Tras volarme la cabeza con Estela Plateada: Negro, tenía que comprar el siguiente comic de Tradd Moore. Y descubrir que se trataba de una miniserie del Doctor Extraño, Amanecer de Otoño, publicada por Panini en formato extra-grande, lo convirtió en el combo perfecto.
PUNTUACIÓN: 9/10
¡De la alucinante mente de Tradd Moore, llega una nueva obra maestra como sólo el creador de Estela Plateada: Negro podría producir! El Doctor Extraño se encuentra atrapado en un mundo distante. Rodeado de peligro, el Hechicero Supremo debe explorar esta tierra de espadas y misterio para desentrañar secretos arcanos y escapar de los terrores que lo acechan.
Tradd Moore (Georgia, 1987) es un dibujante y creador de cómics estadounidense que ha publicado con Marvel Comics, Image Comics y DC Comics. Cuando aún estaba en la universidad, fue descubierto por el escritor Justin Jordan, quien le propuso el guion de un nuevo cómic, The Strange Talent of Luther Strode, publicada en 2011 por Image Comics. DC Comics le pidió que ilustrara un número de la antología de Batman Legends of the Dark Knight antes de dar el salto a Marvel en 2013. Moore dibujó los cinco primeros números de All-New Ghost Rider que presentaron al personaje de Robbie Reyes. También colaboró en las portadas de toda la serie de Aleš Kot Secret Avengers, con el que ya había colaborado en Image en un número de su Zero. En 2019 Moore colaboró con su colega Donny Cates, al ser ambos antiguos alumnos del Savannah College of Art, en la serie de cinco números Estela Plateada: Negro, que me voló la cabeza. Amanecer de Otoño es su siguiente comic de importancia, y la primera obra de importancia en la que es autor completo. (Dicho esto por el propio Moore, cuyas historias cortas que creó en solitario no las pone al mismo nivel que este trabajo).
Echando la vista atrás mientras redactaba el resumen de la obra de Tradd Moore, me hace gracia recordar lo rompedor que resultó en su momento el relanzamiento de Ghost Rider. No sólo por crear a Robbie Reyes y que llevara un coche y no una moto, resaltando las múltiples acepciones de «rider», sino sobre todo por un dibujo de Moore que rompía todos los convencionalismos del género de superhéroes. Un dibujo que reconozco que no me acababa de gustar a pesar del alucinante sentido de la velocidad que imprimía a sus páginas. Tras esto probé a leer su Luther Strode y era un desfase super over-the-top, un comic super influido por el manga y el anime con unas exageradísimas escenas de acción y grandes dosis de gore. Algo con lo que tampoco llegaba a conectar, aunque en realidad yo debería ser claramente público objetivo de un comic como ese. No fue hasta Estela Plateada: Negro en que Moore encontró el vehículo perfecto para que su psicodelia pudiera explotar en la página impresa. Ese comic SI me gustó, y convirtió en inevitable la compra de este, que a priori prometía que Moore iba a desatarse aún más.
Y empezando a comentar mis impresiones de este comic, la acepción de «Obra de arte» está más que justificada para valorar este comic. ¡Qué locura! El comic es una explosión de formas y colores que transmite una poesía y una belleza a la que los lectores de comics de super héroes no estamos acostumbrados. Es interesante leer que para Moore esta es la primera vez en que crea una obra completa que siente totalmente suya. Incluso en el trabajo colaborativo que fue Luther Strode (o el resto de comics), aunque colaboró con los guionistas a todos los niveles, al final está trasladando a la página la idea del escritor. Cosa que en este comic ya no pasa y todo es 100% suyo.
Leyendo una super interesante entrevista a Moore en el Comics Journal, el autor comentaba que «En el arte y la literatura, no voy a decir que sea más fácil comunicarme allí, pero me siento más cómodo trabajando las ideas y los sentimientos en su plenitud en ese espacio tranquilo y aislado. El terror, la angustia, el odio, el amor. La confusión. Todas estas cosas; cada pequeño hilo tenue. No se trata de encontrar respuestas -a menudo es todo lo contrario-, sino de desarrollar y exponer un pensamiento completo. Una persona puede expresarse de forma abstracta en el arte, que se siente como en casa. Me siento más en paz y más yo mismo cuando no hablo ni intento dar sentido a nada.» Y es interesante leer esto, porque estas ideas se transmiten en el comic, en el que la abstracción y las ideas más-grandes-que-la-vida cobran vida en su forma más pura, superando las limitaciones del dibujo figurativo.
Una de las cosas que más me alucina de este comic y que hace que se diferencia de cualquier otro comic que haya leído, es que el arte de Moore plantea imágenes potentísimas en las que parece que no ha empleado ninguna línea recta, creando todas las figuras siempre con líneas curvilíneas que transmiten una sensibilidad única. Además de este detalle, que ya es importante de por si, me flipa como esta historia sólo podía haberse creado como comic, sacando todo el partido de las posibilidades expresivas y narrativas del medio. Digo esto porque Moore juega constantemente con la estructura de la página, el número de viñetas, la orientación de la acción, ayudando a crear tensión y ritmo como sólo se puede hacer en un comic. El propio Moore comenta que cuando quiere acelerar la historia coloca pocas imágenes por página y al revés, cuando quiere crear tensión o dar sensación que varias cosas están pasando al mismo tiempo, crea páginas abarrotadas con viñetas pequeñas. Al mismo tiempo, para que el impacto visual de una splash-page sea mayor, en las páginas previas juega también con el número y tamaño de las viñetas, de forma similar a la estructura de una canción rock / heavy / dance / etc… que construye un climax que estalla en una explosión para que la gente bailemos en la discoteca o en el concierto.
Amanecer de Otoño plantea una historia con grandes ideas y aspectos filosóficos y teológicos. Es una historia que habla de madres e hijos, de moralidad, virtud, valor, desesperación, crueldad y aceptación. Pero en un comic con un arte tan abstracto, en contraste con el arte figurativo al que estoy acostumbrado, imagino que cada lector podrá sacar otras claves relacionadas con la fe y cualquiera de las diferentes religiones. Dicho esto, en lo que a mi respecta Tradd Moore podría estar hablando del partido de futbol de su pueblo, que abrir cada una de las páginas me hubiera volado la cabeza igual. Puestos a comentar algo menos bueno, este comic es 95% dibujo, de forma que la historia queda en muchos momentos en un plano secundario. Una historia que a mi parecer se entiende a pesar de la sobrecarga sensorial del dibujo de Moore, pero que puede provocar la desconexión por algún lector que se acerque a esta obra sin tener el estado mentar adecuado para disfrutar de este comic.
Amanecer de Otoño es un comic que transmite la sensibilidad creativa de Tradd Moore. Pero es importante destacar el trabajo de la colorista Heather Moore, que ha creado una explosión de color alucinante y obviamente sin ella el comic no tendría la fuerza visual que tiene este comic. Por cierto, no he conseguido saber si Tradd y Heather son pareja, hermanos o no están relacionados en absolutos, pero han formado un equipo creativo maravilloso y transmiten una personalidad única. Ganazas de saber cual será su próximo trabajo juntos, pero Heather Moore lo está petando también en la colección regular de Doctor Extraño junto a Pasqual Ferry.
Doctor Extraño: Amanecer de Otoño es un comic único, y si te gusta el arte, no deberías tener dudas en darle una oportunidad. A mi me ha flipado de manera increíble.
Comparto algunas páginas del comic:
Doctor Extraño: Amanecer de otoño es una obra de arte. El despliegue visual de esta colección se sale de la escala, resultando en una sobrecarga sensorial que me ha volado la cabeza.
PUNTUACIÓN: 9 /10
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