No conseguí conectar con Seven to Eternity, el comic de fantasía creado por Rick Remender y Jerome Opeña, con color de Matt Hollingsworth. Sin embargo, dado que Remender y Opeña acaban de publicar en USA el final de su historia en el cuarto volumen, me he animado a volver al mundo de Zhal, comprando el tercer volumen que ya no compré en su día. Y lamentándolo mucho, me encontrado más de lo mismo respecto a los dos anteriores volúmenes.
PUNTUACIÓN: 6/10
Volume 3: Rise to Fall.
Adam Osidis recorre un camino velado lleno de elecciones imposibles y compromisos desgarradores. Entre Adán y la cura para su enfermedad debilitante se encuentra el Señor del Cielo Volmer y su sed de venganza contra El Dios de los Susurros. Adam ahora debe proteger al hombre que asesinó a su padre, pero ¿hasta dónde llegará para lograrlo? RICK REMENDER y JEROME OPEÑA llevan el primer capítulo del mundo de Zhal a una conclusión escalofriante.
Este tercer volumen, publicado en USA en marzo de 2019, recopila los números 10 a 13 de la serie regular publicada por Image Comics.
Bajo un concepto a priori de espada y brujería, Seven to eternity es en realidad una historia que gira sobre qué estaríamos dispuestos a sacrificar por salvar a nuestras familias o seres queridos. La historia genera paralelismos sobre el mundo actual, con una sociedad que busca la homogeneidad y lucha contra los que intentan salirse de la norma. E incluso diría que hay una crítica hacia la creciente radicalización de la sociedad americana, que es cada vez más radical y ultraconservadora, llegando a negar verdades científicas como el cambio climático, y aceptando mentiras fragrantes como “post-verdades”.
El primer volumen de esta serie, con los números 1 al 4, se publicó en febrero de 2017, mientras que el segundo, con los números 5 a 9, salió en octubre de ese mismo año. Ya en mi reseña de este segundo volumen, que publiqué en febrero de 2018, comentaba que no me acababa de cuadrar la historia de Remender, que nos estaba metiendo una turra infumable sobre las elecciones morales de una persona y hasta qué punto somos realmente libres. Y lo que es peor, Remender desaprovechaba completamente a Opeña creando unas páginas aburridas que se hacen super pesadas de leer y no ofrecían casi momentos para que Opeña pudiera desatarse y lucirse.
Algún día saldrá alguna entrevista a Remender, o a Opeña, y descubriremos la travesía en el desierto que ha supuesto ver publicado el final de Seven to Eternity varios años después. Lo mismo que pasó con Low, el comic de ciencia ficción de Remender junto a Greg Tocchini cuyo último tomo tardó 3 años y medio en ver la luz. Porque diría que igual que Seven to Eternity aburría a los lectores, tampoco enamoró a Jerome Opeña, al que le costó dios y ayuda seguir con la serie compatibilizando este comic con sus otros encargos en Marvel (y otras editoriales).
Y es que si los 9 primeros números salieron más o menos regulares, aunque con la sensación de casi-estafa que me provocó ver los números 7 y 8 dibujados por James Harren y no por Opeña, tuvimos que esperar un año y medio para que se publicara este tercer volumen en marzo de 2019. 17 meses para un tomo con tan sólo cuatro números USA. Esta espera, sumado al hecho que el comic realmente no me estaba gustando, hizo que no comprara el tercer tomo en su día, ya que además pintaba que este comic se iba a seguir demorando, cosa que se confirmó con el pasar de los meses. Finalmente, el pasado mes de agosto de 2021 se publicó la última grapa de Seven to Eternity, el número 17, con lo que el pasado septiembre salió el cuarto y último volumen, de nuevo con tan sólo 4 números, dos años y medio después de la publicación del tercero. Sin duda, parece que Remender está gafado, o no ha sabido tocar la tecla correcta para mantener interesados a sus colaboradores.
Aunque como digo no conecté para nada con la historia de Remender, saber que la historia finalizaba en el cuarto volumen me animó a comprar este tercer volumen para ponerme al día de cara a la compra del último tomo en cuanto salga, para así poder tener la historia cerrada. Mi afán completista comiquero en acción.
Y entrando a comentar este tercer volumen, ¡qué pena es ver a Remender fallar de esta manera!! Es tristísimo ver como el impresionante diseño de Opeña de los personajes y del mundo de Zhal se van a traste ya que la historia de Remender no consigue enganchar, ni crea ningún vínculo emocional (o de otro tipo) con ninguno de los personajes, haciendo que te de completamente igual su destino.
Parte del problema nuclear de Seven to eternity es que Remender falla en la construcción del protagonista, Adam Osidis. Tenemos un comic casi monopolizado por las elecciones de Adam y su onmipresente voz interior que nos cuenta su cambiante punto de vista, planteando que un héroe de valores inamovibles en el mundo real quizá sería un radical que pone su orgullo por delante de todo lo demás, incluso el bienestar de su propia familia. Sin duda, el Remender más nihilista concentrado en estas páginas, pero sin conseguir transmitir la empatía que sí generan los protagonistas de sus mejores comics, Deadly Class o Black Science. Y claro que el camino del héroe implica caer y levantarse, además de cometer errores, pero en este caso Remender no nos está dando casi nada a lo que agarrarnos.
Junto al problema de Adam Osidis, su relación con Garils, el Dios de los Susurros, es también un agujero negro que convierte la historia en el anti-entretenimiento. Leer este tomo de cuatro números USA y apenas 90 páginas de comic más las páginas iniciales de texto con el diario de Adam se me ha hecho super pesado. Estamos ante un comic bastante aburrido, en líneas generales, al que tampoco acabo de verle sentido al viaje en si de los protagonistas dentro del reino de Zhal, que un minuto está totalmente controlado por Garils para al segundo siguiente pasar a lugares en los que su poder carece de importancia. Por no acertar, no han acertado ni con la geografía del mundo o el viaje que realizan.
No, el título de los supuestos «7 para la eternidad», no es representativo de la historia. De hecho, de estos 7 protagonistas, cada vez quedan menos con vida ya desde el primer volumen, y lo peor es que no puede importarnos menos el destino de sus viajes individuales y la duda sobre si sobrevivirán al final. De hecho, algunas sorpresas y traiciones no acaban de funcionar ya que como digo, Remender no ha conseguido crear personajes tridimensionales que nos creamos para empezar.
En lo positivo, al menos puedo decir que el climax de este volumen sí permite a Opeña lucirse y nos ofrece la épica más-grande-que-la-vida que se espera de un comic de fantasía épica que iba a construir un mundo que mirara de tu a tu a los grandes clásicos del género. Este climax es a lo que me agarro para confiar que al menos Remender va a saber cuadrar el final de la historia. Espero que no me falle.
Y es que como digo, Jerome Opeña en el dibujo con colores del veterano Matt Hollingsworth no podían estar mejor a partir de la historia de Remender. La narrativa de Opeña es una pasada y crea unas viñetas repletas de detalles de un mundo que hubiera podido ser interesante, si hubieran acertado la historia. Como decía al principio, me gustaría encontrar un video en el que Opeña hablara con sinceridad de su experiencia dibujando este comic.
Comparto unas páginas de este tercer volumen:
Definitivamente, Seven to Eternity pinta a que se dirige hacia el calificativo de «comic fallido», y en este tercer volumen sigue sin acabar de ofrecer el espectáculo que los fans esperamos de unos autores con tanto talento. En unas semanas publicaré mi reseña del último volumen, esperando que al menos consigan darnos un final satisfactorio a la historia.
PUNTUACIÓN: 6/10
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