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Crítica de The Sacrificers vol. 2 de Rick Remender, Max Fiumara y André Lima Araujo (Image Comics)

Segundo volumen de The Sacrificers de Rick Remender, Max Fiumara, André Lima Araujo y color de Dave McCaig.

PUNTUACIÓN: 8/10

El trauma ineludible del abuso infantil de Pigeon se convierte en rabia cegadora contra un mundo que nunca le protegió, una rabia que por fin tiene la fuerza de expresar de una forma imposible de ignorar. La riqueza y el amor con los que Soluna creció no la prepararon para la caída en desgracia y la pérdida de control a las que ahora se enfrenta. A través de estas dos vidas divergentes, se remodelará un mundo y nacerá un nuevo dios.

Este segundo volumen recopila los números 7-11 USA.

Tras el tremendo giro del final del primer arco, Pigeon y Solina han dado un vuelco a sus vidas y de alguna manera se han convertido en el otro. Tras toda una vida maltratado hasta el punto que sus padres ni siquiera le dieron un nombre, como si fuera ganado del que no quieres encariñarte ante de llevarle al matadero, Pigeon encuentra el poder para rebelarse contra una sociedad que se aprovecha y se alimenta del débil. Aunque no sabe lo que ha provocado que el mundo se dirija hacia su destrucción no es culpa suya, ha tenido el valor de levantarse y luchar contra todo lo que está mal en el mundo. Y la sensación es que todo lo que quiere es ver el mundo arder. Por su parte Soluna ha tenido una vida plácida como hija de los dioses Sol y Luna que dominan este mundo, y una vez lo ha perdido todo se dirige hacia un infierno en el que conocerá como vive y sufre el pueblo llano. Y el comic apunta a que su sufrimiento n ha hecho más que empezar.

Rick Remender es especialista en crear historia con comentario y crítica social, y en The Sacrificers vuelve a los high-concepts super potentes con unos protagonistas que tienen delante suyo un viaje que les cambiará completamente. La idea de unos Dioses que exprimen la vida de la gente corriente que les adora como forma de mantenerse jóvenes y fuertes es una idea que sirve para criticar no solo a los extremismos religiosos (aunque también) sino a una sociedad capitalista en la que el SISTEMA se aprovecha del débil y ha construido unas estructuras para mantenerles dóciles y sumisos. Este comic es un grito para romper estas estructuras, y de momento nos está ofreciendo momentos crueles y la promesa de una venganza. Así que todo bien.

En el apartado artístico tenemos una de cal y otra de ahora. Me encanta el estilo de Max Fiumara con el color de Dave McCaig. A pesar de ser Pigeon un pájaro antropomórfico, sus personaje transmiten una expresividad bestial. El dolor que transmite Soluna me parece una barbaridad, y consigue que el comic tenga un dibujo sobresaliente. El pero sobre el que comentaba es que Fiumara NO dibuja las cinco grapas de este volumen, sino sólo los números 7, 8 y 9. Y reconozco que su sustituto André Lima Araujo es otro artista sobresaliente dentro del roster de artistas que colaboran con Remender. Pero me parece una pena que un comic de creación propia pierda la consistencia artística en apenas dos volúmenes. Entiendo que algún motivo importante habrá impedido a Fiumara realizar estas grapas, pero espero que estas ausencias no se hagan habituales.

Otro tema a comentar es el hecho que Remender plantea un tomo con 5 grapas en lugar de las 6 con que empezó la historia. Esto ya lo vi en Deadly Class, que empezó con arcos de 6 grapas y llegó a sacar tomos con apenas 4 grapas, lo que me pareció un detalle muy feo dentro de una colección maravillosa. En todo caso, no he leído ninguna declaración de Remender, pero viendo la velocidad con que Pigeon se ha encargado del Dios del Mar, la sensación que tengo es que The Sacrifficers no va a ser una serie larga al nivel de Deadly Class o Black Science, sino que en 25-30 números (4 o 5 tomos) creo que pueda terminar la historia. Esto supone una extensión mayor que las de otras series recientes como Una sed de venganza justificada, The Scumbag o Death or glory, y para mi explica la ambición con que Remender plantea esta historia de fantasía oscura.

The Sacrificers es el tipo de comic que conecta conmigo inmediatamente y me da el tipo de entretenimiento antisistema con mensaje potente que me encanta.

Comparto las primeras páginas del comic:

Se nota que The Sacrificers es una historia muy personal para Rick Remender, mostrando su lado más antisistema y radical, que no va reñida con el entretenimiento. Y cuando tenemos un comic con un dibujo increíble, la conexión es total.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de The Sacrificers 1-6 de Rick Remender y Max Fiumara (Image Comics)

Tenía muchas ganas de leer el nuevo comic de Rick Remender, The Sacrificers cuenta con dibujo de Max Fiumara y color de Dave McCaig, dentro del sello Giant Generator de Remender, una potente historia de fantasía con numerosos elementos de crítica social.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

El mañana es un armonioso paraíso gracias a cinco familias que hacen que todo sea perfecto… por el precio de un hijo por hogar. Ahora, cuando llega el vencimiento de esa factura, un hijo del que se espera que lo dé todo por una familia que nunca le quiso y una hija acomodada decidida a destruir la utopía deben unirse para poner fin al reinado antinaturalmente prolongado de una generación.

El escritor superventas del New York Times RICK REMENDER (LOW, DEADLY CLASS, Uncanny X-Force) une sus fuerzas a las de la superestrella MAX FIUMARA (Amazing Spider-Man, Four Eyes, Lucifer) para llevarles a través del oscuro mundo de ciencia ficción de LOS SACRIFICADORES (The Sacrificers).

Rick Remender empezó en la industria de la animación en proyectos como el gigante de hierro o Anastasia, mientras hacía cómics en su tiempo libre. A mediados de la década de 2000 empezó a publicar cómics en Image e IDW como Fear Agent o Night Mary. Sus guiones en estas series independientes le abrieron las puertas de Marvel Comics hasta convertirlo en puntal de la editorial en series como Capitán AméricaImposibles X-Force o Imposibles Vengadores. Actualmente ha vuelto a dirigir sus esfuerzos en la creación de series independientes como Ciencia OscuraClase Letal o Low cosechando un gran éxito.

Fuera del mundo del cómic ha seguido trabajando en proyectos de videojuegos como en los guiones de Dead Space o Bulletstorm, y en el diseño de CDs de bandas como Lagwagon o NOFX.

Nacido en Buenos Aires, Argentina, Max Fiumara ha trabajado en comics desde el 2002, para editoriales como Avatar Press, Marvel, DC y Dark Horse. En títulos como Amazing Spiderman, Hulk Smash Avengers, o Namor. También en una participación con Warren Ellis en BlackGas. En el 2008 co-creó Four Eyes con Joe Kelly, publicado por Image Comics. Desde el 2012 trabaja junto a Mike Mignola en AIDP y la serie regular Abe Sapien, junto a su hermano Sebastián.

Una sed de venganza justificada fue el último comic de Remender que leí, a principio del año pasado. Y The Sacrificers es un cambio importante a todos los niveles, porque si el comic de André Lima Araújo era un comic de acción hongkonera con una historia directa sin añadidos ni subtextos, en The Sacrificers Remender plantea una historia de fantasía oscura con metáforas interesantes y abundante crítica social. La premisa me parece super potente, al presentar un mundo poblado de animales antropomórficos en la que el Dios SOL provee del sustento imprescindible para la vida. Este aparente paraíso tiene un gran pero, al tener que sacrificar todas las familias a su hijo mayor cada cierto tiempo como ofrenda a sus dioses.

Por lo visto en este primer arco, The Sacrificers va a seguir a dos personajes principales de dos ámbitos sociales totalmente diferentes. En una granja de seres pájaro, Pigeon, el hijo mayor es maltratado por su padre y alejado de la familia para que el resto de la familia no le coja cariño, dado que va a ser entregado en sacrificio. La escena inicial de maltrato es tremenda, y muestra el cáncer de base de una sociedad que acepta enviar a su muerte a sus hijos por el «bien común». Su viaje hasta alcanzar ese destino y o que hará a continuación parece que va a ser el hilo conductor de la serie.

Luego está Soluna, la hija del Dios Sol Rokos y la diosa Luna, que es una joven privilegiada que vive en el palacio celestial y está acostumbrada a salirse con la suya. Soluna quiere participar en la fiesta anual de los dioses donde se recibirán las ofrendas, al creer ella ser lo bastante mayor. Su padre, sin embargo, tiene una opinión diferente, mientras lidia con discursiones con su amante sobre su mujer, antes de ponerse a su trabajo diario de dar luz a este mundo.

Una cosa muy chula de Remender es que en la introducción nos cuenta que es un fan absoluto de David Lynch. Y aparte de su filmografía, a Remender le gusta cómo Lynch no explica el significado de su obra, dejando a la interpretación del espectador el análisis de los cada uno haya entendido. Remender afirma querer plantear eso mismo en sus comics y me parece que el éxito de este comic es monumental.

The Sacrificers plantea en su primer arco una metáfora muy bestia contra las religiones, al mostrarnos que la gente común necesita al Sol, pero en realidad los dioses también necesitan a sus fieles para sobrevivir. De hecho, podría decirse que sin ellos, los Dioses no existirían, por lo que la dependencia en mayor en un sentido que no es el que podría esperarse a priori. Esta metáfora tiene todo el alcance que queramos darle, y puede afectar sólo a las religiones o ampliarla a los líderes políticos mesiánicos que exigen sumisión al votante afirmando trabajar por su bienestar cuando en realidad se alimentan de ellos como parásitos. O la marea de influencers y líderes de opinión de las redes sociales. Incluso entrarían aquí los grandes magnates de los negocios y las empresas tipo Mark Zuckerberg, Tim Cook y todos los que se nos ocurran. La forma en que Remender muestra a estos dioses como seres egoistas que en realidad están asustados por la muerte y harán lo que sea para evitarla me parece excelente.

La historia en este primer arco de 6 grapas me ha tenido atrapado de principio a fin. Remender tiene una forma de contar sus historias con muchísima emoción, con lo que el consigue enganchar al lector al conectar con el pobre protagonista camino del matadero. Otra cosa en la que es un maestro es en dar pequeños rayos de esperanza que son luego aniquilados de forma cruel. En The Sacrificers la expresión «los ricos exprimen a los trabajadores» adquiere una nueva dimensión, ofreciendo uno de muchos momentos super impactantes. Me ha gustado mucho este comic, y el giro con el que termina este primer arco me parece antológico. Si una cosa está clara, es que Remender no ha perdido su toque.

Por supuesto, si The Sacrificers es el éxito que es es gracias al apartado artístico formado por el dibujante Max Fiumara y el colorista Dave McCaig. No me sonaba haber leído ningún comic de Fiumara, pero me parece un dibujante fantástico. El primer éxito es tener unos personajes que son animales antropomórficos que transmiten un montón de emoción y sentimientos, como vemos con los seres pájaros a los que pertenece Pigeon. Los diferentes seres son todos reconocibles, a lo que hay que añadir su capacidad de dibujar desde la granja más pobre hasta los palacios más ricos y espectaculares. Además de un buen diseño de personajes, Fiumara resulta ser un gran narrador, planteando las diferentes viñetas desde puntos de vista atractivos a la vista, contando la historia de forma interesante, añadiendo a la vez toda su personalidad.

El color de McCaig me parece también fantástico, con una paleta de color super amplia capaz de resaltar los palacios más luminosos del Dios Sol o las cárceles más grises y sin esperanza. McCaig es un veterano que ha trabajado con casi todo el mundo, y gracias a él el comic resulta aún más atractivo y espectacular.

El sexto número que cierra el primer arco se publicó a primeros de enero, y Remender comenta que la serie va a tener un parón de dos meses hasta marzo para que Fiumara tenga un respiro. Esto me parece super bien, y confío que Remender cuide a su dibujante, para que mantenga el nivel de calidad tan espectacular que nos ha ofrecido en este arco inaugural.

El cliffhanger de este primer volumen me ha volado la cabeza. Y no soy de especular, pero la sensación es que puestos a elegir, Pigeon va a optar por destruir este mundo corrupto, al no tener salvación posible. Mientras que a Solima la espera un calvario que la hará sentir en sus carnes lo que es la dura vida de la gente corriente, una gente que para ella sólo eran hormigas a sus pies.

Otra duda que se me plantea el final de este arco es saber la duración de esta serie. Tengo claro que Remender puede alargar sus comics todo lo que quiera, como tuvimos en Black Science y Deadly Class. Sin embargo, sus últimas obras como la antes mencionada Una sed de venganza justificada, Death or Glory o The scumbag han sido series cortas con historias cerradas que no han superado los 15 números. Por un lado, entiendo que el mercado no garantiza la supervivencia de comics de larga duración por lo que los autores prefieren plantear historias de duración más ajustada. Pero también hay que tener en cuenta que Remender puede escribir varios comics a la vez, pero un artista tiene que invertir todo su tiempo en un único concepto, y podría acabar cansándose al cabo de unos años. Por este motivo, la opción de un comic corto que pueda tener 3/4 tomos softcover y un tomaco en tapa dura parece la opción más probable.

Dicho esto, The Sacrificers puede tener la duración que quiera, porque yo la compraré encantado. Este tipo de comics muestran toda la habilidad de Remender como narrador, y con un dibujo TOP, es imposible resistirse. De hecho, ¡qué bonito es tener un comic en que dibujo y guion son satisfactorios!!

Comparto las primeras páginas del comic:

The Sacrificers ha empezado de la mejor forma posible, con esa mezcla de acción y crítica social para quien quiera verla. Me declaro muy fan de Remender, Fiumara y McCaig.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Una sed de venganza justificada de Rick Remender y André Lima Araújo (Norma Editorial)

Norma acaba de terminar la publicación de Una sed de venganza justificada, el último comic publicado hasta la fecha de Rick Remender en Image, que cuenta con dibujo del artista portugues André Lima Araújo y color de Chris O´Halloran. Un comic que lleva a cabo un notable ejercicio de estilo con el que he conectado desde el minuto cero.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

RICK REMENDER REGRESA CON UNA HISTORIA DE VIOLENCIA EXCEPCIONALMENTE NARRADA VISUALMENTE POR EL ARTISTA PORTUGUÉS ANDRÉ LIMA ARAÚJO

Cuando un ciudadano humilde descubre el despiadado complot de varios asesinos a sueldo salidos de la dark web para matar a una persona inocente, él mismo se convierte también en un asesino. Léon: el profesional se mezcla con Camino a la perdición en esta historia de un hombre cuyo destino le llevará a proteger una familia y a ser perseguido por hombres ricos y poderosos acostumbrados a salirse con la suya.

Únete a Rick Remender, guionista superventas de series como Clase letal y Siete para la eternidad, y a André Lima Araújo, dibujante de obras como Generation Gone y Phenomena, para vivir a fondo un sangriento misterio con una atmósfera única y estallidos repentinos de una violencia brutal.

Rick Remender empezó en la industria de la animación en proyectos como el gigante de hierro o Anastasia, mientras hacía cómics en su tiempo libre. A mediados de la década de 2000 empezó a publicar cómics en Image e IDW como Fear Agent o Night Mary. Sus guiones en estas series independientes le abrieron las puertas de Marvel Comics hasta convertirlo en puntal de la editorial en series como Capitán AméricaImposibles X-Force o Imposibles Vengadores. Actualmente ha vuelto a dirigir sus esfuerzos en la creación de series independientes como Ciencia OscuraClase Letal o Low cosechando un gran éxito.

Fuera del mundo del cómic ha seguido trabajando en proyectos de videojuegos como en los guiones de Dead Space o Bulletstorm, y en el diseño de CDs de bandas como Lagwagon o NOFX.

André Lima Araújo es un arquitecto y autor de cómics portugués que ha trabajado para las principales editoriales de cómics estadounidenses y en cada vez más proyectos propios. Tras graduarse en la Universidad de Minho y trabajar como arquitecto durante un año, Araújo inició su carrera como profesional en el mundo del cómic con Marvel, trabajando en títulos como Los Cuatro Fantásticos, Los Vengadores, Spider-Verse, Inhumano, Spidey: Freshman Year y Pantera Negra. 

Ha contribuido con ilustraciones en obras como Madi: Once Upon a Time in the Future de Duncan Jones y con cubiertas para Millarworld y Giant Generator. Araújo también ha creado proyectos propios como Man Plus para Titan Comics o Generation Gone, con Ales Kot, para Image Comics. Araújo ha trabajado para DC Comics, donde empezó a colaborar con Brian Michael Bendis en La Legión de Superhéroes y Young Justice. Sus obras más recientes son Una sed de venganza justificada, un thriller cocreado con Rick Remender y publicado en EE. UU. por Image Comics; y Phenomena, una serie de fantasía cocreada con Brian Michael Bendis y publicada en EE. UU. por Abrams. Ambas obras han sido publicadas en España por Norma Editorial.

Una sed de venganza justificada es el último comic que ha publicado Rick Remender hasta la fecha. Y su objetivo parece claro, al plantear el comic como si fuera un thriller de acción de hong-Kong o Corea, con una historia directa al grano con muchísima acción y casi sin diálogos. En la obra de Remender ya estamos costumbrados a comics en los que la acción cuenta la historia, como por ejemplo Deadly Class o Death and Glory. Pero en Una sed… lleva esto un paso más allá con unos diálogos reducidos a su mínima expresión y altas dosis de ultraviolencia explícita, consiguiendo un éxito importante simplemente dejando hacer al dibujante que eligió para este proyecto, el portugués André Lima Araújo.

Por quitármelo de encima, no le he dado un sobresaliente a este comic porque el dibujo de Lima tiene algo en la forma en que dibuja a las personas con la que no conecto. Sumado además con la decisión de utilizar a Benedict Wong como el protagonista de la historia. Entiendo que en parte el feeling a cine de Hong Kong puede conseguirse usando la cara de Wong, y dado que Remender le conoció rodando la adaptación televisiva de Deadly Class, es posible que esta decisión venga impuesta por él para ayudar a vender el comic a algún estudio. Pero al final, al menos a mi me dejó con una sensación rara mientras leía el comic. Y esto es una pena, porque las páginas de acción tienen unas coreografías excelentes, y me flipa como no se arruga a la hora de plasmar en la página la ultraviolencia casi gore que tenemos en varios momentos. Además, se notan los estudios de arquitectura de Lima en la forma en que crea los edificios y construcciones en Vancouver, en México o en sus diferentes localizaciones, que me parecen notables.

Junto a Lima, el comic está coloreado por Chris O´Halloran, colorista de comics como Ice Cream Man y que sabe crear una sensación super realista con una paleta de colores apagada que es salpicada por estallidos de color en los momentos de mayor violencia.

Remender sabe imprimir a esta historia de 11 partes de un ritmo estupendo, en el que momentos super mundanos son interrumpidos por estallidos de hiper violencia que consiguen impactar en el lector. En este sentido, los protagonistas disfrutan de varios momentos de paz que sabes que no pueden durar, y algunos de los momentos sangrientos posteriores son super bestias. Además, hay un montón de sorpresas a lo largo de los dos volúmenes de Norma, consiguiendo que le lectura sea super satisfactoria y que no puedas dejar de leerla. De alguna manera, el final es super anticlimático, pero a la vez super satisfactorio, y en parte me recordó al final de Deadly Class.

Remender ha comentado muchas veces que ha sufrido problemas de depresión y que se considera un pesimista nato bordeando el nihilismo. Sin embargo, dentro de la dureza de algunos momentos del comic, hay también un mensaje muy claro de positivismo, cuando el protagonista expresa que cuando le decía a su madre todas las cosas que podían ir mal, su madre le decía: «Pero, ¿hay algo que vaya mal AHORA?» El mensaje positivo sumado a que los villanos, por muy poderosos que sean, al final pueden acabar pagando por sus pecados, me parece un mensaje muy interesante, sobre todo teniendo en cuenta el momento que estamos viviendo en el mundo real, en el que parece que algunos creen tener libertad para saltarse las leyes a su conveniencia.

Me ha gustado mucho Una sed de venganza justificada, un título que por cierto queda explicado casi al final de la historia. Por cierto, que el recurso de realizar un salto temporal al final de la historia es algo que Remender ya utilizó en Deadly Class, parece que el escritor se siente a gusto con este recurso. No es un comic que me vaya a cambiar la vida pero estimo que como ejercicio de estilo el triunfo es total, demostrando que no hay límites en el tipo de historias que pueden ser contadas en la página impresa. Desde hace meses, Remender se haya totalmente involucrado en la adaptación al cine de Tokyo Ghost, su comic con Sean Murphy. Espero que su trabajo llegue a buen puerto, por la película en si pero sobre todo por poder disfrutar pronto del siguiente comic de Remender. El mundo del comic necesita a escritores como Remender, ojalá no tarde mucho en anunciar su próximo proyecto.

Comparto las primeras páginas del comic:

Y también el trailer que Image preparó para promocionar este comic:

Una sed de venganza justificada es un comic de acción estupendo que ha sabido tocar todas las teclas adecuadas para que me flipara. Más comics de acción hongkongera como éste, por favor.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Deadly Class vol. 12 de Rick Remender y Wes Craig (Image Comics)

Empecé a comprar Deadly Class en Enero de 2014 y tener un comic de Rick Remender en mi lista de la compra ha sido una de mis constantes comiqueras de estos casi 10 años. Esto ha cambiado al llegar al final de Deadly Class en el volumen 12 que acaba de llegar a mis manos . El comic dibujado por Wes Craig con color de Lee Loughridge llega a su fin en un volumen lleno de tristeza como lector, pero alegría a la vez al acertar Remender con este final, convirtiendo la experiencia de estos años en super satisfactoria.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Articulo CON Spoilers.

UNA CARIÑOSA DESPEDIDA, PARTE 2

No hay nada más bonito que un retiro total de la realidad con alguien a quien amas en un lugar donde puedes dejar atrás todo el ruido la codicia y el odio por una vida tranquila y sencilla. Pero, ¿existe realmente un lugar así? Y si existe, ¿cómo es posible que los monstruos rabiosos no vengan a destruirlo? Una última vuelta a la pista con los marginados de la Generación X mientras todo lo que predijeron se hace realidad.

Este volumen 12 de Deadly Class incluye los números 53-56 de la edición USA de Image Comics.

Rick Remender ha planteado este último volumen de Deadly Class con cuatro grapas situadas cronológicamente en 2008, 2015, 2020 y 2023. En ellas, plantea varios finales para algunos personajes amigos de Marcus y María que me han roto el corazón, y nos muestran lo bueno que es Remender cerrando tramas al mismo tiempo que resaltando que la amenaza de Brandy y Shabnam sigue muy presente y no descansarán hasta tener la cabeza de todos aquellos que le desafiaron cuando fueron jóvenes en la escuela de asesinos. Remender tiene claro que el Trumpismo y la extrema derecha son el mal. Brandy y Shabnam claramente los personifican en este comic, y que reciban lo que merecen al final me parce brillante. Pero a la vez no son los únicos elementos problemáticos de la sociedad americana.

En otros volúmenes ya comenté que Remender estaba usando Deadly Class para exorcisar algunos de sus demonios internos y su negatividad patológica. En este sentido, la parte de Marcus mientras intenta ser escritor, asistiendo a jornadas de firmas en las que no tiene a nadie que quiera que le firme su libro, o luego cuando se siente un vendido al trabajar para el cine tras vender una de sus historias, creo que son cosas que salen de lo más profundo de su vida y cómo incluso ahora sigue teniendo el síndrome del impostor.

Sin embargo, ya en el pasado volumen Remender cambió de foco, realizando algunas críticas a la dictadura de lo políticamente correcto, lanzando perlas positivas sobre la necesidad de crear y no destruir, como: -«Lucha contra cualquiera que te diga cómo puedes expresarte. No aceptes ninguna autoridad moral.» – «Si no estás preocupado sobre si no eres bueno, es porque probablemente no lo seas. El síndrome del impostor es útil, te mantiene humilde y trabajador.» -«Algunos eligen comentar, otros crear. Se del segundo grupo. Ambos serán olvidados, pero al menos uno añadió algo a la canción mientras sonaba.»

En este volumen, Remender realiza una refutación a 10 años de historias al proponer un final tan satisfactorio como positivo. Un final que se construye a partir de un diálogo clave del número 55 USA entre Marcus y María, que le invita a abandonar el nihilismo y atreverse a ver también a ver las cosas buenas que tiene el mundo. Un nihilismo provocado por los grandes poderes políticos y económicos para mantener dócil a la sociedad, sin capacidad de lucha. El diálogo es tan bueno que no he podido evitarlo y he optado por compartirlo con vosotros, porque es una verdadera declaración de intenciones:

– Si te quitas las gafas de negatividad y dejas de ser un quejica, verías lo afortunado que eres de vivir en estos momentos.

– Así que propones que nos sentemos y hablemos sobre cómo algunas cosas van mejor, y que eso ¿qué? ¿Tiene que hacer que ignore las partes jodidas?

– Y ¿qué crees que consigues siempre centrándote en lo malo? Si todo lo que hacemos es fijarse en la mierda mala y todo lo que es malo, te perderás un millón de cosas buenas, cosas hermosas que están a tu alrededor. El mundo es ambas cosas, bueno y malo, y tu eliges ver únicamente una de las dos cosas. Esto está afectando a tu humor, está afectando a tu arte. Tu pódium te da una responsabilidad, pero tú la estás usando para difundir sólo cinismo. El cinismo ciega a las personas del bien que hay en nuestro mundo. Y cuando todo el mundo ve únicamente el mal, ellos dejan de esperar, dejan de tener esperanza, dejan de creer que el bien existe. El cinismo marca si una persona lo intenta o no. Ha erosionado a nuestra entera generación. El cinismo es infeccioso. Por eso tienes que expresar una visión de la realidad más equilibrada, Marcus. Por tus hijos. No hayas que la desesperación sea tu legado.

Que en estos momentos de COVID, de cambio climático, con Trump amenazando con volver a presentase a las presidenciales y con la dictadura de los extremismos de izquierda en el discurso público en los Estados unidos, Remender se revele contra todo eso y plantee un final positivo a su historia me parece una decisión valiente. Desde una perspectiva cínica los finales finales no son más que terminar la historia en un momento concreto, sabiendo que al final los príncipes no «vivieron felices y comieron perdices». Que Remender reconozca esto pero a la vez plantee ese final para su historia me transmite la idea que Remender se encuentra en plenitud creativa y sabe qué historia quiere contar sin importar las opiniones de los críticos.

Leí este comic casi a la vez que el especial 80 páginas de Geiger de Geoff Johns, Gary Frank, Bryan Hitch y otros, y mientras Johns plantea un mundo en el que la sociedad se fue al garete y los Estados Unidos son un páramo nuclear, uniéndose a la moda imperante desde hace años en el entretenimiento, Remender toma partido de la forma más valiente posible, no riendiéndose y recalcando que es responsabilidad de todos creer que un futuro es mejor, y luchar por ello. Incluso aunque los medios y las asociaciones interesadas te venden la idea que la «Emergencia» es inevitable. No, no lo es, y eso es lo bonito de este comic, cuyo final me parece brillante.

En el apartado artístico, Wes Craig con Lee Loughridge en el color están perfectos en estas últimas historias que cierran la colección. Craig tiene una habilidad para capturar la energía cinética de los personajes, y me ha flipado siempre la forma en que además de las escenas de acción, si en algo triunfa es en los momentos calmados en los que los personajes abren sus corazones.

En estas 4 grapas USA, Remender nos rompe el corazón en varios momentos super dramáticos, y Craig junto al color de Loughridge hacen un trabajo maravilloso trasladando las ideas de Remender a imágenes, reafirmando lo fueras de serie que son ambos. El éxito de Deadly Class pudo estar provocado en sus inicios provocado por cierto efecto «nostalgia», al plantear su historia en el escena punk de San Francisco en los años 80. Sin embargo, ahora que ya ha terminado, hay que reconocer la personalidad que Craig y Loughridge han aportado a este comic, uno de los mejores y con mayor consistencia de los últimos años.

En el momento en que escribo estas líneas me doy cuenta que es la primera vez en 10 años que Remender no tiene un comic en publicación. Al final de este Deadly Class hay que sumar que Remender también terminó hace unos meses A Righteous Thirst for Vengeance con el dibujante André Lima Araújo y The Scumbag con Moreno Dinisio en su tercer volumen. Leí que Remender está super implicado en la adaptación cinematográfica de Tokyo Ghost, su comic creado con Sean Gordon Murphy. Y deseándole suerte y que le vaya muy bien, siento mucha pena al ser este el último ejemplo que el comic es el «hermano pobre» del mundo del entretenimiento. Si los autores quieren buscar su estabilidad económica, a no sea que hablemos de Ed Brubaker y Sean Phillips, vemos que cada vez es más difícil para los creadores poderse ganar la vida con sus creaciones en el mundo del comic.

Hablamos en otras ocasiones que estamos ante una edad de oro de calidad y variedad, pero eso también significa que hay una oferta imposible con demasiados comics interesantes y poco dinero para hacernos con ellos. Por eso mismo creo que debo apoyar a Craig en su próximo proyecto, el comic KAYA que Craig crea, escribe y dibuja y que está siendo publicado por Image Comics. El clásico «poner la cartera donde pongo mis opiniones».

Y aparte de todo lo bueno del comic, Remender y Craig plantean un epílogo a modo de conclusión que llegó a emocionarme un montón y me dejó en el mejor momento posible. ¡Qué gran final!

Comparto las primeras páginas del número 53 que abre este volumen:

Deadly Class ha terminado. ¡Y menudo final más emocionante y perfecto! El comic de Remender y Craig me ha recordado por qué estos autores fueron en su momento compra obligada para todo lo que publicaran.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de The Scumbag vol. 3 de Rick Remender, Roland Boschi y Moreno Dinisio (Image Comics)

Rick Remender termina The Scumbag (El Cabronazo) en un tercer volumen repleto de mala baba y un humor negro buenísimo que me ha encantado, con un estupendo apartado artístico formado por el dibujante Roland Boschi y el colorista Moreno Dinisio.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

El mundo está atrapado en una guerra sin cuartel entre Scorpionus y Moonflower mientras ambos ponen en marcha sus planes para imponer sus versiones de la utopía a todos nosotros. Nuestra única esperanza de liberación es un metalero pervertido y drogadicto, el Agente Scumbag, y su vehículo volador.

Deja de ser un imbécil y ven a dar una última vuelta con RICK REMENDER (Seven to Eternity CLASE MORTAL), ROLAND BOSCHI (Soldado de Invierno, Motorista Fantasma) y Ernie Ray Clementine, ¡para que todo se arregle en un mundo para todos! ¡O todo lo contrario! ¿Por qué íbamos a contarte cómo acaba la historia en este anuncio?

Este tercer y último volumen de THE SCUMBAG recopila los números 11-14 USA

En mi reseña del primer volumen de The Scumbag (El Cabronazo) ya expliqué el problema que Rick Remender tuvo que solucionar al abandonar Lewis LaRosa, el artista original y creador con Remender, la serie tras dibujar únicamente el primer número. Remender optó por una solución extraña dentro del mundo editorial indy, al hacer que nueve dibujantes diferentes dibujaran los comics siguientes pertenecientes a los volúmenes uno y dos del comic. Sin embargo, para estas cuatro últimas grapas que cierran la historia Remender contrató a Roland Boschi, dibujante francés que ya había dibujado el cuarto número, para que estas últimas páginas tengan la consistencia gráfica que el comic no había tenido hasta este momento. Y la verdad es que el resultado gráfico de Boschi junto al colorista Moreno Dinisio está super bien y es uno de los varios factores que hacen que la lectura haya sido super satisfactoria. Boscho triunfa además de con su narrativa al conseguir transmitir el tono de farsa over-the-top que plantea la historia de Remender, consiguiendo que el final del comic sea perfecto.

Leyendo The Scumbag, uno se da cuenta que Remender tenía pensado esta historia con este final tan satisfactorio desde el principio. De hecho, casi diría que a partir del impactante giro final de la historia, Remender plantea toda la historia para poder llegar a ese momento de la forma más adecuada, consiguiendo un final de 10.

Leyendo entrevistas a Remender, él ha comentado en muchas ocasiones que de joven formó parte de la escena punk y anarquista de la Costa Oeste, (mal) viviendo en casas de amigos hasta que pudo empezar a trabajar como animador en películas como El gigante de hierro (1999) Titán A.E. (2000). Su mentalidad antisistema es algo que hemos leído en comics suyos como Deadly Class o más recientemente Death or Glory, no es algo que sorprenda o que sea un cambio reciente. Y es por esto que es normal que el liberal y libertario Remender vea lo que está pasando en la sociedad americana de la actualidad y no pueda estar de acuerdo ni con lo que hacen los simpatizante republicanos de Trump que entrarían de lleno en la ultraderecha, ni tampoco con la deriva de la izquierda radical americana. Y es precisamente contra ambos grupos contra los que Remender dirige una acertadísima crítica planteada como una historia over-the-top que bordea la farsa en muchos momentos.

Todas las personas normales sabemos que los nazis son lo peor, no hay ninguna duda sobre ello. Y Remender realmente se ríe sin pudor de sus villanos para esta historia, Scorpionus, Unos nazis de opereta que resultan especialmente penosos y que enlazan además con los villanos de Spectra de las películas clásicas de James Bond, un género que The Scumbag plantea parodiar.

En este volumen Remender plantea otro puntazo super bueno al echar por tierra esa idea nostálgica sobre que «en los 50 la vida era perfecta». Perfecta, excepto para los afroamericanos y otras minorías, claro. Y tampoco para homosexuales o personas con ideologías políticas de izquierda. El mundo del entretenimiento está sumido en un revival continuo ya que el pasado familiar vende. Y Remender va también contra esto porque no es cierto que los años 50 fueran idílicos, ya que realmente se silenciaron muchas voces discrepantes.

Pero Remender acierta al mostrar a la secta Moonflower que quiere propagar una ideología de amor total, lo que sobre el papel no está nada mal, como unos radicales igual de malos al querer imponer su visión de cómo tiene que ser el mundo, anulando la libertad individual. Esta secta sirve para críticar de forma super certera a todos los integrantes de la filosofías woke radicales que buscan imponer por la fuerza de las cancelaciones su punto de vista siempre bajo el pretexto que es por nuestro bien. Me gusta mucho que Remender se atreva criticar a la ultra-izquierda porque ahora mismo reirse de los nazis es lo super sencillo, pero hay que tener agallas para criticar a estos grupos que en seguida te montan campañas de acoso con la excusa de calificarte como __ista.

Scumbag ha resultado un comic super exagerado en todo, partiendo de su protagonista Ernie Ray Clementine, un loser que quiere conservar su libertad para poder drogarse y emborracharse, un retrato muy poco favorecedor de esas personas de mentalidad libertaria que en cierta forma están viviendo de espaldas a la realidad de la sociedad actual. Como véis, me gusta que Remender tire contra todo el mundo y no escatime en críticas a todos aquellos que él entienda están haciendo que la sociedad americana esté yéndose al infierno con cada elección que pasa.

Entiendo que esta crítica de brocha gorda igual no encaja a todo el mundo, pero la verdad es que yo he disfrutado este comic una barbaridad, no puedo dejar de recomendarlo, en especial a todos aquellos lectores que tengan una mente abierta y no vean el mundo real como un lucha en blanco y negro en la que yo (ellos) tienen siempre la razón y los demás están siempre equivocados. Igual algún lector que peque de sectario hacia uno u otro lado se ve representado y le ofende alguna de las bromas de Remender hacia «los suyos», lo cual igual significa que deberías mirar cuales son prioridades y si de verdad crees que «vive y deja vivir» es una buena filosofía de vida.

Comparto las primeras páginas de este comic:

The Scumbag creo que ha sido un comic super divertido que ha cumplido más que de sobra su función y que ha sabido dar cera a las dos vertientes más radicales del espectro político de forma brillante.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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