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Crítica de Terminator 1-3 de Declan Shalvey, Luke Sparrow y David O´Sullivan (Dynamite)

Tenía curiosidad con la nueva colección de Terminator que Dynamite anunció hace unos meses, guionizada por Declan Shalvey (Caballero Luna, Old Dog). Comento mis impresiones de los tres primeros números de la colección, que han sido dibujados por Luke Sparrow y David O´Sullivan.

PUNTUACIÓN: 4/10

Los planes para matar a Sarah Connor y a su hijo John han fracasado, pero al genocida Skynet aún no se le han acabado las opciones. Todavía hay algunas vías más hacia el pasado que le permitirán destruir la resistencia humana que está a punto de convertir sus procesadores en metralla de silicio: sólo necesita ampliar su teatro de operaciones.

Abriendo un nuevo frente en la guerra, los Terminators son enviados por todo el mundo y a través del tiempo para atacar a los actuales combatientes de la resistencia, a sus antepasados y a cualquiera que tenga la mala suerte de encontrarse en las zonas de ataque. Y aunque ninguna de estas misiones secundarias es tan sencilla como las de los primeros T-800 y T-1000, el tiempo está literalmente del lado de las máquinas. Cuando toda la historia se convierte en una zona de guerra, ¡ningún lugar -y ningún momento- está a salvo!

El aclamado creador DECLAN SHALVEY (ThunderCats, Old Dog) vuelve al presente para otra exitosa serie de Dynamite, uniéndose al artista en ascenso LUKE SPARROW (Star Trek) para historias totalmente nuevas de Skynet y sus imparables asesinos mecánicos, ¡todo ello apoyado por portadas algorítmicamente perfectas de SHALVEY, EDWIN GALMON, SWAY y DAVID COUSENS!

Soy muy fan de las dos películas de Terminator de James Cameron. Terminator Salvation también me parece una película estupenda que intentó hacer algo diferente, algo que lamentablemente fue abortado debido a su fracaso de taquilla. Mi interés ha ido menguando con el paso de los años, hasta el punto que no he visto Terminator: Dark Fate, la última película que se estrenó en 2019. Sin embargo creo que el concepto es perfectamente actual y puede dar para un buen comic acertando la premisa. O si el guion va a lo seguro, con un dibujo sobresaliente. El anuncio de Dynamite de la contratación de Declan Shalvey como guionista llamó mi atención lo bastante como para comprar esta colección. Sin duda la compra de las primeras miniseries de los años 90 y lo mucho que las disfruté en su día tiene bastante que ver para querer leer esta nueva colección de la franquicia Terminator.

Y la verdad es que la sensación leyendo esta primera grapa es de perplejidad por lo que ha planteado Declan Shalvey. La sinopsis del comic que vimos en el Previews (y que acabas de leer) nos cuenta que Skynet tiene un nuevo plan tras fallar los intentos de asesinar a Sarah Connor y a su hijo John en el pasado, lo que implica enviar a más Terminators a través del tiempo buscando otros objetivos. Pero lo primero a destacar negativamente es que eso NO NOS LO CUENTA EL COMIC. La historia empieza en mitad de la acción sin ninguna explicación. Puedo suponer que la idea de Shalvey es que el lector sienta el mismo terror que los personajes cuando de repente un robot asesino les persigue sin explicación. Pero en realidad creo que es un problema que Dynamite no plantee un pequeño texto, incluso en la página de créditos de la contraportada, para que al menos los lectores tengamos ese mínimo contexto antes de empezar a leer el comic. Desde luego agradecería que me hubieran dicho qué hace que esas personas concretas sean lo bastante importantes para Skinet como para que quiera asesinarles, pero acepto la indefinición. Incluso supongo que será algo que se aclare en próximos números.

Pero pensando en la cronología de las películas, el apocalipsis nuclear tras la activación de Skynet tuvo lugar el 29 de Agosto de 1997. Y Declan Shalvey NO cumple ni siquiera esa premisa básica. Porque el comic está dividido en dos momentos cronológicos. En 1979 la pareja protagonista de Penny y Harper huye de un Terminator, aparentemente dejándolo atrás tirándolo a un lago, pudiendo escapar del peligro. En 2018 unos Penny y Harper ya ancianos siguen vivos y escaparon del holocausto nuclear viviendo aislados del mundo al lado de un lago en Alaska. Podría aceptar que el ataque de 1979 de alguna manera cambió su futuro, pero creo que simplemente estamos ante una historia que en realidad no tiene sentido. Porque si Penny y Harper viven alejados de la lucha y ya en 1979 vivían off-the-grid, ¿Por qué Skinet intentó asesinarles en el pasado? No tiene sentido. No son luchadores de la resistencia, sólo unos supervivientes.

El guion de Shalvey comete errores groseros de continuidad a los que no di importancia en la primera lectura, pero que me han molestado mucho cuando volví a leer esta grapa para realizar la reseña. Empezando porque si el Terminator estuvo bajo el agua casi 40 años, ¿Cómo descubrió donde vivían Penny y Harper? No tiene sentido. Aparte que en 40 años bajo el agua, la ropa del Terminator debería estar destrozada. Este todo vale es algo que me molesta, y parece que es la base de todo lo que plantea Shalvey. Al igual que otros momentos, como que Harper lleve preparándose 40 años para un ataque, aparte de haber vivido el holocausto nuclear, y debería estar preparado para luchar de nuevo contra el Terminator. La escena en que dispara su rifle a la cara del Terminator y el retroceso le manda a la otra habitación y le rompe el brazo es otra cosa que no tiene sentido y que hace que no entienda la escena. Lo cual es otro aspecto molesto del comic. O la idea de que la pareja tenga planes de huida rápida en caso que llegue un Terminator pero guarda decenas de fotos que pueden servir de pista a los robots de la existencia de otras personas. Es absurdo a poco que uno empieza a pensar en ello.

Y lo peor es que Shalvey está tan pendiente de que aparentemente la historia cuadre y tenga un feeling circular, empezando el comic con un Terminator en el fondo de un lago y terminando la historia con ese mismo Terminator entrando en él, que no se da cuenta que nada de lo que ha planteado ha tenido sentido. Si el Terminator descubre que Penny y Harper tuvieron un hijo y parece que inicia una nueva persecución, ¿Por qué entra en el agua del lago? Es que nada tiene sentido. Y lo malo es que parece que Shalvey debe pensar que si lo tiene.

El dibujo de este primer comic de Terminator es de Luke Sparrow con color de Colin Craker. Lo mejor que tiene es la caracterización de los protagonistas de esta historia, el matrimonio de Penny y Harper. Una pareja a la que veremos a través de los años y que Sparrow hace reconocibles en todo momento. También me gusta de Sparrow que dibuja un montón de fondos y sitúa la acción en un espacio concreto, algo que le siente muy bien al comic.

Sin embargo, el comic se siente plano, sin garra. Empezando por un color que no aporta nada a la página, ni emoción, peligro, amor o terror. Si este comic se hubiera publicado en blanco y negro, no se habría perdido nada, la sensación buena o mala sería la misma. Esto por supuesto es un problema. El color es uno de los elementos que plantea esta sensación de comic plano y sin fuerza. Pero no es sólo el color, el dibujo de Sparrow es super rígido y estático. No puedo decir que sea malo, porque creo que es correcto en exceso. Pero hablaba de la intención que entiendo que Shalvey busca crear al lector, terror ante el ataque del Terminator y confusión al no saber por qué. Y el dibujo no lo transmite. Es todo tan correcto como aburrido. No está mal, pero tampoco especialmente bien. Y que el dibujo no te deje buenas sensaciones es un problema.

Con todo, quise ver qué tal estarían los siguientes números de la colección, dado el misterio de la premisa. Así que llegamos al siguiente arco, una historia en dos partes titulada APOCALYPSE THEN.

Saigón, 1975 – La guerra está llegando a su fin y las fuerzas estadounidenses están en retirada. Un soldado disfruta de su último permiso en la capital de Vietnam del Sur cuando es llamado urgentemente al frente. De vuelta al frente, el soldado Duggan descubre que su sector está siendo invadido por una misteriosa fuerza enemiga, que no opera como ninguna unidad del Viet Cong o del NVA a la que se haya enfrentado.

A medida que los rumores se extienden por las filas acerca de un «pelotón Charlie de un solo hombre», Duggan y su escuadrón se encuentran de repente bajo un fuego asesino. A través del espeso aire de la jungla, los hombres atrapados divisan a su atacante: una figura solitaria, aparentemente inmune a las balas y las granadas, completamente desprovista de miedo o vacilación. Implacable. Ineludible. Inhumano.

El autor DECLAN SHALVEY (ThunderCats, Alien) y el dibujante David O´Sullivan se meten de lleno en el barro con el segundo número de su esperadísima nueva serie Terminator, que abre un nuevo e innovador frente en la guerra contra las máquinas y cuenta con portadas a prueba de balas de SHALVEY, EDWIN GALMON, DREW MOSS y DAVID COUSENS.

Pedí estos comics a través del Previews y en realidad no había leído esta sinopsis. Y de nuevo, me vuela la cabeza que la sinopsis no tenga nada que ver con el contenido de la historia de Shalvey. En positivo, tengo que decir que a esta historia no le veo los problemas de continuidad que si tiene el primer número. Eso es porque la historia es mucho más sencilla y linear. Durante el final de la guerra cuando se inicia la evacuación del personal americano en Saigón, el soldado Edward Duggan abandona la ciudad para ir al campo a recoger una carga vital para él sin la que no puede irse de Vietnam. Su misión se verá interrumpida por el Terminator, que llega al pasado en medio de territorio Vietcong y tras exterminar a los comunistas empezará su caza de Duggan. Lo que nos cuenta la sinopsis sobre «un «pelotón Charlie de un solo hombre», Duggan y su escuadrón se encuentran de repente bajo un fuego asesino» no llega a pasar en el comic. Es muy fuerte. Y no acabo de entender los motivos de esta desinformación. De nuevo, el porqué Skinet quiere muerto a Duggan es un misterio. Un misterio que me doy cuenta leyendo este arco que en realidad es algo que Shalvey nunca ha tenido intención de revelar.

Dentro de la sencillez de la historia, el verdadero problema de este comic es el dibujo de David O´Sullivan, que viene con color de Colin Craker. A su lado, el correcto y aburrido Luke Sparrow parece una mezcla de John Byrne con Stuart Immonem. El dibujo de O´Sullivan es realmente flojísimo, sus figuran parecen hechas por chavales de 11 años y no sabe transmitir la más mínima emoción, las viñetas son super estáticas y la lectura de esta aventura me ha parecido super decepcionante. La sensación que provoca dejar de comprar un comic.

El dibujo es el gran problema del comic, pero también reconozco que tener ya dos arcos y darme cuenta que no hay una historia mayor con el motivo de estas misiones de Skynet me deja perplejo. Aparte del hecho que los Terminators van dejando dejando piezas por todos lados, ¿eso no afecta al continuo espacio tiempo? El tema de los fallos de continuidad es un tema que me molesta y me afecta al disfrute del comic también.

Parte de mi «trabajo» como lector es buscar nuevas lectura que amplíen mi entretenimiento con historias diferentes. O con historias que sean justo lo que esperaba pero que conecten con mis interesen. La nueva serie de Terminator no lo ha conseguido. Y aparte de la sensación de que Shalvey plantea una premisa sin intención de resolverla ni preocuparse por las repercusiones de tener múltiples terminators por diferentes épocas, me doy cuenta que el formato de las historias es parte del problema. Y digo esto porque las miniseries de los 90 de Dark Horse tenían 4 números y daban la oportunidad de conocer a los protagonistas y desarrollar una historia más compleja que lo que permite los formatos elegidos por Shalvey para contar sus historias, empezando con una grapa autoconclusiva y continuando con una historia en dos partes. Leyendo ahora si las sinopsis de los próximos números del Previews, veo que Shalvey en los siguientes números hasta el 6 vuelve al formato de grapa autoconclusiva, con lo que intuyo que se va a mantener la falta de complejidad visto hasta el momento.

Como digo, compraré hasta el sexto número que tengo pedido a mi librería, pero ya no comprará más. Me bajo del carro. Declan Shalvey no me ha convencido.

Comparto algunas páginas del primer número:

Lamentablemente, el comic de Terminator de Declan Shalvey ha sido una decepción en lo referido a la historia y sobre todo con un dibujo que no pasa el corte. NO me sale a cuenta seguir comprando esta colección.

PUNTUACIÓN: 4/10

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Robocop vs Terminator de Frank Miller y Walter Simonson (Dark Horse)

Estoy tan pendiente de la actualidad, del último estreno de cine y TV o de mi ración mensual de comics que nunca encuentro tiempo de sentarme y echar la vista atrás para disfrutar de algunos comics míticos de mi comiteca. Es por esto que estoy muy contento de iniciar una serie de reseñas de la editorial Dark Horse de finales de los 80 y principios de los 90, empezando por el maravilloso crossover Robocop vs Terminator de Frank Miller y Walter Simonson, publicado en 1992.

PUNTUACIÓN: MÍTICO

Frank Miller y Walter Simonson, dos de los mejores creadores de cómics enfrentan al robot asesino del futuro contra el policía cibernético definitivo en uno de los crossovers más famosos de la historia. Cuando el destino revela que la tecnología que construyó RoboCop conducirá a la creación de Skynet, Alex Murphy debe participar en una batalla contra el tiempo, la red informática asesina y los luchadores de la resistencia humana que quieren destruirlo.

Dark Horse Comics era una pequeña editorial fundada en 1986 por Mike Richardson, escritor y editor que empeñó todo el beneficio de su librería en Oregon para fundar su propia editorial. En las páginas de su antología Dark Horse Presents vieron la luz obras como Concrete de Paul Chadwick o Black Cross de Chris Warner. La apuesta de Richardson fue un éxito gracias a la expansión del mercado de las librerías especializadas de la época, y bajo su sello se editaron clásicos como el Hellboy de Mike Mignola o Sin City de Frank Miller, que vieron la luz por primera vez dentro del Dark Horse Presents.

En estos primeros años, Dark Horse fue creciendo poco a poco y se estaba labrando un nombre como una editorial pequeña de calidad centrada en dar voz a autores interesantes. Sin embargo, en 1988 Mike Richardson demostró tener un indudable sentido comercial al hacerse con la licencia para realizar comics de películas míticas de la ciencia ficción. Aliens (1988), Predador (1989) y el ya mítico Aliens vs Predator (1990) fueron los primeros de una una larga lista de comics superventas que convirtieron a Dark Horse en la tercera editorial más importante de los Estados Unidos, detrás de Marvel y DC Comics.

Tras el monumental éxito del Aliens vs Predator, Richardson y el editor de franquicias Randy Stradley buscaron la forma de repetir este éxito cruzando otras franquicias cinematográficas super populares, y la verdad es que la decisión de dar luz verde a esta miniserie Robocop vs Terminator, publicada en 1992, fue una jugada maestra.

Si había un autor el mundo del comic que en 1990 pudiera ser considerado una Rock-Star, ese era Frank Miller. Tras sus míticas etapas en Batman y Daredevil en los años 80, Miller se enzarzó en una lucha contra DC Comics ante lo que creía eran normas que coartaban su libertad como artista. Finalmente abandonó DC y Marvel y decidió publicar sus obras de creación propia en la emergente Dark Horse. En 1990 publicó Give Me Liberty con Dave Gibbons y Hard Boiled con Geoff Darrow, y Dark Horse presents empezó a publicación de Sin City en 1991.

En paralelo, Miller se mudó de Nueva York a California para probar suerte en Hollywood y la industria del cine, consiguiendo de hecho que sus guiones de Robocop 2 (1990, Irvin Kershner ) y Robocop 3 (1993, Fred Dekker ) llegaran a la gran pantalla. Aunque Miller quedó contento con la primera, la experiencia de Robocop 3 fue super decepcionante debido a los numerosos cambios que sufrió su guión a manos del director Fred Dekker, con el que Miller sin embargo reconoce que le unía una buena relación. Hasta tal punto quedó desencantado con la industria del cine que Miller no volvió hasta ya entrado el siglo XXI, cuando Robert Rodriguez le convenció para adaptar Sin City a la gran pantalla. De hecho, Rodríguez representaba la escena indy cinematográfica, no el establishment hollywoodiense.

Debido a la relación de Miller con Dark Horse y a haber escrito el guión de Robocop 2, Miller fue el primer y único escritor al que Richardson ofreció el trabajo. Fan declarado de ambas franquicias, antes a aceptar el encargo Miller tuvo que pensar en una historia personal que hiciera justicia a ambos universos y evitara caer en un tópico “Sarah Connor es perseguida por un nuevo Terminator y acaba en Detroit donde encuentra a RoboCop”. La idea de hacer que aquello que hace único a Murphy, la unión entre su cerebro e identidad humana y su programación robótica, pudiera ser el desencadenante de que Skynet tomara consciencia y lanzara su guerra contra la humanidad, es una idea sencilla pero que es fiel a ambos universos y me resulta genial.

Por su parte, Walter Simonson tampoco era ajeno al mundo de las adaptaciones de películas, ya que realizó en 1979 junto a Archie Goodwin la mítica adaptación al comic de Alien (Ridley Scott, 1979) que fue publicada por Heavy Metal.

Un año antes, en 1978, Simonson fundó Upstart Studios, probablemente uno de los estudios más chulos de la historia del comic americano junto a Jim Starlin, Howard Chaykin y Val Mayerik. Poco tiempo después, Frank Miller se unió al estudio cuando Starlin cambió de residencia, de forma que en los años que Simonson estaba creando Thor para Marvel, en la misma sala Miller estaba haciendo historia en Daredevil y Chaykin rompía moldes con American Flagg. De hecho, un hecho comentado por todas estas leyendas es que trabajar junto a otros autores y ver su trabajo les hacía esforzarse más para ser ellos mismos al menos igual de bueno que sus compañeros.

A pesar de compartir estudio y una gran amistad, curiosamente Robocop vs Terminator es la primera y única colaboración de ambos autores. Teniendo en cuenta que Miller y Simonson son ambos escritores e ilustradores, resulta muy interesante descubrir qué tal resultado tuvo su trabajo en equipo, y la verdad es que el resultado es insuperable.

 

Robocop vs Terminator es una miniserie de 4 números que es para mi la mejor continuación de Terminator 2 (James Cameron, 1991) y la primera RoboCop (Paul Verhoeven, 1987). De hecho, este comic es muchísimo mejor que todo lo que vino a continuación en ambas franquicias.

Un primer elemento a destacar de este comic es que tanto Miller como Simonson entienden desde el primer momento que este es un trabajo de encargo y que su objetivo primero y único es el de ofrecer un buen entretenimiento al lector. Y ambos consiguen un resultado extraordinario, con una historia de Miller que se siente en todo momento fiel a ambos universos y unas páginas de Simonson llenas de personalidad con un montón de momentazos icónicos para el recuerdo.

 

Simonson cuenta con su colaborador John Workman como rotulador, creando sus ya históricos efectos de sonido y una rotulación super característica, además de colores de Rachelle Menashe en los tres primeros números y Steve Oliff en el último.

Miller y Simonson colaboraron siguiendo el estilo Marvel: Simonson dibujaba a partir del argumento de Miller, que tras recibir las páginas de Walt escribía el guión definitivo con los textos para los bocadillos. Miller comenta que gracias a tener estilos gráficos tan diferentes, cada página de Simonson le ofrecía unas soluciones narrativas que le abrían nuevas opciones para narrar la historia de la mejor manera posible, y por su parte, Simonson comenta que para él desde el punto de vista creativo ésta es la forma de trabajo más satisfactoria para todos los creativos involucrados.

Ahora que los viajes en los tiempos han vuelto a ponerse de moda y películas como Vengadores Endgame y Tenet han jugado a crear una dinámica «más realista» respecto a películas clásicas como Regreso al futuro o la propia Terminator, resulta chulísimo volver a leer un comic que juega sin vergüenza ninguna a crear una historia en la que los hechos presentes afectan al futuro, hasta el punto de poderse borrar personajes o incluso líneas temporales enteras al cambiarse el pasado.

Dentro de que Miller plantea este comic como un gran blockbuster palomitero de acción non-stop, su historia cuenta con numerosos elementos super chulos, como la forma en que la voz en off cambia en función de si vemos las acciones de la humana XXX, de Murphy o de los Terminators, así como los numerosos  momentazos que encontramos en cada número para que Simonson se luzca.

Aunque es una historia dramática con el destino de la humanidad en juego, Miller encuentra la forma de añadir unos detalles de humor muy chulos aprovechando al robot ED209 de Robocop, aprovechando su escasa inteligencia y diseño tosco, que funcionan de maravilla y conectan con el tono cínico de la película de Paul Verhoeven.

Además de un montón de giros y sorpresas, la historia emplea de forma super interesante la repetición de viñetas y páginas enteras para resaltar que estamos ante una repetición del continuo espacio-temporal porque algún jugador intenta cambiar el pasado a su favor.

Simonson comenta que le costó encontrar el tono y que por eso el primer número es quizá el más flojo, con unas viñetas más abocetadas y estáticas de lo normal. Hecha esta pequeña salvedad, sus páginas me parecen una barbaridad, congelando siempre la imagen en el momento más icónico y narrando la historia de forma modélica, en la que pasan muchísimas cosas y en realidad hay pocas páginas para hacerlo.

Además, dentro de estar ante una obra de encargo, Miller y Simonson emplean todas sus energías para crear la historia definitiva para ambos mundos, ofreciendo un final super satisfactorio a ambos universos. De hecho, este final es de largo mucho mejor de lo que hemos ido viendo en las posteriores películas / reboots / remakes que hemos sufrido en los últimos años.

En resumen, este comic de Robocop vs Terminator posiblemente no invente nada, pero nos permite disfrutar de dos iconos del comic americano en plenitud creativa que sacaron el máximo partido a estos personajes del cine mejor que lo que hicieron los productores de Hollywood, creando una obra que 30 años después sigue siendo super disfrutable que ningún fan de estos personajes se debe perder.

PUNTUACIÓN: MÍTICO

 

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¡Saludos a todos!

Viajes en el tiempo: del cómic al celuloide.

Dentro de la Ciencia-Ficción, los viajes en el tiempo han tenido una gran difusión sobre todo en literatura, aunque su influencia se dejó notar en la década de los 80 en diversos medios, como son el cine y los cómics.

Durante muchos años, los aficionados tuvimos que conformarnos con clásicos como La Máquina del Tiempo de H.G. Wells o Un Yankee en la Corte del Rey Arturo de Mark Twain.

Pero en la década de los 80, tuvo lugar un boom creativo de esta temática, con la publicación de novelas como las Puertas de Anubis de Tim Powers (1983) y películas como Terminator (1984) o Regreso al futuro (1985).

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Pero una historia publicada en los cómics de los X-Men, en los números 141 y 142, titulada  Días de Futuro Pasado, escrita por Chris Claremont y dibujada por John Byrne con tintas de Terry Austin vio la luz antes incluso (1981), y se convirtió en un clásico instantáneo para todos los aficionados.

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En esta historia, una adulta Kate Pryde (hasta ese momento solo conociamos a la adolescente Kitty Pryde) viaja al presente desde un futuro apocalíptico donde la mayoría de mutantes han sido asesinados por los Centinelas, robots asesinos creados por el gobierno de los EE.UU. En este futuro, los pocos mutantes que sobreviven viven esclavizados en campos de concentración. Solo unos poquísimos mutantes, liderados por Lobezno siguen en libertad.

Kate Pryde viaja al presente para intentar evitar el suceso que desencadenó todo, el asesinato del Senador Robert Kelly a manos de la recién formada Hermandad de Mutantes Diabólicos liderada por Mística. Ese asesinato acrecentó el odio hacia los mutantes y provocó la creación del Acta de Control Mutante, por la cual todos los mutantes tenían que inscribirse en un registro, para luego ser encerrados, acabando con todos los que se opusieran… En este contexto, la mayoría de X-men fueron asesinados…

Esta historia tiene muchos puntos destacables, empezando por su gran final, en el que a pesar de que los X-Men SI evitan la muerte del senador, no consiguen que este futuro desaparezca, siendo el propio Kelly el que, ante el intento de asesinato sufrido, inicia la creación de los Centinelas, lo que dirige a los mutantes en la senda del exterminio…

O ver la muerte de Lobezno en el futuro a manos de los Centinelas, un shock para los aficionados al carasmático héroe canadiense.

Y es curioso como éste argumento pudo servir de inspiración para The Terminator, película de James Cameron estrenada 3 años más tarde…