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Crítica de Wonder Woman: Historia 3 (de 3) de Kelly Sue DeConnick y Nicola Scott (DC Comics – ECC Ediciones)

ECC Ediciones acaba de publicar el tercer y último número de Wonder Woman: Historia, el comic de Kelly Sue DeConnick debtro del sello Black Label de DC Comics destinado a contar el origen de las Amazonas, que en este último número ha contado con dibujo de Nicola Scott y color de Annette Kwok.

PUNTUACIÓN: 8/10

Hace milenios, la reina Hera y las diosas del panteón olímpico se sentían muy decepcionadas con los dioses varones. Y a sus espaldas, pusieron en marcha un plan. Nació una sociedad nueva, una nunca vista en la Tierra que era capaz de cosas maravillosas y también terribles; sin embargo, el secreto de su existencia no duró mucho tiempo. Y cuando una mujer desesperada llamada Hipólita se cruzó en el camino de las amazonas, desencadenó una sucesión de acontecimientos que condujeron a una guerra abierta en el Cielo… ¡y a la creación de la principal defensora de la Tierra!

Kelly Sue DeConnick (Ohio, 1970) es una guionista de cómic estadounidense, editora y traductora de obras manga al inglés. Tras su paso por Marvel donde trabajó entre otras en la serie de Capitana Marvel, ha triunfado en el mundo indy con sus series Bella Muerte con Emma Rios, y Bitch Planet, ambas editadas por Image Comics. Está casada con Matt Fraction, y este trabajo para DC Comics dentro del sello Black Label tiene muchas posibilidades de quedar como uno de los puntos álgidos de su carrera.

Nicola Scott es una dibujante de cómics australiana. Con una trayectoria en teatro y diseño de vestuario, Nicola comenzó su carrera en el mundo del cómic en 2001. Rápidamente se convirtió en una de las favoritas de los fans cuando empezó a trabajar en exclusiva para DC Comics con personajes emblemáticos como Superman, Batman y Wonder Woman, y en equipos como «Birds Of Prey», «Secret Six», «Teen Titans» y el bestseller del New York Times «Earth 2». En 2016 vio la luz su aclamada maxiserie «Black Magick» y «Wonder Woman: Año Uno», ambas en colaboración con el escritor Greg Rucka. También en 2016, Nicola creó el arte para celebrar la Embajada Honoraria de Wonder Woman para Mujeres y Niñas de las Naciones Unidas.

Wonder Woman: Historia termina en el tercer volumen de esta serie Black Label. Tras el monumental trabajo de Phil Jiménez en el primer volumen y el bajón que supuso tener a Gene Ha en el segundo, Nicola Scott nos ofrece el que posiblemente sea el mejor trabajo de su carrera en este tercero, consiguiendo dejarme con la mejor de las sensaciones con este final. Dicho esto, tengo que reconocer que releyendo la miniserie en su conjunto, la realidad es que el pecado original de este comic viene de la decisión de DC de no permitir que Phil Jiménez dibujara toda la miniserie, transformando una obra con vocación de clásico absoluto para dejarlo en un buen comic de la editorial, pero desde luego no algo que recordar y atesorar. Por muchas vueltas que se le quiera dar, que un comic de tres números tenga tres dibujantes diferentes es un error, y me da pena por lo que podría haber sido y no fue.

Una vez he quitado el elefante de la habitación, la verdad es que me ha gustado mucho el dibujo de Nicola Scott, con color de Annette Kwok. El problema que le encontré a Gene Ha es que aparte que la historia de DcConnick no le dio margen para brillar, abandonó su estilo intentando acercarse al arte de Jiménez para que la diferencia fuera la menor posible (dadas las circunstancias). Y el cambio no le sentó nada bien a sus páginas, palideciendo en todo. Sin embargo, Scott si acierta y mimetiza haciendo suyo el estilo preciosista y recargado de Jiménez, creando unas páginas espectaculares que sacan todo el partido a la doble página de tamaño más grande de la edición Black Label. Las imágenes de Scott parecen salidas también de una galería de arte y merecen que nos detengamos en ellas a disfrutarlas.

Wonder Woman: Historia mantiene su estructura de narración mediante el uso de la doble splash-page como unidad a partir de la que se cuenta la historia. Como en números anteriores, el comic arranca con la representación de las diosas griegas Hestia, Artemis, Démeter, Hécate, Afrodita y Atenea, a las que sigue Hera, representada en una página que resume la opulencia, barroquismo y belleza de lo que estamos a punto de ver. Scott hace un trabajo estupendo en todos los aspectos, no sólo en la parte de caracterización, sino también en lo referido al «diseño de producción», presentando telas y texturas de los vestidos que parecen reales, unido a una sobresaliente arquitectura. Por ponerle un pequeñísimo pero, quizá sus imágenes son un poco estáticas y no brillan por su fluidez, pero entiendo que esto conecta de alguna manera con la naturaleza casi mítica que se plantea con esta historia, por lo que realmente no creo que sea un aspecto que reste.

En lo relativo a la historia de Kelly Sue DeConnick, en este último número plantea un climax a la guerra entre los Dioses y las rebeldes Amazonas creadas por las Diosas del panteón griego. Un final redondo hasta cierto punto inevitable, al tratarse de la historia fundacional de las Amazonas que tiene que explicar por qué se encuentran encerradas en la mítica isla de Themyscira a la vez que plantea la conexión con el origen de Diana (Wonder Woman). Creo que DeConnick ha conseguido un final super satisfactorio, hilando perfectamente un tapiz planteado desde la mitología a la que ha añadido gotas de feminismo y sororidad que han servido para unir el conjunto y hacer que el resultado sea estupendo.

Incluso con el pero del baile de dibujantes, creo que Wonder Woman: Historia es un comic notable que se recordará durante bastante tiempo que invita a la relectura mientras disfrutamos del suntuoso y exuberante apartado artístico. Y mira que Scott lo hace bien, pero ¡qué pena que Jiménez no dibujara el comic en su totalidad!

Comparto las primera páginas de este comic:

Wonder Woman: Historia ha sido un comic fantástico que ha conseguido remontar en este tercer volumen, ofreciendo un final super satisfactorio a la historia de las Amazonas gracias a un dibujo bestial.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Wonder Woman 1-7 de Greg Rucka, Nicola Scott y Liam Sharp (Rebirth)

He podido leerme de un tirón la nueva etapa de Greg Rucka como guionista de Woman Woman tras el Rebirth de DC Comics, publicada en los números 1 al 7 de la edición española de ECC Ediciones. Una etapa que aunque ese queda en sólo correcta es un buen punto de enganche para nuevos lectores.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Diana de Themyscira ha descubierto que algunas verdades que consideraba inmutables no eran ciertas. Mientras oscuros secretos de su pasado salen a luz, Wonder Woman deberá reconstruir su cruzada como protectora y campeona de la Tierra. Greg Rucka, Liam Sharp y Nicola Scott construyen una historia formada por dos arcos argumentales paralelos, que exploran el pasado y el presente de este icono.

Esta etapa fue publicada en Estados Unidos en los números Wonder Woman: Rebirth, y del 1 al 24 de su serie regular, que fue publicada quincenalmente en los Estados Unidos.

Greg Rucka es un buen escritor muy conocido por sus historias de espías y noir protagonizadas por personajes femeninos complejos. Desde René Montoya en Batman, Carrie Stetko de Whiteout, Tara Chace de Queen & Country, o  Forever Carlyle de Lazarus, sus series tienen siempre un importante marchamo femenino. De hecho, ya en 2002 escribió las aventuras de la amazona previo al relanzamiento de los Nuevos 52 que tuvo lugar en 2011. Por esto, el anuncio de que iba a escribir una nueva etapa de Wonder Woman no sorprendió excesivamente.

Una de los aspectos más positivos de esta etapa es la planificación de Rucka para conseguir que el ritmo quincenal de publicación no se convirtiera en un infierno con montones de dibujantes diferentes. Rucka plantea una novela larga de 25 capítulos contada en dos momentos temporales diferentes. Nicola Scott dibuja el «Año 0» del personaje, en el que nos cuentan su vida en Themyscira y su viaje junto a Steve Trevor al mundo moderno. Mientras, el británico Liam Sharp nos cuenta la parte de la historia ambientada en en presente, en la que Diana tiene que descubrir aquello que hasta ahora estuvo oculto.

Ambas líneas temporales no se juntas en los comics americanos, de forma que narrativamente hablando, en muchos momentos parecía que en lugar de una serie quincenal estuviéramos ante dos series diferentes de publicación mensual, cada una ambientada en un momento diferente. Por suerte, en España ECC Ediciones optó por publicar esta etapa en tomos de cuatro números cada uno, de forma que en cada entrega teniamos una dosis más o menos larga de cada parte de la historia. Junto a Nicola Scott y Liam Sharp, encontramos a algunos dibujantes de apoyo como Paulo Siqueira en el especial Rebirth que da inicio esta etapa, Matthew Clark, Bilquis Evely o Renato Guedes, que hacen una labor correcta.

En mi opinión, los números dibujados por Nicola Scott son de largo los mejores de toda la serie. Asistimos a la llegada de una inocente Diana al mundo moderno, y sus páginas transmiten un verdadero «sense-of-wonder» en cada una de sus viñetas. Diana en estas páginas no es la dura guerrera actual, sino una joven idealista que está descubriendo un mundo nuevo.

Liam Sharp es un buen dibujante y narrador que ha afinado su estilo desde aquellas primeras páginas de Death´s Head en la que le conocí allá por 1992. Su estilo es detallista, espectacular y un poco tétrico, aunque sigue teniendo el problema de que se nota demasiado cuando las fechas de entrega le apretan, alternando páginas brillantes con otras que con viñetas apenas abocetadas que no dan el nivel de un dibujante de primer nivel. En todo caso, globalmente creo que en Wonder Woman realiza un buen trabajo.

Otro hecho a destacar es que creo que DC ofreció el encargo a Rucka como parte de su Rebirth, un plan con el que la editorial buscaba devolver a sus personajes a su esencia. De esta forma Rucka escribe una historia que sirva de perfecto punto de entrada para nuevos lectores, contando el origen del personaje y un misterio en el  presente que consigue enganchar al lector.  Y diría que globalmente consigue su objetivo.

Aunque este Wonder Woman es un comic creado con oficio y evidente cariño y respeto por el personaje, hay varias cosas que me han gustado menos de esta etapa.

En primer lugar está la manía de DC Comics de reiniciar sus comics cada cierto tiempo, haciendo que los comics previos no hayan sucedido en continuidad o se descubra ahora que «todo lo que me habían contado es mentira». En este sentido, Wonder Woman se había convertido meses antes del Rebirth en la Diosa de la Guerra tras vencer en combate a Ares. Todo esto desaparece al descubrirse que fue un mentira, una ilusión imposible. Algo, en definitiva, que ya obliga a un salto de fe muy grande para un lector fiel del personaje, entre los que debo reconocer que no me encuentro.

Lo que sí puede resultar más molesto es que los diferentes reinicios hacen que cada cierto tiempo volvamos a leer una historia de todos sus personajes con algunas variaciones. Y sinceramente, este origen no siendo malo no mejora el de George Perez junto a los guionistas Greg Potter y Len Wein, que para mi es el origen definitivo del personaje y que no se tendría que haber tocado. Por tanto estando ante una correcta historia de Rucka que puede enganchar a lectores que jamás habían leído nada del personaje, en mi caso me provocó cierta sensación de «¿otra vez?»

Esto me lleva al siguiente aspecto menos bueno de la etapa de Rucka. Si lo que Rucka nos contara molara mucho, sin duda habría conseguido que nos olvidáramos de etapas previas del personaje. Sin embargo, globalmente esta historia se me ha quedado bastante insulsa, más allá de ser una correcta historia de origen.

A Diana la han mentido durante años, pero cuando se descubre el motivo y alcance de la mentira resulta que no es para tanto. Y estamos en una larga historia en la que pasado y presente convergen, en la que nunca hay una verdadera sensación de amenaza hacia Diana. De hecho, Rucka intenta humanizar a algunas villanas de la función, hasta el punto que consigue que sintamos lástima por Cheetah (la doctora Minerva, amiga del pasado de Diana), o la rica millonaria Verónica Cale, que no es mala del todo porque sus acciones vienen dictadas de intentar recuperar a su hija perdida. Está bien dar cierta profundidad a los antagonistas, pero si los villanos no amenazan de verdad a la protagonista, a la historia le falta «punch».

Por otro lado, lo que sí hace este etapa de Rucka es cambiar para siempre un elemento fundamental de la historia de Wonder Woman, cambio que no veo que vaya a provocar una mejora en las historias de la amazona. Muy al contrario, este cambio deja un poco cojo al personaje, al privarle de uno de sus elementos más icónicos y característicos. Aunque, claro, también es posible que este cambio se revierta en las próximas historias, con DC nunca se puede estar seguro de nada.

Comparto a continuación algunas páginas de Liam Sharp correspondientes al especial Rebirth que dió comienzo a esta etapa:

En resumen, la última etapa de Greg Rucka en Wonder Woman me parece que se queda sólo en correcta, aunque probablemente sí consiga el objetivo de contar el origen del personaje a las nuevas generaciones, y conseguir, quien sabe, enganchar a nuevos lectores.

PUNTUACIÓN: 6.5/10