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Crítica de Nemesis Reloaded 1-5 de Mark Millar y Jorge Jiménez (Millarworld – Image Comics)

La primera serie de Nemesis puede ser uno de los comics que menos me gustan de Mark Millar. Sin embargo, traerse al dibujante estrella de DC Comics Jorge Jiménez para dibujar Nemesis Reloaded, reboot del concepto original, me animó a leerlo. Y hay un montón de cosas a comentar.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡Vuelve el personaje de cómic más malvado del mundo! ¿Quién es Némesis y por qué este excéntrico multimillonario que se viste con máscara y capa quiere aterrorizar a la gente en lugar de ayudarla? ¿No es así como se supone que debe ser? Advertencia: ¡Demasiado violento y demasiado guay para algunos! No digas que no te avisamos.

Esta segunda miniserie de Némesis consta de cinco números, uno más que la primera miniserie. Y la clave del comic nos la da el propio Millar en la primera página, cuando nos informa que estamos ante un reboot del concepto de «Batman jokerizado en una frenesí criminal de muerte y destrucción», desechando los sucesos de la primera miniserie y empezando de cero. Millar comenta que el Superman de los años 50 no tenía nada que ver con la actualización que DC hizo en los años 70, que a su vez era diferente a la versión de John Byrne de 1986. No sólo es un tema de Superman, DC ha reiniciado a Shazam al menos tres veces en los últimos 40 años, cuatro si contamos la nueva serie de Mark Waid y Dan Mora recién iniciada. Si DC puede relanzar y/o reiniciar a sus personajes cada pocos años volviendo a contar sus orígenes y motivaciones, ¿Por qué no lo va a poder hacer él?

Sobre esto tengo sentimientos encontrados. Por un lado, Millar tiene razón sobre Superman y cómo DC lo ha ido adaptando al paso de los tiempos y a los cambios en la sociedad americana. Dado que Nemesis es suyo (o de Netflix, por ser más exactos), Millar puede hacer lo que quiera con él, y hace bien en no descartar nada a la hora de crear la mejor historia posible en cada momento. La idea que los reboots dejen de alguna manera de ser patrimonio de las grandes editoriales mainstream y haya autores que se atrevan a barajar este concepto con sus personajes resulta interesante. No se si para bien o para mal, porque no veo a Kirkman volviendo a contar The Walking Dead con otro viaje vital diferente para Rick Grimes, pero es interesante.

No me voy a poner exquisito es en el hecho que Millar reinicia Nemesis porque cree que con esta nueva aproximación venderá más que continuando la historia de la miniserie de 2010. Porque es exactamente el mismo motivo por el que DC reinicia sus colecciones, busca vender más de lo que lo estaba haciendo, por mucho que se venda como «un retorno a la esencia del personaje». Si los comics anteriores se vendieran lo que se espera de ellos, no se haría el reinicio. Luego en el fondo no se debería criticar que el Millar más comercial emplee las herramientas habituales del sector para vender más comics y generar hype hacia las siguientes colecciones que publicará en los próximos meses.

Sin embargo, al mismo tiempo que veo el vaso lleno desde ese punto de vista, veo que Millar de alguna manera tiene la cara muy dura al comparar un personaje con una única miniserie previa que está despreciando al empezar de cero el nuevo comic, con un personaje como Superman que es cierto que es reiniciado/relanzado cada pocos años, pero lo hace tras publicarse centenares de comics en ese periodo. Es que la diferencia es abismal.

Empezando a valorar el comic en si, la verdad es que la mejora de Nemesis reloaded en el apartado artístico frente a la primera miniserie de McNiven resulta notable. ¡Qué listo es Millar! El español Jorge Jiménez con el color de Giovanna Niro resulta super espectacular, hasta el punto que sólo por el dibujo ya merece la pena la compra. El mundo de los superhéroes NO es uno realista, nunca lo ha sido. Y aunque es una opinión subjetiva, el hiper realismo de McNiven no ayudaba a conseguir la suspensión de credulidad imprescindible para disfrutar de un comic super over-the-top que no podía ser más irreal. Un McNiven que por otro lado nos ofrecía unas escenas de acción alucinantes, sangrientas y llenas de brutalidad, demostrando porqué en 2010 era el artista más popular del mainstream americano.

Esa disfunción entre el estilo del artista y el contenido en si no lo tenemos en Nemesis reloaded, o al menos yo no lo percibo, en el dibujo de Jiménez, que abraza el over-the-top de Millar con unas páginas super dinámicas que transmiten que se lo ha pasado genial dibujando unas salvajadas que nunca le permitirían en DC. Otro de los pecados originales de Nemesis era su traje de supervillano, blanco sin ningún elemento icónico más allá de la capa, que provocaba que el personaje no tuviera nada memorable que mereciera la pena recordar. Jiménez consigue sacar el máximo partido a esta indumentaria con unas estupendas coreografías de acción y unos planos super cinematográficos que ofrecen momentazos visuales alucinantes en cada grapa. Pero además, la expresividad de los personajes es perfecta y el color ayuda no sólo a establecer el tono over-the-top sino a marcar la narración del presente con el flashback con el origen del protagonista.

Nemesis Reloaded es un comic super entretenido. Por supuesto hay una primera barrera de entrada que puede hacer que este comic NO conecte con algunos lectores, y es que se trata de la historia de un super villano asesino de masas imparable que mata inocentes. (Y culpables, luego iré con eso). Si la amoralidad no es un problema, el comic da elementos de sobra para que los lectores lo disfruten de principio a fin. En este sentido, aparte de los lectores comiqueros que busquen versiones más violentas de los comics tradicionales, creo que este comic puede funcionar con fans de los slashers y en general del género de terror. Aunque ojo, porque Millar ha rebajado el nivel de violencia, ofreciendo muchas muertes pero sin los momentos gores super sangrientos de la miniserie de McNiven. En este comic no tenemos nada ni remotamente parecido al atropello al comisario de policía de Tokio por el tren bala, con trozos de cuerpo humano (esa trozo de cara con un ojo es imborrable), o el mega violento combate de Nemesis contra los guardias de la prisión. Jiménez muestra a Nemesis cortando cabezas, tenéis una muestra abajo, pero todo resulta mucho más limpio e higiénico, creo que no hay la intención de impactar al lector como sí sucedió con la primera serie. Y esto creo que es una concesión evidente de Millar hacia la comercialidad y poder conseguir una mayor base de lectores.

En lo relativo al guion de Millar, y de momento sin entrar en spoilers, se nota como ha planteado una historia muy pensada que transmite una sensación redonda en la que todo cuadra a la perfección. Alejado de los tics habituales de su narrativa (como la típica traición del tercer/cuarto número), tenemos al mejor Millar constructor de mundos. Millar evita los aspectos más macarras que si encontrábamos en comics previos en aras de crear una historia que siendo para adultos por la violencia, resulta de lo más mainstream. Y que genera un hype increíble ante lo que está por venir.

En este Nemesis reloaded asistimos a una historia de origen de Matt Anderson mediante flashbacks que construye su motivación para atacar Los Ángeles en el presente, y que conecta con un misterio de ese mundo cuyo significado resultará super impactante. La experiencia de la lectura de las grapas mensuales ha resultado muy chula, ofreciendo cada grapa buenas sorpresas, mejor acción y un cliffhanger que te dejaba con ganas de más. NO se le puede pedir más a un comic mainstream que sólo aspira a entretener.

Creo que lo mejor de este comic es descubrir precisamente la inesperada sorpresa final. De hecho, diría que Millar también sabe que lo mejor del comic es el giro final, consiguiendo un impacto similar al que el final de El sexto sentido o Múltiple de M. Night Shyamalan regaló a los espectadores. Hace meses que Millar anunció que BIG GAME, su próximo comic con dibujo del super estrella Pepe Larraz, iba a ser el gran EVENTO que uniera todas las colecciones del Millarworld. O al menos, un montón de ellas. Un sello que hasta este momento se había caracterizado por publicar historias comerciales con un dibujo top que no mantenían ningún tipo de continuidad entre si iban a empezar a tenerla. Y si Big Game es el crossover, Nemesis reloaded es el comienzo de esta nueva etapa interconectada en el Millarworld que nos muestra la punta del iceberg. Con eso creo que este comic está más que vendido. En serio, las últimas páginas de este comic son el WTF?! más grande, dicho en positivo, que probablemente leamos en 2023.

A partir de ahora voy a tratar CON SPOILERS varios elementos que me han gustado menos de este comic, y por supuesto, este giro final. Seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad.

OJO CON LOS SPOILERS……..

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La gran sorpresa que me ha volado la cabeza ha sido conocer que este Nemesis Reloaded tiene lugar en el mismo que Wanted, uno de los primeros comics del Millarworld junto al dibujante J.G. Jones publicado en 2004. Recordar que Wanted tenía lugar en un mundo en el que los supervillanos se unieron en 1986 y asesinaron a todos los superhéroes, cambiando la realidad para que nadie recordara que estos héroes habían existido y pasando a gobernar el planeta desde las sombras.

Tiene sentido que en ese mundo over-the-top un chaval busque venganza ante la muerte de sus padres y esto sea captado por Wesley Gibson, el protagonista de la miniserie Wanted. Y que en este mundo, las fuerzas del orden se muestren incapaces de detener a Nemesis al ser unos policías tan corruptos como el mundo en el que viven. En Wanted descubrimos que los supervillanos podían saltar a diferentes dimensiones alternativas para saquear y divertirse a costa de esos mundos. Entiendo que esta tecnología va a ser lo que permita la interacción de personajes de mundos diferentes, lo que puede dar mucho juego en Big Game. Aparte que visto lo visto, no me cabe duda que Millar puede plantear retroactivamente que comics como Super Crooks y más también tienen lugar en este mundo controlado por supervillanos en la sombra.

Las opciones están todas abiertas ahora mismo para Millar, y el hype que se ha generado con el final de Nemesis Reloaded seguro va a provocar que Big Game sea uno de los comics más vendidos de 2023. Desde el punto de vista de negocio, este comic nos ha traído al mejor Millar hombre de negocios creador de entretenimiento de primer nivel. Hay que estar contento por ello. Me flipa que en un momento en el que nada de lo que publica actualmente Marvel o DC (excepto quizá conocer el final del Castigador de Aaron, Saiz y Azaceta) me despierta demasiado interés, haya tenido que venir Mark Millar para ponerme el hype por las nubes.

Por cierto, que dentro que este final me ha gustado, también tengo que hablar de lo que NO me ha gustado del guion de Nemesis reloaded, algo para lo que deberé volver al comic original de Millar con McNiven.

El high-concept de Nemesis era presentar a un Batman psicópata jokerizado en un frenesí criminal. La historia de Millar sugería una historia de origen similar a la de Batman, al plantear que Matt Anderson era un niño hijo de una pareja de asesinos en serie que jura venganza contra los policías que detuvieron a sus padres y les llevaron a la cámara de gas. En la primera miniserie Miller realizó uno de sus giros más macarras al mostrar que Nemesis NO es Anderson. De hecho, él mató a Anderson en un antro en mitad de la nada siendo niño, usando esa historia de origen como disfraz con el que ocultar su verdadera motivación, que se aburre y busca emociones fuertes. La sensación que me da es que en su momento Millar prefirió mostrar su vena más punkie y provocadora al preferir reirse del absurdo origen de Batman y resaltar que, en el mundo real, un niño que se fuera sólo al desierto a entrenarse como detective y luchador simplemente moriría sin que nadie lo supiera ni importara.

Hacemos un salto de una década y Millar se ha dado cuenta que perdió una gran ocasión al obviar la historia del origen de Nemesis en el comic original. Aparte que el giro final mostrando que el verdadero Nemesis era un rico industrial mente maestra que otorgaba las habilidad de Nemesis al mejor postor, era una ridiculez. Puesto a plantear una nueva historia que conectara con Wanted y Big Game, lo lógico era hacer que este nuevo Némesis si tuviera carisma y transmitiera ser alguien único, que es justo en lo que el primer comic falló.

De esta forma, volvemos ahora si a la historia de origen de un niño traumatizado por la muerte de sus padres, unos traficantes de droga acusados de varios asesinatos, que buscará vengarse de los policías que realizaron la detención. En especial, del líder del grupo que acaba de ser nombrado alcalde de Los Ángeles. El comic plantea de esta manera dos líneas temporales, mostrando mediante flashbacks el origen de Anderson y su camino hasta convertirse en su yo adulto, de forma que de alguna manera nos ponemos en su piel mientras vemos esta versión oscura del entrenamiento de Bruce Wayne y la creación de Batman. Y aquí viene mi gran pero. Porque el primer Nemesis estaba super influenciado por The Dark Knight de Christopher Nolan, y su historia nos mostraba que Nemesis buscaba asesinar a Blake Morrow, un policía íntegro de Washington cuyo principal defecto es que pone su trabajo por delante de su familia. En este primer comic no hay duda quien es el villano y quien el héroe que le combate e intenta sobrevivir. Nemesis es el malo.

Saltamos a 2020, y ahora la inspiración le ha venido de Joker de Todd Phillips y del surgimiento de movimientos sociales como el Black Lives Matter. Y fruto de subirse a la moda de lo políticamente correcto bajo la perspectiva de los activistas sociales, en la primera escena del comic Nemesis NO asesina a un inocente sino a los líderes de las bandas callejeras de Los Ángeles para hacerse con su control. En el gran giro final de la historia (sin tener en cuenta la conexión con Wanted) descubriremos que los policías eran corruptos y falsificaron las pruebas que inculparon a los padres de Anderson en los asesinatos, siendo inocentes de esos crímenes. No de otros crímenes como el tráfico de drogas, pero si de esos en concreto. Nemesis es un psicópata y un asesino de masas, por ejemplo el recuerdo del avión en la autopista me flipa ante la locura máxima que plantea. Pero de la misma forma que en la película de Joker, de alguna manera sus crímenes quedan explicados (y casi justificados ) por el ansia de venganza ante la injusticia que sufrió de niño. De forma que estos policías corruptos merecen morir y acaban recibiendo lo que merecían.

Y qué queréis que os diga, me da pena que esta sea la primera vez que haya sentido de forma tan clara a un Millar vendido ante las modas dominantes y las narrativas de los SJW super presentes en la narrativa mainstream de Hollywood. La parte en que Nemesis da una recompensa para que gente normal mate a policías, sin importar si son corruptos o no, provocando que las fuerzas del orden pierdan las calles asustados ante los múltiples asesinatos estoy seguro que habrá gustado a más de un activista radical americano. Nemesis puede ser un asesino múltiple, pero el alcalde y ex-policía representa la corrupción del sistema, y hay muchísimos extremistas que sólo quieren ver el mundo arder. Y Millar como antes Todd Phillips parece que les han dado la historia super punki over-the-top que conectará con esta sensibilidad. Y por si fuera poco, si todo esto pensamos que sucede en el mundo de Wanted, un mundo dominado por supervillanos en la sombra que controlan todos los elementos de la sociedad, igual resulta que que Nemesis es el héroe de la historia. Obviamente yo no lo pienso, pero hay tanto iluminado que vete tú a saber.

Decía al comienzo lo entretenido que me ha parecido el comic, sobre todo si no lo lees pensando en su conexión con el activismo del mundo real. En mi caso, dentro de lo bien dibujado que está y que sabía lo que me esperaba y no tenía problemas con las macarradas y el over-the-top, no dejaba de pensar qué era lo que no me estaba funcionando de la historia de Millar. Ahora que lo escribí, todo se ve más evidente.

Dicho esto, tengo clarísimo que voy a comprar el Big Game de Millar y Larraz, porque tampoco exijo que un producto de entretenimiento sea 100% perfecto según mis gustos particulares, dado que nada lo es.

Comparto algunas páginas del primer número:

Nemesis reloaded me ha mostrado al Millar hombre de negocios más listo que recuerdo, un maestro en generar hype para sus diferentes propiedades dentro del sello Millarworld. Y todo ello con un dibujo top del español Jorge Jiménez.

PUNTUACIÓN: 7/10

Y ahora, a esperar que llegue pronto Julio y podamos leer el primer número de Big Game. Hell yeah!!

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¡Saludos a todos!

La industria del comic americano necesita series largas de autores TOP (Reflexiones 15/2023)

Empiezo el mes de junio con un nuevo artículo de opinión sobre algo que llevo pensando desde hace algún tiempo en relación a los problemas de ventas que la industria del comic mainstream viene sufriendo en los últimos meses y años. Y el titular lo resume perfectamente, necesitamos el siguiente The Walking Dead, la siguiente Saga creada por equipos creativos de primer nivel que atraiga lectores de forma regular a las librerías para comprar grapas y/o tomos.

En los últimos días me han pasado varias cosas en relación a mi afición comiquera. En primer lugar, leí Nemesis Reloaded de Mark Millar y Jorge Jiménez, y el final de comic con la sorpresa final me voló la cabeza. El sábado publicaré la reseña completa, pero sólo adelantaré que un giro marca de la casa Millar muestra la punta del iceberg de una inesperada interconexión de todo el universo Millarworld comiquero de cara al comic / evento Big Game, comic que Millar publicará en julio con dibujo del super estrella de Marvel Pepe Larraz. Y reconozco que incluso aunque el protagonista Nemesis no me gusta en absoluto, el hype que me ha producido esta miniserie de cara a Big Game me parece tremendo. De hecho, hace mucho tiempo que nada de Marvel o DC me ha producido esta sensación de anticipación y ganas de leer un nuevo comic.

El hype de Nemesis tuvo una doble derivada, porque además de querer comprar / leer cuanto antes Big Time, me dejó con ganas de releer otros comics del Millarverso como Night Club, Magic Order, etc… como previa y para estar al día con estos personajes antes del evento, dado que es posible que los veamos cruzarse. De forma que Millar consiguió generar retroactivamente ventas de otras colecciones de su universo comiquero. En esto tengo claro que mi faceta de fan de los universos superheroicos ha jugado una factor fundamental, porque si durante años y años compraba 20-25 grapas mensuales de Marvel o DC, ¿Cómo no comprar dos, tres o cuatro miniseries ahora?

Por cierto, hay mucho odio a Millar, pero aparte de punkarradas puntuales, sus comics son siempre blockbusters super entretenidos que cumplen de sobra su objetivo de comic mainstream. Comics que además están siempre estupendamente dibujados, con un nivel artístico superior a la media que encontramos en Marvel o DC.

Junto a esto, el pasado martes la web Panel Syndicate anunció la publicación del nuevo número de Friday de Ed Brubaker, Marcos Martín y Muntsa Vicente. Como siempre, este séptimo número se ha publicado online en la modalidad de «paga lo que quieras». Y aunque Friday es un comicazo super chulo que sin duda recomiendo, este séptimo número llega 6 meses después de publicarse el sexto número que cerraba el segundo arco. Esto me hizo recordar que cuando dentro de un año y pico salga el último volumen que cierra la serie seré el primero que hará cola para comprarlo en la librería, pero es imposible de leer y comprar en su versión online de Panel Syndicate debido a las larguísimas esperas entre número y número.

Volviendo al tema del artículo, una vez que el COVID ha desaparecido y con él el aumento de ventas que provocaron los confinamientos, desde hace meses las webs americanas publican noticias sobre cierres de librerías especializadas por todos los Estados Unidos y Canadá. De hecho, la cifra sería aún más grande si no fuera porque el auge del manga ha parado el golpe que supone para los libreros las bajadas de ventas en las editoriales mainstream como Marvel y DC.

Que las ventas de Marvel y DC están bajo mínimos es algo que poca gente duda. Empezando por un Tom Brevoort que afirmó hace unas semanas en su blog que Marvel ha cambiado su política editorial, y frente a las series regulares abiertas de toda la vida, ahora Marvel prefiere publicar miniseries sucesivas. La política de Marvel ahora es publicar dos miniseries con dos números uno antes que una serie abierta de 10 números (o más) porque el segundo número uno de la nueva miniserie siempre venderá más que el número 6 de esa misma colección. Asistir además a la cancelación sucesiva de casi todas las colecciones abiertas en cuanto supera los 20 ejemplares (o antes) es otra evidencia clarísima.

Y esto hablando de Marvel que se supone que sigue siendo la editorial número uno en ventas de Estados Unidos, porque si hablamos de DC la cosa es mucho peor en sus comics en continuidad. Fuera de éxitos puntuales como el Batman / Spawn, el universo DC sigue renovándose cada pocos años para intentar levantar las ventas de un universo que parece que interesa cada vez a menos lectores. Incluso reconociendo lo mucho que he disfrutado por ejemplo las últimas colaboraciones de Mark Waid y Dan Mora en Batman y Superman y en el relanzamiento de Shazam!

Esta política de series cortas pensadas para ser recopiladas en tomo no es exclusiva de las dos grandes. Editoriales como AWA están especializadas en publicar series de un único tomo, centrados como están en intentar vender conceptos para cine o televisión. Además, teniendo en cuenta que me da la sensación que los artistas cada vez son menos propensos a «hipotecar» su carrera muchos años en un único comic, la tendencia que parece se está imponiendo es que las series indys cada vez son más cortas. Los últimos comics de Rick Remender Una sed de venganza justificada con André Lima Araujo y Death or Glory con Bengal sólo se han extendido el equivalente de dos tomos, por ejemplo. Da la sensación que puestos a vender los derechos de un comic para una serie o película, realmente da igual si el comic es corto o largo. Por lo tanto, ¿para qué extenderse? Series como Deadly Class con Wes Craig con una duración de 56 números son cada vez más escasas, y es justo la tendencia que creo fundamental que se rompa.

Y precisamente, la mayoría de mis comics favoritos de siempre en el ámbito independiente o de creación propia fueron colecciones de larga o media duración que parecen impensables hoy en día. Aparte de The Walking Dead (193 números) o Invencible (144 números) de Kirkman, Adlard y Ottley, Scaped duró 60 números, Preacher 66 más varios especiales y miniseries, Sandman 75. Y el doble Fábulas, 150. Incluso Locke & Key, cuya primera serie duró 37 números , sería vista como una anomalía en el panorama comiquero actual. Estas series aparte de todo exigían una fidelidad en el lector, obligándonos a ir todos los meses a nuestras librería, y años después de finalizar sus tomos recopilatorios se siguen vendiendo como churros. Ofreciendo una experiencia de construcción de mundos y evolución de los personajes inigualable que los comics actuales de duración corta nunca van a poder igualar.

Hace unos meses publiqué un artículo similar argumentando que el comic americano necesitaba un revulsivo, sobre todo personalizándolo con comics EVENTOS que se sintieran importantes y trajeran público a las librerías. Pensando en qué cosas podría detener la sangría de pérdida de ventas de los comics mainstream en el canal de las librarías especializadas americanas, más que un comic evento puntual de cinco o seis números, lo que de verdad necesita la industria son más series regulares de larga duración que resulten populares. Necesita el nuevo The Walking Dead o el nuevo Saga. De hecho, no necesita una única colección popular, necesita cuantas más posible que atraigan a las librerías a clientes a comprar su dosis regularmente. Clientes que una vez allí a lo mejor piquen otra cosa y ayuden a revitalizar las ventas de todas las editoriales.

Por eso comics estupendos como Friday no sirven, al estar hablando de una serie que publica una grapa cada seis meses, un tomo cada año y medio. De hecho, aún teniendo a autores super populares en España como son Ed Brubaker y Marcos Martín y con dos tomos publicados, esta misma semana hable con un amigo tuitero que no sabía ni que esta serie existía. Necesitamos de comic que mantengan la regularidad y que sean consistentes en su salida, de forma que los lectores tengamos tranquilidad a la hora de saber que antes o después vamos a poder leer.

El problema que tiene la brevedad en las colecciones de Marvel (por ejemplo) es que muchos lectores no se animan a comprar las grapas y prefieren esperarse a comprar los tomos una vez se sepa si el comic es bueno o no. Pero claro, si una colección como Extraño de Jed MacKay y Marcelo Ferreira termina en el número 10 USA, dando inmediatamente comienzo otra «nueva» etapa que te venden que va a ser aún mejor, estoy convencido que hay mucha gente que piensa «¿Para qué empezarla si ya ha terminado y lo siguiente va a ir por otro lado?» Esta es la mentalidad del lector veterano de toda la vida, como es mi caso, que estamos acostumbrados a las historias río de los comics de los años 70 y 80. Pero estoy convencido que no soy un caso único, mucha gente que no compró un comic cuando salió al final no llega a hacerlo debido a la acumulación de oferta que tenemos todos los meses en las librerías. Y en este caso, no es que no compro Extraño porque compro otra cosa en su lugar, al final no compro Extraño y punto.

Justo por esto me parece fundamental que todas las editoriales y autores rompan esa tendencia negativa y autodestructiva. Pensando en Robert Kirkman o Mark Millar, dos autores modélicos es su idea de negocio y su conocimiento de la industria que dirigen Skybound y Millarword, hablamos de empresas super saneadas y rentables que no tienen problemas económicos, deberían atreverse a publicar el próximo Star Wars, la próxima Canción de Hielo y Fuego confirmando desde el comienzo que son grandes historias que se desarrollarán a lo largo de años y que llegarán a su perfecto final en algún momento del futuro, creando un viaje que merezca la pena vivirlo. Millar en su canal de Youtube ha afirmado en varias ocasiones que si consigue fichar a los mejores autores del medio para unos comics que son propiedad de Netflix y por tanto son trabajos de encargo, es porque les paga más que Marvel o DC. Directamente. Y estoy seguro que tras el pelotazo de The Walking Dead, Kirkman también podría hacerlo, aparte que comparta los derechos de la obra con sus colaboradores, por ejemplo Chris Samnee en Fire Power o Lorenzo de Felipe en la inminente Void Rivals, que se estrena este mismo mes de junio en USA.

De hecho, incluso aunque las ventas de grapas fueran flojas, Millarworld o Skybound se deberían comprometer a continuar su publicación dado que todos sabemos que luego con las diferentes recopilaciones en tapa blanda, tapa dura u omnibus estos comics resultan siempre rentables. Y claro, podréis pensar que es muy bonito pedir a otro que arriesgue su dinero en algo que no está funcionando, pero el buen empresario no es el que piensa a corto plazo, sino el que se atreve a poner su mirada en el medio y largo plazo. Recordando el ejemplo de Invencible vemos un comic que sus grapas realmente nunca se vendieron demasiado bien. Sin embargo, 5 años después de terminar, sus tomos siguen vendiéndose de maravilla. Y apuesto que dentro de 10 seguirán habiendo ediciones disponibles para los lectores. Y volviendo a los años de publicación, Invencible fue un comic en el que el boca a boca entre lectores y críticos funcionó durante años, y eran recomendaciones que invitaban a leer la colección desde el principio con los tomos, pero también ofreciendo buenos puntos de entrada a las grapas. Este debería ser el ejemplo a seguir.

Hay una realidad, y es que los comics de éxito se retroalimentan con el paso de los años. Ed Brubaker comenta que las ventas de sus novelas gráficas de la serie Reckless no han dejado de crecer. Pero no es solo que la nueva vende más que la anterior, cosa que sucede, es que junto a la novedad las obras antiguas aumentan sus ventas coincidiendo con los nuevos lanzamientos, al haber lectores que descubren la obra en ese momento. La conexión entre las ventas de la novedad y del fondo editorial funciona si los editores mantienen disponibles los comics para los libreros. Este debería ser el camino, algo lógico, ¿no? Y sin embargo, todos los años descubrimos que ante un estreno por ejemplo de cine, determinados comics clave de ese personaje están agotados y son imposibles de conseguir. El mundo al revés.

Pero no es un tema de personalizar únicamente en los autores, porque es una vergüenza que Marvel o DC realmente no se atrevan a plantear una serie de 50 números aunque no venda inicialmente. No, el decepcionante y soporífero Batman de Tom King o la floja etapa de Snyder y Capullo no cuentan, porque eran comic que SI se vendían al ser Batman. (E incluso así, DC cortó por lo sano a Tom King ante una etapa que se estaba convirtiendo en ilegible). A lo que me refiero es que deberían atreverse a buscar el próximo Starman, el siguiente Miles Morales, pero dando un margen amplio a los autores para que desarrollaran una historia río rica en worldbuilding y relaciones personales que viéramos crecer a lo largo de los meses y años.

En este sentido, la franquicia mutante de Krakoa en los términos en que está planteada no va a formar parte de la solución, porque yo hablo de series abiertas de larga duración pero lo más autocontenidas posible que sean sencillas de seguir para un lector no experto. Sin embargo, aunque como decía yo me acostumbré a comprar múltiples comics de un universo para sentir la interconectividad, la realidad es que Krakoa que se convertido en un saca cuartos con historias mediocres que no terminan o que saltan de serie en serie, haciendo que esta franquicia sea ahora mismo lo menos «reader-friendly» que podemos encontrar en la actualidad comiquera. De hecho, a veces parece que te obligan a leer estos comics con la enciclopedia al lado para recordar quien es tal o cual personaje, o para darte que cuenta que el personaje X no se parece en nada a aquel del que te enamoraste cuando empezaste la afición.

Comentaba que necesitamos el próximo TWD o Saga. Pero justo pensando en Saga nos damos cuenta de la importancia de la PERIODICIDAD, de mantener tu presencia en las librerías. Porque Saga fue un comic superventas durante su publicación, pero tras 3 años y medio de parón para que Fiona Staples recargara las pilas, las ventas no han vuelto a los niveles de 2018. Tras un parón tan grande, los lectores parece que han pasado página, o al menos parece que se van a esperar hasta estar seguros que cuando retomen el comic, este se publicará ahora si hasta su final. Porque el miedo a que una obra quede colgada está super presente en el entretenimiento mainstream. Que se lo digan a los suscriptores de Netflix o a los fans de George R.R. Martin.

Por eso estos comics deben mantener una periodicidad estable que haga que seguir estas colecciones sea una tarea confiable que no va a generar quebraderos de cabeza en el lector. En este sentido, los comics de Kirkman y en general de Image resultan el camino a seguir, publicando un arco completo mensualmente, para dejar un mes o dos de descanso al dibujante que es aprovechado para la publicación del tomo. Es normal que un dibujante no se quiera alargar en exceso en un comic, sobre todo si no genera suficientes ingresos, como parece es el caso en cada vez más comics de creación propia. Pero si la tarifa por página realmente si les sale rentable, estoy convencido que muchos problemas desaparecerían.

Tener un comic como Oblivion Song dibujado en su totalidad por Lorenzo de Felipe, o Gideon Falls por Andrea Sorrentino y Dave Stewart ofrece un plus de personalidad, calidad y consistencia artística al lector que ningún comic de Marvel o DC con cuarenta dibujantes diferentes puede igualar. Este es también el camino en mi opinión. Mientras Marvel transmita que el dibujo es secundario y que da igual si un comic lo dibuja Stuart Immonem o C.F. Villa, más y más lectores irán abandonando sus colecciones cansados de artistas mediocres y nula consistencia en un medio que plantea contar historias mediante imágenes.

El mundo del comic siempre ha sido cíclico. No espero tener razón con esta reflexión, pero si me gustaría pensar que las modas cambiarán y en poco tiempo podamos ver la inversión de la tendencia actual, con unas editoriales planteando historias más ambiciosas no limitadas a la espada de Damocles que son las ventas actuales de las grapas. Seguro que si eso pasa, saldremos todos ganando.

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Crítica de Nemesis de Mark Millar y Steve McNiven (Millarworld)

Mark Millar está publicando en Image Comics Nemesis: Reloaded junto al artista super estrella español Jorge Jiménez. Es por esto que me he animado a recuperar la primera miniserie del personaje con dibujo de Steve McNiven (co-creador del comic) y color de Dave McCaig, y que fue publicada originalmente dentro del sello Icon de Marvel Comics en 2010-11.

PUNTUACIÓN: 6/10

¿CIVIL WAR? Nada. ¿KICK-ASS? Un calentamiento. ¿Qué pasaría si el hombre más inteligente y duro del mundo fuera totalmente malvado? Conoce a Nemesis. Ha estado destruyendo sistemáticamente las vidas de todos los jefes de policía de Asia, y ahora ha puesto sus ojos en Washington, DC. Entre tú y yo, la policía no tiene ninguna posibilidad. No te pierdas el libro del que TODO el mundo hablará.

Nemesis fue una miniserie de 4 números publicada en 2010-11 en el sello Icon de Marvel Comics. Icon fue creado en 2004 por Marvel para ofrecer a sus principales arquitectos de la época un espacio donde pudieran publicar comics de creación propia conservando los derechos, de forma que no tuvieran necesidad de irse a otra editorial a hacerlo. Powers de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming y Kabuki de David Mack cambiaron Image por Icon, y en este sello se publicaron también comics de J. Michael Straczynski como Dream Police y The book of lost souls, o el ahora mítico Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips. Dentro de la comodidad para los autores de publicar «en casa», lo cierto es que Icon era un espacio un tanto tacaño, dado que Marvel no invertía nada en publicidad para estos comics, siendo algo que tenían que hacer y pagar los autores de su bolsillo, al igual que los gastos de imprenta. Además, en su momento se dijo, antes de la explosión de la venta de tomos, que estas grapas sólo se imprimirían una vez aunque se agotaran y fueran un gran éxito. La idea que subyace era que Icon era un caramelo de Marvel para sus autores estrella, pero no invertían ni un céntimo más de lo necesario.

Desde que entramos en el siglo XXI Mark Millar ha sido uno de los escritores mainstream más popular y super ventas. Pero además, siempre ha tenido un gran ojo para captar las necesidades y oportunidades del sector, demostrándose un hábil profesional pensando desde una perspectiva de negocio. Tras el pelotazo de la primera serie The Ultimates, que fue publicada entre 2002 a 2004, Millar creó su sello Millarworld en 2004 para publicar comics de creación propia de los que conservaba los derechos, algo que se ha demostrado la decisión más inteligente que pudo tomar en esos años. En esos años iniciales decidió no cerrarse ninguna puerta y optó por publicar con diferentes editoriales. De esta forma, Wanted (que tuvo adaptación cinematográfica) con J.G. Jones se publicó en Image a través de Top Cow, Chosen con Peter Gross en Dark Horse y The Unfunnies con Anthony Williams en Avatar. En 2008, un Millar super asentado en Marvel tras el pelotazo de Civil War publica su primera colección creator-owned en Icon, Kick-Ass, con dibujo del super estrella John Romita Jr., comic superventas que también tuvo adaptación cinematográfica.

Steven McNiven es un dibujante de cómics canadiense. Se dio a conocer en la editorial CrossGen con Meridian antes de pasar a Marvel Comics para trabajar en cómics como Ultimate Secret, Marvel Knights 4 y New Avengers, firmando un contrato en exclusiva con la editorial. Entre 2006-07 McNiven fue el dibujante de la miniserie de Marvel Civil War junto a Millar, comic que Millar no deja de comentar que es el tomo más vendido de Marvel del siglo XXI. A continuación, Millar y McNiven volvieron a colaborar en la megapopular la historia de Lobezno Old Man Logan entre 2008 y 2009.

Tras estos dos pelotazos en Marvel y estando considerado McNiven el mejor dibujante de Marvel, o al menos el más mediático, Millar consiguió convencer a McNiven para que su siguiente trabajo juntos no fuera otra serie de Marvel, sino NEMESIS, un comic que se vendió con la premisa de ver qué pasaría si Batman fuera un psicópata como Joker. Algo que se dice provocó una llamada de DC para limar asperezas y asegurar que no sería necesaria una denuncia por uso indebido de su personaje estrella. El comic fue una miniserie de apenas 4 números y 96 páginas en total y salió con una periodicidad trimestral en mayo, agosto y noviembre de 2010 y febrero de 2011, entiendo que para que su publicación no afectara los posibles comics o portadas que Marvel encargara a McNiven en esas misma fechas.

Entrando a valorar el comic en si, Nemesis es uno de los comics que menos me gustan de Millar, y mi relectura no ha hecho más que recordarme los motivos. En comics previos como The Authority Millar ya se había ganado la fama de crear historias que son una macarrada super punki capaz de todo para provocar un shock al lector. Nemesis lleva esta valoración a un nivel superior. En Authority la punkarrada tenía un sentido, por ejemplo al realizar una parodia super over-the-top de los Vengadores en uno de sus arcos. Pero en Nemesis Millar se lía a un frenesí mega gore sin más intención narrativa que mostrar que lo hace porque puede, y que sus comics incluyen escenas en lo referido a ultra-violencia y gore que ningún otro escritor / editor se atrevería a publicar en un comic mainstream. Como elemento publicitario, estoy seguro que consiguió su objetivo, pero no es algo que yo como lector disfrute especialmente.

A la hora de plantear la muerte del jefe de policía de Tokio en la escena inicial, Millar no se limita a hacer que Nemesis le mate para dejar claro que este personaje es un villano, sino que muestra un sadismo extremo destruyendo un edificio lleno de gente como adelanto de que un tren bala aplaste al policía. Y la punkarrada no se detiene ahí, hay más. El comic sugiere un trauma infantil como el de Batman/Bruce Wayne como motivación de Nemesis, algo que se demuestra más adelante como una pista falsa, una punkarrada más. Que una de las sorpresas detrás de este asesino de masas es que su motivación para hacer lo que hace sea que «se aburre» es uno de los argumentos más macarras, nihilistas y, por qué no decirlo, tontos, que se pueden leen en un comic. Aunque es cierto sentido, eso es precisamente la motivación de Joker. Pero hay un montón de elementos super over-the-top en cada grapa, como el ataque al Air Force One cuando Nemesis no puede volar, o que deje embarazada a la hija del Jefe de Policía de Washington Blake Morrow, su siguiente víctima, con los espermatozoides de su hermano (el otro hijo de Morrow), colocando un explosivo que hace imposible que aborte. Whaaaaat?!!!!

En positivo, hay que decir que el mundo del comic americano debe ser uno de los pocos medios en entretenimiento en que apenas hay contenidos protagonizados por villanos. Millar vio este nicho hace mucho, porque Wanted es una historia de villanos, al igual que este Nemesis o Super Crooks junto a Leinil Francis Yu. Se le puede decir muchas cosas al escritor escocés, pero me gusta que sus high-concept sean siempre potentes y bastante diferentes entre si. También debo reconocer que incluso sin conectar con la historia de Millar, el comic se lee como un tiro y funciona sin duda como una historia de acción super over-the-top con giros constantes. El público que disfruta de películas como Posesión infernal o Destino final, por decir dos series que me vinieron a la cabeza inmediatamente, se lo pasarán genial leyendo este comic. A los que habría que sumar aquellos lectores post-adolescentes que pienses que los superhéroes con cosas «para críos».

A lo largo de los años, además de por sus argumentos hiper molones pensados para una adaptación cinematográfica, Millar se ha ganado fama de «trabajar con plantilla», planteando siempre en sus historias una traición en su número 4 que lo cambia todo y una macarrada o giro final en el climax de sus comics. En Nemesis creo que también tenemos esto, aunque limitado al formato de cuatro números de esta miniserie.

Hay un elemento que me llamó la atención de esta relectura. En 2008 Christopher Nolan hizo historia del cine mainstream con The Dark Knight. La parte del joker dejándose atrapar como parte de su plan fue un giro de guion super influyente que fue copiado en los años siguientes por muchísimos blockbusters palomiteros, desde Star Trek Into Darkness, Skyfall de 007 o incluso Los Vengadores de Joss Whedon. Millar también usa esta idea en Nemesis, y al ser un comic publicado dos años depués no tengo duda que no es casualidad, vio la película de Nolan y aprovechó esta idea que se ajustaba como anillo al dedo en su historia de un sádico asesino super inteligente. Unido a esto, este super criminal que planea sus golpes con años de antelación tiene mucho que ver con el Joker de Heath Leadger, que fue convertido en un avatar del Caos capaz de los planes más complejos y rocambolescos. Millar, eso si, hace un «sujétame el cubata» haciendo que sus planes de alarguen con años de antelación, llegando hasta situaciones tan ridículas como el giro final del comic (que no rebelaré por si alguien no leyó este comic).

El comic tiene el problema que Nemesis es un psicópata y por supuesto es imposible conectar con las masacres que va cometiendo, algo acrecentado por la motivación del aburrimiento. Pero a la vez, Millar tampoco hace demasiado para que empaticemos con el Comisario Blake Morrow, un policía íntegro que se tendrá que enfrentar a Nemesis (más bien sufrirlo) y que pone su trabajo por encima de su familia, hasta el punto que sus hijos le ocultan cosas porque le tienen miedo. Puestos a presentar a un Comisario Gordon en este comic, parece que Millar tampoco busca que sea un protagonista 100% positivo, supongo que porque estimaba que así lucía más cool.

Entrando a valorar el apartado artístico, Steve McNiven mantiene su estilo hiper realista que le encumbró en Civil War y Old Man Logan, pero no estamos ante uno de sus mejores trabajos. Hay un primer elemento que afecta a la lectura y es el propio Nemesis. El comic se vendía con la premisa del «Batman psicópata», y supongo que para transmitir la idea de opuesto al Caballero Oscuro, Millar y McNiven presentan a un villano vestido con un traje de spandex blanco absoluto. Y lo que podría ser una buena idea a nivel conceptual resulta fallida para el lector al ser una figura sin ningún elemento icónico ni nada que haga que merezca la pena recordarle. Por no tener, no tiene un logo o imagen icónica en el pecho. Por cierto, como el comic se plantea desde un punto de vista «malote», Millar no desaprovecha la ocasión para lanzar una pullita sobre lo absurdo que es el origen de Batman en la parte del viaje de un joven Bruce Wayne para entrenarse para ser el mejor en lo que hace.

Unido a esta falta de elementos icónicos, no se si por el hecho de entintarse a si mismo o por el exceso de hiper violencia, pero las páginas de McNiven con color de Dave McCaig lucen «sucias», por calificarlo de alguna manera. Y ojo que la ultraviolencia en las escenas de acción es genial y me encanta, no tengo problema con que un comic incluya elementos gores. Pero la lectura de este comic me deja la sensación que no por intentar ser super realista y dibujar hasta el último músculo del cuerpo tu dibujo es mejor. De hecho, este empeño choca con la tontería y el gore de la historia, por lo que hay cierta disonancia en el conjunto.

A ver, siendo McNiven, no es que el dibujo esté mal. Para nada. Nemesis es un «pasa-páginas» que cuando lo empiezas no puedes dejar de leerlo, y eso es mérito de su dibujo. La acción está super bien narrada y consigue impactar con los numerosos puntazos con que Millar riega la historias. Y los detalles de arquitectura cuando los dibuja están muy guay también. Quizá el problema es que el listón lo había puesto muy muy alto en sus comics previos, de forma que entregar un comic que no es sobresaliente se ve como una pequeña decepción. Creo que los tiros pueden ir por ahí.

Voy a hacer un último comentario sobre el giro final CON SPOILERS, pero lo voy a colocar detrás de esta imagen promocional por si no leísteis este comic y preferís que os chafe la sorpresa:

El high-concept de Nemesis era presentar a un Batman psicópata jokerizado en un frenesí criminal. La historia sugiere una historia de origen similar a la de Batman, al plantear que Matt Anderson era un niño hijo de una pareja de asesinos en serie que jura venganza hacia los policías que detuvieron a sus padres y les llevaron a la cámara de gas. Sin embargo, Millar con su aproximación macarra cambia la narrativa al mostrar en uno de sus giros marca de la casa que realmente Nemesis NO es Anderson, ya que Anderson murió cuando era un joven en un antro en mitad de la nada donde fuera que fuese para entrenarse para su venganza. Asesinado por quien sea que es Nemesis en la actualidad. Este elemento es una ostia en toda la boca del origen del héroe de DC, reforzando que un niño sólo por los lugares más peligrosos del mundo en el mundo real no se convierte en un experto luchador mente maestra, sería asesinado (o algo peor) a las primeras de cambio.

El problema principal viene con la sorpresa de las últimas páginas del comic. De forma sorprendente, Morrow mata a Nemesis en el climax final en la Casa Blanca y de alguna manera parece que va a haber un final feliz. Sin embargo, Millar la vuelva a liar al mostrar que el Nemesis muerto no era el verdadero Nemesis, que es un rico empresario que se dedica a dar habilidades mejoradas a personas aburridas para que desaten el caos. Personas se entiende super ricas que pueden pagar el costoso tratamiento. Entiendo que esta fue la forma que Millar entendió mejor para dejar la puerta abierta a nuevas historias en caso que este Nemesis tuviera éxito.

Sin embargo, este último giro es una idea completamente fallida más allá del shock-value, porque si cualquiera puede ser Nemesis, en el fondo no hay nada especial en él. Y a la vez, la idea que un maestro del caos y el crimen puede ser fabricado sin problemas rompe lo que acabamos de ver, que eran acciones excepcionales de alguien muy loco. El detalle final de una mente maestra que 10 años antes sabía que Morrow sobreviviría a Nemesis y estaría un día concreto en un sitio determinado para poder recibir su felicitación es una ridiculez más de un final que no me funciona en absoluto.

En todo caso y a modo resumen, incluso no conectando con la historia de Nemesis, es un comic resultón que tiene claro qué tipo de entretenimiento ofrece y al público que lo dirige. Si entras en el rollo no tengo duda que es un comic super entretenido.

Comparto las primeras páginas del comic:

Volver a leer Nemesis me ha recordado porqué es uno de los comics que menos me gustan de Millar, unido a que tampoco es el mejor trabajo de McNiven. Un Millar hiper macarra y over-the-top que ponía el shock-value por encima de la historia.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de The Ambassadors 1 de Mark Millar y Frank Quitely (Image Comics)

Mark Millar es uno de los grandes animadores del mundo del comic mainstream americano. Y lo ha vuelto a conseguir gracias al estreno esta semana de The Ambassadors con dibujo del superestrella Fran Quitely, su nueva miniserie dentro de su sello Millarworld propiedad de Netflix que ha sido publicado esta semana en Estados Unidos a través de Image Comics.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

ESTRENO DE LA MINISERIE

El cómic más ambicioso de todos los tiempos ya está aquí: imagina que puedes regalar superpoderes a seis personas. En un mundo de ocho mil millones de habitantes, ¿a quién elegirías? Únete a seis de los mejores artistas de la industria en una enorme historia sobre gente corriente de todo el mundo que explica por qué deberían ser ellos. Esta primera historia cuenta con ilustraciones de la superestrella FRANK QUITELY.

The Ambassadors va a ser una miniserie de 6 números con un dibujante diferente para cada número. A Frank Quitely le van a seguir Kark Kerschl, TRAVIS CHAREST, OLIVIER COIPEL, Matteo Buffagni y MATTEO SCALERA. Un autentico all-star de estrellas del firmamento comiquero. En el caso de Charest, la alegría no puede ser mayor.

Aunque hay muchos críticos con el trabajo de Mark Millar, lo que nadie puede negarle es que plantea los mejores high-concepts del mundo del comic americano. Y es que en The Ambassadores tenemos un «Willie Wonka con superhéroes». Y ahora a posteriori parece una obviedad super sencilla de realizar, pero por alguna razón que nadie acaba de aclarar nunca, estas ideas tan potentes, atractivas y comerciales sólo se le ocurren al escritor escocés. Pero un Willie Wonka con giro (como no podía ser de otra forma conociendo a Millar), porque mientras la científica que pretende regalar habilidades super humanas a seis personas de todo el mundo lo quiere hacer de forma desinteresada a personas «buenas» que lo merezcan, los gobiernos que llevan décadas buscando conseguir y controlar estos poderes no parece que estén muy de acuerdo con esta idea.

El comic cuenta con 28 páginas de historia que presenta de forma modélica esta premisa básica, con una narración fluidísima que hace que devores el comic y no puedas parar de leer. Y por supuesto, junto a una gran atención a la geopolítica internacional que abre posibilidades interesantes para la historia, hay momentos muy punkis y gores que también son muy marca de la casa Millar, cuando conocemos la historia de la científica que ha hecho este descubrimiento. Otro elemento interesante del comic es la intención declarada de Millar de alejar la historia de los Estados Unidos para sacar a esta historia de la zona de confort superheróica del maintream comiquero. De esta forma, además de contar con dibujantes diferentes, cada historia se situará en un punto diferente del globo mientras vamos conociendo a los teóricos agraciados, o al menos a las personas que se van a postular para recibir estas habilidades, otra cosa es que lo consigan. Plantear esta historia internacional ha planteado un desafío creativo importante para Millar, ya que buscaba reflejar correctamente los diferentes países y no caer en las típicas idioteces de turista que mira por encima del hombro otro países. Esto le obligó a realizar numerosos fact-checkings con personas de su confianza de estos países que llevaron a varias reescrituras.

Hay además otro elemento clave que plantea un elemento novedoso al género de los superhéroes, ya que frente al origen accidental de tantos y tantos superhéroes de Marvel o DC, la idea central que plantea este comic es que van a ser elegidos por alguien que busca encontrar a buenas personas. ¿Quién decide algo así? ¿Qué significa «bueno» para empezar? ¿Y como vendes a esta científica que eres tú la persona que más lo merece? Estas preguntas van a tener que ser desarrolladas en la serie, pero que alguien las piense en primer lugar me gusta y consigue que me enganche a un comic con muchísimo elementos novedosos e interesantes.

Millar ha comentado que Brendan McCarthy dirigió el equipo que diseñó los personajes, lo que ayuda a dar continuidad al conjunto y permitió a cada artista a concentrarse en su capítulo. Además, para conseguir trabajar con artistas super estrellas como Travis Charest y Frank Quitely que generalmente no tienen tiempo (ni ganas) de dibujar un comic mensual, Millar empezó a pensar en The Ambassador hace cuatro años. De esta forma, consiguió engancharles además de por la potente premisa, por la posibilidad de tener más de dos años para dibujar las 27-28 páginas de cada comic, lo que acabó siendo el elemento clave para conseguirles.

La fuerza económica de MillarWorld, que no olvidemos que es propiedad de Netflix pero que está consiguiendo éxito tras éxito de ventas en cada una de sus colecciones, ha permitido a Millar trabajar con estos márgenes tan amplios de producción. Pero al final, la otra gran ventaja de esta colección es que los lectores la vamos a poder disfrutar quincenalmente, dado que se ha solicitado una vez que la serie estaba completamente terminada. Algo que para mi es un elemento también muy positivo.

En el caso concreto de Quitely que estrena la serie, el resultado final se nota. El propio artista comenta que al haber podido trabajar con este margen tan grande tiempo, es la primera ves en su carrera profesional que podido crear un comic sin el stress de los plazos de entrega, algo que el artista escocés ha agradecido. Y si Quitely, que además se encarga de todo incluido el color, está contento, no cabe duda que los lectores también lo vamos a estar. El comic es un ejemplo de fluidez narrativa, algo en lo que Quitely es un maestro, y de atención al detalle, lo que son sus señas de identidad como artista. Al tratarse de la presentación del concepto del comic no tenemos escenas de acción que permitan el lucimiento al dibujante, pero es que todo el comic es una pasada. Dicho esto, Millar guarda a Quitely un momentazo super gore que el artista resuelve de forma brillante, consiguiendo que tengas que retira la mirada del comic durante un momento. En el apartado artístico, no se le puede pedir más a un comic. De hecho, puedo imaginar que el segundo número dibujado por Karl Kerschk va a palidecer un montón en la comparación.

En resumen, cuando tienes un comic con una premisa tan potente tan bien dibujado como The Ambassadors, es imposible que este comic no sea compra y lectura obligada.

Comparto páginas de este comic, que si te interesa puedes leer gratuitamente en Zona Negativa. Un lujazo que me ha permitido disfrutarlo para poder escribir esta reseña.

Ambassadors no ha podido empezar mejor, trayéndonos al mejor Millar de los high-concepts potentes e imaginativos con un dibujo insuperable de Quitely. Ganazas de poder leer la miniserie en su totalidad. Must-read absoluto.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de King of spies de Mark Millar y Matteo Scalera (Image Comics)

King of spies de Mark Millar y Matteo Scalera, con color de Giovanna Niro y publicado por Por Image Comics, es uno de los comics más acertados de Millarworld de los últimos tiempos.

PUNTUACIÓN: 8/10

Al mejor agente secreto del mundo le quedan seis meses de vida. ¿Morirá tranquilamente en una cama de hospital o compensará toda una vida de malas decisiones? Lleva más de cuarenta años apuntalando un sistema injusto. Ahora sabe dónde están enterrados todos los cadáveres y no tiene nada que perder cuando apunte con sus armas a todos los que alguna vez han hecho dinero creando el lío en el que estamos ahora.

Este volumen recopila King of spies 1-4 USA, publicado por Image Comics.

Mark Millar es un maestro del high-concept, y el argumento de este King of spies no podía ser más potente, al plantear a un anciano James Bond realizando una última misión contra sus jefes, al reconocer que ellos eran los villanos todo este tiempo al ser los defensores del statu-quo. Y la verdad es que nos ofrece una de sus historias más acertadas de los últimos tiempos, un blockbuster palomitero con grandes momentos de acción, punkarradas marca de la casa, villanos freaks y un final perfecto satisfactorio. No acabé de conectar con los últimos volúmenes de Jupiter´s Legacy o The Magic Order, pero aquí si que creo que Millar acierta completamente.

Millar se nota que es un gran fan de las historias de 007 y disfruta jugando con todos sus tópicos y retorciéndolos cuando hace falta. Desde la escena de acción inicial antes de los créditos, el Bond puto-amo-amoral que se acuesta con quien sea, aunque sea la mujer de su mejor «amigo» y, en este caso, el planteamiento de su misión al descubrir que le quedan tan sólo seis meses de vida. Y frente a la M cabrona-tía-dura interpretada por Judy Dench, Millar nos presenta a un jefe de «Bond» que parece una bellísima persona (dentro del trabajo que tiene, claro). El comic se ha planteado como una historia en cuatro partes que para mi tiene la duración perfecta y es otro de los valores del comic.

La historia directa y al grano me parece uno de los principales aciertos de King of Spies, pero lo que realmente eleva el comic es el alucinante apartado artístico del dibujante Matteo Scalera y la colorista Giovanna Niro. Scalera me flipa desde que le conocí en Black Science junto a Rick Remender, y es un maestro cuando se trata de plantear escenas de acción con grandes coreografías y persecuciones. Y en King of spies realmente se luce con un guion que claramente está pensado para él, resaltando sus virtudes, demostrando lo listo que es Millar a la hora de elegir a sus colaboradores. Scalera se nota que también ha debido disfrutar con este encargo, aparte de que seguro ha agradecido el potente cheque que habrá cobrado, ofreciendo un comic con la caracterización perfecta del protagonista y unas escenas de acción que quitan el hipo. Pensando en Space Bandits, la primera colaboración de Millar con Scalera, creo que ha sido en este King of spies donde Millar ha sabido sacar todo el partido a Scalera, ofreciendo un comic realmente destacado y destacable.

King of spies entra totalmente de comic que merece la pena comprar sólo por el dibujo, y si además le sumamos una historia super potente y acertada de Millar, tenemos una combinación ganadora que no puedo más que recomendar.

Comparto las primeras páginas del comic:

King of spies es justo lo que se espera de él, y con el increíble dibujo de Matteo Scalera la verdad es que luce alucinante y resulta una lectura super satisfactoria.

PUNTUACIÓN: 8/10

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