Tenía cierto interés en ver la segunda temporada de Andor aunque no fui demasiado fan de la primera. Y los tres primeros episodios me han mostrado al peor Tony Gilroy que aún no ha aprendido a hacer televisión.
PUNTUACIÓN: 2/10
Comenzando cinco años antes de los acontecimientos de Rogue One y Una nueva esperanza, la serie emplea un elenco de personajes para mostrar cómo se está formando una Alianza Rebelde en oposición al Imperio Galáctico. Uno de estos personajes es Cassian Andor, un ladrón que se convierte en revolucionario y acaba uniéndose a la Rebelión.
Anthony Joseph Gilroy (Nueva York, 1956) es un guionista, director y productor que escribió los guiones de The Bourne Identity (2002) y The Bourne Supremacy (2004), las dos primeras películas de la franquicia cinematográfica Bourne, y escribió y dirigió la cuarta película de la franquicia, The Bourne Legacy (2012), así como Michael Clayton (2007) y Duplicity (2009).
Tony Gilroy ayudó a Lucasfilm a arreglar el desaguisado que se dice que fue el rodaje de Rogue One, consiguiendo con los reshoots convertirla en la película más satisfactorias de la nueva hornada de películas de Star Wars bajo el paraguas de Disney. Tras una primera temporada aclamada por la crítica que aún con sus cosas buenas me dejó bastante frío, Gilroy ha vuelto como showrunner de esta segunda temporada para terminar de contar el periodo de tiempo justo anterior a Rogue One. Si la serie empezó 5 años antes de la película, la idea para estos 12 nuevos episodios es utilizar bloques de 3 episodios para contar un año en la vida de Andor y los protagonistas. Gilroy se encarga de escribir los tres episodios recién estrenados en Disney+, que han sido dirigidos por Ariel Kleiman.
En el reparto de Andor vuelven los principales personajes de la primera temporada: Diego Luna como Cassian Andor, Stellan Skarsgård como Luthen Rael, Genevieve O’Reilly como Mon Mothma, Adria Arjona como Bix Caleen, la amiga de Andor de su planeta natal que se unirá a la Rebelión con él. Kyle Soller como Syril Karn, el agente imperial que descubrió la existencia de un plan rebelde en la primera temporada, Denise Gough como Dedra Meero, oficial de inteligencia del Imperio, Faye Marsay como Vel Sartha, prima de Mon Mothma que trabaja para la Rebelión y no tiene problemas en mancharse las manos, Varada Sethu como Cinta Kaz, la novia de Vel y también agente agente de la Rebelión, Elizabeth Dulau como Kleya Marki, la ayudante de Luthen y experta en comunicaciones, y Joplin Sibtain como Brasso amigo y compañero de Andor. La conexión con Rogue One viene con la aparición de Ben Mendelsohn como el Director Orson Krennic.
Ver el nacimiento de la Rebelión era un tema a priori super interesante como fan de Star Wars que soy. Sin embargo, el comienzo de esta segunda temporada de Andor no ha hecho más que amplificar todos los problemas que tuvo la serie en su primera temporada, olvidándose de los elementos más potentes como son las interpretaciones de los actores y la complejidad de personajes como Luthen Rael y centrándose en tramas alargadas sin interés que no me han dejado con ganas de seguir viendo la serie.
Antes de ponerme con las cosas que no me han gustado, al menos voy a destacar en la parte positiva que Andor tiene un diseño de producción espectacular. Los sets que han construido para esta segunda temporada son enormes y lucen imponentes. Además, la fotografía me parece super potente, a lo que hay que sumar una música de Brandon Robets muy adecuada a las necesidades planteadas por Gilroy. Si juzgamos a Andor únicamente por sus valores de producción, estos son de 10.
Dentro de los elementos positivos voy a poner al reparto, que aunque en estos primeros tres episodios no tienen nada demasiado interesante que hacer. En conjunto, creo que todos los actores cumplen muy bien con lo que Gilroy necesita de ellos. La serie tiene un pecado original de base desde Rogue One, y es que no te crees que Diego Luna sea el puto-amo super espía asesino. Incluso planteando que en la serie estamos viendo sus primeros pasos en este oficio. Ese es un problema que no tiene arreglo, pero siendo justos Luna se esfuerza en su interpretación y quiero ponerle dentro de los elementos positivos de la serie.
Pero una vez expuestas las cosas positivas de Andor, lamentablemente la segunda temporada ha empezado de la peor forma posible, amplificando todo lo malo que narrativamente se planteó en la primera temporada. Veo los tres episodios de esta segunda temporada y me queda la idea que Tony Gilroy sigue sin darse cuenta que está escribiendo para televisión, y la narrativa periódica exige unas cosas para enganchar que Gilroy se está pasando por el forro. No sólo eso, podría decirse que Gilroy ni siquiera sabe aún que cosas son obligatorias en toda narrativa planteada para contar una historia semanalmente.
Cuando descubrí que Disney+ había decidido estrenar Andor en grupos de 3 episodios semanales en la que se mostrara un año en la vida de Andor y el resto de personajes, lo cierto es que me alegré. Uno de los problemas de la primera temporada venían de plantear una estructura de guion cinematográfico partido en varias partes, lo que provocaba que tuviéramos por ejemplos unos episodios 1-2, o el 4-5, que eran todo presentación y parecían que no contaban nada, confiando en el climax de la historia de los episodios 3 y 6. La travesía del desierto que fue ver semalmente los episodios 1×04 y 1×05 en los que literalmente no pasaba nada interesante, es algo que parecía que nos íbamos a ahorrar esta segunda temporada. A priori, esto me parecía genial.
Sin embargo, veo estos episodios y me llevo un jarro de agua fría importante. Porque Gilroy sigue con su idea de hacer que todo sea paja sin interés porque se supone está presentando cosas que se desarrollarán más adelante. Pero se olvida de plantear un climax potente de esta historia. Los primeros dos episodios de la T1 fueron un suplicio, pero al menos el 1×03 con la ejecución del robo fue un buen episodio. Eso no pasa en esta segunda temporada. Todo lo que hemos visto ha sido paja lamentable que no llega a ofrecer un final satisfactorio o potente a nada de lo que plantea. Si la narrativa de arcos de 3 episodios era problemática, plantear como acabamos de ver una narrativa a 12 episodios puede ser lamentable.
Andor divide la trama en varias historias mientras seguimos a los diferentes protagonistas. Ninguna de las cuales resulta interesante, con una ejecución horrible. Peor aún, muestra lo peor de una televisión alargando una trama que no da para tanto para rellenar minutos de episodios que se hacen larguísimos. Esto provoca que en estos tres primeros episodios no haya progresión dramática, no hay giros interesantes, y por no haber, no hay ni un cliffhanger que genere cierta curiosidad por saber cómo va a seguir la historia.
Por un lado, Andor roba un prototipo de caza TIE o Interceptor de una base imperial. Este arranque la verdad es que está chulo y es lo más Star Wars que ha sido la serie hasta el momento, con un combate y una persecución de naves espaciales entre unos cañones rocosos super peligrosos. Lo malo es que justo a continuación, Andor es hecho prisionero cuando llega a su punto de reunión, y se pasa dos episodios para escapar de una situación ridícula y sin interés. Y alguien puede decir que esto nos muestra que la Rebelión no era un ente unitario sino que en el principio sólo habían grupos pequeños sin contacto entre si que llegaban a luchar unos contra otros. Pero la ejecución de lo que nos cuentan es ridículo. Con la sensación siempre presente de que estamos viendo verdaderos minutos de la basura que evitan que Andor llegue a las cosas importantes que debería estar haciendo.
Tras el levantamiento en Ferrix que fue la culminación de la primera temporada, los amigos de Andor Bix, Brasso, Wilmon y B2EMO se encuentran escondidos en el planeta agrícola Mina-Rau. En él los rebeldes tienen una vida dura pero satisfactoria trabajando el campo, con Bix sufriendo pesadillas por la tortura que sufrió a manos de los Imperiales. Cuando todo va bien, los Imperiales tienen que venir a joderlo todo, al llegar al planeta un contingente para realizar un censo de habitantes para buscar insurgentes. Qué malos los imperiales por querer hacer un inventario de sus recursos, es algo que seguro nunca había pasado. Toda esta parte es, siendo generoso, super insulsa e intrascendente. Y tenemos de nuevo 3 episodios de nada, más allá del mensaje repetido de «el imperio es muy malo y aplasta a la gente corriente que sólo quiere tener una vida normal sin sobresaltos». Pero, como todo en Andor, ideas que podrían estar bien sobre el papel están muy ejecutadas visualmente.
El episodio termina con Andor llegando con el prototipo imperial justo a tiempo para rescatar a sus amigos y marcharse del planeta para ponerse a salvo en otro lugar. Lo que hemos visto en 3 episodios debería haber sido medio episodio como máximo. No creo que vayamos a volver a ver este planeta agrícola. Aunque una vez tienen construido el set en medio del trigo, igual no es descartable que rueden algo más allí, el nacimiento de la rebelión por ejemplo. Del mismo modo, me gustaría creer que el prototipo robado por Andor va a ser fundamental en las futuras misiones de Andor que veremos en el resto de la temporada. Pero me temo que no va a ser así. Creo que este robo y la nave va a ser elementos de usar y tirar, algo que nos ha ocupado el tiempo aunque no fuera demasiado interesante para comenzar. Con el problema de no tener un climax de nada, Andor llega y se los lleva, no hay intensidad, ni interés por ningún lado.
Pero estas partes no son las realmente malas. Lo realmente penoso viene de las tramas de los imperiales, y sobre todo de una Mon Mothma absolutamente ridícula. Por el lado de los imperiales, el Director Krennic convoca un grupo de trabajo para decidir como cometer un genocidio en un planeta que tiene unos minerales raros que necesitan para la construcción de la Estrella de la Muerte. La escena le sirve a Gilroy para mostrar, aparte de lo malos que son los imperiales, cómo el Imperio se va a servir de fake-news para ocultar el genocidio. Y nos da una escena realmente ridícula de gente hablando para mostrarnos algo que ya sabemos, que el imperio es malo. No el Emperador y Vader, todos los integrantes de su organigrama. Todos hombres blancos, excepto la oficial de inteligencia Dedra Meero, a la que conocimos en la primera temporada. Una oficial que es la única mujer, pero también es blanca.
La escena es verdaderamente ridícula. Ver las reuniones de programación de trabajos imperiales es lo más anti- Star Wars que me puedo echar a la cara. Porque Star Wars no debería ir de aburridas reuniones en las que vemos lo difícil que es, logísticamente hablando, cometer un genocidio. Star Wars va de los Imperiales intentando cometerlo y los rebeldes intentando evitarlo. Esto que acabo de ver es otra trama ridícula que ni el cameo de Ben Mendelsohn hace que sea aceptable.
Esta parte es ridícula, aunque acepto que va a ser fundamental en la trama general de la temporada que parece va a girar alrededor de ver como el Imperio construye la Estrella de la Muerte. Mucho peor es el añadido de ver la vida corriente fuera del trabajo de Dedra Meero y su compañero Syril Karn. No me interesa para nada su vida y menos aún los berrinches del segundo con su madre posesiva y avasalladora. Si pensamos en minutos de la basura, no salvo nada de esta parte, me parece terriblemente ABURRIDA y sin interés. Y son dos calificativos que una serie de entretenimiento mainstream jamás debería ser.
Hasta aquí hemos tenido tramas aburridas sin interés terriblemente mal ejecutadas. Pero la palma la tenemos con la trama que cuenta con mayor metraje en esta tanda de episodios. O al menos, es la que se me ha hecho más larga con mucha diferencia. La boda de la hija de Mon Mothma en su planeta natal Chandrila. Una boda política acordado con un joven perteneciente a la clase dirigente del planeta a la que pertenece Mon Mothma. Ver una ceremonia de boda con una liturgia que se alarga tres días ha creado un nuevo standard de minutos de la basura en televisión. No me interesa el banquete previo, no me interesa la excusión a una ermita para pedir permiso a los dioses (o lo que sea), y desde luego la boda en si y la fiesta posterior con DJ incluido me parece verdaderamente ridículo. Ridículo y aburrido. Esto no es Star Wars, es otra cosa. Desde luego, no es mejor.
La trama de Mon Mothma intenta plantear algo medio interesante en lo relativo a la trama del «nacimiento de la Rebelión», al conocer que el banquero amigo de Mon Mothma, que la ha ayudado a ocultar sus transferencias de dinero a la Rebelión creando un chiringuito financiero, la chantajea tras haber sufrido pérdidas en otros negocios. De forma nada sutil, incluso verbaliza que algunos sabotajes rebeldes le han costado mucho dinero, dejando caer la trama de «pueblo llano rebelándose contra los ricos y poderosos que están con el Imperio». Este chantaje le hace tomar cartas en el asunto a Luthen Rael, que sugiere que se va a cargar al banquero para que no hayan tramas sueltas que puedan perjudicar a la rebelión.
Aunque estoy seguro que no lo pretende, toda la trama de Mon Mothma transmite una idea de «white privilege» sobre ella que no la deja especialmente bien. Mothma es una rica senadora imperial que ha vivido una vida de lujos mientras el pueblo llano sufre. Su problema es que teniendo la vida solucionada desde su nacimiento, tuvo que aceptar un matrimonio pactado como es costumbre en su planeta y en su cultura. Intenta transmitir sus ansias de libertad a su hija, pero ella realiza el acto supremo de rebeldía hacia su madre… cumpliendo con la tradición casándose con otro hijo de papá. Ella se frustra al descubrir que soñaba con una historia de amor verdadero que no ha sucedido. Como digo, tenemos a una rica quejándose de problemas de ricos mientras el Imperio planea un genocidio. Lamentable. Por no hablar de que Luthen plantear asesinar al banquero mientras Mothma parece que no quiere saber a qué se está refiriendo cuando Luthan dice que «se encargará del problema.» Que la serie luego se pare un montón de minutos, no los conté pero se me hicieron eternos de lo ridículo que es la escena, con una rave con DJ incluido y Mothma emborrachándose dejándose ir en la fiesta, es la guinda a un pastel penoso. El momento rave ya va a quedar como uno de los momentos más bochornosos de la historia de Star Wars, y mira que hay unos cuantos.
Un amigo me comentaba que esta escena le gustó mucho porque es el momento clave para Mothma en la que ella acepta que tiene que dejar ir esta vida para centrarse en la rebelión. Podría ser. Pero primero, lo mostrado no puede ser más aburrido. Y segundo, en realidad eso NO es lo que pasa en la cronología de Star Wars, en Rogue One ella sigue siendo senadora imperial con los privilegios que ello supone. De hecho, podría decirse que mantuvo ese cargo hasta que el Emperador disolvió el Senado Galáctico fuera de plano en Star Wars. Una Nueva Esperanza. Así que creo que hay que negar este aspecto también. Porque Mon Mothma no abandona la vida de riqueza y privilegio, aunque sea posible que abandone su matrimonio político que ya no le interesa. Incluso aceptando que es la forma de no asumir que ha ordenado sin darse cuenta el asesinato de un amigo de la infancia, el banquero, y como no puede gritar de desesperación baila para olvidar lo que acaba de ordenar, la ejecución de esta idea en imágenes no puede ser peor.
Todo lo mostrado en estos tres episodios de Andor me muestra lo peor de un creador que no ha entendido que está escribiendo televisión. No una película de mayor metraje o un libro. En televisión tienes que plantear elementos interesantes que provoquen que el espectador quiera volver la semana que viene. Aparte que los episodios deben tener un ritmo que haga la historia entretenida o apasionante. Eso nunca sucede en ninguna de las tramas planteadas. Las reuniones logísticas del imperio son ridículas, no puede interesarme menos la vida privada de los imperiales o la vida plácida en los planetas agrícolas. Y la liturgia ceremonial en Chandrila es no entender lo que es Star Wars. Porque Star Wars es ante todo ENTRETENIMIENTO. The Mandalorian es la mejor serie y la mejor historia de Star Wars desde la trilogía original no olvidando que lo primero que tiene que hacer es entretener. Tony Gilroy no cree esto. Él está planteando una historia «adulta», y por eso parece que el entretenimiento no tiene cabida, o desde luego desde una faceta secundaria en su historia.
Incluso planteando y anunciando que los grupos de 3 episodios van a plantear un año en la vida de la rebelión, la serie se olvida de algo tan básico como plantear un climax a este grupo de episodios. Algo que al menos si tuvo la primera temporada. El climax de Andor es la rave con Mon Mothma cogiendo el pedo de su vida bailando como una posesa, y Andor haciendo de taxista para sus amigos. Si esto es un climax, que venga Odin y lo vea, porque yo no entiendo nada. Por no resolver, la serie no resuelve ni el asesinato del banquero, en el colmo de las tramas de la basura que no plantean o resuelven nada de manera medianamente satisfactoria. Como narrativa televisiva que es, el suspenso de Andor es acojonante.
Me doy cuenta que ante esta crítica arrolladora sólo queda una opción. NO ver el resto de la serie. Está claro que Andor no es para mi. Incluso viendo las cosas positivas que tenía la primera temporada, creo que no me compensa tragarme otras 8 horas de la nada más absoluta para llegar a ver algo que igual está bien en el final de la serie. Tengo curiosidad por la forma en que la serie iba a conectar con Rogue One y con el origen de la rebelión. Pero la narrativa de Tony Gilroy ha convertido a esta serie en imposible de ver.
En serio, no puedo entender cómo Tony Gilroy ha engañado a tanta gente, y bajo la excusa de la «narrativa adulta» ha planteado este engendro. Yo soy adulto, y quiero que una serie me entretenga. Andor nunca lo hace. Creo que la decisión está clara. Que disfrute esta serie quien sea su público objetivo. Claramente yo no lo soy. Pero que no me vengan que esto es «Star Wars hecho bien para adultos». Porque es una mercancía averiada que no compro.
Comparto el trailer de la serie:
El creador de Andor Tony Gilroy aún no ha entendido lo que es la narrativa periódica de televisión, y ha empezado repitiendo los peores tics de la primera temporada. Esto no es para mi.
PUNTUACIÓN: 2/10
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