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Crítica de Aliens vs Avengers 1-4 de Jonathan Hickman y Esad Ribic (Marvel Comics)

En Septiembre de 2024 leí el primer número de la miniserie Aliens vs Avengers de Jonathan Hickman, Esad Ribic y el colorista Ive Svorcina. Nueve meses después pude leer el cuarto y último número.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡LOS ALIENS Y LOS VENGADORES SE ENFRENTAN!

Todo ha llevado a esto: ¡Los Xenomorfos llegan a la Tierra! El organismo perfecto se encuentra con un planeta de superhumanos. ¿Quién será el primero en caer? ¡Los legendarios colaboradores Jonathan Hickman y Esad Ribić se sueltan en esta epopeya en cuatro partes imperdible tanto para los fans de Marvel como para los de Alien!

Cuando leí el primer número hace 9 meses, reconozco que una de las cosas que me hizo entrar en la historia de Hickman fue saber que estábamos en un What if? fuera de la continuidad normal del Universo Marvel. Tener una historia de aliens y que no muriera ningún personaje podría parecer imposible, y Hickman no se anda con chiquitas.

Una historia casi esperable de aliens implicaría una incursión de una reina en territorio marvelita, similar a lo que vimos en el ya clásico WildC.A.T.s/Aliens de Warren Ellis, con el que el escritor inglés aprovechó para cargarse a Stormwatch dejando el camino abierto para la creación de The Authority. Desde cierto punto de vista, la historia de Ellis era «pequeña» y contenida. Sin embargo, Hickman siendo Hickman plantea una historia con la destrucción de todo el multiverso Marvel. Es todo lo contrario a contenido que se pueda imaginar.

Me llama mucho la atención de este comic que Hickman plantee una historia tan poco «reader-friendly». Es imprescindible hacer visto las ultimas películas de Ridley Scott y conocer a los Arquitectos y a los robots que se rebelan contra sus creadores humanos para entender qué está pasando. Y al mismo tiempo, en un mundo futuro en el que los héroes del universo Marvel son ancianos, tampoco plantea una explicación que haga más sencillo el «quien es quien» dentro de la colección. De hecho, aunque el comic por motivos de marketing se ha llamado «Alien vs Avengers», el título más correcto hubiera sido «Alien vs Universo Marvel» debido a la importancia en la historia de Miles Morales, Bruce Banner o los mutantes de Krakoa. (Un inciso curioso, porque aunque la Era de Krakoa hace más de un año que terminó en el Universo Marvel 616, para Hickman «su» isla de Krakoa y sus mutantes siguen vivos en esta historia. Al menos, al comienzo, luego ya veremos). Pensando que el objetivo de Marvel es vender este tomo en FNACs y en general en librería generalistas a un publico no comiquero, me da que estos lectores ocasionales se vayan a ver completamente perdidos cuando empiecen a leer este comic. Empezando por no saber quien es esa mujer llamada Valeria que viste de blanco y parece tener una conexión con los 4 Fantásticos.

Hickman se pone en modo cósmico y pone el destino del multiverso en juego por la amenaza de los aliens pero sobre todo, de los seres superiores que les han lanzado contra los mundos habitados de la vertiente galáctica del Universo Marvel. Y lamento decir que a pesar de la batalla final en la superficie de Marte, el comic no deja una sensación de historia cerrada de forma satisfactoria, sino de ser un primer capítulo de una historia que no creo que vaya a publicarse. Reconozco que no he conectado con la forma de terminar la historia Hickman. Lo cual empieza a ser una constante, dicho no para bien. En ese sentido, que uno de los personajes que menos me gustan del Universo Marvel como es Mister Siniestro tenga un papel clave en este climax final, puede explicar el hecho que no haya conectado con lo que pasaba.

El comic es el que es y hay aceptarlo, pero en realidad no me acabo e creer la premisa de que 4 reinas podrían destruir el planeta Tierra y aniquilar a todos sus habitantes, superhéroes incluidos. Es necesaria una gran suspensión de credulidad para entrar en la historia, y a pesar de la forma en que la plantea Hickman, a mí no me funciona. Porque solo Doctor Muerte y Doctor Extraño ya serían suficientes para detener una infestación alien. Por no hablar del uso de arsenal nuclear para arrasar los nidos de las reinas alien.

Dejando a un lado este detalle, es muy llamativo el tono nihilista y sin esperanza de Hickman. Incluso con la llegada de los wakandianos cuando lo hacen. Hickman hace que varios héroes aparezcan en la historia únicamente para morir, una vez han cumplido su parte en el engranaje narrativo. Esto es super característico de Hickman. Eso lo vemos con Valeria Richards, con Bruce Banner e incluso con Tony Stark. Incluso en el caso de un T’Challa mostrado como el «puto amo», es difícil llegar a conectar o empatizar con ninguno de los protagonistas, y diría que es porque Hickman no quiere que lo hagas.

El apartado artístico viene de la mano del dibujante Esad Ribic y su colaborador habitual Ive Svorcina en el color. Ribic tiene manga ancha para ponerse en el modo más épico posible con cada una de las muertes de los héroes clásicos del Universo Marvel, así como con las apariciones de personajes creados por Ridley Scott en sus últimas películas, como son los arquitectos que dieron comienzo a las vida en la Tierra y crearon a los Aliens (según la continuidad cinematográfica).

El color de Svorcina es súper característico y separa a este comic de la estética esperable de un comic Marvel, consiguiendo que luzca como algo especial. El color ayuda a transmitir una sensación atemporal en un comic que en realidad es un What if? ambientado en un futuro indeterminado.

Sin embargo, tengo que reconocer que no he conectado en muchos momentos con el dibujo de Ribic. Tengo claro que globalmente realiza un buen trabajo. Su estilo genera imágenes super potentes pero también demasiado estáticas en la mayoría de los casos. Esta parte es conocida. Lo que me ha sorprendido para mal es que en este What if? situado en el futuro del Universo Marvel, todos los protagonistas aparecen FEOS. Y que sean ancianos no es una excusa, podría haber dibujado personas mayores y que parecieran poderosos e icónicos. Pero con la excepción de Black Panther, todos los demás personajes aparecen con una luz muy poco favorecedora. Y es algo que me deja bastante perplejo, la verdad.

La idea de la reina alien evolucionada con los poderes de los mutantes de Krakoa por la acción de Mr. Siniestro, parece una continuación lógica de algunas de su tramas mutantes, y en este caso si creo que el diseño de Ribic es super acertado. Sin embargo el combate del climax final sufre por culpa de unas imágenes demasiado estáticas.

Como digo, no siendo mal dibujo, se me queda un pequeño debe pensando que pensaba que este comic me iba a gustar más de lo que lo ha hecho.

Por supuesto, una parte importante del disfrute o no de este comic viene condicionado por su lamentable periodicidad en la edición ISA. Ya fue malo que Marvel publicara este comic semanas después del estreno de la estupenda Alien: Romulus de Fede Álvarez. Eso seguro que restó venta de montones de posibles clientes potenciales que después de ver la película se pasaron a comprar comics de Aliens a precios razonables, aparte de los Omnibuses recopilatorios, y no tuvieran este comic a la venta.

Los cuatro números de esta miniserie se publicaron a final de agosto de 2024 el primero, el segundo a principio de noviembre (con dos meses de diferencia). En febrero de 2025 salió el tercero (tres meses de diferencia), y el último número se acaba de publicar en junio, con CUATRO meses de diferencia respecto al anterior. Esta periodicidad es demencial, y no me extrañaría que más de uno haya dejada colgada la serie al no saber cuando salía el siguiente número.

Y como comentaba en mi reseña del primer número, esto no es culpa de Esad Ribic, sino de un staff editorial que no ha hecho su trabajo correctamente. Marvel tendría que haber trabajado con la suficiente antelación para haber garantizado que Ribic tenía tiempo para entregar su mejor trabajo y después plantear su solicitación para que esta miniserie se publicara mensualmente. Que no haya sido así es un desastre editorial alucinante. Y no se si Marvel estaba desesperada por sus bajas ventas y forzaron la salida del primer número para facturar lo que fuera, pero al final la salida a trompicones de esta miniserie a acabado perjudicando a los lectores del comic.

Entiendo que para los que compren el comic en tomo, creo que Panini va a optar por esta opción en España, no van a tener este problema, al leerlo todo de un tirón. Pero para todos los que compramos grapas USA, entiendo que la sensación no será todo lo buena que debería haber sido. Y es una pena.

Este comic de Alien vs Avengers me deja la sensación que no siendo mal comic, debería haberme gustado mucho más de lo que lo ha hecho. Por supuesto debido a su periodicidad, pero también por el what if? planteado por Hickman al que le ha acompañado un Ribic no especialmente entonado.

Comparto las primeras páginas del primer número:

Aliens vs Avengers es un buen comic una vez entras en la premisa de historia fuera de continuidad. Sin embargo, reconozco y lamento no haber conectado con la propuesta gráfica de Ribic o la historia de Hickman.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Aliens vs. Avengers de Jonathan Hickman y Esad Ribic (Marvel Comics)

La política editorial de Marvel Comics en USA merece un análisis profundo. El mismo mes que Marvel publicó la miniserie Wolverine Revenge de Jonathan Hickman y Greg Capullo, y 15 días después del estreno en cines de Alien: Rolumus , ha salido el primer número de Aliens vs. Avengers de Jonathan Hickman con el artista super estrella Esad Ribic, con su colorista habitual Ive Svorcina. Hoy quiero hablar sobre este comic.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡ALIENS Y VENGADORES SE ENFRENTAN!

Todo ha llevado a esto: ¡Los Xenomorfos llegan a la Tierra! El organismo perfecto se encuentra con un planeta de superhumanos. ¿Quién será el primero en caer? ¡Los legendarios colaboradores Jonathan Hickman y Esad Ribić se sueltan en esta epopeya en cuatro partes imperdible tanto para los fans de Marvel como para los de Alien!

No se qué tiene Hickman, pero ayer me quejaba del final de D.I.O.S.E.S., y aquí estoy, hablando de otro comic suyo. Además, hace unos días leí Wolverine Revenge y reconozco que me fastidió la propuesta de Hickman de habernos colado un What if? fuera de continuidad para el comic que marcaba el retorno de Greg Capullo a Marvel. Sin embargo, por la propia naturaleza de Aliens vs Avengers (AVA) quedaba implícito que este proyecto NO podía estar en continuidad. Y leer este comic sabiendo esto ha supuesto un alivio enorme, pudiendo entrar sin problema en la locura de la propia premisa.

Llevo una temporada siendo muy crítico con los comics que está escribiendo Hickman para Marvel, empezando por la decepción muy bien dibujada que fue D.I.O.S.E.S. Sin embargo, por el motivo que sea (en este caso saber que estamos en un comic fuera de continuidad) he entrado en la premisa de Hickman. Incluso a pesar que resulta super anticlimática, dado que NO plantea lo que se supone que vamos a ver en un comic de esta naturaleza, que es ver a los Vengadores luchar contra los xenomorfos. La historia de Hickman decide ir por otros derroteros, pero consigue que lo que sucede sorprenda una y otra vez. En realidad, como la premisa es esta y sin ella no habría comic, no me preocupó pensar en los problemas de continuidad y como esto en el universo Marvel tradicional no hubiera sucedido así. Otro motivo de curiosidad es que curioso el protagonismo que Hickman da a Valeria Richards, como ya pasó en las míticas Secret Warsm pensando en que nunca ha sido vengadora. Siempre se ha dicho que los escritores tienen personajes fetiches, y parece que Valeria es uno de los de Hickman. En todo caso, dado que entendí antes incluso de empezar a leer este comic su naturaleza de blockbuster palomitero sin continuidad, la lectura me dejó con unas ganas tremendas de leer cómo continua la historia. De este modo, AVA me resulta un éxito total.

Tampoco supone ninguna sorpresa decir que Esad Ribic con la colaboración de Ive Svorcina en el color realizan un trabajo estupendo en este comic. El primer elemento a destacar es que Ribic dibuja a los xenomorfos de forma espectacular, destacando su peligrosidad y su amenaza. El diseño de la tecnología futurista y los trajes de los protagonistas están geniales, y me gusta mucho la forma que tiene de dibujar a Valeria Richards, Miles Morales o Pantera Negra.

El estilo de Ribic enfatiza la épica y consigue la que experiencia lectora sea TOP, consiguiendo que entrara a tope en este mundo fuera de continuidad. Por contra, sus imágenes resultan demasiado estáticas, y en algún momento me pareció que trabajaba con plantilla, con alguna figura que parece calcada de algún comic previo. Con todo, mi valoración de este comic es muy positiva, sobre todo pensando que hace más de un año y medio desde que leí el último comic dibujado por Ribic, que fue en la colección de Eternos junto a Kieron Gillen. AVA es un comic con una buena historia de Hickman, pero creo que esta miniserie entra en la categoría de «compra segura sólo por el dibujo.»

Aparte de la opinión positiva sobre este comic, otra cosa es la cuestionables política editorial de Marvel. En primer lugar, obviamente Marvel ha publicado esta miniserie pensando sumarse al hype que entiendo podría provocar el estreno de la muy entretenida y destacable Alien Romulus del director Fede Álvarez. Sin embargo, de forma incomprensible Marvel NO ha publicado este primer número ANTES del estreno de la película, que se estrenó el 15 de agosto, sino que lo publicó el 28 de agosto, casi dos semanas después del estreno.

Lo normal es que Marvel hubiera trabajado para que si un espectador al que la película le flipó fuera a una librería especializada, hubiera podido encontrar este comic. Pensando que hablamos de lectores no habituales que buscaban más entretenimiento con los xenomorfos y que los omnibuses son opciones demasiado caras. Pero esto NO fue posible, y creo que es poco probable que alguien no fan vaya a volver 15 días más tarde a una librería a ver si ha salido este comic porque no estaba cuando fue la primera vez. Lo lógico es que aproveche su suscripción a Disney+ (o Hulu en USA) para ver las películas anteriores de la franquicia, y se olvide de que existe este comic. No me cabe duda que la publicación tardía le va restar ventas a las librerías. Porque esa es otra, Marvel entiendo que va a vender muy bien esta grapa gracias al sistema de pedidos anticipados del Preview. Pero igual las tiendas se tienen que tragar ejemplares no vendidos.

Otro tema a comentar es que aparte de hacerlo coincidir con la película, cosa que Marvel en realidad no ha hecho, pensé que a lo mejor Marvel publicaba este primer número en agosto porque querían tener toda la miniserie publicada de cara a sacar el tomo para Navidades, dado que es una comic que puede venderse como churros. Sin embargo, me ha volado la cabeza comprobar que ¡el segundo número no se publica en USA hasta el 6 noviembre! Ya no es que no lleguen a las Navidades, es que han publicado un comic que va a obligar a los lectores a sufrir una espera desproporcionada entre números. De nuevo, esto no es un comic-evento que tiene que salir en una fecha concreta, porque de su publicación dependen todos los tie-ins asociados. Pensar que una miniserie especial de este tipo se va a publicar de forma bimestral o trimestral me parece sencillamente ridículo. Y si dos meses y medio es demasiado tiempo entre grapas para un lector habitual, para un lector ocasional puede ser el motivo clave entre comprar la segunda grapa o no hacerlo.

Y esto no es un problema de Esad Ribic, que Marvel y todos sus fans sabemos que no es el dibujante más rápido del mainstream. Marvel tendría que haber trabajado con la suficiente antelación para haber garantizado que Ribic tenía tiempo para entregar su mejor trabajo y después plantear su solicitación para que esta moniserie se publicara mensualmente. Que no haya sido así es un desastre editorial alucinante. Y no se si es que 20th Century Studios (propiedad de Disney) tardó en dar el OK a este proyecto, pero creo haberle leído a Hickman comentar hace meses que además del universo Ultimate estaba trabajando en varios comics super chulos. No se si se trataba en concreto de esta AVA, pero algunas decisiones editoriales de Marvel me parecen incomprensibles. Independientemente de las explicaciones que den a esto.

Y hablando de Jonathan Hickman, también me parece raro que Marvel haya decidido publicar simultáneamente las dos últimas miniseries del arquitecto de Marvel Comics, Wolverine Revenge y Aliens vs Avengers. Lo digo porque de cara al Previews, publicar estos comics a la vez está restando interés mediático a una de las dos. No se si es que las ventas de Marvel de este 2024 están siendo horribles y la editorial necesitaba vender ya todo lo posible, sin margen de guardarse nada. Pero por lo que comentaba antes, lo lógico hubiera sido publicar en agosto Wolverine Revenge y hacer coincidir el último número de esa miniserie con el primero de esta miniserie. De esa manera, las librerías de comics tendrían un comic de un escritor importante como Hickman a lo largo de casi 10 meses seguidos, aparte de la serie regular de Ultimate Spiderman, dejando a Ribic tiempo para dibujarla. No ha sido así, Marvel sabrá por qué. Pero la consecuencia es que llevo semanas leyendo agente flipada con el retorno de Greg Capullo a Marvel para hacer la miniserie de Lobezno, y muy poca gente comentando el nuevo comic del equipo creativo de Secret Wars. En la comparación, no tengo duda que este comic es el que ha salido perdiendo, si bien creo que a la larga este AVA se venderá mucho más en el canal de las librerías generalistas tipo FNAC.

AVA número 1 me ha gustado y me ha dejado con ganas de saber cómo termina la historia. Pero a pesar de ser lector de grapa, siempre que sea posible, reconozco que me estos plazos de entrega me fastidian un montón. Pensando que es un comic especial fuera de continuidad, puedo esperarme perfectamente a que salga el tomo para comprarlo y leer la historia completa de una tacada. Para que veáis hasta qué punto creo que Marvel lo ha hecho mal.

Comparto las primeras páginas del comic:

Me ha gustado el primer número de esta miniserie de Aliens vs Avengers, quizá porque tenía claro de inicio que este tipo de historias no podía estar en continuidad. Sin embargo, el desastre editorial de Marvel me hace pensar que puede ser mejor esperarme y comprar el tomo recopilatorio.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Eternos 7 – 15 de Kieron Gillen y Esad Ribic (Marvel Comics – Panini)

Antes de el comienzo del evento V.X.E. El día del juicio toca recuperar la segunda parte de la etapa de Kieron Gillen y Esad Ribic en Eternos, que cierra el primer año de este dúo en la serie.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Los Eternos son creados, no nacen. Tienen familias, pero esas familias no se reproducen: no tienen nuevos hijos. Algunos de ellos creen haber encontrado la manera de cambiar las cosas y creen que será lo mejor que puede pasar. Se equivocan.

¡Nuevo arco! ¡Nuevo punto de arranque! ¡Más Thanos! Los Eternos han descubierto la verdad sobre su existencia. Su sociedad está en ruinas. ¿Quién puede liderarlos? ¿Quién es el visionario que los sacará de las cenizas? ¿Y cómo tomará el trono? Salve, Thanos.

Estos 9 números publicados por Panini incluyen Eternals 7-12 USA, junto a los especiales Eternals: Thanos Rising con dibujo de Dustin Weaver, Eternals: Celestia con dibujo de Key Zama, y Eternals: The Heretic, con dibujo de Ryan Bodenheim. Todos estos números cuentan con guion de Kieron Gillen, con Esad Ribic dibujando todos los números de la serie regular junto al colorista Matt Wilson, excepto el nº 11 USA, dibujado por Guiu Vilanova, que también dibuja parte del número 9. El color siempre a cargo de Matt Wilson.

El primer arco de Eternos trajo muchas sorpresas a unos personajes que se nota que Kieron Gillen habían pensado mucho sobre ellos y cómo hacerles únicos dentro del Universo Marvel. La idea que son una raza de seres creados para ser una especie de mecanismo defensivo de los Celestiales para proteger el planeta se llevó un baño de realidad al descubrir que cada vez que son resucitados, un humano muere por ello. Eso, junto a la impactante participación de un Thanos que se confirma como hijo de una pareja de Eternos, marcó un arranque super potente a una serie que a pesar de tener etapas interesantes nunca ha disfrutado del favor del gran público.

Esta segunda parte de la etapa de Gillen y Ribic se hizo esperar unos meses, ya que Marvel publicó dos especiales Eternals: Thanos Rising y Eternals: Celestia para que Gillen pudiera ampliar su historia y dotarla de mayor dimensión, con el origen de Thanos y su unión con los Eternos, así como una historia que conecta a los Eternos con los Vengadores de hace 1.000.000 de años creados en Los Vengadores de Jason Aaron. Además, entre los números 8 y 9 también se publicó el especial Eternals: The Heretic,que sirve de presentación de Urano, un Eterno que casi hace bueno a Thanos y cuyas revelaciones son imprescindible para el final del arco.

Estos tres especiales entiendo que además de dar más espacio a Gillen para contar su historia permitieron a Esad Ribic coger aire para intentar dibujar las seis grapas de la serie principal. Y a pesar de ello, Ribic necesitó ayuda y no consiguió dibujarlos todos, necesitando la asistencia de Guiu Vilanova, que se encarga de una grapa y media. Comentaba en mi reseña anterior que me sorprendió para mal el dibujo de Ribic, y en este segundo volumen no hay un cambio sustancial. Ribic se olvida de la épica que todos vimos en Thor, probablemente porque Gillen no le da un guion para lucirse, y vuelve a presentar páginas con unos protagonistas dibujados con unas caras muy feas con las que no he conectado nada (como ya me pasó en los comics previos). Pero es que además, las figuras presentes en segundo planos están apenas abocetadas, firmando Ribic un trabajo menos bueno que sus comics previos. Matt Wilson realiza un buen trabajo en los colores, aunque no consigue disimular la falta de fondos que Ribic decide no dibujar en los números que dibuja, entiendo que en parte por la falta de tiempo.

Pero parecería que todo es problema de Ribic y lo cierto es que Gillen se ha embarcado en un trabajo inmenso de worldbuilding, y sin embargo la historia de Thanos haciéndose con el control de los Eternos a través de la Unimente tiene una resolución realmente ridícula y anticlimática. Este segundo volumen tiene una interesante revelación a cerca de los Desviantes como la raza fundamental para la evolución de la raza humana (y mutante) por encima de unos Eternos que por definición son inamovibles e invariables. Esa revelación está guay, pero la trama general del comic me ha sabido a muy poco, la verdad. Quizá es que en este caso no me interesan las cosas con las que Gillen ha construido su trama y, sobre todo, el artificio de hacer a la Máquina (que es la Tierra), el narrador de la historia, con unas parrafadas que me parecían aburridísimas.

Curiosamente, los Eternos sufren del mismo problema que los mutantes de Krakoa, ya que al hacerles inmortales y reconstruibles, no existe nunca tensión en nada de lo que les pasa, convirtiendo en una broma las diferentes muertes que Thanos va causando a su paso. Además, me parece curioso haber leído que Gillen no planea continuar en la serie más allá del número 12 USA, ya que consideraba que su historia ya está contada. Esto me parece super raro, ya que todo este arco está planteado para dejar a Druig en el trono, lo cual pone en marcha el evento V.X.E. El día del juicio también guionizado por Gillen. Un evento planteado bajo la premisa que los Eternos tienen programada la destrucción de todos aquellos desviantes que tengan una desviación excesiva frente a sus parámetros normales, lo cual Druig y sus aliados hacen extensible a los mutantes de Krakoa ahora que ellos también han vencido a la muerte.

En positivo, me gusta como Gillen ha planteado el drama de unos Eternos que pensaban que eran unos héroes que defendían el planeta Tierra y que han descubierto que su programación ha quedado obsoleta y que lo que realmente protegían eran la Máquina de los Celestiales y el mantenimiento del statu-quo. Pero como digo, siendo unos comics correctos, la aparición de Thanos y su toma del control del poder de los Eternos me ha parecido un bluff importante al que le ha faltado un climax potente. Esto es ampliable además al enfrentamiento con los Vengadores en las tres últimas grapas, al notarse demasiado que esta historia está demasiado planteada como preámbulo del evento que empieza a publicarse este mes de noviembre en España. Me ha sabido a poco, la verdad.

Y para más inri, dentro que por supuesto si lees estos comics conocerás mejor a los Eternos y en la situación en la que se encuentran, realmente estos comics no son imprescindibles para disfrutar del evento, ya que en el preludio de El día del juicio publicado por Panini el pasado mes de octubre como el número 0 del evento se dan las claves para que las motivaciones de los Eternos sean perfectamente entendibles sin necesidad de leer estos comics.

Comparto las primeras páginas del número 7 USA (nº 9 de Panini) que inaugura este segundo arco de Gillen y Ribic:

Incluso a pesar de no conectar con varias cosas de la narrativa de Gillen y Ribic, hay que reconocer que Eternos es un comic de gran personalidad dentro del catálogo de Marvel, y que ha dado nueva vida a los personajes creados por Jack Kirby.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Leyendo Secret Wars de Jonathan Hickman, Esad Ribic, Ive Svorcina y Alex Ross

Tras terminarme la larguísima historia-río que Jonathan Hickman planteó en Vengadores y Nuevos Vengadores (puedes leer las partes uno, dos, tres, cuatro y cinco en los links respectivos), resulta obligatorio recuperar Secret Wars, el evento de Marvel de 2015/16 con dibujo de Esad Ribic, color de Ive Svorcina e icónicas portadas de Alex Ross que nos dio una de las historias más satisfactorias del siglo XXI.

PUNTUCIÓN: 8.5/10

¡El mayor evento de la historia de Marvel! La Incursión final tiene lugar. El Universo Marvel colisiona con el Universo Ultimate. Cuando ambos hayan desaparecido, todo lo que quedará será… Mundo de Batalla, una nueva realidad gobernada por el único hombre que pudo salvar los restos de la destrucción: Victor Von Muerte.

Publicada en Estados Unidos entre mayo de 2015 y enero de 2016, Marvel anunció esta miniserie inicialmente como de ocho números, pero finalmente amplió la serie con un noveno número final. Aunque los tres primeros números salieron con periodicidad quincenal, finalmente el resto de números se publicaron mensualmente, con un salto de un mes entre los números 5 y 6 que permitió a Ribic coger aire y recuperar el ritmo de publicación hasta el final de la serie.

Jonathan Hickman comenta que la idea de hacer unas Secret Wars con un Mundo de Batalla la tenía en la cabeza desde mucho antes de empezar a trabajar en Vengadores. De hecho, era un tema de conversación recurrente con el editor Tom Breevort, que la encontraba interesante pero creía que la idea necesitaba ser más trabajada y esperar al momento adecuado para lanzarla. Estamos hablando de 2009-2010, mucho antes de que Hickman desembarcara en Vengadores. De hecho, durante un tiempo Hickman planteó un escenario en el que su etapa en 4 Fantásticos presentara el concepto de las Incursiones y culminara en estas Secret Wars. Finalmente, la idea tuvo que ser aparcada hasta más adelante.

Las Secret Wars originales se publicaron en 1984-85 y es una de esas ideas que los fans recordamos con cariño incluso reconociendo que la historia dejaba bastante que desear. Aparte de la realidad de saber que la maxiserie fue un masivo elemento de promoción para convencer a Mattel de que apostara por los personajes de Marvel y lanzara su propia línea de figuras de acción. Figuras y naves que yo compré cuando salieron en España, las cosas como son. Dicho esto, el comic de Jim Shooter, Mike Zeck y Bob Layton sigue siendo una de las historias de mayor importancia histórica para Marvel por todo lo que supuso para sus personajes y la forma en que lanzó la idea de eventos dentro del universo Marvel desarrolladas en miniseries fuera de las colecciones normales.

A la hora de recrear las Secret Wars en el siglo XXI, Marvel y Hickman plantearon repetir la idea de un Mundo de Batalla creado de retazos de otros mundos, con la diferencia de ser creado por Victor Von Muerte en lugar de por el Todopoderoso de la historia original. Aprovechando la última Incursión que marcó el final de la etapa de Vengadores y Nuevos Vengadores que provocaría la destrucción de todos los universos, se creaba el marco narrativo perfecto para plantear un evento a gran escala que repitiera el concepto (y el éxito) de la Era de Apocalipsis (1995-96) dentro de la franquicia mutante, pero ampliado a todo el Universo Marvel.

El principal problema que le veo al final de la etapa de Hickman en Vengadores, aparte de los personajes fuera de su caracterización icónica (te miro a ti, Steve Rogers) es que planteó un NO final en ambas colecciones, al dejarlo todo abierto de cara a las Secret Wars. Sin embargo, como lector de Secret Wars la situación es la contraria, ya que todo el primer número está planteado para narrar el choque de realidades de las tierras 616 (la normal del universo Marvel) y la 1610 (el universo Ultimate), culminando el comic con la destrucción de todas las realidades y la formación del Mundo de Batalla en el segundo número. De esta forma, Secret Wars da información suficiente para entender la historia sin necesidad de haber leído los comics previos de Vengadores, que se convierten en un largo prólogo del evento. Obviamente, si los lees la experiencia mejora porque conoces porqué Thanos y su Cábala se encuentran en el universo 1610 y son aliados del joven y amoral Reed Richards de esa realidad, o cómo llegan Muerte y el Hombre Molécula a su enfrentamiento con los Beyonders (Todopoderosos) al comienzo del comic. Pero el comic puede entenderse sin problemas y la miniserie de nueve números forma una historia unitaria autocontenida en si misma. Lo cual es algo que tiene mucho mérito.

Como pasó con la Era de Apocalipsis, durante los meses de evento la mayoría de comics de la editorial dejaron de publicarse y fueron sustituidos por miniseries ambientadas en los diferentes reinos del Mundo de Batalla. Unas pocas series englobadas con el branding «Last Days» contaban los últimos días / horas de los héroes de esa cabecera antes de la incursión, pero la mayoría de comics de Marvel estaban englobados dentro del Mundo de Batalla. La lectura de estas miniseries junto a la serie principal enriquecía un montón la experiencia de este Mundo de Batalla durante los meses en que se publicaron, y hay algunas miniseries super chulas. Pero la realidad es que excepto Thors de Jason Aaron y Chris Sprouse, ninguna de estas series son necesarias para seguir la historia central de Hickman. De hecho, ahora que volví a leer esta maxiserie, sólo eché de menos leer la serie de Thors que cambia la lealtad del cuerpo de policías de Muerte de cara al climax de la colección.

Cuando lees Secret Wars, te das cuenta que Hickman empezó a pensar en ella durante su etapa en los 4 Fantásticos, porque se siente como una historia de la Primera Familia ampliada centrada en la rivalidad de Victor von Muerte y Reed Richards y con una gran importancia de Susan Richards, Valeria y Franklin. De hecho, sorprende un poco que Steve Rogers y Tony Stark, que fueron el centro de sus Vengadores, no es que no tengan importancia en la historia, es que ni siquiera aparecen. En la maxiserie original Muerte robaba los poderes al Todopoderoso, así que tenía todo el sentido que fuera él el creador del Mundo de Batalla en este reboot, siendo a todos los efectos el Dios de este mundo. A pesar de que Muerte salvó la realidad y eso es un hecho positivo innegable, su empeño de borrar de la existencia a Reed Richards y adueñarse de su vida casándose con Susan indica una obsesión que condena al fracaso su experimento. Sobre todo cuando los problemas empiezan a aparecer en el Mundo de Batalla dentro de las balsas salvavidas provenientes de las realidades anteriores. A pesar de todo, si hay un personaje que sale reforzado de esta miniserie, ese sería Muerte, ya que su complejidad e incluso nobleza está muy presente en todo el relato, incluso a pesar de quedar al final por debajo de Reed.

Los nueve números de la serie son un prodigio de síntesis narrativa y ofrecen un entretenimiento de primer orden, planteando un montón de conceptos en cada grapa mientras construye el Mundo de Batalla (y luego mientras lo destruye), dejando siempre unos cliffhangers super chulos que nos dejaban con ganas de más. El final del segundo número con la sorpresa de la identidad de los usuarios de la balsa que llegan al Mundo de Batalla es un momentazo increíble, uno de los mejores del comic.

Además del trío Richards (los Reeds de 616 y 1610) y Muerte y de los integrantes de los 4F, hay otros protagonistas interesantes en las Secret Wars como Stephen Extraño, T´Challa o Namor, algo que confirma la sensación que siempre tuve sobre que donde realmente Hickman se encontraba a gusto era en el comic de los Nuevos Vengadores (los Illuminati, vaya), frente a la que se suponía que era la serie principal de Vengadores. En los villanos, aunque sea en un rol secundario, Hickman utiliza bastante a Mr. Siniestro, algo que repitió en su relanzamiento de la franquicia mutante. Y junto a ellos, un Miles Morales que tras esta miniserie daría el salto del universo Ultimate al tradicional 616.

Secret Wars es un comic super entretenido que me deja una sensación super satisfactoria. Por ponerle un pero, quizá la resolución resulta un poco apresurada. Por ejemplo, el final del Reed Richards del universo Ultimate es, por decirlo suavemente, anticlimática. En ese sentido, se explica que Muerte no actúa casi nunca siendo omnipotente porque su principal preocupación está en mantener la existencia del Mundo de Batalla, pero al final echas un poco de menos que no haya usado sus habilidades en más ocasiones. Dicho esto, las veces que SI los usa con Stephen Extraño, Fénix o Thanos resultan unos momentazos increíbles.

Además de la compleja y satisfactoria historia de Hickman, Secret Wars triunfa por un apartado artístico sobresaliente. Empezando por las maravillosas portadas de Alex Ross, que son ya historia viva de la editorial. Junto a Ross, Esad Ribic y el colorista Ive Svorcina ofrecen uno de sus mejores trabajos de sus carreras.

Ribic ha dibujado grandes comics como Thor con Jason Aaron, Silver Surfer Requiem con J. Michael Straczynski o Loki con Robert Rodi. Pero la escala y la épica que plantea en Secret Wars, el worldbuilding del Mundo de Batalla y las decenas de personajes que aparecen en cada grapa que siempre se muestran en una versión icónica y reconocible, convierten este trabajo en el más exitoso y satisfactorio de su carrera. Se recuerda mucho y con razón las portadas de Ross, pero el dibujo interior de Ribic y el color de Svorcina son magia pura.

Además de la llegada de de Miles Morales al universo Marvel (y de otro personaje que ni siquiera aparece en esta miniserie aunque es nombrado en un par de ocasiones) y la transformación de Muerte en un héroe que intenta ser «mejor» tras pedírselo Reed en el climax final de la serie, el gran cambio que trajo estas Secret Wars fue la desaparición del comic de los 4 Fantásticos por primera vez desde su estreno en 1961. Hay que reconocer que los tiempos de gloria de la Primera Familia de la primera etapa de Stan Lee y Jack Kirby en los que el grupo era el centro del universo Marvel hacía tiempo que había pasado. Y quizá Mark Waid y Mike Wieringo fueron los autores de la última gran etapa del grupo en los primeros años del siglo XXI antes que Jonathan Hickman les devolviera al estrellato entre 2009 y 2011.

Pero siendo esto cierto, da pena que el elemento clave del cierre de su colección no fuera editorial o creativo, sino el boycott que Ike Perlmutter (Presidente de Marvel en ese momento) impuso hacia los personajes cuyos derechos cinematográficos estaban en manos de 20th Century Fox como la Patrulla X. Fruto de esto vino el ostracismo que sufrieron los mutantes durante esos años, al intentar la editorial sustituirles por los Inhumanos en importancia mediática. Algo que obviamente acabó en fracaso estrepitoso. Los mutantes eran una franquicia demasiado grande como para dejar de publicarla, y sus personajes, demasiado conocidos e icónicos. Sin embargo, los 4 Fantásticos al final eran una única colección, y en los últimos años ni siquiera una que vendiera demasiado bien.

A pesar de esta imposición política, la verdad es que Hickman les da un gran final a la familia Richards, resaltando la faceta de imaginautas y exploradores en las que siempre se movió tan bien el grupo, siendo este un estupendo punto y aparte en su vida editorial. Habría que esperar dos años y medio hasta septiembre de 2018 para volver a tener un comic de los 4 Fantásticos, al iniciarse entonces la etapa de Dan Slott, una etapa recién finalizada que lamentablemente no ha acabado de cuajar. Pero esa es otra historia.

Volver a leer Secret Wars ha sido una alegría y la confirmación que estamos ante uno de los mejores eventos de Marvel del siglo XXI. Unas aventuras super recomendables que no puedes dejar de leer.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

POSDATA: Ahora que he leído la serie principal de Secret Wars que cierra la etapa de Jonathan Hickman en Marvel entre 2012 y 2016, no puedo evitarlo y me voy a leer las series que compusieron el Mundo de Batalla. La semana que viene comparto con vosotros mis impresiones.

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Crítica de Eternos 1-6 de Kieron Gillen, Esad Ribic y Matthew Wilson (Marvel Comics – Panini)

Con algo de retraso analizo el primer arco de la nueva serie de Eternos realizada por Kieron Gillen con el artista Esad Ribic y color de Matthew Wilson, que ha sido publicada por Marvel Comics y por Panini para aprovechar el interés en los personajes creados por Jack Kirby gracias a la película Eternals de Marvel Studios dirigida por Chloé Zhao.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

¿Qué sentido tiene una batalla que nunca termina? Durante millones de años, Los Eternos han vagado por la Tierra, protegiendo los secretos de la humanidad. Pero hoy se enfrentan contra algo nuevo: el cambio. ¿Pueden ellos, o cualquiera del planeta, sobrevivir a su último descubrimiento? De las mentes provocativas de Kieron Gillen (Viaje al misterio) y Esad Ribic (Secret Wars) llega una nueva visión de la mitología clásica Marvel.

Este primer arco de Eternos contiene los números 1 al 6 USA.

Ikaris, Sersi, Duende, Zuras, Festo, Kingo, Gigamesh, Druig… Reconozco que excepto por alguna aparición puntual en Vengadores y en otros comics Marvel, no he leído demasiado de los Eternos ni tengo especial interés en el mundo creado por Jack Kirby en los años 70, más allá de la importancia de los Celestiales han tenido en numerosos comics posteriores. Eso y el hecho que le reconozco habilidad a Kieron Gillen pero sus comics, tanto los escritos en Marvel como en su vena independiente, no me acaban de interesar, hicieron que no comprara en su momento este comic. Ahora que lo he leído, me sorprende que comparte ciertos elementos con la película de Chloé Zhao, lo cual me parece un elemento que en este caso le hace un favor de cara a un posible espectador que se acercara a la librería buscando un comic de estos personajes tras ver la película.

Gillen plantea su historia de forma muy interesante para conseguir que el comic sea una perfecta tarjeta de presentación de unos personajes poco o nada conocidos, las cosas como son. A partir de una «hickmanización» del universo creado por Jack Kirby, Gillen muestra una sociedad compleja en la que los 100 eternos creados por los Celestiales, a los que siguieron 100 Desviantes, llevan siglos viviendo en ciudades como Olimpia o Polaria fuera del continuo espacio temporal de la Tierra. Desde la primera página descubrimos que la denominación de Eternos viene además de por su larga longevidad, por su capacidad de ser resucitados y revividos en caso de muerte, aunque con el inconveniente de no poder tener descendencia, algo que no sufren los Desviantes, como descubriremos más adelante en la historia.

Gillen plantea que conozcamos a los diferentes personajes, cada uno con un interés propio, gracias a un «whodunit«, que ofrece el elemento novedoso a la historia y hace que nos enganchemos a la lectura con cada sorpresa y cliffhanger que iremos conociendo. La investigación de un asesinato y el convencimiento que Thanos pudo tener ayuda interna hará que los protagonistas inicien un viaje alrededor del mundo para encontrar a sus hermanos y hermanas, para que les ayuden a descubrir al asesino y en su caso, poder detenerle.

Gillen y Ribic van a estar en la serie 12 números, de los cuales estos seis números son la primera mitad de la historia con un giro final super impactante que hace que el mundo de los Eternos haya saltado por los aires y plantee un segundo arco que puede ser apasionante. De hecho, se me hace raro que en los comics que faltan publicar Gillen tenga tiempo de presentan a todos los personajes y lugares mencionados en las páginas de esquema / resumen que encontramos, y que tanto nos recuerdan a Hickman. En todo caso, de los que sí hemos conocido, me gusta la complejidad de todos ellos y cómo sus habilidades les convierten en seres super poderosos pero no necesariamente héroes, debido a los diferentes intereses de cada uno. De hecho, me gusta que de momento el comic NO sea una típica historia de Eternos vs Desviantes, más que nada porque eso ya lo hemos leído antes.

Los Eternos lo tenían todo para triunfar gracias al buenísimo guión de Gillen, y contra todo pronóstico, el dibujo de Ribic no lo he visto igual de bueno que en otras ocasiones y me ha impedido disfrutar de este comic como esperaba. Desde luego, no está al nivel de Thor o Secret Wars, y el caso es que estas historias épicas parecen amoldarse al estilo del dibujante croata como anillo al dedo. Aunque hay combates más grandes que la vida y escenarios fantásticos, Ribic ofrece muchas viñetas en las que las caras están apenas abocetadas, lo cual me sacaba una y otra vez de la lectura. Además, hay que reconocer que Ribic siempre ha sido un artista un tanto estático, pero tampoco en sus combates creo que estemos ante su mejor versión.

Sumado a esto, el color de Matthe Wilson plantea una paleta cromática plana en muchas viñetas que separe por ejemplo diferente momentos temporales. Sin embargo, el resultado final acaba quedando super plano y monótono, no ayudando a que la historia parezca vibrante, apagando la épica de las imágenes de Ribic. Wilson me parece uno de los mejores coloristas de Marvel, pero no he conectado con su elección cromática, que entiendo ha realizado en comunicación con Ribic, con el que ha colaborado en otras ocasiones.

Otro elemento que no me ha gustado es la rotulación del comic, algo de lo que nunca me quejo o me choca. Sin embargo, en esta historia se ha decidido (entiendo que en Estados Unidos) que la voz en off que hace las veces de narrador esté coloreado en azul oscuro sobre un fondo negro, lo que hace que sea difícil leerlo bien, sobre todo teniendo en cuenta que Matthew Wilson crea muros de color azul en los fondos en numerosos momentos, lo que hace que los bocadillos resalten aún menos. Una cosa es adornarse, y otra que la lectura no esté clara por culpa de la rotulación. Cosa que igual es un problema de imprenta, en las páginas que acompaño en .jpg los bocadillos se leen mejor de la realidad en papel, pero al final lo importante es la experiencia lectora, y en muchos momentos no fue buena.

Dentro que el comic me ha gustado y los giros planteados por Gillen me han enganchado, es una pena que el comic no haya estado aún mejor por estos elementos menos buenos. En todo caso, al ser una etapa de 12 números más algún especial, creo va a quedar una etapa perfectamente leíble y disfrutable.

Comparto las primeras páginas de este comic:

Me ha gustado el comic de Eternos sobre todo por la historia de Gillen, pero me sorprende que el dibujo de Esad Ribic no acabe de estar a la altura de lo que se esperaba de un comic de esta escala y epicidad.

PUNTUACIÓN: 7/10

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