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Crítica de Nemesis The Warlock vol. 2 de Pat Mills, Kevin O´Neill y Bryan Talbot (Dolmen)

Hoy analizo el segundo volumen de Nemesis The Warlock publicado por Dolmen Editorial, el mítico personaje de la 2000 AD británica obra de Patt Mills, Kevin O´Neill y Bryan Talbot.

PUNTUACIÓN: 6/10

¡UNA MUERTE EN LA FAMILIA!

La cruzada de Torquemada para aniquilar toda la vida alienígena de la galaxia le lleva hasta el planeta de los Góticos, una raza de seres camaleónicos que dieron forma a sus cuerpos y a su sociedad basándose en la Gran Bretaña de comienzos del siglo XXI. Para evitar que las tropas de Terrapoder destruyan por completo el planeta, Némesis deberá aliarse con el Duque Ión… y con los ABC Warriors, reunidos una vez más.

Con guion de Pat Mills (Marshal Law) y dibujo de Kevin O’Neill (La liga de los caballeros extraordinarios) y de la leyenda Bryan Talbot (Las Aventuras de Luther Arkwright), este segundo volumen de la serie incluye otros dos capítulos de este clásico del cómic británico, inédito en España hasta la fecha. Con las páginas a color reproducidas directamente del color original y publicado en orden cronológico, descubre una de las aventuras de ciencia ficción más importantes del sello 2000 AD.

«Mills y O’Neill ni sospechaban  lo rápidamente que aquel mundo de Terrapoder con el que empezaron se les iba a quedar pequeño. Nemesis The Warlock es lo que sucede cuando se deja a dos genios sin correa». Alain Villacorta (Es la hora de las tortas)

Patrick Eamon Mills (1949) es un guionista y editor de cómics inglés que, junto con John Wagner, revitalizó el cómic británico en la década de 1970, y desde entonces ha seguido siendo una figura destacada del cómic británico. Se le ha llamado «el padrino del cómic británico». Sus cómics destacan por su violencia y antiautoritarismo, y es conocido sobre todo por crear 2000 AD y desempeñar un papel fundamental en el desarrollo del Juez Dredd. Tuvo una extensísima carrera en la industria británica, además de Dredd y este Nemesis, escribió Dan Dare, ABC Warriors, Sláine, Rogue Trooper, Charlie´s War y muchos más. En el mercado USA fue el creador de Marshall Law junto a Kevin O´Neill, además de escribir comics para de Batman para DC y trabajar en la línea 2099 de Marvel. Y además, ha trabajado también para el mercado francés.

Kevin O’Neill (1953 – 2022) fue un dibujante de cómics inglés, cocreador de Nemesis the Warlock y Marshal Law con Pat Mills y The League of Extraordinary Gentlemen con Alan Moore. Tras una extensa carrera en U.K., tras dar el salto al comic americano en 1986 O´Neill fue conocido (muy a pesar suyo) porque el Comics Code Authority puso objeciones a su estilo de dibujo para el Tales of the Green Lantern Corps Annual No. 2 guionizado por Alan Moore. Cuando DC preguntó cuál era el problema y si se podía cambiar algo para obtener la aprobación (la historia incluía escenas de una crucifixión), les respondieron que era todo el estilo de O’Neill lo que encontraban objetable. Afortunadamente, DC decidió imprimir el cómic sin el sello de la Comics Code Authority. Esta polémica fue previa a la publicación junto a su amigo colaborador habitual en U.K. de Marshall Law en 1987para el sello Epic de Marvel, comic que consiguió una inesperada repercusión mediática, aparte de por el dibujo de O´Neill por sus declaraciones en las que que afirmaban que odiaban a los superhéroes americanos.

Bryan Talbot (Lancashire, 1952) es un dibujante y guionista de cómics británico, conocido sobre todo por ser el creador de Las aventuras de Luther Arkwright y sus secuelas Heart of Empire y The Legend of Luther Arkwright, así como de la serie de libros Grandville. Colaboró con su mujer, Mary M. Talbot, en Dotter of Her Father’s Eyes, que ganó el premio Costa de biografía en 2012. Empezó su carrera en el ámbito independiente británico en los años 60. Tras empezar a publicar Las aventuras de Luther Arkwright en 1978, en los 80 trabajó en 200 AD en este Nemesis con Pat Mills, y en varias historias para Juez Dredd. En los 90 empezó a trabajar para el mercado americano, sobre todo para DC Comics, en series como Hellblazer, Batman: Legends of the Dark Knight y Dead Boy Detectives. También colaboró con Neil Gaiman en varios arcos de The Sandman. The Tale of One Bad Rat (1994) trata de la recuperación de una niña tras sufrir abusos sexuales en la infancia. Dibujó la serie limitada The Nazz, escrita por Tom Veitch, y colaboró con Rick Veitch, hermano de Tom, en Teknophage, una de las numerosas miniseries que dibujó para Tekno Comix. Talbot ha ilustrado cartas para el juego de cartas coleccionables Magic: The Gathering y trabajó con Bill Willingham en Fábulas.

Cuando compré el año pasado el primer tomo de Nemesis The Warlock editado por Dolmen tengo que reconocer que el comic me dejó muy frío. A pesar de la curiosidad que me generaba y su indudable interés histórico, lo cierto es que no conecté nada con la narrativa de historias de 4-6 páginas que provocaba la publicación semanal de la revista 2000 AD. Reconozco que hay que tener habilidad para poder contar algo en tan pocas páginas que te hiciera querer volver la semana siguiente a por más. Y en ese sentido, Pat Mills es parte de la historia del comic británico.

A pesar de mis dudas, al final me decidí a comprar este segundo volumen dado que Dolmen anunció que era el último de la serie. O el último que van a publicar ellos, no se. Por este motivo me animé a comprarlo, y las sensaciones han sido iguales a las que me provocó el primer volumen. Para bien y para mal. Sobre todo lo segundo.

Este segundo volumen de Dolmen recopila los libros III y IV de la edición británica de Nemesis, publicados en la revista 2000 AD entre 1983 y 1985. Y son dos historias marcadas por el cambio de dibujante, dado que el creador Kevin O´Neill dibuja todo el tercer volumen y la primera historia del cuarto, dejando a Bryan Talbot el dibujo del resto del volumen 4. Y la diferencia es abismal. O´Neill, a quien conozco desde Marshall Law, es pura contracultura y como parte de su estilo plantea dibujos que en muchos casos son desagradables de leer, con unos seres grotescos y unas razas alienígenas diferentes a todo. Esa parte resalta la imaginación desbordante de O’Neill y un poco su mala leche también. Sin embargo, su narrativa siempre fue bastante limitada, convirtiendo en confusas montones de páginas. Con la limitación añadida de tener que incluir un montón de información en la página debido a las limitaciones de 2000AD.

Sin embargo, Bryan Talbot es todo lo contrario. Su estilo de dibujo tiene un feeling super clásico, creando figuras super nítidas donde O´Neill plantea manchas de líneas, convirtiendo la lectura como la noche y el día. Algo que en realidad ya sucedió en el volumen uno con las páginas dibujadas por el español Jesús Redondo. Con Talbot hay que reconocer que las historias se leen mucho mejor, pero al mismo tiempo el comic pierde la visceralidad que O’Neill transmite a sus páginas.

Por la parte de la historia de Pat Mills, Nemesis continúa con su ambientación de ciencia ficción super loca coetánea a mucho de los que publicaba en Europa en esos años en revistas como Metal Hurlant y similares. En el planeta natal de Nemesis, Gandara, conoceremos las costumbres de apareamiento, que pasan porque las mujeres guerreras luchan por los machos. Nemesis y su pareja Chira tienen un huevo del que surge el hijo de ambos. Cuando Nemesis se marcha a combatir contra las fuerzas de Terrapoder en el planeta Demonika, el Inquisidor Torquemada pondrá en marcha un plan para matar a la familia de Nemesis, alternándose las dos tramas en este volumen. Un volumen que termina de forma dramática para Nemesis.

El segundo volumen tiene lugar en el planeta de los Góticos, una raza camaleónica que alteraron su apariencia para hacerla coincidir con la de la sociedad británica de comienzos del siglo XX tras captar señales de radio de la época. Esto no quita con que Torquemada quiera ver a esta raza exterminada, como cualquier alien que no sea humano. Y el arco permitirá a Mills expresar su desprecio y desdén hacia la cultura mainstream británica, algo que incluye también obras clásicas como Frankenstein. La otra novedad de este volumen es que Mills y Talbot incorporan a esta historia a los ABC Warriors, personajes clásicos de la revista.

Nemesis The Warlock se sale completamente de mi ámbito de interés, incluso viendo numerosos elementos interesantes en la lectura de este volumen. El formato de comics de 4/5 paginas lo encuentro super frustrante, no me gusta nada. Mills tiene que ir siempre al grano y no hay capacidad de profundidad ante nada, como mucho humor negro a modo de crítica social. Los personajes empezando por Nemesis son arquetipos sin personalidad más allá del «Bueno luchador por la libertad», al igual que Torquemada es el «mal personificado».

Y como ya me pasó leyendo el primer volumen, no podía evitar pensar mientras leía este volumen lo «viejunos» que se sienten estos comics de 1983-1985, pensando que esos mismo años en Estados Unidos se estaban publicando comics como la Patrulla-X de Claremont y Byrne, Daredevil de Frank Miller o los Jóvenes Titanes de Wolfman y Pérez. Entendiendo que son comics totalmente diferentes, Nemesis pierde por goleada en todos los casos. En todo caso, mi lado completista me hizo comprar este comic y al menos agradezco leer algo que es tan diferente a todo. Aunque sea algo con lo que nunca he llegado a conectar del todo.

Comparto páginas del comic dibujadas por O´Neill:

Nemesis The Warlock es un comic sin duda con un gran interés histórico, pero reconozco que no entra precisamente en mi ámbito de interés.

PUNTUACIÓN: 6/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de Nemesis The Warlock vol. 1 de Pat Mills, Kevin O´Neill y Jesús Redondo (Dolmen Editorial)

Tenía curiosidad por leer Nemesis The Warlock, el comic inglés de Pat Mills y Kevin O´Neill en blanco y negro publicado a principios de los 80 en 2000AD que les abrió las puertas del mercado americano. Aprovechando la fantástica edición de Dolmen me decidí a comprarlo, un volumen que también incluye una historia dibujada por el español Jesús Redondo.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Sed puros! Sed conscientes! Sed buenos!

Terrapoder, planeta capital de un cruel imperio galáctico, es gobernado por el retorcido Torquemada, quien intenta purgar toda la vida alienígena de la galaxia. Para hacer frente a este déspota intergaláctico y sus Terminadores, se erigirá una resistencia liderada por el alienígena warlock de aspecto demoníaco conocido como Némesis, quien representa todo lo que Torquemada odia y teme. Dos caras de una misma moneda y encerrados en un duelo sin fin, su enfrentamiento afectará al destino mismo de la humanidad.

Considerada una de las joyas de la corona de todas las obras surgidas dentro del sello 2000 AD e inédita en España hasta ahora, este primer volumen recoge en orden cronológico el origen de la célebre saga creada por Pat Mills (Marshal Law) y Kevin O’Neill (La liga de los caballeros extraordinarios). Además de grandes dosis de space opera, sátira, diseños imposibles y tintes de tragedia shakesperiana, este volumen se complementa con varios bocetos de O’Neill y una entrevista con el dibujante español Jesús Redondo, ilustrador de uno de los capítulos más recordados de Nemesis the Warlock.

Patrick Eamon Mills (1949) es un guionista y editor de cómics inglés que, junto con John Wagner, revitalizó el cómic británico en la década de 1970, y desde entonces ha seguido siendo una figura destacada del cómic británico. Se le ha llamado «el padrino del cómic británico». Sus cómics destacan por su violencia y antiautoritarismo, y es conocido sobre todo por crear 2000 AD y desempeñar un papel fundamental en el desarrollo del Juez Dredd. Tuvo una extensísima carrera en la industria británica, además de Dredd y este Nemesis, escribió Dan Dare, ABC Warriors, Sláine, Rogue Trooper, Charlie´s War y muchos más. En el mercado USA fue el creador de Marshall Law junto a Kevin O´Neill, además de escribir comics para de Batman para DC y trabajar en la línea 2099 de Marvel. Y además, ha trabajado también para el mercado francés.

Kevin O’Neill (1953 – 2022) fue un dibujante de cómics inglés, cocreador de Nemesis the Warlock y Marshal Law con Pat Mills y The League of Extraordinary Gentlemen con Alan Moore. Tras una extensa carrera en U.K., tras dar el salto al comic americano en 1986 O´Neill fue conocido (muy a pesar suyo) porque el Comics Code Authority puso objeciones a su estilo de dibujo para el Tales of the Green Lantern Corps Annual No. 2 guionizado por Alan Moore. Cuando DC preguntó cuál era el problema y si se podía cambiar algo para obtener la aprobación (la historia incluía escenas de una crucifixión), les respondieron que era todo el estilo de O’Neill lo que encontraban objetable. Afortunadamente, DC decidió imprimir el cómic sin el sello de la Comics Code Authority. Esta polémica fue previa a la publicación junto a su amigo colaborador habitual en U.K. de Marshall Law en 1987para el sello Epic de Marvel, comic que consiguió una inesperada repercusión mediática, aparte de por el dibujo de O´Neill por sus declaraciones en las que que afirmaban que odiaban a los superhéroes americanos.

Jesús Redondo Román (Valladolid, 1934) es un historietista español que ha publicado en numerosos países, entre ellos España, Reino Unido, Países Bajos, Suecia y Estados Unidos. Se trasladó a Madrid en 1958 para trabajar en una agencia de publicidad, y pronto fue Jefe de Estudio. Su primer cómic fue «Profesor Woosley» para Editorial Bruguera en 1962. Su obra española incluye El Capitán Trueno, Un Paseo por la Rioja, Centauro y SOS Dossier Ecológico. También ha dibujado a «Edward» para la revista holandesa Tina. A mediados de la década de 1960 comenzó a trabajar para las editoriales británicas D. C. Thomson & Co. e IPC, inicialmente en cómics para chicas como Diana («Suzette of the Silver Sword») y Jackie, y más tarde en cómics de aventuras para chicos como 2000 AD, Starlord, Tornado y Scream!, incluyendo el dibujo de Dan Dare para Eagle en 1986. En la década de 1990 trabajó en Motormouth y Killpower para Marvel UK, y en Star Trek y Kitty Pryde para Marvel US. En los últimos años ha ilustrado libros infantiles y cómics.

Hay autores que han adquirido cierta fama con el paso de los años pero de los que en realidad no he leído casi nada. Para mi es precisamente ese el caso con Pat Mills, del que apenas leí nada aparte de Marshall Law, un comic que me impactó muchísimo en su momento. De Kevin O´Neill sí leí más porque a Marshall Law habría que añadir La liga de los caballeros extraordinarios junto a Alan Moore. Pero en general hablamos de autores que no había leído tanto como me hubiera gustado. Este primer volumen de Nemesis The Warlock soluciona este problema. Y en realidad, me recuerda por qué este tipo de historias nunca me han encajado.

Si hay una cosa que queda claro leyendo Nemesis es el tremendo odio que Mills siente por las religiones y en general por las figuras de autoridad como son los políticos, gobernantes e incluso contra las fuerzas del orden. Mills empezó a escribir a principios de los 70, y es normal que absorbiera muchas ideas de los movimientos sociales de la época, sobre todo pensando que él provenía de una familia humilde de clase trabajadora. La figura del villano Torquemada que es el líder humano del planeta Terrapoder y ha iniciado una cruzada para acabar con todos los seres alienígenas puede servir de metáfora para casi todo, desde los que rechazan a los extranjeros como a cualquiera que ataque a colectivos que quieran vivir «fuera del radar» del stablishment. Es interesante que en este comic los humanos sean los malos de la historia frente a unos aliens que tienen que sufrir primero la expansión de los humanos en sus planetas para luego ser exterminados. (No se si esto es también una metáfora contra el imperio británico, pero se le parece mucho). El comic tiene en sus primeras historias muchos detalles de humor negro, pero a medida que avanza la historia adquiere un tono más oscuro dentro de su ambientación de ciencia ficción pura.

El dibujo de Kevin O´Neill es justo como lo recordaba, pero con la limitación de tener que contar estas historias semanales con apenas 4 o 5 páginas, lo que obligaba a tener que plantear muchísimas páginas con un montón de viñetas que presentaran la historia de cada capítulo. sus diseños imposibles son lo más característico de este comic, centrado en el protagonista Nemesis, que no se sabe muy bien qué es, y por supuesto del villano Torquemada. Los diseños de las armaduras y los seres alienígenas son realmente extraños, y ayudan a que el conjunto tenga un feeling a ciencia ficción dura que me ha gustado. Sin embargo, hay que reconocer que O´Neill era un narrador bastante limitado, como bien puede apreciarse en este mismo volumen, con unas páginas en las que en muchos momentos no acaba de quedar claro lo que está pasando. En positivo, me flipan algunas páginas super locas de O´Neill, sobre todo en el climax del primer volumen. Unas páginas que anticipan el desenfreno que realizó años más tarde en Marshall Law.

Si había leído poco de Mills y O´Neill, comprar este volumen fue la primera noticia de que además de Carlos Ezquerra hubo otro dibujante español había «triunfado» en los años 70 y 80 en la industria británica, el vallisoletano Jesús Redondo. Triunfado es igual un calificativo demasiado fuerte teniendo en cuenta que los sueldos no eran para tirar cohetes y en algunos casos su trabajo no estaba ni acreditado. Pero si descubro que Redondo tuvo una larga y fructífera carrera profesional.

Redondo dibuja el Libro 2 contenido en este volumen: La alianza alienígena. Y las páginas de Redondo me han gustado mucho más que las de O´Neill, mostrándose como un mejor narrador de lo que jamás fue el creador de Marshall Law. Redondo tiene un estilo mucho más agradable de leer y sus lápices son super detallistas pero muestran lo que está pasando siempre de la forma más clara posible. Además de Nemesis los principales protagonistas son una raza de arañas inteligentes, y Redondo borda el dibujo, ofreciendo además unas buenas coreografías de acción. Me provoca cierta gracia pensar que he descubierto un artista totalmente desconocido para mi, y sobre todo que me gusta más que el creador del comic que tengo en mis manos.

He encontrado numerosos elementos interesantes en la lectura de este primer volumen de Nemesis The Warlock. Pero también me ha recordado porque siempre he preferido otros comics coetáneos que me transmitían una mayor sensación «actual» frente a estos comics publicados en antologías que son más «viejuno». Empezando porque son comics en blanco y negro y 2000AD, que era una publicación semanal, publicaba historias de entre 4 a 6 páginas en cada número.

Para que veamos el contraste, en el periodo de 1980-1981 en que empezaron a publicarse estos comics dentro de la revista 2000AD, Marv Wolfman y George Pérez empezaron a publicar su mítica etapa en New Teen Titans, mientras que Chris Claremont y John Byrne llevaban ya un par años haciendo historia en Uncanny X-Men. Y puede ser una comparación un tanto injusta, porque hablamos de dos de los mejores comics de superhéroes de la historia. Pero la historia de Nemesis, siendo hija de las inquietudes de Reino Unido y lidiando con las limitaciones editoriales de extensión, no se puede comparar con el espectáculo y los personajes maravillosos que se estaban publicando al mismo tiempo en los Estados Unidos.

Es verdad que la parte antisistema de los comics británicos nunca se vio en el mainstream americano, y por esa parte este comics se siente diferente. Pero tanto el blanco y negro como la extensión de las historias no permiten demasiadas alegrías. El tener que ir al grano en las 5 páginas mensuales provoca que los protagonistas Nemesis y Torquemada sean apenas arquetipos, el malo malísimo sin matices y el revolucionario luchador que se opone a él. Es difícil conectar con Nemesis incluso sin tener en cuenta el diseño loquísimo de O´Neill, porque no hay prácticamente nada que le haga atractivo. Otro detalle es que los personajes tienen habilidades indeterminadas que les permiten hacer lo que mejor interese en cada momento, empezando por un Torquemada cuyo cuerpo es volatilizado casi al principio del comic pero cuyo espíritu sigue vivo y se reencarna en diferentes cuerpos porque así se le ocurrió a Mills y ¿Por qué no? También Nemesis tiene habilidades-Guadiana, que aparecen y desaparecen.

Es curioso que casi al final de este volumen Mills y O´Neill plantean una historia que muestra como Nemesis formó el vinculo con su nave. Si este comic tiene que servir a modo de historia de origen, el resultado es regulinchi. Sin embargo, el origen de Torquemada fue la historia que abrió el segundo volumen, y cuenta con dibujo de Jesús Redondo, por lo que aún siendo una historia más convencional me gustó más. En positivo, a pesar de la ridícula extensión de 5 páginas, Mills se las apaña para conseguir que la historia avance sin descanso en todos los números, consiguiendo en muchas ocasiones unos buenos cliffhangers que te dejaban con ganas de seguir leyendo estas aventuras. Si algo queda claro es que Mills era un profesional que controlaba el formato con el que tenía que trabajar, aunque por esto mismo no dejaba mucho margen para el lucimiento del dibujante. En resumen, tengo que reconocer que estamos ante un comic al que se le notan los más 40 años transcurridos.

Me ha gustado mucho la edición en tapa dura de Dolmen, el grosor de las páginas está genial y el tomaco justifica el alto precio que tiene. Creo que a pesar de lo que he comentado, si Nemesis fueran sólo 2 volúmenes hay muchas posibilidades que compre el segundo para tener toda la historia completa. Pero como este Nemesis sean tres o cuatro tomos se me plantea una gran duda, al no tener claro que me compense el importante gasto que conlleva la compra de cada tomo. A ver qué anuncia Dolmen para los próximos meses.

Comparto algunas páginas del comic:

Nemesis The Warlock es claramente hijo de su tiempo, no sólo de los temas que se trataban en Gran Bretaña sino también del formato de publicación en 2000AD, lo que afecta tremendamente al comic. No siempre para bien.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Arrowsmith vol. 2 de Kurt Busiek y Carlos Pacheco (Dolmen Editorial)

Es una alegría tremenda poder disfrutar de uno de los últimos comics dibujados por Carlos Pacheco. Arrowsmith vol. 2 Tras las líneas enemigas, junto al guionista Kurt Busiek, el entintador Rafael Fonteriz y el colorista José Villarrubia nos devuelve a este mundo en la Primera Guerra Mundial en el que existe la magia.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El joven Fletcher Arrowsmith, teniente del Cuerpo Aéreo de Ultramar, es enviado a una misión secreta y peligrosa dentro de territorio prusiano. Su objetivo es rescatar a una princesa de las garras del enemigo y detener un plan letal que podría destruir toda Europa. Por el camino, Fletcher viajará a reinos mágicos, se encontrará con monstruos y trolls, y descubrirá los secretos ancestrales de la magia que utiliza para volar… y que se encuentra detrás de la propia guerra.

El equipo creativo formado por Kurt Busiek (Marvels, Vengadores, Superman) y Carlos Pacheco (X-Men, Los Cuatro Fantásticos, Siempre Vengadores) nos sumerge de nuevo en el fantástico mundo de Arrowsmith. El paso de los meses, las despedidas siempre inesperadas a efímeros amigos, la adrenalina del combate y la crudeza de esta Primera Guerra Mundial han hecho mella en sus protagonistas, pero la esperanza, el valor y el optimismo del joven Fletcher siguen intactos, soñando con que la paz llegue algún día al Viejo Continente.

Este volumen d 192 páginas contiene Arrowsmith: Behind Enemy Lines #1-6, la última obra de Carlos Pacheco, así como cincuenta páginas de extras que incluyen bocetos, diseños y lápices del dibujante gaditano, una entrevista con Kurt Busiek y portadas alternativas de algunos de los mayores talentos de la industria del cómic norteamericano.

Kurt Busiek (Boston 1960), es uno de los grandes guionistas de Marvel Comics. MARVELS en 1993 junto a Alex Ross revolucionó el mundo del comic, no solo por las páginas pintadas de Ross mediante la técnica del fotorealismo, sino porque el concepto de mirar a los superhéroes desde el punto de vista del hombre corriente de la calle nos devolvió un «sense-of-wonder» perdido durante años por la moda del «grim-n-gritty» que triunfaba en esa década.

Thunderbolts (1997) con Mark Bagley y su icónico giro al final del primer número o el relanzamiento de Los Vengadores (1998) con George Pérez tras el Heroes Reborn son clásicos absolutos de Marvel. Como por supuesto lo es también el mítico JLA / Vengadores de 2003. Tras abandonar Marvel, Busiek trabajó en DC comics como Superman: Secret Identity con Stuart Immonem, JLA o Superman con Carlos Pacheco.

El gusto por el clasicismo pudo verse también en su icónico Astro City junto al dibujante Brent Anderson, comic que empezó a publicarse en 1995 y que ha tenido recientemente un relanzamiento en Image. En 2004 escribió una maravillosa etapa de Conan en Dark Horse junto al artista Cary Nord, y más recientemente, también en Image destaca su comic The Autumnlands junto al dibujante Benjamin Dewey.

Carlos Pacheco (1961-2022) es uno de los mejores dibujantes españoles que trabajaron en el mercado mainstream USA. Colaborador de Comics Forum desde finales de los 80 realizando portadas para numerosos comics de la editorial, en 1993 dio el salto a Marvel U.K. con una historia corte de Motormuth y Killpower primero y la miniserie Dark Guard, que supuso el primer trabajo completo de Pacheco para ellos. El primer trabajo para USA llegó en 1994 para DC en la serie de The Flash con guión de Mark Waid. Tras este comic, Pacheco ficha por Marvel en 1994, empezando a trabajar en comics como Bishop, Starjammers, Universe-X o Excalibur. En 1998-99 colabora con Kurt Busiek en Siempre Vengadores, uno de sus trabajos más redondos, trabajo al que siguió en 2000 una interesante etapa en los 4 Fantásticos en la que guionizaba el comc junto a Rafael Marín).

Tras 10 años en Marvel, Pacheco decidió cambiar de aires y en 2005 fichó por DC Comics, trabajando en Superman / Batman con Jeph Loeb, el relanzamiento de Green Lantern con Geoff Johns, o una interesante etapa en Superman junto a Kurt Busiek entre 2006-07. En 2009 Pacheco retornó a Marvel, donde ha trabajado en numerosos comics de la línea Ultimate o de la franquicia mutante, además de en Capitán América de Rick Remender. En los últimos años se ha visto relegado (o quizá él lo prefiriera así) a realizar portadas y pequeñas etapas o números sueltos en multitud de series, siendo quizá su último gran trabajo completo la miniserie The Life of Captain Marvel con la guionista Margaret Stohl (2018-19) y esta segunda serie de Arrowsmith. Su muerte en noviembre de 2022 fue un mazazo, pero su obra estará siempre en el corazón de los aficionados.

El principal interés de Arrowsmith es disfrutar de uno de los últimos trabajos de Carlos Pacheco, y en ese sentido la compra está más que justificada sólo por el dibujo de Pacheco. El entintado de Rafael Fonteriz y el color de José Villarrubia son el complemento perfecto para los lápices de Carlos, que da una master-class de fluidez narrativa. La historia del viaje de Fletcher por detrás de las líneas enemigas en una misión que tiene el destino del mundo en sus manos si fracasa está perfectamente narrada en imágenes, y además descubrirá el origen de la magia de este mundo a partir de la Paz de Carlomagno. Aparte de su fluidez y de su perfecto lápiz, Pacheco plantea además una distribución de página muy atractiva, jugando por ejemplo con las splash-pages como elemento para contar el origen del mundo.

Dentro de los elementos positivos tengo que destacar también la estupenda edición en tapa dura de Dolmen Editorial, un volumen que queda perfecto junto al primero y que además del comic incluye un montón de extras, portadas alternativas y lápices de Pacheco, además de una entrevista a Busiek. En ella es escritor comenta que una de las últimas voluntades de Carlos fue que Busiek continuara para poder darle un final a la historia, algo que me llena de alegría.

Esto me lleva al principal problema de Arrowsmith, y es que me he encontrado con la sorpresa negativa de una miniserie de 6 números que NO termina, dejando colgada completamente la historia. Y esto me parece un problema tremendo. Recordar que la primera miniserie se publicó hace casi 20 años en Estados Unidos, en 2003-04, y durante muchos años parecía imposible que tuviera continuación. Conseguir publicar esta segunda miniserie fue un pequeño milagro, pero al mismo tiempo si tenían planes más ambiciosos, lo mínimo era plantear al menos la sensación de cerrar un capítulo de una historia mayor, cosa que no sucede. Esta manía de no cerrar las historias me parece uno de los grandes males del entretenimiento mainstream actual. Y está claro que la muerte de Pacheco fue un hecho doloroso e inesperado, pero a la vez este comic debería haber planeado un final, empezando porque tardaron 19 años en continuar la historia, y no tengo claro que supieran si este comic podría tener una rápida continuación o no.

Pero este NO final no es el único problema de la historia de Busiek. El comic vuelve a pecar de un exceso de sobre exposición con una voz en off de Fletcher usando el recurso de la carta que le escribe a alguien contándole lo que está viviendo. Y esta narración frena la historia en todo momento. De hecho, en momentos en que Pacheco cuenta perfectamente una historia que NO necesita esta voz en off, los bocadillos se multiplican y hacen aburrida la historia. Un problema de no tener un final es que el comic tiene un planteamiento y todo lo demás es nudo con el desarrollo, privándonos de un climax que el comic claramente necesitaba. De alguna manera, Busiek y Pacheco nos han dejado con la miel en los labios con una miniserie que es la presentación de la gran historia que tendremos en la siguiente miniserie, un comic que por motivos obvios ya veremos cuando llegaremos a leer.

Reconozco que me ha fastidiado este aspecto de la historia porque odio que me vendan la mitad de una historia. Sin embargo, en lo bueno la verdad es que Pacheco era/es/siempre será muy bueno. Ver Arrowsmith hace que me de cuenta que el gran problema de Pacheco como artista de comics es que no hemos llegado a tener la GRAN obra de Pacheco. No, no creo que Siempre Vengadores sea un comicazo que recomendar debido a su estructura de comic hablando de comics. En ese sentido, más satisfactoria fue la lectura de  JLA/JSA: Virtud y Vicio escrita por David Goyer y Geoff Johns, pero siendo muy buena lectura se me queda muy lejos de lo que espero de un «comic canónico».

A eso hay que sumar una gran producción en Marvel y en menor medida en DC bastante inconexa, de forma que sólo dibujaba unos pocos números saltando luego a otras colecciones o a hacer portadas. Sus Los 4 Fantásticos hubiera podido quedar como una etapa más que maja si no fuera porque Marvel la cortó demasiado pronto. Hubiera sido genial poder tener un arco de 8/12 números en alguna colección que quedara para el recuerdo, pero aparte de su dibujo, sus etapas en X-Men tuvieron unos guiones que no estuvieron a la altura. Por cierto, por si no lo leísteis en su día, enlazo aquí mi artículo homenaje a Pacheco que publiqué cuando se conoció la triste noticia del fallecimiento del artista gaditano.

En todo caso, Carlos Pacheco ya es historia del mundo del comic americano. Y gracias a este Arrowsmith este fin de semana tuve a alegría de poder disfrutar de la que prácticamente es su última obra completa. Sólo por eso, como digo merece la pena la compra de este volumen de Dolmen.

Comparto algunas páginas del comic:

Arrowsmith es una delicia en la parte gráfica gracias al estupendo trabajo de Carlos Pacheco, Fonteriz y Villarrubia, pero sufre un poco por la parte del guion de un Busiek que deja claro que sus mejores trabajos quedaron atrás.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de La Asombrosa Vida de Stan Lee – Una vida en clave Marvel de Danny Fingeroth

El último libro que leí en 2022 ha sido la biografía de Stan Lee escrita por Danny Fingeroth, guionista y editor de Marvel durante varios años. La asombrosa vida de Stan Lee – Una vida en clave Marvel editado por Dolmen Editorial es una lectura obligada para todos los fans de los comics Marvel.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Stan Lee ha sido el guionista y creador de cómics más famoso que ha existido nunca. Fundador del Universo Marvel y co-creador de Spiderman, Iron Man, la Patrulla-X o los Cuatro Fantásticos, Stan «The Man» Lee convirtió a una pequeña editorial en el mayor universo de ficción de los siglos XX y XXI, dejando tras de sí un legado de iconos reconocibles en la cultura pop de todo el mundo e influyendo en incontables generaciones de lectores que crecieron amando a estos personajes Marvel.

Sin embargo, su figura siempre ha estado envuelta en polémicas y controversias, con un ejército de seguidores y detractores utilizando la figura de Lee como arma arrojadiza de un debate interminable en el que, a veces, es imposible discernir realidad de ficción. Danny Fingeroth, guionista y editor en Marvel Comics durante muchos años, presenta en Una vida en clave Marvel una biografía que muestra la humanidad, humor y humildad de Lee, pero también su faceta más controvertida y egoista, con entrevistas al propio protagonista y a numerosos colaboradores, amigos… y detractores por igual.

Danny Fingeroth es un veterano escritor, editor, educador y comentarista de cómics, más conocido por su larga etapa como editor de la LÍNEA DE CÓMICS DE SPIDER-MAN DE MARVEL y como biógrafo de Stan Lee.

Es autor de aclamados libros sobre cómics como SUPERMAN ON THE COUCH, DISGUISED AS CLARK KENT, THE ROUGH GUIDE TO GRAPHIC NOVELS y THE STAN LEE UNIVERSE (coeditado con el legendario ROY THOMAS).

Su libro más reciente es A MARVELOUS LIFE: THE AMAZING STORY OF STAN LEE, la biografía definitiva del querido -y a menudo controvertido- cocreador de tantos superhéroes legendarios. Con entrevistas exclusivas con el propio Lee, así como con colegas, familiares, amigos y detractores, ésta es la primera biografía exhaustiva de «Stan the Man», que cambió las ideas del mundo sobre qué es un héroe y cómo debe contarse una historia.

Me ha encantado la biografía de Stan Lee escrita por Danny Fingeroth. El libro hace una narración super amena por la vida del escritor y editor de Marvel desde su infancia en Nueva York hasta su muerte el 12 de noviembre de 2018 a la edad de 96 años. El libro huye del sensacionalismo y cuenta los hechos con los datos disponibles, ofreciendo en los temas más controvertidos los diferentes puntos de vista a partir de las declaraciones de los interesados de la época que lo contaban en primera persona. Un aspecto que me flipa de este libro es ver que las referencias bibliográficas que ha utilizado Fingeroth para escribir este libro abarcan casi 20 páginas del libro, a lo que habría que sumar sus propias entrevistas a personas claves, empezando por el propio Lee.

Hay un hecho indiscutible. Sin Stan Lee los comics Marvel no es que no hubieran triunfado, es que no hubieran existido. Desde luego, no hubieran sido como ahora los conocemos. Eso no quita que sin Jack Kirby y Steve Ditko, la era Marvel de los comics tampoco hubiera llegado a suceder, juntándose en un momento clave de la historia de los comics tres personas únicas cuya colaboración se convirtió en magia pura para los lectores. Y el libro no es un mero pastiche laudatorio hacia Lee, sino que señala también las sombras del escritor y editor que se convirtió en la cabeza visible de Marvel y que sin duda aprovechó la notoriedad que adquirió para vender la marca Stan Lee a menudo desmereciendo a sus colaboradores. Incluso podría decirse que su campaña por crear al showman Lee le colocaba incluso por encima de la propia Marvel.

Es interesante conocer un momento histórico en el que los autores no pensaban que estuvieran haciendo algo grande sino que se contentaban con tener un sueldo con el que sacar adelante a sus familias. Y en el que nadie creía que sus trabajos fueran a perdurar como tampoco lo hicieron los comics románticos o de monstruos en los que trabajaron en la década de los 50. En estos años, nadie se planteaba siquiera la posibilidad de poder poseer la propiedad de sus creaciones, de forma que todo el trabajo de Lee, Kirby y Ditko se realizó siempre durante esos años (décadas) por encargo. Es curioso que nos recuerden que Lee por muy importante que fuera no era más que un empleado de Martin Goodman, que era el propietario de Marvel y de todos sus personajes.

El libro son 350 páginas de narración que se leen en un suspiro, casi de una sentada. Había numerosos elementos que ya conocía, pero Fingeroth añade a la narración declaraciones en primera persona de muchos protagonistas que enriquecen muchísimo la lectura. De hecho, aunque la tesis del autor se basa en el trabajo colaborativo de Lee, Kirby y Ditko, en muchos momentos parece que acepta la versión de Kirby de los hechos, aunque en otros recuerda que las declaraciones que realizó a lo largo de los años no se ajustaban a la realidad de los hechos e incluso a las pruebas materiales existentes, como guiones mecanografiados de Lee de algunos números de los 4 Fantásticos que desmontarían su versión de los hechos sobre que él (Kirby) lo hacía todo y Lee únicamente se limitaba a dialogar las páginas una vez dibujadas. En general, esto es algo que me ha gustado mucho del libro, y es que probablemente la verdad se encuentre en el término medio de versiones a menudo enfrentadas de Lee y Kirby. Dicho esto, resulta curioso conocer el amor que Lee profesaba a Kirby y Ditko, y cómo de alguna manera no podía entender el enfado de los artistas hacia él.

Lo que es indiscutible es que Lee añadió humanidad a los personajes y consiguió conectar con el lector de una manera que no había sucedido nunca en el mundo del comic. El comentario de muchos lectores sobre que sentían que Lee les hablaba directamente a ellos es otro aspecto clave para entender el surgimiento y la popularidad de los comics Marvel además de la propia calidad de estos comics. Lee fue además un excelente lector de la realidad social de los Estados Unidos, sabiendo dar en cada momento lo que el público demandaba en virtud de los avances sociales que se fueron produciendo.

El libro creo que es super recomendable para todos los amantes de los comics Marvel y en especial para aquellos a los que les guste conocer la intrahistoria de las cosas, el como se hizo. Y dentro que la edición de Dolmen en general me gusta, tengo que ponerle un pequeño gran pero, ya que por un lado el libro incluye en los diferentes capítulos las referencias bibliográficas (marcadas con 1, 2, 3…) que se encuentran al final del libro, pero en bastantes momentos incluye además unos * que sugieren que van a dar una aclaración a un nombre o concepto de la historia a pie de página que sin embargo no aparecen en el libro, dejando sensación de que faltaba esa información al libro. Porque si no, no entiendo un * que no aclara nada y no va a ninguna parte.

Hecha esa crítica, como digo me ha gustado mucho este libro y lo recomendaría a todos los marvelitas de pro. Si tenéis curiosidad, no lo dudéis y leer La asombrosa vida de Stan Lee – Una vida en clave Marvel de Danny Fingeroth.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de The last days of american crime, de Rick Remender y Greg Tocchini

Tras el final de Low de Rick Remender y Greg Tocchini , me quedé con ganas de más y opté por recuperar la primera colaboración de estos profesionales: The last days of american crime, una historia neo-noir que rebosa personalidad y carisma.

PUNTUACIÓN: 8/10

En un futuro no muy lejano, como respuesta definitiva al terrorismo y el crimen, el gobierno estadounidense ha creado un neuro-inhibidor, llamado la Iniciativa de Paz Americana, que una vez emitido hará imposible que nadie cometa actos ilegales, acabando en la práctica con todo el crimen en Estados Unidos. El gobierno ha distraído la atención de la población americana de la emisión de la I.P.A. con otra controversia: sustituir el papel moneda por un sistema basado en tarjetas monedero digitales.

Y es cuando entra en escena Graham Bricke. Un criminal profesional en horas bajas que pretende robar una de las máquinas que cargarán la nueva moneda digital, huir del país y vivir a lo grande. Pero cuando la noticia de la I.P.A. se filtra, Graham se encuentra de pronto con que solo tiene dos semanas para cometer el complicado atraco, lo que le obliga a reclutar la ayuda de extraños.

Esta es la recopilación de esta serie aclamada por la crítica de mano del popular Rick Remender (Uncanny X-Force, Fear Agent) y el innovador dibujante Greg Tocchini (Spider-Man, Thor: Son of Asgard) con portadas neo-pulp del premiado dibujante Alex Maleev (Daredevil, Scarlet).

The last days of american crime fue publicado en USA por Radical Comics entre 2009 y 2010, primero como una miniserie de 3 números, los dos primeros números de 48 páginas cada uno y el último de 52, lo que supone un formato inusual comparado con el standard de las 20 o 22 páginas de una grapa de Marvel, DC o Image. Radical publicó a continuación un tomo en tapa blanda que es el que compré en su día. Y en España Dolmen publicó la miniserie en un único volumen en 2012.

Tras 10 años trabajando en la industria del comic en el ámbito indy, Rick Remender empezó a despuntar en 2009 en el mundo mainstream gracias a su fichaje por Marvel Comics, con la que firmó un contrato como escritor en exclusiva ese año. Y fue fruto de leer sus estupendas etapas en X-Force, Uncanny Avengers o Capitán América que me animé a buscar sus comics previos, como el sobresaliente Fear Agent o este The Last Days… A pesar de la exclusiva que tenía con Marvel, Remender pudo publicar este comic con Radical Comics sin problemas al tratarse de una obra previa que llevaba bastante tiempo en desarrollo.

Remender conoció al dibujante brasileño Greg Tocchini gracias al también brasileño Rafael Albuquerque, que fue quien le recomendó para esta historia neo-noir. Y debieron quedar contentos de la colaboración, ya que Remender «enchufó» a Tocchini en un arco de X-Force, además de empezar en 2014 su comic de creación propia LOW en Image.

The last days of american crime, además de tener el mejor título de la historia del comic y unas portadas alucinantes del genial Alex Maleev, es un estupendo comic de género negro con una premisa bastante clásica ambientada en un contexto de ciencia ficción: En un futuro cercano, el gobierno de las Estados Unidos ha descubierto la forma de evitar que sus ciudadanos cometan ningún delito mediante el despliegue de un inhibidor de pautas cerebrales, convirtiendo el delito en imposible a partir del día en el que se despliegue el invento.

Esto generará una carrera contra el reloj, por un lado de los elementos criminales de una ciudad inspirada en Los Angeles buscando cometer los últimos delitos que les permitan hacer caja, y en general de una sociedad cruel y amoral que prefiere ver el mundo arder y quiere disfrutar de sus últimos pecados antes que sea imposible cometerlos.

Los últimos días del crimen americano muestra la cara más nihilista y pesimista de Remender hacia nuestra sociedad occidental, que en este caso le permite crear una perfecta historia noir en la que todos los personajes son amorales en el mejor de los casos, y unos criminales sociópatas sin la más mínima empatía por otras personas en el peor. Y todo ello ambientado en un mundo que aplasta al inocente y que ha caído como si fuera Sodoma y Gomorra en la depravación más absoluta. Nuestros protagonistas en este contexto no dejan de ser perdedores a los que la suerte nunca ha acompañado y que lo han apostado todo a una última jugada en la que demasiadas cosas están dejadas al azar.

El gran hecho diferencial que marca la diferencia, en mi opinión para bien, en este comic es el arte de Greg Tocchini. No acabo de recordar si compré este comic antes o después de leer su arco en X-Force, pero su estilo pintado y sus colores vivos me volaron la cabeza en su día. De hecho, releído ahora me sigue pareciendo que el comic mantiene toda su fuerza y personalidad diferente a cualquier otro comic noir que haya leído. O cualquier otro comic en general.

En todo relato noir que se precie debe haber una femme fatale que sea la sexualidad hecha carne y que atrape al protagonista. Tocchini eleva la temperatura en estas páginas con unas escenas super sexis y una protagonista femenina, Shelby, que es puro morbo. E incluso con algún elemento explícito, creo que está todo mostrado con buen gusto para que quede elegante y sensual y no chabacano. Otro elemento más que hace que este comic me haya encantado, incluso reconociendo el elemento tópico de todo ello.

Por ponerle un pero, Tocchini es una pasada imprimiendo fuerza y personalidad a sus páginas, pero sin embargo en lo relativo a la narrativa siempre ha estado más limitado, con algunos personajes que en los planos medios y largos pueden llegar a confundirse y con algunas escenas que resultan igualmente confusas. En todo caso, su estilo es tan diferente y transmite tanto carisma que me quedo con la parte buena. De hecho, la relectura del comic me volvió a dejar una sensación super satisfactoria, al plantear Remender una historia cerrada con un final perfecto para lo que nos han contado.

Comparto las primeras páginas de este comic, que transmiten de maravilla el feeling de la historia de Remender y el carisma de las ilustraciones de Tocchini:

The last days of american crime es un estupendo comic de género negro en la que la personalidad de Greg Tocchini eleva la buena historia de Remender.

PUNTUACIÓN: 8/10

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