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Crítica de Sandman temporada 1 (Netflix)

Tras años y años de espera, por fin se ha estrenado en Netflix la primera temporada de Sandman, la adaptación a imagen real del mítico comic de Neil Gaiman y artistas como Sam Kieth o Mike Dringenberg en DC Comics. Comparto mis impresiones de una serie que muestra que ser una copia casi literal del comic puede no ser suficiente.

PUNTUACIÓN: 6/10

Adaptación del aclamado cómic de Neil Gaiman, que mezcla el mito moderno y la fantasía tenebrosa, y en el que la ficción contemporánea, el drama histórico y la leyenda se entrelazan. ‘The Sandman’ sigue a las personas y los lugares afectados por Morfeo (Tom Sturridge), el Rey del Sueño, mientras repara los errores cósmicos -y humanos- que ha cometido durante su vasta existencia.

Sandman es la obra magna de Neil Gaiman, publicada por DC Comics a lo largo de 75 números entre 1989 y 1996. Junto a Gaiman, los artistas Sam Kieth y Mike Dringenberg aparecen acreditados como creadores, aunque por sus páginas pasaron artistas de la talla de Jill Thompson, Coreen Dollan, Kelley Jones, Charles Vess, Michael Zulli, Marc Hemper y muchos más. Aparte de narrar la historia de Morfeo, el Señor del Sueño, y como el cambio es inevitable lo quiera él o no, el comic sirvió para que Gaiman explorar sus inquietudes como contador de historias, planteando numerosas historias fuera de la trama principal con personajes como William Shakespeare, analizando la propia naturaleza de las historias. Tras cerrar la historia, Gaiman ha vuelto cada pocos años para contar nuevas historias en este mundo, como Obertura junto al increíble J.H. Williams III.

El hecho que durante muchos años la adaptación de Sandman a la gran pantalla primero y a la pequeña pantalla después se encontrara con múltiples dificultades que hicieron temer que llegara a producirse tiene mucho que ver con la propia naturaleza de Sandman como comic. De hecho, podría decirse que Sandman es EL COMIC que sacó todo el partido de las posibilidades del medio contando una historia que sólo podía contarse en este formato. Desde la lectura mensual de las grapas obligando al lector a esperar entre cada número, a poder jugar con el formato de los arcos con historias que van desde un número hasta 13 de Las Benévolas que tenían o no que ver con la trama principal. O que el cambio de dibujante añadiera matices a la escritura y los personajes de Gaiman, dándoles nuevos matices y mayor profundidad, en muchos momentos más sentimientos y hasta poesía. De hecho, fue/es el comic que mostró a los lectores y autores de literatura fantástica y terror que el comic es un medio artístico y expresivo diferente a la literatura que en muchos casos los comics podían llegar a ofrecer historias que eran/son mejores. Y que no es ni tiene que sentirse «menos que».

Esta serie de Sandman ha sido desarrollada por el propio Gaiman, David S. Goyer (Trilogía de Batman de Nolan, Blade) y Allan Heinberg (Young Avengers) para Netflix, y está producida por DC Entertainment y Warner Bros. Television. Esta primera temporada cuenta con 10 episodios centrados en los dos primeros arcos del comic, Preludios y Nocturnos y La casa de muñecas. Los episodios fueron dirigidos por Mike Barker (el episodio piloto), Jamie Childs (Eps 2-5, con lo que sería el arco Preludios y Nocturnos en el que Morfeo recupera sus objetos de poder), Mairzee Almas (ep. 6), Andrés Baiz (eps. 7-8), Coralie Fargeat (ep. 9) y Louise Hooper (ep. 10). Gaiman, Goyer y Heinberg escriben el episodio piloto, y Heinberg el segundo, pero cuentan a partir de ahí con 8 escritores diferentes para los 8 episodios restantes, lo cual visto lo visto no parece que haya sido una decisión acertada.

Entrando al reparto, Tom Sturridge interpreta a Sueño, el señor de los sueños y gobernante del reino del Sueño, también conocido como Morfeo. Gwendoline Christie es Lucifer, la gobernante del Infierno, Vivienne Acheampong es Lucien, la bibliotecaria del Sueño, Boyd Holbrook es el Corinthian, una pesadilla que escapó del Sueño. Charles Dance interpreta a Roderick Burgess, el ocultista que atrapó a Sueño,​ David Thewlis es su hijo John, fruto de una relación con Ethel Cripps (Niamh Walsh de joven y Joely Richardson de adulta). Jena Coleman como Joanna Constantine, una maga que ayudará a Morfeo, mientras que Kirby Howell-Baptiste es Muerte, la hermana de Sueño. Sanjeev Bhaskar y Asim Chaudhry interpretan a Caín y Abel, residentes del Sueño basados en los personajes bíblicos. Por último, destacaría a Mason Alexander Park como Deseo y Kyo Ra como Rose Walker.

Entrando en materia, esta primera temporada de Sandman es un ejemplo perfecto de lo difícil que es trasladar una obra de un medio a otro. Siendo en lo fundamental un copia literal de los sucesos que pasan en los dos primeros arcos y ofreciendo una versión perfecta e icónica de los personajes, es una pena que se hayan limitado a mostrar los hechos olvidándose de la emoción y la ambientación de terror y fantástica, limitándose a exponer los hechos, no en crear emoción alrededor de los personajes y las situaciones.

Empezando con los elementos positivos, se nota que Gaiman está super involucrado en esta serie, porque en el 95% la serie adapta al medio televisivo sus historias y personajes de forma correcta y reconocible. El comic en sus inicios formaba parte del universo superheroíco de DC Comics y por él pasaron personajes de la Liga de la Justicia, el demonio Etrigan o John Constantine. Me parece normal que la serie haya tenido que hacer cambios para obviar a estos personajes y hacerla 100% autocontenida, y diría que estos cambios le sientan bien a la serie y son lógicos con el núcleo de lo que se quiere contar. Para todos los fans del comic, que esta serie sea una realidad ya es fuente de alegría.

Estoy contento con el casting de la serie, creo que Tom Sturridge es un perfecto Morfeo. Un personaje muy complicado de interpretar, ya que al actuar según su naturaleza de Eterno, no se considera bueno ni malo, lo que provoca que dicho de forma coloquial, sea un frío gilipollas la mayor parte del tiempo. Transmitir esa frialdad y la necesidad que tiene de asumir que el cambio es inevitable creo que son elementos que Sturridge añade muy bien a su interpretación. Jena Coleman creo que está genial como Joanna Constantine y consigue que no echemos en falta a su familiar John, el siempre genial David Thewlis borda el papel de John Burgess y Kirby Howell-Baptiste transmite de forma perfecta la empatía de la Muerte comiquera.

El resto del reparto lo veo correcto, cumpliendo lo que se pide de ellos pero sin demasiado carisma. En este grupo coloco a Gwendoline Christie como Lucifer, Vivienne Acheampong como Lucien, Boyd Holbrook como el Corintio o Kyo Ra como Rose Walker. En todo caso, poder ver en imagen eal a estos personajes y otros como Cain Abel, Goldie, Merv o Lyta Hall es una alegría inmensa.

De todos los episodios, ha sido el sexto El sonido de sus alas el único que realmente me ha emocionado. Lo cual no es extraño, al salirse de las tramas principales para mostrarnos la conversación de Morfeo y Muerte primero, y la relación que Sueño comparte con el mortal Hob Gadling que se negó a morir y con el que se ve cada 100 años. El resto de episodios siendo correctos, con algún pero que luego comentaré, me han parecido fríos y sin chispa. Visto que en la primera temporada de la serie sólo han cubierto los dos primeros arcos del comic, Preludios y Nocturnos y La Casa de Muñecas, si la audiencia funciona Netflix puede encontrar un filón con esta serie, que fácilmente se podría alargar hasta la cuarta o quinta temporada a poco que los autores lo hagan medianamente bien.

Como comentaba antes, la serie de televisión se olvida que Sandman es mucho más que la historia de Gaiman, historia que SI está bien trasladada a imagen real. Sandman es también la personalidad que sus artistas añadieron en la página impresa, y es eso precisamente lo que o bien han olvidado o han obviado a la hora de crear la serie. Sam Kieth con su estilo gótico y sus figuras no naturalistas planteó el comic como una fantasía oscura muy cercana al terror que lo convirtió en algo diferente a todo lo que se estaba publicando en ese momento en el ámbito mainstream americano.

En la serie no tenemos nada de eso, todo se muestra limpio, iluminado, aséptico. Los creativos se centran en exponer los hechos y mostrarlo todo perfectamente bien, cuando a veces sugerir acaba siendo mejor. El intangible de la calidad artística, la creación de atmósferas terroríficas y sobrenaturales, la personalidad en la forma en que nos cuentan la historia en viñetas, todo eso se ha perdido. Por eso Sandman NO es una novela. Tampoco una novela ilustrada, es un comic que mostró todo el partido a las posibilidades del medio. Y por eso durante mucho tiempo parecía que Sandman era otro Watchmen, un concepto imposible de trasladar a imagen real real. Por poner un ejemplo, incluso siendo uno de los mejores episodios, en el primer episodio El sueño de los justos la serie emplea mucho tiempo y recursos en recrear perfectamente la Inglaterra de 1920, con sus coches, su ropa y localizaciones perfectas. Sin embargo, el feeling de terror del comic ni está ni se lo espera.

Gaiman, con Goyer y Heinberg, no puede ser más fiel al comic y a sí mismo, y a la vez al conjunto le falta chispa, personalidad, y me ha dejado indiferente. Como colección expositiva de hechos podría decirse que funciona, como historia que tiene que enganchar con los personajes y transmitir emoción la serie fracasa estrepitosamente. Y eso lo digo yo que he leído el comic varias veces, me considero fan de Gaiman y tenía ganas de ver la serie. No tengo claro que un espectador que no conozca nada del comic original vaya a ver esto y se vaya a enganchar a la forma en que los creativos nos cuentan esta historia.

Por cierto, me pareció curiosísimo que justo tras el final del primer episodio se mostrara un trailer de lo que estaba por venir, algo que diría que nunca había visto en una serie de Netflix. Para una serie de estreno semanal mostrar el trailer en ese momento puede tener sentido para pedir a la audiencia que se acuerde de volver la semana siguiente, pero no en un contenido de Netflix que se sabe que se puede ver en modo maratón. Esto me sugiere que hasta los creativos de la serie se dieron cuenta que lo mostrado hasta ese momento era más bien pobre de cara a enganchar a los espectadores que no hubieran leído el comic, que entiendo que son la mayoría.

La traslación literal de la historia acaba provocando que se pierdan cosas, empezando por el intangible que nos enganchó la primera vez a Sandman que es mucho más que la historia de Gaiman. Pero incluso obviando la comparación de la serie de televisión con el comic, Sandman como serie de televisión tiene un problema tremendo con unos episodios que siendo fieles al comic resultan aburridísimos y están rodados de forma terriblemente cutre. Hay un primer elemento y es que diría que Sandman es una serie con un presupuesto importante para crear todos los sets de rodaje y los numerosos efectos especiales. Sin embargo, los directores parecen acostumbrados al cartón piedra de Doctor Who y no acaban de saber qué hacer con todos estos recursos para conseguir crear una serie con personalidad en los que estos recursos luzcan como se merecen. En este caso, como digo no es un problema de falta de recursos sino de habilidad o falta de ella de los directores y resto de equipo técnico.

Por otro lado, la serie como comentaba adapta dos arcos argumentales del comic, Preludios y Nocturnos y La Casa de Muñecas. Esto hace que la serie esté claramente partida en dos. En cuatro, realmente. Con una primera parte en el primer episodio casi a modo de prólogo que nos cuenta como Morfeo es atrapado y escapa un siglo después y una segunda con los episodios 2 a 5 en la que Morfeo recupera sus objetos de poder, lo que cerraría el arco de Preludios y nocturnos. En la tercera parte tendríamos el episodio 6 que es autoconclusivo y el mejor de toda la temporada, dejando los últimos 4 episodios como la última parte para contarnos el arco de la Casa de Muñecas.

Dentro de estos dos bloques, diría que el primer arco de Preludios y Nocturnos tendría un bien a nivel general simplemente por poder ver Sandman en imagen real, pero al segundo de Casa de Muñecas le daría un 5 pelado siendo generoso. Hay cosas muy chulas de este arco, como la presentación de Joanna Constantine, o Caín y Abel. Sin embargo, el climax del quinto episodio, 24/7, que en el comic fue uno de los más aterradores de todo el comic de nuevo queda mal resuelto en la serie. No porque no muestre a nivel general lo mismo que el comic, sino porque como digo no crea ninguna atmósfera terrorífica, ni tensión, ni hay un climax dramático que valga la pena. Pero incluso en los episodios que si me gustaron, narrativamente la serie tiene múltiples lagunas, como por ejemplo con la presentación del Corintio y en general todo lo que va haciendo, algo super mal resuelto como si Gaiman realmente pensara que no había problema porque los espectadores ya habriamos leído el comic y rellenariamos de alguna manera los huecos

Comentaba que el 6º episodio acabó siendo mi favorito de toda la serie. Sin embargo, todo el arco de Casa de Muñecas resultan unos episodios lamentables, super aburridos y televisivos en el peor de los sentidos posibles que dejan al espectador con un mal sabor de boca. Uno de los motivos puede ser la falta de tensión y de sensación de peligro debido a la forma mediocre en que está contado todo. El hecho que hayan 3 directores para estos cuatro episodios me indica que la calidad media no era muy bueno, la verdad. Pero incluso dentro de una serie, los buenos guionistas y los buenos directores consiguen que los episodios individuales tengan elementos destacables y se sientas satisfactorios por si mismos, cosa que no llega nunca a pasar en esta serie.

Me sabe mal que Sandman no me haya volado la cabeza. Esto me recuerda que Gaiman durante muchos años expresó que prefería que Sandman NO se hiciera antes que se hiciera con una versión que no estuviera a la altura del comic. Lamento tener que decirlo, pero tras ver esta primera temporada de Sandman en Netflix, no puedo decir que la serie sea mala porque no lo es, pero tampoco que sea especialmente buena. Qué pena. Creo que la versión BUENA de Sandman aún no nos ha llegado, y visto lo visto, lo más probable es que nunca lleguemos a verla.

Por cierto, leo de nuevo la entrada y me doy cuenta que aunque no me considero a mi mismo un «super fan de Sandman», en el fondo si que soy fan del comic, porque me molesta un poco que no hayan sabido trasladar la maravilla que significó leerlo la primera vez. Quiero decir que si hablamos de por ejemplo la Legión de Superhéroes, en el fondo me daría igual si la adaptación la hacen bien o mal porque los personajes no me interesaron. Y eso obviamente no me pasa con Sandman.

Comparto el trailer de Sandman:

Sandman es correcta pero se queda muy muy lejos de saber trasladar la magia y la emoción del comic a la pequeña pantalla. No puedo decir que sea mala, pero tampoco que sea especialmente buena. Qué pena.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de Man of Steel de Zack Snyder

Zack Snyder fue el elegido para realizar una actualización de los mitos de Superman para las nuevas generaciones, siguiendo conceptos planteados por Christopher Nolan y David Goyer. Man of Steel de 2013 fue la película que estaba destinada a lanzar una nueva franquicia cinematográfica con los personajes de DC Comics que pudiera competir con las películas de Marvel. Hoy la quiero recuperar.

PUNTUACIÓN: 4.5/10

Desde Krypton, un lejano planeta muy avanzado tecnológicamente, un bebé es enviado en una cápsula a través del espacio a la Tierra para que viva entre los humanos. Educado en una granja en Kansas en los valores de sus padres adoptivos, Martha (Diane Lane) y Jonathan Kent (Kevin Costner), el joven Clark Kent (Henry Cavill) comienza desde niño a desarrollar poderes sobrehumanos, y al llegar a la edad adulta llega a la conclusión de que esos poderes le exigen grandes responsabilidades, para proteger no sólo a los que quiere, sino también para representar una esperanza para el mundo. (FILMAFFINITY)

El nacimiento de Man of Steel tiene varias explicaciones. Por un lado, el decepcionante resultado en taquilla del casi-remake Superman Returns de Bryan Singer estrenada en 2006. Si hubiera tenido éxito, el estudio tenía ya planteada su secuela para un estreno en navidades de 2009. Sin embargo, el éxito arrollador de Iron Man (Jon Favreau, 2008) y el anuncio de Marvel Studios de estrenar películas individuales de sus héroes provocó que en agosto de 2008 Warner anunciara sus planes de no continuar con Superman Returns 2, optando por un reinicio completo del personaje. Debido al éxito arrollador de The Dark Knight (2008), Warner optó por lo que pensaron que era una idea ganadora: «Si Christopher Nolan había resucitado la Batman con Batman Begins (2005), démosle el control para que haga lo mismo con Superman». Y hay que reconocer que en ese momento, la idea tenía todo el sentido del mundo, ya que el guionista y escritor de comics David Goyer (guionista de la franquicia de Nolan), había comentado con Nolan cómo relanzaría Superman actualizándolo para las nuevas generaciones, y su idea le entusiasmó a Nolan, que la vendió a los ejecutivos de Warner.

En este momento de la producción, los planes de Nolan (productor) y Goyer (guionista) eran hacer una película completamente autónoma como lo fue Batman Begins, en el que Superman sería el único héroe de la Tierra igual que Batman lo es en su mundo, sin planes en ese momento de crear un universo compartido, algo que llegó años más tarde, en Batman v Superman (2016), ya con Zack Snyder con control total de la franquicia de héroes de DC Comics.

Zack Snyder fue contratado como director de Man of Steel en octubre de 2010, cuando Warner ya sabía el resultado de su Watchmen (2009), que resultó polémica y con una taquilla muy por debajo de lo esperado. Nada más confirmada su contratación inició un casting de mega estrellas que culminó con el inicio del rodaje en agosto de 2011, con Amir Mokri como director de fotografía. Man of Steel realizó un rediseño completo del traje de Superman de James Acheson y Michael Wilkinson, conservando la combinación de colores y el logotipo de la «S», pero con tonos más oscuros y sin los calzoncillos rojos, que no encajaban en la idea de dar al primer super héroe de DC un tratamiento «realista». La ironía de unos creativos que hablan de hacer una película sobre un hombre que puede volar que piensan que todo puede ser realista menos los calzoncillos no empezaba a hablar bien de los complejos de todo el equipo.

La película de 143 minutos contó con música de Hans Zimmer y montaje de David Brenner. Con un presupuesto de 250 millones de dólares, Man of Steel resultó muy polémica artísticamente y, lo que es peor para Warner, se quedó muy lejos del taquillazo que esperaban los ejecutivos de Warner, recaudando tan «sólo» 668 millones. Mejoraba eso si los escasos 400 millones que recaudó Superman Returns y confirmó que el reinicio de Superman era imparable. Sin embargo, estas cifras no eran tan buenas como se esperaban. Por ponerlas en contexto, Iron Man 3 estrenado es mismo año 2013 recaudó 1200 millones. Y sí, es injusto comparar la tercera parte de una trilogía de éxito con el reinicio de una franquicia que parecía muerta apenas unos años atrás, pero esa es la valoración que hicieron los ejecutivos de Warner, que viendo el empuje de Marvel Studios y con la sensación que no estaban exprimiendo la gallina de los huevos de oro como deberían, acabaron aparcando la idea de Goyer y Nolan para un Man of Steel 2 autocontenido y optaran por poner toda la carne con el lanzamiento de Batman v Superman (2016) que pusiera en marcha el universo cinematográfico de Warner / DC.

Para Man of Steel, Warner contrató al Henry Cavill para el papel de Clark Kent / Superman. Cavill ya optó a interpretar a Superman en Returns de Bryan Singer, y en 2010 ya contaba con 27 años y la presencia que se le supone al Hombre de Acero. Cavill comenzó su carrera con papeles en las adaptaciones de largometrajes como El conde de Montecristo (2002) e interpretó papeles secundarios en varias series de televisión como The Inspector Lynley Mysteries de la BBC y The Tudors de Showtime. Tambén participó en películas como Tristan & Isolde (2006), Stardust (2007) y Blood Creek (2009) hasta su contratación para hacer de Superman. Para foguearle antes de Man of Steel y que le público conociera al casi desconocido Cavill, Warner le hizo protagonista de Inmortales (Tarsem Singh, 2011), una historia basada en la mitología griega en la que ya mostró su poderío físico. Man of Steel le catapultó a la fama, y sin embargo no hemos llegado a verle interpretar la gran película de Superman que los fans estábamos pidiendo.

Además de Cavill, en Man of Steel tenemos a un reparto de autentico lujo con Amy Adams como Lois Lane, Michael Shannon como el General Zod, Kevin Costner y Diane Lane como Jonathan y Martha Kent, Russell Crowe como Jor-El y Laurence Fishburne como Perry White.

Entrando a valorar la película y empezando por los elementos positivos, Man of Steel es la mejor película de Bola de Drac jamás realizada. De hecho, el artista de los storyboards Jay Oliva cita al mítico anime (y manga) como una clara influencia a la hora de preparar unas escenas de acción que buscaban ofrecer algo nunca antes visto en imagen real. Y la verdad es que lo consiguen, la escala de destrucción y las escenas de acción son de largo lo mejor de la película, y están mostradas con un nivel de poder como nunca se había visto, siendo lo más parecido hasta la fecha el final de Matrix Revolutions (Hermanas Wachowski, 2003). Hay que reconocerle que Zack Snyder sabe crear un buen montón de imágenes poderosas a lo largo de la película, con momentos brillantes como el primer vuelo de Superman o la terraformación de la Tierra en el climax final con el cambio magnético de Metrópolis.

También me gusta mucho la música de Hans Zimmer que tenía la misión imposible de hacer olvidar la icónica música de John Williams y cumple con nota. Zimmer consigue crear una música poderosa como el protagonista que sí transmite la idea de «un héroe que inspirará a la humanidad» que intentaba ofrecer la película al espectador. Además, crea un in-crescendo musical que encaja con la idea de aprendizaje de Clark hasta asumir su herencia kriptoniana y convertirse en el defensor de la tierra. La música de Zimmer es una pasada.

El reparto de Man of Steel hace lo que puede con el guión que tienen. Al igual que los secundarios de la película de 1978 transmitieron todo su carisma en la primer película de Superman, Kevin Costner, Diane Lane, Russell Crowe y Laurence Fishburne lucen el carisma que sólo las grandes estrellas pueden transmitir en pantalla. Lástima lo que el guión les hace hacer, que comentaré más adelante.

De hecho, el único personaje al que entiendo y comparto su punto de vista es al villano General Zod. A pesar de la exagerada interpretación de Michael Shannon, veo lógico que alguien enfrentado a la aniquilación de su raza haga todo lo que esté en su mano, incluido aplastar a unas hormigas, para buscar la supervivencia de su especie. Eso no evita que sea el villano, claro, por los actos que realiza durante la película, pero todo lo que hace es lógico con este objetivo en mente, empezando por el intento de golpe de estado en la moribunda Krypton.

Globalmente, Man of Steel es una película de origen bastante típica que ofrece un espectacular entretenimiento para una nueva generación de espectadores que no hayan leído necesariamente los comics, algo que diría que Snyder de hecho nunca hizo. Teniendo en cuenta esto y si no conoces nada previo del personaje, creo que un espectador medio pudo salir razonablemente satisfecho y entretenido de la película.

Sin embargo, entrando en lo menos bueno, tiene delito que Warner haga una película de Superman en la que el personaje no aparezca. Porque este Man of Steel no es Superman, es un trasunto que se queda corto en todos los aspectos excepto en la espectacularidad de las escenas de acción. Y es que el principal problema de la película es que todas las decisiones creativas que David Goyer, Christopher Nolan y Zack Snyder toman para actualizar y «hacer más realista» al personaje suponen un problema que no mejora el canon existente previo.

Empezando por el psicópata de Jonathan Kent y su obsesión de no dejar que Clark ayude a la gente para mantener su anonimato, aunque con ello pudiera morir gente. Y no es sólo que ese NO sea Jonathan Kent, es que el guión equivoca terriblemente el foco. Superman no es el mejor superhéroe porque es el más poderoso y viene de otro planeta, sino por los fuertes valores morales que los Kent enseñaron a su hijo, que le hace buscar siempre la opción correcta, no la más fácil. Y matar siempre es muy fácil. Man of Steel busca trasmitir una equivalencia entre Superman y Jesucristo con un montón de imaginería religiosa e incluso con la edad de Clark, 33 años. Sin embargo, eso resulta un recurso vacuo ya que aunque la película hace a Jor-El y a Jonathan Kent repetir el mantra de que Clark «inspirará a la humanidad», realmente él durante el metraje NO hace nada que resulte inspirador para nadie, de forma que al final ese elemento narrativo resulta enormemente decepcionante y no lleva a ningún sitio.

De hecho, no es que Clark no inspire a nadie, es que escenas como la destrucción del camión son terribles porque muestran a un Clark vengándose de un bully de la peor forma posible, arruinando su medio de subsistencia, empleando la táctica de un cobarde. Y todo a cambio de conseguir un momento molón, que puede resultarlo para alguien que no conozca al personaje, pero para un fan de los comics como yo momentos como ese me sacaban de la película.

Man of Steel es un ser extraterrestre super poderoso que se enfrenta a otros seres extraterrestres causando una enorme cantidad de muertes en Smallville y Metrópolis. El increíble desprecio que Kal El tiene para evitar muertes civiles durante su enfrentamiento con Zod resulta terrible, algo que vemos por ejemplo cuando Kal para alejar la lucha de la granja de su madre lleva la lucha al centro de Smallville, en lugar de mantenerla en zonas despobladas de Kansas. Y así todo. Es por esto que si, las escenas de acción son espectaculares, pero aún hoy veo la película y no veo nada que me sugiera que estoy viendo una película de Superman, a pesar de la S en el pecho del protagonista. ¡Ah, no! Que la S significa esperanza. Hasta en eso resultan ridículos.

Y aunque Superman no debería matar, entiendo que con el contexto adecuado sería justificable que lo hiciera. John Byrne hizo que Superman matara en su etapa en el comic y supo justificarlo correctamente, además que Clark pagó un precio por ello. No tengo problema con que mate en un momento extremo si la situación está bien planteada, pero el climax de Man of Steel no lo está. Partiendo además que esta muerte no estaba en el guión original de Goyer y fue forzado a última hora por Snyder, que claramente ha jugado más al Injustice que leído las aventuras del comic. Y por mucho que luego Goyer justificara la decisión como que ahora que Clark mató sabe lo horrible que es y ya no lo va a volver a hacer, resulta una explicación fallida porque la historia de ESTA película debe ser satisfactoria en si misma, y no lo es. En el momento en que el problema de una película intenta ser justificado con que se iba a arreglar en la siguiente, están demostrando tu incapacidad para contar una buena historia.

Henry Cavill hace lo que puede en su interpretación. Aunque físicamente ES Superman, algo que Brandon Routh no consiguió en Superman Returns, su Clark Kent queda en un puesto indefinido al estar todo el rato sumido en una tristeza y una seriedad que resulta impostada y poco creíble. Tampoco consigue Amy Adams hacer suya a Lois Lane que está media película embobada mirando los biceps de Superman. Y aunque el guión intenta que su personaje tenga importancia en la historia, no consigue dar con la tecla que el personaje necesitaba, entiendo que porque el guión no se lo permite, no porque ella no realice una buena interpretación. Más lamentable es ver la idea de un Perry White «realista» que tienen en la película. Y en este caso me da igual el cambio de raza al elegir a Laurence Fishburne para el papel. El problema es lo que la historia le hace hacer a Perry, y es comportarse como un estúpido.

Otro problema de Man of Steel es el ritmo. La película tiene un prólogo de 20 minutos en Krypton repleto de acción tras lo que tenemos más de una hora de origen de Clark que se hace lento por momentos y que incluye la que probablemente sea una de las muertes más ridículas de la historia del cine protagonizada por un lamentable Jonathan Kent. Una escena que de nuevo está mal construida y queda como un pegote absurdo. Tras este lento origen, la película vira en sus últimos 45/50 minutos para convertirse en un «All-Out War» que sinceramente no pega tampoco con lo visto hasta ese momento, quedando el conjunto casi como tres partes deslavazadas sin demasiada conexión entre ellas.

Y hablando de Krypton, en este mundo diseñado genéticamente en el que cada ciudadano nace con los atributos que necesitará para desempeñar su función en la sociedad, resulta ridículo pensar que un científico (Jor El) pueda derrotar él solo al General Zod y a sus hombres. Algo establecido por la lógica de la película que no se corresponde con lo que nos han contado. No es algo grave, a decir verdad, pero si es otra piedra que me encontraba en el camino que me impedía disfrutar de la película como debería.

En resumen, ya intuiamos que esto iba a ser diferente. De hecho, como Warner ya expuso, NO es Superman, es Man of Steel. Y acepto que cada creador quiera mostrar su propia versión del personaje que no tienen que coincidir con la mía. De hecho, mientras Warner se lo permita, no tiene ni siquiera que ser compatible con la versión de Superman que hemos visto en los comics en los últimos 40 años. Sin embargo, esta película mostró que lo que funciona para Batman probablemente no fuera lo mejor para Superman, personaje que ha sido maltratado por unos ejecutivos de Warner a los que sólo les preocupaba sus beneficios y no en mostrar al personaje como lo que es, el mejor superhéroe de la historia.

El visionado de Man of Steel en el cine en 2013 fue una de las decepciones más grandes que me he llevado en una sala de cine en toda mi vida porque realmente esperaba ver la versión definitiva de Superman y me encontré otra cosa peor bajo todos los puntos de vista. Y que me llevó a no ver en cine ninguna de las siguientes película de Zack Snyder con los personajes de DC Comics. Warner puede hacer lo que quiera con «sus» personajes, pero que no cuenten con mi dinero.

Comparto el trailer de la película:

Man of Steel sigue siendo una oportunidad perdida y la constatación que Snyder no entendía a Superman. Si no conoces al personaje, Man of Steel puede ser una razonablemente entretenida película de acción. Pero es una terrible película de Superman.

PUNTUACIÓN: 4.5/10

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