The Sacrificers, el comic se fantasía de Rick Remender y Max Fiumara publicado por Image Comics se pone en modo extinción de toda vida en un tercer volumen que cuenta también con dibujo del artista portugués André Lima Araujo.
PUNTUACIÓN: 8/10
Cuando el mundo que has conocido es una mentira, la confianza es un delgado acto de equilibrio. La búsqueda de venganza de Pigeon se intensifica con terribles ramificaciones, Soluna descubre un secreto que la lleva a tomar la decisión más difícil de su vida, y la nueva misión del Capataz conduce a un choque de dioses. Cuando la ideología de unos pocos controla la vida de la mayoría, sólo hay una forma de recuperar el poder.
Recopilación de la historia completa de NO LIGHT BEYOND publicada en los números 12 a 15 USA, el tercer capítulo de la exitosa serie de los creadores favoritos de los fans RICK REMENDER, MAX FIUMARA y ANDRÉ LIMA ARAÚJO.
El tercer volumen de The Sacrificers empieza justo donde se quedó el volumen anterior. El Dios Sol Rokos ha demandado que se reanuden los sacrificios humanos, y sin poder evitarlo, su hija Soluna y Beatrice, la hermana de Pigeon, son obligadas a unirse a la caravana de los que serán sacrificados a continuación. Mientras, Pigeon sigue con su campaña para destruir a todos los falsos Dioses que en lugar de ayudar a la humanidad se alimentan de ellos como alimañas.
Este arco No light beyond consta de 4 números, lamentablemente. Y me flipa el equilibrio que Remender consigue en este comic entre la acción más grande que la vida a un nivel super poderoso, con la emoción que destila la historia y la crítica feroz contra las religiones organizadas.
Además de conocer a Fniff, un vengativo Dios de las plantas al que los seres vivos no le caen demasiado bien, en este arco tendremos a Pigeon luchando contra múltiples enemigos, llegando a encontrar un aliado inesperado de cara a su inmediata lucha contra Rokos. Un Rokos que va a perder la calma cuando crea que su hija ha sido asesinada y nos dará algunas de las páginas más bestias que voy a leer este año.
El argentino Max Fiumara al dibujo con el color de Dave McCaig me parece un equipo creativo fantástico. Fiumara transmite el dolor y el odio que buye por las venas de Pigeon, y es impresionante cuando se pone con las escenas de acción. Además, los diseños de los protagonistas y de este mundo son tremendos. Fiumara se ha convertido en uno de mis dibujantes favoritos, y en este arco cuando Pigeon se vuelve un Super Guerrero a lo Bola de Drac, tenemos unas páginas tremendas.
Por este motivo, entenderéis mi decepción al descubrir que Fiumara NO dibujaba todo el arco, al dibujar el habitual de Remender André Lima Araujo el número 13 USA. Y el caso es que Lima Araujo me gusta y ya dibujó los números 10 y 11 publicados en el volumen anterior. Pero siendo muy bueno, no llega al nivel de Fiumara.
El comic se encuentra en un momento fantástico al final de este arco, con un posible enfrentamiento entre Pigeon y el Dios Rokos. Sin embargo, parece que Remender y Fiumara se han debido tomar un descanso puntual, porque el número 16 aún no ha sido solicitado en USA (esta semana se han conocido los comics de Agosto), por lo que nos espera casi un año de espera para el siguiente volumen. Eso y el bajón por encontrarme un tomo con apenas 4 grapas es lo que me ha hecho bajarle la nota, porque por la historia y el arte se merece un sobresaliente.
En cualquier caso, tengo que flipar con el momento creativo de Rick Remender dentro de su empresa Giant Generator. Y además de los colecciones regulares, está anunciando más comics con Paul Azaceta y Daniel acuña entre otros, lo que asegura que estas colecciones serán de las mejor dibujadas de las estanterías.
Comparto las primeras páginas son rotular del número 12 USA:
The Sacrificers me encanta. Si no le pongo más nota es por encontrarme un volumen de apenas 4 grapas USA. Pero todo lo que leo me está flipando. Pero alucino con el momento creativo en que se encuentra Rick Remender.
PUNTUACIÓN: 8/10
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Segundo volumen de The Sacrificers de Rick Remender, Max Fiumara, André Lima Araujo y color de Dave McCaig.
PUNTUACIÓN: 8/10
El trauma ineludible del abuso infantil de Pigeon se convierte en rabia cegadora contra un mundo que nunca le protegió, una rabia que por fin tiene la fuerza de expresar de una forma imposible de ignorar. La riqueza y el amor con los que Soluna creció no la prepararon para la caída en desgracia y la pérdida de control a las que ahora se enfrenta. A través de estas dos vidas divergentes, se remodelará un mundo y nacerá un nuevo dios.
Este segundo volumen recopila los números 7-11 USA.
Tras el tremendo giro del final del primer arco, Pigeon y Solina han dado un vuelco a sus vidas y de alguna manera se han convertido en el otro. Tras toda una vida maltratado hasta el punto que sus padres ni siquiera le dieron un nombre, como si fuera ganado del que no quieres encariñarte ante de llevarle al matadero, Pigeon encuentra el poder para rebelarse contra una sociedad que se aprovecha y se alimenta del débil. Aunque no sabe lo que ha provocado que el mundo se dirija hacia su destrucción no es culpa suya, ha tenido el valor de levantarse y luchar contra todo lo que está mal en el mundo. Y la sensación es que todo lo que quiere es ver el mundo arder. Por su parte Soluna ha tenido una vida plácida como hija de los dioses Sol y Luna que dominan este mundo, y una vez lo ha perdido todo se dirige hacia un infierno en el que conocerá como vive y sufre el pueblo llano. Y el comic apunta a que su sufrimiento n ha hecho más que empezar.
Rick Remender es especialista en crear historia con comentario y crítica social, y en The Sacrificers vuelve a los high-concepts super potentes con unos protagonistas que tienen delante suyo un viaje que les cambiará completamente. La idea de unos Dioses que exprimen la vida de la gente corriente que les adora como forma de mantenerse jóvenes y fuertes es una idea que sirve para criticar no solo a los extremismos religiosos (aunque también) sino a una sociedad capitalista en la que el SISTEMA se aprovecha del débil y ha construido unas estructuras para mantenerles dóciles y sumisos. Este comic es un grito para romper estas estructuras, y de momento nos está ofreciendo momentos crueles y la promesa de una venganza. Así que todo bien.
En el apartado artístico tenemos una de cal y otra de ahora. Me encanta el estilo de Max Fiumara con el color de Dave McCaig. A pesar de ser Pigeon un pájaro antropomórfico, sus personaje transmiten una expresividad bestial. El dolor que transmite Soluna me parece una barbaridad, y consigue que el comic tenga un dibujo sobresaliente. El pero sobre el que comentaba es que Fiumara NO dibuja las cinco grapas de este volumen, sino sólo los números 7, 8 y 9. Y reconozco que su sustituto André Lima Araujo es otro artista sobresaliente dentro del roster de artistas que colaboran con Remender. Pero me parece una pena que un comic de creación propia pierda la consistencia artística en apenas dos volúmenes. Entiendo que algún motivo importante habrá impedido a Fiumara realizar estas grapas, pero espero que estas ausencias no se hagan habituales.
Otro tema a comentar es el hecho que Remender plantea un tomo con 5 grapas en lugar de las 6 con que empezó la historia. Esto ya lo vi en Deadly Class, que empezó con arcos de 6 grapas y llegó a sacar tomos con apenas 4 grapas, lo que me pareció un detalle muy feo dentro de una colección maravillosa. En todo caso, no he leído ninguna declaración de Remender, pero viendo la velocidad con que Pigeon se ha encargado del Dios del Mar, la sensación que tengo es que The Sacrifficers no va a ser una serie larga al nivel de Deadly Class o Black Science, sino que en 25-30 números (4 o 5 tomos) creo que pueda terminar la historia. Esto supone una extensión mayor que las de otras series recientes como Una sed de venganza justificada, The Scumbag o Death or glory, y para mi explica la ambición con que Remender plantea esta historia de fantasía oscura.
The Sacrificers es el tipo de comic que conecta conmigo inmediatamente y me da el tipo de entretenimiento antisistema con mensaje potente que me encanta.
Comparto las primeras páginas del comic:
Se nota que The Sacrificers es una historia muy personal para Rick Remender, mostrando su lado más antisistema y radical, que no va reñida con el entretenimiento. Y cuando tenemos un comic con un dibujo increíble, la conexión es total.
PUNTUACIÓN: 8/10
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Tenía muchas ganas de leer el nuevo comic de Rick Remender, The Sacrificers cuenta con dibujo de Max Fiumara y color de Dave McCaig, dentro del sello Giant Generator de Remender, una potente historia de fantasía con numerosos elementos de crítica social.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
El mañana es un armonioso paraíso gracias a cinco familias que hacen que todo sea perfecto… por el precio de un hijo por hogar. Ahora, cuando llega el vencimiento de esa factura, un hijo del que se espera que lo dé todo por una familia que nunca le quiso y una hija acomodada decidida a destruir la utopía deben unirse para poner fin al reinado antinaturalmente prolongado de una generación.
El escritor superventas del New York Times RICK REMENDER (LOW, DEADLY CLASS, Uncanny X-Force) une sus fuerzas a las de la superestrella MAX FIUMARA (Amazing Spider-Man, Four Eyes, Lucifer) para llevarles a través del oscuro mundo de ciencia ficción de LOS SACRIFICADORES (The Sacrificers).
Rick Remender empezó en la industria de la animación en proyectos como el gigante de hierro o Anastasia, mientras hacía cómics en su tiempo libre. A mediados de la década de 2000 empezó a publicar cómics en Image e IDW como Fear Agent o Night Mary. Sus guiones en estas series independientes le abrieron las puertas de Marvel Comics hasta convertirlo en puntal de la editorial en series como Capitán América, Imposibles X-Force o Imposibles Vengadores. Actualmente ha vuelto a dirigir sus esfuerzos en la creación de series independientes como Ciencia Oscura, Clase Letal o Low cosechando un gran éxito.
Fuera del mundo del cómic ha seguido trabajando en proyectos de videojuegos como en los guiones de Dead Space o Bulletstorm, y en el diseño de CDs de bandas como Lagwagon o NOFX.
Nacido en Buenos Aires, Argentina, Max Fiumara ha trabajado en comics desde el 2002, para editoriales como Avatar Press, Marvel, DC y Dark Horse. En títulos como Amazing Spiderman, Hulk Smash Avengers, o Namor. También en una participación con Warren Ellis en BlackGas. En el 2008 co-creó Four Eyes con Joe Kelly, publicado por Image Comics. Desde el 2012 trabaja junto a Mike Mignola en AIDP y la serie regular Abe Sapien, junto a su hermano Sebastián.
Una sed de venganza justificada fue el último comic de Remender que leí, a principio del año pasado. Y The Sacrificers es un cambio importante a todos los niveles, porque si el comic de André Lima Araújo era un comic de acción hongkonera con una historia directa sin añadidos ni subtextos, en The Sacrificers Remender plantea una historia de fantasía oscura con metáforas interesantes y abundante crítica social. La premisa me parece super potente, al presentar un mundo poblado de animales antropomórficos en la que el Dios SOL provee del sustento imprescindible para la vida. Este aparente paraíso tiene un gran pero, al tener que sacrificar todas las familias a su hijo mayor cada cierto tiempo como ofrenda a sus dioses.
Por lo visto en este primer arco, The Sacrificers va a seguir a dos personajes principales de dos ámbitos sociales totalmente diferentes. En una granja de seres pájaro, Pigeon, el hijo mayor es maltratado por su padre y alejado de la familia para que el resto de la familia no le coja cariño, dado que va a ser entregado en sacrificio. La escena inicial de maltrato es tremenda, y muestra el cáncer de base de una sociedad que acepta enviar a su muerte a sus hijos por el «bien común». Su viaje hasta alcanzar ese destino y o que hará a continuación parece que va a ser el hilo conductor de la serie.
Luego está Soluna, la hija del Dios Sol Rokos y la diosa Luna, que es una joven privilegiada que vive en el palacio celestial y está acostumbrada a salirse con la suya. Soluna quiere participar en la fiesta anual de los dioses donde se recibirán las ofrendas, al creer ella ser lo bastante mayor. Su padre, sin embargo, tiene una opinión diferente, mientras lidia con discursiones con su amante sobre su mujer, antes de ponerse a su trabajo diario de dar luz a este mundo.
Una cosa muy chula de Remender es que en la introducción nos cuenta que es un fan absoluto de David Lynch. Y aparte de su filmografía, a Remender le gusta cómo Lynch no explica el significado de su obra, dejando a la interpretación del espectador el análisis de los cada uno haya entendido. Remender afirma querer plantear eso mismo en sus comics y me parece que el éxito de este comic es monumental.
The Sacrificers plantea en su primer arco una metáfora muy bestia contra las religiones, al mostrarnos que la gente común necesita al Sol, pero en realidad los dioses también necesitan a sus fieles para sobrevivir. De hecho, podría decirse que sin ellos, los Dioses no existirían, por lo que la dependencia en mayor en un sentido que no es el que podría esperarse a priori. Esta metáfora tiene todo el alcance que queramos darle, y puede afectar sólo a las religiones o ampliarla a los líderes políticos mesiánicos que exigen sumisión al votante afirmando trabajar por su bienestar cuando en realidad se alimentan de ellos como parásitos. O la marea de influencers y líderes de opinión de las redes sociales. Incluso entrarían aquí los grandes magnates de los negocios y las empresas tipo Mark Zuckerberg, Tim Cook y todos los que se nos ocurran. La forma en que Remender muestra a estos dioses como seres egoistas que en realidad están asustados por la muerte y harán lo que sea para evitarla me parece excelente.
La historia en este primer arco de 6 grapas me ha tenido atrapado de principio a fin. Remender tiene una forma de contar sus historias con muchísima emoción, con lo que el consigue enganchar al lector al conectar con el pobre protagonista camino del matadero. Otra cosa en la que es un maestro es en dar pequeños rayos de esperanza que son luego aniquilados de forma cruel. En The Sacrificers la expresión «los ricos exprimen a los trabajadores» adquiere una nueva dimensión, ofreciendo uno de muchos momentos super impactantes. Me ha gustado mucho este comic, y el giro con el que termina este primer arco me parece antológico. Si una cosa está clara, es que Remender no ha perdido su toque.
Por supuesto, si The Sacrificers es el éxito que es es gracias al apartado artístico formado por el dibujante Max Fiumara y el colorista Dave McCaig. No me sonaba haber leído ningún comic de Fiumara, pero me parece un dibujante fantástico. El primer éxito es tener unos personajes que son animales antropomórficos que transmiten un montón de emoción y sentimientos, como vemos con los seres pájaros a los que pertenece Pigeon. Los diferentes seres son todos reconocibles, a lo que hay que añadir su capacidad de dibujar desde la granja más pobre hasta los palacios más ricos y espectaculares. Además de un buen diseño de personajes, Fiumara resulta ser un gran narrador, planteando las diferentes viñetas desde puntos de vista atractivos a la vista, contando la historia de forma interesante, añadiendo a la vez toda su personalidad.
El color de McCaig me parece también fantástico, con una paleta de color super amplia capaz de resaltar los palacios más luminosos del Dios Sol o las cárceles más grises y sin esperanza. McCaig es un veterano que ha trabajado con casi todo el mundo, y gracias a él el comic resulta aún más atractivo y espectacular.
El sexto número que cierra el primer arco se publicó a primeros de enero, y Remender comenta que la serie va a tener un parón de dos meses hasta marzo para que Fiumara tenga un respiro. Esto me parece super bien, y confío que Remender cuide a su dibujante, para que mantenga el nivel de calidad tan espectacular que nos ha ofrecido en este arco inaugural.
El cliffhanger de este primer volumen me ha volado la cabeza. Y no soy de especular, pero la sensación es que puestos a elegir, Pigeon va a optar por destruir este mundo corrupto, al no tener salvación posible. Mientras que a Solima la espera un calvario que la hará sentir en sus carnes lo que es la dura vida de la gente corriente, una gente que para ella sólo eran hormigas a sus pies.
Otra duda que se me plantea el final de este arco es saber la duración de esta serie. Tengo claro que Remender puede alargar sus comics todo lo que quiera, como tuvimos en Black Science y Deadly Class. Sin embargo, sus últimas obras como la antes mencionada Una sed de venganza justificada, Death or Glory o The scumbag han sido series cortas con historias cerradas que no han superado los 15 números. Por un lado, entiendo que el mercado no garantiza la supervivencia de comics de larga duración por lo que los autores prefieren plantear historias de duración más ajustada. Pero también hay que tener en cuenta que Remender puede escribir varios comics a la vez, pero un artista tiene que invertir todo su tiempo en un único concepto, y podría acabar cansándose al cabo de unos años. Por este motivo, la opción de un comic corto que pueda tener 3/4 tomos softcover y un tomaco en tapa dura parece la opción más probable.
Dicho esto, The Sacrificers puede tener la duración que quiera, porque yo la compraré encantado. Este tipo de comics muestran toda la habilidad de Remender como narrador, y con un dibujo TOP, es imposible resistirse. De hecho, ¡qué bonito es tener un comic en que dibujo y guion son satisfactorios!!
Comparto las primeras páginas del comic:
The Sacrificers ha empezado de la mejor forma posible, con esa mezcla de acción y crítica social para quien quiera verla. Me declaro muy fan de Remender, Fiumara y McCaig.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
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Una de las sorpresas navideñas fue leer We have demons, la serie de Scott Snyder y Greg Capullo, con entintado de Jonathan Glapion y color de Dave McCaig, comic publicado inicialmente online en Comixology y que Dark Horse se encargó de sacar en su versión en papel.
PUNTUACIÓN: 6/10
De las superestrellas del cómic SCOTT SNYDER y GREG CAPULLO (Batman, Batman: El último caballero de la Tierra, Dark Nights: Metal & Death Metal) llega una nueva serie de éxito de proporciones bíblicas.
Desde los albores de la humanidad, se han contado leyendas sobre el conflicto entre ángeles y demonios. Lam Lyle, una mujer de ciencia, desechaba estas historias como sólo eso: ficción.
Pero cuando la pérdida de un ser querido lleva al descubrimiento de un demonio corpulento y benévolo llamado Gus, Lam se da cuenta de que su vida está a punto de tomar un nuevo y terrible rumbo. Con un nuevo compañero y unos poderes asombrosos a su disposición, nuestra heroína se encuentra de repente inmersa en una trepidante guerra entre el bien y el mal en la que el destino del mundo pende de un hilo…
Esta serie ha constado de 3 grapas USA, publicadas por Dark Horse. Esta edición incluye bocetos de Capullo y los guiones originales de Snyder.
Es curioso como cambian las cosas, sobre todo en lo referido a tecnología. En 2024 Comixology ya no existe, tras ser absorbida por Amazon, su propietaria desde 2014. Pero durante unos años fue el principal proveedor de comics online tras llegar a acuerdos con las principales editoriales americanas para que sus comics pudieran adquirirse en su plataforma. Subiendo su apuesta por el mundo del comic, en 2018 lanzó su iniciativa Comixology Originals, un sello dedicado a publicar comics creados por autores de primer nivel que inicialmente solo podrían ser adquiridos y leídos online a través de su app. We have demons se publicó en Comixology en 2021, el mismo año en que Dark Horse anunció un acuerdo para publicar en papel algunas de las series lanzadas por Comixology. Fruto de este acuerdo, el comic de Snyder y Capullo se publicó en papel en 2022.
Scott Snyder y Greg Capullo forman una pareja superventas. Su colaboración empezó en Batman, a partir de su relanzamiento de 2013 como parte del reinicio de los Nuevos 52. Su colección fue durante más de 4 años el comic más vendido de DC Comics, y posteriores colaboraciones de la pareja siempre han sido un éxito de ventas. Era lógico que al algún momento ampliaran su colaboración en trabajos de encargo y lanzaran un comic de creación propia. We have demons es una miniserie que sirve de presentación de los protagonistas y su mundo, y se supone que era el primer capítulo de una gran saga. Sin embargo, no se si provocado por el cierre de Comixology o porque las ventas tampoco fueron todo lo buenas que esperaban, lo cierto es que han pasado más de dos años y aparentemente esta serie no va a tener su continuación.
Entrando a valorar el comic, Snyder plantea una idea interesante al mostrarnos que ángeles y demonios no son seres de planos superiores, sino que llegaron a la Tierra a través de la caída de dos meteoritos. La lucha del bien contra el mal encontrará una nueva protagonista en la figura de Lam Lyle, una mujer de ciencia cuya existencia se derrumbará a partir de la muerte de su padre, un pastor de la iglesia que ocultaba un secreto que se convertirá en la nueva profesión de la joven. La idea que no existe el mal o el bien puros, sino que todos tenemos que lidiar con nuestros propios demonios mientras elegimos hacer el bien me parece una idea muy chula de este comic. Como lo es que el compañero de Lam sea un demonio.
La historia online contaba de ocho partes más un epílogo, que en la versión impresa se han recopilado en tres grapas USA de tamaño extendido. La narración de Snyder plantea numerosos cambios temporales y giros potentes, con traiciones, muertes sangrientas y momentos impactantes en cada episodio, consiguiendo mantener el interés del lector de principio a fin.
El principal valor del comic es el increíble dibujo de Greg Capullo, con entintado de Jonathan Glapion y color de Dave McCaig. Sólo por el arte de Capullo se justifica la compra y la lectura de este comic, consiguiendo que la experiencia sea satisfactoria. En lo referido a la representación de los demonios, estos me recordaron muchísimo a la época de Capullo en Spawn, compartiendo numerosos rasgos comunes, lo que me devolvió a mi yo lector de hace 25 años. Cuando Snyder le deja, el dibujo de Capullo es super dinámico y con todo el carisma que se espera de él. En ese sentido, Capullo se nota que se encuentra super cómodo en estas historias de corte sobrenatural con seres más allá de nuestro entendimiento.
Si tengo que ponerle un pero a este comic sería que como es habitual en Snyder, el comic está saturado de texto, con la narración en primera persona que hace Lam. Hay tanto texto descriptivo explicando el mundo en que tienen lugar estas aventuras que en varios momentos más que un comic parece que estemos en un historia ilustrada. Tener a un fuera de serie como Capullo y que esté constreñido durante una parte importante del comic me parece, más que un problema, una pena. Sobre todo porque cuanto por fin puede desatarse con las escenas de acción, está es sangrienta y super molona.
Tengo que reconocer que ya desde su etapa en Batman, el estilo recargado de Snyder nunca me ha acabado de encajar, no consigo disfrutar con sus comics como sí lo hago con los comics de autores como Jeff Lemire o Cullen Bunn, pensando en autores de comics de terror. De hecho, We have demons sirvió para que recordara por qué no compro comics de Snyder. No puedo decir que sea mala lectura, pero no conecto con ella.
Comparto las primeras páginas del comic:
We have demons es un comic correcto cuyo dibujo mejora el resultado final, aunque creo que hubiera podido ser aún más punki.
PUNTUACIÓN: 6/10
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Mark Millar está publicando en Image Comics Nemesis: Reloaded junto al artista super estrella español Jorge Jiménez. Es por esto que me he animado a recuperar la primera miniserie del personaje con dibujo de Steve McNiven (co-creador del comic) y color de Dave McCaig, y que fue publicada originalmente dentro del sello Icon de Marvel Comics en 2010-11.
PUNTUACIÓN: 6/10
¿CIVIL WAR? Nada. ¿KICK-ASS? Un calentamiento. ¿Qué pasaría si el hombre más inteligente y duro del mundo fuera totalmente malvado? Conoce a Nemesis. Ha estado destruyendo sistemáticamente las vidas de todos los jefes de policía de Asia, y ahora ha puesto sus ojos en Washington, DC. Entre tú y yo, la policía no tiene ninguna posibilidad. No te pierdas el libro del que TODO el mundo hablará.
Nemesis fue una miniserie de 4 números publicada en 2010-11 en el sello Icon de Marvel Comics. Icon fue creado en 2004 por Marvel para ofrecer a sus principales arquitectos de la época un espacio donde pudieran publicar comics de creación propia conservando los derechos, de forma que no tuvieran necesidad de irse a otra editorial a hacerlo. Powers de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming y Kabuki de David Mack cambiaron Image por Icon, y en este sello se publicaron también comics de J. Michael Straczynski como Dream Police y The book of lost souls, o el ahora mítico Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips. Dentro de la comodidad para los autores de publicar «en casa», lo cierto es que Icon era un espacio un tanto tacaño, dado que Marvel no invertía nada en publicidad para estos comics, siendo algo que tenían que hacer y pagar los autores de su bolsillo, al igual que los gastos de imprenta. Además, en su momento se dijo, antes de la explosión de la venta de tomos, que estas grapas sólo se imprimirían una vez aunque se agotaran y fueran un gran éxito. La idea que subyace era que Icon era un caramelo de Marvel para sus autores estrella, pero no invertían ni un céntimo más de lo necesario.
Desde que entramos en el siglo XXI Mark Millar ha sido uno de los escritores mainstream más popular y super ventas. Pero además, siempre ha tenido un gran ojo para captar las necesidades y oportunidades del sector, demostrándose un hábil profesional pensando desde una perspectiva de negocio. Tras el pelotazo de la primera serie The Ultimates, que fue publicada entre 2002 a 2004, Millar creó su sello Millarworld en 2004 para publicar comics de creación propia de los que conservaba los derechos, algo que se ha demostrado la decisión más inteligente que pudo tomar en esos años. En esos años iniciales decidió no cerrarse ninguna puerta y optó por publicar con diferentes editoriales. De esta forma, Wanted (que tuvo adaptación cinematográfica) con J.G. Jones se publicó en Image a través de Top Cow, Chosen con Peter Gross en Dark Horse y The Unfunnies con Anthony Williams en Avatar. En 2008, un Millar super asentado en Marvel tras el pelotazo de Civil War publica su primera colección creator-owned en Icon, Kick-Ass, con dibujo del super estrella John Romita Jr., comic superventas que también tuvo adaptación cinematográfica.
Steven McNiven es un dibujante de cómics canadiense. Se dio a conocer en la editorial CrossGen con Meridian antes de pasar a Marvel Comics para trabajar en cómics como Ultimate Secret, Marvel Knights 4 y New Avengers, firmando un contrato en exclusiva con la editorial. Entre 2006-07 McNiven fue el dibujante de la miniserie de Marvel Civil War junto a Millar, comic que Millar no deja de comentar que es el tomo más vendido de Marvel del siglo XXI. A continuación, Millar y McNiven volvieron a colaborar en la megapopular la historia de Lobezno Old Man Logan entre 2008 y 2009.
Tras estos dos pelotazos en Marvel y estando considerado McNiven el mejor dibujante de Marvel, o al menos el más mediático, Millar consiguió convencer a McNiven para que su siguiente trabajo juntos no fuera otra serie de Marvel, sino NEMESIS, un comic que se vendió con la premisa de ver qué pasaría si Batman fuera un psicópata como Joker. Algo que se dice provocó una llamada de DC para limar asperezas y asegurar que no sería necesaria una denuncia por uso indebido de su personaje estrella. El comic fue una miniserie de apenas 4 números y 96 páginas en total y salió con una periodicidad trimestral en mayo, agosto y noviembre de 2010 y febrero de 2011, entiendo que para que su publicación no afectara los posibles comics o portadas que Marvel encargara a McNiven en esas misma fechas.
Entrando a valorar el comic en si, Nemesis es uno de los comics que menos me gustan de Millar, y mi relectura no ha hecho más que recordarme los motivos. En comics previos como The Authority Millar ya se había ganado la fama de crear historias que son una macarrada super punki capaz de todo para provocar un shock al lector. Nemesis lleva esta valoración a un nivel superior. En Authority la punkarrada tenía un sentido, por ejemplo al realizar una parodia super over-the-top de los Vengadores en uno de sus arcos. Pero en Nemesis Millar se lía a un frenesí mega gore sin más intención narrativa que mostrar que lo hace porque puede, y que sus comics incluyen escenas en lo referido a ultra-violencia y gore que ningún otro escritor / editor se atrevería a publicar en un comic mainstream. Como elemento publicitario, estoy seguro que consiguió su objetivo, pero no es algo que yo como lector disfrute especialmente.
A la hora de plantear la muerte del jefe de policía de Tokio en la escena inicial, Millar no se limita a hacer que Nemesis le mate para dejar claro que este personaje es un villano, sino que muestra un sadismo extremo destruyendo un edificio lleno de gente como adelanto de que un tren bala aplaste al policía. Y la punkarrada no se detiene ahí, hay más. El comic sugiere un trauma infantil como el de Batman/Bruce Wayne como motivación de Nemesis, algo que se demuestra más adelante como una pista falsa, una punkarrada más. Que una de las sorpresas detrás de este asesino de masas es que su motivación para hacer lo que hace sea que «se aburre» es uno de los argumentos más macarras, nihilistas y, por qué no decirlo, tontos, que se pueden leen en un comic. Aunque es cierto sentido, eso es precisamente la motivación de Joker. Pero hay un montón de elementos super over-the-top en cada grapa, como el ataque al Air Force One cuando Nemesis no puede volar, o que deje embarazada a la hija del Jefe de Policía de Washington Blake Morrow, su siguiente víctima, con los espermatozoides de su hermano (el otro hijo de Morrow), colocando un explosivo que hace imposible que aborte. Whaaaaat?!!!!
En positivo, hay que decir que el mundo del comic americano debe ser uno de los pocos medios en entretenimiento en que apenas hay contenidos protagonizados por villanos. Millar vio este nicho hace mucho, porque Wanted es una historia de villanos, al igual que este Nemesis o Super Crooks junto a Leinil Francis Yu. Se le puede decir muchas cosas al escritor escocés, pero me gusta que sus high-concept sean siempre potentes y bastante diferentes entre si. También debo reconocer que incluso sin conectar con la historia de Millar, el comic se lee como un tiro y funciona sin duda como una historia de acción super over-the-top con giros constantes. El público que disfruta de películas como Posesión infernal o Destino final, por decir dos series que me vinieron a la cabeza inmediatamente, se lo pasarán genial leyendo este comic. A los que habría que sumar aquellos lectores post-adolescentes que pienses que los superhéroes con cosas «para críos».
A lo largo de los años, además de por sus argumentos hiper molones pensados para una adaptación cinematográfica, Millar se ha ganado fama de «trabajar con plantilla», planteando siempre en sus historias una traición en su número 4 que lo cambia todo y una macarrada o giro final en el climax de sus comics. En Nemesis creo que también tenemos esto, aunque limitado al formato de cuatro números de esta miniserie.
Hay un elemento que me llamó la atención de esta relectura. En 2008 Christopher Nolan hizo historia del cine mainstream con The Dark Knight. La parte del joker dejándose atrapar como parte de su plan fue un giro de guion super influyente que fue copiado en los años siguientes por muchísimos blockbusters palomiteros, desde Star Trek Into Darkness, Skyfall de 007 o incluso Los Vengadores de Joss Whedon. Millar también usa esta idea en Nemesis, y al ser un comic publicado dos años depués no tengo duda que no es casualidad, vio la película de Nolan y aprovechó esta idea que se ajustaba como anillo al dedo en su historia de un sádico asesino super inteligente. Unido a esto, este super criminal que planea sus golpes con años de antelación tiene mucho que ver con el Joker de Heath Leadger, que fue convertido en un avatar del Caos capaz de los planes más complejos y rocambolescos. Millar, eso si, hace un «sujétame el cubata» haciendo que sus planes de alarguen con años de antelación, llegando hasta situaciones tan ridículas como el giro final del comic (que no rebelaré por si alguien no leyó este comic).
El comic tiene el problema que Nemesis es un psicópata y por supuesto es imposible conectar con las masacres que va cometiendo, algo acrecentado por la motivación del aburrimiento. Pero a la vez, Millar tampoco hace demasiado para que empaticemos con el Comisario Blake Morrow, un policía íntegro que se tendrá que enfrentar a Nemesis (más bien sufrirlo) y que pone su trabajo por encima de su familia, hasta el punto que sus hijos le ocultan cosas porque le tienen miedo. Puestos a presentar a un Comisario Gordon en este comic, parece que Millar tampoco busca que sea un protagonista 100% positivo, supongo que porque estimaba que así lucía más cool.
Entrando a valorar el apartado artístico, Steve McNiven mantiene su estilo hiper realista que le encumbró en Civil War y Old Man Logan, pero no estamos ante uno de sus mejores trabajos. Hay un primer elemento que afecta a la lectura y es el propio Nemesis. El comic se vendía con la premisa del «Batman psicópata», y supongo que para transmitir la idea de opuesto al Caballero Oscuro, Millar y McNiven presentan a un villano vestido con un traje de spandex blanco absoluto. Y lo que podría ser una buena idea a nivel conceptual resulta fallida para el lector al ser una figura sin ningún elemento icónico ni nada que haga que merezca la pena recordarle. Por no tener, no tiene un logo o imagen icónica en el pecho. Por cierto, como el comic se plantea desde un punto de vista «malote», Millar no desaprovecha la ocasión para lanzar una pullita sobre lo absurdo que es el origen de Batman en la parte del viaje de un joven Bruce Wayne para entrenarse para ser el mejor en lo que hace.
Unido a esta falta de elementos icónicos, no se si por el hecho de entintarse a si mismo o por el exceso de hiper violencia, pero las páginas de McNiven con color de Dave McCaig lucen «sucias», por calificarlo de alguna manera. Y ojo que la ultraviolencia en las escenas de acción es genial y me encanta, no tengo problema con que un comic incluya elementos gores. Pero la lectura de este comic me deja la sensación que no por intentar ser super realista y dibujar hasta el último músculo del cuerpo tu dibujo es mejor. De hecho, este empeño choca con la tontería y el gore de la historia, por lo que hay cierta disonancia en el conjunto.
A ver, siendo McNiven, no es que el dibujo esté mal. Para nada. Nemesis es un «pasa-páginas» que cuando lo empiezas no puedes dejar de leerlo, y eso es mérito de su dibujo. La acción está super bien narrada y consigue impactar con los numerosos puntazos con que Millar riega la historias. Y los detalles de arquitectura cuando los dibuja están muy guay también. Quizá el problema es que el listón lo había puesto muy muy alto en sus comics previos, de forma que entregar un comic que no es sobresaliente se ve como una pequeña decepción. Creo que los tiros pueden ir por ahí.
Voy a hacer un último comentario sobre el giro final CON SPOILERS, pero lo voy a colocar detrás de esta imagen promocional por si no leísteis este comic y preferís que os chafe la sorpresa:
El high-concept de Nemesis era presentar a un Batman psicópata jokerizado en un frenesí criminal. La historia sugiere una historia de origen similar a la de Batman, al plantear que Matt Anderson era un niño hijo de una pareja de asesinos en serie que jura venganza hacia los policías que detuvieron a sus padres y les llevaron a la cámara de gas. Sin embargo, Millar con su aproximación macarra cambia la narrativa al mostrar en uno de sus giros marca de la casa que realmente Nemesis NO es Anderson, ya que Anderson murió cuando era un joven en un antro en mitad de la nada donde fuera que fuese para entrenarse para su venganza. Asesinado por quien sea que es Nemesis en la actualidad. Este elemento es una ostia en toda la boca del origen del héroe de DC, reforzando que un niño sólo por los lugares más peligrosos del mundo en el mundo real no se convierte en un experto luchador mente maestra, sería asesinado (o algo peor) a las primeras de cambio.
El problema principal viene con la sorpresa de las últimas páginas del comic. De forma sorprendente, Morrow mata a Nemesis en el climax final en la Casa Blanca y de alguna manera parece que va a haber un final feliz. Sin embargo, Millar la vuelva a liar al mostrar que el Nemesis muerto no era el verdadero Nemesis, que es un rico empresario que se dedica a dar habilidades mejoradas a personas aburridas para que desaten el caos. Personas se entiende super ricas que pueden pagar el costoso tratamiento. Entiendo que esta fue la forma que Millar entendió mejor para dejar la puerta abierta a nuevas historias en caso que este Nemesis tuviera éxito.
Sin embargo, este último giro es una idea completamente fallida más allá del shock-value, porque si cualquiera puede ser Nemesis, en el fondo no hay nada especial en él. Y a la vez, la idea que un maestro del caos y el crimen puede ser fabricado sin problemas rompe lo que acabamos de ver, que eran acciones excepcionales de alguien muy loco. El detalle final de una mente maestra que 10 años antes sabía que Morrow sobreviviría a Nemesis y estaría un día concreto en un sitio determinado para poder recibir su felicitación es una ridiculez más de un final que no me funciona en absoluto.
En todo caso y a modo resumen, incluso no conectando con la historia de Nemesis, es un comic resultón que tiene claro qué tipo de entretenimiento ofrece y al público que lo dirige. Si entras en el rollo no tengo duda que es un comic super entretenido.
Comparto las primeras páginas del comic:
Volver a leer Nemesis me ha recordado porqué es uno de los comics que menos me gustan de Millar, unido a que tampoco es el mejor trabajo de McNiven. Un Millar hiper macarra y over-the-top que ponía el shock-value por encima de la historia.
PUNTUACIÓN: 6/10
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