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X-Men 2 de Bryan Singer, mejor imposible

Tras ver X-Men hace unos días, continúo con mi revisionado de las películas de los mutantes de Marvel producidas por Fox con X-Men 2 (Brian Singer, 2003, titulada en USA, X2: X-Men United), que elevó el nivel de acción, drama y entretenimiento respecto a la primera película a cotas casi de perfección.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Los mutantes son seres humanos con alguna variación genética que les dota de características especiales, lo que los convierte en la minoría más perseguida del mundo. Dadas las circunstancia, el profesor Xavier crea una institución que sirva de refugio a estos seres. En ella son preparados para aceptar y dominar sus poderes con el fin de luchar contra la intolerancia y la creciente histeria colectiva que amenaza su existencia. Pero el rechazo hacia los mutantes aumenta todavía más cuando uno de ellos lanza un devastador ataque, lo que da lugar a una pública repulsa contra ellos y al reforzamiento de la Mutant Registration Act, cuyo líder, William Stryker, se propone eliminarlos atacando la escuela de X-Men. (FILMAFFINITY)

El éxito de X-Men hizo que Fox diera luz verde a la producción de su secuela de forma casi automática, manteniendo a Bryan Singer como director. Para la escritura del guión, los productores optaron por una fórmula que no era del todo inusual en lo referido a blockbusters palomiteros, al contratar a Zak Penn y David Hayter para que escribieran dos guiones diferentes, para elegir a continuación lo mejor de cada uno para terminar de ensamblar el guión definitivo. Hayter era el guionista de la primera X-Men, mientras que Penn, que escribió años más tarde el guión de Vengadores junto a Joss Whedon, había escrito guiones para Last Action Hero o Inspector Gadget.

Finalmente, Michael Dougherty, Dan Harris y David Hayter aparecen acreditados como guionistas, firmando un guión inspirado en los comics Dios ama, el hombre mata de Chris Claremont y Brent Anderson y Arma X de Barry Windsor Smith. A Singer le interesaba que la película tuviera un villano humano que transmitiera «la perspectiva humana, el tipo de ira que alimenta la guerra y el terrorismo”, algo que estos comics mostraban de maravilla. Además, al ganar Halle Berry el Oscar a Mejor en Actriz en 2002 por Monster´s Ball (Marc Forster, 2001), se añadieron nuevas escenas y diálogos durante el rodaje para incrementar su importancia en la película.

X-Men 2 contó con fotografía de Newton Thomas Sigel, montaje de Elliot Graham y música de John Ottman. La película se rodó entre junio y noviembre de 2002, y contó con un presupuesto de 110 millones de dólares. La película recaudó 410 millones en todo el mundo, confirmando el éxito del universo cinematográfico mutante de la Fox. Sin embargo, en ese sentido, merece la pena recordar que Spiderman de Sam Raimi recaudó 800 millones el año anterior (2002), lo que indica que los X-Men Fox tenía una franquicia rentable, pero no un taquillazo.

De hecho, aunque X2 luce muchísimo mejor que X-Men y contó con un presupuesto un 50% superior, pasando de 70 a 110 millones, de nuevo la película tuvo que eliminar elementos por motivos presupuestarios, como fur el caso de la Sala de Peligro que incluso había sido construida por el equipo de producción. En todo caso, creo que en este caso el presupuesto sí es adecuado con lo que aparece en pantalla, y aunque obviamente hubiera molado ver Centinelas o la Sala de Peligro en la película, al final tampoco se les echa de menos porque la historia funciona a las mil maravillas.

En X2 veremos el retorno de Patrick Stewart (Charles Xavier), Hugh Jackman (Logan / Lobezno), Famke Janssen (Jean Grey), Halle Berry (Ororo Munroe / Tormenta), James Marsden (Scott Summers / Cíclope), Anna Paquin (Anna / Rogue), Ian McKellen (Erik Lehnsherr / Magneto), Rebecca Romijn-Stamos ( Raven Darkhölme / Mística) y Bruce Davison (Senator Kelly).
Junto a este reparto coral, X2 nos presenta a Alan Cumming como Kurt Wagner / Nightcrawler, que protagoniza la excelente escena inicial de la película. Brian Cox como el Coronel William Stryker, el militar humano que busca provocar un genocidio mutante, Kelly Hu (Yuriko Oyama / Deathstrike), una mutante con habilidades similares a las de Lobezno y Michael Reid MacKay como Jason Stryker / Mutant 143, hijo mutante del Coronel Stryker completan el equipo de villanos de la película.
Además, la película aumenta el papel de los jóvenes mutantes Shawn Ashmore (Bobby Drake / Iceman) y Aaron Stanford (John Allerdyce / Pyro) presentados en la primera película, además de contar con cameos de Peter Rasputin / Coloso, Hank McCoy, Kitty Pryde, Jubilation Lee, Artie Maddicks y Theresa Rourke / Siryn entre otros.

Para empezar a valorar la película, en necesario recordar que la primera X-Men me pareció entretenida y casi perfecta en lo relativo a la caracterización de los personajes pero deficiente en las escenas de acción y en general en todo lo relativo a los efectos especiales. Creo que esto es algo que el propio Bryan Singer y los productores Lauren Shuler Donner y Ralph Winter supieron ver de cara a esta segunda película, creando una escena inicial con el ataque de Rondador Nocturno a la Casa Blanca que visualmente es mejor que toda la primera película junta y mostraba por fin un poder mutante en todo su esplendor.

Bryan Singer mantuvo todo lo que funcionó de la primera película en lo relativo a las caracterizaciones y las relaciones entre los personajes, aumentando el nivel de espectáculo que faltó en la primera película, con otros momentazos visualmente sobresalientes como son el asalto a la mansión, la huida de Magneto, el ataque aéreo al X-Wing, la pelea final de Lobezno frente a Deathstrike o el climax con el sacrificio final de Jean Grey.

Un elemento que me gusta de la película es la importancia que da a los jóvenes Iceman y Pyro, mostrando cómo se enfrenta cada uno de ellos al miedo y al rechazo de los humanos. Que al final Pyro decida marcharse con Magneto me parece un detalle muy inteligente del guión. Unido a esto, el protagonismo de Iceman y Pyro va en detrimento de Rogue, a la que en realidad no la pasa nada interesante durante la película, hasta el punto que el guión tiene que forzar elementos como que pilote el X-Wing en la parte final para justificar que haga algo positivo durante la película.

Sobre el guión, la primera película terminaba con una conversación entre Xavier y Magneto en la que Erik le advertía a Xavier sobre que la guerra entre humanos y mutantes era inevitable, a lo que Xavier contestó que “Compadezco a aquellos que vengan a mi escuela buscando problemas”. Me parece bestial que parezca que los guionistas usaran esa frase como base del guión para construir el ataque del ejército de los Estados Unidos.

La película bebe del mítico comic “Dios ama, el hombre mata”, uno de los más celebrados de la etapa de Chris Claremont, cambiando al caracterización del Reverendo William Stryker, manteniendo su odio hacia los mutantes al descubrir que su hijo ha desarrollado habilidades mutantes, pero transformándolo en un militar que usa ese odio para querer convertir a los mutantes en armas que utilizar. Además, la idea de usar a Xavier para matar a los mutantes sale directamente del comic, lo que indica un buen uso por parte de los guionisas de la rica historia mutante.

Conectar a Stryker con el origen de Lobezno no es fiel a los comics pero narrativamente creo que funciona perfectamente. Y es lógico también que tras la huida de Logan, Stryker siguiera investigando ante la realidad que la fusión del Adamantium en un esqueleto mutante tuvo éxito, lo que lleva a la creación de Deathstrike. El detalle del control mental de los mutantes apresados es otro elemento muy acertado que sirve además para disimular el hecho que la película cuenta con pocos “villanos” que se enfrenten a los X-Men en esta película.

Hacer que un humano sea el villano de X2 permite además realizar otro de los giros chulísimos de la película, al unir a Magneto y Mística con los X-Men que aún están en libertad, para enfrentarse juntos a la amenaza de Stryker. El clásico “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” sufre aquí un giro novedoso, al unirse por primera vez los mutantes frente a una amenaza común que quiere masacrar a todos los mutantes. En todo caso, que Magneto sea enemigo de Stryker no significa que sea de fiar, como también se encarga de mostrarnos el guión, que como decía antes, lo veo super equilibrado en todos los aspectos.

Aunque Logan (Hugh Jackman) es el gran protagonista de la película y la película se encarga de mostrarnos una parte importante de su pasado, me parece también super brillante cómo saben conectar el guión con la Saga de Fénix Oscura, mostrando durante la película los problemas que Jean Grey está sufriendo con sus poderes crecientes. La película me pareció una pasada, y encima el final nos dejó con una sorpresa final que nos anticipaba una tercera película excepcional. Lástima que en este caso X-Men 3: La decisión final fuera una decepción enorme.

En lo negativo, a pesar de sus 133 minutos de duración, la película no tiene tiempo para desarrollar a todos los personajes y los grandes damnificados de esta situación son Scott Summers, ninguneado durante toda la franquicia, y el Professor X, desapareciendo ambos literalmente durante casi una hora. La dinámica Xavier – Magneto prácticamente desaparece de la película para darle mayor protagonismo a Lobezno y al drama de los mutantes odiados por ser diferentes.

Comentaba antes que al ganar Halle Berry el Oscar, se añadieron nuevas escenas y diálogos que aumentaran su protagonismo. Este es otro elemento que explica la desaparición de Scott durante la mayor parte de la película. Sin embargo, más allá de tener muchos minutos en pantalla, los poderes de Ororo plantean un problema durante el visionado debido a sus cambiantes niveles de poder, además que usarla a ella en el climax para detener a Xavier usando el frío es quizá la parte más floja y anticlimática de la película. Además, el guión vuelve a mostrar a Ororo como alguien que odia a los humanos por motivos nunca aclarados, algo ya intuido en la primera película, lo cual me parece un enorme problema en la caracterización.

Por otro lado, teniendo en cuenta el argumento de la película, merece la pena plantearse si el gobierno de los USA no tiene razón en querer encerrar a unos mutantes superpoderosos como es el caso de Charles Xavier, que pueden acabar con la vida en la Tierra. De hecho, que pueda ser hecho prisionero y le laven el cerebro no hace más que agravar este argumento, al convertir su naturaleza benigna en irrelevante, si puede se hecho prisionero.

En todo caso, estos elementos me parecen unos peros muy pequeños para una película brillante que lo hace casi todo bien y que puso el listón muy alto en lo relativo a adaptaciones cinematográficas de comics de grupos de superhéroes.

Comparto el trailer de la película:

X-Men 2 es una excelente película de aventuras que ofreció el nivel de espectáculo y emoción que los fans mereciamos ver y que la primera no acabó de ofrecer. El listón quedó muy alto, y no debería sorprender que X-Men 3 fuera una decepción. Pero eso lo dejo a la reseña de la película, que publicaré en breve.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Celebrando 20 años de X-Men (Bryan Singer)

Esta semana se celebra el 20 aniversario del estreno en Estados Unidos de X-Men (Bryan Singer, 2000), la película que junto a Blade (Stephen Norrington, 1998) y Spiderman (Sam Raimi, 2002) dió el pistoletazo de salida a la edad de oro del cine de superhéroes que actualmente estamos disfrutando. Aprovechando la efemérides, es un buen momento para revisitar la película y ver qué tal le ha sentado el paso del tiempo.

PUNTUACIÓN: 7/10

En un futuro cercano, la humanidad comienza a ver aparecer una nueva raza; los mutantes. Dotados de extraños y variados poderes, están agrupados en dos bandos: los que abogan por la integración y el entendimiento con la humanidad, encabezados por el doctor Charles Xavier, y los que buscan el enfrentamiento con una raza que consideran inferior y que les odia, dirigidos por Magnus, alias Magneto, un peligroso mutante con extraordinarios poderes. (FILMAFFINITY)

 

En la última década nos hemos acostumbrado a que Marvel Comics realice las películas de sus personajes de comic a través de su compañía hermana Marvel Studios, lo que asegura el control creativo y la tranquilidad de saber que la esencia de los personajes va a estar bien trasladada del comic a la gran pantalla. Pero este concepto era una idea imposible en los años 80 y 90, en el que lo  habitual era que las editoriales vendieran los derechos de sus personajes al primero que se interesara por ellos, no necesariamente un gran estudio de Hollywood.

En este contexto, durante la década de 1990 Marvel Comics había realizado una declaración de bancarrota durante el crash del sector y se encontraba en un momento delicado en el que necesitaba recursos económicos urgentemente. Una forma de conseguirlos fue vendiendo los derechos de sus principales personajes a los estudios de Hollywood, para que desarrollaran películas que significaran una cierta competencia al monopolio de Warner / DC Comics con sus películas de Superman y Batman.

Fox había estrenado en 1992 una serie de animación de los X-Men que fue tremendamente popular durante los 5 años en los que se emitió. Este éxito animó al estudio para comprar en 1994 los derechos cinematográficos de los personajes, tras casi 20 años en los que estos derechos fueron cambiando de manos entre varias productoras sin que consiguieran poner en marcha la producción.

Bryan Singer (Nueva York, 1965) era un joven director que en ese momento había realizado la maravillosa y multipremiada Sospechosos habituales (1995). Aunque no era un fan de los comics, firmó con Fox para dirigir la película tras valorar otras opciones del estudio, al creer que el tema principal de los mutantes perseguidos y odiados por ser diferentes era una metáfora poderosa a la que podía sacar mucho partido. Mientras se llevaban a cabo las diferentes escrituras de guión y se podía en marcha la producción, Singer dirigió la entretenida Apt Pupil (1998).

Viendo la ficha técnica de la película de IMDB, vemos que X-Men es un guión de David Hayter a partir de una historia de Bryan Singer y Tom DeSanto basada en los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby para Marvel Comics. Sin embargo, Fox contrató a numerosos escritores hasta encontrar la versión perfecta para rodar, algo en lo que el ajustado presupuesto asignado acabó jugando un factor determinante. Christopher McQuarrie, guionista de Sospechosos habituales, o el ahora idolatrado Joss Whedon fueron algunos de los escritores no acreditados que trabajaron en la producción.

Con un presupuesto en 75 millones de dólares, la película se rodó entre septiembre de 1999 y marzo de 2000 en varias localizaciones de Canadá, contando con Newton Thomas Sigel como director de fotografía, montaje de Steven Rosenblum, John Wright y Kevin Stitt y música de Michael Kamen. Teniendo en cuenta que se estrenó tan sólo 4 meses después de terminar el rodaje, el 14 de julio, podemos imaginarnos los plazos de entrega tan justos con los que trabajaron.

La película fue un gran éxito de taquilla, recaudando 300 milones de dólares, lo que multiplicaba por 4 su presupuesto, lo que dió luz verde al rodaje de su segunda parte estrenada en 2003. Hay cierta controversia en ámbitos comiqueros sobre si X-Men fue la película que abrió el camino del éxito cinematográfico a los superhéroes de Marvel. En mi opinión, el éxito de X-Men confirmó lo que ya Blade (Stephen Norrington), había mostrado a los estudios de Hollywood dos años antes, en 1998, que los superhéroes podían ser super rentables en taquilla y merecía la pena invertir en este género.

Dicho esto, considero que el verdadero “game-changer” que lo cambió todo no fue X-Men o Blade, sino el Spiderman de Sam Raimi de 2002. Esta película fue la primera que contó con un gran presupuesto para la época, casi 150 millones millones, más de el doble que X-Men, y recaudó 830 millones de dólares en todo el mundo, confirmando que el cine ya estaba en disposición de mostrar un nivel de espectáculo y “sense-of-wonder” que hasta ahora sólo podía verse en los comics, siempre que los estudios invirtieran en estos conceptos con unos presupuestos a la altura, cosa que como ahora veremos, no pasó en X-Men.

Hoy en día, el reparto de X-Men ya forma parte de nuestros recuerdos. Y debo reconocer que el casting fue un acierto bestial. La película contaba con el gran reclamo de contar con Patrick Stewart e Ian McKellen en los papeles principales de Charles Xavier (Profesor X) y Erik Lehnsherr (Magneto), creando un antogonismo que bebe directamente de los comics de Chris Claremont, presentando a dos amigos ahora enfrentados con visiones contrapuestas sobre la relación de humanos y mutantes. Mientras que Charles Xavier tiene un punto de vista más positivo y aboga por la colaboración entre humanos y mutantes, Erik, superviviente de un campo de concentración durante la 2ª Guerra Mundial, tiene claro que los humanos son capaces de repetir el holocausto, en este caso dirigiendo su odio y miedo contra los mutantes.

Hugh Jackman saltó a la fama gracias a su interpretación de Logan (Lobezno), el misterioso mutante de con garras y esqueleto de Adamantium, un pasado oculto en el misterio y una capacidad de curación sobrehumana. Y aunque su Logan ya es historia del cine, es interesante recordar como este papel le llegó por casualidad días antes del inicio del rodaje, ya que Dougray Scott, el actor que había conseguido el papel, tuvo que abandonar la producción debido a la imposibilidad de compaginar este rodaje con el de Misión Imposible 2, en la que hacía el papel del villano.

El resto del reparto lo completan Anna Paquin como Marie (Rogue), joven mutante que absorbe con el contacto físico los poderes de otros mutantes y la energía vital de los humanos , y que considera sus poderes una maldición, Famke Janssen como Jean Grey, una telépata y telequinética que mantiene una relación sentimental con Scott Summers (Cíclope), interpretado por James Mardsen, el serio jefe de campo del grupo que lanza poderosos rayos por los ojos que sólo pueden de controlados por unas un visor hecho de cuarzo de rubí, y Halle Berry como Ororo Munroe (Tormenta), mutante que controla el clima.

En el lado de los villanos de la Hermandad de Mutantes Diabólicos, tenemos a Rebecca Romijn como la multiforme Raven Darkolme (Mística), Tyler Mane como Victor Creed (Dientes de Sable), asesino sádico y hombre fuerte de Magneto, y Ray Park como Mortimer Toynbee (Sapo), un mutante muy ágil con una larga lengua. Completa el reparto Bruce Davison como el Senador Robert Kelly, que busca aprobar una ley que obligue al registro de todos los mutantes ante las autoridades, algo que nos recuerda el clásico argumento de Días de Futuro Pasado.

Entrando el materia ya sobre la película, debo reconocer que volver a ver X-Men me ha gustado mucho más de lo que esperaba, ya que pensaba que no habría envejecido demasiado bien. Sin embargo, lo primero y principal es que la película me ha ofrecido un buen entretenimiento.

Tras toda una vida en la que a lo máximo que podíamos aspirar los fans de los comics era a subproductos como los 4 Fantásticos de Roger Corman o a Punisher (1989) de la Canon interpretada por Dolph Lundgren, poder ver en imagen real la Escuela de Charles Xavier para Jóvenes Talentos fue una pasada, flipando con las caracterizaciones de cada personaje protagonista, además de los cameos de estudiantes como Kitty Pryde, Júbilo, Bobby Drake (Hombre de Hielo) o Pyros.

La película se apoya en dos elementos principales, por un lado el conflicto y el carisma de Xavier y Magneto, que son dos caras de la misma moneda, algo que viene casi literalmente de la etapa del comic escrita por Chris Claremont. Junto a esto, tenemos la relación de Logan con la joven Rogue, cuyos poderes de absorción de habilidades la impiden tocar a nadie y la convierten en un personaje perfecto para transmitir la soledad y alienación que sufren los mutantes por culpa de sus poderes. En los comics Logan hace de mentor de Kitty Pryde, por lo que a pesar de cambiar de personaje, esta relación cuadra y considero que es un cambio que no molesta ni afecta en lo fundamental a la adaptación. El carisma de Hugh Jackman se sale en todas sus escenas, y además el guión es un caramelo que permite mostrar un amplio rango de emociones, desde el tío duro que puede con todo al adulto preocupado por una niña a la que debe proteger.

El casting en lo relativo a Charles Xavier, Scott, Jean Grey o Tormenta es maravilloso, y transmiten la esencia de lo que un fan veterano como yo espero ver en una película de los X-Men. La personalidad benigna de Xavier, el choque de personalidades entre Logan y Scott y el triángulo que forman con Jean Grey es 100% comiquero y crean un dinámica super interesante que son la guinda del pastel que hace que la película funcione.

Como comentaba antes, globalmente la película me parece entretenida y me interesan los personajes por el vínculo emocional que tengo con los personajes del comic. Sin embargo, tras el visionado me doy cuenta que lo que hacen en pantalla no es realmente interesante, ni tampoco encuentro nada destacable de su conflicto contra la Hermandad de Mutantes Diabólicos de Magneto.

Constreñidos por un presupuesto insuficiente, los productores desecharon personajes como Bestia o Rondador Nocturno, la Sala de Peligro o los clásicos Centinelas que aparecían en los primeros borradores, optando finalmente por una floja trama en la Estatua de la Libertad en la que Magneto quiere convertir a los principales líderes mundiales en mutantes que resultara barata de rodar. Con ojos de 2020, toda la película tiene el feeling de un episodio piloto de serie de televisión no demasiado inspirado visualmente.

Poder ver una buena adaptación de un comic Marvel fue un sueño hecho realidad. Y al construir Singer la historia a partir del conflicto Xavier-Magneto y el centro emocional de Logan-Pícara-Jean Grey, no me importó que Tormenta tenga literalmente dos frases en toda la película y que lo que diga la coloque como alguien que odia a los humanos por motivos nunca aclarados en las películas. O que Cíclope aparezca relativamente bastante en pantalla pero no haga nada realmente destacable.

Como primera película que establece un universo cinematográfico en 2000, X-Men acertó en la ambientación y en el espíritu a pesar de sus limitados efectos especiales y unas mínimas escenas de acción. La labor de director de Bryan Singer me parece buena en el desarrollo de personajes pero muy plano en lo visual, no sabiendo crear escenas atractivas ni momentos realmente memorables.

Lo X-Men tenían amplio margen de mejora, y afortunadamente las expectativas se sobrepasaron en la excelente X-Men 2, que reseñaré dentro de unos días.

Otro tema que creo interesante comentar es el tema de los trajes de cuero negro. Matrix se estrenó en 1999 y se convirtió en un evento cultural que influyó durante años en todo el cine comercial, no sólo en lo relativo a los efectos especiales y su «bullet-time», sino por su estética. Esta influencia se puede ver claramente en el diseño de producción de X-Men, que optó por eliminar los clásicos trajes de los comics por unos genéricos uniformes de cuero negro. Aparte de unirse a la tendencia marcada por Matrix, la realidad es que ni los productores ni Brian Singer, que recuerdo no era lector de comics, creían que los trajes de colores pudieran funcionar en pantalla, y obviamente si tu mismo no te lo crees no lo vas a mostrar bien.

De hecho, Singer incluyó una broma metatextual en la película sobre esto, cuando tras ponerse los trajes de cuero y Lobezno expresa su desagrado, Cíclope le contestó de modo sarcástico «¿Hubieras preferido un traje de licra?» En ese momento, debo reconocer que la broma funcionó. El problema vino cuando tuvimos que aguantar esa misma broma repetidamente durante casi 20 años (en Logan de 2017 aún hay una mención sobre esto), mostrando a un estudio y unos productores anclados en una estética caduca cuando el género había avanzado sin complejos.

Marvel Studios desmontó esta idea 10 años más tarde en sus películas de Iron Man, Thor o Capitán América, mostrando que el problema no son los trajes, sino de los profesionales que no saben usarlos o no se los creen. Pero tampoco hace falta remontarse tanto en el tiempo, porque sin ir más lejos en 2002 Spiderman, que recuerdo que fue para mi la verdadera «Game-Changer», nos mostró su traje rojo en toda su gloria, enfrentándolo Raimi a un Duende Verde con una chillona armadura verde. Unido a esto, la excelente X-Men: First Class (Matthew Vaughn, 2011) ya significó la demostración de que los trajes de los X-Men pueden funcionar sin problemas en pantalla, pero te los tienes que creer para comenzar…

En resumen, X-Men me ha gustado y me ha entretenido, aunque para un espectador de 2020 no puede evitar transmitir una sensación de baratillo, sobre todo teniendo en cuenta que series de televisión como Legion o Doom Patrol han mostrado elementos mucho más brillantes y espectaculares que la película de Singer.

Comparto el trailer de la película:

 

X-Men sigue siendo un buen entretenimiento construido a partir del carisma de los personajes que creó una franquicia cinematográfica que se desarrolló durante 20 años. A pesar de la sensación de baratillo que transmite para un espectador de 2020, merece la pena recuperar la película.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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