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Crítica de 28 años después de Danny Boyle

Tenía ganas de ver 28 años después, la nueva película de Danny Boyle con guion de Alex Garland que continúa la historia de infectados que creó en la mítica 28 días después.

PUNTUACIÓN: 7/10

Años despúes de los sucesos de «28 días después» y «28 semanas después», el virus de la ira ha regresado y un grupo de supervivientes debe sobrevivir en un mundo asolado por hordas de infectados. Realizada con un iPhone 15 Pro Max y con la ayuda de numerosos accesorios especializados. (FILMAFFINITY)

Daniel Francis Boyle (Lancashire,1956) es un director y productor inglés. Es conocido por su trabajo en las películas Shallow Grave (1994), Trainspotting (1996), La playa (2000), 28 días después (2002), Sunshine (2007), Slumdog Millionaire (2008), 127 horas (2010), Steve Jobs (2015) y Yesterday (2019). Boyle fue productor de 28 semanas después (2007), secuela de su clásico de zombies, y vuelve con fuerza con esta continuación 23 años después de la película original.

Boyle produce y dirige esta película que cuenta con guion de Alex Garland (guionista habitual de Boyle y director de Ex-Machine, Aniquilación, Civil War y Warfare entre otras). La película de 115 minutos de duración ha contado con fotografía de Anthony Dod Mantle, montaje de Jon Harris y música de Young Fathers. El rodaje tuvo lugar principalmente en el norte de Inglaterra, en las regiones de North East y Yorkshire and the Humber. Uno de sus principales hechos distintivos tiene que ver con principalmente con un iPhone 15 Pro Max, recordando al rodaje de 28 días después con la videocámara digital Canon XL-1.

En el reparto tenemos a Alfie Williams como Spike, el hijo de 12 años de Jamie (Aaron Taylor-Johnson) e Isla (Jodie Comer), que irá primero con su padre en un rito de iniciación como cazador dentro de territorio infectado, y que luego intentará llevar a su madre en busca de un doctor que trate su enfermedad, el Dr. Ian Kelson interpretado por Ralph Fiennes. Edvin Ryding como Erik Sundqvist, un soldado sueco de la OTAN, Chi Lewis-Parry como «Samson», un imponente líder alfa de los infectados y Jack O’Connell como Sir Jimmy Crystal, líder de la secta de los «Jimmies» y superviviente del brote original, completan el reparto en sus papeles principales.

El género de zombies me gusta mucho, así que no es sorpresa que tuviera ganas de ver 28 años después. Entrando a valorar una película que me ha gustado, una de las primeras cosas que me han parecido curiosas es que Danny Boyle y Alex Garland parece que obvian la película de 28 semanas después, que ni fue dirigida por Boyle aunque si se mantuvo como productor. Si en la película de Juan Carlos Fresnadillo los infectados murieron de hambre en apenas unas semanas, lo que provocó el intento de recuperación de Londres, en esta película los infectados siguen viviendo tras todos estos años, manteniéndose eso si su cualidad de ser unos zombies corredores.

Danny Boyle es un director brillante a la hora de crear imágenes super impactantes. En el caso de estos 28 años después, una parte importante de este éxito está en el montaje de la película, que intercala imágenes perturbadoras en muchos momentos, o se recrea en la sangre y el gore en varias escenas en las que los protagonistas lanzan flechas a infectados y el estallido de sangre queda congelado en pantalla. Cuando terminó la película nos preguntamos si se notaba que la película estuviera rodada con un iPhone, siendo yo de los que pensaba que no. Desde luego, no como un elemento negativo de la película.

Si en 2002 los zombies corredores de 28 días después impactaron a los espectadores, la principal sorpresa y añadido de esta película son los infectados Alpha, seres a los que el virus de la rabia actúa como un chute de anabolizantes que les transforma en seres más grandes, poderosos y difíciles de matar. Estos alpha nos van a dar un par de momentazos muy fuertes en la película con su hobby de arrancar las cabezas de sus víctimas como si de predators se tratara.

Más que una película unitaria, me ha sorprendido la naturaleza episódica que tiene la película. Y es que 28 años después plantea varias historias que son casi independientes entre si. En la primera, Jamie (Taylor-Johnson) quiere iniciar a su hijo de 12 años Spike (Alfie Williams) en el trabajo de cazador / buscador de su comunidad, ubicada en la isla de Lindisfarne, una isla ubicada en la costa norte de Inglaterra unida al continente solo en momentos de marea baja por una calzada fuertemente fortificada. Jamie lleva a su hijo a territorio infectado para que se cobre su primera presa en la forma de un infectado. Su aventura se encuentra con varios problemas e imprevistos, siendo el peor cuando se encuentran a un alpha que quiere comérselos. Sin embargo, tras una misión compleja, ambos consiguen volver con vida a la isla.

La segunda parte empieza cuando Spike descubre la existencia de un doctor que podría tratar a su madre enferma Isla (Jodie Comer), lo que le hace empezar un segundo viaje aún más peligroso que el anterior. Sobre todo cuando el posible doctor Kelson es una persona enloquecida a la que ningún humano ha visto en muchos años, y el viaje les hace pasar por territorio alpha.

Como fan del cine de zombies, la verdad es que la película tiene momentos super potentes y algunos bastante chungos, pero globamente creo que ha saciado mi sed de este tipo de historias. El poderío visual de Danny Boyle sale super reforzado tras ver la película en pantalla grande.

Sin embargo, me ha costado conectar con una historia que en muchos aspectos plantea el típico «gente tonta haciendo tonterías» como motor de la historia. Si Spike no hubiera ido nunca a «tierra firme» infectada, tendría algo de sentido que se fuera con su madre enferma que apenas puede andar a buscar al doctor. Pero que lo haga tras una misión en la que casi muere, y si no lo hace es gracias a su padre, es completamente una tontería ridícula. Y si, tengo claro que sin eso no hay película, pero me llama la atención que un guionista super inteligente como Garland (y el propio Boyle) tengan que acudir a estas «trampas» porque no se les ocurren otra forma mejor de hacerlo.

La película tiene otro problema grande, que es que no acabo de creerme este mundo 28 años después del primer estallido del virus de la rabia. Empezando porque los infectados hayan sobrevivido tanto tiempo, incluso naciendo nuevos niños infectados. De nuevo, esto es un problema pequeñito, porque tengo claro que sin eso no hay película. Pero dentro de este mundo con recursos super escasos de 28 años después, me parecía super imposible que por ejemplo Jamie no recuperara las flechas con las que había matado a infectados. (¡Si hasta Daryl lo hacía en The Walking Dead). Incluso pensando en que la sangre de los infectados mancha la flecha, pensar que algo tan valioso se deje sin más en el bosque me volaba la cabeza cada vez que pasaba. Porque me muestra a unos creadores que no han pensado del todo bien este mundo.

La llegada de unos soldados suecos varados en Inglaterra al estropearse su barco también ofrece varios momentos de «gente tonta…» super decepcionantes, al disparar en modo ráfaga malgastando munición escasa cuando deberían ser quirúrgicos en su enfrentamiento con los infectados. Aunque visualmente ya digo que hay momentos chulísimos, también me sucedía que esas escenas resultaban inverosímiles. Y eso es un problema.

Cuando Spike y su madre llegan hasta el doctor interpretado por Fiennes tenemos algunos de los momentos más potentes de la película con el monumento que ha creado para los muertos, realizado con calaveras de personas fallecidas. El papel del personaje de Ralph Fiennes me parece super interesante y añade un elemento excelente, si bien comete también alguna locura ridícula cuando duerme a un alpha y no le mata, algo que es de nuevo ridículo. Como digo, en lo relativo a la historia, junto a cosas muy chulas siempre me encontraba otras que me costaban digerir, y que provocan mi sensación de decepción.

Y a todo lo anterior hay que sumar un último aspecto que este si considero lamentable. En lugar de plantear una película con una historia con principio y final, lo mínimo que se exige cuando se va al cine a ver una película, Boyle y Garland deciden NO terminar la historia, dejando la historia en un cliffhanger absoluto.

Tengo que decir que había leído la intención de Boyle de crear una trilogía de películas de la que esta 29 años después sería la primera parte. Y también a la vez que esta película habían rodado casi en secreto su continuación. Pensando que el protagonista Alfie Williams es un chaval que tiene que crecer, tiene sentido rodar la segunda película a la vez para que no crezca entre rodajes y no cuadre con que la segunda película tenga lugar justo a continuación del final de esta. Desde un punto de vista logístico, es algo que se entiende.

Pero lo que no tiene un pase es que la película podría haberse planteado con un final que diera la sensación de historia cerrada de forma satisfactoria. Y sin embargo, Boyle creo que mete la pata con el final abierto en medio del meollo con que termina esta película. Incluso sin cambiar nada, simplemente jugando con el montaje y tomando la misma solución que planteó Ryan Cloogler en Los pecadores, terminando la película en un momento concreto para luego colocar el epílogo como una escena extra entre los créditos de la película, la sensación con que me hubiera dejado la película hubiera sido radicalmente distinta. Esto en realidad sería copiar la narrativa de Marvel Studios, que plantea las claves de las siguientes películas en las escenas entre y post-créditos. Y no se si esto les da vergüenza porque sería admitir que Marvel Studios planteaban buenas ideas en la parte de narrativa serializada.

Creo que los estudios y directores como Danny Boyle se equivocan completamente con estos no-finales. Hasta ahora, la principal diferencia del cine con la televisión es que el cine ofrecía una historia completa con inicio y final. Incluso las películas de Marvel Studios, tan criticadas por gente que no sabe de lo que habla, acertaban en este aspecto ofreciendo historias con principio y final satisfactorio, que luego dejanban tramas que serán desarrolladas más adelante. La actual moda / obsesión de los estudios de crear franquicias está provocando situaciones ridículas como en Fast X (de la que 2 años después de su estreno aún no se sabe cómo o cuando va a rodarse la continuación). Que se repite en esta película al no ofrecer un final satisfactorio me parece una tomadura de pelo.

El modelo de exhibición de películas en los cines está en crisis dado que mucha gente prefiere quedarse en casa viendo cine y series en streaming. Plantear películas sin final es la forma más rápida que puedo imaginar para echar de los cines a los pocos que aún vamos. Porque para tragarme una película sin final, incluso con las cosas destacables que tiene esta película, mejor me hubiera quedado en casa y cuando estrenen la historia completa ya si eso ya las veré en casa. Me parece un error de bulto que al final quien lo va a sufrir son los cines, cuando noten que cada vez va al cine menos espectadores.

28 años después me estaba gustando incluso con las pequeñas trampitas en la historia. Pero este no final me ha dejado con las peores sensaciones posibles. Muy mal, Boyle.

Comparto el trailer de la película:

28 años después está bien hasta que comete el pecado de dejar la historia sin final. Una moda terrible que acabará pasando factura a la industria.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Cónclave de Edward Berger

Me gustó mucho la versión del año pasado de Sin novedad en el frente del director alemán Edward Berger. Tener a Ralph Fiennes protagonizando su siguiente película, Cónclave, con una historia sobre el nombramiento de un nuevo Papa, fue más que suficiente reclamo para que quisiera ver esta película en el cine.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia. (FILMAFFINITY)

Edward Berger (nacido en 1970 en Wolfsburgo) es un guionista y director de cine alemán con una carrera de más de 20 años principalmente en televisión. Berger dirige la primera adaptación cinematográfica en idioma alemán del libro homónimo de Erich Maria Remarque de 1929, que había contado con otras adaptaciones cinematográficas previas. Con Sin novedad en el frente consiguió el Oscar a mejor película de habla no inglesa este 2024.

Berger dirige esta película que tiene guión de Peter Straughan basado en la novela Cónclave de Robert Harris, publicada en 2016. La película de 120 minutos de duración cuenta con fotografía de Stéphane Fontaine, montaje de Nick Emerson y música de Hauschka. La película se rodó en los estudios Cinecità de Roma.

En el reparto encontramos a Ralph Fiennes como el cardenal Thomas Lawrence, liberal británico y decano del Colegio Cardenalicio. Stanley Tucci interpreta al cardenal Aldo Bellini, un liberal estadounidense. John Lithgow es Joseph Cardinal Tremblay, un canadiense moderado y experto en el juego político. Sergio Castellitto es Goffredo Cardenal Tedesco, un tradicionalista italiano de extrema derecha. Isabella Rossellini interpreta a Sor Agnes, la jefa de catering y ama de llaves de los cardenales. Lucian Msamati como el cardenal Joshua Adeyemi, un popular candidato nigeriano con opiniones sociales conservadoras y Carlos Diehz como el cardenal Vincent Benítez, un arzobispo mexicano poco conocido que trabaja en Afganistán, completan el reparto en sus papeles principales.

Cónclave está planteada en clave de thriller de misterio, mientras conocemos los entresijos que tienen lugar en el Vaticano para la elección de un nuevo Papa. Ralph Fiennes es el omnipresente protagonista de la película interpretando al cardenal Thomas Lawrence, el decano del colegio cardenalicio del Vaticano que dirige las votaciones. Un religioso que tuvo su crisis de fe, no en Dios y la religión, sino en el papel de la Iglesia. Y que ahora irá descubriendo casi sin querer algunos detalles oscuros de algunos cardenales que les inhabilitan para poder desempañar el cargo de Papa de la Iglesia católica. Fiennes es un actorazo y en esta película muestra todo su carisma y su calidad actoral con un personaje bastante contenido en la gran mayoría del tiempo. Su interpretación y su presencia en pantalla explica en gran parte el éxito de la película.

Cónclave sabe dosificar estos misterios para mantener entretenido al espectador, de forma que nunca aburre. Más bien al contrario, me parece una película que lo hace todo bien. Empezando por una historia que me resultó super interesante, con los juegos políticos para convencer a los cardenales para que voten a los favoritos para convertirse en Papa. También me han gustado las interpretaciones de todo el reparto, con algunos secundarios de lujo como Isabella Rossellini y John Lithgow. Y por supuesto, unos decorados que transmiten la idea arquitectónica que se supone al Vaticano.

La duración de dos horas me parece perfecta para la historia que nos están contando. Una historia que al estar planteada en clave de misterio hacia todos los personajes, te deja siempre con la sensación de «a ver qué sorpresa descubrimos ahora». Quizá un problema de la película es que se ve venir desde el principio quien será elegido como Papa, la duda es conocer cual es el misterio de su pasado. Porque en estos tiempos políticamente correctos, nadie perteneciente a la sociedad occidental se puede quitar el lado político, y tiene que venir alguien de fuera, de culturas indígenas, para encontrar a alguien puro. En todo caso, que la película tenga una faceta woke muy clara, aparte del lado indigenista está el misterio de ese cardenal, lo cierto es que la película se ve con agrado y me dejó con buen sabor de no boca.

Cónclave me parece una historia modélica y una película por las que merece la pena salir de casa para verla en pantalla grande. Con grandes actores y un montón de sorpresas hasta el final. Sin duda la recomiendo.

Comparto el trailer de la película:

Cónclave me ha parecido una película notable que merece ser vista en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Wes Anderson adapta los cuentos de Roald Dahl en Netflix

Gracias a Netflix he podido ver la adaptación que el inclasificable Wes Anderson realiza de varios cuentos e historias cortas de Roald Dahl, realizado con un reparto estelar en cuatro cortometrajes.

Si hablamos de cine de autor que muestra una visión única de la vida, Wes Anderson (Texas, 1969) es uno de los nombres que automáticamente vienen a la cabeza. Director, guionista, productor y actor estadounidense, es conocido por sus películas Ladrón que roba a un ladrón (1996), Academia Rushmore (1998), The Royal Tenenbaums (2001), Vida acuática (2004), Viaje a Darjeeling (2007), Fantástico Sr. Fox (2009), Moonrise Kingdom (2012), El Gran Hotel Budapest (2014), Isla de Perros (2018) y La crónica francesa (2021) y este año, Asteroid City.

Anderson fue nominado al Premio Oscar en las categorías de mejor guion original por The Royal Tenenbaums, Moonrise Kingdom y The Grand Budapest Hotel. Además, tanto Fantastic Mr. Fox como Isle of Dogs fueron nominadas en la categoría de Mejor película animada. Durante su carrera ha ganados un Globo de Oro, el Oso de Plata de la Berlinale o un Premio Bafta a Mejor guion original.

La producción por parte de Netflix de estos cortometrajes tiene su explicación a partir de la compra por parte de la compañía de streaming de la Roald Dahl Story Company por 686 millones de dólares (500 millones de libras) en 2021, buscando además tener acceso prioritario a los siguientes proyectos de Anderson, un enamorado de la obra del escritor inglés. A continuación repaso brevemente cada uno de estos cortometrajes.

La maravillosa historia de Henry Sugar

Una historia de Roald Dahl sobre un hombre rico que se entera de la existencia de un gurú que puede ver sin usar los ojos y se propone dominar esa habilidad para hacer trampas en el juego. (FILMAFFINITY)

Este cortometraje de 41 minutos cuenta con guion y dirección de Anderson, basado en el cuento de 1977 «La maravillosa historia de Henry Sugar» de Roald Dahl. Se trata de la segunda adaptación cinematográfica de una obra de Dahl dirigida por Anderson, tras Fantastic Mr. Fox (2009). El corto cuenta además de fotografía de Robert Yeoman, montaje de Barney Pilling y Andrew Weisblum.

En el reparto encontramos a Benedict Cumberbatch como Henry Sugar / Max Engelman, Ralph Fiennes como Roald Dahl / El Policía, Dev Patel como Dr. Chatterjee / John Winston, Ben Kingsley como Imdad Khan / El Repartidor, Richard Ayoade como Dr. Marshall / El Gran Yogui y David Gant como Croupier del Casino.

Este cuento de Roald Dahl se ajusta como anillo al dedo de los gustos narrativos de Anderson, al tratarse de un cuento en el que encontramos una historia dentro de una historia dentro de otra historia. En positivo, el cortometraje tiene la perfección estética esperable en una obra de Anderson, con una puesta en escena teatral con escenarios que cambian a la vista del espectador para llevarnos de una escena a otra.

Tener a un reparto con Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Dev Patel y Ben Kingsley me parece una pasada. El rodaje de los diferentes cortometrajes se realizó en Londres, por lo que entiendo que el rodaje no les supuso ningún trastorno, más bien al revés, al estar cerca de sus domicilios. Estos actores tienen la presencia esperable en ellos, si bien los personajes que interpretan están super acartonados y limitan tremendamente sus posibilidades.

Esto me lleva al problema principal que tengo con la adaptación de Anderson de estos cuentos. Y es que Anderson es literal en la adaptación, haciendo que los actores sean los narradores del cuento, mirando hacia la cámara y utilizando una voz neutra expresada a gran velocidad para contar la historia. Esto provoca que todo se sienta super frío, y además enfatiza el elemento falso y teatral de todo. Si los actores se expresaran con un tono más normal habría una cierta empatía, pero Anderson claramente busca enfatizar esa sensación de frialdad y de lejanía respecto al espectador.

Si a todo esto le sumamos una historia de Dahl que cuenta una historia que no es ni buena ni mala sino que simplemente sucede, me queda una sensación de maravilla en lo estético pero con una historia que me ha dejado frío y casi diría que desaprovecha a los enormes actores que trabajan con Anderson.

Veneno

Cuando una serpiente venenosa se desliza por el estómago de un inglés en la India, su socio y un médico corren para salvarle.

Veneno es un cuento de Dahl de 1950. El corto de 17 minutos tiene a Robert Yeoman como director de fotografía, y está protagonizado por Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Dev Patel y Ben Kingsley.

Este cuento de Dahl tiene un toque de humor negro que me ha hecho bastante gracia, al tener a un Benedict Cumberbatch inmóvil en una cama obligando a hacer al resto de personajes un montón de peripecias para intentar quitarle del pijama una serpiente super venenosa que él afirma le ha entrado mientras dormía. Las diferentes acciones son infructuosas, por lo que la resolución es plantearse si no se lo habrá imaginado todo.

Otro elemento que me gustó es la duración de apenas 17 minutos, dado que la historia era más bien una peripecia entretenida pero que no da más de si. En todo caso, estamos ante una historia prácticamente contada en una localización, cosa que ayuda a la sensación teatral del conjunto. Con el reparto de excepción que tiene esta historia, este corto queda como una anécdota peculiar, más un divertimento para los actores que una historia profunda con una moraleja potente, cosa que no existe. Y a veces, esa falta de pretensiones es más que suficiente para proporcionar un buen entretenimiento. Pero al mismo tiempo diría que este es el corto que menos me ha gustado de esta colección.

El cisne

Dos abusones tan corpulentos como cretinos acosan sin piedad a un niño brillante y bajito. Adaptación del relato homónimo de Roald Dahl.

El Cisne es un cortometraje de 17 minutos con guion y dirección de Anderson adaptando el cuento de Dahl de 1977. El corto está protagonizado por Rupert Friend, Ralph Fiennes y Asa Jennings, y cuenta con la fotografía de Roman Coppola, hijo de Francis Ford Coppola y que ya ha trabajado con Anderson en Asteroid city.

Este corto también me ha resultado sorprendente, al contar la historia de unos bullies que torturan a un chaval cuyo único pecado es ser inteligente y llevar gafas. Las acciones de los abusones son terribles, pero de alguna manera quedan amortiguadas por la narración fría que Anderson plantea para todos los cortos. La acción se produce en la campiña británica, y el diseño de producción elegido resalta el elemento teatral con campos de trigo de quita y pon, al igual que unas vías de tren y un lago. Dentro de lo tremendo de las acciones de los abusones, el final que Roald Dahl planteó para esta historia me gustó mucho, al irse por una idea fantástica que rompe con lo visto hasta ese momento, dejando al espectador con buen sabor de boca ante un final super redondo.

El desratizador

En un pueblo inglés, un reportero y un mecánico escuchan a un cazador de ratas explicar su astuto plan para burlar a su presa.

The ratcatcher es una cuento de Dahl de 1953. El corto de 17 minutos tiene a Robert Yeoman como director de fotografía, y está protagonizado por Ralph Fiennes, Rupert Friend y Richard Ayoade.

Ralph Fiennes realiza una estupenda interpretación de este desratizador que tiene muchas similitudes con las propias ratas que tiene que exterminar. Y en este último cuento de Dahl tenemos otra vez una historia con un estupendo humor negro al conocer a este especialista que llega a un pueblo para realizar un trabajo y acaba marchándose de ese pueblo sin haber hecho pero habiendo ganado dinero igualmente.

En este corto Anderson plantea de nuevo casi una única localización, dejando clara la vocación teatral de estas historias. El elemento diferenciador en este claro sería los efectos especiales para la creación de las ratas. Unas ratas que lucen geniales sin ser realistas, usando un tipo de animación que me recordó el de otras obras previas suyas como Fantastic Mr. Fox o Isle of Dogs. Al ser un corto de apenas 17 minutos la historia va al grano, y gracias a lo sorprendente de la caracterización de Fiennes me ha tenido fascinado de principio a fin.

En resumen, me alegra haber visto estos cortometrajes en Netflix, incluso sea para decir que están bien sin más. Entre otros motivos porque los cuentos de Dahl son los que son y tampoco se las puede exigir cosas que no son. En todo caso, creo que son unos cortos sorprendentes e imaginativos que gustarán a la legión de seguidores del director. La propia existencia de estos cortos que son unos contenidos super minoritarios de nicho justifica la existencia de Netflix y en general de los canales de streaming, que deberían ofrecer no productos homogeneizados buscando un público masivo, sino un producto más especializado para conectar con públicos de todas las sensibilidades. Critico mucho a Netflix por sus contenidos mediocres, pero en este caso, no puedo más que estar agradecido de su existencia.

Comparto el trailer de La maravillosa historia de Henry Sugar:

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de El Menú de Mark Mylod

No sabía que esperar de El menú, pero aparte del carismático reparto formado por Ralph Fiennes, Anya Taylor-Joy y Nicholas Hoult, saber que estaba dirigida por el productor de Succession Mark Mylod me animó a verla. Lo que no esperaba era encontrarme con una de las mejores películas del año.

PUNTUACIÓN: 9/10

Una joven pareja viaja a uno de los destinos más exclusivos del mundo para cenar en un restaurante que ofrece una experiencia culinaria única. Sin embargo, el chef (Fiennes) ha preparado un ingrediente secreto que tendrá un resultado sorprendente en los dos enamorados.

Mark Mylod es un director de cine y televisión británico y productor ejecutivo. Es conocido por su trabajo en las series de televisión Succession y Shameless, de las que ha sido productor ejecutivo. La película cuenta con un guion escrito por Seth Reiss y Will Tracy a partir de una historia de Tracy inspirada en la experiencia que vivió cuando cenó en el restaurante Cornelius Sjømatrestaurant durante su luna de miel. La película de 107 minutos de duración cuenta con fotografía de Peter Deming, montaje de Christopher Tellefsen y música de Colin Stetson.

La película destaca por su potente trio protagonista formado por Ralph Fiennes, Anya Taylor-Joy y Nicholas Hoult. Fiennes interpreta a Julian Slowik, un célebre chef y propietario del restaurante Hawthorne, mientras que Anya Taylor-Joy y Nicholas Hoult interpretan a los dos últimos comensales de su restaurante a los que les espera una experiencia única. Junto a ellos, Hong Chau, Janet McTeer, John Leguizamo y Reed Birney completarían el reparto en sus papeles principales.

Como decía, no sabía nada de The Menu más allá de la sinopsis a nivel general, pero siendo una película del productor de Succession, imaginaba que habría mucho humor negro y algo de crítica social. O al revés, mucha crítica social y algo de humor negro, en función de lo que fuera realmente la película. Además, Fiennes y Taylor-Joy son actores que hasta ahora han sabido elegir siempre proyectos interesantes, lo que ayudaba a la sensación que esta película había que verla en el cine.

Lo sorprendente es que me he encontrado un guion prácticamente perfecto que construye una historia que engancha desde el primer fotograma y te tiene enganchado hasta el final. Y en el que Fiennes y Taylor-Joy están increíbles en sus papeles protagonistas, con un carisma, una química en pantalla y una personalidad que se sale de la escala. Puestos a reconocerlo todo, si Taylor-Joy es guapa, verla maravillosa en traje de fiesta durante todo el metraje es una de las muchas guindas que tiene el pastel que es esta película.

No solo sólo la pareja protagonista, creo que todo el reparto está muy bien, cada uno con el papel que tiene que interpretar. Unido a esto, la producción es super acertada desde todos los puntos de vista. La duración de 107 minutos resulta perfecta para lo que nos quieren contar, y para ser una película contada casi completamente en una única localización, el ritmo me parece el adecuado, ya que están pasando cosas interesantes todo el rato que consiguen mantener la atención del espectador de principio a fin.

Dado que The Menu es una película que se construye a partir del giro, en esta sección no quiero comentar nada más que invitaros a ver la película en el cine. A ser posible, intentad no sabed nada de la historia, disfrutarla como yo lo hice. Es tan chulo cuando una historia te sorprende y te entretiene, y sabe crear un final perfecto como el que nos da esta película. De verdad, no os la podéis perder.

A partir de aquí voy a entrar a comentar aspectos clave de la trama CON SPOILERS, sigue leyendo bajo tu responsabilidad.

The Menu me ha flipado muchísimo, sobre todo por la crítica tan bestia que hace al mundo de la alta cocina y todo los personajes que revolotean a su alrededor. El papel de Ralph Fiennes como el perturbado chef Julian Slowik es excelente, y muestra la locura de un mundo en el que el postureo domina y donde parece que se han olvidado en satisfacer al comensal en pos de agrandar el ego del chef. Salía del cine pensando lo poco que va a gustar esta película a determinados ámbitos culinarios de nuestro país, y me encanta.

Hay tanta crítica hacia este mundo desde todos sus puntos de vista que me ha volado la cabeza. Empezando por la visita a las instalaciones para enseñar que todo es natural y ecológico y en todos los casos ha sido recolectado / pescado ese mismo día para el menú que se va a servir esa noche. También al mostrar a los miembros de la cocina como unos zombies miembros de una secta que viven en estado de semiesclavitud, lo cual me recordó la polémica con ¿Jordi Cruz? y cómo los grandes restaurantes de lujo cobran un pastizal mientras se nutren del trabajo de becarios a los que pagan una miseria (o directamente no pagan) para sacar adelante sus restaurantes.

El papel de Anya Taylor-Joy como la persona normal que ve que el emperador está desnudo y que lo que presenta el restaurante es una tomadura de pelo me ha encantado. Y como es lo suficientemente valiente para decirle a la cara al chef que un menú que te deja con hambre y que es tan frío con su propuesta «conceptual» que se ha olvidado de lo que tendría que ser lo principal, satisfacer a los comensales, es una bofetada en la cara a todos los chefs estrella que buscan protagonizar las portadas de los periódicos y aparecer en los principales programas de cocina que pueblan la parrilla televisiva.

La película no deja títere con cabeza en su crítica a otros aspectos alrededor del mundo de la cocina. Empezando por el personaje interpretado por Nicholas Hoult de forma brillante, el fan zombie de estos chefs que se cree un gran conocedor del mundo de la cocina cuando no sabe ni freir un huevo frito, que para mi es una alucinante critica a los instagramers e influencers actuales. «El gran cáncer de esta era que está matando este mundo» dice de ellos el chef Slowik, más o menos. Me moría de risa con él, y como él sigue embelesado por la comida y por chef incluso cuando empiezan a matar a gente a su alrededor.

Los guionistas disparan con bala hacia la crítica culinaria que es todo pretenciosidad, inventándose cosas que no están en el plato, y el palmero que la acompaña que no sabe nada y cuando ella dice algo automáticamente la da la razón afirmando que él también lo había notado. También para los ricos que pagan y van a cenar al restaurante muchas veces por el postureo pero no saben apreciar los platos que se les sirven, ni los recuerdan minutos después de habérselos comido. Por supuesto, hay una crítica especial para los nuevos ricos de las empresas tecnológicas y para un actor cuyos mejores años ya pasaron pero que sigue creyendo ser lo más, junto a su ayudante hija de padres ricos que roba a su jefe. Las críticas a los consumidores de estos restaurantes de lujo me parece brillante, casi al mismo nivel que la que hacen al mundo de los restaurantes de lujo y sus chefs estrella.

Y por supuesto, el giro cuando se descubre que el chef enloquecido por este mundo de postureo plantea el menú conceptual definitivo que incluye asesinar a los comensales al final me ha parecido maravilloso. Que para los guionistas este mundo de platos fríos sin alma consumido por gente sin conocimientos ni corazón para disfrutarlos que sólo busca presumir solo merece arder en una llama purificadora es la guinda del pastel. No sólo eso, sino que los propios comensales aceptan su destino porque saben que en el fondo lo merecen.

El final con una Anya Taylor-Joy recordándole a Ralph Fiennes que el verdadero placer de la cocina está en preparar con cariño algo tan sencillo como una cheeseburguer que sea apreciado y disfrutado por el cliente, y que la película termine con ella viendo el mundo arder desde la distancia comiéndosela me parece una potente declaración de intenciones y un final redondo a una historia casi perfecta.

Por cierto, ahora recuerdo la estupenda The Bear estrenada en Disney+. Y aparte de recomendaros también esa serie, no cabe duda que el mundo de la cocina está de moda, y están surgiendo numerosas películas y series ambientadas en este mundo. En este sentido, me parece curioso como en ambas historias hay una crítica hacia el exigente mundo de la alta cocina y como de alguna manera la cocina «de verdad» que hace feliz a la gente y es más satisfactoria es la que se encuentra a pie de calle.

Volviendo a The Menu, qué satisfacción tan grande me ha dado una película que me ha sorprendido, con la que he conectado inmediatamente con su humor negro, y que me parece perfecta en todo lo que plantea hasta alcanzar su brillante final. Ojalá hubiera muchas más películas como esta en la cartelera, no puedo más que recomendarla a todo el mundo.

Comparto el trailer de la película:

The menu es una de las mejores películas del año, un guion increíble y unas interpretaciones a la altura. No os la podéis perder.

PUNTUACIÓN: 9/10

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Crítica de The King´s Man de Matthew Vaughn

La primera película del año 2022 que vi en una sala comercial fue The King´s Man de Matthew Vaughn, precuela ambientada en la Primera Guerra Mundial destinada a contarnos el nacimiento de la agencia de espionaje británica que vimos en la franquicia Kingsman.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Cuando un grupo formado por los tiranos y las mentes criminales más malvadas de la historia se une para desencadenar una guerra que matará a millones de personas, un hombre tendrá que luchar a contrarreloj para detenerlos. Tercera entrega de la saga ‘Kingsman’, ambientada muchos años antes de las anteriores y explicando el origen de la agencia.

Tras Kingsman y Kingsman: El círculo de oro, Matthew Vaughn plantea esta tercera película de la franquicia como una historia autónoma de origen de la agencia, que puede ser vista por todos los amantes del cine de acción y aventuras hayan visto o no las películas anteriores, o incluso sepan siquiera de la existencia del comic de Mark Millar y Dave Gibbons en el que se inspiró la primera película. Matthew Vaughn además de dirigir la película es el creador de la historia que sirvió de base para el guión escrito por él, su mujer, la productora Jane Goldman y Karl Gajdusek.

La película de 131 minutos cuenta con fotografía de Ben Davis, montaje de Jason Ballantine y Rob Hall, y música de Matthew Margeson y Dominic Lewis. La película, rodada en 2019 antes del Covid, tiene un ajustadísimo presupuesto de tan sólo 105 millones de dólares, que lucen increíbles en pantalla. Lamentablemente, la película de momento ha recaudado, en el momento que escribo estas líneas, tan sólo 25 millones, por lo que pinta a que va a fracasar en la taquilla. A pesar de elló, Vaughn ya ha anunciado que se encuentra en la pre-producción de The Kingsman 3, de cara a un posible estreno en 2023.

El reparto cuenta con el siempre perfecto Ralph Fiennes como el Conde Orlando Oxford, un militar experto reconvertido en pacifista tras conocer el horror de la guerra. Alexandra Maria Lara es su esposa Emily, mientras que su hijo Conrad está interpretado por Alexander Shaw de niño y Harris Dickinson ya como un joven decidido alistarse para servir a su país en la Primera Guerra Mundial. En el servicio de conde encontramos a Gemma Arterton como Pollyanna «Polly» Wilkins, experta en inteligencia y gran tiradora, y a Djimon Hounsou como Shola, gran luchador cuerpo a cuerpo.

Dentro del contexto Europeo, Rhys Ifans es Grigori Rasputin, Tom Hollander haciendo un triple papel como los reyes George de Inglaterra, el Kaiser Wilhelm y el Tsar Nicholas, que eran primos en la realidad. Charles Dance es Herbert Kitchener, alto mando del ejército británico, mienras que Matthew Goode es su ayudante el Capitán Morton. Por último, Daniel Brühl interpreta a Erik Jan Hanussen.

Ver una película de Matthew Vaughn es siempre una pasada, y The King´s Man no es una excepción. Aparte de ser una historia de origen de la agencia Kingsman, realmente la película transmite que Vaughn tenía ganas de hacer una película ambientada en la Primera Guerra Mundial y ha aprovechado la excusa y el nombre de la franquicia Kingsman para conseguir financiación y poder estrenarla.

Dentro del cine de acción, Vaughn sigue siendo uno de los directores más imaginativos del panorama internacional. En The King´s Man vuelve a ofrecernos varias escenas visualmente chulísimas que me confirman que sigue innovando y buscando mostrar cosas nuevas. La pelea contra Rasputín al son de la música, la silenciosa con cuchillos en la tierra de nadie entre las trincheras alemana e inglesa, o la pelea final con espadas tienen todas detalles estupendos que dejan en mal lugar a tantos y tantos directores que se conforman con rodar de forma funcional y genérica (¿He oído Matrix Resurrections?).

Parece imposible que esta película haya costado apenas 100 millones de dólares, teniendo en cuenta las numerosísimas localizaciones con que cuenta la película, siguiendo la tradición de las películas de 007 en las que la acción pasa por numerosos países. Al ser Vaughn también productor, se nota que saca el máximo partido a cada céntimo y la verdad es que la película luce increíble en todo momento en sus increíbles sets en las trincheras, entre palacios de Europa, o en la cima de la montaña que supone el climax final. En lo relativo a los elementos de producción, la película está genial.

Dentro que la película es ante todo una historia de acción y entretenimiento, y Vaughn también lo tiene claro, encuentro un guión super ambicioso al plantear que todos los sucesos importantes ocurridos en la Europa en la década de 1910 que provocó el inicio de la Primera Guerra Mundial, hasta su final en 1918, estuvieron conectados por una mano oculta que buscaba desestabilizar el continente. De esta manera, la película me recuerda hechos reales como que los tres reyes europeos más importantes eran primos (chulísimo el detalle de Vaughn de hacer que el mismo actor les interprete a los tres), que el apellido Windsor fue adoptado por el Rey Guillermo debido al odio anti alemán que surgió por la Primera Guerra Mundial o que los Estados Unidos tardó mucho en unirse a la guerra e incluso consideró no entrar en ella.

Esta ambición del guión es un elemento muy chulo, pero también parte del problema de la película, que acaba resultando un pelín episódica y al que le sobraría metraje. Y aunque todo es muy entretenido y sin duda pasan un montón de cosas que no te dejan un momento de respiro, visto a posteriori probablemente con menos tramas sucesivas y a la vez una duración de 100 minutos hubiera quedado todo más conjuntado y con un ritmo más homogéneo. Dicho esto, como digo me quito el sombrero ante la ambición de Vaughn con este guión, desde luego, queda claro que no le gusta jugar sobre seguro.

Además, aunque para mi no es un problema, la película alterna exuberantes escenas de acción con un toque de locura con un tono muy serio en lo referido a la trama, buscando como digo el máximo rigor histórico (dentro de las circunstancias, claro), con el resultado que no hay nada del tono gamberro y transgresor de las películas anteriores. Ya digo que para mi no me supuso un problema, pero pudiera pesarle quizá a un espectador que buscara más de lo mismo.

El reparto creo que hace un estupendo trabajo, en especial un Ralph Fiennes que se convierte en el corazón de la película. También me gustó el heroísmo juvenil de Harris Dickinson, que interpreta a Conrad, el hijo del Conde Oxford. En general creo que el casting ha estado muy acertado.

Aunque no es perfecta, The King´s Man es un más que perfecto entretenimiento por si misma, que además me ha dejado con unas ganas locas de volver a ver las dos primeras películas de Kingsman. De hecho, tengo que reconocer que me alegro porque a Vaughn le vaya tan bien creativa y economicamente con su productora MARV haciendo sus propias películas, pero al mismo tiempo me da pena porque si le dejaran hacer su versión de Superman, algo para lo que ya se ha ofrecido en varias ocasiones, estoy seguro que el espectáculo sería alucinante y la esencia fiel. Por soñar…

Comparto el trailer de la película:

The King´s Man es una película estupenda de acción y aventuras que ofrece un perfecto entretenimiento. Ojalá muchas más películas así este 2022.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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