación de homenaje al medio, incluso haciendo sufrir a los protagonistas, está presente en Crossover de principio a fin, y me encanta.

Por si fuera poco, haciendo gala de su nombre, el comic está repleto de apariciones especiales. La mayoría son apenas cameos de una página e incluso una viñeta, pero hay un par que me ha parecido super buenos y me han dejado con la sonrisa en la cara. De igual modo, me parece modélica la forma en que Cates conecta Crossover con el mundo que creó en God Country. Prefiero dejarlo aquí y no comentar nada más para no chafaros las sorpresa, pero sobre todo si eres un lector veterano, vas a disfrutar un montón algunas de las apariciones que nos vamos a encontrar.

En el apartado artístico, ¡cómo ha crecido Geoff Shaw como artista desde que le conocí en God Country! El dibujante realiza un estupendo trabajo en esta serie, casi como si supiera que es este comic el que puede conseguir que se reconozca su trabajo como se merece. Sus lápices han mejorado muchísimo tras abandonar la narración «sucia» que tenían en God Country. Ahora, la historia fluye de maravilla entre las viñetas y se ve todo de forma clara, los personajes tienen personalidad propia y sabe aprovechar las splash-pages y las melés con múltiples personajes para lucirse, Decir que el apartado artístico es uno de los puntos fuertes del comic no es más que hacerle justicia y resaltar lo evidente.

Parte del éxito del comic está también en los estupendos colores de Dee Cunniffe, que ayudan a establecer el tono que la historia necesita y mejoran y embellecen los lápices de Shaw. Uno de los elementos más llamativos del comic es la forma en que replica el antiguo coloreado de los comics en los años 60 y 70 con puntos de colores como forma para distinguir la procedencia de los personajes, ya sea los habitantes de la Tierra normal con coloreado modernos, y los habitantes del otro mundo. Este elemento es muy interesante, ya que aunque sirve para esa labor de diferenciación de los personajes que necesita la narrativa de la historia, a la vez homenajea la historia del mundo del comic y cómo se hacían en el pasado.

En este sentido, me parece curioso y necesario comentar que este elemento del coloreado antiguo no se corresponde con el mundo de los años 90 en el que nació Image Comics y muchos de los personajes que cuentan con aparición sorpresa en este volumen, unos años y unos comics dominados ya por el coloreado digital que rompió definitivamente con los antiguos procesos de coloreado. Quiero decir que en muchos casos entiendo que están usando un elemento que muchos lectores, desde luego todos los que tengan menos de 30 años, no habrán conocido en sus comics favoritos actuales, y que sólo les sonará si han buscado / leído comics clásicos.

El caso es que dentro que el comic me ha gustado, veo tan claras las referencias que Cates utiliza a la hora de presentar los elementos metatextuales, empezando por gran parte de la obra de Grant Morrison y en especial su Supergods, que no ha llegado a volarme la cabeza en ningún momento, ya que parte de estas ideas ya las he leído antes y las conozco. De hecho, la idea de un mundo real que se cruza con otro fantástico es la misma idea de partida de Oblivion Song de Robert Kirkman y Lorenzo de Felici. Y aunque obviamente el desarrollo es totalmente diferente, esto me sirve para resaltar que este Crossover tiene una familiaridad que no lo convierte en especialmente original. Dentro que sí que lo es.

Comparto las primeras páginas del primer número:

Crossover no me ha parecido revolucionario pero sí me ha gustado mucho y me ha dejado con ganas de más. Como entretenimiento para un lector de comics veterano como yo me ha parecido modélico, ojalá más historias originales de este tipo.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Redneck vol. 5 de Donny Cates, Lisandro Estherren y Dee Cunniffe (Image Comics)

El quinto volumen de Redneck de Donny Cates y Lisandro Estherren nos trae las respuestas a muchas de las preguntas que teniamos sobre el origen de estos vampiros texanos, ahora que nos acercamos al final de este comic editado por Image Comics, que llegará en el siguiente volumen.

PUNTUACIÓN: 7/10

Los Bowman son vampiros que han dirigido silenciosamente el asador local en su pequeña ciudad durante años, viviendo de la sangre de vaca. Su coexistencia pacífica termina cuando generaciones de odio, miedo y mala sangre salen a la superficie, ¡haciendo imposible separar al hombre del monstruo! Por el escritor superestrella DONNY CATES (Venom, CROSSOVER) y el artista LISANDRO ESTHERREN.

¿Quién es Demus, el primer vampiro? ¿Cómo comenzó la Guerra Humano-Vampiro? ¡¿Y de dónde diablos vinieron estos vampiros de todos modos ?! ¡Únase a nosotros en TALL TALES para descubrirlo!

Este quinto volumen recopila los números 25-30 USA.

Donny Cates es muy listo. Su historia de vampiros texanos necesitaba una explicación sobre su origen, y esto es justo lo que tenemos en este tomo, que está planteado casi el 80% en modo flashback enlazando desde la llegada del primer vampiro a la Tierra. Este volumen de 120 páginas se lee como si estuviéramos comiendo pipas, lo he devorado en una sentada. Sobre todo porque es muy visual y con poco texto de apoyo, mostrando toda la narrativa de Cates y su control sobre el ritmo de la historia. Como siempre con Cates, cada grapa de este volumen dejaba al lector con un estupendo cliffhanger y una buena sorpresa, pero sobre todo el final de este volumen nos ha dejado en lo más alto, obligando al lector a tener que comprar seguro el siguiente tomo. Por el lado de la historia, con un Cates más orientado que nunca la acción frente la caracterización, todo bien.

El problema de Redneck siempre lo tengo con el dibujo «sucio» de Lisandro Estherren con color de Dee Cunniffe. El estilo de Estherren plantea siempre grandes manchas y unas figuras con el mínimo imprescindible para poder contar la historia, y me deja siempre la sensación que se podría haber contado la historia mucho mejor. Con lo único con lo que conecto con el estilo de Estherren es con los momentos sangrientos, pero su narrativa me parece embarullada en exceso y poco clara. Globalmente, una pena y una pequeña decepción.

El caso es que incluso con la duración de esta historia veo que Cates es un escritor muy listo que sabe crear una historia interesante que no se eternice y nos lleve en seguida hasta el final. Y es que leo ahora que Cates y Estherren están publicando ahora mismo las grapas del último arco de la serie «Texas Forever», que va a terminar en el número 36. En todo caso, la premisa de unos vampiros texanos nos ha ofrecido un historia super entretenida que ha sabido jugar con los clichés del género subvirtiéndolos en muchos casos.

Comparto las primeras páginas de este volumen:

Redneck es un buen comic que no llega a fliparme nunca, pero siempre me ofrece una buena lectura que me hace querer saber como termina la historia. Más si cabe ahora que se que el próximo tomo será el final de la historia.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Redneck vol 4 de Donny Cates y Lisandro Estherren (Image Comics)

Tras unos meses de espera, vuelvo a las aventuras de la familia de vampiros texanos creada en el sello Skybound de Robert Kirkman creado por Donny Cates y el dibujante Lisandro Estherren, con colores de Dee Cunniffe. Lone Star es el cuarto volumen.

PUNTUACIÓN: 7/10

Los Bowman son vampiros que viven discretamente en un pueblo de Texas, alimentándose de la sangre de las vacas de su local, una de las barbacoas del pueblo. Su coexistencia pacífica termina cuando generaciones de odio, miedo y sangre mala salen a la superficie

Tras su día más oscuro, es hora de despedirse de Texas (The Lone Star State en inglés, de ahí el juego de palabras del título) mientras la familia Bowman busca la salvación … en las sombras de México.

Este cuarto volumen recopila los números 19 a 24 de la edición USA.

Recientemente Donny Cates ha anunciado que Redneck está a punto de finalizar, con un final en principio previsto para el número 36 USA (sexto tomo de la serie). Teniendo en cuenta esto y los catastróficos eventos que sucedieron al final del volumen anterior que nos dejaron con un cliffhanger monumental, la que es la segunda mitad de la serie empieza como es habitual en los comics de Cates sin dar un segundo de respiro.

Es complicado hablar de este comic sin entrar en spoilers teniendo en cuenta que yo compro la edición americana de un comic que de momento sigo inédito en España. Sin embargo, intentando mantener esta reseña libre de spoilers, creo que Cates es un guionista muy hábil que sabía cuando dar un golpe encima de la mesa para provocara un cambio de status-quo. Y este cambio le viene muy bien al comic, ya que este viaje a México nos muestra que este universo sobrenatural es mucho mayor de lo que nos pensábamos cuando todo pasaba en Texas, descubriendo toda una mitología de seres sobrenaturales malrolleros que darán mucho juego en los próximos tomos. Además de ahondar en las relaciones de los miembros de la familia Bowman que siguen con vida.

El gran problema de Redneck es el dibujo. Como suelo tardar meses entre que compro un tomo y el siguiente, siempre que me llega en nuevo tengo que volver a acostumbrar el ojo al horrible estilo del dibujante Lisandro Estherren, con colores de Dee Cunniffe. Estherren tiene un estilo “feista” que camufla su limitadas dotes de anatomía y narrativa con grandes manchan que ayudan a crear cierta atmósfera malsana, pero no ayuda a CONTAR la historia de la mejor manera posible. Estherren si consigue crear impacto en las splashpages de final de cada número y en algunos momentos puntuales, pero lamentablemente me parece un dibujante flojillo. Y es una pena, porque esta historia con un mejor dibujante podría haber producido unos momentazos visualmente alucinantes, que en este caso quedan como sólo correctos. Que es lo que impide que mi puntuación final sea

Llegados a este punto, no tengo duda que voy a comprar Redneck hasta el final. Tras comprar cuatro tomos y teniendo en cuenta el cliffhanger con el que nos han dejado, la pinta es que nos dirigimos hacia una guerra abierta de las distintas facciones de vampiros, ya veremos quien sigue en pie cuando la historia se acerque al final.

Comparto las primeras primeras páginas de este volumen:

Redneck continúa ofreciendo una aventura de vampiros bastante original y a pesar del dibujo me compensa el precio del comic, así que hay que darlo por bueno.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Redneck vol.3, de Donny Cates, Lisandro Estherren y Dee Cunniffe (Image comics)

La historia de los vampiros texanos de Donny Cates y Lisandro Estherren, con colores de Dee Cunniffe, continúa en su tercer volumen editado por Image con una nueva colección de sorpresas, giros y mucha sangre.

PUNTUACIÓN: 7/10

Los Bowman se encuentran en su peor momento, por lo que se ven obligados a recurrir a un clan que Bartlett esperaba evitar durante el resto de su larga vida. ¿Por qué? Está dirigido por su ex, July …

Este tercer volumen recopila los números 13-18 USA.

Voy leyendo poco a poco este comic. Reconozco que este Redneck no me ha volado la cabeza ni en lo relativo al guión ni al dibujo, (puedes leer aquí mis reseñas de los volúmenes uno y dos). Pero sin embargo hay algo de estos vampiros texanos de Donny Cates que sin embargo me hace querer volver cada cierto tiempo para ver cómo avanza su historia.

Debo reconocer eso sí que no me gusta el dibujo de Lisandro Estherren, aunque ya he llegado a asumirlo. E incluso diría que los diferentes momentos felices y luminosos le sientan mejor que los oscuros y nocturnos. Dicho esto, sigo sin verle nivel de dibujar comics Marvel, sigo viéndole como el tipo de artista que puede conseguir trabajo en Boom, IDW, etc… pero que está lejos de la primera división del medio.

Sobre la historia de Cates, me parece interesante comprobar como Redneck es un comic pensado para leerse en tomo antes que en grapa. Su narrativa está planteada para resolver el giro del tomo anterior, presentar la nueva realidad de la familia Bowman para luego destruir el orden establecido con el giro final que lo cambia todo. Este cliffhanger hace que quiera saber cómo continúa la historia ya que nos ha dejado en lo más alto, y nos muestra a un Cates dominador absoluto de la narrativa periódica del medio comiquero. Y darme cuenta de las costuras narrativas y la forma en que Cates construye su historia no me impide disfrutarla, que es al final el objetivo último de cualquier obra de entretenimiento.

Por suerte, en Estado Unidos está a punto de publicarse el quinto tomo, por lo que tengo asegurada la lectura durante todo este 2021. De momento, Cates no ha comentado que tenga un final a la vista, por lo que podría decirse que mientras las ventas aguanten, nos queda Redneck para rato.

No creo que Redneck sea el comic favorito de nadie, pero si está consiguiendo engancharme tomo a tomo dejándome con ganas de seguir leyendo la serie. Si buscas leer una historia de vampiros diferentes, hay muchas posibilidades que puedas disfrutar de este comic.

PUNTUACIÓN: 7/10

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