Crítica de Criminal: The Sinners y The Last Of The Innocent de Ed Brubaker y Sean Phillips

En la tercera entrega de mi repaso a Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips, hoy quiero analizar las dos últimas miniseries publicadas dentro del sello Icon de Marvel Comics, The Sinners y The Last of the Innocents, publicadas entre 2009 y 2011.

Criminal Vol. 5: The Sinners

Tracy Lawless regresa con fuerza en la nueva miniserie The Sinners (los Pecadores). Un año después de los hechos de Lawless, Tracy Lawless sigue siendo un hombre atrapado entre una historia de violencia y su propia conciencia. Y ahora el peor malo del mundo le encarga un nuevo trabajo: resolver una serie de asesinatos de señores del crimen intocables. ¡CRIMINAL vuelve a sus raíces pulp más contundentes!

Tras un parón de unos meses en los que Brubaker y Phillips publicaron la primera miniserie de Incógnito, en Septiembre de 2009 comenzó The Sinners (Los Pecadores), el siguiente arco de Criminal planteado como una historia en 5 partes en el que ya se abandonó el concepto de serie regular para ir publicando arcos completos a medida que su plan de trabajo les permitiera.

Para esta miniserie vuelve Tracy Lawless, posiblemente el personaje más popular de la serie, continuando donde se quedó al final de Lawless, trabajando para Mr. Hyde, el jefe del mundo criminal de la ciudad. Brubaker comenta que Lawless conecta con su gusto por los grandes personajes del género y encarna al tipo duro con su propio código de conducta, que puede trabajar para un mafioso pero no actuará contra sus creencias de lo que es correcto o incorrecto. Además, quizá por esta caracterización, Brubaker también dice que Lawless era de largo el personaje más popular de la serie, normal siendo como es casi el único con ciertos valores positivos que no está entre rejas, lo que casi obligaba a platear este arco con él de protagonista.

The Sinners parece además planteada por Brubaker con la intención de recrear las clásicas historias de detectives en la que un duro sabueso investiga crímenes misteriosos, pero acoplado al mundo de Criminal. Tracy está fuera de su elemento, dado que siempre ha sido más un hombre de acción que de análisis, y el encargo de averiguar quién está matando a personas poderosas (y corruptas) de la ciudad puede ser casi imposible de resolver, al no tener casi ni por donde empezar.

Por supuesto, siendo como es el mundo de Criminal, Tracy va a caer en una relación prohibida con la persona menos indicada, mientras la posible implicación de la Triada China en los crímenes y la llegada a la ciudad de un soldado de fuerzas especiales con la misión de detenerle y devolverle al cuartel del que desertó para investigar la muerte de su hermano, le van a poner las cosas difíciles.

En este arco vamos a ver a personajes secundarios habituales de Criminal como es el jefe mafioso Sebastian Hyde, su guarda espaldas y asesino sin piedad Chester, Gnarly el barman del Undertow y Jenny, la amiga de la infancia que en la actualidad es agente de Asuntos Internos y también está investigando algunos de los crímines que asolan la ciudad.

Los cinco números de este arco cuentan todos con 24 páginas de historias más los artículos sobre el género negro habituales a modo de extras. En el primer número disfrutamos un artículo de Michael Stradford y una entrevista de Brubaker a Darwyn Cooke para promocionar sus novelas de Parker. El segundo número contó con dos artículos, uno del propio Brubaker y el otro de Ryan Lindsay, mientras que en los tres números restantes ya sólo hubo un artículo en cada, escritos por Tom Piccirilli, Joe Hill y Jess Nevins, respectivamente.

The Sinners es otro arco brillante con un sorprendente asesino que da un giro único a una historia que sirve para resaltar que en todo buen noir las víctimas buenas personas suelen pagar el precio mayor, y que no se puede confiar en los que dicen que quieren ayudarte, ya que al final intentarán usarte y aprovecharse de ti como los demás.

Además, el final en lo relativo a Tracy Lawless me parece satisfactorio y casi hasta inevitable, consiguiendo sacar el máximo partido a las cartas que le repartieron. Esto hace que si su versión adulta no volviera a aparecer, en los números que reseñaré la semana que viene sí aparece Tracy pero de niño junto a su padre Steeg, su arco puede darse por cerrado adecuadamente. Y a la vez, deja el margen suficiente para que con la historia adecuada, Brubaker y Phillips pudieran recuperarle en un futuro.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

En resumen, The Sinners me pareció un noir de vieja escuela, muy bien pensado y perfectamente ejecutado que hace las delicias de los fans del género, aunque quizá en este caso, sin inventar nada, yendo por los caminos a los que estamos habituados. Y eso es justo lo que NO van a hacer en el próximo arco.

Criminal Vol. 6: The Last Of The Innocent

¡Ganador del Premio Eisner a la Mejor Serie Limitada! The last of the Innocent (El último inocente / La última inocente) es la obra de ficción pulp más innovadora y aclamada por la crítica que jamás han realizado Brubaker y Phillips. Una parte es un asesinato a sangre fría, una parte una meditación retorcida sobre la nostalgia a través del lente de los cómics para niños. ¡Es «como el Watchmen para los fans de Archie», cuando Criminal alcanza nuevas cotas!

Un año después de The Sinners y tras finalizar la segunda (y de momento última) miniserie de Incógnito, Brubaker y Phillips sacaron entre junio y septiembre de 2011 su serie más experimental hasta la fecha y, a la postre, la última publicada bajo el sello Icon: The Last of the Innocent.

Esta historia se compuso de cuatro comics con 24 páginas de historia con los artículos habituales a modo de extra, que fueron escritos por Ed Brubaker, Megan Abbot, Jay Faerber y Duane Swierczynski. En menos de 100 páginas compusieron una de las historias más sólidas y sorprendentes del mundo de Criminal, no sólo por su arco de género negro, sino por las herramientas narrativas utilizadas y por su cualidad metalingüística, que eleva esta historia a un nivel superior. Además, Brubaker comenta que la muerte de su padre fue el desencadenante, el punto de partida a partir del cual construyó lo que acabó siendo esta historia.

Riley Richards (un nombre super comiquero con la mismo consonante inicial en nombre y apellido para una mejor sonoridad), vuelve a su pueblo Brookview debido a la enfermedad de su padre. Este viaje le devolverá a su juventud y a lo que abandonó cuando se casó con la rica Felicity (Felix), a la que conoció en el instituto, y con la que se marchó a la ciudad para trabajar en la empresa de su suegro, el rico y poderoso Phil Doolittle.

Riley vuelve a reunirse con sus amigos de la infancia y juventud, su vecina y amor platónico Lizzie Gordon que sigue soltera y que encarna la típica y perfecta “girl next door”; su mejor amigo, el despistado, desaliñado, ex-alcohólico y ex-drogadicto Vladimir “Freakout” Frykowsky, o Brock, el típico bully del colegio que es ahora policía local del pueblo, y se da cuenta que su vida se encuentra en una encrucijada y que depende de él tomar las riendas de su vida y salir adelante o caer por el precipicio debido a sus deudas de juego y a un matrimonio desgraciado.

La parte noir muestra a un Brubaker que quiere escribir una historia tipo Agatha Christie con la preparación de un crimen y como se van sorteando los problemas que van apareciendo. Brubaker crea en cada uno de los cuatro números unos giros y unos cliffhangers chulísimos que hacen que estés descolocado en todo momento y ni te imagines como va a finalizar la historia. El comic hace que sea Riley el narrador que nos hable en primera persona en todo momento, creando un retrato frío e interesantísimo que rompe el mito de los perfectos personajes de los comics de nuestra infancia frente a cómo serían si vivieran en el mundo real.

Esta miniserie es totalmente autónoma del mundo de Criminal y puede leerse sin problemas aunque no hayas leído ninguna miniserie anterior. Sin embargo, la historia ambientada en 1982 sí tiene conexiones, ya que las deudas de juego de Riley en la ciudad se las debe a Sebastian Hyde, y es Steeg Lawless el que va a cobrarlas al comienzo del comic, además de aparecer más adelante. De esta forma, si no conoces nada de Criminal estos elementos se entienden sin problemas, pero si eres un lector fiel, vas a disfrutar de estos detalles un montón.

Lo más interesante de The Last of the Innocent y que hace que el comic sea diferente y especial, es que Phillips cambia su estilo de dibujo según en qué momento temporal se encuentren los personajes. En el presente vemos la acción como cualquier otro comic Criminal, pero todas las escenas del pasado de los personajes están contadas con un estilo retro cartoon que claramente busca que pensemos en los antiguos comics de Archie. Las diferentes anécdotas de este pasado están contadas a página completa incluyendo títulos de crédito de la época de los 50 y 60, como si estuvieran sacados de esos comics.

De hecho, recordando que los comics de Archie y sus amigos en Riverdale se centraban en el triángulo amoroso Verónica-Archie-Betty y las aventuras, acuerdos y desacuerdos a su alrededor, hay una clara correspondencia entre el núcleo de estos comics y la historia de The Last of the Innocent, en el que Riley es Archie, Felix es Veronica y Lizzie es Betty. Pero hay más, Freakout es claramente Jughead (y eso que prácticamente no conozco estos comics), con Teddy haciendo de Reggie, el rival de Archie en el instituto que siempre intentaba robarle a la novia.

Puede decirse entonces que este comic de Brubaker y Phillips es un intento evidente de contestar a la pregunta de ¿cómo serían los personajes de Archie si hubieran crecido y vivieran en el mundo real? O al menos, en un mundo en el que la gente miente, engaña, se droga y comete delitos e incluso está dispuesta a matar. El calificativo de “La Watchmenización de los comics de Archie” está bien tirado, la verdad.

Pero The Last of the Innocent no es tanto una crítica a la inocencia de los comics de Archie, a pesar de inspirarse claramente en ellos, sino que el comic realmente es una crítica hacia la idealización que hacemos del pasado (el típico “cualquier tiempo pasado fue mejor”), que no se corresponde con la realidad. Para resaltar esta idea, Brubaker y Phillips muestran en la narrativa años 50 numerosos elementos perturbadores, violentos y con elevada carga sexual, mostrando que también en esa época la gente era amoral, egoísta y se cometían delitos y habían muertes. El ideal de mundo perfecto de la niñez salta por los aires durante la lectura de este comic.

Otro choque de la realidad con el pasado imaginado es que tras el nacimiento del Comic-Code Authority en 1954, años en los que los comics de Archie triunfaban con su humor blanco y sus aventuras para todos los públicos, todos los comics maintream americanos tenían que poseer un elemento moralizante y educativo que resaltaran los valores americanos a los jóvenes lectores. Durante estos años no se pudieron publicar comics de terror como Creepy o Tales fron the Crypt, ni tampoco comics de vertiente criminal, ya que no se podían mostrar escenas violentas ni de gore, ni nada relativo a sexo o relaciones fuera del matrimonio, entre otro muchos otros elementos. La idea de que el crimen no compensa y el criminal siempre acaba pagando el precio por su delito debía quedar también claro en los comics escritos bajo el Comic Code.

The last of the innocent es una bofetada en toda la cara del Comic-Code. No solo por los detalles sexuales y violentos incluidos incluso en la narrativa años 50, sino que la idea principal es que nuestro héroe idealizado del pasado en realidad es una mala persona que comete todo tipo de actos odiosos y terribles con tal de salirse con la suya. De hecho, si hay una triste y desoladora diferencia entre el mundo real y el imaginario comiquero, es que en el mundo real el criminal no siempre paga y a veces los poderosos y los “malos” se salen con la suya.

Todos estos elementos se combinan en una historia magistral de menos de 100 páginas consiguiendo una historia redonda que, como habéis podido comprobar, puede analizarse y disfrutarse a varios niveles, triunfando en todos ellos. Otro elemento interesante de esta miniserie es el elemento de desafío narrativo que debió suponer para Sean Phillips al tener que cambiar de estilo de dibujo. Entiendo que ejercicios estilísticos de este tipo son los que hacen que un artista se mantenga fresco y no caiga en la monotonía a la hora de dibujar un comic de forma continuada en el tiempo.

Además, debido a problemas con los plazos de entrega, Val Staples no pudo colorear todo este comic, y Dave Stewart tuvo que echarles una mano y colorear los dos últimos comics. Stewart continuó colaborando con Brubaker y Phillips en Fatale, el siguiente comic que realizaron, ya dentro del sello Image.

Dentro que el comic me gusta mucho, creo que eso ha quedado claro, reconozco que me cuesta conectar con las páginas años 50. Sí lo hago a nivel intelectual porque entiendo lo que están construyendo y lo que nos quieren contar, y para ellos el estilo retro cartoon es perfecto, pero a nivel emocional no me acaba de cuadrar la sordidez que estamos viendo. Posiblemente, esto también podría cosiderarse un éxito para Brubaker y Phillips.

Por último, a modo de extra, como en los comics de Criminal comparto a continuación dos páginas publicitarias creadas por Brubaker y Phillips a modo de teaser de lo que se podía esperar de esta miniserie.

Si no has leído The Last Of The Innocent, hazte un favor y ve a buscarlo, vas a disfrutarlo un montón.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Coward, Lawless, The Dead and The Dying, Bad Night, The Sinners y The Last of the Innocent. 6 años y 6 arcos después, Brubaker y Phillips se mudaron a Image Comics tras haber ofrecido unos arcos excelentes 100% noir muy diferentes entre sí, en los que tocaban diferentes tópicos del género y nos dejaban con la sensación que las próximas historias de Criminal aún podían ser mejores.

Gracias por leer este post, ¿ya te he convencido para que leas, o en su caso releas, Criminal? Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

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