La actual etapa de Veneno de Al Ewing parece que llega a su punto culminante con La Guerra de Veneno, la miniserie-evento de Ewing, el español Iban Coello y Frank D´Armata en el color que parece que va a enfrentar a Eddie Brocl contra su hijo Dylan por el control del simbionte Veneno.
PUNTUACIÓN: 6/10
El simbionte de Veneno se ha ligado a Eddie Brock y a su hijo Dylan en diferentes momentos. Ahora, ambos Brock entran en colisión por el nombre de Veneno. El choque de padre contra hijo amenaza con romper su mundo en pedazos. Al Ewing e Iban Coello narran la batalla de simbiontes que no esperabas.
Este primer número de la edición de Panini incluye FCBD 2024 Spider-Man/Ultimate Universe y Venom War 1 USA.
Empecé con muchas ganas con la actual etapa de Veneno de Al Ewing, en la que planteaba dos narrativas diferentes con dos protagonistas, Eddie Brock y su hijo Dylan. Pero tengo que reconocer que el paso de los meses y del alargamiento de estas tramas paralelas me han dejado bastante desencantado con este comic. Llega ahora este evento La Guerra de Veneno que se supone que va a cerrar estos casi tres años de historias.
Y empezando por los elementos positivos de este primer número de la miniserie, dentro que tenemos un enoooooorme número expositivo, Al Ewing se las apaña para contar los aspectos principales de su arco actual y la historia del simbionte Veneno, para que posibles lectores que no hayan comprado su comic puedan ponerse al día y no sentirse perdidos a la hora de leer esta miniserie. El comic está dibujado por el estupendo Iban Coello con color del veterano Frank D´Armata. Y por la parte del dibujo el comic luce estupendo, a pesar de toda la plancha expositiva que tenemos a lo largo del comic.
Esta miniserie La Guerra de Veneno van a ser 5 números publicados por Panini con ritmo mensual entre enero y mayo. Y aparte de la miniserie, Marvel ha planteado esta guerra de simbiontes como un evento de la franquicia arácnida de Marvel, con múltiples especiales y miniseries adicionales. Leyendo en el Spot-On, Julián Clemente comenta que Al Ewing ha planteado su historia de forma que pueda ser entendida perfectamente únicamente leyendo esta miniserie. El resto de comics pueden ampliar la escala del evento, pero no son imprescindibles. Y esto creo que es un acierto total, porque viendo que los tie-ins del evento de la colección de Veneno van a estar escritos por Torunn Grønbekk, creo que es mejor si me los puedo ahorrar.
En la parte negativa, dentro de pensar que estamos ante un buen comic de inicio de evento, la verdad es que no he conectado con varias partes de la historia de Ewing, empezando en situar la acción en medio de un combate de WWE, con personajes de cuarta categoría desconocidos que no suponen ni media amenaza para Eddie Block. La forma en Eddie que tortura y destroza a varios de esos villanos le pone casi en el lado de los villanos. Los verdaderos villanos de Roxxon tienen planes que seguro que van a arruinar los intentos de acercamiento entre el bando de Eddie y el de Dylan, con Peter Parker situado en medio intentando mediar para que haya paz. Estando como estamos en un comic Marvel, ya sabemos que Peter no va a tener éxito y al menos en el próximo número tendremos enfrentamiento entre simbiontes antes que tengan que unirse contra el enemigo común.
La lucha libre parece que está de moda en el mundo del comic desde que Daniel Warren Johnson nos volara la cabeza a los lectores con esa maravilla que es Do a powerbomb. Pero que Ewing sitúe la acción en un ring es un elemento un poco ridículo que no ayuda a que entre en lo que nos quiere contar. Aparte, este evento pone de manifiesto un problema recurrente de muchos comics Marvel. En el momento en el que Marvel hace que hayan muchos personajes con las mismas habilidades, le están quitando a los protagonistas aquello que les hace grandes en primer lugar. Si es problemático ver a Eddie con las diferentes versiones de si mismo de la corriente temporal, ver a los simbiontes amigos de Dylan refuerza la idea de personajes redundantes y repetitivos.
Voy a comprar esta miniserie de La Guerra de Veneno, pero en realidad es mi plataforma de salida de la colección de Veneno. Al Ewing tiene una forma de escribir que me parece lo contrario a entretenida, y ha quemado todo el interés que hubiera podido tener por el personaje. Por cualquiera de los dos protagonistas de la familia Brock. Me sabe mal porque son ya varios años comprando ininterrumpidamente Veneno, pero Ewing no es un escritor que tenga nada que me interese leer. Espero que al menos este evento esté entretenido, dentro que sólo voy a comprar esta miniserie, y consiga darnos un buen final.
Comparto las primeras páginas del comic:
La Guerra de Veneno arranca de forma correcta explicando las apuestas del juego para cada bando, pero mostrando el agotamiento que sufre la actual historia de Ewing.
PUNTUACIÓN: 6/10
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Tras saltarme el número anterior de Veneno escrito por Torunn Grønbekk con el crossover «Simbiosis-Necrosis», vuelvo a comprar Veneno 30 escrito por Al Ewing, con unos números dibujados por Juan Ferreyra tie-in del evento Caza Sangrienta, y el prólogo del siguiente evento Guerra de Veneno, que cuenta con dibujo de Cafu y color de Frank D´Armata.
PUNTUACIÓN: 7/10
Cruce con Caza sangrienta. Mientras la Tierra se ve asfixiada por una noche eterna, Veneno desata su justicia letal sobre las hordas de vampiros que amenazan Nueva York. Pero hay un enemigo vampírico que no tiene sed de sangre, sino de simbiontes. Los vampiros no son la única amenaza: ¡ahora los muertos resucitan! Lee Price, antiguo anfitrión del simbionte, ha vuelto a la vida.
Esta grapa de Panini incluye Venom 33-35 USA.
Terminé demasiado escarmentado de los guiones mediocres de Torunn Grønbekk, así que opté por saltarme el número anterior de Veneno que contenía el crossover Simbiosis-Necrosis. Y creo que me alegro de haberlo hecho, porque lo más destacado de esos números, que Matanza mata a Dylan Brock pero él sobrevive a pesar de todo (guiño, guiño), ya lo he conocido en la página de resumen inicial. Así que no me quedo con la sensación de haberme perdido nada fundamental.
Dentro del problema que entiendo debe suponer para un guionista que su personaje esté envuelto en eventos y crossovers sin fin, creo que Al Ewing consigue capear bastante bien el problema que supone tener que enlazar la colección durante dos números con el evento Caza Sangrienta. Y esto lo consigue haciendo que la invasión de vampiros a Nueva York sea tocado sólo de forma lateral al enfrentarse Dylan con un vampiro con una conexión al pasado de su padre, y haciendo que el simbionte Veneno se enfrente al cazador de Klyntars El Cautivo, que era prisionero de un grupo de vampiros y lo dejan suelto para que asole la ciudad.
Este cruce de dos números se beneficia enormemente del dibujo del argentino Juan Ferreyra, que realiza tanto lápices como color. Ferreyra es un artista estupendo y consigue transmitir una atmósfera terrorífica que le funciona de maravilla al comic. No sólo la atmósfera, hay algunas imágenes tremendas, como la primera splash-page donde vemos el cuerpo de Lee Price, un antiguo huésped de Veneno que llevaba décadas muerto y enterrado. En lo relativo al dibujo de Ferreyra, creo que hace bueno el guion de Ewing.
Que Ferreyra me guste mucho ha tenido una derivada inesperada en esta grapa de Panini. Y es que en la comparación, el dibujo de Cafu con color de Frank D´Armata que normalmente me gusta bastante, me ha parecido super rígido y poco fluido. Aparte de una casi total ausencia de fondos que también me ha cantado bastante. Se me hace raro decir que Cafu ha sido el eslabón débil de este comic, pero así es como lo he sentido.
Esta grapa termina con un WTF? muy gordo. Algo que puede ser coherente con lo que le ha pasado a Eddie Brock a lo largo de toda esta larga etapa, que hace que tengamos que preguntar ¿Si le pasó a Eddie, por qué no a Dylan también? Pero que no se puede valorar hasta que veamos que uso tiene Ewing para ese giro argumental. No se si es algo bueno, pero llamativo seguro si lo ha sido.
El número 35 USA que cierra este número de Panini sirve de prólogo del siguiente evento, La Guerra de Veneno. Y creo que empieza a notarse que esta etapa de Al Ewing (más todos los añadidos) empieza a alargarse más de la cuenta. Más si cabe pensando en la cantidad de eventos y cruces en los que los editores están involucrando al personaje. Y pensaba que esta Guerra de Veneno serviría de cierra a la etapa de Ewing en el personaje, pero en las solicitaciones USA parece ser que Ewing sigue en la serie tras el mismo, lo cual me está empezando a generar sentimientos encontrados. Igual el final de ese evento plantea el momento perfecto para bajarse del barco, pero eso es algo que no podré valorar hasta que no lo lea.
Otro elemento a comentar es la edición trimestral de Panini. El próximo número con la primera parte del evento no se publicará hasta ENERO de 2025. Y aparte de que me saltara el número anterior guionizado por Grønbekk, estpy empezando a sentir algo que tenía claro que iba a suceder, y es que no poder leer al personaje mensualmente provoca una desconexión con Veneno. Incluso reconociendo que los números dibujados por Ferreyra me han gustado bastante. Y esto no es un tema sólo de Veneno. Compré al mismo tiempo que esta grapa la de Motorista Fantasma, y aún no la he leído porque no encuentro el momento de la pereza y las pocas ganas que me genera el comic de Benjamin Percy. La desconexión con todo aquello que no se lee mensualmente es evidente. Y si le sumamos que la lectura está «bien, sin más», podemos estar en el inicio del abandono de la colección en pocos meses.
De momento, sigo en el barco de Veneno. Pero reconozco que tengo más ganas de que la etapa de Ewing termine cuanto antes que en seguir leyendo comics suyo a futuro, algo que por ejemplo no me pasa con El Increíble Hulk de Philip Kennedy Johnson. Es por esto que ya no le pido a Ewing que se ponga las pilas sino que termine su historia de forma satisfactoria y satisfactoria. Y a ser posible, a la mayor brevedad.
Comparto las primeras páginas del comic:
El cruce de Veneno con Caza Sangrienta es saldado de forma satisfactoria por Al Ewing y Juan Ferreyra. Con un nuevo evento justo a continuación que resalta que el comic de Veneno está agotando su crédito.
PUNTUACIÓN: 7/10
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Llegamos a un punto de inflexión para la colección de Veneno de Al Ewing y CAFU. Un punto de inflexión para mal.
PUNTUACIÓN: 5/10
Eddie continúa devolviendo el golpe. Empezó como Rey de Negro y se ha visto embarcado en un viaje transformador que ha puesto la existencia de Meridius en peligro. Pero si el destino de Meridius está cuestionado, también el de Eddie. Su transformación todavía no ha terminado.
Fracturado, exhausto y perdiendo la concentración, Eddie corre el riesgo de adoptar una apariencia familiar, ¡junto con algunos viejos (y letales) hábitos! Cara a cara contra las manifestaciones de sus propios enfados, odio e ira, ¿tendrá Eddie la fuerza para enfrentarse a sus mayores enemigos hasta el momento y salir victorioso?
Estas dos grapas incluyen Venom 29-30 USA.
Veneno y Al Ewing han agotado el interés que tenía por esta etapa. El posible entretenimiento que me daba este comic en su momento se ha desvanecido. Un primer problema lo encontramos con el propio concepto de tener una colección dividida en dos, al compartir cabecera la parte de Eddie Brock de Al Ewing a través del tiempo, que es la parte que más me interesa, con las aventuras en la Tierra de su hijo Dylan, al que en los últimos meses se le ha unido Natasha Romanoff. Unos comics montoneros con guion de Torunn Grønbekk. Dado que este arco de Natasha como Veneno se desarrolló en los números 24 a 26 de la colección, esto significaba que hacía 4 meses que no leía nada de Eddie Brock. Estos comics me aburrieron soberanamente y me hicieron decidir que NO volveré a comprar un comic que cuente con guion de Grønbekk. Esto ya es malo, claro. Pero en todo caso seguía con ganas de saber como termina Ewing su historia de Eddie Brock.
Cuando llegó el número 27, me he encontrado un curioso palíndromo en el que la estructura visual del comic se repite en su primera y segunda mitad, como si fuera un capicúa. En este comic vemos cómo Tyro, una versión futura de Eddie que es subordinado de Meridius, se convierte en él a partir de un viaje temporal y la intervención de Kang, al que ya habiamos visto en números anteriores, cuando en un momento futuro conoció a nuestro Eddie Brock. En positivo hay que alabar la capacidad de Ewing de dejar claro que todo lo que está sucediendo en esta etapa era algo que tenía pensado de inicio, con el problema añadido de los viajes temporales, algo que siempre significa un nivel más de complejidad. Sin embargo, todo lo curioso que es este curioso palíndromo y asistir a una estructura narrativa tan poco habitual se viene abajo cuando el resultado es leer un comic que es todo estructura y nada de diversión.
En el número 23 de Panini es cuando vimos a Eddie Brock robarle la máquina del tiempo al Doctor Muerte para enfrentarse a Meridius. Tras 3 meses de paja con la historia de Natasha Romanoff de Grønbekk, en este comic esperaba ver el inicio del enfrentamiento de Eddie contra Meridius. Sin embargo, esta historia circular termina en el mismo momento en que se situaba la última viñeta del número 23, de forma que este enfrentamiento se ha vuelto a retrasar un mes. Y son demasiados. La supuesta brillantez formal de la historia de Ewing en realidad no lo es si el resultado son unos comics a los que le faltan el mínimo exigible de entretenimiento. Y no tengo problema en comics que me saquen de mi zona de confort, pero este Veneno ha dejado de ser divertido para convertirse en un tostón.
Y llegamos al número 28, que hace que las sensaciones empeoren todavía más. Porque aquí ya si tenemos el enfrentamiento de Eddie Brock contra sus versiones futuras que habitan en el Jardín de Meridius. Pero este combate acaba siendo un bajonazo al ser cortado a mitad debido a la aparición de MATANZA. Una aparición que sucede fuera de plano, por así decirlo, al tratarse de hechos que NO han sido publicados todavía por Panini porque suceden en una miniserie diferente a esta colección. Es que es todo una locura. Este es un ejemplo más de los problemas que una continuidad mal aplicada se convierte en un problema en lugar de una herramienta para el disfrute del lector. Y entre la periodicidad absurda y detalles chungos como este, la verdad es que han acabado de perderme.
En positivo, me gusta mucho el dibujo del español CAFU, que cuenta con el color de Frank D´Armata. El desafío narrativo que le supone el palíndromo la verdad es que lo resuelve de forma brillante, si bien la historia de Ewing se ha convertido en un rollo muy poco divertido. Aunque le reconozco el esfuerzo y que todo cuadre en lo que ha planteado. Sin embargo, dentro de lo que me gusta CAFU, encuentro incomprensible que el español NO dibuje todo el número 28 (nº 30 USA), teniendo que dibujar Rafael Pimentel al menos 6 de las 20 páginas del comic. Que un artista mainstream no pueda dibujar ni siquiera dos grapas seguidas no tiene nombre. Y no se si el famoso palíndromo le resultó un encargo complejo y no llegó a todo el siguiente, necesitando ayuda. Pero es otro aspecto que también arruina la experiencia de lectura.
Para acabar de matar a la colección, debido al Back to Basics de Panini, esta colección deja de publicarse mensualmente y pasa al formato trimestral, aunque el próximo mes de julio habrá número. El número de julio incluye in crossover con guion de Grønbekk y dibujo de Ken Lashey protagonizado por Dylan Brock. Un comic que NO voy a comprar, ya está bien que me tomen el pelo. En Octubre tendremos otro número triple guionizado por Grønbekk y no será hasta ENERO de 2025 cuando Al Ewing vuelva para terminar su historia de Eddie Brock. ENERO. En su momento los editores de Marvel debieron pensar lo chula que podía ser esta etapa dividida en dos, pero dos años después puedo afirmar que Marvel se ha equivocado completamente con este concepto, arruinando un comic que no tendría que haberse alargado más de 12-15 números protagonizado por Eddie mientras le daban una colección diferente de extensión similar para que otros escritores contaran la historia de Dylan Brock. Pero visto el atropello que Marvel ha cometido en Veneno, creo que voy a tardar mucho mucho en volver a comprar una colección de este personaje. Parece mentira lo rápido que han quemado el reconocimiento y el interés que el personaje consiguió gracias a Donny Cates y Ryan Stegman. Han quemado al personaje y ahora se ha convertido en tierra quemada. Qué mal me sabe.
Comparto las primeras páginas del número 29 USA, gracias a la preview de Panini:
Veneno y Al Ewing han agotado el interés que tenía por esta etapa, entre otros motivos por la periodicidad y por anteponer una supuesta brillantez formal al entretenimiento.
PUNTUACIÓN: 5/10
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Termina el primer arco de Natasha Romanoff como la nueva Veneno del Universo Marvel, una historia de Torunn Grønbekk y Julius Ohta que resume los problemas de esta colección.
PUNTUACIÓN: 4/10
Después de los impactantes eventos de Veneno nº 21, Natasha Romanov, más conocida como La Viuda Negra, se cruza con los simbiontes de una manera que cambiará a todos para siempre.
Este arco de tres números se publicó en USA en los números Venom 26 a 28, y se ha titulado Estado de gracia.
La actual etapa de Veneno iniciada por Al Ewing y Ram V, con dibujos del espectacular Bryan Hitch, empezó como un concepto interesante que planteaba una narrativa a la que estamos poco habituados en los comics de superhéroes. Porque establecieron una colección dividida por la mitad con dos protagonistas viviendo aventuras en paralelo. Por un lado aún tenemos a Eddie Brock intentando volver al presente viajando por el continuo espacio-tiempo, mientras que su hijo Dylan era el nuevo Veneno en el presente del Universo Marvel. Como premisa, resultaba interesante y me mantuve en este barco tras terminar la etapa de Donny Cates y Ryan Stegman.
Pero ya han pasado 28 grapas USA y este arco Estado de gracia escrito por Torunn Grønbekk confirma lo que hace ya meses sabía, creando ahora ya si el punto de no retorno. Y es que la historia interesante es, siempre ha sido, la de Eddie Brock. Y tener a Dylan y al resto de tropa de simbiontes (luego entro a ello) es un fail total que mantiene al lector alejado del comic que si quiero leer, ofreciendo historias que no están a la altura que no me interesan nada y que no saben ser interesantes.
Gran parte de la culpa de todo es de Torunn Grønbekk, la escritora noruega que parece ha encontrado un espacio en Marvel. Y que para mi desgracia no dejo de comprobar con cada nueva grapa suya que puede plantear argumentos más o menos correctos que no sabe trasladarlos a un comic que resulte interesante de leer. Lo podemos comprobar con la premisa de los Sinnombre, una organización de personas que sufrieron una desgracia provocada por grandes empresas y que buscan vengarse. Y es exactamente eso, la idea me parece curiosa, pero no hay nada interesante en el desarrollo de este comic. Además, la acción resulta confusa y no sabe plantear personajes con personalidad ni consigue que nos preocupemos por los diferentes simbiontes, lo que provoca que el fracaso sea total. Por ejemplo, la trama del joven Bren Waters a punto de morir no puede ser más intrascendente y sin interés, pero la de Natasha buscando los archivos de Alchemax puedes ser hasta peor.
Mira que la he dado oportunidades de sobra, pero hasta aquí. No pienso volver a gasta mi dinero en otro comic escrito por Torunn Grønbekk. Que le aproveche a quien le guste.
Aparte del deficiente guion de Grønbekk, el comic de Veneno tiene otro problema derivado de la idea de Marvel de hacer que los simbiontes se multipliquen, quitando el elemento de originalidad que debería tener el héroe de una colección de comics. Incluso sin tener en cuenta a Eddie Brock, que sigue a su aire, en este arco tenemos a Dylan Brock como el actual Veneno, Bren Waters como Toxina, el simbionte Durmiente y ahora la incorporación de Natasha Romanoff como la portadora de un simbionte recién nacido, adquiriendo la identidad de Viuda.
Como digo, esta idea de héroes duplicados no es nueva. Desde hace años tenemos a dos Spidermans y dos Capitanes América, y a ratos dos Thors. Y no entro a los varios Iron Man (Girl) o hasta hace pocos meses, dos Daredevils. En teoría, la idea de varios héroes de edades, sexos o razas diferentes está planteado para apelar a un rango de lectores mayor que se puedan sentir identificados con uno u otro de los personajes. Pero en la práctica lo que creo que está sucediendo es que si el héroe deja de ser único, ¿Por qué voy a querer seguir unas aventuras más o menos intercambiables?
En el caso de Natasha Romanoff (Viuda Negra), la idea de convertirla en la nueva portadora de un simbionte es una mala idea por partida doble. Por un lado tenemos el hecho que en los últimos 60 años Natasha era una heroína de pleno derecho que no necesitaba de ninguna «muleta» para demostrar su valía. Algo que se ha confirmado una y otra vez en infinidad de comics, por ejemplo en la corta etapa de Mark Waid y Chris Samnee. Que ella necesite a un simbionte para las cosas que hace en este comic es una idea de bombero torero que no tiene ningún sentido. Como tampoco necesitó llevar una armadura de Iron Man para ser una Vengadora por méritos propios. Pero es que si ahora ya no es la Viuda Negra al convertirse en la siguiente de una larga lista de portadores de simbiontes, ha perdido toda originalidad e interés. Que es justo lo que acaba de pasar en este arco. De verdad, no entiendo que nadie en Marvel se de cuenta de esto. A cambio de un shock puntual que alguien de Marvel pensó que va a provocar un aumento puntual de ventas de alguna grapa concreta, se están cargando lo que hacía interesante al personaje para empezar. Es que no hay por donde cogerlo.
El único elemento positivo de este arco de Veneno es el dibujo de Julius Ohta con color de Frank D´Armata, que reconozco muestra potencial y me ha gustado bastante. Lo malo es que ni en eso Marvel consigue darme una alegría completa, dado que Ohta sólo dibuja entero en número 26 USA. En los números 27 y 28 USA a Ohta le acompaña Rafael Pimentel, que es un dibujante bastante mediocre. De forma que tenemos un comic bastante decepcionante lo mires como lo mires.
Estuve a punto de no comprar estas grapas pero al final supongo que a mi yo completista le supo mal no comprarlas y que luego hubiera un hueco en la colección. Pero eso se acabó. Leyendo los avances de Panini en las próximas dos grapas vuelven Eddie Brock, Al Ewing y CAFU. Esas grapas las compraré seguro, ojalá resuelvan la trama de Eddie y pueda volver al presente. Pero esté como esté no compraré otro comic de Grønbekk. Desde luego, el próximo evento de Veneno y Matanza que se está anunciado y que está guionizado por ella no.
Comparto las primeras páginas de este arco:
Veneno está en caída libre. Me da igual lo que me cuenten, el próximo comic de esta colección que tenga guion de Torunn Grønbekk será el primero que no compre, está como esté la trama. Imposible aguantar más este suplicio.
PUNTUACIÓN: 4/10
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Tras la marcha de Bryan Hitch de Veneno, toca repasar mis impresiones de los últimos números de Veneno de Al Ewing, con dibujos de CAFU, Ramón F. Bachs, Sergio Dávila, y otros artistas, que han supuesto una nueva vuelta de tuerca al viaje de Eddie Brock y su hijo Dylan como Veneno.
PUNTUACIÓN: 7/10
¡Locura y más allá! Eddie Brock se ha enfrentado con muchos monstruos en su vida, pero ninguno tan terrible como el que ha nacido de su propia rabia: Locura. En este número, contempla el regreso de Locura al Jardín del Tiempo y en qué se convierte Eddie tras «Red Oscura».
Los números 17 a 23 de Panini incluyen Venom 17-25 USA, más las páginas correspondientes a Veneno del especial Free Comic-Book Day 2023: Spiderman/Venom One-Shot.
Tras Bryan Hitch, el artista español CAFU (Carlos Alberto Fernández Urbano) se convirtió en artista oficioso de la colección con el color de Frank D´Armata, que colorea toda la serie. CAFU ha dibujado los números 17, 18, 20, 21 (con Pere Pérez) y algunas páginas del número 25 USA, además del especial del Día del Comic Gratis.
Además de CAFU, Rogê Antonio dibuja el número 19 USA, Ramón F. Bachs el 22, Ken Lashey con Bachs dibujan el 23, Sergio Dávila con entintado de Sean Parsons el 24 y en el especial 25 tenemos además de a CAFU a Sergio Dávila con Sean Parsons, Ken Lashey y Julius Ohta.
Junto a esto, comentar también que Al Ewing guioniza todos estos números excepto el 23 USA que cuenta con guion de Torunn Grønbekk, que se encargará de guionizar la nueva etapa que empezará a partir del 26 USA con una nueva portadora del simbionte Veneno.
Veneno de Al Ewing parece un comic salido de la Marvel de los 70-80. Y pensando que toda su trama discurre con Eddie a través del tiempo, igual no es una idea tan descabellada. Y digo esto porque frente a la tendencia del comic mainstream actual de agrupar sus historias en arcos más o menos cerrados que ofrezcan una lectura satisfactoria en tomo, Al Ewing sigue con su historia río en la que no hay puntos en inicio (más allá del obvio, el primer número de su reinicio) y, sobre todo, no se le ve un final a la vista. En lo relativo a las colecciones de Marvel y DC que sigo, suelo esperarme a tener un arco completo para reseñarla, pero en el caso de Veneno he tardado mucho en decidir a hacer este artículo precisamente porque en estos meses no me encontraba nunca ese cierre de arco que me diera la oportunidad de hacerlo. Tener el especial 25 USA este mes en la edición de Panini me ha dado por fin ese momento.
A esto se le añade la complejidad de tener a dos protagonistas, que Ewing soluciona dividiendo el comic en dos. Unas grapas están centradas en la epopeya de Eddie a través del tiempo para recuperar su cuerpo y con ello su vida, intentando derrotar a su versión oscura futura Meridius, mientras que en otras grapas diferentes intercaladas su hijo Dylan sigue con sus aventuras en Nueva York en el presente, captando amigos para que se unan a su lucha, como es el caso del nieto de Norman Osborn.
Esta narración está resultando muy exigente para el lector. O al menos, para mi. Porque en las 9 grapas USA publicadas por Panini, además de la historia del Día del Comic Gratis, nos hemos encontrado con una distribución de 2 grapas para Eddie (números 17-18 USA) con el renacimiento de Eddie tras el cruce con Red Oscura, la siguiente (no. 19) centrada en Dylan contra Duende Dorado y la presentación de Flexo, otras 2 con Eddie (20-21) en las que controla a su versión oscura y enfadada de Locura, dos con Dylan (22-23) siguiendo con Flexo y una historia con Toxina con guion de Torunn Grønbekk, y las dos últimas (24-25) centradas por Eddie buscando apoderarse de la máquina del tiempo del Doctor Muerte para ir al futuro a enfrentarse a Meridius.
Esta distribución quizá es lo menos bueno de una historia que en todo caso se nota muy pensada por Ewing. Porque aunque deberían ser igual de importantes, en realidad la historia que me interesa es la de Eddie, de forma que las grapas intercaladas de Dylan aparte de estar peor dibujadas y tener muchísimo menos interés, provocan que se pare la narración de la historia principal. Hasta el punto que cuando volviamos tras una grapa de Dylan con Eddie me tenía que volver a leer lo anterior porque me encontraba despistado por lo contado hasta ese momento. Y diría que esto mismo lo siente también Panini al agrupar en una única grapa española (nº 21) dos grapas USA con dos historias de Dylan (nos. 22 y 23), para no parar dos meses la historia de Eddie. Y tengo claro que para Ewing sus dos protagonistas son importantes en su historia, y cuando llegue la convergencia de ambos resultará fundamental haber leído el viaje de Dylan igual que el de Eddie. Pero en mi caso me está provocando una dificultad inesperada para seguir esta colección, porque como digo el interés y el disfrute no es el mismo cuando protagoniza Eddie que cuando lo hace Dylan. Nada que ver.
En la parte de Eddie Ewing plantea soluciones narrativas alucinantes, como el momento en el limbo en que la acción se desdobla en dos realidades diferentes con dos finales diferentes para Eddie, una de las cuales conectando con el cruce de hace unos meses con Thor, mientras que la otra provoca el renacimiento de la consciencia de Eddie. Ver a Ewing jugando con la realidad y el tiempo me está resultando superchulo. Sin embargo, aparte del menor interés de Dylan, ver que Torunn Grønbekk parece que ha sido contratada para escribir estas historias resulta un bajón tremendo. Porque tras haberla leído en Jane Foster: Valquiria, Thor y Jane Foster y El Poderoso Thor veo a una escritora bastante mediocre, que a pesar de sus conocimientos en cultura nórdica cuenta sus historias de una forma que no las hace interesantes.
Otro tema es el apartado artístico. Que Bryan Hitch dibujara 16 grapas consecutivas de Veneno fue un hito alucinante. Sin embargo, tras la marcha de Hitch Marvel ha recaído en sus vicios actuales, iniciando un baile de dibujantes que me parece lamentable. Empezando por lo positivo, me gusta mucho CAFU, su narrativa y personalidad ayudan a que los comics protagonizados por Eddie molen mucho, trasladando las locuras de guion de Ewing a imágenes de forma modélica. Intentando mirar en positivo la situación, que Marvel dejara a CAFU el arco de Eddie y a otros artistas el de Dylan no es mala idea en principio. Sin embargo, al final tenemos que en 9 grapas USA CAFU sólo ha dibujado 4 grapas USA, más el especial del Día del Comic Gratis y algunas páginas del especial 25 USA. Muy poca producción. De hecho, me resisto a pensar que CAFU no pueda mantener un ritmo mensual de publicación ni 3 meses seguidos, de forma que estos cambios de dibujantes son cosa de Marvel, no del artista en cuestión. Aparte que tras dibujar el 21 USA, tendría que haber dibujado el 24 USA que volvía a estar protagonizado por Eddie, y sin embargo lo dibuja Sergio Dávila, que es muuuuuuy inferior. Luego en realidad no se puede decir que CAFU sea el artista «oficial» de Eddie Brock, es uno más de los diferentes artistas de paso que han pasado por esta cabecera. De hecho, compruebo en la solicitación que las próximas tres grapas las dibuja Julius Ohta, de forma que sus páginas en el especial 25 USA han servido de presentación en esta colección.
Y aquí viene lo negativo, porque Rogê Antonio, Ramón F. Bachs, Ken Lashey, Sergio Dávila con entintado de Sean Parsons y Julius Ohta dibujan el resto de números e historias de esta etapa. Y me gusta el estilo de Ramón F. Bachs, pero los demás artistas están a un nivel muy inferior al de CAFU. En especial, Ken Lashey es terrible. Y todo lo chulo que tenía la lectura inicial de esta colección con su consistencia artística se ha convertido en un sin-dios en el que no sabes lo que te espera en la siguiente grapa. Lo cual es la realidad actual en Marvel, pero no deja de ser un bajón que hace que la lectura no sea tan satisfactoria como antes.
Marvel ha decidido que Bryan Hitch siga realizando las portadas de Veneno, que he acompañado al artículo. Y dentro que las portadas me parecen modélicas y en general me gustan, en realidad me generan cierto rechazo. Porque Marvel intenta transmitir una consistencia artística que en realidad no existe en el interior. Y además, porque el Eddie Brock de Cafu tiene un feeling diferente al de Hitch, y sin embargo Marvel de alguna manera le desmerece al seguir anclados en lo que de facto es el pasado del personaje que no va a volver a páginas interiores. De hecho, no me sorprende que la portada del 25 USA (nº23 de Panini) sea la última de Hitch. (Por cierto, por eso mismo, que Cafu vaya a hacer las portadas de los números de Grønbekk y Ohta me genera la misma duda que estas de Hitch).
En general el Veneno de Al Ewing me gusta. Pero se me plantea un importante dilema de cara a los próximos meses. Y es que compruebo que Torunn Grønbekk se va a encargar de guionizar las tres próximas grapas USA, con dibujo de Julius Ohta, con una historia de Dylan que servirá de presentación de la Viuda Negra como la nueva Veneno. Y por lo visto hasta ahora ya digo que no conecto nada con Grønbekk, no creo que esta historia sea nada del otro mundo como ya no lo fue el número 23 USA. ¿Qué hago? ¿Me salto estas tres grapas y vuelvo para el 29 USA en el que Ewing y CAFU vuelven para seguir contando la historia de Eddie enfrentado a Meridius en el Jardín del Tiempo? La duda está ahí, aparte del problema de comprobar que tras las dos grapas de Ewing y CAFU empieza un crossover de Veneno y Matanza de nuevo con guion de Grønbekk y dibujo del terrible Lashey. Si empezamos con eventos mal vamos, la verdad.
Me resisto a no ver cómo cierra Ewing su historia. Eso me interesa. Pero la idea de comerme un montón de comics mediocres de Grønbekk con otros personajes que no sean Eddie me reconcome también. No tengo claro qué voy a hacer, pero que entre dentro de las posibilidades dejar de comprar Veneno ya muestra el problema que ha surgido en los últimos meses. Y ahora mismo no tengo respuesta.
Comparto las primeras páginas del número 17 de Panini:
Veneno de Al Ewing es un buen comic cuando tenemos a Eddie Brock de protagonista y cuando lo dibuja CAFU. Pero cae muchos enteros cuando la historia se centra en Dylan. Y sobre todo cuando no guioniza Ewing.
PUNTUACIÓN: 7/10
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