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Crítica de Starlight de Mark Millar y Goran Parlov (Panini)

Comienzo el mes de septiembre recuperando Starlight. El regreso de Duke McQueen, uno de los mejores comics de Mark Millar que cuenta con un fantástico dibujo de Goran Parlov con color de Ive Svorcina. Un comic que fue publicado en España por Panini.

PUNTUACIÓN: 9/10

Hace cuarenta años, Duke McQueen era un héroe espacial que llegó a salvar a un mundo de la tiranía. Pero, pasó el tiempo y regresó casa, contrajo matrimonio, tuvo hijos y se convirtió en un anciano que sobrevivía solo gracias a sus recuerdos… hasta la noche en que un antiguo cohete brillante descendió desde los cielos y le convocó para una aventura final.

Mark Millar, el guionista de Kick-Ass, y Goran Parlov, dibujante de Punisher: Max, nos ofrecen una maravillosa fábula espacial.

Mark Millar (Coatbridge, Escocia, 1969) es uno de los grandes nombres del comic comercial americano de los últimos 25 años. Millar empezó su carrera en el comic inglés, publicando su primer comic en USA el 1994, en la colección de Swamp Thing. Es esto primeros años trabajó mucho con Grant Morrison, con quien comparte los créditos en la miniserie Skrull Kill Krew para Marvel, Vampirella para Harris, así como The Flash y Aztek: The Ultimate Man para DC. En DC su primer éxito de crítica, que no de ventas, fue su etapa de 2 años en Superman Adventures, con la que fue nominado a dos premios Eisner. El comic que si fue un éxito de ventas fue el Elseworlds Superman: Red son, realizado junto a Dave Johnson y que terminó Kilian Plunkett y que fue publicado en 2002. Antes, en 1999 Millar con Frank Quitely revolucionaron The Authority tras terminar Warren Ellis y Bryan Hitch su celebrada etapa, que inauguró la narrativa widescreen en el comic americano.

En 2000 Millar fichó por Marvel Comics, realizando a lo largo de una década algunos de los comics más exitosos de Marvel del Siglo XXI. The Ultimates con Bryan Hitch y Civil War con Steve McNiven. En esos años Millar fue uno de los principales arquitectos de Marvel, coordinando junto a Brian Michael Bendis, Ed Brubaker, Jason Aaron, Jonathan Hickman o Matt Fraction las principales líneas narrativas de la editorial. Millar trabajó en Ultimate X-Men y Ultimate Fantastic Four, creando entre otros el concepto de Marvel Zombies. Otros comics destacados de Millar son Marvel Knights Spider-Man con Terry Dodson, Marvel 1985 con el artista Tommy Lee Edwards, Fantastic Four con Bryan Hitch, Lobezno Enemigo del Estado con John Romita Jr., Además, Millar junto al dibujante Steve McNiven crearon Old Man Logan. Muchas de las historias creadas por Millar sirvieron de base para numerosas adaptaciones cinematográficas.

Durante sus años en Marvel Millar entendió que el futuro del comic mainstream (y el dinero) estaba en los comics de creación propia, iniciando su sello Millarworld en 2004, en el que ha publicado sobre todo en Image Comics algunos comics super exitosos que tuvieron además adaptación cinematográfica: Wanted, Kick-ass y Kingsman, Tras la compra de Netflix de Millarworld en 2017, llegaron Jupiter´s Legacy y Super Crooks con diferente éxito, pero esto no puede ocultar el hecho que Millar se ha juntado en los últimos 20 años con los mejores dibujantes del medio para realizar unos comics siempre super entretenidos: Chrononauts, Starlight, Empress, Reborn The Magic Orden, Nemesis y Nemesis Reloaded, Prodigy, Ambassadors… Big Game fue el gran evento que unió estos 20 años de historias, regalándonos un final de fiesta espectacular. Actualmente, Millar publica sus comics en Dark Horse, y acaba de lanzar un exitoso crowdfunding junto a John Romita Jr. para publicar su comic Psychic Sam.

Goran Parlov (Pula, 1967) es un dibujante de cómics croata. Parlov comenzó a dibujar cómics profesionalmente a principios de los años 90, tras mudarse a Italia. Su primer trabajo publicado fue en la revista Ken Parker Magazine, donde dibujó un episodio de la serie regular y un relato corto, escrito por Giancarlo Berardi. En 1993, Parlov se unió a Bonelli, donde comenzó ilustrando la serie Nick Raider y más tarde pasó a Magico Vento. A principios de la década de 2000 comenzó a trabajar para el mercado estadounidense, primero en Vertigo, donde terminó la serie Outlaw Nation de Jamie Delano. Posteriormente realizó un arco argumental de relleno en Y: The Last Man, pasando a trabajar para Marvel, comenzando con Black Widow. Es especialmente celebrada su colaboración con Garth Ennis en su etapa en Punisher Max, creando el personaje de Barracuda. Tras terminar esta etapa ha seguido trabajando con Ennis en las series Fury Max y Punisher Max: The Platoon.

Cuando pensamos en Mark Millar tenemos la imagen de un escritor obsesionado con el molonismo y en plantear argumentos super punkis y ultra violentos que sean perfectos para ser adaptados a cine o televisión. En cierto sentido no digo que no sea cierto, pero en realidad creo que la mayoría de esas criticas vienen de gente envidiosa porque Millar se ha forrado haciendo lo que le gusta mejor que nadie, entiendo las claves del negocio y ofreciendo contenidos que interesan a los estudios de cine.

En un mundo del comic de grandes sagas comiqueras, Millar puede decirse que fue completamente contracorriente con la creación de su sello Millarworld antes de venderlo a Netflix, al no plantear largas series tipo Scalped, Preacher, Deadly Class o The walking dead. Al contrario, los primeros comics como este Starlight historias cortas, en este caso 6 números, que ofrecían un principio y un final satisfactorio. Con estas historias Millar conseguía llamar la atención de los mejores dibujantes del medio, que no tenían que «hipotecarse» demasiados meses en un comic que en ese momento no se sabía si iba a ser un éxito comercial o no, y también de los estudios de Hollywood, al ofrecerles una historia perfecta para ser adaptada al cine. Millar no inventó nada, pero supo ver antes que nadie, o mejor que nadie, la necesidad de contenidos de Hollywood, y se forró con ello. Bien por él.

Hablaba de la visión cínica que se tiene de Millar. Pero Starlight es la refutación de todo lo que se le critica. En este comic no tenemos al Millar más cínico y ácido intentando parecer un tipo duro, sino a un escritor que transmite su amor hacia el pulp y los comics de la Golden Age. Otra crítica a Millar es que sus historias son «pitchs» molones para vender su historia a Hollywood, usando el comic a modo de storyboard. Como si el hecho de tener la capacidad de vender sus historias a otros medios fuera algo malo. Y el argumento de Starlight también lo es, pero ello no impide ofrecernos una aventura espectacular planteada desde una óptica positiva, que además consigue atraparnos emocionalmente.

¿Y si Flash Gordon volviera a la Tierra y nadie creyera sus aventuras en Mongo? ¿Y si 40 años más tarde convertido en un anciano tiene que vivir una última aventura?

Eso es Starlight. Para mi uno de los comics más redondos y satisfactorios de la carrera de Millar.

Me gusta mucho la historia de Millar, pero los verdaderos MVPs de Starlight con el dibujante croata Goran Parlov y el colorista Ive Svorcina. Son ellos los que transmiten el tono luminoso a la historia, consiguiendo que el comic sea una aventura optimista a pesar de los muchos desastres y crímenes que tienen lugar. Svorcina triunfa con el color, creando un contraste maravilloso entre el mundo de Tantalus donde Duke McQueen vivió una aventura increíble hace 40 años, liberando el planeta del tirano Tifón, y el mundo gris en la Tierra en la que nadie le creyó excepto su mujer, que acaba de fallecer por un cáncer.

El dibujo de Goran Parlov es una master-class de dibujo y narrativa. Starlight tiene un feeling a comic europeo en lo que se refiere a los diseños de personajes y la creación del mundo de Tantalus. Además, Parlov tiene como prioridad contar siempre la historia de la forma más clara para el lector. Y aunque hay un montón de detalle en los lápices de Parlov cuando es necesario, también me flipa la capacidad de Parlov para no dibujar ni una línea de más, transmitiendo una emoción tremenda en muchos casos con imágenes que recuerdan al cartoon.

Parlov me voló la cabeza con esta colección, y por supuesto en sus comics Max de Punisher junto a Garth Ennis. Convirtiéndose en uno de mis artistas favoritos. Su trabajo en Starlight es de 10.

Es verdad que a veces Millar peca de golpes de efectos en sus historias para llamar la atención del espectador. Y que en algunos comics se notaba un esquema repetido al plantear en muchas ocasiones un giro punki cuando alguien traiciona al protagonista, cambiando el statu-quo de ese mundo.

Sin embargo, como decía al principio en Starlight deja que su amor por los comics y por las buenas historias se transmita de principio a fin. Por un lado tenemos a un protagonista maravilloso. La presentación del comic en el que alterna imágenes de Duke McQueen en Tantalus viviendo numerosas aventuras con la frialdad de su vida actual consiguió llegarme al corazón. Aparte de la humillación de que nadie ni siquiera sus hijos crean a Duke, el comic arranca como si de Up se tratara con la muerte de Joanne, su mujer y alma gemela, la única persona que si le creyó y con quien compartió su vida. El dolor en el funeral y por el abandono de sus hijos hace que las escenas de aventura de Duke en Tantalus sean aún más luminosas y casi dolorosas, pensando en ese momento es algo que Duke vivió en un pasado lejano en el que uno no acaba de tener claro si fue realidad o un sueño.

En este momento Parlov demuestra su maestría, planteando viñetas sueltas de Duke en Tantalus con aventuras a cual mayor alternadas con la vída triste de Duke en el presente. Unas viñetas que sugieren unas aventuras increíbles, que de alguna manera el comic invita al lector a que las imagine. El primer número de esta serie me parece magistral.

El primer giro que pone en marcha la historia sucede con el cliffhanger final de esta grapa, con la llegada de una nave de Tantalus a casa de Duke. La nave está pilotada por un niño de 12 años, Krish Moor, que viene a buscar a Duke porque Tantalus ha sido conquistada por una raza guerrera tiránica, los Broteanos, dirigidos por el malvado Rey Pescador. Pese a las reticencias iniciales, Duke acompañará a Krish de vuelta a Tantalus, donde la aventura comenzará. Otra vez.

Por supuesto, los malos son terribles y hay una traición que pondrá a los héroes al borde de la derrota. Conoceremos que a pesar de su corta edad Krish tiene un gran trauma debido a la muerte de sus padres a manos de los conquistadores, lo que añade una mapa extra de dramatismo al comic. Sin embargo, el climax ofrece una visión positiva del mundo que igual no casa con el mundo cínico actual, en el que el pueblo puede liberarse si se une contra el tirano y escucha al héroe que hace lo correcto sin importar lo que pueda pasarle. Hablamos de Superman como el héroe que inspira (cuando se hace bien). Duke McQueen nos ofrece mucho de eso también en este comic.

Starlight es un comic que se lee de una sentada. Millar y Parlov publicaron este comic en Image Comics en 2014, siendo publicado por Panini en 2016. Hacía unos años que no volvía a leerlo, pero su relectura aprovechando las vacaciones ha sido una pasada. El comic no es que conserve todo su encanto, que lo hace. Es que pensando en el estado del comic mainstream americano centrado en plantear arcos y sagas de muchos números que no van a ningún lado, la capacidad de síntesis de Millar y cómo consigue ofrecernos un final perfecto a la historia me parece una maravilla.

No se si Panini hizo una segunda edición de Starlight, pero si no es así me parece una pena, porque este comic me parece una maravilla.

Comparto las primeras páginas del comic:

Starlight es un comic perfecto. La perfecta combinación de un dibujo magistral con una aventura fantástica que es una celebración del pulp y la capacidad de soñar con mundos diferentes al nuestro. Ojalá todos los comics fueran así.

PUNTUACIÓN: 9/10

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Crítica de Aliens vs Avengers 1-4 de Jonathan Hickman y Esad Ribic (Marvel Comics)

En Septiembre de 2024 leí el primer número de la miniserie Aliens vs Avengers de Jonathan Hickman, Esad Ribic y el colorista Ive Svorcina. Nueve meses después pude leer el cuarto y último número.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡LOS ALIENS Y LOS VENGADORES SE ENFRENTAN!

Todo ha llevado a esto: ¡Los Xenomorfos llegan a la Tierra! El organismo perfecto se encuentra con un planeta de superhumanos. ¿Quién será el primero en caer? ¡Los legendarios colaboradores Jonathan Hickman y Esad Ribić se sueltan en esta epopeya en cuatro partes imperdible tanto para los fans de Marvel como para los de Alien!

Cuando leí el primer número hace 9 meses, reconozco que una de las cosas que me hizo entrar en la historia de Hickman fue saber que estábamos en un What if? fuera de la continuidad normal del Universo Marvel. Tener una historia de aliens y que no muriera ningún personaje podría parecer imposible, y Hickman no se anda con chiquitas.

Una historia casi esperable de aliens implicaría una incursión de una reina en territorio marvelita, similar a lo que vimos en el ya clásico WildC.A.T.s/Aliens de Warren Ellis, con el que el escritor inglés aprovechó para cargarse a Stormwatch dejando el camino abierto para la creación de The Authority. Desde cierto punto de vista, la historia de Ellis era «pequeña» y contenida. Sin embargo, Hickman siendo Hickman plantea una historia con la destrucción de todo el multiverso Marvel. Es todo lo contrario a contenido que se pueda imaginar.

Me llama mucho la atención de este comic que Hickman plantee una historia tan poco «reader-friendly». Es imprescindible hacer visto las ultimas películas de Ridley Scott y conocer a los Arquitectos y a los robots que se rebelan contra sus creadores humanos para entender qué está pasando. Y al mismo tiempo, en un mundo futuro en el que los héroes del universo Marvel son ancianos, tampoco plantea una explicación que haga más sencillo el «quien es quien» dentro de la colección. De hecho, aunque el comic por motivos de marketing se ha llamado «Alien vs Avengers», el título más correcto hubiera sido «Alien vs Universo Marvel» debido a la importancia en la historia de Miles Morales, Bruce Banner o los mutantes de Krakoa. (Un inciso curioso, porque aunque la Era de Krakoa hace más de un año que terminó en el Universo Marvel 616, para Hickman «su» isla de Krakoa y sus mutantes siguen vivos en esta historia. Al menos, al comienzo, luego ya veremos). Pensando que el objetivo de Marvel es vender este tomo en FNACs y en general en librería generalistas a un publico no comiquero, me da que estos lectores ocasionales se vayan a ver completamente perdidos cuando empiecen a leer este comic. Empezando por no saber quien es esa mujer llamada Valeria que viste de blanco y parece tener una conexión con los 4 Fantásticos.

Hickman se pone en modo cósmico y pone el destino del multiverso en juego por la amenaza de los aliens pero sobre todo, de los seres superiores que les han lanzado contra los mundos habitados de la vertiente galáctica del Universo Marvel. Y lamento decir que a pesar de la batalla final en la superficie de Marte, el comic no deja una sensación de historia cerrada de forma satisfactoria, sino de ser un primer capítulo de una historia que no creo que vaya a publicarse. Reconozco que no he conectado con la forma de terminar la historia Hickman. Lo cual empieza a ser una constante, dicho no para bien. En ese sentido, que uno de los personajes que menos me gustan del Universo Marvel como es Mister Siniestro tenga un papel clave en este climax final, puede explicar el hecho que no haya conectado con lo que pasaba.

El comic es el que es y hay aceptarlo, pero en realidad no me acabo e creer la premisa de que 4 reinas podrían destruir el planeta Tierra y aniquilar a todos sus habitantes, superhéroes incluidos. Es necesaria una gran suspensión de credulidad para entrar en la historia, y a pesar de la forma en que la plantea Hickman, a mí no me funciona. Porque solo Doctor Muerte y Doctor Extraño ya serían suficientes para detener una infestación alien. Por no hablar del uso de arsenal nuclear para arrasar los nidos de las reinas alien.

Dejando a un lado este detalle, es muy llamativo el tono nihilista y sin esperanza de Hickman. Incluso con la llegada de los wakandianos cuando lo hacen. Hickman hace que varios héroes aparezcan en la historia únicamente para morir, una vez han cumplido su parte en el engranaje narrativo. Esto es super característico de Hickman. Eso lo vemos con Valeria Richards, con Bruce Banner e incluso con Tony Stark. Incluso en el caso de un T’Challa mostrado como el «puto amo», es difícil llegar a conectar o empatizar con ninguno de los protagonistas, y diría que es porque Hickman no quiere que lo hagas.

El apartado artístico viene de la mano del dibujante Esad Ribic y su colaborador habitual Ive Svorcina en el color. Ribic tiene manga ancha para ponerse en el modo más épico posible con cada una de las muertes de los héroes clásicos del Universo Marvel, así como con las apariciones de personajes creados por Ridley Scott en sus últimas películas, como son los arquitectos que dieron comienzo a las vida en la Tierra y crearon a los Aliens (según la continuidad cinematográfica).

El color de Svorcina es súper característico y separa a este comic de la estética esperable de un comic Marvel, consiguiendo que luzca como algo especial. El color ayuda a transmitir una sensación atemporal en un comic que en realidad es un What if? ambientado en un futuro indeterminado.

Sin embargo, tengo que reconocer que no he conectado en muchos momentos con el dibujo de Ribic. Tengo claro que globalmente realiza un buen trabajo. Su estilo genera imágenes super potentes pero también demasiado estáticas en la mayoría de los casos. Esta parte es conocida. Lo que me ha sorprendido para mal es que en este What if? situado en el futuro del Universo Marvel, todos los protagonistas aparecen FEOS. Y que sean ancianos no es una excusa, podría haber dibujado personas mayores y que parecieran poderosos e icónicos. Pero con la excepción de Black Panther, todos los demás personajes aparecen con una luz muy poco favorecedora. Y es algo que me deja bastante perplejo, la verdad.

La idea de la reina alien evolucionada con los poderes de los mutantes de Krakoa por la acción de Mr. Siniestro, parece una continuación lógica de algunas de su tramas mutantes, y en este caso si creo que el diseño de Ribic es super acertado. Sin embargo el combate del climax final sufre por culpa de unas imágenes demasiado estáticas.

Como digo, no siendo mal dibujo, se me queda un pequeño debe pensando que pensaba que este comic me iba a gustar más de lo que lo ha hecho.

Por supuesto, una parte importante del disfrute o no de este comic viene condicionado por su lamentable periodicidad en la edición ISA. Ya fue malo que Marvel publicara este comic semanas después del estreno de la estupenda Alien: Romulus de Fede Álvarez. Eso seguro que restó venta de montones de posibles clientes potenciales que después de ver la película se pasaron a comprar comics de Aliens a precios razonables, aparte de los Omnibuses recopilatorios, y no tuvieran este comic a la venta.

Los cuatro números de esta miniserie se publicaron a final de agosto de 2024 el primero, el segundo a principio de noviembre (con dos meses de diferencia). En febrero de 2025 salió el tercero (tres meses de diferencia), y el último número se acaba de publicar en junio, con CUATRO meses de diferencia respecto al anterior. Esta periodicidad es demencial, y no me extrañaría que más de uno haya dejada colgada la serie al no saber cuando salía el siguiente número.

Y como comentaba en mi reseña del primer número, esto no es culpa de Esad Ribic, sino de un staff editorial que no ha hecho su trabajo correctamente. Marvel tendría que haber trabajado con la suficiente antelación para haber garantizado que Ribic tenía tiempo para entregar su mejor trabajo y después plantear su solicitación para que esta miniserie se publicara mensualmente. Que no haya sido así es un desastre editorial alucinante. Y no se si Marvel estaba desesperada por sus bajas ventas y forzaron la salida del primer número para facturar lo que fuera, pero al final la salida a trompicones de esta miniserie a acabado perjudicando a los lectores del comic.

Entiendo que para los que compren el comic en tomo, creo que Panini va a optar por esta opción en España, no van a tener este problema, al leerlo todo de un tirón. Pero para todos los que compramos grapas USA, entiendo que la sensación no será todo lo buena que debería haber sido. Y es una pena.

Este comic de Alien vs Avengers me deja la sensación que no siendo mal comic, debería haberme gustado mucho más de lo que lo ha hecho. Por supuesto debido a su periodicidad, pero también por el what if? planteado por Hickman al que le ha acompañado un Ribic no especialmente entonado.

Comparto las primeras páginas del primer número:

Aliens vs Avengers es un buen comic una vez entras en la premisa de historia fuera de continuidad. Sin embargo, reconozco y lamento no haber conectado con la propuesta gráfica de Ribic o la historia de Hickman.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Aliens vs. Avengers de Jonathan Hickman y Esad Ribic (Marvel Comics)

La política editorial de Marvel Comics en USA merece un análisis profundo. El mismo mes que Marvel publicó la miniserie Wolverine Revenge de Jonathan Hickman y Greg Capullo, y 15 días después del estreno en cines de Alien: Rolumus , ha salido el primer número de Aliens vs. Avengers de Jonathan Hickman con el artista super estrella Esad Ribic, con su colorista habitual Ive Svorcina. Hoy quiero hablar sobre este comic.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡ALIENS Y VENGADORES SE ENFRENTAN!

Todo ha llevado a esto: ¡Los Xenomorfos llegan a la Tierra! El organismo perfecto se encuentra con un planeta de superhumanos. ¿Quién será el primero en caer? ¡Los legendarios colaboradores Jonathan Hickman y Esad Ribić se sueltan en esta epopeya en cuatro partes imperdible tanto para los fans de Marvel como para los de Alien!

No se qué tiene Hickman, pero ayer me quejaba del final de D.I.O.S.E.S., y aquí estoy, hablando de otro comic suyo. Además, hace unos días leí Wolverine Revenge y reconozco que me fastidió la propuesta de Hickman de habernos colado un What if? fuera de continuidad para el comic que marcaba el retorno de Greg Capullo a Marvel. Sin embargo, por la propia naturaleza de Aliens vs Avengers (AVA) quedaba implícito que este proyecto NO podía estar en continuidad. Y leer este comic sabiendo esto ha supuesto un alivio enorme, pudiendo entrar sin problema en la locura de la propia premisa.

Llevo una temporada siendo muy crítico con los comics que está escribiendo Hickman para Marvel, empezando por la decepción muy bien dibujada que fue D.I.O.S.E.S. Sin embargo, por el motivo que sea (en este caso saber que estamos en un comic fuera de continuidad) he entrado en la premisa de Hickman. Incluso a pesar que resulta super anticlimática, dado que NO plantea lo que se supone que vamos a ver en un comic de esta naturaleza, que es ver a los Vengadores luchar contra los xenomorfos. La historia de Hickman decide ir por otros derroteros, pero consigue que lo que sucede sorprenda una y otra vez. En realidad, como la premisa es esta y sin ella no habría comic, no me preocupó pensar en los problemas de continuidad y como esto en el universo Marvel tradicional no hubiera sucedido así. Otro motivo de curiosidad es que curioso el protagonismo que Hickman da a Valeria Richards, como ya pasó en las míticas Secret Warsm pensando en que nunca ha sido vengadora. Siempre se ha dicho que los escritores tienen personajes fetiches, y parece que Valeria es uno de los de Hickman. En todo caso, dado que entendí antes incluso de empezar a leer este comic su naturaleza de blockbuster palomitero sin continuidad, la lectura me dejó con unas ganas tremendas de leer cómo continua la historia. De este modo, AVA me resulta un éxito total.

Tampoco supone ninguna sorpresa decir que Esad Ribic con la colaboración de Ive Svorcina en el color realizan un trabajo estupendo en este comic. El primer elemento a destacar es que Ribic dibuja a los xenomorfos de forma espectacular, destacando su peligrosidad y su amenaza. El diseño de la tecnología futurista y los trajes de los protagonistas están geniales, y me gusta mucho la forma que tiene de dibujar a Valeria Richards, Miles Morales o Pantera Negra.

El estilo de Ribic enfatiza la épica y consigue la que experiencia lectora sea TOP, consiguiendo que entrara a tope en este mundo fuera de continuidad. Por contra, sus imágenes resultan demasiado estáticas, y en algún momento me pareció que trabajaba con plantilla, con alguna figura que parece calcada de algún comic previo. Con todo, mi valoración de este comic es muy positiva, sobre todo pensando que hace más de un año y medio desde que leí el último comic dibujado por Ribic, que fue en la colección de Eternos junto a Kieron Gillen. AVA es un comic con una buena historia de Hickman, pero creo que esta miniserie entra en la categoría de «compra segura sólo por el dibujo.»

Aparte de la opinión positiva sobre este comic, otra cosa es la cuestionables política editorial de Marvel. En primer lugar, obviamente Marvel ha publicado esta miniserie pensando sumarse al hype que entiendo podría provocar el estreno de la muy entretenida y destacable Alien Romulus del director Fede Álvarez. Sin embargo, de forma incomprensible Marvel NO ha publicado este primer número ANTES del estreno de la película, que se estrenó el 15 de agosto, sino que lo publicó el 28 de agosto, casi dos semanas después del estreno.

Lo normal es que Marvel hubiera trabajado para que si un espectador al que la película le flipó fuera a una librería especializada, hubiera podido encontrar este comic. Pensando que hablamos de lectores no habituales que buscaban más entretenimiento con los xenomorfos y que los omnibuses son opciones demasiado caras. Pero esto NO fue posible, y creo que es poco probable que alguien no fan vaya a volver 15 días más tarde a una librería a ver si ha salido este comic porque no estaba cuando fue la primera vez. Lo lógico es que aproveche su suscripción a Disney+ (o Hulu en USA) para ver las películas anteriores de la franquicia, y se olvide de que existe este comic. No me cabe duda que la publicación tardía le va restar ventas a las librerías. Porque esa es otra, Marvel entiendo que va a vender muy bien esta grapa gracias al sistema de pedidos anticipados del Preview. Pero igual las tiendas se tienen que tragar ejemplares no vendidos.

Otro tema a comentar es que aparte de hacerlo coincidir con la película, cosa que Marvel en realidad no ha hecho, pensé que a lo mejor Marvel publicaba este primer número en agosto porque querían tener toda la miniserie publicada de cara a sacar el tomo para Navidades, dado que es una comic que puede venderse como churros. Sin embargo, me ha volado la cabeza comprobar que ¡el segundo número no se publica en USA hasta el 6 noviembre! Ya no es que no lleguen a las Navidades, es que han publicado un comic que va a obligar a los lectores a sufrir una espera desproporcionada entre números. De nuevo, esto no es un comic-evento que tiene que salir en una fecha concreta, porque de su publicación dependen todos los tie-ins asociados. Pensar que una miniserie especial de este tipo se va a publicar de forma bimestral o trimestral me parece sencillamente ridículo. Y si dos meses y medio es demasiado tiempo entre grapas para un lector habitual, para un lector ocasional puede ser el motivo clave entre comprar la segunda grapa o no hacerlo.

Y esto no es un problema de Esad Ribic, que Marvel y todos sus fans sabemos que no es el dibujante más rápido del mainstream. Marvel tendría que haber trabajado con la suficiente antelación para haber garantizado que Ribic tenía tiempo para entregar su mejor trabajo y después plantear su solicitación para que esta moniserie se publicara mensualmente. Que no haya sido así es un desastre editorial alucinante. Y no se si es que 20th Century Studios (propiedad de Disney) tardó en dar el OK a este proyecto, pero creo haberle leído a Hickman comentar hace meses que además del universo Ultimate estaba trabajando en varios comics super chulos. No se si se trataba en concreto de esta AVA, pero algunas decisiones editoriales de Marvel me parecen incomprensibles. Independientemente de las explicaciones que den a esto.

Y hablando de Jonathan Hickman, también me parece raro que Marvel haya decidido publicar simultáneamente las dos últimas miniseries del arquitecto de Marvel Comics, Wolverine Revenge y Aliens vs Avengers. Lo digo porque de cara al Previews, publicar estos comics a la vez está restando interés mediático a una de las dos. No se si es que las ventas de Marvel de este 2024 están siendo horribles y la editorial necesitaba vender ya todo lo posible, sin margen de guardarse nada. Pero por lo que comentaba antes, lo lógico hubiera sido publicar en agosto Wolverine Revenge y hacer coincidir el último número de esa miniserie con el primero de esta miniserie. De esa manera, las librerías de comics tendrían un comic de un escritor importante como Hickman a lo largo de casi 10 meses seguidos, aparte de la serie regular de Ultimate Spiderman, dejando a Ribic tiempo para dibujarla. No ha sido así, Marvel sabrá por qué. Pero la consecuencia es que llevo semanas leyendo agente flipada con el retorno de Greg Capullo a Marvel para hacer la miniserie de Lobezno, y muy poca gente comentando el nuevo comic del equipo creativo de Secret Wars. En la comparación, no tengo duda que este comic es el que ha salido perdiendo, si bien creo que a la larga este AVA se venderá mucho más en el canal de las librerías generalistas tipo FNAC.

AVA número 1 me ha gustado y me ha dejado con ganas de saber cómo termina la historia. Pero a pesar de ser lector de grapa, siempre que sea posible, reconozco que me estos plazos de entrega me fastidian un montón. Pensando que es un comic especial fuera de continuidad, puedo esperarme perfectamente a que salga el tomo para comprarlo y leer la historia completa de una tacada. Para que veáis hasta qué punto creo que Marvel lo ha hecho mal.

Comparto las primeras páginas del comic:

Me ha gustado el primer número de esta miniserie de Aliens vs Avengers, quizá porque tenía claro de inicio que este tipo de historias no podía estar en continuidad. Sin embargo, el desastre editorial de Marvel me hace pensar que puede ser mejor esperarme y comprar el tomo recopilatorio.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Leyendo Secret Wars de Jonathan Hickman, Esad Ribic, Ive Svorcina y Alex Ross

Tras terminarme la larguísima historia-río que Jonathan Hickman planteó en Vengadores y Nuevos Vengadores (puedes leer las partes uno, dos, tres, cuatro y cinco en los links respectivos), resulta obligatorio recuperar Secret Wars, el evento de Marvel de 2015/16 con dibujo de Esad Ribic, color de Ive Svorcina e icónicas portadas de Alex Ross que nos dio una de las historias más satisfactorias del siglo XXI.

PUNTUCIÓN: 8.5/10

¡El mayor evento de la historia de Marvel! La Incursión final tiene lugar. El Universo Marvel colisiona con el Universo Ultimate. Cuando ambos hayan desaparecido, todo lo que quedará será… Mundo de Batalla, una nueva realidad gobernada por el único hombre que pudo salvar los restos de la destrucción: Victor Von Muerte.

Publicada en Estados Unidos entre mayo de 2015 y enero de 2016, Marvel anunció esta miniserie inicialmente como de ocho números, pero finalmente amplió la serie con un noveno número final. Aunque los tres primeros números salieron con periodicidad quincenal, finalmente el resto de números se publicaron mensualmente, con un salto de un mes entre los números 5 y 6 que permitió a Ribic coger aire y recuperar el ritmo de publicación hasta el final de la serie.

Jonathan Hickman comenta que la idea de hacer unas Secret Wars con un Mundo de Batalla la tenía en la cabeza desde mucho antes de empezar a trabajar en Vengadores. De hecho, era un tema de conversación recurrente con el editor Tom Breevort, que la encontraba interesante pero creía que la idea necesitaba ser más trabajada y esperar al momento adecuado para lanzarla. Estamos hablando de 2009-2010, mucho antes de que Hickman desembarcara en Vengadores. De hecho, durante un tiempo Hickman planteó un escenario en el que su etapa en 4 Fantásticos presentara el concepto de las Incursiones y culminara en estas Secret Wars. Finalmente, la idea tuvo que ser aparcada hasta más adelante.

Las Secret Wars originales se publicaron en 1984-85 y es una de esas ideas que los fans recordamos con cariño incluso reconociendo que la historia dejaba bastante que desear. Aparte de la realidad de saber que la maxiserie fue un masivo elemento de promoción para convencer a Mattel de que apostara por los personajes de Marvel y lanzara su propia línea de figuras de acción. Figuras y naves que yo compré cuando salieron en España, las cosas como son. Dicho esto, el comic de Jim Shooter, Mike Zeck y Bob Layton sigue siendo una de las historias de mayor importancia histórica para Marvel por todo lo que supuso para sus personajes y la forma en que lanzó la idea de eventos dentro del universo Marvel desarrolladas en miniseries fuera de las colecciones normales.

A la hora de recrear las Secret Wars en el siglo XXI, Marvel y Hickman plantearon repetir la idea de un Mundo de Batalla creado de retazos de otros mundos, con la diferencia de ser creado por Victor Von Muerte en lugar de por el Todopoderoso de la historia original. Aprovechando la última Incursión que marcó el final de la etapa de Vengadores y Nuevos Vengadores que provocaría la destrucción de todos los universos, se creaba el marco narrativo perfecto para plantear un evento a gran escala que repitiera el concepto (y el éxito) de la Era de Apocalipsis (1995-96) dentro de la franquicia mutante, pero ampliado a todo el Universo Marvel.

El principal problema que le veo al final de la etapa de Hickman en Vengadores, aparte de los personajes fuera de su caracterización icónica (te miro a ti, Steve Rogers) es que planteó un NO final en ambas colecciones, al dejarlo todo abierto de cara a las Secret Wars. Sin embargo, como lector de Secret Wars la situación es la contraria, ya que todo el primer número está planteado para narrar el choque de realidades de las tierras 616 (la normal del universo Marvel) y la 1610 (el universo Ultimate), culminando el comic con la destrucción de todas las realidades y la formación del Mundo de Batalla en el segundo número. De esta forma, Secret Wars da información suficiente para entender la historia sin necesidad de haber leído los comics previos de Vengadores, que se convierten en un largo prólogo del evento. Obviamente, si los lees la experiencia mejora porque conoces porqué Thanos y su Cábala se encuentran en el universo 1610 y son aliados del joven y amoral Reed Richards de esa realidad, o cómo llegan Muerte y el Hombre Molécula a su enfrentamiento con los Beyonders (Todopoderosos) al comienzo del comic. Pero el comic puede entenderse sin problemas y la miniserie de nueve números forma una historia unitaria autocontenida en si misma. Lo cual es algo que tiene mucho mérito.

Como pasó con la Era de Apocalipsis, durante los meses de evento la mayoría de comics de la editorial dejaron de publicarse y fueron sustituidos por miniseries ambientadas en los diferentes reinos del Mundo de Batalla. Unas pocas series englobadas con el branding «Last Days» contaban los últimos días / horas de los héroes de esa cabecera antes de la incursión, pero la mayoría de comics de Marvel estaban englobados dentro del Mundo de Batalla. La lectura de estas miniseries junto a la serie principal enriquecía un montón la experiencia de este Mundo de Batalla durante los meses en que se publicaron, y hay algunas miniseries super chulas. Pero la realidad es que excepto Thors de Jason Aaron y Chris Sprouse, ninguna de estas series son necesarias para seguir la historia central de Hickman. De hecho, ahora que volví a leer esta maxiserie, sólo eché de menos leer la serie de Thors que cambia la lealtad del cuerpo de policías de Muerte de cara al climax de la colección.

Cuando lees Secret Wars, te das cuenta que Hickman empezó a pensar en ella durante su etapa en los 4 Fantásticos, porque se siente como una historia de la Primera Familia ampliada centrada en la rivalidad de Victor von Muerte y Reed Richards y con una gran importancia de Susan Richards, Valeria y Franklin. De hecho, sorprende un poco que Steve Rogers y Tony Stark, que fueron el centro de sus Vengadores, no es que no tengan importancia en la historia, es que ni siquiera aparecen. En la maxiserie original Muerte robaba los poderes al Todopoderoso, así que tenía todo el sentido que fuera él el creador del Mundo de Batalla en este reboot, siendo a todos los efectos el Dios de este mundo. A pesar de que Muerte salvó la realidad y eso es un hecho positivo innegable, su empeño de borrar de la existencia a Reed Richards y adueñarse de su vida casándose con Susan indica una obsesión que condena al fracaso su experimento. Sobre todo cuando los problemas empiezan a aparecer en el Mundo de Batalla dentro de las balsas salvavidas provenientes de las realidades anteriores. A pesar de todo, si hay un personaje que sale reforzado de esta miniserie, ese sería Muerte, ya que su complejidad e incluso nobleza está muy presente en todo el relato, incluso a pesar de quedar al final por debajo de Reed.

Los nueve números de la serie son un prodigio de síntesis narrativa y ofrecen un entretenimiento de primer orden, planteando un montón de conceptos en cada grapa mientras construye el Mundo de Batalla (y luego mientras lo destruye), dejando siempre unos cliffhangers super chulos que nos dejaban con ganas de más. El final del segundo número con la sorpresa de la identidad de los usuarios de la balsa que llegan al Mundo de Batalla es un momentazo increíble, uno de los mejores del comic.

Además del trío Richards (los Reeds de 616 y 1610) y Muerte y de los integrantes de los 4F, hay otros protagonistas interesantes en las Secret Wars como Stephen Extraño, T´Challa o Namor, algo que confirma la sensación que siempre tuve sobre que donde realmente Hickman se encontraba a gusto era en el comic de los Nuevos Vengadores (los Illuminati, vaya), frente a la que se suponía que era la serie principal de Vengadores. En los villanos, aunque sea en un rol secundario, Hickman utiliza bastante a Mr. Siniestro, algo que repitió en su relanzamiento de la franquicia mutante. Y junto a ellos, un Miles Morales que tras esta miniserie daría el salto del universo Ultimate al tradicional 616.

Secret Wars es un comic super entretenido que me deja una sensación super satisfactoria. Por ponerle un pero, quizá la resolución resulta un poco apresurada. Por ejemplo, el final del Reed Richards del universo Ultimate es, por decirlo suavemente, anticlimática. En ese sentido, se explica que Muerte no actúa casi nunca siendo omnipotente porque su principal preocupación está en mantener la existencia del Mundo de Batalla, pero al final echas un poco de menos que no haya usado sus habilidades en más ocasiones. Dicho esto, las veces que SI los usa con Stephen Extraño, Fénix o Thanos resultan unos momentazos increíbles.

Además de la compleja y satisfactoria historia de Hickman, Secret Wars triunfa por un apartado artístico sobresaliente. Empezando por las maravillosas portadas de Alex Ross, que son ya historia viva de la editorial. Junto a Ross, Esad Ribic y el colorista Ive Svorcina ofrecen uno de sus mejores trabajos de sus carreras.

Ribic ha dibujado grandes comics como Thor con Jason Aaron, Silver Surfer Requiem con J. Michael Straczynski o Loki con Robert Rodi. Pero la escala y la épica que plantea en Secret Wars, el worldbuilding del Mundo de Batalla y las decenas de personajes que aparecen en cada grapa que siempre se muestran en una versión icónica y reconocible, convierten este trabajo en el más exitoso y satisfactorio de su carrera. Se recuerda mucho y con razón las portadas de Ross, pero el dibujo interior de Ribic y el color de Svorcina son magia pura.

Además de la llegada de de Miles Morales al universo Marvel (y de otro personaje que ni siquiera aparece en esta miniserie aunque es nombrado en un par de ocasiones) y la transformación de Muerte en un héroe que intenta ser «mejor» tras pedírselo Reed en el climax final de la serie, el gran cambio que trajo estas Secret Wars fue la desaparición del comic de los 4 Fantásticos por primera vez desde su estreno en 1961. Hay que reconocer que los tiempos de gloria de la Primera Familia de la primera etapa de Stan Lee y Jack Kirby en los que el grupo era el centro del universo Marvel hacía tiempo que había pasado. Y quizá Mark Waid y Mike Wieringo fueron los autores de la última gran etapa del grupo en los primeros años del siglo XXI antes que Jonathan Hickman les devolviera al estrellato entre 2009 y 2011.

Pero siendo esto cierto, da pena que el elemento clave del cierre de su colección no fuera editorial o creativo, sino el boycott que Ike Perlmutter (Presidente de Marvel en ese momento) impuso hacia los personajes cuyos derechos cinematográficos estaban en manos de 20th Century Fox como la Patrulla X. Fruto de esto vino el ostracismo que sufrieron los mutantes durante esos años, al intentar la editorial sustituirles por los Inhumanos en importancia mediática. Algo que obviamente acabó en fracaso estrepitoso. Los mutantes eran una franquicia demasiado grande como para dejar de publicarla, y sus personajes, demasiado conocidos e icónicos. Sin embargo, los 4 Fantásticos al final eran una única colección, y en los últimos años ni siquiera una que vendiera demasiado bien.

A pesar de esta imposición política, la verdad es que Hickman les da un gran final a la familia Richards, resaltando la faceta de imaginautas y exploradores en las que siempre se movió tan bien el grupo, siendo este un estupendo punto y aparte en su vida editorial. Habría que esperar dos años y medio hasta septiembre de 2018 para volver a tener un comic de los 4 Fantásticos, al iniciarse entonces la etapa de Dan Slott, una etapa recién finalizada que lamentablemente no ha acabado de cuajar. Pero esa es otra historia.

Volver a leer Secret Wars ha sido una alegría y la confirmación que estamos ante uno de los mejores eventos de Marvel del siglo XXI. Unas aventuras super recomendables que no puedes dejar de leer.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

POSDATA: Ahora que he leído la serie principal de Secret Wars que cierra la etapa de Jonathan Hickman en Marvel entre 2012 y 2016, no puedo evitarlo y me voy a leer las series que compusieron el Mundo de Batalla. La semana que viene comparto con vosotros mis impresiones.

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Crítica de Rey Thor 4 de Jason Aaron y Esad Ribic (Marvel Comics – Panini)

Todo lo que comienza tiene un final, y ya tenemos en España la conclusión de la etapa de Jason Aaron en Thor, un final maravilloso que destaca la importancia de las historias que forman nuestros sueños.

PUNTUACIÓN: 9/10

¡La despedida de Jason Aaron como guionista de Thor! Después de siete alucinantes años, llega el final de una era. Gorr se prepara para el asesinato del último dios: el padre de toda la existencia. Además de un “quién es quién” de los artistas que han pasado por la serie en todo este tiempo.

Para esta última aventura del Dios del Trueno, Jason Aaron ha contado con Esad Ribic e Ive Svorcina para la historia principal, que para algo fueron los que lo empezaron todo. Y junto a ellos es una alegría indescriptible ver reunidos en estas páginas a Russell Dauterman con Matthew Wilson y a Mike del Mundo, artistas cuyas etapas en el cómic también marcaron al personaje dotándole de una personalidad única.

Junto a ellos, también es un placer disfrutar de Gabriel Hernández Walta con Chris O’Halloran, Andrea Sorrentino con Dave Stewart, Chris Burnham con Nathan Fairbairn, Nick Pitarra con Michael Garland, Aaron Kuder con Laura Martín y Olivier Coipel con Matthew Wilson. Menudo all-star ha reunido Marvel para este final.

Y qué final.

2590 días de Trueno. Julián Clemente en el Spot On de este cómic nos informa de los días transcurridos desde que se publicó en USA el primer número de Thor God of Thunder hasta este King Thor 4. Siete años en los que Jason Aaron ha contado las aventuras del mejor Dios de todos, aquel que debe luchar cada día, además de contra los villanos de turno, consigo mismo, con sus dudas y sus miedos, para intentar ser el mejor héroe posible, alguien que gustosamente se sacrificaría por nosotros.

Jason Aaron comenta en su emocionante despedida que él no cree en ningún Dios, pero que «Thor es ciertamente la clase de Dios (o dioses, supongo, dado que he escrito un montón de Thors) en el que me gustaría creer.»

Aparte de ofrecer un increíblemente satisfactorio final a la historia de Thor y Gorr el Carnicero de Dioses que comenzó en el lejano 2012, Aaron aprovecha esta despedida para darnos una interesante reflexión sobre el valor de las historias, y como acaban convirtiéndose en los mitos y las leyendas que al final marcan la historia de la humanidad.

«Historias.

Al final, eso es todo lo que seremos, todo lo que dejaremos atrás.

Algunas se cuentan y se vuelven a contar en el tiempo.

Las mejores de esas son las que nunca mueren.

Las historias que quedan inmortales. Coronadas.

Las más dignas de todas nuestras leyendas.

Ésas son las historias… de las que están hechas los dioses.»

Thor es un comic de superhéroes publicado por Marvel Comics desde hace casi 60 años. Hay quien dice que estas páginas son historias infantiles que no son «reales», pero la realidad es que en estos 60 años mucha gente ha nacido y muerto y fue olvidada por la historia, mientras que Thor sigue aquí con nosotros. Y dentro de 40 o 50 años cuando yo muera diría que Thor seguirá entreteniendo a las nuevas generaciones, contando historias de heroismo y sacrificio para socorrer al que lo necesita.

Los superhéroes se han convertido en la nueva mitología de los siglos XX y XXI, y de todos ellos, Thor siempre fue el más digno. Precisamente porque no deja de dudar de si mismo y cuestionarse sus acciones, luchando día a día por ser el héroe que necesitamos. Es una idea realmente inspiradora que todos deberiamos aplicar en nuestra vida diaria. ¿No es genial encontrar estas ideas en un comic mainstream para todos lospúblicos?

En el apartado artístico, Thor siempre ha disfrutado de unos artistas fuera de serie. Empezando por Esad Ribic, que definió en estas páginas el concepto de épica y acción más grande que la vida. También disfrutamos del super profesional Ron Garney como previa a la que posiblemente sea la parte más brillante de toda la etapa: La serie con Jane Foster como Thor, con un Russell Dauterman convertido en artista super estrella colaborando con el colorista Matthew Wilson. La última batalla de Jane Foster como Thor aún nos hace llorar cuando la volvemos a leer y es uno de los grandes comics de una etapa para el recuerdo.

Tras Dauterman, sufrimos un poco con el colorido desbordante y la imaginación de Mike del Mundo, que creaba páginas que eran autenticas obras de arte a las que sin embargo les faltaba algo de narrativa. El retorno a la grandeza de Thor Odinson dentro del Evento La Guerra de los Reinos marcó el principio del fin de una enorme historia que  cuya conclusión disfrutamos hoy.

Incluso a pesar de los inevitables fill.ins que hemos visto durante estos 7 años, diría que el nivel medio fue más que correcto, ayudando todos a contar esta historia contada a lo largo de milenios.

La etapa de Jason Aaron ya es historia, pero como él mismo nos dice en estas páginas, «Siempre habrá más historias de Thor.» Esa es la naturaleza periódica de los comics, y detras de un gran comic siempre llegará otro al mes siguiente, porque ya sabemos que el show bede continuar.

Tras Aaron y Ribic llegan Donny Cates, Nic Klein y Matt Wilson, que por lo visto en los previews plantean una historia y un Thor muy diferentes a lo visto hasta ahora. Habrá que juzgarla con buenos ojos, porque la comparación puede ser un peso imposible de levantar. Si queremos disfrutarla en su justa medida, será mejor no pensar en lo que acabamos de vivir y si en si consiguen ofrecer un buen entretenimiento con este nuevo Dios del Trueno. Veremos a ver qué tal.

Gracias, Jason Aaron. Gracias Marvel Comics. El viaje ha sido increíble y las emociones están a flor de piel. Esta etapa ya es historia y Aaron se une al panteón de Stan Lee, Jack Kirby y Walter Simonson. ¡Larga vida a Thor!

PUNTUACIÓN: 9/10

 

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