Termino mis serie de reseñas a los comics de Ed Brubaker y Sean Phillips con mi revisión del especial Elseworlds de DC Comics Batman – Gotham noir publicado en 2001 y que es de hecho la primera colaboración de la pareja como guionista y dibujante.
PUNTUACIÓN: 5,5/10
Gotham City, 1949. James Gordon es un detective privado alcohólico, venido a menos y con serios problemas familiares. Su vida es un desastre, pero aún puede empeorar, porque está a punto de convertirse en el principal sospechoso del asesinato de una mujer que él debía proteger. Solo Batman y su propia pericia pueden sacarle de este embrollo. Desgraciadamente, es posible que el primero sea una alucinación y la segunda… ¿cuánto hace que la perdió? Batman: Gotham Noir incluye el fabuloso relato imaginario de Ed Brubaker y Sean Phillips (Gotham Central)
La primera colaboración de Brubaker y Phillips fue en La escena del crimen de 1999, aunque Phillips no dibujaba, sino que entintaba a Michael Lark. La miniserie de Vertigo fue nominada a los Eisner de 2000 dentro de la categoría de “Mejor miniserie”, y fue un elemento fundamental para que DC ofreciera a Brubaker en 2000 un contrato como escritor en exclusiva para ellos y entró en la franquicia de Batman, sonde escribió una buena etapa entre 2000 y 2003. En 2001 redefinió a Catwoman junto a Darwyn Cooke, manteniéndose como guionista de su serie más de tres años, hasta 2004. Y en 2003 creó junto a Greg Rucka y el dibujante Michael Lark una de los mejores comics de DC del siglo XXI: Gotham Central, el maravilloso comic centrado en mostrar el punto de vista de los policía de calle de Gotham, enfrentados a amenazas super poderosas. Como véis, todo comics de la máxima calidad.
Estos años tan prolíficos de Brubaker dentro de la Bat-familia son los que le permitieron a Brubaker lanzar una idea para un especial Elseworlds ambientado en una Gotham de 1949 que le permitiera explotar la vena noir que tan de su agrado era y que no conseguía explotar del todo en la serie regular de Batman.
Tras La escena del crimen, el británico Sean Phillips pasó de Vertigo a Wildstorm dibujando principalmente la etapa de Joe Casey en Wild C.A.T.s. Supongo que Brubaker y Phillips debieron conectar mientras realizaban la miniserie de Vertigo, porque Phillips parece el dibujante perfecto para este proyecto noir de Brubaker, casi como si lo hubiera escrito pensando en él. Y ambos debieron quedar muy satisfechos de esta colaboración, ya que pocos meses después repitieron en Sleeper (2003). Y el resto, es historia.
Entrando en la valoración del comic, debo señalar que quizá el principal interés del comic sea no tanto la historia en si sino lo que supuso para ambos autores, que empezaron una colaboración que dura ya 20 años. Porque si bien el comic es correcto, se queda muy por debajo de otras obras de la pareja.
Y quizá el principal problema empiece en la portada, al colocar un BATMAN en portada que no reflejaba lo que era el comic en realidad, una historia de un James Gordon convertido en un detective privado alcohólico venido a menos y con serios problemas familiares. Aprovechando algunos de los mitos de Batman introducidos en una ambientación noir de 1949, la historia navega en aguas revueltas intentando ofrecer un feeling familiar con dichos personajes y una historia que precisamente rompe con esos conceptos predefinidos. Y en mi opinión, a pesar de tener una premisa interesante con muchas posibilidades, Brubaker no acaba de dar con la tecla correcta y la historia queda a medio camino de todo. De hecho, en mi opinión, es una de las obras menos acertadas de Brubaker.
A pesar de intentar alejarse del standard comiquero, la historia por otro lado no podría ser más tópica dentro del género negro: el detective alcoholizado con problemas, la ciudad corrupta dominada por criminales, la guapa mujer que pagará el precio y un encargo que le viene grande al protagonista. En muchos aspectos leyendo este Elseworlds tenía la no demasiado agradable sensación que esto ya lo había leído. O peor, que Brubaker nos estaba colando todos los estereotipos del género.
En este sentido, quizá el hallazgo más interesante de su historia es que Gordon volviera de la 2ª Guerra Mundial traumatizado por el horror de la guerra, donde además conoció al joven pacifista Bruce Wayne. Frente a la imagen heroica que los Estados Unidos quiso transmitir de la guerra, algo que de hecho no cambió hasta Vietnam, Brubaker añade este detalle que posiblemente viniera de las historias que su padre militar o su abuelo escritor debieron contarle cuando era niño.
El apartado artístico no es el problema del comic, más bien al contrario. Phillips realiza un buen trabajo en este Elseworlds acompañado con el maestro Dave Stewart en los colores, que consigue transmitir el perfecto tono noir de callejones oscuros y noches lluviosas que la historia y el género demandaban.
El dibujo se luce a la hora de recrear esta época post 2ª Guerra Mundial alejada de las luces y la esperanza, con un vestuario y una ambientación perfectas. El Phillips de este comic me parece que hace además una buena caracterización de los personajes que hace que recuerdes a sus contrapartidas de la Bat-familia, pero diría que crea unas viñetas quizá demasiado estáticas y faltas de dinamismo.
Batman – Gotham Noir es entretenida pero sin más. Interesará sobre todo a los fans completistas de Brubaker y Phillips, ya que por la propia historia, es difícil que consiga atraer a lectores habituales del Hombre Murciélago. En todo caso, sí es un interesante experimento dentro del género para afinar una fórmula que refinaron unos años más tarde en Sleeper y, sobre todo, en Criminal.
PUNTUACIÓN: 5,5/10
Espero vuestras opiniones en la zona de comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales, y que te suscribas al blog para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.
¡Saludos a todos!