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Aliens vs Predator de Randy Stradley, Phill Norwood y Chris Warner (Dark Horse)

Uno de los comics más icónicos de Dark Horse Comics es sin duda la miniserie Aliens vs Predator, la primera reunión de estos iconos cinematográficos publicada en Estados Unidos entre junio y diciembre de 1990, y que fue realizada por el escritor Randy Stradley y los artistas Phill Norwood y Chris Warner.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO

Los humanos han colonizado Ryushi, sin saber que el planeta es usado por los Predators para la caza ritual de Aliens. Cuando las tres especies se cruzan, casi todo lo que puede salir mal lo hace. Para salvarse a ella y a sus colonos, la jefa de la colonia Machiko Noguchi debe forjar una tregua incómoda con el líder Depredador para luchar contra las hordas de xenomorfos engendrados por una reina alienígena desatada.

A lo largo de la historia, los monstruos más poderosos de la pantalla se han enfrentado: en la década de 1940 fue Frankenstein Meets the Wolfman, en los 60 fue King Kong vs. Godzilla, y en los 90 fue Aliens vs. Predator, comic que les reunió por primera vez catorce años antes de su primera película.

Tras el éxito de los comics de Aliens (1988) y Predator (1989) y a punto de publicar la primera miniserie de Terminator (1990), en Dark Horse empezaron a plantearse cual debía ser su siguiente comic destinado al éxito. Fruto de este brainstorming, parece ser la idea de unir en un comic a los Aliens y los Predators fue de Chris Warner, artista de la primera miniserie de Predator y editor de Dark Horse, imitando las clásicas historias de monstruos de la Universal, y simplemente pensando en cosas guays que nunca se habían visto en pantalla y a él le gustaría ver.

Randy Stradley es un editor y escritor de Dark Horse Comics, y continúa viviendo en Portland, Oregon. El número 86 de la serie Star Wars de Marvel en 1984 fue su primer trabajo en la industria del cómic. Más tarde se convirtió en socio de Mike Richardson, quien fundó Dark Horse Comics en la década de 1986, centrándose en la linea de cómics basados en licencias de películas. Además de Aliens vs Predator, Stradley ha escrito numerosos comics de Aliens y Star Wars para la editorial del Caballo Oscuro. En la pequeña Dark Horse de la época fue casi la única opción para guionizar esta miniserie de cuatro números, más un prólogo publicado en la antología Dark Horse Presents.

Visto en perspectiva, la elección de Phill Norwood como dibujante de esta miniserie fue un tanto polémica aunque globalmente acertada. Norwood, afincado en Los Angeles, era un ilustrador que trabajaba para la Industrial Light & Magic creando storyboards para películas. Su único trabajo en el mundo del comic previo a este Aliens vs Predator fue una historia corta en el Dark Horse Presents 33, “Project: Overkill”, junto al guionista Eric Luke.

Gran fan de ambas franquicias, aceptó encantado la posibilidad de dibujar esta serie, pensando que sería un trabajo similar a los storyboards, enviando un primer boceto para su aprobación para luego realizar el lápiz definitivo. Junto a Norwood, el veterano Karl Story que realizó las tintas de los dos primeros números, mientras que Robert Campanella entintó los dos últimos. Monika Livingston coloreó toda la serie, trabajo que resultó bastante polémico, con Pat Brosseau en la rotulación.

Aunque lleno de ilusión, el trabajo le vino un poco grande a Norwood, que se disculpó públicamente con sus compañeros al no cumplir algunas fechas de entrega, lo que perjudicó el trabajo posterior del resto de artistas. Además, mientras estaba a mitad del dibujo del tercer número, recibió una llamada de JAMES CAMERON, con el que ya había trabajado en The Abyss, para que realizara los storyboards de Terminator 2: El día del juicio final. Este encargo era demasiado bueno, y aunque inicialmente pensó que podría realizar ambos encargos simultáneamente, a duras penas pudo terminar todas las páginas del tercer número, por lo que finalmente tuvo que abandonar la serie. El veterano Chris Warner, que acababa de terminar de dibujar la primera miniserie de The Terminator también en Dark Horse, pudo encargarse con su habitual solvencia del último número.

Para ir abriendo boca, Dark Horse publicó 3 historias cortas a modo de preludio o introducción de esta miniserie en Dark Horse Presents en blanco y negro. Están páginas obra de Stradley, Norwood y Story fueron publicadas a los pocos meses en el comic Aliens vs Predator nº 0. En tomos posteriores se ha publicado una versión coloreada de estas páginas. Mike Mignola realizó la portada del número 0, mientras que Chris Norwood dibujó las de los 3 comics que dibujó. La guinda del pastel fue el espectacular Dave Dorman, que pintó la portada del cuarto número, para mi la mejor de la toda la serie.

La historia de Stradley se mueve dentro de un tono de blockbuster palomitero y planta las bases de lo que hemos visto luego en muchas obras posteriores. Los Predators usando a los Aliens como rito de iniciación de los jóvenes cazadores, con unos humanos atrapados en medio por accidente. Al tener los Predators unos valores “racionales”, los humanos pueden convencer al menos a algunos de ellos para colaborar antes la amenaza de los Aliens. Por último, como suele suceder en este tipo de historias, la codicia humana es el desencadenante de todo, al provocar de forma involuntaria infiltración de los Aliens en el complejo humano del planeta Ryushi.

Dentro de esta premisa general, la elección de la protagonista, Machiko Noguchi, una novata jefa de la colonia que aprenderá que existe vida más allá de las salas de reuniones y de los despachos, me parece una elección brillante y funciona de maravilla. Además, dado que estamos ante una historia completa en 4 números y 112 páginas en total, Stradley va al grano desde la primera página, marcando un ritmo que no afloja hasta el final del comic.

En el apartado gráfico, se nota la habilidad de Norwood como artista de storyboards, ya que sus páginas son super dinámicas y cuenta con unas estupendas escenas de acción. Si la parte de la acción es un éxito, también acierta en la creación de personajes y el diseño de seres alienígenas y de la colonia humana de Ryushi. Los humanos son claramente reconocibles y transmiten mucha personalidad, lo que habla muy bien de la capacidad de Norwood al dibujo. Sí hay que reconocer que algunas páginas de su tercer número se ven más apresurados que el resto, algo normal sabiendo el problema que tuvo que le obligó a abandonar el comic.

Chris Warner en el cuarto número ofrece un dibujo de línea clara que cuenta también de maravilla la historia, aunque quizá vi a Norwood ofrecer planos de cámara más dinámicos e interesantes. Globalmente, creo que el apartado artístico de esta miniserie luce a gran nivel, aunque es cierto que los colores planos de Monika Livingston para este comic quedan un poco anticuados leído el comic hoy en día, teniendo en cuenta lo acostumbrados que estamos a los coloreados digitales actuales.

Comparto las primeras páginas de esta miniserie:

Aliens vs Predator es un excelente miniserie que abrió a los fans un mundo nuevo que durante muchos años sólo podiamos disfrutar en los comics, y que aún ahora sigue ofreciendo un más que notable entretenimiento. Un clásico con todas las letras que 30 años después de ser publicado merece ser conocido por las nuevas generaciones de lectores.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO

 

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Aliens de Mark Verheiden y Mark A. Nelson (Dark Horse)

En 1988, Dark Horse Comics cambió el paradigma editorial americano con la publicación de la primera miniserie de Aliens, escrita por Mark Verheiden y dibujada por Mark A. Nelson, continuando los sucesos de la película de James Cameron de 1986. El siguiente comic clásico de la editorial del Caballo Oscuro que hoy quiero recordar.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO

En el espacio profundo, un equipo de rescate es atacado por monstruos aparentemente imparables. Se llama a los marines, pero necesitan a alguien con experiencia. Pronto Hicks (el superviviente de Aliens con cicatrices horribles) y Newt (que ahora tiene casi dieciocho años) se encuentran en una misión para localizar y destruir el mundo natal de los Aliens.

Esta primera miniserie de Aliens de 6 números fue publicada en Estados Unidos entre 1988 y 1989. En España por Norma Editorial en 1991, dentro de su colección Nostromo dedicada a las adaptaciones de franquicias cinematográficas.

Al adquirir la licencia para publicar comics de Aliens en 1988, los responsables de Dark Horse Comics Mike Richardson y Randy Stradley tomaron la decisión desde el principio de no publicar series mensuales ilimitadas tal y como Marvel Comics hizo con los comics de Star Wars, sino que prefirieron construir su línea editorial a partir de series limitadas, one-shots e historias cortas más o menos autoconclusivas, lo que permitiría una mayor libertad creativa y flexibilidad para los escritores y artistas implicados, además de permitir a la pequeña editorial poder mimar como se merecían cada una de las historias. Tras Aliens, los comics basados en licencias aumentaron con las primeras miniseries de Predator (1989), Terminator (1990) y, por supuesto, la también mítica Aliens vs Predator (1990).

Mark Verheiden es ahora un reconocido escritor y productor de cine y televisión, tras haber trabajado en series como Battlestar Galactica, Heroes, Falling Sky o Daredevil, además de escribir los guiones de películas como The Mask o Time Cop. Pero en 1986 era un chaval de Portland (Oregon),con ganas de comerse el mundo. Muy activo en la escena comiquera local, se hizo amigo de Mike Richardson y Randy Stradley, que acabaron fundando Dark Horse Comics.

Aunque se mudó a Los Angeles para luchar por su carrera como guionista, Richardson y Stradley le preguntaron si tenía alguna idea para un comic. Este propuesta acabó siendo The American, el primer comic publicado de Verheiden en 1987 con dibujo de Chris Warner. Tras el éxito de este comic, Richardson y Stradley le ofrecieron escribir la primera miniserie de Alien de 6 números, publicada finalmente entre 1988 y 1989 y que contó con dibujo de Mark A. Nelson, con la peculiaridad de ser publicada en blanco y negro, una “anormalidad” dentro del mundo editorial americano mainstream.

Dark Horse planteó esta serie como una continuación directa de Aliens: El Regreso de James Cameron de 1986. Verheiden comenta que por contrato no podían usar al personaje de Ripley interpretado por Sigourney Weaver, pero quitando eso tuvieron una libertad prácticamente total para crear el comic que ellos quisieron. Otro elemento destacado es que dado que en ese momento no tenían claro si esta iniciativa iba a tener continuidad porque no sabían si el comic iba a ser un éxito o un fracaso, no se guardaron nada en estos seis números protagonizados por unos traumatizados Hicks y Newt.

Frente al tono de aventura espacial de la película de Cameron, Verheiden optó por crear un guión más cercano al tono de terror de Ridley Scott centrado en una adolescente Newt que se encuentra traumatizada en la Tierra tras haber sido abandonada por Ripley, por causas no aclaradas en esta miniserie. Y no es que el mutilado Hicks se encuentre mucho mejor en los diez años que han transcurrido desde el final de la película de Cameron hasta ahora. En todo caso, a pesar de centrarse en el retrato psicológico, Verheiden comenta también que aprovecharon al máximo las ventajas del comic respecto al cine al no estar limitados por un presupuesto, unas localizaciones concretas y los limitados efectos especiales de la época.

En esta primera miniserie volveremos a ver a Hicks y Newt enfrentarse a los Xenoformos, pero también les veremos viajar hasta el planeta natal de los Aliens junto a un nuevo equipo de marines espaciales, además de encontrarse con la raza de los Spaces Jockeys presentados en la película original de Ridley Scott. Sin olvidarse de la repercusión que la existencia de los Aliens provocaría en la Tierra, de forma que el argumento en la Tierra cobra casi más protagonismo durante esta serie que el viaje de Hicks y Newt al espacio.

Esta primera miniserie nos cuenta una buena historia utilizando elementos clásicos de las películas, como es el colocar a los protagonistas en medio de una lucha entre corporaciones para controlar al Alien, a los que añade unas dosis de fanatismo religioso que complican el futuro de la raza humana. Como en las películas, el Alien no es ni bueno ni malo, sino que actúa según su naturaleza y buscando sobrevivir. Si hay un villano en esta historia, estos son la codicia del ser humano representado por el conglomerado militar-industrial, que no duda en sacrificar a quien sea con tal de conseguir su “activo”. Como dicen en el propio comic, al final la raza humana cae no por culpa del alien sino por sus propias miserias.

El comic sorprende un poco por el marcado tono intimista al estar centrado en el retrato psicológico de Newt, por lo que si algún lector viene buscando un “all-out war”, quizá puede verse un pelín decepcionado. Sin embargo, me parece una notable añadido a los mitos de Aliens y, como fan de los personaje de Newt y Hicks, este comic me parece una pasada.

En lo referente al apartado artístico, la principal sorpresa de esta miniserie viene a partir de su propia naturaleza de comic en blanco y negro. Entiendo que esta decisión vino provocada primero y principal debido a que Dark Horse Comics era una editorial pequeña con apenas 2 años de vida que tenía que ajustar gastos en todo lo que pudiera. De hecho, su mítica antología Dark Horse Presents era un comic en blanco y negro. Esta decisión artística era habitual dentro del mundo underground e independiente, pero justo por eso transmitía la sensación de comic y editorial pequeña, nada que ver con los gigantes Marvel y DC, pero incluso también alejado de los First o Eclipse que publicaban en color. Una vez confirmado el éxito monumental de este comics, las posteriores miniseries de Aliens ya fueron publicadas en color, al igual que todos los comics de Predator, Terminator y del resto de franquicias que vinieron después.

Sin embargo, si eliminamos la vertiente económica y empresarial, lo cierto es que el blanco y negro funciona para transmitir el tono agobiante que la historia requería. El dibujante Mark A. Nelson fue elegido para realizar este comic. Nelson, nacido en 1953, es un ilustrador de juegos de rol como Dungeons & Dragons que había trabajado en editoriales como First Comics, Eclipse Comics y Kitchen Sink.

Sus páginas de Alien reproducen perfectamente los diseños de H.R. Giger y muestra a unos Xenomorfos igual de aterradores que en el cine. Además, los marines y los diseños de las naves y el mundo futurista están muy bien conseguidos por parte de Nelson, que muestra un gran detallismo en ese aspecto. Sin embargo, aunque su principal valor es la creación de una atmósfera opresiva y malsana y creo que es un buen ilustrador que consigue crear algunos momentos de pesadilla, le veo muy limitado como narrador, como storyteller. Empezando porque dibuja todas las caras iguales y hace que sea confuso saber quién aparece en cada viñeta. Además, narrativamente sus viñetas son muy estáticas y no hay una buena fluidez en la página. En este aspecto, el resultado global lo calificaría sólo de correcto.

El éxito de esta miniserie, que en los recopilatorios posteriores fue denominada “Outbreak / Estallido” fue arrollador y confirmó la rentabilidad comercial de realizar comics de franquicias cinematográficas de éxito. Verheiden acabó realizando dos miniseries más, ya en color, que forman una historia completa: Aliens Book 2: Nightmare Asylum junto al ilustrador Denis Beauvais (1990), y Aliens: Earth War junto a Sam Kieth en 1991. Como curiosidad, Dark Horse ya pudo utilizar a Ripley en Earth War y se convirtió como no puede ser de otra manera en la gran protagonista, al responderse la pregunta de donde había estado todo este tiempo.

Por contra, el estreno en 1992 de Alien 3 supuso un mazazo para Dark Horse, al entrar la película de David Fincher en contradicción con todo lo narrado en estos comics, hasta el punto que Dark Horse en las siguientes ediciones de recopilatorios optó por eliminar el nombre de Newt y Hicks para intentar minimizar de alguna manera esta diferencia frente al canon cinematográfico.

A pesar de haber pasado más de 30 años desde su publicación, esta primera miniserie de Aliens sigue siendo super interesante y me ha parecido una lectura espectacular que ningún fan de los Xenomorfos debería perderse.

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