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Crítica de Crossover vol. 2 de Donny Cates y Geoff Shaw (Image Comics – Panini)

Segundo volumen de Crossover de Donny Cates y Geoff Shaw, con colores de Dee Cunniffe, que trae a numerosos invitados especiales amigos de los creadores del comic para reforzar la idea de comic meta textual que habla sobre el proceso de creación y la relación entre autores y su obra impresa.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Hace cinco años el reino de ficción de los cómics colapsó sobre nuestro mundo real. Ahora, en medio del caos, se alza una nueva amenaza. Alguien, o algo, está matando guionistas de cómics por todo el país. ¡Scott Snyder! ¡Brian K. Vaughn! ¡Chip Zdarsky! ¡Robert Kirkman! ¡Brian Michael Bendis! Nadie está a salvo en el sangriento y explosivo segundo volumen de… ¡Crossover!

Este segundo volumen incluye los números 7 a 13 USA, que además de los creadores, incluyen historias de Chip Zdarsky y Phil Hester (nº 7), Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming (nº 10, Powers) y Robert Kirkman con Phil Hester (nº 12, The walking dead).

Crossover es un comic con una elevada carga metatextual, al presentar la premisa de un mundo en el que personajes de comic han penetrado en el mundo «real». En el primer volumen jugaron a sorprender al lector al incorporar a la historia a numerosos personajes del mundo indy como Madman (creado por Mike Allred), Savage Dragon (Erik Larsen), Hit-Girl (Mark Millar y Romita Jr.) y muchos otros, creando una situación en la que cualquier cosa podía pasar. En este segundo volumen la dosis de entretenimiento se mueve hacia la narración metatextual, jugando con la relación entre creador y obra y como una vez el personaje aparece impreso en el comic deja de pertenecer a los creadores y pasar a ser de los lectores.

Hablando de comics en los que se reflexiona sobre la relación de los personajes de comic con sus creadores, creo que hay una influencia y homenaje claros de Cates y Shaw a comics maravillosos como el Animal Man de Grant Morrison en el que Buddy le pedía explicaciones a su creador por todo el sufrimiento que le había hecho pasar, y en modo humorístico a la Hulka de John Byrne en el que Jennifer criticaba y acababa despidiendo a Byrne por los comics malos que estaba creando a su costa. Tengo que reconocer que dada la fama de creador de historias punkies de Cates, dentro que el comic es muy entretenido, no acaba de sorprender que la idea de Crossover ante esta relación sea hacer que un personaje de comic quiera matar a su creador. De la forma más sangrienta y chunga posible, claro.

En este volumen, más que crossover de personajes (que los hay), el cruce se realiza entre autores de comics amigos de Cates y Shaw. Ya no es que Bendis y Oeming presten a los personajes de Powers, es que Bendis aparece en el comic y un segmento del comic está escrito por el y dibujado por Oeming. De igual forma, sorprende que todo el número 7 esté guionizado por Chip Dzarsky con dibujo de Phil Hester y tinta de Ande Parks, algo que rompe como digo las expectativas previas.

Dentro de este elemento metatextual, me gusta la forma en que resaltan algo que sobre todo en el mundo mainstream de Marvel y DC se ha dejado de lado, y es que el comic es un esfuerzo colaborativo entre un escritor que imagina la historia y un artista que la transforma en imágenes y sin el cual el comic por definición no existiría. Los Vengadores de Hickman no son sólo del guionista, o no deberían ser, dado que habría que valorar a los diferentes artistas que trabajaron en ella, cosa que lamentablemente suele obviarse. Sin embargo, en los últimos años los plazos de entrega cada vez más ajustados hacen imposible que un artista pueda mantenerse en una colección, provocando las propias editoriales que hayan una sucesión de artistas sustitutos y fill-ins constantes que hacen imposible que haya una continuidad artística que sí encontramos en el indy. Hablamos tanto del Veneno de Donny Cates en lugar del Veneno de Cates y Stegman, por ejemplo, que está genial que se nos recuerde explícitamente que este crossover es tan propiedad de Geoff Shaw como de Cates, y de hecho Shaw es fundamental para darle el aspecto gráfico que al final tiene el comic.

Hablando de Shaw, su trabajo en Crossover junto al colorista Dee Cunniffe me parece que está genial y brilla a gran altura, presentando la historia de forma super dinámica y jugando sin problemas con los diferentes estilos de dibujo que se asocian a los personajes especiales que pasarán por estas páginas. He comentado muchas veces que se me hace difícil poder valorar positivamente un comic si el dibujo es montonero (o directamente mediocre), y me alegra confirmar que no es el caso en absoluto con este comic.

Dentro que el comic me ha gustado, hay una parte con la que he conectado menos. Y es que Crossover se ha vuelto menos divertido en este segundo volumen, al pasar de ser un comic que muestra una aventura protagonizada por personajes de comic, al convertirse en un comic que habla de los autores que los crean. La parte de Bendis o Kirkman puede considerarse bromas autoconscientes al enfrentarse a lo que siempre se ha dicho (y criticado) sobre sus comics y su estilo de creación, y en el caso de Zdarsky a la imagen pública que él se ha creado. Pero la parte que Cates se guarda para si mismo me ha resultado super egomaniaca y bastante ombliguista, convirtiendo la historia en un «mira que listo y ocurrente soy». Y lo que es peor, mira qué vida tan interesante tengo que provoca que este comic sea de esta manera. Unido a esto, llega a un nivel de autoconsciencia meta textural que Cates incluso introduce una pulla a la web de cotilleos comiqueros Bleeding-Cool que es imposible de entender a no ser que estés un poco al tanto de la actualidad USA, lo que de nuevo provoca que en lugar de plantear un comic entretenido, está presentando uno que presume de lo ocurrente e imaginativo que es. Cosa que lo es a medias, en mi opinión.

Cates en todo caso confirma en Crossover que es un experto narrador que entiende perfectamente el medio comiquero, creando unos estupendos cliffhangers al final de cada grapa que mantienen al lector interesando en el comic y en lo que va a pasar a continuación. En ese sentido, el cliffhanger final del tomo resulta super chulo aunque se trata de un giro que claramente se ve venir. Crossover me parece un buen comic, pero me deja cierta sensación que no es tan inteligente como Cates cree, o quiere hacernos creer. Sin embargo, puestos a no decir sólo cosas que no me han encajado, me gusta de este comic la idea que al ser todo ficción, no tiene sentido limitarte a ti mismo creando un comic cuando puedes ir a por todas si te atreves a estar dispuesto a romper tus propios límites autoimpuestos.

Por cierto, dentro que este segundo volumen de Crossover me ha gustado (aunque sin fliparme), compruebo para mi disgusto que tras la publicación de este segundo volumen en USA, no se ha publicado ninguna nueva grapa, ni siquiera está solicitado el número 14. Esto significa que vamos a tardar muchísimo tiempo en poder leer el tercer volumen, que ya veremos si es el último de la serie.

Leí que Donny Cates ha estado una temporada pachucho. Y aunque va a abandonar su trabajo en Hulk y Thor, tiene ya planificada una historia importante para Marvel, que de momento aún no puede ser anunciada. Espero que además del trabajo por encargo pueda volver a ponerse al día con su trabajo de creación propia, no sólo este Crossover, sino también Redneck, su otra serie en Image con dibujos de Lissandro Estherren, cuyo último arco se canceló y está pendiente también de publicarse.

Comparto las primeras páginas de este volumen, obra de Chip Zdarsky y Phil Hester:

Crossover me parece un buen comic pero demasiado auto consciente de si mismo, de forma que se ha perdido un poco el disfrute que debería darnos su lectura.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Nightwing 89 y Superman Son of Kal-El 9 de Tom Taylor y Bruno Redondo (DC Comics)

Teniendo en cuenta que Tom Taylor escribe Nightwing y la nueva etapa de Superman protagonizada por su hijo Jon, era obvio que sus caminos se cruzarían tarde o temprano. Lo bueno de este cruce de dos números es que cuenta con el apartado artístico de Bruno Redondo y Adriano Lucas, lo que hace que luzca increíble.

PUNTUACIÓN: 8/10

¡Crossover Superman/Nightwing! Hace años, cuando Robin dio sus primeros e inciertos pasos lejos de Batman como su propio héroe, Superman intervino y ofreció a Dick Grayson consejos cruciales, apoyo y un nombre: Nightwing. Ahora es el momento de que Nightwing le devuelva el favor.

¡Crossover Superman/Nightwing parte 2 de 2! Nightwing le prometió a Clark Kent que mientras estuviera fuera del planeta, Nightwing cuidaría del hijo de Clark, Jon, mientras intenta ocupar los zapatos de su padre como Superman. Pero con alguien ahí fuera asesinando a gente con superpoderes, ¿está Nightwing metido en un lío?

Desde que DC cambió su distribución ya no se publican (que yo sepa) datos de ventas de sus comics, pero me da la sensación que Nightwing es la serie más vendida de las dos y la editorial busca captar a sus lectores para la serie de Superman. Lo digo porque es Dick el que viaja a Metrópolis para ayudar a Jon en las líneas argumentales en marcha en su serie, como por ejemplo la amenaza en la sombra situada en la isla de Gamorra que ha lanzado a sus villanos superpoderosos a matar a héroes por todo el mundo. La historia para Nightwing queda correctamente resuelta, pero si quieres saber cómo se enfrenta Jon a esta gran amenaza, tocará comprar el comic de Superman.

Lo que más me gusta de este crossover de Nightwing y Superman es que Tom Taylor lo plantea desde la conexión emocional de los personajes y no tanto por el villano al que tienen que enfrentarse. Y obviamente hay un combate estupendamente resuelto por el dibujante Bruno Redondo con color del habitual Adriano Lucas, pero lo crucial de esta historia es resaltar que Jon Kent tiene un amigo en Dick Grayson y, si lo necesita, un mentor que le ayude en los momentos de necesidad.

La historia de Tom Taylor es todo corazón, empezando por el arranque del comic con una escena del pasado de ambos personajes que da contexto a su relación y el motivo del viaje de Dick a Metrópolis. Pero si el comic funciona de maravilla es gracias al maravillosos dibujo de Bruno Redondo. El carisma y personalidad que imprime a todos los personajes y su perfecta narrativa que hace que el comic se entienda claramente sin necesidad de bocadillos me parece chulísimo y hace de este comic una lectura obligada. Pero es que además, Redondo incluye numerosos detalles chulísimos como los pijamas de Barbara y Dick que consiguen sacarme una sonrisa y dejarme con un sabor de boca estupendo.

Cuando empecé a comprar el comic de Nightwing, la gran duda que se me planteó era que me asustaba que estando fuera de la actual continuidad de DC, la serie de Nightwing se viera envuelto en eventos continuos de la batfamilia que al final impidieran disfrutar de la colección individualmente. De momento, Taylor ha conseguido que la participación de Nightwing en Fear State fuera autocontenida dentro de su propio comic, y si los cruces que Nightwing pueda tener con otras series van a estar realizados por Taylor y Redondo, la verdad en que pocos o ningún pero le voy a poner. En todo caso, espero que al menos los próximos seis meses Nightwing quede fuera de cruces con nadie, para que al menos podamos tener seis meses para desarrollar el actual arco en marcha, Get Grayson, en el que Dick tiene que evitar ser asesinado.

Nightwing sigue dándome un estupendo entretenimiento todos los meses que me deja siempre con el mejor sabor de boca. Con este nivel tengo claro que voy a seguir comprando este comic durante mucho tiempo, desde luego, mientra Taylor lo guionice.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Crossover de Donny Cates, Geoff Shaw y Dee Cunniffe

Panini acaba de publicar uno de los comics más anticipados de los últimos tiempos, Crossover, el comic de Donny Cates y Geoff Shaw con color de Dee Cunniffe y diseño de John J. Hill que es un canto de amor al mundo del comic de superhéroes mainstream americano.

PUNTUACIÓN: 8/10

Después de que El Acontecimiento altere el mundo tal y como lo conocemos, Ellie, Otto y Ava se embarcan en una odisea través del mágico Colorado. Unos misteriosos (¿y conocidos?) superhéroes se unen a nuestro intrépido equipo de héroes en busca del modo de romper la cúpula y descubrir la verdad. ¡El primer acto de una nueva aventura que romperá tu realidad!

El primer volumen de Crossover publicado por Panini es un tomo en tapa dura de 176 páginas que recopila los seis primeros números de la serie regular publicada actualmente por Image Comics.

En el mundo de los comics de superhéroes el crossover tiene una connotación muy particular, al tratarse de una reunión de personajes que poseen comic propio para compartir una aventura en común contada en las páginas de sus colecciones, cruzando los argumentos de un comic a otro. Esto es diferente a cuando un personaje aparece en el comic de otro (team-up) y en los primeros años de Marvel en los 60 estas aventuras tenían una connotación muy especial, casi de acontecimiento. La idea del crossover evolucionó con el paso de los años para dar lugar a los eventos, que son comics planteados como miniseries que cuenten una historia protagonizada por múltiples personajes, que se supone tan grande e importante que no puede ser contada en la colección “normal” de un personaje concreto. La Guerra de los Reinos, Rey de Negro o Imperio son ejemplos de eventos recientes de Marvel, pero lo mismo podría decirse de DC y los cruces anuales entre la JLA y la JSA, por poner un ejemplo clásico.

No cabe duda que desde el título de Crossover, Donny Cates y Geoff Shaw buscan transmitir una connotación muy comiquera a los lectores que abrace el sense-of-wonder, la sensación que todo es posible en estas páginas y porqué aman (amamos) el mundo del comic. Y de momento las sensaciones no pueden ser mejores en este primer volumen. Donny Cates se luce con esta historia con elementos originales y familiares a la vez. Como ya estamos acostumbrados los lectores de Cates, la obra lanza un montón de ideas al aire que consiguen sorprender y están pasando cosas interesantes que atrapan al lector, no dejando un momento de respiro, con unos cliffhangers al final de cada grapa USA me parecen estupendos.

Cates también acierta al no dotar de un excesivo dramatismo a la historia. Al menos a mi la sensación principal que me deja el comic es «vamos a disfrutar siendo muy locos», y es ese sentido diría que el hecho de no tomarse excesivamente en serio a si mismo le viene muy bien a una historia que realmente si es muy loca. Hay un importante elemento metatextual en todo el comic, con elementos muy reconocibles de la historia del medio como el cura que busca quemar comics o la camiseta de Otto el librero, que son café para los muy cafeteros. La sensación de homenaje al medio, incluso haciendo sufrir a los protagonistas, está presente en Crossover de principio a fin, y me encanta.

Por si fuera poco, haciendo gala de su nombre, el comic está repleto de apariciones especiales. La mayoría son apenas cameos de una página e incluso una viñeta, pero hay un par que me ha parecido super buenos y me han dejado con la sonrisa en la cara. De igual modo, me parece modélica la forma en que Cates conecta Crossover con el mundo que creó en God Country. Prefiero dejarlo aquí y no comentar nada más para no chafaros las sorpresa, pero sobre todo si eres un lector veterano, vas a disfrutar un montón algunas de las apariciones que nos vamos a encontrar.

En el apartado artístico, ¡cómo ha crecido Geoff Shaw como artista desde que le conocí en God Country! El dibujante realiza un estupendo trabajo en esta serie, casi como si supiera que es este comic el que puede conseguir que se reconozca su trabajo como se merece. Sus lápices han mejorado muchísimo tras abandonar la narración «sucia» que tenían en God Country. Ahora, la historia fluye de maravilla entre las viñetas y se ve todo de forma clara, los personajes tienen personalidad propia y sabe aprovechar las splash-pages y las melés con múltiples personajes para lucirse, Decir que el apartado artístico es uno de los puntos fuertes del comic no es más que hacerle justicia y resaltar lo evidente.

Parte del éxito del comic está también en los estupendos colores de Dee Cunniffe, que ayudan a establecer el tono que la historia necesita y mejoran y embellecen los lápices de Shaw. Uno de los elementos más llamativos del comic es la forma en que replica el antiguo coloreado de los comics en los años 60 y 70 con puntos de colores como forma para distinguir la procedencia de los personajes, ya sea los habitantes de la Tierra normal con coloreado modernos, y los habitantes del otro mundo. Este elemento es muy interesante, ya que aunque sirve para esa labor de diferenciación de los personajes que necesita la narrativa de la historia, a la vez homenajea la historia del mundo del comic y cómo se hacían en el pasado.

En este sentido, me parece curioso y necesario comentar que este elemento del coloreado antiguo no se corresponde con el mundo de los años 90 en el que nació Image Comics y muchos de los personajes que cuentan con aparición sorpresa en este volumen, unos años y unos comics dominados ya por el coloreado digital que rompió definitivamente con los antiguos procesos de coloreado. Quiero decir que en muchos casos entiendo que están usando un elemento que muchos lectores, desde luego todos los que tengan menos de 30 años, no habrán conocido en sus comics favoritos actuales, y que sólo les sonará si han buscado / leído comics clásicos.

El caso es que dentro que el comic me ha gustado, veo tan claras las referencias que Cates utiliza a la hora de presentar los elementos metatextuales, empezando por gran parte de la obra de Grant Morrison y en especial su Supergods, que no ha llegado a volarme la cabeza en ningún momento, ya que parte de estas ideas ya las he leído antes y las conozco. De hecho, la idea de un mundo real que se cruza con otro fantástico es la misma idea de partida de Oblivion Song de Robert Kirkman y Lorenzo de Felici. Y aunque obviamente el desarrollo es totalmente diferente, esto me sirve para resaltar que este Crossover tiene una familiaridad que no lo convierte en especialmente original. Dentro que sí que lo es.

Comparto las primeras páginas del primer número:

Crossover no me ha parecido revolucionario pero sí me ha gustado mucho y me ha dejado con ganas de más. Como entretenimiento para un lector de comics veterano como yo me ha parecido modélico, ojalá más historias originales de este tipo.

PUNTUACIÓN: 8/10

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¡Saludos a todos!

X de Espadas. Reseña de los comics de Marzo (1ª parte – Merodeadores, Lobezno e Infernales)

El ritmo frenético de publicación actual hace que no hace nada que Panini comenzó la publicación de X de Espadas, el primer gran crossover de la franquicia mutantes desde que Jonathan Hickman relanzó todas las series, y llegamos a marzo en el que termina la historia. Como hice el pasado mes de febrero , voy a dividir mis impresiones de los comics de este mes en dos artículos, el primero hoy con mi reseña de los comics de Merodeadores, Lobezno e Infernales, y mañana publicaré las de Patrulla x y Excalibur con el que termina el evento.

Si quieres recuperar mis reseñas anteriores del evento, puedes consultarlas en los siguientes enlaces a los prólogos de enero, y los dos artículos de febrero (uno y dos) con las siete grapas publicados el mes pasado.

MERODEADORES 11 de Benjamin Percy, Gerry Duggan, Stefano Caselli, Tini Howard y Phil Noto

X de Espadas. Partes 14 y 15 de 22

Con los capítulos 14 y 15 del gran crossover mutante del año: “X de Espadas”. Un brindis. Un baile. Una cena servida. Dos espadas. Dos copas. Dos deberán responder.

Este número contiene Marauders 15 y Excalibur 14 USA.

El mes de febrero terminó con un cliffhangers monumental en el comic de Merodeadores, por lo que es normal que los comics de marzo empiecen con la misma serie. Si en el mes de febrero tuvimos un mini arco en Lobezno e X-Force centrado en su búsqueda de las espadas Muramasa, este arco de dos números está pensado en crear dinámicas entre nuestros héroes y los guerreros de Arakko, en especial Isca la Invecta, Espada Blanca, Guerra y Muerte.

El comic hay que reconocer que es super entretenido y está repleto de detalles que consiguen hacer de la lectura un placer, y eso sin duda es debido al enorme talento de Stefano Caselli en los lápices y tintas, con Edgard Delgado en los colores, que se ha convertido en un auténtico seguro de vida para Marvel. Que haya podido dibujar él los dos números de Merodeadores consigue dar una consistencia a este arco que se siente un capítulo completo dentro de la narrativa general del evento.

Gerry Duggan y Benjamin Percy en el guión cumplen con solvencia, aunque en el este segundo número les veo un pelín las costuras, por un lado con el intrascendente cliffhanger y su resolución, que es un WTF! de libro, y con la repetición de elementos ya vistos en el primer número, como es ver a Illyana probando a Isca y comprobando si realmente es invencible. Con todo, como digo el comic es super entretenido y acaba poniéndonos a las puertas del primer combate, que veremos al girar la página en Excalibur.

Y el comic de Excalibur empieza a mostrar lo que va a ser la clave de esta segunda parte de X de Espadas, y es la intención clara de romper con las expectativas de los lectores. Si los números 2 al 10 del evento pretendían mostrar la convocatoria de los 10 guerreros de Krakoa con sus espadas que anticipaban grandes combates llenos de epicidad, los dos primeros enfrentamientos que vemos en este comic entre Capitana Britania (Besty Braddock) e Isca la Invicta por un lado, y Cifra y Bei, la Luna Sangrienta, son todo menos épicos. En este asunto de las expectivas, me gusta leer a guionistas que salgan por la tangente, pero al final lo que ofrezcas debe ser mejor que la expectativa que esperas superar, y no tengo claro que Tini Howard lo consiga. Con todo, como el comic es super entretenido y como a lo largo de toda la serie se intuye que Saturnina realmente tiene un plan que va mucho más allá de este torneo, me mantengo intrigado con lo que está por venir.

En el apartado gráfico, me gusta Phil Noto y me parece un artista con una innegable personalidad. Sin embargo, en lo que nunca ha destacado ha sido en su fluidez en las escenas de acción, y la que encontramos en este número es, por decirlo suavemente, un bluf. Por suerte para él, la historia no se centra en eso, y los varios giros que encontramos en el comic consiguen mantenernos intrigados e interesados.

PUNTUACIÓN: 7/10

LOBEZNO 7 de Benjamin Percy, Gerry Duggan y Joshua Cassara

X de Espadas. Parte 16 y 17 de 22

Con los capítulos 16 y 17 del gran crossover mutante del año: “X de Espadas”. Resistencia. Supervivencia. La verdadera lección del dolor. La caballerosidad da paso a la furia. Un caballero debe arrodillarse.

Wolverine 7 y X-Force 14

Benjamin Percy y Gerry Duggan plantean en estos dos número USA el grueso de los enfrentamientos entre los héroes de Krakoa y Arakko. Lo que llevábamos esperando desde el principio del evento. Y aunque no sorprende que las cosas no comiencen bien para nuestros héroes, sí lo hace comprobar la naturaleza de los desafíos, que en su mayoría nada tienen que ver con los combates a espada que se anunciaron no sólo en el título del evento sino en la propia búsqueda de las mismas que vimos en la primera parte.

Debo decir que cualquier comic dibujado por Joshua Cassara es un placer, y estos dos números lucen increíbles. Cassara, con color de Guru-eFX ofrece unas páginas increíbles con composiciones atractivas que atrapan al ojo del lector y más de un momentazo. Sin embargo, a pesar de su calidad, al haber tantos enfrentamientos que en muchos casos son resueltos con una viñeta, no consigue imprimir momentos que importen al espectador porque te das cuenta que en el fondo, esos combates no son relevantes para el resultado final del evento.

El comic como digo es, de nuevo, muy entretenido, pero empiezo a notar que le está faltando algo a este evento. Además, destacar que Panini ha optado por usar la feísima portada de Dustin Weaver del X-Force 14, a la que sinceramente no le veo nada especial, en lugar de la de Adam Kubert para el Wolverine 7, cuya composición me parece una chulada y creo que hubiera quedado mucho mejor que la elegida por Panini.

PUNTUACIÓN: 7/10

INFERNALES 6 de Zeb Wells, Carmen Carnero, Gerry Duggan y Phil Noto

X de Espadas. Partes 18 y 19 de 22

Con los capítulos 18 y 19 de del gran crossover mutante del año: “X de Espadas”. Caos. Engaño. Masacre. Un hijo. Las estrellas. Un tonto y su valentía.

Hellions 6 y Cable 6

El número de Hellions del mes pasado me pareció lo más flojo del evento, y esta segunda parte no hace sino confirmarlo. El plan de Mr. Siniestro en tierras de Arakko no tiene ningún interés para el evento general, aunque no tengo duda que algunas de las cosas que vemos aquí van a tener repercusión en el futuro. Quizá en este caso parte del problema soy yo que no empecé a comprar a los Infernales para comenzar y no pueden importarme menos lo que les pase a estos personajes. Acrecentado con la posibilidad de resurrección de Krakoa. El número está perfectamente dibujado por Carmen Carnero, con colores de David Curiel, pero la sensación de intrascendencia está presente de principio a fin.

En el comic de Cable de Gerry Duggan y Phil Noto tenemos nuevos enfrentamientos entre Cable y Bei, la Luna Sangrienta y Gorgón contra Espada Blanca. Hay que agradecer que Noto pueda cumplir con los plazos de entrega y tener dos números publicados el mismo mes, pero como ya comentaba en Excalibur, la fluidez en las escenas de acción no es lo suyo, y esto queda plenamente claro viendo este comic. Además, más allá de los resultados de estos enfrentamientos, que se notan intrascendentes, la historia destaca por la petición de ayuda telepática de Cable a sus padres, y por que estos enfrentamientos han sido el aparitivo del enfrentamiento que realmente hemos estado esperando: Apocalipsis contra Aniquilación. Pero para ello, tendremos que esperar al próximo número.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

En resumen, comento que hay una intención clara a lo largo de esta segunda parte de X de Espadas de romper las expectativas y ofrecernos historias inesperadas. Sin embargo, empiezo a temerme que lo que estamos leyendo no va a acabar de estar a la altura de lo que se espera debería ser el primer gran evento de los mutantes de Marvel. En todo caso, la valoración final del evento dependerá de si aciertan con el final de la historia, y eso lo comentaré en mi post de mañana.

¿Estáis leyendo estos comics, qué os están pareciendo? Espero vuestras opiniones en la zona de comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales, y que te suscribas al blog para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

Aliens vs Predator de Randy Stradley, Phill Norwood y Chris Warner (Dark Horse)

Uno de los comics más icónicos de Dark Horse Comics es sin duda la miniserie Aliens vs Predator, la primera reunión de estos iconos cinematográficos publicada en Estados Unidos entre junio y diciembre de 1990, y que fue realizada por el escritor Randy Stradley y los artistas Phill Norwood y Chris Warner.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO

Los humanos han colonizado Ryushi, sin saber que el planeta es usado por los Predators para la caza ritual de Aliens. Cuando las tres especies se cruzan, casi todo lo que puede salir mal lo hace. Para salvarse a ella y a sus colonos, la jefa de la colonia Machiko Noguchi debe forjar una tregua incómoda con el líder Depredador para luchar contra las hordas de xenomorfos engendrados por una reina alienígena desatada.

A lo largo de la historia, los monstruos más poderosos de la pantalla se han enfrentado: en la década de 1940 fue Frankenstein Meets the Wolfman, en los 60 fue King Kong vs. Godzilla, y en los 90 fue Aliens vs. Predator, comic que les reunió por primera vez catorce años antes de su primera película.

Tras el éxito de los comics de Aliens (1988) y Predator (1989) y a punto de publicar la primera miniserie de Terminator (1990), en Dark Horse empezaron a plantearse cual debía ser su siguiente comic destinado al éxito. Fruto de este brainstorming, parece ser la idea de unir en un comic a los Aliens y los Predators fue de Chris Warner, artista de la primera miniserie de Predator y editor de Dark Horse, imitando las clásicas historias de monstruos de la Universal, y simplemente pensando en cosas guays que nunca se habían visto en pantalla y a él le gustaría ver.

Randy Stradley es un editor y escritor de Dark Horse Comics, y continúa viviendo en Portland, Oregon. El número 86 de la serie Star Wars de Marvel en 1984 fue su primer trabajo en la industria del cómic. Más tarde se convirtió en socio de Mike Richardson, quien fundó Dark Horse Comics en la década de 1986, centrándose en la linea de cómics basados en licencias de películas. Además de Aliens vs Predator, Stradley ha escrito numerosos comics de Aliens y Star Wars para la editorial del Caballo Oscuro. En la pequeña Dark Horse de la época fue casi la única opción para guionizar esta miniserie de cuatro números, más un prólogo publicado en la antología Dark Horse Presents.

Visto en perspectiva, la elección de Phill Norwood como dibujante de esta miniserie fue un tanto polémica aunque globalmente acertada. Norwood, afincado en Los Angeles, era un ilustrador que trabajaba para la Industrial Light & Magic creando storyboards para películas. Su único trabajo en el mundo del comic previo a este Aliens vs Predator fue una historia corta en el Dark Horse Presents 33, “Project: Overkill”, junto al guionista Eric Luke.

Gran fan de ambas franquicias, aceptó encantado la posibilidad de dibujar esta serie, pensando que sería un trabajo similar a los storyboards, enviando un primer boceto para su aprobación para luego realizar el lápiz definitivo. Junto a Norwood, el veterano Karl Story que realizó las tintas de los dos primeros números, mientras que Robert Campanella entintó los dos últimos. Monika Livingston coloreó toda la serie, trabajo que resultó bastante polémico, con Pat Brosseau en la rotulación.

Aunque lleno de ilusión, el trabajo le vino un poco grande a Norwood, que se disculpó públicamente con sus compañeros al no cumplir algunas fechas de entrega, lo que perjudicó el trabajo posterior del resto de artistas. Además, mientras estaba a mitad del dibujo del tercer número, recibió una llamada de JAMES CAMERON, con el que ya había trabajado en The Abyss, para que realizara los storyboards de Terminator 2: El día del juicio final. Este encargo era demasiado bueno, y aunque inicialmente pensó que podría realizar ambos encargos simultáneamente, a duras penas pudo terminar todas las páginas del tercer número, por lo que finalmente tuvo que abandonar la serie. El veterano Chris Warner, que acababa de terminar de dibujar la primera miniserie de The Terminator también en Dark Horse, pudo encargarse con su habitual solvencia del último número.

Para ir abriendo boca, Dark Horse publicó 3 historias cortas a modo de preludio o introducción de esta miniserie en Dark Horse Presents en blanco y negro. Están páginas obra de Stradley, Norwood y Story fueron publicadas a los pocos meses en el comic Aliens vs Predator nº 0. En tomos posteriores se ha publicado una versión coloreada de estas páginas. Mike Mignola realizó la portada del número 0, mientras que Chris Norwood dibujó las de los 3 comics que dibujó. La guinda del pastel fue el espectacular Dave Dorman, que pintó la portada del cuarto número, para mi la mejor de la toda la serie.

La historia de Stradley se mueve dentro de un tono de blockbuster palomitero y planta las bases de lo que hemos visto luego en muchas obras posteriores. Los Predators usando a los Aliens como rito de iniciación de los jóvenes cazadores, con unos humanos atrapados en medio por accidente. Al tener los Predators unos valores “racionales”, los humanos pueden convencer al menos a algunos de ellos para colaborar antes la amenaza de los Aliens. Por último, como suele suceder en este tipo de historias, la codicia humana es el desencadenante de todo, al provocar de forma involuntaria infiltración de los Aliens en el complejo humano del planeta Ryushi.

Dentro de esta premisa general, la elección de la protagonista, Machiko Noguchi, una novata jefa de la colonia que aprenderá que existe vida más allá de las salas de reuniones y de los despachos, me parece una elección brillante y funciona de maravilla. Además, dado que estamos ante una historia completa en 4 números y 112 páginas en total, Stradley va al grano desde la primera página, marcando un ritmo que no afloja hasta el final del comic.

En el apartado gráfico, se nota la habilidad de Norwood como artista de storyboards, ya que sus páginas son super dinámicas y cuenta con unas estupendas escenas de acción. Si la parte de la acción es un éxito, también acierta en la creación de personajes y el diseño de seres alienígenas y de la colonia humana de Ryushi. Los humanos son claramente reconocibles y transmiten mucha personalidad, lo que habla muy bien de la capacidad de Norwood al dibujo. Sí hay que reconocer que algunas páginas de su tercer número se ven más apresurados que el resto, algo normal sabiendo el problema que tuvo que le obligó a abandonar el comic.

Chris Warner en el cuarto número ofrece un dibujo de línea clara que cuenta también de maravilla la historia, aunque quizá vi a Norwood ofrecer planos de cámara más dinámicos e interesantes. Globalmente, creo que el apartado artístico de esta miniserie luce a gran nivel, aunque es cierto que los colores planos de Monika Livingston para este comic quedan un poco anticuados leído el comic hoy en día, teniendo en cuenta lo acostumbrados que estamos a los coloreados digitales actuales.

Comparto las primeras páginas de esta miniserie:

Aliens vs Predator es un excelente miniserie que abrió a los fans un mundo nuevo que durante muchos años sólo podiamos disfrutar en los comics, y que aún ahora sigue ofreciendo un más que notable entretenimiento. Un clásico con todas las letras que 30 años después de ser publicado merece ser conocido por las nuevas generaciones de lectores.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO

 

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