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Crítica de One shot: misión de rescate de James Nunn (Netflix)

Netflix estrena mucho, demasiado, todas las semanas. Pero de vez en cuando presenta una película o serie que te sorprende y justifica la suscripción. Es el caso de One Shot. Misión de rescate, película protagonizada por el especialista del cine de acción Scott Adkins y dirigida por James Nunn, rodada en un falso plano secuencia.

PUNTUACIÓN: 7/10

Los miembros de un escuadrón de élite de los Navy SEAL, en una misión encubierta para transportar a un importante prisionero desde una prisión secreta de la CIA, quedan atrapados cuando un grupo de insurgentes atacan intentando rescatar al mismo prisionero.

One shot es una película de 2021 dirigida por James Nunn, director especializado en el cine de acción de lo que antes se llamaría «directo a video». Su filmografía incluye Francotirador (2012), Green Street 3: Never back down (2013, ya protagonizada por Scott Askins), Eliminators (2016), Persecución extrema 5 (2017), The marine 6: Close quarters (2018). Escribiendo esta reseña me entero que Nunn y Adkins rodaron en 2024 la continuación de esta película, One more shot. Película que tendré que buscar. Además, en 2025 ha estrenado Wilcat, protagonizada por Kate Beckinsale.

Nunn tuvo la idea de esta película y la clave de estar rodada en un falso plano secuencia, aunque Jamie Russell escribió el guion de una película de 97 minutos de duración, que ha contado con fotografía de Jonathan Iles, montaje de Liviu Jipescu y música de Austin Wintory.

En el reparto tenemos a Scott Adkins como Jake Harris, el jede del equipo SEAL que escolta a la agente de la CIA Zoe Anderson (Ashley Greene Khoury) en una misión de transporte de un prisionero que se va a complicar. Ryan Phillippe como Jack Yorke, Emmanuel Imani como Brandon Whitaker, Dino Kelly como Danny Dietler, Jack Parr como Lewis Ash, Waleed Elgadi como Amin Mansur, Terence Maynard como Tom Shields, Jess Liaudin como Hakim Charef, Andrei Maniata como Adamat y Lee Charles como Dhelko, completarían el reparto.

Como persona que crecí y me crié en los años 80, me considero un fan del cine de acción y de artes marciales. Crecí con las películas de Stallone, Schwarzenegger, Van Damme, Steven Seagan, Jackie Chan y Bruce Lee, entre otros. Y tengo claro cuando una película cuenta con unas buenas escenas de acción o no. Por eso The Raid es la mejor película del género del siglo XXI en dura competencia con The Raid 2.

Pero reconozco que soy un principiante absoluto en lo referido a este género en la actualidad. Nunca tuve curiosidad por las películas actuales directas a video de Jan Claude Van Damme o Steven Seagal. Quizá porque tengo claro que deben ser (son) bastante lamentables. De hecho, hay tanta oferta que la serie B de toda la vida se ha quedado aún más sepultada entre todo el entretenimiento disponible en streaming.

Pero mi hermano Fernando que si es más conocedor del tema y tiene muchos amigos y conocidos fanáticos de las artes marciales me ha comentado en alguna ocasión que de la nueva hornada de películas y actores, Scott Adkins es quizá uno de los actores más destacados. Si me animé a ver en Netflix esta película fue precisamente por recordar esto que hablé hace tiempo con Fernando. Porque no fue hasta que la película llevaba 5 minutos que me di cuenta que lo de ONE SHOT no se refería a un disparo, sino un plano. Así de despistado estaba.

La principal virtud de One shot es la propuesta de película de acción rodada en un falso plano secuencia. Dentro de las limitaciones presupuestarias que habitualmente tiene la serie B, me encanta ver a gente creativa intentando hacer cosas diferentes que se salgan de lo común. Sólo por eso, creo que One shot merece la pena. Sobre todo pensando que está disponible en Netflix.

Antes de empezar, hay que valorar One shot por lo que es. Una película de acción cuya premisa es lo más chulo, pero también es la limitación y un poco la trampa. En una película de acción militar como esta no puedes pedir grandes interpretaciones. Ni siquiera buenas, porque las actuaciones son terribles. Que Ryan Phillippe sea el nombre de «prestigio» que tiene la película da un poco de risa. Pero en lo referido a la planificación de las escenas de acción, ahí si tenemos mucho que ganar. Y es donde los aficionados al cine de acción vamos a disfrutar.

La premisa es muy simple. Un equipo SEAL capitaneado por el Teniente Jake Harris (Adkins) escolta a una agente de la CIA para lo que parece una misión fácil: recoger a un prisionero de una prisión secreta de la CIA en Polonia. El prisionero podría tener la clave para detener un posible atentado terrorista en los Estados Unidos. Mientras se enfrentan al papeleo y a un estricto y bastante tocapelotas director de la prisión, interpretado por Phillippe, la base será asaltado por un comando terrorista que se hace con el control de las instalaciones y que busca a un prisionero que dice no saber nada de un ataque a los Estados Unidos. Empezará una lucha por la supervivencia en la que la vida del prisionero es vital.

Tengo que decir que excepto en dos momentos con dos explosiones realizadas con un CGI un poco cutre, en los que el cambio de plano es evidente, el falso plano secuencia está muy chulo y creo que está super bien conseguido. La cámara se mueve para que podamos ver el punto de vista de los SEALS y también de los terroristas en medio de los combates, lo que hace que la película no se hay larga o aburrida. Los movimientos del equipo SEAL de ataque y repliegue están super chulos, indicando que han debido contar con asesores ex-militares que ayudan a que todo tenga mayor verosimilitud.

Los héroes se parapetan en un bunker, y en ese momento el ritmo decae un poco. La excusa que se plantea para que el prisionero Mansur sea imprescindible es funcional, pero me ha gustado mucho la forma en que la agente de la CIA cree que puede convencerle para que les ayude.

En seguida todo vuelve a animarse cuando el protagonista interpretado por Adkins sale por los conductos de ventilación para reconfigurar la antena de comunicaciones, lo que les permitirá pedir ayuda. Otra de las pequeñas trampas de la historia. Las escenas de Scott Adkins infiltrándose entre los terroristas y atacando con un cuchillo para no ser detectado son lo mejor de la película para mi. El plano secuencia plantea alguna trampa narrativa y obliga a que todo sea directo sin matices. Por ejemplo, el personaje interpretado por Phillippe aparece y desaparece y es todo un poco loco. Pero la tensión está perfectamente conseguida, y las escenas de acción de Adkins se van haciendo cada vez más complejas. Y más entretenidas.

El climax final con Adkins luchando contra múltiples enemigos en una zona repleta de recovecos recuerda algo a un videojuego, pero Adkins se luce con un despliegue físico super guapo, consiguiendo ofrecer un final muy loco pero satisfactorio. Hasta el punto que reconozco que me da dejado con ganas de ver su secuela One more shot.

Si vienes buscando historias complejas o buenas interpretaciones, obviamente One shot no es para ti. Pero si te gusta el cine de acción y buscas un entretenimiento ligero que no te cambie la vida pero que esté bien realizado y te muestre escenas que no has visto antes, sin duda esta película merece 90 minutos de tu tiempo.

Comparto el trailer de la película:

One shot es una película super entretenida perfecta para ver en casa gracias a tu suscripción a Netflix, que intenta ofrecer algo diferente dentro del cine de acción. Solo por eso creo que merece nuestro tiempo.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Stranger things temporada 5 vol. 1 (Netflix)

Ahora si que si empieza el final de Stranger things, la mítica serie de Netflix creada por los hermanos Duffer. Hoy escribo sobre los 4 primeros episodios que forman el primer volumen de esta temporada final.

PUNTUACIÓN: 8/10

El otoño de 1987. Hawkins está marcado por la apertura de los Portales, y nuestros héroes están unidos por un solo objetivo: encontrar y matar a Vecna. Pero él ha desaparecido: su paradero y planes son desconocidos. Complicando su misión, el gobierno ha puesto a la ciudad bajo cuarentena militar y ha intensificado su caza de Once, obligándola a volver a esconderse. A medida que se acerca el aniversario de la desaparición de Will, también se aproxima un pesado y familiar temor. La batalla final se avecina — y con ella, una oscuridad más poderosa y mortal que cualquier cosa que hayan enfrentado antes. Para acabar con esta pesadilla, necesitarán a todos — el grupo completo — de pie juntos, una última vez.

Stranger things fue creada hace ya 10 años por los hermanos  Matt y Ross Duffer. Que tras todo este tiempo Netflix haya permitido a los creadores finalizar su historia como ellos querían es un hito televisivo. Para esta quinta y última temporada Netflix ha planteado un estreno parcial, como ya hizo con la cuarta temporada estrenada en 2022. la huelga de guionistas de 2023 retrasó el rodaje de esta última temporada que ahora se estrena. El jueves 27 de noviembre estrenó un primer volumen formado por 4 episodios. El 26 de diciembre estrenará un segundo volumen de 3 episodios, que culminarán con el gran final previsto para el día de Año Nuevo. Los Duffer escriben y dirigen los dos primeros episodios, con Frank darabont dirigiendo el tercero y los Duffer el cuarto. En los guiones, Caitlin Schneiderhan y Paul Dichter colaboran con los Duffer en el tercer y el cuarto episodio. Como ya nos han acostumbrado, hay que destacar que la duración de los episodios, conduraciones de 71, 57, 69 y 86 minutos.

En el reparto encontramos a Winona Ryder como Joyce Byers, David Harbour como Jim Hopper, Finn Wolfhard como Mike Wheeler, Millie Bobby Brown como Once, Gaten Matarazzo como Dustin Henderson, Caleb McLaughlin como Lucas Sinclair, Noah Schnapp como Will Byers, Sadie Sink como Max Mayfield, Natalia Dyer como Nancy Wheeler, Charlie Heaton como Jonathan Byers, Joe Keery como Steve Harrington, Maya Hawke como Robin Buckley, Priah Ferguson como Erica Sinclair, Cara Buono como Karen Wheeler, Brett Gelman como Murray Bauman, Jamie Campbell Bower como Henry Creel/Vecna y Joe Chrest como Ted Wheeler. La gran novedad de esta temporada es tener a Linda Hamilton (Terminator) interpretando a la doctora Kay, la jefa del destacamento militar que mantiene encerrado Hawkins mientras ella realiza experimentos en el mundo Del Revés.

La cuarta temporada de Strangers things fue un puro climax que nos dejó algunos de los mejores momentos televisivos de 2022. Se ha hecho muy larga la espera, y de alguna manera se entiende que estos primeros episodios de la última temporada hayan tenido que volver a presentar la situación general de Hawkins, tras los terremotos provocados por Vecna que abrieron un portal al mundo Del Revés, y del enorme grupo de protagonistas. Un primer hecho llamativo es que los hermanos Duffer plantean un salto temporal de 18 meses entre el final de la temporada pasada y ahora, situando la acción en 1987. Esto creo que es más que nada para justificar el cambio físico de los protagonistas, que hace imposible que puedan seguir pasando por niños. De manera que aunque narrativamente es algo un poco loco, pensando que Hawkins está aislada en cuarentena durante todo ese tiempo, rodeada por el ejército, no me supone un problema.

Frente la cuarta temporada en la que los personajes se separaron geográficamente por todo el mundo, en esta temporada todos están juntos en Hawkins, aunque se forman diferentes grupos para las misiones que tendrán que realizar. Esto me parece un acierto pensando en que los Duffer entienden (con razón) que el fuerte de la serie no son las llamadas a la nostalgia ochentera o los efectos especiales, sino las relaciones entre los protagonistas. Cuanto más juntos estén los héroes, mejor es la serie.

Tras 18 meses buscando infructuosamente a Vecna, su plan maestro empieza ahora. Antes, la serie vuelve a 1983 para mostrarnos un momento clave que no habiamos visto hasta ahora, el momento en que Will fue encontrado por el Demogordon en el mundo Del Revés y llevado a la biblioteca donde Hopper y Joyce le encontraron. Esta escena es un prólogo alucinante que nos recuerda que todo está conectado desde el comienzo. Ahora, Vecna ha puesto su atención en los niños de Hawkins, empezando en Holly, la hermana pequeña de Mike y Nancy. No sabemos aún qué busca secuestrando a los niños del pueblo, pero queda claro viendo estos episodios que no se detendrá ante nada.

Los episodios han pecado un poco de servir poco más que para situar las piezas del nuevo tablero. Y es algo que encuentro lógico, teniendo en cuenta el enorme reparto que tenemos en la serie. Sin embargo, los Duffer plantean que todos los episodios tengan un hito visual o emocional, que me funcionan a la perfección. El entrenamiento de Once y el ataque de un demogorgon al convoy del ejército que viaja por el mundo Del Revés en el primer episodio. En el segundo, el ataque del demogorgon a la casa de los Wheeler para secuestrar a Holly. En el tercero, el combate de Once y Hopper contra soldados que emplean un arma sónica contra ella, junto al descubrimiento de la identidad del benefactor de Holly.

En el último episodio hay muchas escenas expositivas, demasiadas, que no tienen conclusión emocional al tratarse de presentación de cosas que sientan las bases para el climax final de los próximos episodios. Pero en este episodio si se nota que los Duffer han querido dejarnos en lo más alto emocionalmente hablando durante el mes de espera que vamos a tener entre la emisión de estos episodios y el estreno de los episodios 5, 6 y 7. Por un lado con la incursión de Hopper y Once a la base del ejército en el mundo Del Revés, donde descubrirán el origen del arma sónica usada contra Once. A lo que hay que sumar el super espectacular ataque de las fuerzas de Vecna al mundo real, destruyendo al destacamento militar mientras Joyce, Will y Mike intentando salvar a los niños.

Once está preparada para luchar, aunque Hopper intente sobreprotegerla. Y lo mismo quiere hacer Will, aunque su madre Joyce no le deje tampoco. Sin embargo, los Duffer han comentado que la serie nació como unos niños atacados por monstruos, pero esos niños han crecido y se han convertido en luchadores que van a enfrentarse a ellos. El final del cuarto episodio es un momento HELL YEAH! que nos avanza lo que puede ser el final, y me alegra que los chavales se levanten y luchen contra el mal.

Once y Hopper y Joyce, Mike y Will se sienten como las tramas principales, dejando a Lucas, Dustin, Steve, Nancy, Jonathan, Robin o la comatosa Max en un segundo plano. Los Duffer siempre han planteado un buen equilibrio entre todos los protagonistas, pero en la parte de importancia y emotividad, queda claro que unas tramas se han quedado cojas mientras que otras han cobrado casi todo el protagonismo.

Por cierto, me alegra ver a Linda Hamilton, pero en realidad su personaje resulta completamente vacío. De hecho, por no saber no sabemos qué está investigando la doctora Kay en el mundo Del Revés o para qué querían el arma sónica aparte de detener a Once. Su personaje ha resultado de lo más decepcionante de la serie, entendiendo la dificultad que otros personajes aparte de los protagonistas tengan minutos interesantes en la serie. Unido a esto, más allá de saber que Vecna es un malo malísimo, sus intenciones son un misterio absoluto y sus apariciones también han sido pocas y no demasiado intimidantes, dejando aparte en climax final del cuarto episodio.

Una vez más, Netflix ha tirado la casa por la ventana con el diseño de producción y los efectos especiales de la serie. En temporadas anteriores se hizo público que cada episodio costaba más de 60 millones de dólares. En esta temporada las cifras no se han hecho públicas, que yo haya leído, pero pensando en todos los sets que hemos visto, como el del pueblo de Hawkins en cuarentena con muros creados por el ejército, y en el despliegue de efectos especiales de la serie, confirma que Stranger things es LA gran apuesta de Neflix para esta temporada televisiva. El climax con la batalla de Hawkins va a quedar como un hito dentro de esta serie, y eso que Stranger things ha tenido un montón de hitos espectaculares y emocionales en las 4 temporadas anteriores.

Ante el final de Stranger things, quiero pensar que esta serie nunca ha mirado a Juego de Tronos como inspiración y sí a Los Goonies o a El Señor de los Anillos. Digo esto porque confío que el final satisfactorio inevitable que los Duffer han comentado que han planteado para la serie sea un final feliz que no implique que ninguno de los protagonistas tenga que morir. Después de todo lo que han sufrido, creo que sería muy cruel que Once o Will murieran salvando el mundo, para mi merecen un final feliz. Espero que sea así. Nos toca esperar hasta el 1 de enero para conocerlo, espero que este mes pase rápido.

Comparto el trailer de esta quinta temporada:

Me han gustado estos primeros episodios de la quinta temporada de Stranger things, aunque al mismo tiempo se me han quedado cortos porque algunas tramas han quedado demasiado expositivas sin una resolución satisfactoria. Estoy seguro que los próximos episodios arreglarán este aspecto. En todo caso, es una alegría volver al mundo de Hawkins y de estos maravillosos personajes.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Frankenstein de Guillermo del Toro (Netflix)

Había mucha expectación con la nueva versión de Frankenstein del mexicano Guillermo del Toro. Y me alegra haberme encontrado un espectáculo visual lleno de grandes interpretaciones. Netflix tiene su éxito cinematográfico de 2025.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Un científico brillante y obsesivo, Victor Frankenstein, en su ambición por desafiar a la muerte, consigue dar vida a una criatura humanoide ensamblada con partes de cadáveres. Pese a tratarse de una proeza científica, Frankenstein considera que la criatura carece de inteligencia y la rechaza. Dolida, ésta se rebela contra su creador.

A estas alturas, no hace falta presentar a Guillermo Del Toro (Jalisco, México 1964), uno de los grandes nombres del fantástico. El director, guionista y productor mexicano ganador del Oscar por La forma del agua (2017) empezó su carrera alternando películas personales de bajo presupuesto en español, como Cronos (1993) El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006, ganadora entre otras de 3 Oscars), con películas de Hollywood, como Mimic (1997), Blade II (2002), Hellboy (2004) y su secuela Hellboy II: El ejército dorado (2008), Pacific Rim (2013), Crimson Peak (2015), El callejón de las almas perdidas (2021). Desde hace unos años del Toro mantiene una frustífera relación con Netflix, que le ha producido la antología El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro (2022), la nueva versión en animación stop-motion de Pinocho (2022) o la serie para todos los públicos Trollhunters.

Para esta nueva versión de Frankenstein, además de producirla, del Toro escribe la adaptación de la novela de Mary Shelley. La película de 150 minutos de duración ha tenido un increíble presupuesto de 150 millones de dólares. Frankenstein tiene fotografía de Dan Laustsen, montaje de Evan Schiff y música de Alexandre Desplat.

Oscar Isaac como el barón Víctor Frankenstein, con Christian Convery interpretando al joven Víctor. Jacob Elordi como La Criatura, Mia Goth como Lady Elizabeth Harlander, la prometida de William por la que Víctor siente algo, Felix Kammerer como William Frankenstein, el hermano menor de Víctor, Lars Mikkelsen como el capitán Anderson, Christoph Waltz como Henrich Harlander, el tío de Elizabeth y un rico fabricante de armas que financia los experimentos de Víctor, David Bradley como el Ciego, Charles Dance como el barón Leopold Frankenstein, el estricto y opresivo padre de Víctor y un renombrado médico, Lauren Collins como Alma, la esposa del cazador, Sofia Galasso como Anna-Maria, Ralph Ineson como el profesor Krempe y Burn Gorman como el verdugo.

Me ha gustado mucho la nueva versión de Frankenstein que ha estrenado el mexicano Guillermo del Toro esta semana en Netflix. El primer elemento destacado es que estamos ante una película visualmente apabullante. Los sets de rodaje son enormes, la paleta de colores que emplea para cada personaje funciona, y tiene una fotografía, un vestuario y un maquillaje y peluquería de 10. Me sabe muy mal que la película no se estrenara en los cines de mi ciudad, porque visualmente estamos ante una película que merecía verse en pantalla grande.

Se nota que Frankenstein era una historia muy importante para Guillermo del Toro, porque el nivel de detalle que tiene todo me parece alucinante. Netflix ha invertido un presupuesto increíble en esta película, y lo bueno es que cada millón se ve reflejada en cada imagen. No me extrañaría que la película recibiera varias nominaciones a los Oscars, porque el trabajo es brillante.

Para ser una película larga de 150 minutos con una historia super conocida que hemos visto en varias ocasiones, me parece brillante el ritmo que del Toro imprime a la película, consiguiendo que todo sea interesante y nunca aburra. De hecho, creo los importantes cambios que del Tor ha hecho a la novela de Mary Shelley provoca una novedad que hace que quieras ver qué más ha cambiado. Sobre todo, porque todo funciona en el contexto de lo que nos está contando.

El reparto es uno de los grandes aciertos de la película. Oscar Isaac es un perfecto Victor Frankenstein. Isaac plantea de forma perfecta la locura de la creación del protagonista, y cómo sus sentimientos desatados le convierten en el villano de la historia. Frankenstein se ajusta como un guante a los puntos fuertes actorales de Isaac, es un acierto total.

El gran descubrimiento de la película es ver al actor Jacob Elordi como el Monstruo de Frankenstein. Tenía a Elordo como una cara bonita, pero es un pedazo de actor que me ha volado la cabeza. El dolor y el patetismo inicial está en sus ojos en todo momento, y consigue que te pongas de su parte y entiendas que es una víctima de Victor, castigado con la condena de la inmortalidad. (Si, ese es uno de los numerosos cambios de la película). Elordi ha creado a un Franskenstein que será recordado, me ha gustado mucho. De nuevo, funciona perfectamente en el contexto de lo que quiere contarnos del Toro.

Lars Mikkelsen como el capitán Anderson, Christoph Waltz como Henrich Harlander, el tío de Elizabeth y un rico fabricante de armas que financia los experimentos de Víctor, David Bradley como el Ciego y Charles Dance como el barón Leopold Frankenstein, padre de Victor y William, son actores estupendos que están geniales en la película. Pero el segundo gran descubrimiento de Frankenstein es la interpretación de Mia Goth como Lady Elizabeth Harlander, la prometida de William (el hermano de Victor, un personaje que no estaba en la novela y que interpreta con acierto Felix Kammerer). Víctor siente celos hacia su hermano y desea a su prometida, pero ella se sentirá más atraída por el monstruo, primero movida por la compasión. Goth es una actriz peculiar, pero es perfecta para hacer de una Elisabeth a la que del Toro también ha añadido una vertiente freak. Como he comentado con todo, Goth es un casting perfecto que conecta con la visión que tenía del Toro y con lo que quería contar.

Lo más polémico de esta versión de Frankenstein son los numerosos cambios que del Toro ha realizado respecto a la novela original. Entre otros detalles importantes, alterando el final cambiando la naturaleza trágica de la historia por un final positivo con el monstruo asumiendo el control de su destino. Este es un cambio radical respecto al original, pero en realidad creo que si pensamos en la película como su propia historia con principio y final, creo que es un éxito en el que todo funciona como un mecanismo de relojería.

De hecho, lo único que no funciona a pesar del buen trabajo actoral, es el paso de Elisabeth de sentir compasión por el monstruo a estar enamorada. Esto es algo totalmente gratuito que hubiera necesitado al menos de una escena que hiciera de puente de esta evolución en sus sentimientos. Para mí esto es un fallo en el guión de del Toro, pero en realidad no creo que sea uno grave que cambie mi percepción positiva de la película.

Otro de los cambios es la importancia del hermano de Víctor, que en la novela solo aparece como niño. Pero este cambio ayuda a que la historia sea mas fluida y los sentimientos de Víctor hacia la prometida de su hermano se entiendan como incorrectos. Lo que llevará a otra serie de sentimientos extremos, como sentir que ha fracasado con la creación del monstruo, lo que lleva a su intento de destruirlo. Aunque los cambios son numerosísimos, en realidad creo que consiguen que una historia conocida tuviera un toque novedoso. Y para mí eso también es un éxito.

Da gusto ver una película visualmente poderosa. Por cierto, se me olvidaba destacar la magnífica música de Alexandre Desplat, que es genial. Es que todo está muy bien en este nuevo Frankenstein. Una película que no te puedes perder.

Comparto el trailer de la película:

Frankenstein me ha gustado mucho. Incluso creo que los cambios funcionan muy bien en el contexto de la película que ha creado Del Toro. Éxito total.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Una casa llena de dinamita, de Kathryn Bigelow (Netflix)

Dentro de la morralla, Netflix a veces sorprende con películas y series que se salen de lo normal. Es junto el caso de Una casa llena de dinamita, la última película de Kathryn Bigelow (Point Break, Strange days, The hurt locker, Zero Dark Thirty, Detroit) que acaba de estrenarse esta semana.

PUNTUACIÓN: 5/10

Cuando un misil sin identificar el origen es lanzado contra Estados Unidos, la Casa Blanca comienza una carrera contrarreloj para determinar quién es el responsable y cómo actuar en respuesta.

Kathryn Ann Bigelow (San Carlos, California, 1951) es una directora, productora y guionista de cine estadounidense. Bigelow debutó como directora con la película sobre moteros The Loveless (1981). Saltó a la fama dirigiendo los thrillers Near Dark (1987), Blue Steel (1990), y ese clásico del cine de acción que es Point Break (1991). A estas películas siguieron Strange Days (1995), K-19: The Widowmaker (2002) y The Hurt Locker (2008), la película con la que Bigelow se convirtió en la primera mujer en ganar el Óscar a la mejor dirección. Desde entonces, ha dirigido Zero Dark Thirty (2012) y Detroit (2017).

Una casa llena de dinamita está escrita por Noah Oppenheim, y cuenta con fotografía de Barry Ackroyd, montaje de Kirk Baxter y música de Volker Bertelmann. La película tiene 112 minutos de duración.

En el reparto tenemos a Idris Elba como el presidente de los Estados Unidos, Rebecca Ferguson como la capitana Olivia Walker, una oficial superior de la Sala de Situación de la Casa Blanca, Gabriel Basso como el asesor adjunto de Seguridad Nacional Jake Baerington, Jared Harris como el secretario de Defensa Reid Baker, Tracy Letts como el general Anthony Brady, oficial superior de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en el Comando Estratégico de los Estados Unidos (STRATCOM), Anthony Ramos como el comandante Daniel González, comandante de Fort Greely, una base militar responsable de detectar amenazas entrantes y destruirlas con misiles interceptores terrestres. Moses Ingram como Cathy Rogers, funcionaria de la FEMA en la Oficina de Programas de Continuidad Nacional; Jonah Hauer-King como el capitán de corbeta Robert Reeves, asesor de estrategia de represalias y ayudante militar presidencial; Greta Lee como Ana Park, oficial de inteligencia nacional de la NSA para Corea del Norte, y Jason Clarke como el almirante Mark Miller, alto funcionario de la Sala de Situación en comunicación con el presidente.

Es curioso cómo funcionan el mundo del cine. Nos pasamos años con películas mainstream con narrativa lineal convencional, y en muy pocas semanas se han estrenado tres películas que juegan con una narrativa no lineal poco convencional. La primera fue Weapons, de Zack Cregger, la semana pasada vi La vida de Chuck de Mike Flanagan y justo a continuación nos llega a Netflix Una casa llena de dinamita de Kathryn Bigelow.

La película plantea la premisa novedosa de ver el punto de vista de varios personajes a partir de un lanzamiento de un misil nuclear contra los Estados Unidos, volviendo atrás en el tiempo para ver durante los 3 actos de la película como viven varias personas esos minutos dramáticos. De forma que llegaremos a ver varios diálogos claves desde 3 puntos de vista diferentes.

Y no quiero esperar más. La película me parece totalmente fallida. Si, hay un grupo tremendo de actores mirando preocupados hacia varias pantallas, y lo cierto es que lo hacen de maravilla. Y Kathryn Bigelow plantea un curioso ejercicio de tensión a partir de un hecho dramático tremendo: Que un misil nuclear se dirige hacia Estados Unidos y las defensas antiaéreas fallan en destruirlo. Ante la inminente destrucción de Chicago que no puede ser evitada, la maquinaria militar inicia los protocolos de extracción del personal esencial, y se plantean un contraataque nuclear ¿Contra quién?

Bigelow plantea todas las trampas narrativas imaginables para aumentar la tensión y la incertidumbre. Empezando porque se lanza un misil nuclear contra los Estados Unidos y los americanos no saben desde donde se ha lanzado. Y por tanto y más importante, contra quien contraatacar con toda la potencia de su arsenal nuclear. Que alguien haya hackeado los satélites militares para que no detectaran el lanzamiento indica un grado de preparación y de amenaza bestial, que creo invalida la posibilidad de un error, siendo algo planeado de forma premeditada por un pais con recursos, nunca un grupo terrorista radical aislado. Pero queda claro que lo único que se busca es generar la situación imposible, no plantear hacer nada plausible sobre el grado de peligrosidad de los enemigos de los Estados Unidos..

Si, es verdad que la posición del Presidente de los Estados Unidos, estupendamente interpretado por Idris Elba, es imposible. Porque tiene que tomar una decisión que puede provocar la destrucción de toda la vida del planeta Tierra si decide lanzar un ataque masivo ¿contra quien? Una decisión para la que no tiene los datos correctos, pero que es inevitable porque un ataque de esa escala contra los Estados Unidos no puede quedar sin respuesta. Con todo lo que ello implica. De los 3 actos de la película, el tercero desde el punto de vista del Presidente es el actoralmente hablando el mejor de la película gracias a la interpretación de Idris Elba. Y porque nos hace ver no tanto el drama del misil nuclear que ya vimos en los 2 actos precedentes, sino lo complicado que es su situación. Una situación que se agudiza debido a que cuando empieza esta crisis, el Presidente no está en el Despacho Oval, sino en un acto en mitad de la nada. Lo que va a dificultar las comunicaciones y su acceso a una información clave que no tiene. Pero que no le va a impedir tomar la decisión de ataque, aunque nos quedemos sin saber el alcance del mismo.

Lo malo de Una casa llena de dinamita es que Bigelow parece plantear varias críticas al mundo real. Pero es todo tan ambiguo que en mi opinión no funcionan. Por supuesto, la primera crítica viene provocada desde el propio título, que viene a decir que cuando existe un armamento nuclear tan enorme en el planeta, es inevitable que alguien encienda una cerilla y arda todo. Pero, ¿la crítica es hacia los Estados Unidos o hacia todas las naciones nucleares? Si fuera el segundo caso sería algo razonable, pero dado que sólo vemos el punto de vista de lo Estados Unidos, la crítica parece que se hace hacia la administración americana, lo cual es absurdo. Hay un corto diálogo de un asesor de la Casa Blanca con un ministro ruso que sugiere que ellos son inocentes y no lanzaron el misil, pero todo queda en la duda.

En este momento, si la crítica es hacia el gobierno de los Estados Unidos, es absurda. Porque reconociendo que la realidad es la que es y hay demasiadas armas nucleares, la respuesta correcta sería evitar que ningún nuevo jugador consiga convertirse en una potencia nuclear. Por lo tanto, las acciones contra Irán o Corea del Norte estarían plenamente justificadas. Pensar que los Estados Unidos deberían eliminar su arsenal nuclear sin que lo hagan los demás es ridícula. Otra idea que nos da a entender la película es que la idea de «destrucción nuclear mutua» de la Guerra Fría podía ser correcta en su momento, pero en estos momentos con tantos jugadores (enemigos) potenciales, ha dejado de tener sentido. Podría ser una idea interesante para un documental, pero en medio de todas las situaciones simplistas del guion de la película, queda como una más.

La película hace otra trampa, al hacer que los 2 misiles lanzados para destruir el misil nuclear fallen. Y entonces la película plantea un golpe en los morros hacia la falsa sensación de seguridad de los Estados Unidos, afirmando que en las pruebas realizadas, sólo un 61% de los misiles aciertan (es tirar una moneda a ver qué sale, dicho literalmente). Luego se comenta que «Se quiere detener una bala con una bala» para destacar lo absurdo de la estrategia de defensa americana. Y no se si el dato del 61% es correcto, la verdad. Pero viendo como Israel ha defendido con éxito su país de misiles enemigos con la misma estrategia de «detener una bala con una bala», benditos misiles Patriot, no se si me creo lo que me muestra Bigelow. Por supuesto, la acepto sin problemas para crear un drama en una película de ficción, pero me chirria si se piensa en esta película como una muestra de como es del mundo real.

Bigelow comete la trampa definitiva con el final abierto que plantea, dejando una sensación de haber visto una escena alargada que es apenas una anécdota, sin contexto previo ni un final aceptable. Y acepto que como ejercicio de tensión Bigelow sabe plantear situaciones muy potentes, apoyada en un reparto hace maravillas pensando que está el 90% mirando a una pantalla. A todo esto, esta producción parece un quién es quien del nuevo Hollywood, con montones de caras conocidas en papeles pequeños de apenas dos frases. El reparto no es el problema. En realidad, creo que todos lo hacen muy bien.

Analizando la película globalmente, el problema que se me planteó mientras la estaba viendo es que en el primer acto si tenemos un notable ejercicio de tensión cuando descubrimos toda la historia: La detección del misil dirigiéndose a los Estados Unidos, el fallo de las contramedidas, la posible destrucción de Chicago y la decisión del Presidente de contraatacar. Las reacciones emocionales de todo el reparto me gustan mucho. Pero cuando empieza el segundo arco, la tensión se pierde cuando empezamos a ver los mismos hechos desde otros puntos de vista repitiendo diálogos una segunda vez. Si, esto muestra lo complejo que la toma de decisiones y la cantidad de actores tienen un papel en una crisis de esta naturaleza. Pero la tensión se perdió completamente, y ni siquiera las buenas interpretaciones del reparto o el ritmo de Bigelow consiguieron recuperarlo.

En el tercer acto con el punto de vista del Presidente de los Estados Unidos, Idris Elba lo hace muy bien, pero hemos visto en los 2 actos precedentes que el Presidente SI va a lanzar un ataque, por lo que por curioso que sea el mecanismo burocrático y la complejidad de tener que tomar estas decisiones claves en su coche o en un helicóptero, el final de la película no me funciona en absoluto. Se que el muy obvio mensaje de Bigelow es que da igual a quien ataquen o la intensidad del mismo, en el momento en que los EE.UU. lancen un ataque sea el que sea el mundo se va a la mierda. Pero como ejercicio narrativo que me cuenta una historia con principio y final, la película me ha fallado completamente.

Otro aspecto super positivo es el diseño de producción de la película. No he encontrado el dato del presupuesto de la película, pero estamos ante una super producción absoluta. Entiendo que no han rodado en la Casa Blanca, pero las imágenes de Washington son estupendas, y las imágenes del helicóptero del presidente, los B-52 y todas las medidas de seguridad lucen completamente reales. Además, al tener varias localizaciones, la sensación de historia coral se consigue completamente.

El chasco que me llevado con Una casa llena de dinamita ha sido tremendo. No lo puedo expresar de otra manera.

Comparto el trailer de la película:

Me he llevado un buen chasco con Una casa llena de dinamita, a pesar de la habilidad de Bigelow para crear tensión, el concepto y la ejecución me parece completamente fallido.

PUNTUACIÓN: 5/10

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Crítica de El club del crimen de los jueves de Chris Columbus (Netflix)

Netflix ha estrenado El club del crimen de los jueves, la última película de Chris Columbus con un reparto estelar que da a los suscriptores un entretenimiento blanco para todos los públicos.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Cuatro irreprimibles jubilados dedican su tiempo a resolver casos de asesinatos sin resolver por diversión, pero sus investigaciones casuales dan un giro emocionante cuando se encuentran con un verdadero misterio entre manos.

Christopher Joseph Columbus (Spangler, Pensilvania, 1958) es un cineasta estadounidense. Tras escribir guiones para varias comedias adolescentes a mediados de la década de 1980, entre ellas Gremlins, Los Goonies y El joven Sherlock Holmes, debutó como director con una aventura adolescente, Adventures in Babysitting (1987). Columbus alcanzó el reconocimiento poco después con la exitosa comedia navideña Solo en casa (1990) y su secuela, Solo en casa 2: Perdido en Nueva York (1992). La comedia Mrs. Doubtfire (1993), protagonizada por Robin Williams, fue otro éxito de taquilla para Columbus. A lo largo de la década de 1990 dirigió varias películas más, que en su mayoría tuvieron una acogida tibia. Sin embargo, volvió a alcanzar el éxito comercial al dirigir las adaptaciones cinematográficas de las novelas de J. K. Rowling, Harry Potter y la piedra filosofal (2001) y su secuela, Harry Potter y la cámara secreta (2002). Además de dirigir, Columbus fue productor de Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004) y del drama Criadas y señoras (2011), por el que fue nominado al Óscar a la mejor película. También dirigió la película fantástica Percy Jackson: El ladrón del rayo (2010) y la comedia de acción en 3D Pixels (2015).

Columbus produce y dirige esta película basada en los libros de Richard Osman, que ha sido adaptada al cine por Katy Brand y Suzanne Heathcote. La película de 118 minutos de duración tiene fotografía de Don Burgess, montaje de Dan Zimmerman y música de Thomas Newman.

En el reparto tenemos a los juvilados miembros del club de los jueves, formato por Helen Mirren como Elizabeth Best, una mujer con habilidades misteriosas; Pierce Brosnan como Ron Ritchie, un líder sindical jubilado; Ben Kingsley como Ibrahim Arif, un psiquiatra jubilado, y Celia Imrie como Joyce Meadowcroft, una enfermera de traumatología jubilada.

El resto del reparto está formado en sus papeles principales por Naomi Ackie como Donna De Freitas, una agente de policía local; Daniel Mays como el inspector jefe Chris Hudson, el oficial investigador superior y superior de De Freitas; Henry Lloyd-Hughes como Bogdan, un manitas polaco empleado en el pueblo; Tom Ellis como Jason Ritchie, el famoso hijo exboxeador de Ron, David Tennant como Ian Ventham, un ambicioso hombre de negocios, Jonathan Pryce como Stephen Best, el marido de Elizabeth, aficionado al ajedrez, Paul Freeman como John Gray, un veterinario jubilado y Geoff Bell como Tony Curran, socio de Ian.

Tener a Helen Mirren, Pierce Brosnan y Ben Kingsley en una película supone un reclamo muy grande para los aficionados al cine veteranos como yo. Y me resulta muy curioso recordar que Brosnan y Mirren compartían protagonismo en Tierra de mafiosos, una serie con un target muy diferente al de esta película estrenada en Netflix. Hace unos años se comentaba que Hollywood obligaba que muchas actrices por encima de los 50 se retiraran por falta de papeles interesantes. Esto parece que está cambiando. Y no hay más que ver los papeles que Mirren ha protagonizado en los últimos años, por ejemplo 1923 con Harrison Ford, para comprobar que las cosas están cambiando. O tal vez es que como no hay relevo generacional con el carisma de las veteranas estrellas del cine, los productores siguen buscándoles para ir sobre seguro.

Empezando a comentar mis impresiones de El club del crimen de los jueves, parece obvio que las historias tipo Agatha Christie están de moda otra vez. Empezando por las nuevas versiones de las novelas de la escritora británica protagonizadas por Hercules Poirot, la serie de películas Knives out de Rian Johnson o la serie Poker Face, que está actualizando el concepto de whudunnit popularizado por Colombo. En el caso de esta película tenemos a 3 jubilados que viven en una residencia super exclusiva que se enfrenta a la especulación inmobiliaria, lo que va a generar varias muertes misteriosas. Estos jubilados de orígenes diversos y con conocimientos muy diferentes entre si tienen como hobby intentar resolver casos que la policía tiene pendiente. Ante un problema en un caso de hace 30 años, el grupo pide ayuda a Joyce Meadowcroft, una señora recién instalada que fue enfermera de traumatología. El caso, en realidad casos, a los que tendrán que enfrentarse, resultarán estar más conectados a su residencia de lo que les gustaría, y permitirán a los jubilados demostrar sus variadas habilidades.

El club del crimen de los jueves es un entretenimiento super blanco y para todos los públicos, entrando en el target masivo que busca Netflix. El reparto creo que está muy bien, cumpliendo todos con lo que la historia necesita de ellos. Aparte del trío protagonista, creo que también están muy bien Naoimi Ackie como la agente De Freitas, que colaborará a veces a su costa con los jubilados, y Jonathan Pryce como el marido de Elisabeth (Mirren) que sufre alzheimer.

La película me ha parecido entretenida y me ha hecho pasar un buen rato. Quizá lo menos bueno es que toda la película parece telegrafiada sin apenas sorpresas. Por ejemplo haciendo que Brosnan sea el encargado de hacer varios gags cómicos para que el grupo consiga la información que necesita. En cierto sentido creo que la sensación de familiaridad que tiene toda la película es algo buscado por el director Chris Columbus desde el principio. El guion se plantea sin que haya ni medio elemento perturbador o que pueda generar un shock entre el público. De forma que pareciéndome entretenida, también creo que podía haber tenido un poco más de picante. Columbus es perfecto para esta sensación de «todos los públicos» que tiene la película. Y pensando en su buen ojo como productor, no tengo duda que si la audiencia es buena, Columbus y Netflix seguro darán luz verde a nuevas películas dentro de esta serie lo antes posible.

El club del crimen de los jueves es ese tipo de película que no busca cambiar la vida de nadie, simplemente distraernos del mundo real durante dos horas. Y eso lo cumple perfectamente, siendo una película que mi madre de 82 años puede ver sin problemas y disfrutarla, y yo puedo hacerlo también con mi hijo.

Comparto el trailer de la película:

El club del crimen de los jueves es una película feel-good blanca, dentro de ser un whudunnit, para todos los públicos que cumple con su función de entretenimiento.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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