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Crítica de Los pecadores de Ryan Coogler

Ryan Coogler (Black Panther, Creed) me parece un director con mucho talento, y su nueva colaboración con Michael B. Jordan era de visionado obligado en pantalla grande. Lamentablemente, el resultado me parece descompensado e irregular.

PUNTUACIÓN: 7/10

Tratando de dejar atrás sus problemáticas vidas, dos hermanos gemelos (Jordan) regresan a su pueblo natal para empezar de nuevo, solo para descubrir que un mal aún mayor les espera para darles la bienvenida. (FILMAFFINITY)

Ryan Coogler (Oakland, 1986) es uno de los directores más talentosos del actual panorama mainstream americano. Debutó en el largometraje con Fruitvale Station (2013), que ganó el Gran Premio del Jurado y el Premio del Público en el Festival de Sundance de 2013. La película, que fue la primera colaboración de Coogler con el actor Michael B. Jordan, también ganó en el Festival de Cannes de 2013, como Mejor Ópera Prima. Desde entonces ha coescrito y dirigido películas como el spinoff de la serie Rocky, Creed (2015), y la película de Marvel Studios Black Panther (2018) y su secuela Black Panther: Wakanda forever (2022), que han sido grandes éxitos de taquilla y de crítica.

Coogler produce, escribe y dirige Los pecadores. La película de 138 minutos de duración significa otra nueva colaboración con el músico Ludwig Göransson, con el que ha trabajado en todas sus películas. Otros colaboradores habituales de Coogler que repiten son el director de fotografía Autumn Durald Arkapaw y Michael P. Shawver en el montaje. La película producida por Warner ha contado con un presupuesto de 90 millones de dólares y se ha rodado en Nueva Orleans y otras localizaciones en Luisiana.

Uno de los grandes atractivos de la película es tener a Michael B. Jordan por partida doble, al interpretar a los gemelos Elijah «Smoke» Moore y Elias «Stack» Moore, unos criminales que vuelven a su pueblo tras unos años trabajando en Chicago. Hailee Steinfeld interpreta a Mary, la ex novia de Stack, Miles Caton es Sammie «Preacher Boy» Moore, el primo de Smoke y Stack, Jack O’Connell hace de Remmick, un vampiro, Wunmi Mosaku es Annie, la mujer de Smoke, Jayme Lawson es Pearline, una cantante, Omar Miller es Cornbread, un trabajador del campo y «gorila»machaca» en el club de Smoke y Stack. Delroy Lindo como Delta Slim, el pianista, Li Jun Li como Grace Chow, una tendera y esposa de Bo, interpretado por Yao, completan el reparto en sus papeles principales.

Como me ha pasado en alguna ocasión, Los pecadores me parece una buena película pero ni mucho menos el peliculón que mucha parte de la crítica dice que es. Empezando por los elementos positivos, Ryan Coogler me parece un buen director que sabe crear imágenes poderosas para una película que me ha parecido entretenida. Sin duda, por esa parte, la película cumple. Los pecadores se sitúa en 1932 en el Delta del Misisipi. Tras años «trabajando» en Chicago, los gemelos Smoke y Stack Moore vuelven a su hogar con dinero robado de varias facciones mafiosas para crear su propio club de blues. En el prólogo, se nos indica que la música puede crear puentes desde el mundo terrenal y el sobrenatural, una creencia creída por diferentes culturas a lo largo de la historia.

El retorno de los hermanos hace que conozcamos su historia y a los que dejaron atrás. Smoke a su mujer Annie, con la comparte el dolor por la muerte de su hija, fallecida cuando era apenas un bebé. Stack dejó atrás a Mary, la hija mestiza de la mujer que les cuidó de niños, que se convirtió en su amante antes de abandonarla para marcharse a Chicago. Además, conocemos elementos que entiendo son históricamente correctos, como que en las plantaciones de algodón había un dinero alternativo a los dólares que era usado por las familias más pobres. Algo que imagino significaba una forma adicional de control de los ricos hacia los más pobres, porque si les pagaban con ese dinero, jamás serían independientes como para poder marcharse de allí. Hay una parte de drama histórico en la que Coogler se recrea un poco demasiado, ofreciendo una primera parte de la película que diría tiene una duración superior a la hora que me estaba pareciendo interesante, mientras esperaba la parte que a mi más me interesaba, que era la parte terrorífica con la llegada de los vampiros. Algo que al menos temáticamente tiene resonancias a una película clásica del género como es Abierto hasta el amanecer (Robert Rodríguez, 1996).

El otro elemento destacadísimo de Los pecadores es la música. Los números musicales enlazan con la tradición del blues del delta del Misisipi y que conectan las diferentes culturas que comentaba antes, mostrando a la música como creadora de puentes. En el mundo real y con la parte sobrenatural que se supone es la clave de la película. Se nota que para Coogler la parte musical resultaba tan clave en la película como toda la fidelidad histórica que nos plantea en la primera mitad. Y la verdad es que tanto el montaje de sonido de la película como el número musical principal (y la música en general) son una pasada. Ver la película en una sala con ATMOS me ha gustado mucho.

Michael B. Jordan me parece uno de los actores de más carisma que ha surgido en los últimos años. Su presencia da siempre un plus a las películas en las que sale. Y Los pecadores no es una excepción. Tenerle por partida doble es una pasada, aunque un pequeño pero que tengo que comentar es mi tristeza porque la película NO se estrenara en versión original en Castellón, por lo que tuve que conformarme con la versión doblada en la que no se notan diferencias entre los hermanos. Diferencias que estoy convencido que si se hubiera notado si hubiera visto su voz original.

El resto del reparto me parece que está muy bien también y cumplen con lo que Coogler necesitaba de ellos. Empezando por las mujeres de los gemelos, interpretadas por Hailee Steinfeld y Wunmi Mosaku. Una Steinfeld que inicialmente es super sensual mientras que Mosaku es el puente entre el mundo real y el sobrenatural. Miles Caton como Sammie, el primo de los gemelos que es un super dotado con la guitarra está muy bien, al igual que el resto de actores.

Coogler ha rodado la película con cámaras IMAX y de 70mm. Y la verdad es que Los Pecadores luce espectacular. Una idea que se me pasó por la cabeza mientras veía la primera mitad era que todo lucía espectacular, y que además, se notaba que era una producción en la que han contado con un presupuesto importante, cosas ambas que son correctas. Los pecadores es un éxito si pensamos en la parte técnica, en el diseño de producción, el diseño de sonido y en general en la puesta en escena general.

Sin embargo, la película dista mucho de ser perfecta. Un primer elemento a comentar es que dentro que no se me ha hecho larga, creo que Ryan Coogler se recrea demasiado en varios momentos a lo largo de la película. De forma que seguro se podría haber contado lo mismo mejor haciendo un montaje más ajustado quitando 15 minutos. Incluso el brillante número musical que comentaba antes que une el tiempo y el espacio, lo real y lo sobrenatural, se hace un pelín demasiado largo, notándose mucho que Coogler está encantado de haberse conocido. Y lo mismo con toda esa parte inicial en la que comentaba antes Coogler busca que su película sea histórica y culturalmente realista y correcta con la vida en el Misisipi en 1932.

El enganche de la película y como se ha vendido, es que tras esta primera mitad «pegada a la realidad», la película se supone se transforma en una película de vampiros en la segunda. (De ahí la relación a Abierto hasta el amanecer, una película que empezaba de una manera y su giro cambiaba completamente la historia). Y es en esta parte en la que Coogler falla. No falla estrepitosamente, pero falla. Resulta curiosa la idea que el vampiro jefe presenta a los hermanos sobre que la transformación en vampiros les hará realmente libres, ya que el racismo de la sociedad americana jamás les dejará ser libres de verdad. Esto me parece una buena idea, pero resalta que la metáfora y la conexión al mundo real tiene más importancia para Coogler que una historia que en realidad es una Serie B de las de toda la vida. Solo que Coogler no se conforma con eso, busca ser más.

La llegada de los vampiros tiene una parte interesante, que es la conexión con la música. Pero Coogler falla totalmente cuando no sabe crear ninguna tensión ante el hecho de que los humanos están encerrados en el club mientras el exterior está plagado de vampiros. De hecho, la película acaba siendo repetitiva ante la petición de los vampiros por entrar en el club, siendo unas escenas que acaban no aportando nada. Esto, aparte de parar la acción, supone un problema añadido cuando pensamos que uno de los vampiros SI recibió permiso para entrar, y podría haberlo hecho en cualquier momento sin impedimentos.

Dentro de la parte de Coogler gustándose más de la cuenta sitúo el baile de los vampiros fuera del club, otra escena alargada en exceso, que se olvida de algo que debería haber sido principal en una situación de asedio como es la guerra psicológica y que los vampiros apliquen presión a los vivos. Algo que llega muy tarde de forma muy limitada. Digo esto porque he leído que Coogler se considera a si mismo un nerd, y por este motivo imagino que puestos a hacer una película de género, Coogler quisiera hacer su propia versión de una de las escenas míticas de La Cosa de John Carpenter (1982), con la paranoia sobre si hay dentro un vampiro oculto. Una escena totalmente fallida y mal resuelta. Como tampoco funciona la situación de asedio si la comparamos con otro clásico de John Carpenter que estoy seguro que Coogler también ha visto, Asalto a la comisaría del Distrito 13 (1976).

Como digo, la primera parte de la película me gustó pero debería haber sido secundaria ante lo importante, que es la lucha por la supervivencia contra los vampiros. Sin embargo, la sensación que me deja la película es que para Coogler era al revés. Y por eso la segunda parte falla en todo lo que le pido a una película de género, empezando por la tensión creciente o un climax contra los vampiros satisfactorio. Digo esto porque cuando finalmente los vampiros entran, invitados por uno de los supervivientes, vemos entrar a 25/30 vampiros. Que 6/7 humanos con estacas no sean arrasados en los primeros segundos es alto mal resuelto por parte de Coogler, que hace que algunos sobrevivan porque «patata».

Luego me llama la atención que hablando de una película de vampiros, hay algunas conveniencias en la historia o directamente trampas ocultas bajo una historia sin explicar que le permite a Coogler hacer lo que quiera. Unas conveniencias de guion como que el vampiro jefe huya de día de los nativos americanos sin morir abrasado por el sol, que me hacen pensar que si Los pecadores hubiera sido una película de Marvel Studios hubiera sido machacada por la crítica por estos aspectos, y al ser una película «de autor» se le permiten cosas que no se aceptan para otros blockbusters palomiteros iguales a este. Por ejemplo, el hecho que en esta película toda persona mordida se levanta como vampiro, es una locura de nivel máximo que provocaría una hecatombe que ríete tu de los apocalipsis zombies. Y sin embargo, aquí lo tenemos como si nada.

El climax de los vampiros me parece fallido, y en realidad los 40 minutos a partir del giro de la muerte de uno de los personajes principales (que no diré abiertamente pero es algo que se ve en el trailer). Que se debería haber hecho mejor, si no fuera porque Coogler estaba centrado en otras cosas. Dicho esto, la forma en que al final uno de los hermanos arrasa a los blancos racistas del Ku Klux Klan me gusta mucho, y ofrece un momentazo como ver a Jordan disparando una metralleta mirando hacia cámara. Y aunque haya una parte que no tiene demasiado sentido, me ha gustado también la forma en que Coogler plantea a pesar de todo un final feliz para los hermanos protagonistas.

Otra cosa que me ha gustado del final es como a pesar de todo, puestos a elegir entre la vida tranquila de la iglesia y la música, el primo de los hermanos Moore elija la música. Y por cierto, me hecho mucha gracia ver que la película tiene ¡dos! escenas adicionales. Una entre los créditos y otra al final. La primera ofrece el epílogo a la historia con el personaje de Sammie ya anciano, y la segunda es un poco una chorrada tipo lo que vemos a veces en las películas de Marvel. Y me parece curioso al estar en un teórico «cine de autor». Lo de las escenas post-créditos me parece llamativo porque sobre todo cuando empezó la primera, que es fundamental para entender el final de la película, mucha gente de mi sala ya se había ido, por lo que esas personas se han perdido esa parte que NO debería haberse mostrado de la forma en que lo ha hecho, sino al final de la película. Porque en realidad lo es.

Hablando de eso, en general no puedo decir que sea una mala película pero tampoco una notable. Me ha gustado pero la parte de género acaba siendo una ocasión perdida. Dicho esto, al menos en la sala en la que vi la película, diría que hubo mucha gente que se aburrió sobremanera en una primera parte en la que no acaban de ponerse al «meollo» que se supone que iba la película que era la parte de los vampiros. Y que motivó que mucha gente empezara a mirar el móvil (qué asco de gente), se levantaran varias personas ¿para ir al baño? o que en cuanto empezaron los créditos mucha gente se marchara escopeteada.

Como digo, me hubiera gustado que la película me hubiera flipado mucho más de lo que lo ha hecho.

Comparto el trailer de la película:

Los pecadores es una película decompensada que a pesar de sus numerosas cosas positivas falla en la parte que más me interesaba, el fantástico.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de TENET, de Christopher Nolan (sin spoilers)

Tras más de dos meses tras la apertura de los cines tras el estado de alarma provocado por el COVID, y más de cinco meses desde mi último visionado en salas comerciales, tenía ganas de volver a ver una película en pantalla grande, y qué mejor que la última propuesta del director Christopher Nolan, TENET. Sin embargo, lamento tener que decir que el resultado no ha sido todo lo satisfactorio que me hubiera gustado.

(Crítica SIN spoilers)

PUNTUACIÓN: 5/10

Armado de solo una palabra –Tenet– el protagonista de esta historia deberá pelear por la supervivencia del mundo entero en una misión que lo lleva a viajar a través del oscuro mundo del espionaje internacional que desdoblará en algo más allá del tiempo lineal. (FILMAFFINITY)

Christopher Nolan vuelve a escribir y dirigir su última película, creando una historia de ciencia ficción y toques de thriller de espionaje que convierte esta película en una historia de difícil clasificación.

TENET cuenta con fotografía de Hoyte van Hoytema, colaborador habitual de Nolan en películas como Interstellar o Dunquerke, montaje de Jennifer Lame, vestuario de Jeffrey Kurland y música de Ludwig Göransson (Fruitvale Station, Creed, Black Panther).

La película está interpretada por el actor en alza John David Washington (Blackkklansman), Robert Pattison (The Batman), Elizabeth Debicki (Guardianes de la Galaxia Vol. 2), Dimple Kapadia, Aaron Taylor-Johnson (Kick-Ass, Vengadores, la Era de Ultrón), Clémence Poésy y los veteranos Michael Caine y Kenneth Branagh.

Tenet es la última confirmación de que el clásico «más grande, más alto, más efectos especiales» que tantas veces hemos leído referido a secuelas de películas de acción y que explica los problemas de estas producciones (Spiderman 3, Transformers 3, o incluso The Dark Knight Rises del propio Nolan) no garantiza que tu película vaya a ser MEJOR, más bien al contrario.

Por empezar en lo positivo, aún pensando que estamos ante la película más floja de toda la filmografía de Christopher Nolan, creo que merece verse en pantalla grande. Nolan es un director de una fuerte personalidad, y en lo suyo es único, para bien y para mal. En ese sentido, Tenet es una propuesta diferente a todo lo visto en los últimos años, únicamente similar en algunos aspectos a otras películas de su propia filmografía.

Además, Warner dió a Nolan entre 200 / 225 millones de dólares para producir la película  y este gran presupuesto se ve sin duda reflejado en pantalla. Tenet técnicamente es irreprochable, y cuenta con una fotografía perfecta, unos acertados efectos visuales y unos enormes sets que crean unas escenas espectaculares.

Aunque Nolan no consigue plantear tensión dramática en los momentos clave, dichas escenas técnicamente me han flipado y tengo ganas de escuchar los comentarios del blu.ray y ver los extras para saber cómo las ha rodado, dado que hay un montón de momentos que entrañan una complejidad extraordinaria. Como persona interesada en como se crea la magia del cine, Tenet está repleta de momentazos visualmente asombrosos que me han roto la cabeza.

Sin embargo, Christopher Nolan no es un cineasta. Es un relojero. Y como sólo busca la perfección del engranaje que crea en cada una de sus películas, y es ahí donde para él debe estar el foco (y los espectadores lo sabemos, ya lo vimos por ejemplo en Interstellar o Dunkerque), por muy increíble que sea técnicamente todo, provoca indiferencia en el espectador dado que no hay tensión, ni sorpresa ni podemos empatizar con los personajes. NO porque no queramos, sino porque diría que a Nolan estos aspectos que no le interesan.

Hay numerosos elementos que flojean en Tenet, empezando por el guión que Nolan ha escrito en solitario. En anteriores película Nolan colaboraba con su hermano Jonathan, y casi parece que él le ayudaba a pulir y mejorar la historia y, sobre todo, los diálogos. Porque en Tenet tenemos una primera hora repleta  de diálogos expositivos sin fin que se hacen bastante insufribles, y que se sostienen únicamente por la sorpresa cuando los espectadores descubrimos de qué va TENET, sumado a la apabullante escena inicial de acción.

Otro elemento destacado de Tenet es que Nolan plantea la película de la forma más complicada para dificultar la comprensión del espectador. No sólo es que hay escenas confusas por el uso de múltiples personajes vestidos iguales que  hacen difícil saber quién es quién, cosa que sucede no una sino varias veces, sino que a la vez hace que pasen muchas cosas super «locas» todo el rato, que en teoría debería provocar que los espectadores quedemos hipnotizados por los fuegos artificiales que tenemos ante nosotros. (spoiler: no lo consigue). Sin embargo, sin un ancla emocional, si no nos preocupamos por los personajes, es imposible empatizar con nada de lo que nos está contando y, por tanto, nos está robando toda sensación de amenaza, peligro o climax interesante.

Dada la naturaleza de engranaje de relojería, no creo que haya ningún fallo de guión y seguro que Nolan es capaz de explicar las pequeñas inconsistencias que van pasando durante los 150 minutos de duración. Sin embargo, hay varios mcguffins de libro que están puestos literalmente porque sí para provocar que una parte de la trama avance que luego son desechados sin más, además de situaciones al límite de hacer saltar mi suspensión de credulidad. Y eso que soy un gran fan de la ciencia ficción y no me sorprende ni dudo del concepto clave sobre el que se asienta la historia. No es que no entienda lo que pasa, sí que lo he hecho, es que está contado de forma deficiente, en mi opinión.

Fruto de este guión y de la falta de una tensión dramática al necesitar que todo cuadre y ser esta la principal obsesión del director, hay dos momentos importantes que se supone que deben generar sorpresa más adelante en el espectador, que no puedo revelar por los spoilers, que son sin embargo evidentes y se ven venir a la legua. Por tanto, al confirmarse la no-sorpresa, estas escenas carecen de potencia ni afecta lo que ello supone para los personajes. Y encima, el monumental climax final fracasa por culpa no sólo por la falta de sorpresa o ser super confuso, sino porque es una enorme escena de acción planteada como un castillo de fuegos artificiales sin chispa en la que te da igual todo lo que está pasando porque estás viendo el engranaje que lo sustenta, no el peligro que entraña para los personajes. Peligro inexistente, todo sea dicho.

Comentaba antes que Nolan ha caído en el viejo problema del cine comercial de intentar ofrecer un espectáculo  «más grande, más alto, más efectos especiales». En este sentido, casi parece que Nolan estaba tan quemado con los comentarios sobre que no sabe rodar acción que ha planteado darnos el mayor espectáculo del año fuera como fuese.

Además, casi como una película de Bond, incluso diría que Nolan primero tuvo las localizaciones o la idea de lo que quería hacer en las principales escenas de acción, y luego hizo que el guión le cuadrara para llegar a dichos momentos. Esta elección narrativa no tiene nada de malo si se hace bien (Misión Imposible: Fallout) y consiguen que nos preocupemos por los personajes, pero aquí eso no llega a suceder nunca. Además, en lo referido a estas escenas de acción, lo cierto es que no están bien rodadas y son confusas, probablemente a propósito, por lo que la sensación de que «no sabe rodar acción» diría que va a seguir vigente, al menos hasta su próxima película.

Lo que nos lleva al reparto de la película. Creo que todos están correctos partiendo que Nolan no tengo claro que les deje lucirse en ningún momento. Al ser estos personajes parte del engranaje, cuesta conocer de forma conveniente la motivación de sus acciones, más allá de «soy el bueno» o que el malo quiere ver el mundo arder. En este sentido, causa un poco de reparo que en mi opinión el mejor actor en pantalla no sea John David Washington, sino Robert Pattison, gracias a la naturaleza ambigua  que aporta a su personaje.

El hijo de Denzel Washington es un actor de gran belleza física y presencia, pero creo que le falta muchísimo carisma para un papel protagonista como este, cosa que sí tuvimos en Inception con Leonardo DiCaprio, en Interstellar con Matthew McConaughey, en The Prestige, en Memento, en Imsomnia… Su interpretación se encuentra caracterizada por un estoicismo que ofrece demasiada frialdad a la película, y aunque no dudo que eso es lo que Nolan le pidió que hiciera, globalmente diría que le falta punch por todos lados.

También me causa perplejidad el papel que Nolan plantea para Elizabeth Debicki, dado que es exactamente el mismo personaje que interpretó hace unos años en la estupenda serie The night manager, una mujer objeto que vive atrapada por un tiránico marido, que en la serie de TV estuvo interpretado por Hugh Laurie y que aquí realiza Kenneth Branagh, al que encuentro un poco desfasado y over-the-top. Debicki está guapísima y consigue en parte que empaticemos con su situación, pero se encuentra también bastante desaprovechada y lamentablemente el climax de su personaje es una escena que resulta bastante risible y hasta ridícula.

Otro elemento que tampoco me ha gustado de Tenet es la música de Ludwig Göransson, que plantea unos «bocinazos» constantes que me alteraron durante el visionado. Creo lamentablemente que su B.S.O. está muy por debajo de las de Hans Zimmer y no consigue crear ninguna melodía para el recuerdo. Además, no sólo es la música, ya que toda la edición de sonido de la película está planteada para atronar al espectador y intentar provocar unas sensaciones de tensión que las imágenes no transmitían.

Reconozco que me está quedando una crítica muy negativa, y lo cierto es que para nada me considero que un hater del director. De hecho, a pesar de todo sigo pagando para ver sus películas en pantalla grande, que es donde pienso que deben verse.

Pero creo que una película debe contar una historia que provoque una emoción en el espectador, que haga que empaticemos con los protagonistas y nos divirtamos o suframos con ellos. Si esto no sucede, acepto que técnicamente hay escenas que son una barbaridad, la mayoría de hecho, pero encuentro que sin la necesaria tensión dramática casi sería mejor colocar Tenet en un museo para que admiremos su complejidad estructural, porque narrativamente me ha parecido una montaña rusa vacía. Es más, como historia se me derrumba como un castillo de naipes precisamente por la falta de un ancla emocional con lo que está pasando alrededor de unos personajes sin chispa.

No hay nada malo en que Nolan haya realizado una película que ofrezca un entretenimiento de explosiones vacías para un espectador que solo busca dejarse llevar en el cine. Sin embargo, sorprende que siendo probablemente la película más grande y espectacular de Nolan, vaya a acabar siendo la peor de toda su  filmografía.

Entiendo que Tenet ejemplifica de maravilla que tener libertad total no significa automáticamente firmar una buena película, y probablemente hubiera sido deseable que alguien le hubiera forzado a Nolan a buscar mejores soluciones a los problemas que he ido comentando a lo largo de este artículo.

En todo caso, está en tu mano salir de dudas y crearte tu propio criterio, acercándote a una sala comercial que te ofrezca tranquilidad en lo referido a las medidas de higiene y distanciamiento establecidas por el COVID. Espero que a pesar de todo lo anterior, TENET consiga atraer al público de vuelva a las salas de cine y sirva para aliviar un poco la complicada situación que están viviendo en los últimos meses.

Comparto el trailer de la película:

TENET es la película más floja de toda la filmografía de Christopher Nolan. Una película que no consigue enganchar emocionalmente y que estoy seguro que va a generar una considerable polémica.

PUNTUACIÓN: 5/10

 

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