Daniel Warren Johnson confirma en el segundo número de Do a powerbomb que estamos ante uno de los comics de la temporada gracias a una historia super interesante creada desde la emoción.
PUNTUACIÓN: 8/10
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Lona Steelrose quiere ser una luchadora profesional, pero vive bajo la sombra de su madre, la mejor en hacerlo. Todo cambia cuando un nigromante obsesionado con la lucha libre le pide que se una al mayor torneo de lucha libre profesional de todos los tiempos, ¡que también es el más peligroso! El Luchador se encuentra con Bola de Dragón Z en una historia en la que los competidores obtienen más de lo que esperaban.
En mi reseña del primer número ya comentaba que siendo muy fan de Daniel Warren Johnson, no esperaba que el comic me emocionara como lo hizo dado que nunca me gustó el mundo del wrestling. Y este segundo número amplía las sensaciones positivas ya que además de la emoción, pone de relevancia otro aspecto que quiero destacar, que es lo buen narrador que es DWJ, que cuenta como siempre con la colaboración del colorista Mike Spicer. Porque su dibujo es tan apabullante y arrollador que a veces se nos olvida que no es suficiente hacer pin-ups y splash-pages resultonas, las redes sociales están llenas de muchísima gente lo sabe hacer, hay que dotar a las imágenes de emoción, conseguir crear empatía hacia el/la protagonista para que el comic funcione, y Daniel lo consigue de forma modélica.
Tras el arranque del primer número en el que básicamente establecía el mundo en el que se desarrollará la historia y el drama que sufre nuestra protagonista Lona Steelrose, en esta segunda grapa hay una parte de obligada exposición al conocer el origen de Willard Necroton y los motivos de la creación de su campeonato de wrestling. Aunque no cabe duda que van a haber sorpresas porque este personaje no va a ser de fiar y seguro esconde intereses ocultos. Pero junto a esto, la grapa vuelve a dejarnos en lo más alto con una sorpresa total al final de la grapa que de alguna manera lo cambia todo y añade un nivel adicional de drama, pero a la vez es narrativamente casi la única opción posible.
Pudiera parecer que lo que está creando DWJ es sencillo o que no es para tanto, pero hay tantos comics montonero hoy en día con diálogos y situaciones sin sustancia ni impacto emocional (si, os miro a vosotros Marvel y DC), que tener un comic tan maravilloso como este debería ser celebrado más de lo que se está haciendo. Con el añadido de ser personajes de nueva creación, no franquicias de más de 60 años de vida que se compran por inercia mientras repiten cíclicamente las mismas ideas, y tienen más difícil conseguir que el público conecte o se atreva a probar de una lectura diferente.
Dentro de ser un número más expositivo que de acción, DWJ plantea un combate brutal dentro de esta grapa y consigue que nos de pena ver la paliza que sufre Cobrasun en el ring. Sobre todo teniendo en cuenta que fue su error lo que provocó la muerte de la madre de Lona, la campeona Yua Steelrose, y por tanto debería caernos mal y dirigir contra él toda nuestra ira. Esto también es otro ejemplo de buena escritura.
Tras haber disfrutado dos números modélicos, no me cabe duda que lo mejor está aún por llegar cuando conozcamos las normas del torneo y los rivales contra los que se va a tener que enfrentar Lona para intentar vencer y conseguir el premio de resucitar a su madre. Nos esperan momentos gloriosos y yo estaré aquí para verlos.
Comparto las primeras páginas del comic:
Do a powerbomb es Daniel Warren Johnson en estado puro. No puedo estar más dentro de este comic y tú no deberías perdértelo.
PUNTUACIÓN: 8/10
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