Crítica de Cobra Kai temporada 4 (Netflix)

Lamentablemente, Cobra Kai mostró síntomas claros de agotamiento en la cuarta temporada recién estrenada en Netflix. Dentro que sigue siendo muy disfrutable con muchos momentazos, empieza a ser necesario que empiecen a pensar en el final de la historia.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Cobra Kai está ambientada 34 años después de la película original de Karate Kid, reexaminando la narrativa desde el punto de vista de Johnny Lawrence (William Zabka), y su decisión de reabrir el dojo de karate Cobra Kai que lleva a reavivar su antigua rivalidad con Daniel LaRusso (Ralph Macchio)

Tras el final de la tercera temporada, Johnny Lawrence y Daniel LaRusso combinan sus dojos para derrotar al Senei Kreese en el inminente Torneo de Karate de Hill Valley. ¡El Ganador se lo queda todo! Por desgracia para ellos, Kreese también se guarda un as en la manga…

La serie, creada por Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg, basándose en los personajes de las películas clásicas de Karate Kid de los años 80 creados por Robert Mark Kamen, fue producida por Youtube Red, el fracasado canal con contenidos propios de pago que intentó lanzar Youtube entre 2018 y 2019. La espectacular primera temporada fue estrenada en mayo de 2018 mientras que la segunda lo hizo en abril de 2019. Tras la compra de la serie por parte de Netflix, estrenó su exitosa tercera temporada justo hace un año. Esta cuarta temporada ha contado con 10 episodios de entre 28 y 45 minutos cada uno.

Las estrellas de Karate Kid Ralph Macchio y William Zabka repiten sus papeles como Daniel LaRusso y Johnny Lawrence. Cobra Kai también está protagonizada por Courtney Henggeler, Xolo Maridueña, Tanner Buchanan, Mary Mouser, Jacob Bertrand, Gianni DeCenzo, Martin Kove, Peyton List, Vanessa Rubio. La sorpresa de esta cuarta temporada es el retorno de Thomas Ian Griffith como Terry Silver, el villano de Karate Kid 3.

Empezando por las cosas positivas, Cobra Kai son Johnny Lawrence y Daniel LaRusso, y es genial ver en esta temporada cómo tienen que intentar trabajar juntos si quieren derrotar de Kreese. Su química permanece igual que la recordaba y nos ofrece momentos estupendos con sus personalidades opuestas. Además de mucho ochenterismo en la música y otros detalles, la serie sigue aprovechando elementos de las películas clásicas para añadir matices interesantes a los personajes que también están muy, muy bien.

También me gusta mucho todo lo que tiene que ver con los chavales, y cómo TODOS, sin importar el dojo en el que entrenan, cometen errores y meten la pata, haciendo cosas buenas y malas a lo largo de los episodios. Hay una parte de esta temporada que trata de que los chavales tienen que descubrir su propio karate y que no hay que estar anclado en una única versión de la vida cuando con la combinación y la comprensión de los diferentes es cuando llega el verdadero conocimiento. En este sentido, que los chavales se den cuenta que los senseis sólo buscan su propio interés y les utilizan como peones en su lucha contra Kreese (y al revés) es otro detalle chulo que nos ha incorporado esta temporada que añade un matiz extra a unos personajes que me gustan mucho.

El añadido de Terry Silver crea una dinámica muy interesante para la serie, al provocar que Daniel se sienta descolocado al recordar su peor versión en Karate Kid 3, haciendo que cometa aún más errores y Kreesse recupere la confianza en la victoria. La parte de reconocer que lo que hizo Silver en Karate Kid 3, acosar un adulto rico a un chaval adolescente, era algo muy loco es un elemento muy meta que resalta algo que los fans sabemos pero a veces no queremos admitir: que muchas obras míticas de nuestra infancia igual no han envejecido demasiado bien. O no eran tan buenas para empezar.

Esta cuarta temporada incorpora una trama nueva en relación al segundo hijo de Daniel, Anthony (que está super crecido), y que hace bullying a un chaval recién llegado al instituto. Esta trama, aunque secundaria, me parece muy interesante en la parte que los padres muchas veces no nos enteramos de lo que realmente hacen nuestros hijos y que el hecho que alguien sea un héroe no garantiza que sus hijos lo vayan a ser también.

Sin embargo, la serie tiene varios problemas importantes a lo largo de estos 10 episodios. Empezando por la sensación de alargar la trama más de la cuenta con escenas de diálogos redundantes sin fin en lugar de mostrar karate, que es una parte importante de porqué vemos la serie. Mientras veía Cobra Kai me acordaba de Shawn Ryan y cómo en los comentarios de su histórica serie The SHIELD comentaba que cuando empezaban una temporada analizaban el climax final de cada temporada, y veían como conseguir llegar antes a él, mostrándolo a mitad de temporada y teniendo que buscar otro momentazo para el final, de forma que sabías que no se guardaban nada en ningún momento. Esto no pasa en Cobra Kai, más bien al contrario.

Como todo está condicionado al Campeonato de All Valley que sirve de final de temporada, esto provoca que no haya escenas de acción reseñables en toda la temporada. De hecho, cuando llegan son durante el torneo, por lo que son siempre combates uno contra uno, quedando por tanto muy lejos los momentazos de las temporadas dos y tres con los históricos combates multitudinarios en el instituto y en casa de Daniel, unas escenas con coreografías dignas de alabanza que mostraban que los productores buscaban rodar buenas escenas de acción que nos dieran algo diferente. Sin embargo, todo en la cuarta temporada transmite pobreza y cutrez (en lo relativo a las escenas de acción, ojo). Y tengo claro que los adultos son cada vez más mayores, pero esperaba mucho más de los combates de los chavales, y en especial el de Samantha y Tory es muy flojito.

Y como decía antes, la evolución de los chavales y cómo ven que deben ser ellos mismos frente a unos adultos demasiado inmovilistas y anclados en el pasado que les quieren usar como peones en sus luchas está bien. Pero lo cierto es que los entrenamientos sobre todo del lado de Johnny son un tanto ridículos. Y hablando de Johnny, ya en la tercera temporada comenté que utilizarle de alivio cómico a costa de estar anclado en los 80 había dejado de tener gracia, pero lo que hacen los guionistas con él en varios episodios, como cuando empieza a buscar una karateca chica al dividirse la competición en masculina y femenina, empieza a ser ya bochornoso. Esa parte tampoco me ha gustado nada.

Vi esta cuarta temporada en modo maratón en apenas dos días, y diría que esto también provocó que le viera las costuras narrativas, al ser varios episodios 100% diálogos entre los personajes que se mueven por territorios repetitivos. Creo que esta sensación no hubiera sido tan mala si hubiera visto la serie en modo semanal o como hice con The Witcher, un episodio al día. En este caso, diría que el sistema Netflix ha jugado en contra de la serie.

En general Cobra Kai sigue siendo muy entretenida y me siguen interesando los personajes. Pero empieza a mostrar signos clarísimos de agotamiento de la fórmula y me gustaría que la quinta temporada sea la última, porque si no corren el riesgo de perderme como espectador. Confío que sepan darle un final digno a la historia, pero como se les ocurra alargarlo aún más la van a fastidiar. Veremos a ver qué pasará.

Comparto el trailer de la temporada 4:

Con lo mucho que me habían gustado las tres primeras temporadas de Cobra Kai, no sabéis lo mal que me sabe que esta cuarta haya resultado en parte decepcionante. En fin, espero que sepan cerrar la historia en la quinta temporada.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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