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Crítica de Los Vengadores 24-27 de Jed MacKay, Valerio Schiti y Andrea Broccardo (Marvel Comics – Panini)

Los Vengadores se ven involucrados en Un mundo bajo Muerte en su arco Los Señores del Mal, que se ha publicado en los números 24 a 27 de la edición de Panini. Unos comics de Jed MacKay con dibujo de Valerio Schiti y Andrea Broccardo, con el color de Federico Blee.

PUNTUACIÓN: 7/10

Cruce con Un mundo bajo Muerte. Con la llegada de los totalmente nuevos y totalmente diferentes Señores del Mal. Mientras Los Vengadores están ocupados enfrentándose a la situación creada por el ascenso del Doctor Muerte, la nueva formación de sus mayores enemigos se presenta en sociedad.

Estos comics de Panini incluyen The Avengers 25-28 USA,

Una de las ideas más tontas de Un mundo bajo Muerte fue cuando los héroes buscaron a villanos para que les ayudaran a derrotar a Muerte. En ese contexto, el Pensaron Loco ha formado una nueva alineación de Los Señores del Mal formado por Mr. Hyde, el Caballero Temible, el Capi Loco y Exterminatriz. Su misión, hacerse con el control de la Ciudad Imposible, la actual ubicación de Los Vengadores. El Pensador Loco ya intentó apoderarse de la Ciudad en el número 10 USA, y lo que parecía una derrota en realidad era la primera parte de un plan más complejo que va a tener su desarrollo en este arco.

Los planes del Pensador Loco hubieran tenido éxito de no ser que Sam Wilson (Capitán América) es herido luchando contra Muerte y trasladado a la Ciudad Imposible para su recuperación. Él es el único vengador que se encuentra allí cuando el Pensador Loco pone en marcha su plan y se apodera de la Ciudad. Un vengador herido contra 5 super villanos son la clase de apuestas imposibles que quieres leer cuando compras un comic de superhéroes. Como siempre, MacKay da en el clavo con sus planteamientos.

Sam Wilson tendrá la ayuda de una porción de la consciencia de la Ciudad, que ocupaba un cuerpo robótico cuando el Pensador Loco se hizo con el control de la ciudad. Y mientras intenta derrotar a los villanos uno a uno, como puede verse en la portada del número 26, tendrá la ayuda de Black Panther, de vuelta de su misión en el mundo prisión del teseracto de la Diadema Meridiana. Dos contra cuatro ya parece una apuesta algo mejor, aunque resulta problemática pensando que el Pensador Loco lo tenía todo previsto. Incluso las complicaciones.

La acción funciona, los cliffhangers son buenos, las sorpresas son lógicas a la vez, y las apuestas son cada vez más altas. Por la parte del guion de MacKay, todo funciona.

En la parte del dibujo, me quedo muerto viendo que Valerio Schiti, a quien anunciaron como dibujante oficial de la colección hace unos meses, vuelve a para dibujar únicamente el primero de los 4 números de este arco. Schiti en realidad no ha dibujado casi ningún comic de Los Vengadores en los últimos meses, y tenerle en el primer número se siente como un coitus interruptus al ver como desaparece durante otros 3 números. En el número 26 de Panini Farid Karami dibuja dos páginas con el epílogo de Black Panther dentro del mundo prisión del teseracto de la Diadema Meridiana. Y esas dos páginas me gustan mucho. Lástima que sólo dibuje eso en todo el arco.

El dibujante principal del resto del arco es Andrea Broccardo, que es el último nombre dentro de los dibujantes correctos sin personalidad ni carisma que pueblan los comics Marvel en los últimos años. Un dibujante que no diré que sea malo, pero desde luego no es bueno. Y que narra razonablemente la historia que plantea MacKay, aunque sin sacar el partido que debería a los momentazos visuales que la historia tienen. El comic visualmente es un quiero y no puedo. Y me sabe fatal.

La actual etapa de Jed MacKay en Los Vengadores está siempre bien, pero por un motivo u otro, empezando por los bailes de dibujantes de calidad dudosa, el comic no acaba de estar GENIAL. Y me parece una pena, porque para mi tanto MacKay como Los vengadores merecerían un poco más de cariño por parte de sus editores.

Comparto las primeras páginas del número 24 de Panini:

Los Vengadores de Jed MacKay están manteniendo el factor entretenimiento, si bien el dibujo de Andrea Broccardo no me parece que está al nivel del que se supone que es uno de los comics más importantes de la editorial.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Los Vengadores 19-23 de Jed MacKay, Farid Karami y Valerio Schiti (Marvel Comics – Panini)

Hoy toca analizar los últimos números publicados en España de Los Vengadores de Jed MacKay, unos comics dibujados por Farid Karami y Valerio Schiti, con color de Federico Blee, en los que destaca la aventura en 3 partes que enfrenta a Los Vengadores contra la Gata Negra y Kang.

PUNTUACIÓN: 8/10

El diario de guerra de Pantera Negra. El gobernante de Wakanda se coloca en el centro de este número, a través de un viaje por una dimensión de bolsillo. Mientras en el exterior Los Vengadores se enfrentan al Doctor Muerte, T’Challa debe rescatar a los prisioneros atrapados en una cárcel viviente.

¡Los Vengadores contra La Patrulla-X! Jed MacKay lanza a Los Vengadores contra La Patrulla-X en una historia que planta la semilla para desarrollos futuros mayores. La Capitana Marvel y Cíclope entran en conflicto. La Bruja Escarlata y Magneto se encuentran frente a frente. Y las lealtades de Tormenta son puestas a prueba…

¡La Gata Negra se une a Los Vengadores para un golpe en un casino cósmico! Felicia Hardy irrumpe del brazo de la más inesperada de las personas en el curso de un intento por parte de Los Vengadores de evitar un Suceso de Tribulación. ¡Es la cita más demoledora del año!

¡Una vez ladrona, siempre ladrona! Los Vengadores nunca debieron confiar en La Gata Negra. Ahora deben evitar que escape con la información que ha robado a Kang el Conquistador, pero antes tendrán que vencer a sus guardaespaldas: ¡Rompepuertas y la Tecno-Red!

Las normas de la casa: ¡Kang siempre gana! En el último capítulo de la aventura en el casino espacial, Los Vengadores van a por todas. Pero ¿pueden ganar frente a jugadores como El Gran Maestro, Myrddin, La Gata Negra y Kang el Conquistador? ¿Y en quién pueden confiar?

Si algo de bueno tiene la actual etapa de Jed MacKay en Los Vengadores es que nos está ofreciendo unos comics siempre super entretenidos. Alguien podría decir que no son unos comics antológicos pensados para marcar una época, pero diría que MacKay no está buscando eso. Y pensando en la cantidad de comics mediocres que está publicando Marvel en la actualidad, resulta casi hasta refrescante que un escritor esté pensando cómo entretener a sus clientes. Algo cada vez más difícil de encontrar, al machacarnos con comics infumables en los que un supuesto tema «importante», por ejemplo relacionados con la representación de colectivos, parece ser el objetivo en si mismo.

Volviendo a los comics en si, MacKay se une a la actual tendencia editorial en la que en lugar de plantear arcos más o menos cerrados de 5/6 números, se construye la trama a través de números autoconclusivos o pequeños arcos de 2/3 grapas. Es lo que tenemos en estas 5 grapas que hoy analizo. De hecho, esto explica que en algunos casos no sepa muy bien dónde cortar para publicar una reseña de una serie en curso.

En el número 19 de Panini (20 USA), Pantera Negra se ha trasladado a la dimensión de bolsillo de Diadema Meridiana donde se aloja una Prisión Viviente llena de prisioneros provinientes de todo el universo. T´Challa se dispone a liberarles, y para ello debe derrotar a los carceleros. El comic es una aventura repleta de acción que me gusta mucho, y que sirve para que recordemos que Pantera Negra es el puto amo. Parte del éxito del comic está en el dibujo de Farid Karami, con color de Federico Blee, que se encarga del dibujo y traslada de forma espectacular a imágenes la historia de MacKay. Creo que el número anterior fue el primero que leí de Karami, y me parece muy meritorio que este artista muestra la calidad y consistencia que veo en estas páginas. Su narrativa me parece atractiva y consigue crear splash-pages super atractivas, aprovechando al máximo la historia de MacKay para plantear un entretenimiento estupendo.

El número 20 de Panini (21 USA) me plantea una duda en lo relativo al dibujo. Tras Caza Sangrienta, Marvel anunció en el número 16 (de la edición de Panini) que Valerio Schiti se convertía en el nuevo dibujante titular de la colección tras terminar D.I.O.S.E.S. con Jonathan Hickman. Sin embargo, tras dibujar esas dos grapas, Karami dibujó las siguientes dos, Schiti dibuja esta y luego Karami se ha encargado de las siguientes 3 grapas. ¿Si dibujas menos comics que tu sustituto de verdad eres el dibujante oficial de una colección? Empiezo a pensar que no. Y me escama cómo Marvel vende una moto que sabe que no va a ser cierta.

El comic anuncia en portada un nuevo enfrentamiento entre Los Vengadores y la Patrulla-X de Cíclope. Pero tras la ayuda que Los Vengadores ofrecieron a los mutantes durante la Caída de Krakoa para derrotar a Orchis, tener un nuevo enfrentamiento entre ellos sería un paso atrás. Y me alegro que MacKay lo viera igual, aparte de que es el guionista de ambas colecciones, planteando un comic de hermanamiento, empezando por la recuperación del partido de baseball entre amigos y aliados. Aunque este comic podría parecer un «tiempo muerto», estamos ante una de esas grapas en la que MacKay demuestra sus dotes para la caracterización de los personajes, ofreciendo montones de momentos estupendos que hacen que empatices con los héroes y heroínas aquí presente, de forma que te preocupes por ellos en sus futuras aventuras. La capacidad de síntesis de MacKay es otra cosa a destacar, dado que nos cuenta un montón de cosas en las apenas 20 páginas de historia.

Hablaba antes de Schiti para poner en duda que sea el dibujante oficial de la colección. Y aparte de su escasa producción en esta serie, creo que Schiti aún no le ha pilado el truco a los personajes. Tenemos un comic que NO está mal, pero al que le falta algo para ser notable. El intangible de la personalidad, la conexión entre artista y personajes. Por suerte, dada la calidad de Schiti, no tengo duda que a poco que consiga dibujar 3/4 números seguidos conseguirá hacer esa conexión. La duda en realidad es si Marvel le va a dar ese tiempo o le hará saltar a otra colección para promocionarla con su presencia durante un par de números o tres.

Por último, en los números 21-23 de Panini (22-24 USA) MacKay nos ofrece el arco Asalto al casino, un arco de 3 números en el que Los Vegadores intentarán robar en un casino espacial un archivo de datos que perteneció a Kang relativo al «Instante Perdido», una parte de los Sucesos de Tribulación que nos han acompañado desde el comienzo de la etapa de MacKay en la colección. Lo que parece una misión sencilla se complica cuando al ser el Casino propiedad del Gran Maestro, que está jugando un juego contra Myrddin, señor de la Corte Crepuscular. Y además, Kang ha contratado a la mejor ladrona del universo para hacerse con esa misma información. La GATA NEGRA.

Cuando nadie conocía a MacKay, su primera serie en Marvel fue Gata Negra. Y un comic que pintaba a carne de cancelación en 6 meses resultó uno de los más divertidos que se publicaba en es momento. (Dicho esto, tengo que decir que la sucesión de dibujantes poco adecuados perjudicó mucho a la colección). Que MacKay vuelva a escribir a uno de sus personajes fetiche es un motivo de celebración. Y de una historia con una parte super divertida y otra super emocionante, cuando descubrimos lo que Felicia pidió a Kang para cumplir el encargo. Por arcos como este sigo enganchado a los comics de superhéroes. Historias espectaculares con personajes que me importan, que ofrecen un montón de sorpresas y momentos espectaculares mientras nos dirigimos a un final satisfactorio y emocionante. No, no se le puede pedir más a comics que en realidad sólo buscan entretener.

Destacar además que Marvel Comics planteó un arco centrado en Kang siguiendo las indicaciones de Marvel Studios y Disney. Cuando la apuesta de Kang en el cine salió rana y Marvel cambió el rumbo para centrarse en el Doctor Muerte como gran villano de las Secret Wars, eso hizo saltar por los aires todos los planes de los comics. Kang pasó a un segundo lado mientras ha empezado Un mundo bajo Muerte, pero al menos MacKay le recupera durante este arco en lo que parece que va a ser un punto y aparte momentáneo mientras las miradas se dirigen hacia Muerte. En toco caso, entiendo que en el futuro cercano MacKay tendrá que retomar para terminar el arco de los Sucesos de Tribulación y la amenaza de Myrddin. Estos 3 números me han parecido super entretenidos, con el plus positivo del dibujo de Farid Karami con color de Federico Blee a lo largo de todo el arco. Algo que me deja super satisfecho también.

Jed MacKay sigue escribiendo una etapa estupenda en Los Vengadores, uno de los pocos comics de Marvel que tengo ganas de leer todos los meses. Y el mes que viene, a ver qué ha planeado para el tie-in con Un mundo bajo muerte.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Los Vengadores 16-17 de Jed mackay y Valerio schiti (Marvel Comics – Panini)

Tras el lamentable tie-in de Caza Sangrienta y un dibujo de C.F. Villa que hacía daño a la vista, las cosas mejoran en los números 16 y 17, ya que el estupendo Valerio Schiti acompaña a Jed MacKay en esta historia en dos partes que marca la llegada de Tormenta a la colección y en la que Los Vengadores se enfrentarán a Hiperión.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

¡Tormenta se une a Los Vengadores! Comienza un nuevo arco. Valerio Schiti, nuevo dibujante fijo. Tras Caza sangrienta y el fin de La Era de Krakoa, ¿dónde se encuentran Los Vengadores? La alineación del equipo no será lo único alterado después de que surja una mortífera amenaza.

¡Tormenta contra Hiperión! La nueva integrante de Los Vengadores ha llegado a tiempo para encargarse de la catástrofe. Van a ser necesarios más mutantes para enfrentarse al poder supremo de Hiperión. Además, alguien decide abandonar el equipo.

Empezando al revés de lo que suelo hace hacerlo, tras los desastres artísticos que estamos sufriendo en esta nueva etapa de Los Vengadores, resulta un soplo de aire fresco encontrarme en esta colección a un verdadero fuera de serie. Porque no hay duda que Valerio Schiti es uno de los grandes nombres de la Marvel actual. Y Schiti sin duda lo es. Junto a Bryan Valenza en el color, Schiti plantea unos comics que dan gusto leerlos y que no producen rechazo como me pasa cada vez que sufro a C.F. Villa. Los personajes tienen personalidades y se comportan de acuerdo a ellas, los planos que elige para contar la historia son atractivos y en general consigue que la lectura sea super satisfactoria.

El principal atractivo de este miniarco es la llegada de Tormenta al grupo, y Schiti se encarga de dibujarla como una auténtica diosa, poderosa y segura de si misma. Una igual entre iguales que va a dar mucho juego en la colección. Si el comic es ante todo narrativa gráfica, con Schiti es un placer que te invita a seguir leyendo.

Lo malo es que esto es Marvel, y asisto con sorpresa narrativa que Schiti NO VA A DIBUJAR el siguiente número. No ya el próximo, los próximos dos números son fill-ins dibujado por Farid Karami. Que anuncien a Schiti como dibujante oficial de Los Vengadores y no sea capaz de dibujar ni 3 números seguidos es un nuevo bajón de una Marvel que no consigue que ninguna colección enganche. Y es difícil por no decir que imposible que pueda enganchar si no hay una personalidad gráfica porque la mayoría de comics tienen dibujantes que no están a la altura ni de los personajes ni de la colección de Los Vengadores. Qué decepción.

Volviendo a estos comics, en lo referido a la historia de Jed MacKay tenemos un nuevo ejemplo de como tienen que escribirse los comics de superhéroes. MacKay está on-fire y acierta en las dos facetas principales del comic. Por supuesto con la presentación de Tormenta y por qué va a encajar a la perfección en el grupo. Sobre todo pensando que Thor decide abandonar la alineación teniendo en cuenta sus problemas en la aburrida colección de Al Ewing. De esta forma, tenemos un cambio de cromos, se va el Dios del Trueno y llega la mutante omega que controla el clima.

Por otro lado, tenemos la inesperada amenaza de Hiperión. Y en este momento hay que quitarse el sombrera ante un MacKay que abraza la continuidad previa y quiere arreglar uno de los elementos que quedaron abiertos de la anterior etapa de Jason Aaron. La presencia del superhéroe de otra realidad que se mantuvo en la Tierra tras el evento Heroes Reborn. Un héroe que no está en su mundo y que no ha sabido encontrar su lugar en esta realidad. MacKay plantea una situación más grande que la vida que sólo Los Vengadores pueden afrontar, y la forma de resolverlo resalta la naturaleza heroica de este grupo que no busca la solución fácil, sino la que es correcta. Todo en este comic me transmite que MacKay es el escritor correcto para este comic. Para cualquier comic de Marvel, en realidad.

Me han gustado estos comics, y sigo con fe en MacKay, a pesar que Marvel parece que está boicoteando a Los Vengadores con los cambios constantes de dibujantes. A ver qué pasa el mes que viene.

Comparto las primeras páginas del número 16:

Los Vengadores con Valerio Schiti son otra cosa. Este si es un comic que quiero leer. Ya era hora.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de D.I.O.S.E.S. 8 de Jonathan Hickman y Valerio Schiti (Marvel Comics – Panini)

Último número de D.I.O.S.E.S. de Jonathan Hickman y Valerio Schiti, con color de Fer Sifuentes-Sujo con Marte Gracia. Y se confirme el enorme bluf que nos ha colado Hickman con esta miniserie.

PUNTUACIÓN: 6/10

Todo tiene su fin. Si pudieras retroceder en el tiempo y borrar el mayor error de tu vida, ¿lo harías? Por supuesto que lo harías. Así que vamos a hacerlo. Vamos a retroceder en el tiempo. Vamos a borrar el mayor error de nuestras vidas. Y veremos cómo termina todo.

La sinopsis de este ejemplar es un buen ejemplo de la tomadura de pelo que ha supuesto la historia de Jonathan Hickman para este nuevo concepto de D.I.O.S.E.S. Un comic en el que Hickman ha realizado todas las trampas narrativas imaginables, y algunas más. Como llamar a un comic G.O.D.S. (D.I.O.S.E.S.) sin que el acrónimo tenga significado. Después de 7 números de comic con Wyn de protagonista, aunque en algunos como en el pasado secundarios como Dimitri tomaron el protagonismo, Hickman usa este último número de la miniserie para mostrarnos detalles del pasado de Wyn, no se si con la intención que empaticemos con él, algo que a estas alturas ya es demasiado tarde. Pero hablando de trampas, Hickman sitúa este comic ¡100 años en el fututo! Que es la forma de decir que en realidad va a dar igual todo lo que nos vaya a contar, porque no llegará nunca a suceder en el Universo Marvel tradicional. (Y si esto es una línea temporal alternativa, todavía da más igual).

Siguiendo con las trampas, la sinopsis dice «Vamos a borrar el mayor error de nuestras vidas. Y veremos cómo termina todo.» Pero luego, ¡esto no llega a suceder! En realidad, tras viajar Wyn por su pasado viendo algunos de los hitos buenos y malos de su vida, que son situaciones que en realidad no me importan porque el personaje de Wyn nunca lo ha hecho, el comic y la miniserie termina con la avatar de los Poderes Fácticos ofreciendo esa elección a Wyn, pero no llegamos a saber qué elige. Menuda estafa, como todo lo que he leído en este comic.

El pecado original de D.I.O.S.E.S. es que Marvel vendió este comic con la premisa de ver a Jonathan Hickman reinventar la cosmología del Universo Marvel. Para ello creó dos facciones, los Poderes Fácticos y el Orden Natural de Todo. Wyn es el avatar de los primeros mientras que Aiko y Dmitri pertenecen a los segundos. Pero ahora que ya tenemos el comic completo nunca hemos llegado a saber exactamente qué es el Orden Natural de Todo, de donde surge su poder y cual es la diferencia que tienen con los Poderes Fácticos. De momento, sabemos que alargan la vida de sus adeptos, pero poco más. ¿Cómo puede la avatar de los Poderes Fácticos viajar en el tiempo con Wyn? Da igual, a Hickman se la trae al pairo. Y no dejo de leer en el prólogo de cada grapa lo de «una alianza incómoda entre ciencia y magia» para definir la relación entre estos poderes pero al final queda como una frase vacía sin interés dado que Hickman no se ha molestado en responderla, lo cual es casi insultante para el lector. De forma que he asistido a un comic en el que en realidad todo vale según necesite Hickman en cada momento. Como siempre, la trama compleja por encima de todo lo demás, ya sean los protagonistas o algo tan molesto como la lógica interna de las habilidades de estos seres. «Lo hizo un mago» llevado a la décima potencia.

En positivo, a pesar de no conectar para nada con la historia y las formas de Hickman de desarrollarlas, al menos el comic tiene un dibujo estratosférico. Valerio Schiti ya era uno de los mejores dibujantes de Marvel, pero es esta miniserie ha tenido que lidiar con seres extraños y situaciones más allá de lo real y lo físico. Y todo lo ha hecho bien, consiguiendo que D.I.O.S.E.S. fuera un comic extremadamente atractivo para la vista y super fácil de leer. Algo que tiene más mérito del que podría parecer con un análisis más superficial de esta obra. De hecho, si no suspendo este comic y le pongo un 6 es precisamente porque con un dibujo tan chulo es imposible que un comic suspenda. Saber que Schiti ahora se marcha una temporada a dibujar Los Vengadores de Jed MacKay me llena de alegría, porque Los Héroes Más Poderosos de la Tierra sin duda se merecen un dibujo a la altura. Y ahora con Schiti por fin lo van a tener.

Volviendo a D.I.O.S.E.S., la historia de Hickman me parece uno de los blufs más grandes que ha realizado en sus últimos años en Marvel. Y sin embargo, es tan diferente que le sigo comprando. Quizá lo que más me molesta no es si el comic es bueno o malo, sino que a Hickman le exijo más porque creo que puede, y de momento en sus últimas no ha estado a la altura. O también quizá el problema es que le pido a Hickman algo que no es, porque lo que nos ofrece en sus comics es en sus propias palabras lo que quiere hacer, por lo que quizá soy yo el que deba reconsiderar mis expectativas y darme cuenta que NO me va a ofrecer lo que le pido porque él hace otras cosas.

Comparto las primeras páginas del comic:

A pesar de tener un dibujo estupendo, D.I.O.S.E.S. ha sido una importante decepción. Espero que Marvel no tenga prisa en continuar esta historia, si es que alguna vez lo hacen.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de D.I.O.S.E.S. 7 de Jonathan Hickman y Valerio Schiti (Marvel Comics – Panini)

D.I.O.S.E.S. de Jonathan Hickman y Valerio Schiti, con color de Marte Gracia, se acerca al final. Comparto mis impresiones de este séptimo y penúltimo número centrado en Dimitri, el compañero de Wyn.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Dimitri es un huérfano que nació en el Cosmódromo. En alguna parte está lo que ha estado buscando toda su vida. El camino de entrada es el camino de paso. Todo lo que tienes que hacer es escuchar la señal.

Llegados al séptimo número de D.I.O.S.E.S., está claro que no se le puede pedir a este comic que sea algo que no es. Sin embargo, refleja para bien y para mal lo que es el estilo de escritura de Jonathan Hickman y sus tics recurrentes. Cosas que pueden volarle la cabeza a algunos lectores pero que provocan desconexión a otra parte de fandom.

Pero antes de todo, tengo que quitarme el sombrero antes Valerio Schiti y Marte Gracia. Luego entro en la historia, pero el dibujo super dinámico de Schiti y el color espectacular de Gracia hacen que el comic sea un manjar para los sentidos. Los posibles problemas del comic son sobre la historia de Hickman, Schiti está a un nivel de super estrella en que merece la pena leer todo lo que haga. Sus composiciones de página, la forma en que hace que conversaciones que no apartan nada resultan interesantes, la fluidez narrativa y la maravilla que son sus escenas de acción hacen que este comic destaque sobre todo por su acabado artístico.

El «problema» de este comic no es el dibujo, claro, sino la historia de Hickman a la que sólo le falta un número para su finalización. Y más que «problema», el gráfico de Hickman que comparto a continuación y que aparece en este número explica los problemas que tengo con Hickman. Con la escritura de Hickman a nivel general, y con la premisa y ejecución de este comic.

En este séptimo número protagonizado por Dimitri tenemos el origen del ayudante de Wyn. Descubrimos que sus padres eran cosmonautas rusos que desaparecieron hace décadas, y todo lo que ha hecho Dimitri en su vida, incluso unirse al Orden Natural de Todo, estuvo motivado con su lucha para encontrarlos. A lo largo de la miniserie Dimitri estuvo dejando balizas en las diferentes localizaciones que visitaba. Hasta este comic parecía que era un plan del Orden Natural de todo, pero en este comic descubrimos que Dimitri tenía su propia agenda. Esto en si ya debería ser problemático, pensando en que el Orden parece ser una «organización» super poderosa. Pero en realidad, el problema es que toda la aventura parece una excusa para lo que parece que es más interesante para Hickman: El cuadro en el que nos explica que la realidad del Universo Marvel se construye dentro de un cuadrado creado dentro de las coordenadas Ciencia-Magia, Bien-Mal, Nacimiento-Muerte. Esto Hickman lo llama «el eje de poder».

Los padres de Dimitri desaparecieron en 1963 cuando era un niño de ¿8-10 años? Desde luego, Dimitri se conserva bien pensando que tiene casi 70 años. La búsqueda de sus padres le obliga a abrir un portal a un lugar fuera de la realidad conocida. Y dentro que la aventura está chula, dentro que la madre de Dimitri aparece de la nada, a todo el conjunto le falta tensión ya que no sabemos qué son estos seres habitantes de esta otra realidad. Aparte, la historia resulta anticlimática con el rescate de la madre de Dimitri sólo para verla morir cuando su cuerpo recibe de golpe los 60 años en que estuvieron perdidos. Además, la historia tiene un no final, dado que Dimitri desaparece para buscar a su padre, quedando la historia inconclusa. Así que dentro de un comic con un dibujo super chulo, tenemos una historia donde alguien viaja a un sitio para encontrarse con algo no explicado, para volver a viajar una segunda vez sin saber lo que ha sucedido. Y como pasa con Hickman, sumado a la premisa del octavo número, esto parece que va a quedarse colgado hasta otro momento. Que no será en esta serie que aún no se sabe si va a tener continuación. Plantear un comic supuestamente inteligente que sólo plantea preguntas sin responder nada en realidad es más fácil de lo que parece. Y seguro es más tramposo.

Aparte, Marvel vendió este comic con la premisa de ver a Jonathan Hickman reinventar la cosmología del Universo Marvel. Para ello creó dos facciones, los Poderes Fácticos y el Orden Natural de Todo. Wyn es el avatar de los primeros mientras que Aiko y Dmitri pertenecen a los segundos. Pero tras 7 números nunca hemos llegado a saber exactamente qué es el Orden Natural de Todo, de donde surge su poder y cual es la diferencia que tienen con los Poderes Fácticos. De momento, sabemos que alargan la vida de sus adeptos, pero poco más. De hecho, no dejo de leer en el prólogo de cada grapa lo de «una alianza incómoda entre ciencia y magia» para definir la relación entre estos poderes pero al final queda como una frase vacía sin interés dado que Hickman no se ha molestado en responderla. A estas alturas del comic, y sobre todo con la certeza que es una pregunta que Hickman no se ha planteado responder para empezar, es casi insultante para el lector.

Esta nueva cosmogonía se suponía que tenía que sustituir a la anterior, pero diría que los conceptos de Hickman no han cuajado. Si lo hubiera hecho esta miniserie no hubiera tenido tan sólo 8 números, o tras su finalización Marvel ya habría anunciado su continuación futura, cosa que de momento no ha hecho. Así que Hickman ha vuelto a colar a los lectores un comic con montones de conceptos ambiguos cuyo desenlace no está claro donde se va a producir. Por otro lado, puesto en la balanza, sigo quedándome completamente con Stephen Extraño como ser más poderoso del ámbito mágico de Marvel. Y no se si veo a Jed MacKay usando los conceptos de Hickman para sus estupendas aventuras.

D.I.O.S.E.S. no ha conseguido conectar con mis gustos, a pesar del estupendo dibujo de Schiti y Gracia. Una pena. Y sin embargo, aún confío que Hickman sea capaz de darnos un final a la altura. Aunque en realidad, creo que va a ser un final tan anticlimático como ha sido la serie en general.

Comparto las primeras páginas del comic:

D.I.O.S.E.S. no es un mal comic, y desde luego está super bien dibujado. Pero los ticks de Hickman impiden que sea uno notable.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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