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Crítica de Megalópolis de Francis Ford Coppola

A pesar de las críticas demoledoras que ha sufrido, tenía bastantes ganas de ver Megalópolis, la última película de un Francis Ford Coppola que salió de su jubilación para contar una historia que llevaba décadas intentando convertir en realidad.

PUNTUACIÓN: INCLASIFICABLE

Una fábula épica romana ambientada en una América moderna imaginada. La ciudad de Nueva Roma debe cambiar, lo que provoca un conflicto entre César Catilina, un genio artista que busca saltar hacia un futuro utópico e idealista, y su opositor, el alcalde Franklyn Cicero, que sigue comprometido con un statu quo regresivo, perpetuando la codicia, los intereses particulares y la guerra partidista. Dividida entre ellos está la socialité Julia Cicero, la hija del alcalde, cuyo amor por César ha dividido su lealtad, obligándola a descubrir lo que realmente cree que la humanidad merece. (FILMAFFINITY)

Francis Ford Coppola (Detroit, 1939) es uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos Y una de las figuras más destacadas del Nuevo Hollywood que tuvo lugar en la década de 1970, junto a cineastas como Martin Scorsese, Steven Spielberg, Brian de Palma y George Lucas, entre otros. Muchas de sus películas son clásicos absolutos del cine, empezando por la trilogía de El Padrino (1972, 1974 y 1990), La conversación (1974), Apocalypse Now (1979) y Drácula de Bram Stoker (1992). Otras películas de su filmografía son Rebeldes (1984), La ley de la calle (1984), Cotton Club (1984), Peggy Sue se casó (1986), Tucker, un hombre y su sueño (1988), Jack (1996) y Legítima defensa (1997). Su última película antes de esta Megalópolis fue Twixt (2011), que reconozco que no he visto, como tampoco vi la anterior, Tetro (2209). Ha sido ganador de cinco premios Óscar, tres de ellos como guionista (por Patton, El padrino y El padrino II), uno como director (por El padrino II) y uno como productor (también por El padrino II). Asimismo, ha ganado dos Palmas de Oro de Cannes, por La conversación y Apocalypse Now.

Megalópolis ha sido escrita, producida y dirigida por Coppola. La película de 138 minutos de duración y un presupuesto estimado de 120 millones de dólares (financiados por Coppola en su totalidad tras vender sus viñedos en California) ha contado con fotografía de Mihai Mălaimare Jr., montaje de Cam McLauchlin y Glen Scantleburym y música de Osvaldo Golijov. La película se estrenó en Cannes con una tremenda disparidad de opiniones (la mayoría malas) y ha resultado un fracaso absoluto de taquilla.

La película está protagonizada por Adam Driver, Giancarlo Esposito, Nathalie Emmanuel, Aubrey Plaza, Shia LaBeouf, Jon Voight, Laurence Fishburne, Talia Shire, Jason Schwartzman, Kathryn Hunter, Grace VanderWaal, Chloe Fineman, James Remar, D. B. Sweeney y Dustin Hoffman, entre otros.

Empezando a comentar los aspectos positivos de Megalópolis, me llama la atención cómo de cara a la galería los medios, los críticos e incluso los aficionados al séptimo arte se quejan amargamente de la falta de películas originales. Y como todo es un refrito de ideas ya existentes que sólo buscan la creación de franquicias que aumenten los ingresos de unos estudios cada vez más mercantilizados. Sin embargo, cuando llega a las carteleras una película que es totalmente original y que transmite el arte y las inquietudes de su creador, esta película también es rechazada por un público que parece que no acepta ni quiere experimentar películas realmente diferentes. Y esto es un factor clave para mi, porque incluso aunque luego vaya a ser muy crítico con la película, Megalópolis es una película única. No has visto nada igual, y sólo por ello merecería mejor suerte comercial de la que va a tener.

El segundo elemento clave de Megalópolis en el que se asienta la diferencia de la película respecto a otras producciones de este este año (o de los últimos años) es que Francis Ford Coppola NO plantea una narrativa convencional. En esto realmente no engaña a nadie, porque ya desde el poster de la película está indicando que estamos ante «una fábula». La narrativa de Megalópolis se acerca más a una ópera en la que las emociones y las situaciones de plantean desde absolutos exagerados, que a una narrativa «realista». Ambientar la historia en una Nueva York transformada en un ciudad inventada de nombre Nueva Roma para plantear un paralelismo entre la caída del Imperio Romano y el declive de la sociedad occidental este siglo XXI también ayuda a transmitir una sensación teatral casi como si de un drama de Shakespeare se tratara. Gustará más o menos, pero Megalópolis sin duda transmite las ideas y la sensibilidad artística de su autor, el octogenario Francis Ford Cópola.

La parte de Megalópolis que si me gustó es la crítica a la sociedad actual, incluyendo las redes sociales, con su puritanismo y la exigencia de un virtuosismo ridículo e irreal, siempre de cara a la galería. La película muestra cómo esta Nueva Roma demanda que las «artistas» sean puras y virginales, cosa imposible en el mundo de excesos en el que se mueven. Y cuando el engaño se descubre, la «Hannah Montana» de turno se reinventa en una malota Miley Cirus para seguir ordeñando al público. El puritanismo ridículo de la sociedad americana está muy bien criticado por parte de Coppola, esta parte me gustó mucho. Como también me gusta la critica a la sociedad que encumbra a «celebrities» que no tienen suficiente con ser millonarios hijos/as de papa que no dan palo al agua, sino que tienen que convertirse en famosos que exigen la admiración del pueblo llano al que quieren ordeñar. La crítica a una sociedad donde Paris Hilton o las Kardashian sean consideradas gente «importante», me ha gustado mucho.

Aunque Megalópolis está plagada de excesos y elipsis imposibles, en lo relativo a la historia y a la evolución del protagonista César Catilina (interpretado por un Adam Driver super over-the-top) Coppola plantea una historia en la que siempre hay una causa-efecto, y los cambios son siempre justificados, con mayor o menor acierto, a lo largo de la película. Podrán decirse muchas cosas de la película, pero no que la película es un sinsentido en lo relativo a este aspecto concreto.

He encontrado elementos positivos que comentar de Megalopólis, pero en realidad la película no me ha gustado nada. Empezando por la filosofía de Hacendado que Coppola usa a lo largo de toda la película para destacar lo que entiendo que para él eran las claves de la película. Intelectualmente entiendo que Coppola hace una crítica a los populismos políticos al mostrar que mientras César Catilina y el alcalde Cicero debaten sobre asuntos elevados, el villano interpretado por Shia LaBeouf apela a los peores instintos del pueblo llano con eslóganes sencillos que en realidad son frases vacías. Como digo, entiendo lo que está haciendo, pero la ejecución a lo largo de la película me echaba completamente de la película, no dejándome disfrutar de la experiencia.

La cualidad operística que amplifica todo lo que sucede en la película ha provocado que no me haya gustado ningún personaje. Y obviamente Nathalie Emmanuel y Aubrey Plaza están guapísimas en la película, lo cual es algo positivo. Pero ellas como el resto en realidad me parecen arquetipos más que personas reales. Emmanuel siendo la perfección, la persona que ejemplifica todas las virtudes que necesita la sociedad para sobrevivir. Entre otros elementos, siendo madre. Algo que entiendo no es un aspecto anecdótico de la película, más bien al contrario. Y Aubrey Plaza interpretando a la trepa que hará lo que sea acostándose con quien sea con tal de conseguir el éxito y forrarse. Y ojo que tengo claro que en todos los casos no es un problema de los actores sino de lo que Coppola quería que hicieran, a pesar de que se ha comentado mucho la forma en que Coppola ha rodado la película fomentado la improvisación de los actores.

Caso aparte es el personaje de César Catilina, interpretado por Adam Driver. Con él me pasa como con todo en general. Es todo tan exagerado y over-the-top que me sacaba de la película. Y de nuevo entiendo intelectualmente lo interesante que podía ser sobre el papel tener un protagonista que es un visionario que mira hacia el futuro y busca cambiar el presente, que sin embargo vive anclado en un trauma de su pasado. Un trauma que le hará abandonar el amor y la felicidad del presente por conseguir su objetivo utópico, dando un elemento circular a su arco. Sin embargo, la ejecución dista mucho de ser buena. Sus ampulosos monólogos en los que habla de arte, de filosofía y de los aspectos elevados que deben ser clave para un artista, y para un buen ciudadano, me parecieron lamentables. Y de nuevo, puedo entender la cualidad teatral no realista de todo, pero emocionalmente no es algo con lo que pudiera conectar.

Conectado a esto, Coppola presenta idea que podían ser interesantes, como la discursión de si es moralmente adecuado emplear miles de millones en un sueño de futuro cuando millones de personas se mueren de hambre en el presente. Pero como con tantas cosas en la película, la idea es desaprovechada, presentando la duda para nunca más volver a resolverla. Más allá que los hechos de la película afirman que SI merece la pena construir esa utopía porque a la larga será bueno para la humanidad. Lo que haya pasado con los que se quedaran en el camino supongo que será algo para otro día.

Otro elemento que no me ha gustado nada es la puesta en escena. Y en teoría aceptaba el elemento teatral, pero varios sets me parecieron de cartón piedra, algo incomprensible pensando en lo que Coppola se ha gastado para hacer Megalópolis. Los efectos visuales tampoco me ayudaron a entrar en la película, más bien lo contrario, planteando planos chusqueros que resultaban super irreales. Aparte, hay un exceso de escenas con personajes a contraluz, que en ese caso no entiendo su valor narrativo más allá de provocar que el visionado se convirtiera en una actividad incómoda.

Coppola siembre fue un gran narrador, pero en Megalópolis plantea unos poderes de César de detener el tiempo que son una «sacada de chorra» que no pintan nada, más allá (de nuevo) de la metáfora sobre que un verdadero ARTISTA en realidad juega con el tiempo con su obra, consiguiendo en algunos casos en convertirse en eterno gracias a ella. Algo que en realidad no es una metáfora en Megalópolis, porque es expresado literalmente a lo largo de la película, en otro de los ridículos discursos de César. Tampoco los planos del circo romano y el hedonismo extremo de los ricos de esta sociedad me parece que aporten más que histrionismo y exageración. Dentro por supuesto de la crítica a la sociedad del siglo XXI.

El problema en todos los casos no es de la intención de Coppola o las ideas que intentaba transmitir con Megalópolis, sino con su ejecución. Ya lo he comentado antes, pero la filosofía de restaurante chino me ha parecido lamentable. Las voces en off leyendo mensajes cincelados en piedra tampoco es que lancen ideas sutiles, más bien parece que está matando moscas a cañonazos. Por ejemplo, con el contraste entre el urbanismo de cemento y acero que parece ser la cúspide del capitalismo en contraste con la arquitectura inspirada en la naturaleza que plantea César. La sutileza de un elefante en una cacharrería.

Y sin embargo, con todos los problemas que le encuentro a la película, me gusta que Coppola termine la película con una sensación de esperanza y positivismo, porque frente a las distopías que nos inundan en el mainstream americano, está genial ver a un creador pensar que la sociedad occidental aún tiene salvación, aunque para ello tenga que sufrir cambios profundos.

No me ha gustado Megalópolis, pero aplaudo que un maestro como Coppola quiera contar su película sin amoldarse a modas o a los gustos de los espectadores. Me hubiera gustado poder conectar con una película que sin duda es exigente para el espectador. Pero globalmente estoy contento a pesar de todo de haber podido verla en pantalla grande y en versión original.

Comparto el trailer de la película:

Megalópolis no me ha gustado. Pero como pongo mi dinero donde pongo mis opiniones, me alegra haber visto una película que sin duda es única en su género.

PUNTUACIÓN: INCLASIFICABLE

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Crítica de 65, de Scott Beck y Bryan Woods

Mi hijo quería ver 65, la película escrita y dirigida por Scott Beck y Bryan Woods, creadores de Un lugar tranquilo, que está protagonizada por Adam Driver. Y me he encontrado con una película super entretenida que el tiempo ayudará a reivindicar.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Después de un catastrófico accidente en un planeta desconocido, el piloto Mills (Adam Driver) descubre rápidamente que realmente está varado en la Tierra… hace 65 millones de años. Ahora, con solo una oportunidad de rescate, Mills y la otra única superviviente, Koa (Ariana Greenblatt), deberán abrirse camino a través del desconocido territorio plagado con peligrosas criaturas prehistóricas en una épica lucha por sobrevivir. (FILMAFFINITY)

Scott Beck y Bryan Woods son dos guionistas y directores nacidos en 1984. Tras asisitir juntos a la universidad de Iowa en 2015, Beck y Woods escribieron y dirigieron Nightlight con 21 años, estrenada por Lionsgate. En 2016, Beck y Woods vendieron su guion original de Un lugar tranquilo a Paramount Pictures, que fue un gran éxito de taquilla en 2018. En 2019 estrenaron Haunt, película producida por Eli Roth. 65 está escrita y dirigida por ambos, y cuenta con la producción de Sam Raimi, lo que era otra confirmación de calidad.

La película contó con 90 millones de presupuesto, aunque tras varias exenciones de impuestos y subvenciones el coste quedó en 45. Ha contado con fotografía de Salvatore Totino, montaje de Jane Tones y Josh Schaeffer, y música de Chris Bacon, y tiene una perfecta duración de 93 minutos.

La película tiene un reparto de apenas 4 actores. Adam Driver es Mills, el piloto de la nave que tiene que salvar a Koa (Ariana Greenblatt), la única superviviente junto a él del accidente de su nave. Koa le recuerda a su hija Nevine (Chloe Coleman), a la que dejó en su planeta con su madre Alya (Nika King), aceptando el encargo del vuelo de dos años para poder tener ingresos suficientes para tratarla de una enfermedad que padece.

65 me ha gustado mucho. La película parte de una idea sencilla perfectamente ejecutada por la pareja de creadores, la de un piloto que tiene que luchar por salvar su vida en un planeta poblado de dinosaurios. Scott Beck y Bryan Woods plantean una historia que va al grano pero que consigue que conectemos con el protagonista interpretado por Adam Driver, que hará lo que sea por salvar la vida de la niña Koa, con la que no puede comunicarse dado que no hablan el mismo idioma. Sin embargo, la forma en que forjan su relación a pesar del problema idiomático creo que es también un acierto, y forma el núcleo emocional de la película que es lo que hace que todo funcione y te preocupes por su supervivencia.

Como en Un lugar tranquilo. Beck y Woods combinan con acierto una premisa de ciencia ficción con elementos de terror, al convertir el viaje de los protagonistas en un survival en el que cualquier cosa puede matarte en cualquier momento. Hay un par de sustos super chulos que funcionan realmente bien. Añadir una cuenta atrás que hace que su misión sea más complicada añade la gota justa de tensión y urgencia para conseguir un conjunto super compacto que acierta en todo lo que plantea.

Adam Driver es un gran actor, y dentro de que no tiene un papel complejo, creo que transmite con mucho acierto el dolor que sufre su personaje y la motivación para seguir adelante que encuentra gracias a Koa, además del elemento físico que esta historia le exige. Driver lo hace super bien, y su química con la niña Ariana Greenblatt también funciona desde el primer momento.

La otra clave de 65 es que los dinosaurios lucen de maravilla, algo fundamental para que la película funcionara. Todos, grandes y pequeños, son realmente peligrosos, y la clave que cualquier cosa puede matarte queda clara desde el primer fotograma. Cuando leí lo de los 45 millones de presupuesto no me lo podía creer, porque todo lucía increíble. Saber que fueron 90 ya entra dentro de lo lógico, pero hay que estar contento con el aspecto visual y todo el diseño de producción de 65, me parece que está genial.

Puede que 65 sea una serie B, pero qué queréis que os diga, dadme más películas como esta. Me sabe mal que la película no haya encontrado a su público y vaya a fracasar en taquilla, entre otros motivos por haberse estrenado a la vez que otras películas que han llamado más la atención del público como John Wick 4, Scream VI o incluso Cocaine Bear. En el momento de escribir estas líneas 65 ha recaudado apenas 55 millones en taquilla tras 17 días de su estreno, una cifra insuficiente para que resulte rentable. Y es una pena, porque yo si quiero ciencia-ficción original como es esta 65. Que venga con una historia sencilla que va al grano parece que sea algo malo viendo algunas de las críticas que ha tenido la película, pero si esta premisa está perfectamente ejecutada, sencillo nunca significa malo. Si tenéis ocasión, os invito a que la deis una oportunidad.

Ah! No puedo terminar la reseña sin resaltar que vimos la película en una sala que la proyectó demasiado oscura, lo que quitó parte del disfrute. A pesar de todo se veía razonablemente bien, pero diría que se habla poco de que una de los motivos que la gente no va a las salas comerciales es porque la calidad de proyección no está a un nivel exigible, y en muchos casos se ve mejor en casa. Esto también es un problema, uno que parece que los distribuidores y exhibidores parece que no quieren solucionar.

Comparto el trailer de la pelícla:

65 es una película modélica que sabe exactamente el tipo de historia que es y nos la presenta de la mejor manera posible. No se le puede poder un pero.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de El Último Duelo de Ridley Scott

El último duelo es un películón de los que merece la pena ver en pantalla grande y que recupera al mejor Ridley Scott de los últimos años, con un reparto de lujo formado por Matt Damon, Adam Driver, Jodie Comer y Ben Affleck.

PUNTUACIÓN: 8/10

Artículo CON spoilers.

Basada en hechos reales, la película se centra en el duelo entre Jean de Carrouges (Matt Damon) y Jacques Le Gris (Adam Driver), dos amigos que se convirtieron en rivales. Francia del siglo XIV, cuenta la historia de Marguerite de Carrouges (Jodie Comer), que declara haber sido violada por el caballero Le Gris, el mejor amigo de su marido Jean. Al no creerle nadie y ante tal ofensa, su marido acusa a su mejor amigo ante el rey Carlos VI, quien decide autorizar un duelo a muerte entre ambos. (FILMAFFINITY)

The Last Duel: A True Story of Trial by Combat in Medieval France es un libro de 2004 del autor estadounidense Eric Jager sobre el último duelo judicial oficialmente reconocido en Francia, que tuvo lugar en 1386. Es interesante indicar que aunque este fue el último duelo judicial celebrado en Francia, no fue el último duelo legal. Los posteriores duelos autorizados no fueron duelos judiciales que decidieron la culpabilidad e inocencia de los participantes, sino duelos por el honor para vengar una afrenta. La adaptación del libro de Jager se anunció por primera vez en 2015, aunque no se dio luz verde oficialmente hasta julio de 2019, cuando Ben Affleck y Matt Damon fueron confirmados como estrellas y coguionistas de la película junto al director Ridley Scott.

Hablar de Ridley Scott (Inglaterra, 1937) es hablar de una leyenda viva del cine: Alien, Blade Runner, Gladiator, El Reino de los cielos, Thelma y Louis, Los duelistas, Black Hawk Down… Demasiadas películas buenas como para acordarme de todas. Sin embargo, hay que reconocer que The Martian (2015) también con Matt Damon, fue su última gran película, y que en los últimos años hemos tenido más decepciones (Prometheus, Alien: Covenant) que aciertos. El último duelo es su vuelta por la puerta grande.

Como comentaba, a partir de un guión de Affleck, Damon y Nicole Holofcener, Scott ha creado una película de 152 minutos que fue rodada durante 2020 (sufriendo una paralización del rodaje debido al COVID) en localizaciones de Francia e Irlanda. El último duelo cuenta con fotografía de Darius Wolski, montaje de Claire Simpson y música de Harry Gregson-Williams. La película contó con un presupuesto de 100 millones de dólares que lucen espectaculares en pantalla. Lamentablemente, ha sido un fracaso comercial absoluto, ya que en el momento de escribir estas líneas tan sólo ha recaudado 25 millones en todo el mundo. La película producida por 20th Century Studios, va a generar millones de dólares de pérdidas para Disney.

El reparto de El último duel me parece alucinante y transmiten todo el carisma que se espera de las grandes estrellas de Hollywood. Empezando por Matt Damon como Sir Jean de Carrouges, un caballero poco reflexivo más interesado en la guerra que en cuidar de sus propiedades y de su esposa. Junto a él tenemos Adam Driver como Jacques Le Gris, escudero del Rey de Francia amigo de Jean que se convertirá en la mano derecha del Conde Pierre d´Aleçon (Ben Affleck), el noble que controlaba la zona de Normandía. Jodie Comer es Marguerite de Carrouges, la esposa de Jean que aparte de bella es mucho más inteligente de lo se estilaba en la época.

Completarían el reparto Harriet Walter como Nicole de Buchard, madre de Jean y suegra de Marguerite, Alex Lawther como el Rey Charles VI, Marton Csokas como Crespin, un escudero amigo de Jean y Tallulah Haddon como Marie, una amia de Marguerite.

Si hablamos en positivo del cine comercial de entretenimiento, no se puede hacer mejor que lo que Ridley Scott nos ofrece con esta película. El último duelo es una estupenda película que cuenta una historia interesante que nos habla de un suceso real del pasado que puede tener enseñanzas para nuestra sociedad actual, contada de forma visualmente brillante con una estructura narrativa poco habitual y que tiene a 4 grandes actores que transmiten todo su carisma y calidad actoral a la pantalla, con una duración de 150 minutos que en ningún momento se hace larga. Como digo, no se puede hacer mejor, con un diseño de producción, una fotografía, un vestuario y una música de diez que nos transportan desde el minuto uno al siglo XIV.

Aunque hay importantes escenas de acción rodadas con una brutalidad poco habitual además del duelo que da nombre a la película, realmente la película no es una historia de acción, sino que busca mostrarnos cómo era la sociedad medieval, con especial atención al sufrimiento y sometimiento que sufría la mujer convertida poco menos que en una propiedad para el marido. Uno de los elementos que más me gustan de El último duelo es que la historia te muestra de forma fría, aséptica y dura un montón de elementos que resultan terroríficos bajo el prisma de nuestra sociedad moderna pero que eran lo más normales hace 7 siglos y a nadie se le ocurría cuestionar.

Empezando por una violación mostrada por duplicado que resulta no ser un delito dentro de las leyes de la época. Debido al sometimiento de la mujer al varón, ésta no podía denunciar a su agresor, sino que tenía que hacerlo su marido en cuanto a que habían usado ¿estropeado? sin permiso “su propiedad”. Buff, se me pone la carne de gallina sólo con pensarlo. O que lo normal de la época era que la mayoría de mujeres hubieran sido violadas en algún momento de su vida, algo que descubrimos por boca de la madre de Jean, y como las mujeres tenían que agachar la cabeza y seguir adelante con su vida.

Y qué decir de un clero que tenía normas especiales que se aplicaban sólo a ellos y que les permitían salir libres de prácticamente cualquier acusación de violación, un hecho que prácticamente ha continuado hasta nuestros días. O de la llamada cultura de la violación actual que hace una persona poderosa no conciba que ha violado a una mujer porque quién no querría estar con él siendo alguien tan importante. Ambos detalles son puestos en el contexto medieval pero tienen una correspondencia actual absoluta. Como lo es que la peor enemiga de una mujer suele ser otra, en este caso que no la cree y piensa que de alguna manera probablemente ella lo provocó y fue culpa suya.

Todos estos elementos son únicamente el subtexto que muestran la realidad de la época, y no es necesario que me digan que es algo malo porque cualquier persona normal que tenga la brújula moral en el sitio adecuado que vea la película lo entenderá automáticamente. Mostrar sin pretender dar todas las respuestas o dejar espacio para la comprensión del espectador es siempre mejor opción que el abofetear al espectador con los panfletos con los que nos están machacando otras producciones.

Aparte de este subtexto, otro elemento que me ha gustado mucho es que la historia es super entretenida a pesar de ser casi dos horas y media de película, al plantear una premisa poco habitual en el cine comercial, al contarnos la historia desde el punto de vista de los tres protagonistas, primero el de Sir Jean de Carrouges (Damon), el marido agraviado, después el de Jacques Le Gris (Driver), el autor del crimen, terminando con el de la víctima Marguerite de Carrouges (Jodie Comer). Esto hace que la película vuelva atrás en dos ocasiones cuando cambiamos de punto de vista, ofreciendo cada nuevo narrador matices que son super interesantes y aportan una nueva dimensión a hechos que acabábamos de ver.

De esta manera, descubrimos que Sir Jean en lugar de ser el noble y valeroso guerrero que parecía es un ser mezquino y envidioso que se interesa más por la guerra que por dirigir bien sus tierras, tratando de forma despótica a su mujer. De igual forma, Le Gris es un cerdo violador, pero también intenta ayudar y ser un buen amigo de Sir Jean, a pesar de sus numerosos desplantes, lo cual le convierte en un personaje complejo. Asqueroso, pero interesante.

Quizá el pero de la película es que mientras veía la película estaba esperando un giro, una sorpresa que hiciera que todo lo que pensabas que estaba pasando hasta ese momento fuera falso, y nunca llegó a pasar. De hecho, hubo un momento que me sorprendí pensando si no sería todo una trama creada por Marguerite para desacreditar a Le Gris y enriquecer a su marido, pero que va. La historia no va de un whudinit, sino de documentar de forma interesante y entretenida el sufrimiento de la mujer en la Edad Media. Y por tanto cada punto de vista no hace sino reforzar que SI hubo violación, nunca hubo duda al respecto. Esto hace que sobre todo la tercera parte con el punto de vista de Marguerite quede un pelín larga con momentos que refuerzan lo ya visto pero sin aportar demasiadas novedades. En especial en la escena de la violación que es mostrada casi igual que la habiamos visto, siendo un momento dolorosa de ver pero algo redundante. Esto hace que el ritmo se resienta un poco en esa parte, pero a mi nunca se me hizo aburrida.

Creo que del trío protagonista, dado que Ben Affleck tiene un papel secundario, Jodie Comer es la mejor de los tres. Su interpretación es tremenda y nos mete de lleno en un drama que no puede exteriorizar y que es puesto en duda por todos a su alrededor. Comer lo hace genial, pero también hay que reconocer que este papel es el más agradecido de los tres. Adam Driver creo que también lo hace muy bien como un noble inteligente y carismático que se sabe mejor que los demás y que sabe explotar sus habilidades en su propio provecho. Y agradezco que una gran estrella como Matt Damon se haya arriesgado con el papel del cerdo, impulsivo y desfigurado Sir Jean. Reconozco que se me hizo raro creerme que este chaval de la Costa Este americana sea un escudero en la Francia medieval, pero si el objetivo era conseguir que despreciáramos a Sir Jean, el éxito es brutal.

El climax de la película con el duelo también me parece tremendo, dejando claro que Sir Jean no está luchando por restaurar el honor de su mujer sino por su propio orgullo, y que ha apostado la vida de su mujer para vengarse de un Le Gris contra el que se ha sentido acomplejado toda su vida. El duelo es un prodigio de narrativa, espectacularidad y brutalidad, con una muerte super bestia que hizo que apartara la mirada y en el que las apuestan no pueden ser mayores, ya que Marguerite también morirá si su marido pierde el combate.

De hecho, más allá del ganador del combate, el shock viene del convencimiento que adquiere Marguerite sobre que si hubiera sabido que su marido estaba dispuesto a jugarse su vida y hacer que su hijo quedara huérfano, ella no hubiera acusado a Le Gris y se hubiera centrado en criar a su hijo como han hecho miles y miles de mujeres violadas antes que ella. De hecho, la historia llega a su final de forma satisfactoria, pero la cultura de la violación llegó hasta nuestros días, por lo que en la parte de crítica social su denuncia queda de candente actualidad.

Por último, un comentario sobre el fracaso comercial de la película. Hay un grupo de gente que siempre se queja del cine comercial, en concreto del blockbuster palomitero y sobre todo de los superhéroes, como si fueran la fuente de todos los males de la industria del cine, afirmando que NO se hacen películas interesantes para un público «adulto», o al menos mayor de 30 años, entre los que esos comentaristas se suelen situar. Sin embargo, cuando se estrenan precisamente películas de ese tipo que reclama, tampoco va a verla, quizá argumentando entonces que el cine es muy caro, y como va a ir todas las semanas al cine pagando teniendo su suscripción a Netflix (o a Filmin). Yo pongo mi cartera donde pongo mis opiniones, así que no tengo problema en apoyar el tipo de cine que quiero ver.

Pero es que hay que negar la mayor, porque los datos de las taquillas tras el levantamiento de las restricciones del COVID indican que si los cines están consiguiendo ser rentables de nuevo y tener ingresos más o menos regulares es precisamente gracias al cine comercial que estas personas desprecian, sin el cual la mayoría de salas habrían cerrado. Este mes de octubre y noviembre hay una amplísima oferta de cine variado dirigido a un público adulto, y ninguna de estas películas está consiguiendo recaudaciones importantes, lo que indica que es este tipo de espectadores es el que aún no ha vuelto a las salas. Luego que no se quejen que no hacen cine para ellos si cuando se estrenaron «sus» películas ¡ellos tampoco fueron!

Sin embargo, en lugar de intentar vender mejor la película o recomendarla a sus conocidos, tengo claro que habrá quien siga diciendo que la culpa de todo es de la gente que sólo va al cine una vez al mes y ha preferido ver Shang-Chi o Eternals antes que Dune o este El último duelo. Una opinión ridícula, obviamente, que deja en evidencia a quien la expresa. Deberían preguntarse qué han hecho mal para no saber captar la atención del espectador, en lugar de llorar porque alguien hizo su trabajo mejor que ellos.

Comparto el trailer de la película:

El último duelo es un peliculón que no te deberías perder que justifica sin duda el ir al cine y pagar por verlo en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 8/10

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¡Un saludo a todos!

Crítica de Los muertos no mueren de Jim Jarmusch (Prime Video)

Jim Jarmusch es uno de los máximos exponente del cine americano independiente de los últimos años, con interesantes películas como Dead Man, Ghost Dog, Flores rotas o Patterson. Tenía cierta curiosidad en ver Los muertos no mueren, su acercamiento al género de zombies, y aprovechando que está disponible en Prime Video pude verla.

PUNTUACIÓN: 4,5/10

En la pequeña localidad de Centerville, los muertos vuelven a la vida y un variopinto grupo de personajes tendrá que hacerles frente. (FILMAFFINITY)

Jim Jarmusch escribe y dirige esta película en la que ha contado con muchos de sus colaboradores habituales, empezando por un reparto de actores super conocidos como Bill Murray, Adam Driver, Tilda Swinton, Chloë Sevigny, Steve Buscemi, Danny Glover, Selena Gomez, Caleb Landry Jones, Rosie Pérez, Iggy Pop, Sarah Driver, RZA, Carol Kane y Tom Waits entre otros.

Los muertos no mueren es una película de 104 minutos que fue estrenada en el Festival de Cannes de 2019 y cuenta con fotografía de Frederick Elmes, montaje de Alfonso Gonçalves y música de Sqürl, sumando a la canción de Sturgill Simpson que escuchamos en varios momentos de la película.

Jim Jarmusch es un autor con un punto de vista personal que se transmite en una variada filmografía que abarca más de cuatro décadas y que ha sido premiada en Cannes en varias ocasiones. En caso es que no siempre he conectado con las propuestas de Jarmusch, motivo por los que en su día no vi esta película en el cine cuando se estrenó en 2019. Aprovechando su disponibilidad en Prime Video decidí ver su versión del cine de zombies… y el resultado dista mucho de ser bueno.

¿Sabéis esas bromas que os contáis los amigos que si estás en el rollo parecen buenísimas pero vistas desde fuera son situaciones que no tienen ninguna gracia? Pues ese es el resumen perfecto de la película. Me da la sensación que Jarmusch, Murray, Driver y Swinton se lo debieron pasar bomba rodando la película con unos personajes repletos de extravagancias. Pero para el espectador, todo es muy soso y plano, hasta el punto de ser realmente aburrido, lo peor para mi que le puede pasar a cualquier película del género que sea.

El caso es que Jarmusch plantea cierta crítica social hacia una sociedad consumista que nos convierte de facto en zombies sin criterio ni inteligencia que como idea es interesante, aunque realmente no sea novedosa en el género. También hacia los negacionistas del calentamiento global que niegan la evidencia incluso aunque les esté golpeando en la cara. Y es curiosa además la crítica a la mercantilización de una obra artística, con la sobre exposición de la canción de Sturgill Simpson durante la película, hasta el punto de tener una escena en la que un personaje compra el CD de la canción, como si nos lo estuvieran “vendiendo” también al espectador comprar la B.S.O. en modo tortazo en la cara nada sutil.

Como ideas, me parecen interesantes y muestran un punto de vista cínico hacia nuestra sociedad contemporánea. El problema es que esas ideas están mal ejecutadas y resultan, de nuevo, aburridas y redundantes en una película que aunque no es larga, acaba pareciéndolo. Los muertos no mueren no provoca miedo ni asco en ningún momento durante los ataques de los zombies. Pero tampoco tiene gracia, con unos protagonistas hieráticos que resultan totalmente fallidos, incluso en los momentos en que aceptan como propios los convencionalismos del género de zombies.

Da un poco de pena (y hasta rabia) ver una película repleta de situaciones ridículas y porque sís que hay se aceptar por venir de un «autor» y ser esa su «visión» de un tema o género concreto, que no admitiríamos en una película normal de ese género y que pondriamos a caldo. Las cosas como son. En todo caso, me parece genial que un director como él pueda crear en libertad y haga lo que quiera mientras encuentre un productor que le financie. Y mientras lo consiga, supongo que le da igual la opinión del público…

Las plataformas digitales van a dar una nueva vida a una película que pasó en su día totalmente desapercibida. Sin embargo, no creo que vaya a gustar a los fans del género de zombies, y lamento decir que para los espectadores que no conocieran la obra previa de Jarmusch, tampoco creo que les deje con ganas de buscas otras películas suyas.

Comparto el trailer de la película:

Los muertos no mueren ha sido una decepción total, no os la puedo recomendar bajo ningún punto de vista.

PUNTUACIÓN: 4,5/10

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Crítica de The Report de Scott Z. Burns (Prime Video)

The Report, estrenada en Prime Video de Amazon, es una estupenda película denuncia dirigida por Scott Z. Burns con un Adam Driver on-fire inspirada en hechos reales, cumple de sobra su objetivo de indignar al público sobre un asunto escandaloso del pasado reciente de los Estados Unidos como fue las torturas a detenidos en bases americanas.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Cuenta la historia de Daniel Jones (Adam Driver), el principal investigador del estudio que el Senado de los Estados Unidos realizó en el programa de «Interrogación y Detención» de la CIA, y del que posteriormente se daría a conocer su inmoral e inefectiva brutalidad. Una vez descubierta la verdad, Jones haría todo lo posible por dar a conocer ante todo el mundo lo que muchos trataron de mantener en secreto a toda costa. (FILMAFFINITY)

Scott Z. Burns es un productor, guionista y director americano que consiguió notoriedad al producir en 2006 An Inconvenient Truth, el documental de Al Gore sobre el cambio climático que consiguió el Óscar a Mejor Documental, a pesar que posteriormente se conociera que los datos de este documental eran falsos. En 2007 escribió el guión de The Bourne Ultimátum de Matt Damon, pasando a continuación a realizar la mayor parte de su carrera colaborando con Steven Soderbergh, escribiendo los guiones de sus películas The Informante (2009), Contagio (2011), dude Effect (2013), The Mercy (2017) y la reciente y decepcionante The Laundromat (2019), estrenada en Netflix. The Report es su segunda película como director tras PU-239 (2006), en la que también escribe el guión, y cuenta con Soderbergh de productor.

The Report cuenta con Adam Driver y Annette Bening como protagonistas, así como algunos secundarios de lujo como Jon Hamm, Michael C. Hall o Tim Blake Nelson.

En cualquier otra época The Report hubiera generado un escándalo, ahora está pasando totalmente desapercibida. La película conecta con el cine denuncia de los 70, a partir de la investigación del Senado USA de las torturas de la CIA realizada tras el 11-S, un momento convulso de la historia americana en el que las agencias de seguridad se vieron desbordadas por un nuevo tipo de enemigo y, por qué no decirlo, por sus propios errores.

The Report está muy bien rodada y cuenta de forma dinámica un tema espinoso y que podría resultar aburrido, como fue esta investigación de las comunicaciones de la CIA en un sótano oscuro, así como la lucha política para evitar que el informe llegará a ver la luz.

Adam Driver está muy bien como siempre, y lo mismo podría decir de Annette Bening, pero más que las interpretaciones impacta e indigna conocer la realidad de lo que pasó. Las torturas a detenidos nunca funcionaron ni dieron información vital, la CIA lo sabía y siguieron utilizándola, engañando a sabiendas al público americano y a miembros del gobierno para ocultarlo.

Y es esta sensación (realidad) de impunidad, de que la CIA y en general los poderosos en la sombra pueden hacer lo que quieran y salirse con la suya sin pagar ningún precio, es lo mejor y lo peor de la película. Y precisamente por eso me parece que The Report es un gran éxito, al conseguir transmitir perfectamente y con frialdad quirúrgica esta triste realidad.

Esto es lo mejor y lo peor, ya que me parece que en esta sociedad tan polarizada el público republicano puede ver esta película como un ataque contra ellos y automáticamente no la va a ver independientemente de lo que cuenta. Y es una pena porque el mensaje no diría que sea ese ni mucho menos, pero en parte creo que es uno de los potivos por los que está película está pasando completamente desapercibida.

Además, al ser una producción de Amazon nos ha llegado directamente a casa, donde tiene que competir con la marea de estrenos semanales en todas las plataformas, lo que también contribuye a esta sensación de que el gran público ni siquiera conoce que esta película existe. Lo cual considero que es una lástima.

Comparto el trailer de la película:

Es una pena que una estupenda película denuncia con The Report vaya a pasar tan desapercibida. La recomiendo sin duda.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

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