He aprovechado el estreno de la segunda temporada de Severance para suscribirme a Apple TV un par de meses. Y la primera serie que he visto ha sido la cuarta temporada de Slow Horses, la estupenda serie de espionaje británica protagonizada por Gary Oldman.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
Slough House es un purgatorio administrativo para los rechazados del servicio MI5 que han fallado gravemente en una tarea, pero no lo suficiente como para ser despedidos. Un equipo disfuncional de agentes dirigidos por su odioso jefe, el tristemente célebre Jackson Lamb, navegan entre el humo y los espejos del mundo del espionaje para defender Inglaterra de fuerzas siniestras.
Y en esta cuarta temporada, un atentado en Londres pone a Taverner bajo presión mientras que River empieza a preocuparse por su abuelo, el antiguo director de MI5 David Cartwright.
La cuarta temporada de Slow Horses adapta el libro Spook Street de su autor y creador Mick Herron. La serie de 6 episodios ha sido dirigida por Adam Randall, con el showrunner Will Smith, Morwenna Banks, Mark Denton y Jonny Stockwood escriendo los guiones. Para mi alegría, he descubierto que Apple TV ha confirmado el estreno de al menos 2 nuevas temporadas, estándose rodando en la actualidad la sexta temporada.
Gary Oldman es Jackson Lamb, el jefe de Slough House, desaliñado, flatulento, maleducado y de agrio ingenio; todo ello oculta una agudeza táctica y una firme lealtad a «sus» Caballos Lentos. Jack Lowden interpreta a River Cartwright, un prometedor agente del MI5 que fue enviado a Slough House tras un error muy público en un ejercicio de entrenamiento. Kristin Scott Thomas aparece en el papel de Diana Taverner, Directora General Adjunta del MI5, jefa de operaciones y designada como «Second Desk». Jonathan Pryce es David Cartwright, el abuelo de River Cartwright, un alto oficial retirado del MI5. Hugo Weaving interpreta al villano de esta temporada Frank Harkness, un antiguo agente de la CIA convertido en mercenario.
Los miembros de Slough House con Saskia Reeves como Catherine Standish, administradora de la oficina, alcohólica en recuperación, Rosalind Eleazar como Louisa Guy, asignada a Slough House después de que una operación de seguimiento saliera mal. Christopher Chung como Roddy Ho, un odioso informático y antiguo hacktivista, Kadiff Kirwan es Marcus Longridge, un agente con problemas de ludopatía, Joanna Scanlan como Moira Tregorian, una de las Reinas de la Base de Datos, desterrada a Slough House por Claude Whelan. Finalmente, Tom Brooke como J.K. Coe, es el nuevo «Caballo Lento» que se une al equipo esta temporada.
Completando el reparto tenemos a Sean Gilder como «Bad» Sam Chapman, antiguo Jefe de los Perros y guardaespaldas de David Cartwright convertido en detective privado. Ruth Bradley como Emma Flyte, la glamurosa nueva Jefa de los Perros, James Callis como Claude Whelan, el sobrepromocionado nuevo Director General del MI5, Kiran Sonia Sawar como Giti Rahman, una agente del MI5 en Regent’s Park, Tom Wozniczka como Patrice, un mercenario que trabaja a las órdenes de Harkness y Anna Wilson-Jones como Isobel Cartwright, madre de River e hija de David.
Slow Horses me parece una seriaza. El toque cínico que tiene la televisión británica hacia el mundo del espionaje, despojado de todo el glamour de James Bond, me parece el principal valor distintivo de esta serie. No he leído los libros de Mick Herron, pero me gusta mucho la visión a nivel de calle, y en concreto de los agentes pertenecientes al peor equipo del MI5.
Una de las claves de Slow Horses es la forma que en los jefes del MI5 hacen todo lo que está en su mano, legal o ilegal, para que no se vean involucrados en los problemas que surgen en Londres. Incluso a pesar que gran parte de las situaciones a las que se enfrentan son consecuencia de decisiones y actos inmorales y/o ilegales cometidos en el pasado. Ese es precisamente el núcleo de esta temporada, aunque en este caso no sea nada que hiciera Diana Taverner, la actual Directora General Adjunta del MI5, sino David Cartwright, el abuelo de River,
Gary Oldman está en su salsa interpretando a Jackson Lamb, aunque me gusta que la serie se centre más en otros miembros de Slough House. En especial River Cartwright, que en otro mundo sería un agente estrella y que sin embargo sigue desterrado en el pazo de los Caballos Lentos. Aunque al menos aquí sabe que tiene amigos que le apoyarán en caso de necesidad. Me gusta también el papel de Catherine Standish, la antigua secretaria de Lamb que no acaba de conseguir apartarse de este mundo. Se me hace muy difícil destacar a un miembro concreto del reparto, porque creo que todos ellos lo hacen super bien. Por ejemplo, además de los personajes principales, la serie tiene momentos muy divertidos dentro de Slough House, por ejemplo con el hacker Roddy Ho o la última incorporación, el loquísimo J.K. Coe.
Otro de los elementos que más me gustan de Slow Horses es que no se plantean finales perfectos y positivos, sino que como la vida, casa caso es el aperitivo del siguiente caso al que tendrán que enfrentarse al día siguiente. Frank Harkness, el villano de esta temporada interpretado por Hugo Weaving, es un gran ejemplo de la complejidad de este mundo de grises en los que no acaba de estar claro quien es el bueno, porque todos actúan egoístamente. Harkness si es un ejemplo claro de persona terrible, y la relación personal con River sugiere que se va a convertir en un personaje recurrente, al menos en la próxima quinta temporada. Y aunque Harkness es claramente el malo, en realidad creo que casi al mismo nivel están los jefes del MI5 más interesados en borrar sus conexiones con hechos incriminatorios del pasado ante que buscar la seguridad de su país.
La visión british del espionaje está dándonos unas temporadas super entretenidas con historias diferentes que siempre consiguen sorprenderme y con las que nunca acabo de saber por donde van a salir. Con el nivel actual, y pensando en que aún tienen más novelas de Mick Herron por adaptar, yo estaré encantado si Slow Horse se alargara más de la sexta temporada que ya está programada. Y en caso que esa temporada fuera la última, creo que quedará como una serie de televisión maravillosa.
Comparto el trailer de esta cuarta temporada:
Me encanta Slow Horses, y mientras Apple TV vaya sacando temporadas yo las veré encantado.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
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Gracias a mi suscripción a Apple TV pude disfrutar de la tercera temporada de Slow Horses, la serie británica de espionaje protagonizada por Gary Oldman contada desde el punto del equipo más pringado del MI5. Y como en temporadas anteriores, el éxito es total.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
Un romance en Estambul amenaza con exponer un secreto enterrado del MI5. Cuando Jackson Lamb (Oldman) y su equipo de inadaptados son arrastrados a la lucha, se verán atrapados en una conspiración que pone en peligro el futuro no sólo de La Ciénaga sino del propio MI5.
Esta tercera temporada de Slow horses adapta el relato de RealTigers, la tercera novela de la galardonada serie literaria Jackson Lamb de Mick Herron. La serie ha sido creada por Will Smith (no el actor, sino el escritor, productor y humorista de stand-up británico), que escribe cuatro de los seis episodios de esta temporada, con Mark Denton y Jonny Stockwood escribiendo los otros dos. Esta tercera temporada ha sido dirigida en su totalidad por Saul Metzstein.
Gary Oldman es Jackson Lamb, jefe de la casa de la ciénaga. Desaliñado y borracho la mayor parte del tiempo, sus malos hábitos ocultan su aguda mente y sus habilidades como experimentado agente de inteligencia con un pasado que no deja de atormentarle. Jack Lowden es River Cartwright, un prometedor agente del MI5 que fue degradado tras un error en un ejercicio de entrenamiento. Kristin Scott Thomas es Diana Taverner, subdirectora general del MI5 y ex-jefa de operaciones. Sophie Okonedo es Ingrid Tearney, la Directora General del MI5 y superior de Taverner.
El resto de miembros de la Casa de la ciénaga son Catherine Standish (Saskia Reeves), la administrativa de la oficina, alcohólica en proceso de rehabilitación, Louisa Guy (Rosalind Eleazar), asignada después de que una operación saliera mal, Roddy Ho (Christopher Chung), un experto en informática y antiguo hacktivista, Aimee-Ffion Edwards como Shirley Dander, una agente con problemas de ira y Kadiff Kirwan como Marcus Longridge, que sufre ludopatía. Sope Dìrísù se une al elenco de la tercera temporada como Sean Donovan, un miembro de la seguridad de la embajada británica en Estambul que quedará marcado por lo que allí vive y que buscará respuestas.
Me encantan las historias de James Bond y el glamour que transmite hacia el mundo del espionaje. Pero en realidad esas películas son muy poco realistas, estando el mundo real mucho más cerca de lo que podemos ver en esta serie. El punto de vista de estos perdedores que la cagaron y se encuentran en el peor trabajo del MI5, desde luego el que más en el fondo se encuentra, y cómo las maquinaciones de los/las poderosos/as les arrastran a una conspiración que ellos no buscaban, me parece un elemento brillante de esta serie.
Slow Horses tiene un casting fantástico, y consiguen que todos los personajes sean super humanos y empaticemos con ellos (hablando de los agentes de la Ciénaga). Hay un elemento de humor negro alrededor de la situación de la Casa de la Ciénaga, pero realmente ellos no son personajes penosos de los que reírse, sino gente con mala suerte en su vida y problemas de los que intentan sobreponerse. Porque realmente, con sus flaquezas y sus problemas, todos aspirar e intentan ser buenos agentes y realizar bien su trabajo. En este sentido, el contraste con el gilipollas de Jackson Lamb (o Roddy el informático) también me parece genial. Resulta original que se plantee un protagonista con el que NO es posible empatizar por su forma de ser. En esto quizá se nota el punto de vista cínico inglés, y me parece que Gary Oldman se encuentra en su salsa y disfruta completamente de su papel protagonista.
Me gusta también como la historia empieza de una manera pero la historia te lleva luego en otra dirección que no esperaba, marcando una clave importante de la serie, que gente poderosa manipula los hechos por su propio interés hasta el punto de provocar que gente inocente acabe muerta. O incluso sin ser inocente, que personas mueran no por la seguridad nacional sino por una lucha de poder dentro del MI5 resulta un punto de vista muy cínico y probablemente acertado del mundo del espionaje internacional. La subtrama en la que políticos intentan introducir a empresas privadas por su interés particular también creo que es muy representativo del mundo que vivimos en la actualidad.
Otro elemento que me gusta mucho de esta serie es que se nota que Slow Horses es una adaptación de un libro, empezando porque su duración de 6 episodios me parece perfecta. A esto le sumaría el hecho que la misión resulta autoconclusiva y satisfactoria, aunque esto claro no significa que todos los personajes vayan a salir con vida.
En este sentido, que Apple confirmara la producción de las temporadas 3 y 4 al mismo tiempo me parece un acierto total, porque permite que la historia se desarrolle de la mejor forma posible, dejando algunos elementos abiertos de cara a continuaciones, pero que puede verse y disfrutarse por si misma. Como digo, Slow Horses me parece una serie super recomendable. Sobre todo si eres de los que disfrutan de una historia con un punto de vista cínico de la realidad.
Comparto el trailer de esta tercera temporada:
Me lo paso genial viendo Slow Horses y me alegra saber que aún tendremos una última temporada por disfrutar.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
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Los Caballos Lentos del MI6 dirigidos por Gary Oldman han vuelto para una estupenda segunda temporada estrenada hace pocas semanas en Apple TV.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
La Casa de la Ciénaga es un purgatorio administrativo para los marginados del servicio de espionaje británico MI6. Y está dirigida por el veterano y borracho Jackson Lamb, que se encarga de putear a sus subordinados. En esta segunda temporada, la muerte aparentemente accidental de una antiguo agente amigo de Lamb le llevará a investigar un caso en el que nadie cree y que le devuelve a Lamb a hechos de su pasado que creía enterrados.
La serie está basada en una serie de libros escrita por Mick Herron La Casa de la Ciénaga. Esta segunda temporada adapta la novela Dead Lions, publicada en 2013. La serie ha sido creada por Will Smith (no el actor, sino el escritor, productor y humorista de stand-up británico), que escribe dos de los seis episodios de esta temporada, que ha sido dirigida en su totalidad por Jeremy Lovering. Morwenna Banks, Mark Denton y Jonny Stockwood completarían el equipo de guionistas de esta serie, que Apple TV ha confirmado la producción de dos temporadas más.
Gary Oldman es Jackson Lamb, jefe de la casa de la ciénaga. Desaliñado y borracho la mayor parte del tiempo, sus malos hábitos ocultan su aguda mente y sus habilidades como experimentado agente de inteligencia con un pasado que no deja de atormentarle. Jack Lowden es River Cartwright, un prometedor agente del MI5 que fue degradado tras un error en un ejercicio de entrenamiento. Kristin Scott Thomas es Diana Taverner, subdirectora general del MI5 y jefa de operaciones.
El resto de miembros de la Casa de la ciénaga son Catherine Standish (Saskia Reeves), la administrativa de la oficina, alcohólica en proceso de rehabilitación, Louisa Guy (Rosalind Eleazar), asignada después de que una operación saliera mal, Roddy Ho (Christopher Chung), un experto en informática y antiguo hacktivista, Min Harper (Dustin Demri-Burns), un agente caído en desgracia tras dejar olvidado un documento de alto secreto en un tren. Las nuevas incorporaciones de esta segunda temporada son Aimee-Ffion Edwards como Shirley Dander, una agente con problemas de ira y Kadiff Kirwan como Marcus Longridge, que sufre ludopatía.
La primera temporada de Slow Horses fue un sorpresón absoluto, por lo que me lancé sin dudarlo a disfrutar de esta segunda, que mantiene las señas de identidad que hacen que esta serie triunfe. Ver a unos espías que tienen que hacer un seguimiento en bicicleta porque no tienen medios es una situación super divertida y novedosa que me encanta. Que la trama lleve a los personajes a la campiña provoca unas dinámicas muy diferentes a las habituales en las historias ambientadas en Londres, lo cual hace que esta temporada funcione super bien. Pero además de esto, la historia de esta temporada me ha encantado también. La forma en que algo pequeño que nadie se molesta en investigar lleva a algo más grande y eso a otra cosa mayor me parece un ejemplo espectacular de buena narrativa.
Slow Horses tiene un casting fantástico, y consiguen que todos los personajes sean super humanos y empaticemos con ellos (hablando de los agentes de la Ciénaga). Hay un elemento de humor negro alrededor de la situación de la Casa de la Ciénaga, pero realmente ellos no son personajes penosos de los que reírse, sino gente con mala suerte en su vida y problemas de los que intentan sobreponerse, por lo que me parecen todos super interesantes. Porque realmente, con sus flaquezas y sus problemas, todos aspirar e intentan ser buenos agentes y realizar bien su trabajo. En este sentido, el contraste con el gilipollas de Jackson Lamb (o Roddy el informático también me parece genial. Resulta original que se plantee un protagonista con el que NO es posible empatizar por su forma de ser. En esto quizá se nota el punto de vista cínico inglés.
Se nota que SLow Horses es una adaptación de un libro, empezando porque su duración de 6 episodios me parece perfecta. A esto le sumaría el hecho que la misión resulta autoconclusiva y super satisfactoria, dejando algunos elementos abiertos de cara a continuaciones, pero que puede verse y disfrutarse por si misma.
Recomiendo totalmente el visionado de Slow Horses, me parece una serie fantástica que ofrece un punto de vista diferente a las trilladas historias de espías super hábiles con recursos infinitos. Tengo claro que veré las próximas temporadas cuando se estrenen.
Comparto el trailer de esta segunda temporada:
Me divierto muchísimo con Slow Horses. Saber que van a hacerse dos temporadas más me parece una buenísima noticia.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
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Aprovechando mi nueva suscripción a Apple TV he visto la primera temporada de Slow horses, la serie protagonizada por Gary Oldman sobre un grupo de espías británicos poco ortodoxos.
PUNTUACIÓN: 7/10
Después de una misión de entrenamiento fallida y públicamente vergonzosa, el agente británico del MI5, River Cartwright, es exiliado a Slough House, un purgatorio administrativo para los marginados del servicio.
La serie está basada en una serie de libros escrita por Mick Herron La Casa de la Ciénaga, de la que Slow horses ha sido adaptada en esta primera temporada, mientras que Dead Lions es la segunda temporada, recién emitida por Apple TV. Esta primera temporada de seis episodios ha sido creada por Will Smith (no el actor, sino el escritor, productor y humorista de stand-up británico), que escribe cuatro de los seis episodios de esta temporada. James Hawes dirige todos los episodios. Hawes es un veterano director británico de televisión que ha trabajado en series como Doctor Who (¿y quién no?), Penny Dreadful, Black Mirror, El Alienista, Raised by wolves o Snowpiercer, entre otras.
Gary Oldman es Jackson Lamb, jefe de la casa de la ciénaga. Desaliñado y borracho la mayor parte del tiempo, sus malos hábitos ocultan su aguda mente y sus habilidades como experimentado agente de inteligencia. Jack Lowden es River Cartwright, un prometedor agente del MI5 que fue degradado tras un error en un ejercicio de entrenamiento. Kristin Scott Thomas es Diana Taverner, subdirectora general del MI5 y jefa de operaciones.
El resto de miembros de la Casa de la ciénaga son Catherine Standish (Saskia Reeves), la administrativa de la oficina, alcohólica en proceso de rehabilitación, Sidonie «Sid» Baker (Olivia Cooke) una competente agente del MI5 inexplicablemente asignada a la Casa, Louisa Guy (Rosalind Eleazar), asignada después de que una operación saliera mal, Roddy Ho (Christopher Chung), un experto en informática y antiguo hacktivista, Min Harper (Dustin Demri-Burns), un agente caído en desgracia tras dejar olvidado un documento de alto secreto en un tren. Por último, Struan Loy (Paul Higgins) agente asignado a la Casa después de enviar un correo electrónico de trabajo inapropiado.
Me ha gustado Slow horses. Reconozco que el año pasado cuando me suscribí por primera vez a Apple TV no me llamó demasiado la atención la serie, pero a la segunda fue la vencida. Estamos tan acostumbrados a James Bond, Bourne y organizaciones de espionaje super tecnificadas y profesionales, que conocer a los miembros de la Casa de la Ciénaga, o el mero hecho que algo así pueda existir, un departamento donde ubican al personal menos hábil pero que sin embargo no pueden despedir, me parece que es una idea genial con mucho potencial que la serie consigue llevar a buen puerto.
Dentro que algunos personajes son un poco patéticos, otro elemento a destacar es que NO estamos ante una comedia, sino un thriller en el que los Caballos Lentos intentan resolver el secuestro de un joven británico de ascendencia pakistaní. Un caso en el que se ven envueltos casi por casualidad que obviamente esconde mucho más que un crimen de odio, entrando en temas muy actuales de intereses políticos. Este subtexto me ha gustado mucho y como digo me ha roto las expectativas de una historia más o menos humorística, cosa que Slow Horses realmente no es. Otro de los elementos estupendos de la serie es comprobar como en el mundo real hay casualidades, problemas inesperados y situaciones contra las que es imposible preveer nada, sólo actuar de la mejor manera posible una vez se produce.
El casting me parece un acierto total. Otro detalle estupendo de la serie es el hecho que Gary Oldman parezca un gilipollas y lo siga siendo al final de esta temporada, de alguna manera evitando la típica redención de personaje atormentado que podría haberse intuido dado el estado de las series actuales. También me ha gustado ver a Kristin Scott Thomas como un alto cargo del MI5 fría y calculadora más interesada en sus intereses políticos que en salvar a nadie. En general ellos lo hacen muy bien y aportan el carisma que se les supone a la serie, aunque la investigación en si en muchos momentos se apoye sobre los hombros del resto del reparto.
En el lado positivo sitúo también la duración de 6 episodios. Me encanta que una serie cuente lo que tiene que contar sin eternizarse ni transmitir que hay elementos que sobran. En ese sentido, la construcción de los personajes me parece correcta y más que suficiente, aunque dejando varias sorpresas de cara a la segunda temporada. Y sobre todo me gusta lo ambiguo que está todo lo relativo a la geopolítica alrededor del MI5 y los intereses de sus directivos. En estas dos vertientes, creo que Slow Horses es un éxito total.
Buscando algún elemento menos bueno, la verdad es que me pareció un poco confuso el episodio en el que se muestra el interés de Taverner (Kristin Scott Thomas) en el caso, algo que no tengo claro que esté bien contado. Sin embargo, exceptuando eso, la verdad es que he disfrutado mucho con esta serie, que gracias a su duración te deja con ganas de más. Lo mínimo que se le debe pedir a una serie de entretenimiento. Cosa que son todas las series de televisión, algo que a veces sus «creativos» olvidan.
Escribiendo esta reseña me he enterado que además de la segunda temporada recién emitida, Apple TV ha dado luz verde a dos temporadas adicionales que adaptarán otras dos novelas de Mick Herron. Tengo claro que veré la segunda temporada durante el mes de febrero, así que si mantiene el nivel como espero, creo que ya tendré más motivación para suscribirme a Apple TV, sumando Slow Horses a Severance, Ted Lasso o Para toda la humanidad. Dada la saturación de contenidos, entiendo que (casi) nadie vea Apple TV, empezando porque tiene poquísimos contenidos que no justifican una suscripción de más de 2 meses (lo que dure la serie que quieres ver). Dicho esto, la verdad es que en su mayoría me gusta lo que me ofrece esta plataforma.
Comparto el trailer de esta primera temporada:
Slow horses ha resultado una serie super interesante gracias al giro de los personajes. Aprovechando que me queda un mes más de suscripción gratuita a Apple TV tengo claro que veré seguro la segunda.
PUNTUACIÓN: 7/10
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Netflix ha estrenado Mank, la nueva película de David Fincher que parece ser la gran apuesta de la cadena online de cara a los extraños Oscars de 2021. La biografía del guionista Herman Mankiewicz es un homenaje no exento de crítica al mundo del cine en los años dorados de Hollywood entre 1930 y 1940.
PUNTUACIÓN: 7/10
Biopic sobre Herman Mankiewicz, guionista de ‘Ciudadano Kane’, que repasa el proceso de rodaje de la obra maestra de Orson Welles, dirigida y estrenada en 1941. La película toma como base un guión escrito por Jack Fincher, padre de David Fincher, antes de morir en 2003. (FILMAFFINITY)
El padre de Fincher, Jack, escribió hace más de 20 años el guion de este drama biográfico sobre el guionista Herman J. Mankiewicz y su creación del guión de Citizen Kane (1941). Y aunque su hijo David tenía la intención de filmarlo, nunca encontró el momento entre sus diferentes proyectos, hasta el pundo que Jack Fincher falleció en 2003 sin que hubieran ni siquiera planes de esto llegara a realizarse. Finalmente, el año pasado se confirmó el acuerdo de Fincher y Netflix para producir esta película, que se rodó entre noviembre de 2019 y febrero de 2020, justo antes de que estallara la crisis del Covid-19.
Fincher se reúne con gran parte de su equipo cinematográfico habitual, incluido el diseñador de producción Donald Graham Burt, el editor Kirk Baxter y los compositores Trent Reznor y Atticus Ross, utilizando solo instrumentos auténticos de la época. Fincher optó por el director de fotografía Erik Messerschmidt, con quien trabajó en su serie de Netflix Mindhunter, al plantear esta película en blanco y negro para recrear el espíritu del cine de la época y la vida en el Hollywood dorado.
Para poder optar a los Oscars, la película se estrenó en cines de forma limitada en noviembre de este año, habiéndose estrenado en todo el mundo a travás de la plataforma de Netflix el pasado 4 de diciembre. Aunque luego me extenderé, Netflix domina los contenidos online siendo la cadena online con mayor cantidad (millones) de suscriptores en todo el mundo, y desde hace unos años, ha tirado la casa por la ventana para intentar ganar legimitidad y prestigio produciendo películas de las consideradas “importantes” sin reparar en gastos, para intentar arrasar en las ceremonias de premios internacionales. Roma de Alfonso Cuarón, The Irishman de Martin Scorsese o Historia de un matrimonio de Noah Baumbach son algunos de los estrenos más destacados de los últimos años, y todo apunta que la intención de Netflix es que Mank sea su gran apuesta para los Oscars de 2021.
Gary Oldman es el grandísimo protagonista de Mank gracias a su interpretación de Herman J. Mankiewicz, un escritor judio desgarbado que no se callaba lo que pensaba y que acabó muriendo por problemas derivados de su adicción al alcohol. Oldman realiza un trabajo bestial y aganta él sólo la película tanto sobrio como borracho. Fincher le ofrece un montón de momentos para su lucimiento que aprovecha para firmar una de las grandes interpretaciones de su carrera. Y ha tenido unos cuantos papeles antológicos.
El resto del casting muestra un reparto coral para contarnos cómo era la vida en el Hollywood dorado de 1930-40. Amanda Seyfried es Marion Davies un actriz estrella conocida de Mank y que acabará fichando por Warner. Arliss Howard es Louis B. Mayer, el presidente de la MGM, Toby Leonard Moore es David O. Selznick, uno de los productores iconos de la Era Dorada de Hollywood. siendo el productor de Lo que el viento se llevó en 1939. Charles Dance interpreta al magnate William Randolph Hearst, magnate de los medios de comunicación amante de Marion Davies, accionista de la MGM y sobre el que se inspira el guión de Ciudadano Kane.
Tom Burke hace de Orson Welles en la película, joven prodigio que contrató a Mank para que escribiera el guión de su vida. Lily Collins es Rita Alexander, una secretaria que ayudará a Mank a escribir el guión de Ciudadano Kane mientras convalece por una pierna rota, mientras que Tuppence Middleton interpreta a Sara, la mujer de Herman.
Además de estos actores que interpretan a personajes históricos, en Mank aparecen a modo de cameos numerosos iconos de la época, como Greta Garbo, Charlie Chaplis, Bette Davis o Clark Gable, entre otros muchos.
Empezando con los elementos positivos de la película, no hay duda que siendo una película de David Fincher Mank técnicamente es espectacular, y va a estar probablemente nominada en la mayoría de cuestiones técnicas. La fotografía es perfecta y transmite el tono crepuscular de las películas en blanco y negro. No soy un experto en cine clásico, pero la planificación de muchas escenas con el punto de cámara tal y como lo decide Fincher, los contraluces, etc… me recuerdan un montón de películas icónicas. O tal vez no a película concretas, sino al feeling que esas película debían transmitir.
La música de Trent Reznor y Atticus Ross también me ha parecido maravillosa y creo que se van también directos al Óscar con su banda sonora. En contraste con los sonidos industriales malsanos de obras previas, en Mank plantean la recreación del espíritu del cine clásico y crean una partitura creada con una orquesta o banda de música que utilizan únicamente instrumentos existentes en esa época.
Pero es que además el diseño de producción es perfecto y nos traslada al Hollywood clásico de forma maravillosa, con un vestuario, un maquillaje y un diseño de sonido que nos mete de lleno en la Meca del Cine.
Además, Fincher está tan obsesionado de recrear el feeling del cine clásico que hace el montaje de Kirk Baxter, que también está espectacular, copie las transiciones entre escenas con ventanillas que se cierran o fundidos en negro típicos de la época, seguidos de planos exteriores generales que nos introducen en la siguiente escena. Hay un elemento que no me ha cuadrado mucho y es que incorporan al metraje final elementos como los puntos negros que marcaban al proyeccionista cuando tenía que cambiar de rollo, lo cual era une necesidad técnica, no algo puesto ahí para agradar. Es por esto que añadir este tipo de datalles puede que recuerde el cline clásico pero para mi no aporta nada y llega a distraer con algo que no debería estar ahí.
Mank es Gary Oldman, y es su estupenda actuación lo que mantiene a flote a la película a pesar de un guión demasiado episódico al que le falta un punch dramático y un foco concreto. Junto a Oldman, el resto de actores están bien, aunque al no conocer a los personajes históricos no puedo decir si realmente han hecho justicia a estas personas o no. En todo caso, no tengo ningún problema con las interpretaciones. Además, dentro de su pequeño papel, Amanda Seyfried está guapísima como la actriz Marion Davies, con toda la belleza que las estrellas de Hollywood transmitían en la pantalla que las acabaron transformando en iconos.
Hay algo en Mank que no me ha cuadrado, y es que todo en ella me transmite que Fincher por primera vez en su carrera ha pensado «me muero de ganas de ganar un Óscar pero no sé cómo hacer que no se note demasiado, porque se supone que un AUTOR como yo no se preocupa por esas cosas mundanas como son los premios». Y la línea más recta era conseguir este reconocimiento con una película sobre el mundo del cine, sus profesionales y su historia, que además pudiera plantear conexiones entre esos hechos y la actualidad de la sociedad americana.
Entiendo que siendo un guión de su padre fallecido, cosa que he descubierto mientras escribía esta reseña, debe haber un indudable componente emocional para Fincher, pero debo decir que la fría y perfecta narrativa del director me impide verla, la verdad.
En todo caso, creo que el primer y principal problema es a partir de un guión que no ha estado a la altura, planteado con constantes saltos temporales desde 1940 en que Mank escribe el guión de Ciudadano Kane desde una cama, hacia 1930 para ir mostrando a modo casi de anécdotas elementos más o menos inconexos destinados a mostrar como era la vida en el Hollywood de los años 30 para los profesionales que trabajaban para los grandes estudios. De esta forma se forman dos narrativas, pero ninguna consigue enganchar durante el visionado porque le falta punch.
No hay emocionantes epifanías mientras escribe Ciudadano Kane, ni Mank mejora como persona, simplemente en una escena faltan 15 días para que venza el plazo y no han escrito ni la mitad, y a la siguiente escena ya está todo el guión escrito como por arte de magia. A esta mitad le falta algo, no se qué exactamente, quizá incluso interés por lo que está pasando teniendo en cuenta la forma en que nos lo cuenta Fincher, o su no-relación con Orson Welles.
Y si el “presente” de 1940 no funciona, tampoco el pasado de Mank durante la década de los 30 lo hace. Empezando porque la narración fragmentada que comentaba antes hace que nada tenga una potencia dramática. Esta parte está planteada para mostrar algunos de los vicios y problemas del sistema de estudios de Hollywood como son la explotación de los trabajadores al reducirles los salarios a sus empleados cuando no eran necesario ante la falta de unos sindicatos potentes, o el germen de lo que años más tarde se convirtió en la caza de brujas del McCarthismo contra los profesionales del cine a los que se les acusó de “comunistas”.
Este pasaje muestra además la conexión del poder económico con los productores de Hollywood, que consiguieron cambiar el sentido del voto de unas elecciones en California en 1934, al boicotear la campaña a Gobernador del demócrata Upton Sinclair, realizando la MGM una película difamatoria que decantó la campaña electoral a favor del republicano Frank Merriam en el poder. Esto provoca la muerte de un amigo de Mank, que tampoco acaba de funcionar como drama porque la escena no está bien construida ni habiamos visto tanto a dicho personaje para que nos preocupáramos por él para empezar.
Este pasaje merece un comentario, porque creo que Fincher quiere que se interprete desde el punto de vista de 2020 como una reflexión sobre que las “fake-news” ya existían hace 80 años y no son algo nuevo. Los poderosos siempre han contado con los medios para hacer que salgan elegidos los candidatos que mejor se adaptan a sus necesidades, que obviamente no se corresponden con las necesidades de la gente normal. Sin embargo, si tenemos en cuenta que Trump ha perdido la presidencia de los Estados Unidos tras la vergonzosa campaña de todos los medios de comunicación “tradicionales” contra él, que abandonaron cualquier duda que pudiera haber sobre su “neutralidad” en campaña electoral, queda la duda sobre ¿quién es el poderoso aquí? ¿A quién querían en el cargo y sobre todo a quién querían desalojar del poder? Y ojo que Trump me parece un personaje terrible, pero lo que ha pasado en las elecciones de los EE.UU. No es ni medio normal. Resaltar en diciembre de 2020 este elemento de 1934 sobre que los medios de comunicación amañan elecciones no creo que vaya a servir para criticar a quien creo que Fincher quería criticar, la verdad.
Por otro lado, comentaba antes que Fincher ofrece momentos de sobra para que Oldman se luzca, entre los que sobresale el gran climax de la película que es un largo monólogo de más de 5 minutos en el que un Mank borracho se enfrenta a William Randolph Hearst y a Louis B. Mayer en una fiesta. Sin embargo, este climax fracasa porque… ¿les cuenta lo que va a ser el guión de Ciudadano Kane? ¿Ese es el climax? Lo siento, pero no funciona en absoluto, y de hecho no tengo claro que aunque Fincher pueda pensar que este despliegue interpretativo va a ser del gusto de los académicos, no tengo claro que sea lo que ellos realmente buscan.
Teniendo en cuenta la película aún siendo históricamente correcta muestra a las mujeres protagonistas prácticamente como floreros sin importancia real en la trama, dudo mucho que esta propuesta vaya a agradar a una gran parte de los académicos, sobre todo las mujeres.
En 1942, Herman Mankiewicz y Orson Welles ganaron el Oscar de la Academia a Mejor Guión Original. Sin embargo, Ciudadano Kane fue un desastre en la taquilla debido en parte por el boycott provocado por William Randolph Hearst, y marcó el final de las carreras de ambos. Mank no volvió a escribir un guión (indicado al final de la película) y Orson Welles perdió el “final-cut” y sus siguientes películas ya nunca tuvieron el nivel de libertad y creatividad que disfrutó en Ciudadano Kane.
Aunque Ciudadano Kane es historia del cine por muchos motivos y por su indiscutible calidad, el mensaje de la película parece ser que no compensa enfrentarse a los poderosos en vida, aunque tu obra trascienda a tu muerte y se convierta en universal. Otro detalle interesante es que la película se decanta por la idea que Welles a pesar de ganar el Oscar junto a Mank, no tuvo nada que ver en la escritura del guión, algo que ha sido objeto de disputa académica y sobre lo que no me atrevería decir que esta sea la versión correcta de la historia. Tampoco que no lo sea.
Mank ha supuesto una pequeña decepción y se va a quedar muy lejos de mis películas favoritas de Fincher. En todo caso, siendo Fincher, siempre hay elementos que merecen la pena ser descubiertos y considero que no hay excusa para no ver esta película estas navidades, aprovechando el estreno en Netflix.
Comparto el trailer de la película:
Mank va a ser una película que va a generar (ya lo está haciendo) un encendido debate cinematográfico. No va a estar dentro de mi Top-5 del director, pero Fincher sigue siendo un autor que seguiré viendo todo lo que estrene, ya sea en salas de cine o en la pequeña pantalla gracias a mi suscripción a Netflix.
PUNTUACIÓN: 7/10
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