Star Wars: Rogue One ha conseguido quitarme el mal sabor de boca que me provocó el remake encubierto del Episodio VII. Y aunque no es ni mucho menos perfecta, va de menos a más con sus brillantes escenas de batalla y el carisma de sus personajes, de los nuevos y en especial de los clásicos.
«Muchos espías han muerto para conseguir estos planos.» Esta sencilla línea de diálogo en la primera Star Wars significó el germen a partir del cual ha surgido Rogue One. La Rebelión robó los planos de la Estrella de la Muerte que llevaba la Princesa Leia en su nave cuando fue detenida por Darth Vader. Pero, ¿exactamente como se realizó este robo? ¿Y quienes fueron estos espías rebeldes? Esto es lo que vamos a ver en los 130 minutos de película.
Reconozco que no me gustó nada que Lucasfilm eligiera este argumento como primera película alejada de las Trilogías. Que en un universo como el de Star Wars, con innumerables mundos, planetas y personajes por descubrir, eligieran volver a una historia cuyo final es super conocido me pareció una decisión conservadora y casi hasta cobarde, como si tuvieran miedo de abrir nuevos caminos, protegidos por la seguridad de lo conocido. Que es precisamente el mismo defecto que lastró la experiencia de El Despertar de la Fuerza el año pasado.
Dicho esto, lo cierto es que Rogue One globalmente es un triunfo para Lucasfilm / Disney. Principalmente debido a que Gareth Edwards, el director de la película, consigue que los espectadores nos impliquemos en el viaje de los rebeldes y nos preocupamos por su destino. Y aunque sepamos que la mayoría mueren, su camino y cierta evolución en ellos están razonablemente construidos. Además, la perfección técnica y las excelentes escenas de acción en el último tercio de película hacen que el visionado termine de la mejor manera posible, enlazando perfectamente con la primera Star Wars.
Rogue One estaba planteada como una película bélica ambientada en el mundo de Star Wars, y en ese aspecto, la película es modélica. Las escenas bélicas son brutales y algunos combates son sin duda los más espectaculares de toda la franquicia galáctica, principalmente porque el CGI está super bien integrado y realmente parece como si todo fuera real y no un efecto digital. Gareth Edwards acierta en colocar la cámara a nivel de los personajes para que sintamos el enorme tamaño de los AT-ATs respecto a los pequeños rebeldes, y en general haciendo que los espectadores nos sintamos en medio de la acción.
La película tarda en arrancar, debido a dos motivos. Por un lado, hay una lógica necesidad de presentar a los nuevos personajes, sobre los que sobresale Jin Erso (Felicity Jones), la gran estrella de la película. Y por otro, porque la película malgasta su primera parte para explicar las diferencias de las diferentes facciones de la rebelión, encarnadas en el padrastro de Jin, Saw Guerrera (Forest Whitaker), que es calificado de terrorista radical y que choca con el mando rebelde «tradicional». Digo malgasta porque no habiamos conocido estas diferencias hasta ahora, y lo cierto es que no tienen casi importancia en el desarrollo de la historia principal que estamos viendo.
Jin es la hija de Galen Erso (Mads Mikkelsen), el científico que diseñó La Estrella de la Muerte, y fue criada por el rebelde radical Saw Guerrera (Forest Whitaker) cuando Galen fue secuestrado por el Director Krennic (Ben Mendelsohn), que está al cargo del proyecto de construcción de la Estrella de la Muerte. Tras ser abandonada por Saw, tuvo que convertirse en una ladrona para sobrevivir, lo que ha provocado que tenga una visión cínica de la vida. Pero cuando descubra que su padre está vivo, ayudará a la Rebelión en su intento de conseguir los planos de la estación espacial. Jin tiene una evolución clara en la película, aunque quizá no esté suficientemente motivada.
Jin acompaña a Cassian Andor (Diego Luna), un oficial de inteligencia rebelde que está al mando de la misión de encontrar al padre de Jin. Frío y calculador, oculta un secreto que es una revelación para la historia de la Rebelión tal y como nos la han mostrado hasta ahora en las películas. Hasta ahora la lucha frente al Imperio siempre fue de la luz contra la oscuridad, el bien y el mal sin matices. Andor nos enseña que los rebeldes también estaban dispuestos a ensuciarse las manos si hacía falta, y que también hacían actos moralmente reprobables.
Lamentablemente, solo Jin y Cassian muestran algún tipo de personalidad, carisma o historia. Y es una pena, porque con un pelín de caracterización del resto de miembros del equipo, la película hubiera podido ser mucho mejor. K-2SO (Alan Tudyk) es un robot imperial reprogramado que solo sirve como elemento gracioso, aunque hay que reconocer que su ironía funciona siempre y que mola. pero que el robot sea el que tenga las mejores frases de la película creo que es muy ilustrativo del problema.
Pero ni el piloto Bodhi Rook (Riz Ahmed), ni Chirrut Îmwe (Donnie Yen) y Baze Malbus (Jiang Wen), antiguos guardianes del templo jedi del planeta Jedha donde vive Saw Guerrera muestran ninguna personalidad, lo que es uno de los grandes fallos de la película. Y con un par de diálogos de cada personaje hubiera bastado para hacer que molaran mucho más. Lo mismo que le pasa al a priori villano, el directo Krennic (Ben Mendelsohn), que simplemente está ahí, y al que en la película le han quitado muchas de las frases molonas que aparecían en el trailer.
Hay un evidente mensaje en la película: Personas de diferentes razas, sexos y procedencias que no tienen a priori nada en común, consiguen superar estas diferencias y trabajar juntos en equipo para cumplir la misión que significará el germen de la derrota del Imperio. Este es un mensaje que llega en el momento justo en nuestra sociedad actual, y que creo que es super necesario. Lástima que los productores de Lucasfilm pensaran que con hacer un casting compuesto por una mujer, un hispano, un árabe y varios asiáticos, ya habían cumplido con su obligación, olvidándose de dar un poco de profundidad a estos personajes.
Además, otro tema que comentar es el diseño producción. Hay un montón de nuevos tipos de soldados imperiales y naves que aunque como diseño molan, y molan mucho, lo cierto es que son solo una distracción que no tienen más objeto que el de vender muñecos y legos. Sobre todo si tenemos en cuenta que está película está ambientada solo días antes de la primera película de Star Wars y nunca más los volvimos a ver, cosa que no tiene demasiado sentido si nos ponemos a pensar en ello. De igual manera, las nuevas razas alienígenas están geniales, aunque como en otras ocasiones son solo parte del decorado.
Lo que sí me ha gustado mucho es lo real que se sienten todos los escenarios, y como se ha decidido que frente al luminoso y perfecto mundo que hemos visto hasta ahora, en Rogue One la tecnología está desgastada, los cascos de las tropas de asalto sucios y oxidados, y la gente sufre hambre y penurias a causa del Imperio. En ese aspecto, la película acierta en mostrarnos una galaxia lejana, muy lejana, más desde el punto de vista del suelo y de los que sufren que a vista de pájaro como hasta ahora.
En este aspecto, poder ver a nivel de superficie las consecuencias de los disparos de la Estrella de la muerte sobre la superficie de los planetas, hacen que estos se sienten poderosos y aniquiladores de toda vida, y consiguen que tengan un impacto dramático real en la historia. Todo lo contrario de lo pasó, por ejemplo, en ese chasco de película que fue el Episodio VII.
Ah! Por cierto, se me olvidaba, ¿os había dicho que sale Darth Vader? Su presencia ya anticipada en el trailer es solo un cameo, pero consigue que flipemos con él como nunca antes lo habiamos visto. Solo por estas escenas sería obligado ver Rogue One, que explican perfectamente por qué el señor Sith era el villano más poderoso de la galaxia (por detrás del Emperador, claro) al que todo el mundo temía. Y frente a algunas críticas que leí de gente que dijo que aunque es lo mejor de la película, les ha sabido a poco, yo creo que es mejor que lo hayan dosificado y nos hayan dejado con ganas de más.
Rogue One es un taquillazo y un gran éxito comercial para Lucasfilm / Disney. Tras 3 días de proyección ha recaudado 155 millones en los USA y 290 en todo el mundo. En pocos días superará los 1000M de recaudación, y es posible que acabe siendo la película más taquillera del año por encima de Capitán América: Civil War. Por tanto, la continuidad de la franquicia galáctica está más que asegurada, y de hecho, su futuro no puede ser más prometedor, con los próximos estrenos del Episodio VIII en 2017, la película contando el origen del joven Han Solo para 2018 y el Episodio IX en 2019.
Creo que ya va siendo hora que Lucasfilm se decida a contarnos nuevas historias que ayuden a mantener viva esta franquicia cinematográfica durante los próximos años, porque el elemento nostalgia considero que ya está totalmente agotodo.
Comparto el trailer de la película:
Rogue One demuestra que si Disney/Lucasfilm elige bien a los protagonistas y argumentos de sus próximas películas, la salud de la franquicia está más que asegurada. Y que a pesar de fallos en la historia y los personajes, es una película cuyo visionado es imprescindible para todos los aficionados a la ciencia ficción, y que recomiendo que veas estas navidades.
PUNTUACIÓN: 7.5/10