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Crítica de Star Wars Tripulación perdida episodio 4 (Disney+)

Star Wars Tripulación perdida ha llegado a su ecuador con un estupendo cuarto episodio dirigido por Los Daniels (Todo a la vez en todas partes).

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Episodio 4. No recuerdo ningún At Attin.

Nuestros héroes se enfrentan a una sorpresa en un entorno familar.

Los showrunners Christopher Ford y Jon Watts escriben este episodio de 39 minutos de duración que ha sido dirigido por Daniel Kwan y Daniel Scheinert, más conocidos como Los Daniels, ganadores de los Oscars a Mejor Películas, Mejor Director y Mejor Guion Original por Todo a la vez en todas partes.

En el reparto tenemos a Jude Law como Jod Na Nawood, un prisionero con un pasado oculto que cree que su encanto le permitirá escapar de los problema que se va encontrando. Ravi Cabot-Conyers es Wim, un joven humano que tiene sueños de aventura lejos de su perfecto y aburrido planeta At Attin. El resto de jóvenes perdidos son Ryan Kiera Armstrong como Fern, una joven demasiado lista para su propio bien, Kyriana Kratter como KB, amiga de Fern que lleva un visor cibernético conectado a un implante conectado a su cabeza y Robert Timothy Smith como la voz de Neel, un joven alienígena no identificado con aspecto de elefante y amigo de Wim. Además, Nick Frost hace la voz de SM-33, el decrépito droide primer oficial de la Onyx Cinder. En este episodio conoceremos a Hala Finley como Hayna, una niña soldado del clan Troika en At Achrann.

Tripulación perdida es un éxito rotundo de Lucasfilm – Disney+. Y su estreno en fechas prenavideñas creo que le sienta muy bien a esta serie de protagonistas juveniles viviendo aventuras espaciales. Con este cuarto episodio la serie alcanza el ecuador, y aparte del elemento de entretenimiento puro, queda claro que llegar al hogar de los chavales, el planeta At Attin, va a ser más complicado de lo que creyeron en un primer momento.

La llegada de los chavales a un planeta muy similar y al mismo tiempo diferente a At Attin añade una capa de misterio sobre la existencia de estos planetas hermanos considerados las joyas de la Antigua República. Si At Attin es un mundo utópico donde la vida es pacífica y predecible, At Achrann es un mundo fallido con las mismas infraestructuras que su planeta gemelo pero donde parece que la sociedad cayó en la guerra y la barbarie. Más adelante vemos como existen más planetas dentro de este sistema, lo cual plantea la duda. ¿Quién es el Supervisor, el misterioso dirigente de At Attin? ¿Es una especie de Alto Evolucionador que juega con la evolución de los planetas buscando crear la sociedad perfecta? En el episodio anterior, la experta en mapas Kh’ymm les dijo que excepto At Attin, todos los planetas que formaban las Joyas de la Antigua República habían sido destruidos. En este episodio descubrimos que la realidad es más compleja, porque At Achrann cayó (aparentemente) por culpa de una guerra civil. ¿Qué pasó con el resto de planeta?¿Habrá tiempo de visitarlos?

Otro misterio es la identidad del fallecido capitán de la nave Onix Cinder que los chavales encontraron enterrada en At Attin. Una de las sorpresas del episodio es conocer que el capitán de la nave no sólo conocía la ubicación de At Attin, sino que la ocultó porque sí ha escondido su tesoro allí. No sólo eso, dio instrucciones a SM-33 para que destruyera a todo aquel que preguntara por dicho planeta. ¿Cuál es su relación con el Supervisor de At Attin? ¿Fue asesinado a manos del Supervisor, y por eso su nave estaba enterrada en el subsuelo del planeta? El giro loquísimo sería que este pirata hubiera asesinado al Supervisor y se hubiera apropiado del planeta, que sería una explicación a por qué At Attin sigue oculto décadas después de la caída del Imperio. En todo caso, el feeling a la Isla del Tesoro al que aludo desde su estreno ha vuelto a quedar de manifiesto en este episodio.

Pero la serie no triunfa por estos misterios, que por otro lado están perfectamente dosificados en la trama. La clave son los chavales protagonistas, que son todo corazón y me han enganchado emocionalmente desde el minuto uno. Dentro del lógico reparto de protagonismo, en este episodio brilla Neel, el chaval con cara de elefante al que no le gustan las aventuras y es el más asustadizo del grupo. Su gran corazón es el centro emocional del episodio, gracias a la conexión que crea con Hayna, una niña soldado del clan Troika en At Achrann. Neel le explica que la guerra no es el estado normal de ningún planeta, y que se puede aspirar a una vida pacífica. La forma en que actúa para ayudar a sus amigos a pesar del miedo eleva a Neel y nos muestra un clásico del género de aventuras: que el viaje cambia a los protagonistas y forja entre ellos unos lazos que no existían al comienzo.

Otro momento que me gusta mucho es cuando Fern se da cuenta que unos chavales como ellos son insignificantes en medio de una guerra. Y hace falta que Wim, a quien ella no deja de menospreciar, muestre fe en ella, que se de cuenta de la clave la pérdida de memoria de SM-33. Aparte de lo guays que son los protagonistas, las dinámicas que Christopher Ford y Jon Watts han creado para los chavales me parece que son super acertadas. A menudo me quejo de la falta de calidad de los guiones y de los guionistas de muchas series, por ejemplo La Franquicia de Max, pero Watts y Ford me parecen unos creadores estupendos que demuestran conocer el mundo de Star Wars en el que está ambientada esta historia. Y sobre todo, han creado a unos protagonistas maravillosos que son todo corazón. Incluso KB, que es la analítica del grupo.

En este contexto, me parece interesante como Jod Na Nawood, el personaje interpretado por Jude Law, se eche a un lado en este episodio, literalmente, y deje todo el protagonismo a los chicos. Y esto es otra clave que resalta lo chula que es la serie, porque incluso sin él lo que nos cuenta la serie sigue siendo interesante y gracias a los chavales me tuvo enganchado todo el raro.

Visualmente Tripulación perdida me parece una gozada. Que At Achrann comparta espacios con At Attin sin duda abarata el coste de la producción. Y nos da momentos impactantes como ver el barrio residencial de los suburbios destruido, o la zona de la escuela de los chavales ocupado por tiendas de campaña donde malviven los miembros del clan Troika. Intelectualmente se que Tripulación perdida se ha rodado en el Domo LED Digital de ILM, pero en realidad no acabo de ver nunca el punto de unión entre los decorados físicos y los fondos digitales. Claramente, la tecnología trabaja a una velocidad vertiginosa. Y el resultado va a favor del disfrute del espectador.

Como siempre, el tono familiar para todos los públicos funciona de maravilla. Me funciona a mi, pero también le funciona a mi hijo, con el que veo la serie. Tripulación perdida me parece una gozada que da gusto poder compartir y ver en familia. Esto también es puro Star Wars.

Comparto el trailer de esta serie:

Estoy disfrutando muchísimo viendo con mi hijo Star Wars Tripulación perdida. Y la diversión va a continuar en las próximas semanas.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Star Wars Tripulación perdida episodio 3 (Disney+)

El tercer episodio de Star Wars Tripulación perdida en Disney+ confirma que su creador Jon Watts ha entendido lo que es Star Wars para crear una estupenda historia que gustará a toda la familia.

PUNTUACIÓN: 8/10

Episodio 3. Muy interesante, como problema de astronavegación.

Un misterioso desconocido se ofrece a ayudar a nuestros héroes.

Jon Watts (director de la trilogía de Spiderman de Tom Holland) y Christopher Ford son los creadores y showrunners de Star Wars Tripulación perdida, y escriben el guion de este tercer episodio que ha sido dirigido por Davod Lowery, director de Green Knight , A ghost story o Peter y el Dragón. y que ya dirigió el segundo episodio. La serie de Lucasfilms ha sido rodada en el Domo digital de The Mandalorian, y su música ha sido creada por Mick Giacchino, el hijo de MICHAEL Giacchino. Este tercer episodios ha tenido una duración de 40 minutos, incluyendo los títulos de crédito y el resumen inicial.

En el reparto tenemos a Jude Law como Jod Na Nawood, un prisionero con un pasado oculto que cree que su encanto le permitirá escapar de los problema que se va encontrando. Ravi Cabot-Conyers es Wim, un joven humano que tiene sueños de aventura lejos de su perfecto y aburrido planeta At Attin. El resto de jóvenes perdidos son Ryan Kiera Armstrong como Fern, una joven demasiado lista para su propio bien, Kyriana Kratter como KB, amiga de Fern que lleva un visor cibernético conectado a un implante conectado a su cabeza y Robert Timothy Smith como la voz de Neel, un joven alienígena no identificado con aspecto de elefante y amigo de Wim. Además, Nick Frost hace la voz de SM-33, el decrépito droide primer oficial de la Onyx Cinder.

En mi reseña de los dos primeros episodios de Star Wars Tripulación perdida ya comenté que aparte del obvio «Goonies en el espacio», la serie me transmitía unas excelentes vibraciones que me recordaron a las historias de piratas y en concreto a La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson. En este tercer episodio se confirma que el personaje de Jod Na Nawood interpretado por Jude Law tiene una conexión clarísima con John Silver, el capitán pirata de la novela de Stevenson. Un capitán que se ofrece a llevar a los niños a su planeta natal de At Attin, pero no por el altruismo de su corazón sino por la expectativa de encontrar un tesoro oculto allí, el Santo Grial de los piratas del mundo de Star Wars.

Jude Law es un actorazo y en Tripulación perdida transmite todo su carisma, entendiendo y abrazando el tono ligero para todos los públicos de la serie. En este episodio se confirma que Jod Na Nawood es en realidad el Capitán Silvo que lideraba a los piratas en el principio de la serie y sufrió un motín cuando un ataque a una nave carguera no consiguió ningún botín. Además, Silvo / Jod Na tiene también el sobrenombre de «Crimson Jack», y tiene precio a su cabeza en la Nueva República. Pero a pesar de todo se intuye que Jod Na, como John Silver antes que él, tiene buen corazón y puede que llegue a encariñarse con los crios. Si bien esto no le impedirá hacer alguna jugada chunga a lo largo de la serie. La ambigüedad del personaje me parece que puede ser lo mejor de la serie, y de momento tuvimos varios momentos super divertidos en el episodio, como cuando tiene que volver al puerto a rescatar a SM-33, y cómo el robot averiado le cala en seguida y no se fía de él.

Como en el arranque de la serie, me gustan mucho los chavales. Me encanta cómo Wim y Neel confían automáticamente en su salvador, sobre todo ante la posibilidad de que sea un Jedi. El contraste lo ponen Fern y KB que desconfían de alguien que parece un pirata, se comporta como un pirata y estaba en un puerto pirata. Blanco y en botella. Los diálogos de los niños con Jod Na nos da momentos maravillosos, como cuando le preguntan por qué no escapó de la prisión antes si podría haberlo hecho en cualquier momento. O la forma en que en realidad no sabemos como Jod Na consiguió la llave pero Fern nos da varias posibilidades para que los espectadores elijamos la que más nos guste. Al final, aunque no lleguen a confiar en él, no tienen otra opción si quieren volver a casa, así que desconfianza que existe puede ser la fuente de conflictos y momentos super chulos a medida que avance la serie.

Me gusta mucho que los creadores de Tripulación perdida entienden la naturaleza episódica de la narrativa televisiva, y nos ofrecen un entretenimiento estupendo que además se siente como un capítulo satisfactorio dentro de lo que va a ser este viaje. La huida del puerto pirata nos da un momento super espectacular que luce increíble y es 100% Star Wars. Como también lo es Kh’ymm, la experta en mapas estelares a la que Jod Na acude para pedirle ayuda para encontrar el planeta de los críos, que es un muppet con forma de buho y es también 100% Star Wars. Como The Mandalorian, me encanta que una serie entienda y abrace lo que George Lucas creó con Star Wars, que está ligado a la existencia de múltiples seres alienígenas de formas diversas. Sin importar lo absurdo o irreal que pueda parecer a priori. Un tono Star Wars que por ejemplo Andor no tiene.

Narrativamente, el episodio tiene acción y espectáculo, pero también da algunas claves que se intuyeron en el arranque de la serie, como que Attin es una de las Joyas de la Antigua República. Unos planetas repletos de maravillas que fueron ocultados para su protección, pero que fueron encontrados y destruidos todos excepto Attin, que se ha convertido en un tema de cuentos infantiles, rumores y conversaciones de piratas en la barra de un bar. Otro elemento que creo que puede ser interesante es la identidad del Supervisor de At Attin, la misteriosa persona que se supone dirige el planeta. Y que me da que no existe (o falleció) y el planeta está controlado con robots que siguen ciegamente una programación que se quedó obsoleta tras la caída del Imperio, aunque ellos no lo sepan. A todo esto, está el propio tesoro de At Attin, que en realidad nadie sabe lo que es y que puede ser una fuente de frustración para Jod Na cuando finalmente lo encuentren. Hay un montón de misterios por descubrir, y creo que llegar a At Attin va a ser más complicado de lo que los niños imaginan. Pero seguro será super entretenido.

El corazón de Tripulación perdida está en el sitio correcto, y sumando el feeling 100% Star Wars a unos personajes entrañables maravillosos y una historia divertida y disfrutable por toda la familia, tenemos una serie que para mi está acertando en todo lo que nos ha propuesto hasta ahora. Y que estoy seguro que voy a disfrutar durante las 5 semanas en que se emita.

Comparto el trailer de esta serie:

Tripulación perdida va a ser LA SERIE para toda la familia de estas navidades. Puro Star Wars y pura diversión.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Star Wars Tripulación perdida episodios 1 y 2 (Disney+)

Tenía mucha curiosidad con la nueva serie de Star Wars, Tripulación perdida, que acaba de estrenar Disney+. Hoy comento mis impresiones de esta serie creada por Jon Watts (Trilogía Spiderman) y con Jude Law de adulto que tendrá que cuidar o malcriar a este grupo de chavales perdidos en el espacio.

PUNTUACIÓN: 8/10

8 episodios. Un grupo de niños perdidos en la galaxia intentan encontrar su camino a casa en la era de la Nueva República.

Jon Watts, el director de la última y exitosa trilogía de Spiderman protagonizada por Tom Holland y producida por Marvel Studios, es el creador de esta serie. Watts dirige además el primer episodio, mientras que el segundo ha sido dirigido por David Lowery, director de Green Knight , A ghost story o Peter y el Dragón. Además, Watts también escribe el guion de esta serie junto a Christopher Ford, que comparte las labores de showrunner. La serie de ocho episodios ha sido rodada en el Domo digital de The Mandalorian, y va a contar con directores populares para la crítica como Los Daniels (Todo a la vez en todas partes) y Lee Isaac Chung (Minari, Twisters), una habitual dentro de las series de Star Wars como es Bryce Dallas Howard (The Mandalorian) y el próximo director de Thunderbolts* de Marvel Studios Jake Schreier. Como curiosidad, la música de esta serie ha sido creada por Mick Giacchino, el hijo de MICHAEL Giacchino.

En el reparto tenemos a Jude Law como Jod Na Nawood, un listillo con un pasado oculto que cree que su encanto le permitirá escapar de los problema que se va encontrando. Ravi Cabot-Conyers es Wim, un joven humano que tiene sueños de aventura lejos de su perfecto y aburrido planeta At Attin. El resto de jóvenes perdidos son Ryan Kiera Armstrong como Fern, una joven demasiado lista para su propio bien, Kyriana Kratter como KB, amiga de Fern que lleva un visor cibernético conectado a un implante conectado a su cabeza y Robert Timothy Smith como la voz de Neel, un joven alienígena no identificado con aspecto de elefante y amigo de Wim. Además, Nick Frost hace la voz de SM-33, el decrépito droide primer oficial de la Onyx Cinder.

Lucasfilm y Disney perdieron el crédito que tenían entre el fandom con el terrible Episodio IX. Este crédito aún no lo han recuperado, a pesar que cuando permiten trabajar con libertad a creadores como Jon Favreau nos entrega esa joya del entretenimiento que es The Mandalorian, de largo la mejor historia de Star Wars de la última década y probablemente la mejor serie de televisión creada para Disney+. A pesar de las excepciones de los éxitos de Favreau y Dave Filoni (Ahsoka), la sensación en los últimos años con Lucasfilm es de una empresa sin dirección que va como pollo sin cabeza lanzando todo tipo de propuestas a una pared esperando ver cual funciona entre el público. Que si una trilogía de los creadores de Juego de Tronos, que si una comedia de Taika Waititi, que si el proyecto que no acaba de arrancar de X-Wing Rogue Squadron de Patty Jenkins, la historia de Rey, ahora la terrorífica noticia de que están hablando con Simon Kinberg para una nueva trilogía… Hay tanto y tan diferente que es normal que el fandom esté despistado y no tenga claro cuales de esos proyectos se van a rodar al final. Algo que no creo que sepan ni siquiera en Lucasfilm.

Sumado al desastre cinematográfico, las series de televisión han acabado de matar la devoción que muchos espectadores sentíamos hacia Star Wars, empezando porque le quitaron la sensación de EVENTO de visionado obligado que tenían las primeras películas. Por culpa de desastres como Obi Wan (o la horripilante serie de Willow, también producida por Lucasfilm), el reclamo de Star Wars ya no es suficiente para ver una serie o película. Lo que me apetezca lo veré y lo que pinte mal lo rechazaré de plano. Cosa que ya pasó con El Acólito, serie que no he visto y no pienso ver.

Aunque las cosas no pintan especialmente bien para las series de Star Wars, lo cierto es que conecté con Tripulación perdida desde que vi el primer teaser y me transmitió un feeling absoluto a «Los Goonies en el espacio». Y he leído algunos comentarios sobre si Lucasfilm va a lo fácil con esta premisa, pero en realidad tan fácil no será cuando algo tan a priori interesante como conocer el origen secreto de los Siths lo han cagado de forma tan tremenda. La clave como siempre no es la premisa, sino la ejecución. Y era responsabilidad de los creativos, con Jon Watts a la cabeza, de ofrecernos una serie que nos llegara al corazón con unos personajes interesantes y una historia que nos atrapara. Todo eso es justo lo que tenemos en estos dos primeros episodios de Tripulación perdida, que me parecen modélicos y nos han enganchado a mi y a mi hijo.

Hablaba de una premisa de «Los Goonies en el espacio». Y siendo cierto, la verdad es que los dos primeros episodios ampliaron este concepto primero a un «Goonies vs Piratas del Caribe en el espacio«. Y pensando en la sorpresa final, esta premisa se ampliaría a «La Isla del Tesoro en el espacio con un grupo de niños«. Una premisa que consigue que los espectadores quedemos completamente enganchados.

Tripulación perdida está ambientada en la línea temporal post-Retorno del Jedi. Aunque el Imperio ha sido derrotado y la Nueva República gobierna la galaxia, en los puntos más remotos no llega la autoridad (algo de lo que ya fuimos testigos en The Mandalorian) y provoca el aumento de la actividad de naves piratas que atacan a todo carguero que se cruce en su camino. Mientras, en el mundo paradisiaco de At Attin, la vida es plácida y sin sorpresas, y las familias viven una vida cómoda en casas en los suburbios. El paisaje urbano y suburbano de At Attin es novedoso dentro del canon de Star Wars, al mostrar un mundo con tecnología pero también bosques y naturaleza. Viendo este mundo, parece increíble que existiera una Guerra de las Galaxias.

El primer gran éxito de Tripulación perdida son los chavales protagonistas. En cierto sentido son un poco arquetipos de lo que se espera de este tipo de grupos de chavales que inicialmente no son amigos, tienen personalidades opuestas y a medida que avance la serie aprenderán a trabajar en equipo y a confiar en los demás. Empezamos con Wim, un chaval aparentemente huérfano de madre que sufre la soledad de un padre que está trabajando a todas horas y no tiene ni un momento para su hijo. Win es fan de las historias de Jedis y sueña con vivir aventuras por la galaxia ayudando a la gente. Como vive en las nubes, tiene problemas en el colegio al perderse exámenes y no estudiar lo que debería. El mejor y único amigo de Win es Neel, un chaval con aspecto de elefante que es el típico chaval listo, obediente y un poco tímido, al que no le gusta el peligro y que vive perfectamente bien en At Attin. Win descubre por casualidad una nave enterrada en un bosque cercano a su casa, pero su exploración se convertirá en una carrera cuando competirán contra Fern, una chica super inteligente que participa en carreras de moto y lucha contra la exigencia de perfección de su madre, y KB, la amiga de Fern que será la miembro del grupo frío y analítico. Cuando la nave se active por error, llevará a los niños al espacio sin posibilidad de encontrar el camino de vuelta, lo que marca el principio de la aventura.

Los personajes inicialmente empiezan como aceite y agua, pero tienen un corazón enorme que hace que les cojas cariño desde el primer momento. Tripulación perdida es una serie para todos los públicos dentro de un ámbito familiar, y tiene un tono alegre y juguetón con varios momentos super divertidos. Otra cosa que me hizo disfrutar de la serie son los diálogos, que me parecen perfectos para establecer este tono y las personalidades de los chavales. Y es que recordando series como Los Anillos de Poder o lo que se comenta de El Acólito, no siempre tenemos creativos que sepan crear diálogos interesantes ni mucho menos situaciones potentes con los protagonistas. Jon Watts me parece que sin inventar ninguna rueda ni ser rompedor sí tiene claro lo que necesita una historia de esta naturaleza para enganchar al espectador. Y lo ejecuta de forma modélica.

Esta historia de niños perdidos en un universo traicionero lleno de piratas podría ser un dramón oscuro, pero Jon Watts acierta con el tono para todos los públicos de la serie. Además, plantea unas situaciones divertidas resultan interesantes y ayudan a que nos engancháramos a la serie. La llegada al puerto espacial controlado por los piratas nos ofrece un segundo episodio super divertido que tiene el feeling perfecto de Piratas del Caribe, apoyado entre otros aspectos por la estupenda música de Mick Giacchino. Estos piratas pertenecen a todo tipo de razas galácticas diferentes y nos dan el feeling de Star Wars que a lo mejor el perfecto mundo de At Attin igual no tuvo. La conexión de un personaje con The Mandalorian es un elemento orgánico que conecta perfectamente con el lore actual de Star Wars.

Los chavales llegaron a este puerto espacial buscando el camino a casa. Pero la mención de su mundo At Attin plantea un misterio que conecta a Tripulación perdida con La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, y que me dio un nuevo elemento para engancharme. A lo que hay que sumar la aparición de último segundo de Jude Law como Jod Na Nawood, que ofrece el cliffhanger maravilloso y 100% Star Wars que fue la guinda del pastel.

Los efectos especiales de Tripulación perdida me han gustado mucho. Viendo los títulos de crédito descubrí que han rodado la serie con el Domo LED Digital creado en The Mandalorian. Y la verdad es que durante el visionado no vi nunca el punto de salto entre el atrezzo y el fondo digital. Porque creo que está super bien planteado. Las naves y razas alienígenas son puro Star Wars, como también lo es tener a un robot SM-33, primer oficial de la nave, cuyas células de memoria se han frito por el paso del tiempo. Los momentos de acción son pocos, pero están rodados de forma modélica, y parece claro que lo mejor está aún por llegar.

Creo que cuando Lucasfilm se pone pretensioso, o busca plantear metáforas relativas al mundo actual, la caga. Entre otros motivos porque significa no entender la esencia de Star Wars como entretenimiento para todos los públicos. Y por eso The Mandalorian primero y ahora Tripulación perdida aciertan y conectan con los espectadores. Porque no hay nada más honesto que intentar entretener con unos personajes maravillosos llenos de corazón, y una historia que sabe conectar con el lore existente pero sin que ello les impida plantear una buena historia. La idea de poder disfrutar de un viaje muy divertido por la galaxia es justo lo que me pide el cuerpo. Y tengo claro que con estos personajes y con los misterios que tienen que revelarse, el disfrute está asegurado.

Comparto el trailer de esta serie:

Star Wars. Tripulación perdida ha empezado de la mejor manera posible y me ha enganchado. No le pido más a una serie de Star Wars.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Reflexiones de Domingo 21/2024: Sobre la cancelación de The Acolyte

¡Feliz Domingo! Si una noticia ha marcado la actualidad de las redes sociales de la pasada semana, esa fue la confirmación de que Disney+ había decidido cancelar de la serie de Star Wars The Acolyte apenas un mes después de emitirse su primera temporada. Hoy quiero comentar mis impresiones sobre la noticia, y sobre todo sobre los problemas que Lucasfilm está sufriendo bajo el liderazgo de Kathleen Kennedy.

The Acolyte es una serie de televisión de Star Wars desarrollada por Leslye Headland para Disney+. Además de ser la ayudante de Harvey Weistein en sus tiempos en Miramax, Headland fue la co-creadora de la estupenda serie de Netflix Russian Doll junto a Natasha Lyonne y Amy Poehler. Headland escribió, produjo y dirigió la serie, que tiene lugar un siglo antes de los acontecimientos de Star Wars: Episodio I La amenaza fantasma, y se centra en la aparición de los poderes del lado oscuro en los últimos días de la Era de la Alta República.

Deadline dió la exclusiva el pasado lunes 19 de Agosto. Disney había decidido NO continuar produciendo la costosa serie The Acolyte, que se estima contó con un destacadísimo presupuesto superior a los 180 millones de dólares. Teniendo en cuenta que su creadora pudiendo hacer una historia con inicio y final,aunque dejando elementos abiertos, eligió hacer una temporada que dejaba abiertas la mayoría de cuestiones, esta cancelación (o igual el término más correcto seria «no renovación») significa que los fans de esta serie se quedarían sin saber como termina la historia.

En la noticia de Deadline se indica que «La noticia no es del todo sorprendente. The Acolyte fue bien recibida por la crítica, con un 78% en Rotten Tomatoes (tampoco es que ese dato sea especialmente bueno), pero dividió a los fans de Star Wars, lo que se reflejó en su audiencia general. Impulsada por el interés en la franquicia espacial, The Acolyte tuvo un buen comienzo cuando se estrenó el 4 de junio con dos episodios, generando 4,8 millones de visitas en su primer día en el streamer para situarse como el mayor estreno de series en Disney+ este año. La cifra ascendió a 11,1 millones de visitas en todo el mundo tras cinco días de emisión. Corroborando los datos de Disney, la serie debutó en el Top 10 de originales de Nielsen en su semana de estreno en el nº 7 (488 millones de minutos vistos), subiendo al nº 6 la semana siguiente. Pero El Acólito no pudo mantener el impulso, cayendo del Top 10 en la Semana 3 y manteniéndose fuera antes de volver al Nº 10 tras el estreno del final (335M minutos, se cree que es el más bajo para un final de serie de Star Wars).»

Deadline hace una pequeña trampa, porque aunque el dato de que The Acolyte tuvo el mejor arranque de una serie en Disney+ puede ser cierto, 2024 ha sido un año muy flojo en lo que a estrenos se refiere. The Acolyte fue la única serie de Star Wars en imagen real estrenada este año. A esto hay que sumar que Marvel Studios únicamente ha estrenado la flojísima Echo. Si The Acolyte consiguió ese dato fue más por falta de oponentes en la parrilla de Disney+ que por la calidad de la serie en si, más allá del reclamo de la marca Star Wars. Por cierto, comentar que en USA, Shōgun se estrenó en HULU, por lo que no entra en las cifras de Disney+.

Hace unos días comentaba en mi artículo aniversario de los 11 años que llevo escribiendo este blog que en lo relativo a televisión, 2024 será el año que dejé de ser público cautivo de Disney al no renovar mi suscripción a Disney+. La última mala racha de Marvel Studios en televisión y la falta de estrenos interesantes provocó que me diera de baja. Cuando llegó el momento del estreno de The Acolyte, no me daba buenas sensaciones, por lo que decidí no suscribirme para verla como sí hice para ver Shōgun. Preferí esperarme a leer críticas no fanatizadas para plantearme si verla o no. Y menos mal.

En todo caso, comentarios de Leslye Headland sobre que quería dar una nueva visión a los Jedi y los Sith, de forma que igual los Sith no eran tan malos e igual estuvieron oprimidos por los poderosos Jedi y los poderes de la República, me indicaron que esta serie probablemente no iba a ser para mi. Por tanto, no puedo opinar sobre la serie en si, dado que no la he visto. Sin embargo, si comentar que conceptos como este deberían hacer sido una red-flag clarísima que indicaba que igual Headland no era la persona indicada para hacer una serie de Star Wars. Y puedo aceptar la premisa de Andor (y en parte Rogue One) que nos muestra que no todos en la rebelión fueron seres de luz pura y se cometieron actos de sabotaje y asesinato contra el Imperio. Porque la premisa sigue teniendo a un mal claro (el imperio) y los buenos (la rebelión, con todos los matices que se le quiera poner). Pero lo que pretendía, como concepto, The Acolyte es otra cosa. Algo con lo que es muy difícil que yo pueda conectar.

Sobre la cancelación, lo primero que hay que comentar es que no es debido a que The Acolyte fuera «mala» (ni buena tampoco). Disney ha cancelado la serie porque muy poca gente terminó de verla y al tratarse de una serie de presupuesto alto, necesita audiencias millonarias que justifiquen su renovación. Y este es un matiz importante. Los fans de Star Wars SI probaron a ver esta serie, como refleja el dato de audiencia de Deadline. Lo que pasa es que a una gran mayoría de espectadores no les gustó lo que vieron y la dejaron a mitad. De alguna manera, este dato objetivo recuerda lo que pasó el año pasado con la terrible serie de Willow, una serie horripilante que no había por donde cogerla y que también fue cancelada tras una única temporada. De hecho, los desastres de Willow e Invasión Secreta provocaron que ya no vaya a ver ninguna serie de televisión simplemente por la marca del estudio que la produzca, ya sea Marvel Studios, Lucasfilm o quien sea. Si una serie pinta mala, no la veré, aún a costa de que alguien pueda pensar que soy un «mal fan». (Obviamente, esto me trae sin cuidado).

La (mala) experiencia de Willow provocó que durante la emisión de The Acolyte viera muchísimas similitudes con la reacción de los creadores y actores/actrices de la serie ante las críticas. A pesar de haber críticas razonadas que se centraban en aspectos de trama, diálogos, actuaciones y evolución de personajes, la showrunner Headland y algunas actrices metían todos los comentarios críticos en una campaña orquestada por «machistas, racistas y tóxicos». Como digo, esto ya lo viví en Willow y la serie era realmente mala bajo todos los puntos de vista «objetivos». Y claro que existen los fans tóxicos que vierten odio en las redes sociales. Odio que no comparto en absoluto. Pero esto no pueden servir de cortina de humo que oculte los numerosos problemas de una producción repleta de elementos cuestionables, a poco que te pones a leer opiniones no fanatizadas.

Decía antes que no puedo decir que The Acolyte sea una buena o mala serie. Pero si creo que es lógico pensar que todos los espectadores que la dejaron a mitad si creen que la serie es mala. Desde luego, no lo bastante buena como para seguir viéndola. Y me vuela la cabeza comprobar la forma lamentable en que Kathleen Kennedy ha quemado todo el crédito que tenía la mayor franquicia del entretenimiento como es Star Wars.

Leyendo entrevistas previas a Leslye Headland compruebo que su principal interés era reforzar lo feminista y «variada» que era su serie en lo relativo a su casting, premisa y elementos destacados. Olvidando que lo principal es si The Acolyte ¡es entretenida! Y obviando por supuesto todo intento de agradar a los fans de Star Wars. Como ha pasado en el mundo del comic mainstream americano, en el que llevamos años viendo cómo las editoriales, buscando captar a un nuevo lector «variado», se han dedicado a atacar a los clientes compradores que con su dinero mantuvieron vivas a Marvel Comics y DC. Simplemente por decir que los comics actuales no son buenos. Y el resultado no ha sido bueno para las cuentas de resultados de estas editoriales, sufriendo unas ventas lamentables en los últimos años.

Hay una falacia que se ha extendido en las redes sociales, en muchos casos ayudada por la propia Disney, que quiere criminalizar a los fans de Star Wars como «tóxicos». Y por supuesto que habrán fans tóxicos dentro del fandom de Star Wars, claro que si. Como en cualquier afición. Pero el fan de Star Wars siempre aceptó las historias con personajes variados, de hecho si Star Wars es la franquicia multimillonaria que es, es precisamente a ese fandom que mantuvo viva a la franquicia comprando los libros, comics y muñecos incluso cuando no habían nuevas películas. Lo que esos fans de Star Wars queremos son historias heroicas del bien luchando contra el mal. No es tan complicado. En cuanto me quieren colar revisiones históricas que quieran vender la idea que igual los Jedis eran malos y los Sith son un pequeño grupo de personas variadas oprimidas por el stablishment, está claro que la historia que quieres contar no es de Star Wars, es otra cosa. Disney debería preguntarse qué han hecho mal para haber perdido a miles y miles de espectadores que tenían hasta hace unos pocos años, en lugar de criminalizar a sus consumidores cuando expresar una opinión crítica hacia algunos de sus productos.

El fan de Star Wars vería y compraría encantado una buena serie de Star Wars. Pero parece obvio que ya estamos escarmentados y no todo vale. Sin embargo, la estrategia de Disney tras esta debacle no es el «mea culpa» sino seguir insultando a sus consumidores potenciales. Apuesto que el plan les va a salir bien.

Dentro de la locura que envuelve esta cancelación, en las horas siguientes al anuncio surgieron las voces en twitter lamentándose que Disney debería haber dado luz verde a la segunda temporada de The Acolyte para que tuviera tiempo de «encontrar a su público». Si, has oído bien. Una serie de la principal franquicia del entretenimiento a nivel mundial necesita «tiempo» para encontrar a su público. Sería para echarse a reir si no fuera tan ridículo. Aunque en realidad queda claro que una parte del problema es que no buscan al fan de Star Wars, sino a otro tipo de público. Para sorpresa de nadie, ese público no existe y a tus clientes actuales les han echado a base de malas series. Recordando por ejemplo la penosa Obi-Wan Kenobi.

Y en realidad no es tan difícil. Bastaría con intentar una historia que primero y ante todo sea entretenida, justo el standard que planteó The Mandalorian, y que no aspire a tratar temas «importantes» que conecten con la actualidad política americana. Que no intente reescribir nada porque la lucha del bien contra el mal ya es una historia que merece ser contada, preferentemente protagonizada por nuevos personajes que brillen por ellos mismos y no por pertenecer sus actores, guionistas y directores a colectivos «oprimidos». Creadores que quieran hacer una buena historia de Star Wars y no un fan-fiction que les muestre a ellos como protagonistas de una historia que hable de sus «mi&#€s».

Sin embargo, parece que Disney y Lucasfilm han quemado todo el crédito que tenía Star Wars y se encuentra en un momento de pánico en el que no saben qué hacer. Solo bajo ese prisma de pánico se explica la decisión de transformar su serie más exitosa, The Mandalorian, en una película que exprima su popularidad en el cine. The Mandalorian & Grogu será la próxima película de la franquicia con una fecha de estreno de Mayo de 2026, 7 años después del desastroso Episodio IX estrenado en 2019. La sensación es que están lanzando ideas y a profesionales a voleo para ver si algo conecta con el público, cosa que parece que aún no han conseguido.

Y mientras Lucasfilm fracasa a lo grande, parece que lo que puede tener éxito son las pequeñas historias. Como en su momento planteó Jon Favreau en the Mandalorian, y justo lo que parece que es Skeleton Crew, la próxima serie de Star Wars creada por Jon Watts (director de la última Trilogía de Spider-Man) cuyo trailer transmitía el feeling perfecto de una aventura adolescente con reminiscencias a los Goonies. Algo que puede ser una idea genial. ¿Podría volver a pasar que mientras los jefes de Lucasfilm la cagan a lo grande llegue una serie «pequeña» a rescatar a la franquicia? Yo sería el primero en alegrarme.

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Crítica de Darth Vader: Blanco, Negro y Rojo (Planeta Comic)

Marvel ha realizado una nueva miniserie Blanco, Negro y Rojo dedicada en este caso al mítico villano de Star Wars, realizado por autores de primer nivel como Jason Aaron, Daniel Warren Johnson, Leonard Kirk y más. Darth Vader: Blanco, Negro y Rojo ha sido publicada por Planeta Comics, tenedora de los derechos de Star Wars, y viene con interesantes novedades respecto a otros tomos similares con personajes Marvel.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Un cómic Marvel sobre el mítico personaje de la saga. 

Cuando Anakin Skywalker sucumbió al lado oscuro se convirtió en Darth Vader, uno de los sith más poderosos de todos los tiempos. En su servicio al Imperio Galáctico ha dejado tras de sí un rastro de destrucción y terror, y ha sembrado el pánico en el corazón de millones de habitantes de la galaxia…

Este volumen de tamaño extra-grande en tapa dura con 136 páginas incluye 9 historias guionizadas por Jason Aaron, Torunn Grønbekk, David Pepose, Victoria Ying, Marc Berdardin, Steve Orlando y Frank Tieri. El dibujo corre a cargo de Leonard Kirk con Romulo Fajardo Jr., Klaus Janson, Alessandro Vitti, Marika Cresta, Stefano Raffaele con Andrés Mossa, Paul Davidson y Danny Earls. Comentar además que Peach Momoko y Daniel Warren Johnson realizan el guion y dibujo de sus historias.

Las portadas de los cuatro números USA son obra de Alex Maleev, Adam Kubert, Mike del mundo y Taurin Clarke.

Recordando los especiales Blanco, Negro y Sangre que he comprado de Lobezno, Elektra y Caballero Luna, habitualmente teniamos 3 historias de 10 páginas cada una en cada una de las 4 grapas americanas que componen cada tomo, alternando por tanto 12 equipos creativos diferentes con aportaban ideas y sensibilidades artísticas diferentes entre si.

Para este volumen protagonizado por Dart Vader, Marvel Comics (aunque en España lo publica Planeta y no Panini) ha hecho algo distinto, al plantear por primera vez una historia con continuará que se desarrolla a los largo de los 4 números. «Apagado general» significa el regreso de Jason Aaron al mundo de Star Wars, acompañado por Leonard Kirk con Romulo Fajardo Jr. En positivo, me encanta que se nota ha pensado en cómo plantear una historia diferente que nos aporta algo más al típico «Vader es el puto amo que arrasa a todo el que pone por delante» que popularizó el final de Rogue One. Aunque en parte, esta historia también es eso. El dibujo de Leonard Kirk con color de Romulo Fajardo Jr. me parece estupendo, si bien no acaba de justificarse del todo el uso del rojo «sangre».

La otra variación es que esta historia de Aaron y Kirk se desarrolla a razón de 6 páginas por número, de forma que el resto de historias aumentan de las 10 tradicionales hasta las 12. Apagado general se trata de una historia de 24 páginas, una extensión un poco superior al de una grapa normal, y supone el doble de extensión que el resto de historias de este volumen, que en todo caso seguro han agradecido tener el espacio extra para desarrollar su historia.

Al tratarse de historias cortas, la teoría y los tomos anteriores indican con razón que no hay un demasiado margen para crear comics rompedores que se vayan a recordar. Pero esto salta por los aires en «Aniquilados», la historia creado por Daniel Warren Johnson. Sólo por ella ya se justifica la compra de este tomo. Y me doy cuenta que el aumento de poderes de Darth Vader que vemos en varias de las historias, empezando por esta, es una locura que no tiene sentido, pero la doble splash-page de DWJ me voló la cabeza y me hizo gritar HELL YEAH!!! super emocionado. Qué grande es el autor afincado en Chicago.

Otras dos historias que me gustado bastante han sido «Ineludible» de Peach Momoko, con una historia sin diálogos y un dibujo increíble dentro de su estilo amerimanga, dentro que al ser una escena onírica ambientada en un sueño todo es posible y no se da ninguna explicación sobre nada que acabamos de ver. «Piedad interminable» de David Pepose y Alesandro Vitti, una historia con reminiscencias a Alien, y «El habitante» de Steve Orlando y Paul Davidson me parecen también dos buenas historias perfectamente dibujadas que me han gustado bastante.

«Retorno a Hoth» de Frank Tieri y Danny Earls e «Inmunidad diplomática» de Marc Bernandin, Stefano Raffaele y Andrés Mosa me han gustado también. La primera ofreciendo el retorno de Vader a un enclave tan carismático como Hoth mientras le enfrenta a unos bichos que ofrecen una buena sensación de amenaza. Mientras, el misterio de por qué ha pedido que le acompañe esa piloto en concreto me parece que está bien conseguido y ofrece una resolución satisfactoria, dentro del contexto de historias protagonizadas por el villano.

Como pasa siempre, en este tipo de antologías no todas las historias pueden funcionar. O al menos, conectar conmigo. Y no es sorpresa que para mi la peor historia de este volumen sea «La disolución de la esperanza» de Torunn Grønbekk y Klaus Johnson. Aparte de la cualidad negativa de Grønbekk de escribir historias que no resultan interesantes, algo que ya lo he sufrido en Veneno, se junta el dibujo de un veterano Klaus Janson en horas bajas, que tampoco plantea nada espectacular que merezca la pena de esta historia. «Poder» de Victoria Yang y Marika Cresta también me ha parecido una historia bastante floja, con un dibujo al menos un poco superior al de Janson, pero sin conseguir plantear una historia interesante.

Tener una antología protagonizada por el villano permite una variación limitada, pero creo que globalmente este volumen de Darth Vader: Blanco, Negro y Rojo me ha ofrecido lo que esperaba de él, y gracias al trabajo sobre todo de Daniel Warren Johnson, pero también de la gran mayoría de profesionales, me quedo bastante satisfecho.

Por cierto, dentro que me parece un buen comic, me ha llamado la atención la decisión de Planeta Comics de publicar esta antología en tapa dura, pensando que los tomos de Panini eran de tapa blanda y yo al menos lo voy a situar en el mismo sitio de mi estantería. En todo caso, creo que el precio está bastante ajustado y, sabiendo a lo que vienes, este tipo de antologías puede resultar muy disfrutón.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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