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Crítica de Cobra Kai Temporada 3 (Netflix)

La tercera temporada de Cobra Kai recién estrenada es Netflix ha sido un chute ochentero bestial y un viaje a la nostalgia de LAS películas clásicas de Karate Kid de la mejor manera posible, que además ha mirado hacia el futuro ofreciendo un buen cierre a varios de los argumentos principales de la serie.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Cobra Kai está ambientada 34 años después de la película original de Karate Kid, reexaminando la narrativa desde el punto de vista de Johnny Lawrence (William Zabka), y su decisión de reabrir el dojo de karate Cobra Kai que lleva a reavivar su antigua rivalidad con Daniel LaRusso (Ralph Macchio).

La tercera temporada arranca dos semanas después de la monumental pelea en el instituto en la que Miguel Díaz (Xolo Maridueña) quedó gravemente herido al final de la segunda temporada. La comunidad de All-Valley todavía está conmocionada al enfrentarse a las consecuencias. Robby Keene (Tanner Buchanan), responsable de la caída de Miguel, ha huido para escapar de la policía, mientras Samantha LaRusso (Mary Mouser), la hija de Daniel tiene ataques de pánico recordando su pelea con Tory (Peyton List) y las heridas de Miguel. Por su parte, Johnny, padre de Robby y sensei de Miguel, se siente responsable de todo, momento que fue aprovechado por su sensei John Kreese (Martin Kove) para hacerse con el control del dojo Cobra Kai.

Cobra Kai fue para mi la gran sorpresa televisiva de 2019. La serie, creada por Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg, basándose en los personajes de las películas clásicas de los años 80 creados por Robert Mark Kamen, fue producida por Youtube Red, el fracasado canal con contenidos propios de pago que intentó lanzar Youtube entre 2018 y 2019. Y como era de esperar, no funcionó porque muy poca gente se suscribió por un único contenido. La espectacular primera temporada fue estrenada en mayo de 2018 mientras que la segunda lo hizo en abril de 2019, menos de un año después de la primera, confirmando el interés que existía por la serie gracias a su original idea de mostrar la historia desde el punto de vista del «malo» de la primera película. Aunque la Youtube confirmó en su día la tercera temporada, finalmente Netflix se hizo con los derechos de la serie y la emisión de las dos primeras temporadas fueron uno de los grandes éxitos de 2020 para la cadena de streaming.

Para esta tercera temporada, sus creadores Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg escriben todos los guiones y dirigen la mayoría de los 10 episodios de que consta esta temporada, que vuelve a contar con música de Leo Birenberg y Zach Robinson.

Entrando a comentar la serie y para que no quede ninguna duda, me ha encantado esta tercera temporada, y me ha dejado muy arriba. Y eso a pesar de un par de detalles que no me han acabado de cuadrar, que luego comentaré también.

Empezando por lo fundamental, el concepto de Cobra Kai en contraste con Karate Kid me parece brillante. En esta tercera temporada me flipa como vemos cómo los actos de la pasada emporada tienen consecuencias y los que los han provocado deben pagar el precio. Precio que no siempre es físico, sino que en muchos casos es psicológico. El corazón de la serie siempre ha sido el contraste y la enemistad de Johnny y Daniel, pero consigue un buen equilibrio entre los adultos y los jóvenes adolescentes, con los dramas a los que ellos también tendrán que enfrentarse.

Los chavales adolescentes me parecen bien construidos con interesantes matices que les sitúan en territorios grises, alejándoles de los obvios «buenos y malos», cosa que me encanta. Personajes como Robby o Tory han sufrido una vida dura y sin ayudas y entiendes que lleguen a tomar las decisiones que toman, aunque obviamente son justo esas elecciones las que marcan la diferencia, ya que una vida dura no justifica la comisión de delitos ni ser un chungo.

Hay matices para todos excepto obviamente para el psicópata de John Kreese, que ese sí es un villano puro. Pero incluso para Kreese, la serie en esta temporada se detiene a mostrarnos su pasado como joven idealista que fue a Vietnam buscando servir a su patria y ser un héroe que volvió traumatizado y con el convencimiento que el «matar o morir» debía ser llevado a la práctica en todos los momentos de la vida. Esta parte de la historia no evita que siga siendo un villano de la peor calaña, pero le humaniza de forma interesante.

Pero no nos engañemos, los grandes protagonistas son Johnny Lawrence y Daniel LaRusso, y en esta temporada hay un porrón de momentazos para su lucimiento que me han flipado, ya sea cuando ellos interactúan en estos episodios, como en los momentos en que sus caminos se separan. El drama que vive Johnny justo cuando intentó hacer el bien y ve que Miguel pagó el precio lo viví como si me hubieran pegado a mi un bofetón en toda la cara. Por suerte, después de todos los malos momentos que sufre en esta temporada, el climax de esta temporada me parece bestial y sirve para reivindicarle después de todos estos años.

Por su parte, Daniel LaRusso continúa en esta temporada con su homenaje a las películas previas conectando su historia actual con las tramas de las tres películas clásicas de 1984, 1986 y 1989 de una forma que no esperaba y que me emocionó un montón. Lo reconozco, un adulto que pasa ampliamente de los 40 emocionado al borde de la lágrima viva por una serie de televisión que recuerda una película de hace 30 años no se si en muy normal, pero me devolvió a mi adolescencia y juventud de la mejor manera posible, usando personajes que jamás esperé. Que grandes. Esta revisión y homenaje a la historia previa para construir a partir de ella me parece brillante y se me queda a un cercano segundo puesto respecto el histórico momento que The Mandalorian nos hizo vivir hace apenas unas semanas.

Reconozco además que al anunciar Netflix el estreno de esta tercera temporada que había aprobado la cuarta me entró un poco de canguelo pensando que Netflix pudiera plantear alargar artificialmente una trama que no daba tanto de si. Tras ver la temporada completo, me alegro poder decir que no es el caso. Pasan un montón de cosas durante los 10 episodios y no tuve la sensación de más de lo mismo (excepto en algún momento puntual que luego comentaré), todo aporta y suma al crecimiento emocional de los personajes, y el climax es un momentazo que hace justicia tanto a Johnny como a Daniel, consiguiendo un buenísimo cierre a su enemistad de 30 años. En ese sentido, la existencia de una cuarta temporada no se ve forzada y lo que suceda se mostrará con matices diferentes a los vistos hasta ahora, dado que el capítulo fundamental de la serie se ha visto satisfactoriamente cerrado con este final.

Otro detalle interesante de Cobra Kai es la forma en que son mostradas las artes marciales. Cobra Kai, al igual que Karate Kid, muestra el karate desde un punto de vista realista alejado de las flipadas videocliperas. Además, hay que tener en cuenta que Martin Kove tiene ¡74 años!, unido a unos Ralph Macchio y William Zabka de 59 y 55 años respectivamente. Esto hace que no puedan hacer determinadas cosas, al igual que les pasa a los chavales adolescentes, que se encuentran en fase de aprendizaje, por lo que la posibilidad de plantear escenas a lo John Woo no funcionaría en ningún caso. Dicho esto, las escenas de acción de Macchio y Zabka creo que están muy bien rodadas y no piensas en ellos como en los señores mayores que son. Y a la vez, aunque globalmente diría que hay menos acción que en la segunda temporada, los guionistas se lo guardan todo para un climax y una batalla final que consigue superar el nivel de la temporada anterior y que me parece una chulada.

Como véis, esta tercera temporada me ha flipado. Sin embargo, hay algunas cosas que no me han cuadrado mientras veía la serie y que hicieron que se empezaran a ver las «costuras» narrativas. El primero y más problemático, es que tras unos primeros episodios super dramáticos en los que Johnny se hunde en la bebida y la autocompasión al hacerse responsable de pelea que hirió a Miguel, que me llegaron al corazón, una vez empieza la rehabilitación de Miguel, Johnny es usado de nuevo como recurso cómico al mostrarle como un bruto que no se ha adaptado al mundo moderno. Momentos como la creación de su perfil de Facebook me parecieron un poco bochornosos. Y entiendo que tiene que haber un equilibrio entre el drama de la comedia, y Johnny ha sido durante toda la serie el hombre anclado en los 80, pero tras tanto sufrimiento, este humor a su costa al menos a mi no me hizo ni pizca de gracia. Suerte que en el último episodio tiene ocasión de desquitarse y la serie le da el momento de gloria que todos llevábamos tiempo esperando.

El segundo detalle que me parece un recurso narrativo de párvulos es la forma en que hacen que los matones de Cobra Kai aterroricen el instituto mientras Sam y el resto de alumnos del Miyagi-Do son vistos como los violentos. Entiendo también el sentido narrativo para hacer que la tensión entre los dos grupos vaya escalando, pero creo que en este aspecto los guionistas fueron bastante obvios y deberían haberse esforzado por buscar conseguir este efecto de una forma tan burda.

Y por último, yo veo la serie en V.O. subtitulada y se produjo un detalle curioso (y un poco chungo) durante la emisión, ya que en varios momentos emocionantes, los subtítulos indicaban justo antes de ese momento «música emotiva», y cuando la música empezaba a sonar sonaba como un pegote puesto de repente en una escena que hasta ese momento no había tenido música, buscando amplificar de forma burda una emoción que la escena ya la tenía sin necesidad de esta música mal escogida y peor insertada en la escena. No se si me hubiera dado cuenta de esto de forma tan clara sin los subtítulos que lo anunciaban, pero una vez empecé a verlo, cada vez que volvía a salir el subtítulo me mataba parte de la emoción del momento, al quitarme la sorpresa y mostrarme la parte de emoción forzada.

En todo caso, estos son tres detalles menores teniendo en cuenta el enorme disfrute que estos tres episodios me han ofrecido. De forma que no puedo más que recomendar a todo el mundo esta serie, que creo que gustará a los «carrozas» fans de las películas clásicas, y también a nuestros hijos que no las conocían de nada antes de ver la serie por primera vez.

Por cierto, he llegado al final de la crítica y he conseguido NO hablar de la aparición estelar de ESE personaje que llevábamos tres temporadas esperando y que ofrece unos minutos que son oro puro y otro excelente cierre emocional para Cobra Kai. En serio, no te puedes perder esta serie, ¿qué haces que no empiezas ya a verla?

Comparto el trailer de esta tercera temporada:

La tercera temporada de Cobra Kai no podía haber sido mejor. Un chutazo de optimismo ochentero presentado de la mejor manera posible que me ha deja con unas ganas tremendas de poder ver la que espero sea la temporada final. Espero que no tarden mucho en anunciarla.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

¿Ya has visto esta serie? No puedo recomendártela más efusivamente. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

Crítica de Buffy, The Vampire Slayer temporada 3 (Prime Video)

La tercera temporada de Buffy The Vampire Slayer disponible en Prime Video ha resultado super entretenida y con ideas buenísimas, pero me ha parecido bastante inferior a la segunda.

PUNTUACIÓN: 7/10

Tras abandonar Buffy Sunnydale al final de la temporada pasada, volverá tras unos meses en Los Angeles en los que sus amigos han tenido que cubrir su ausencia como buenamente han podido. El retorno de Angel (¿es amigo o enemigo?) y sobre todo la llegada de Faith, una nueva Slayer que parece ser la versión oscura, salvaje y sin restricciones morales de Buffy, marcarán una temporada marcada por su enfrentamiento contra el Alcalde Wilkins de Sunnydale, que resultará ser el poder oscuro en la sombra que ha estado moviendo los hilos de lo sobrenatural.

Esta tercera temporada contó con 22 episodios y se emitió por primera vez en el canal The WB entre septiembre de 1998 y julio de 1999. El creador de la serie Joss Whedon sirvió de productor ejecutivo y show runner, y escribió y dirigió cinco de los 22 episodios de la temporada incluyendo el episodio primero y el episodio doble final. James A. Contner y James Whitmore, Jr. dirigieron cuatro cada uno. En lo relativo a los guiones, David Greenwalt fue ascendido a productor ejecutivo, y escribió dos episodios — dirigiendo uno de ellos — y dirigió otro. Marti Noxon fue ascendido a coproductor y escribió cinco episodios. Nuevos miembros en la tercera temporada incluirían a Jane Espenson, quien sirvió de editor ejecutivo de historias y escribió tres episodios. Doug Petrie se unió como editor de historias y fue ascendido a editor ejecutivo de historias a mediados de la temporada. Dan Vebber escribió tres episodios.

En esta temporada volveremos a contar con los protagonistas Sarah Michelle Gellar como Buffy Summers, Nicholas Brendon como Xander Harris, Alyson Hannigan como Willow Rosenberg, Charisma Carpenter como Cordelia Chase, Anthony Stewart Head como el Guardian Rupert Giles, Seth Green como Oz, el novio de Willow que toca en un grupo y es un Hombre Lobo, y David Boreanaz como Angel. En papeles secundarios tenemos a Kristine Sutherland como Joyce Summers, la madre de Buffy, y a Armin Shimerman como el Director Snyder.

Las grandes incorporaciones de esta tercera temporada son Eliza Dushku como Faith Lehane, la nueva Caza Vampiros que es una versión oscura de Buffy, Harry Groener como el Alcalde Richard Wilkins, personaje aludido en varios momentos de la segunda temporada pero que no había aparecido hasta ahora, y Alexis Denisof como Wesley Wyndam-Pryce, el joven y nuevo Guardián que llega a sustituir a Giles, al considerar el Consejo que no ha realizado bien su trabajo. En un papel más secundario tenemos a Emma Caulfield como Anya Jenkins, un demonio inmortal que se convertirá en mortal tras uno de los mejores episodios de esta temporada. James Marsters como Spike también aparecerá en esta temporada, pero sólo en un episodio.

Empezando por lo positivo, teniendo en cuenta que Buffy es una serie juvenil con un target muy claro, los episodios globalmente ofrecen un entretenimiento genial. Para ser una serie de hace 20 años, los efectos visuales más o menos cumplen y no cantan demasiado, teniendo en cuenta que desde el primer episodio se ha marcado un tono y estéticas si no para todos los públicos, si un PG13 light.

Los 22 episodios continúan ofreciendo un caso sobrenatural que queda cerrado al final junto a una narrativa más amplia construida a partir del drama que vive Buffy, una adolescente que quedó traumatizada por los sucesos de la anterior temporada y que sigue soñando con tener una vida normal, cosa que las amenazas sobrenaturales se lo impedirán una y otra vez. Frente a este núcleo emocional, el arco narrativo va a girar en torno a la amenaza que supone el Alcalde Richard Wilkins, un hombre de mediana edad de gran empatía y educación que es en realidad un gran villano en la sombra, y a los protagonistas que va a unir a su causa.

Otro detalle muy chulo es que esta tercera temporada ofrece un final cerrado satisfactorio para los protagonistas, aunque dejando obviamente tramas abiertas. Buffy T3 fue la que tuvo mayor audiencia en el momento de su emisión y aunque estaba claro que gracias a este éxito iba a haber una cuarta, Whedon parece plantear un buen cierre al viaje de Byffy y sus amigos en el instituto de Sunnydale.

Dentro que en general todos los episodios están bien, he querido destacar 8 que me han parecido especialmente buenos:

  • 3×06 Band candy, un episodio divertidísimo en el que los adultos se comportan como adolescentes tras tomas un producto mágico.
  • 3×09 The wish, en el que a partir de un deseo expresado por Cordelia a Anya provocará un episodio que nos recuerda las típicas historias de universos alternativos en los que los malos han ganado, tipo X-Men Días de Futuro Pasado.
  • 3×11 Gingerbread, que destaca la Caza de brujas, y en el que a partir de la muerte de unos niños se pondrá en marcha un acoso contra todas las libertades, recordando que los actos más terribles muchas veces aparecen vestidos de las mejores intenciones..
  • 3×13 The Zeppo, en el que Xander vive una aventura en solitario tras querer todos protegerle, lo que hará que se meta en aún más líos de lo normal.
  • 3×14 Bad Girls es el episodio clave de la temporada, en el que el giro de Faith es super impactante pero a la vez resulta lógica con la construcción del personaje y la evolución que hemos visto a lo largo de la temporada.
  • 3×16 Doppelgangland, con una nueva aparición de Anya, que trae a nuestra realidad a la Willow vampira de 3×09 buscando recuperar sus poderes perdidos.
  • 3×17 Enemies, nos presenta otro de los grandes giros de la temporada al intentar Faith transformar a Angel para convertirlo de nuevo en malo.
  • Por último, 3×20 The Prom con el Baile de graduación, resultó un episodio lleno de emoción y alegría para Buffy que, por una vez puede disfrutar de un final feliz. Lástimas que falten dos episodios más para el final de temporada, el capítulo doble “Graduation Day”, escritos y dirigidos por Whedon.

Comentaba en mi artículo sobre la segunda temporada que Buffy transmitía de forma increíble el espíritu del Peter Parker perdedor que aunque vencía al malo veía como sus problemas personales aumentaban, esto fue para mi lo mejor de la temporada de largo.

El principal problema de este temporada es que estando bien, no consigue estar a la altura de la tensión y el drama previo. Y entiendo que muchas de las decisiones narrativas son interesantes y se plantean para romper las expectativas de los que se supone que los espectadores queremos ver. Pero entendiendo por qué las cosas se hicieron de esta manera no significa que el resultado sea mejor que lo anterior, cosa que creo que no sucede.

En este sentido, quizá por eso en la primera mitad algunos de mis episodios favoritos son los que rompen con el drama y se empapan de humor, como son los 3×06 o 3×13, frente a un drama que no acaba de cuajar.

En contraste hacia los malos malísimos amorales de toda la vida, la figura del educado y correcto alcalde que se preocupa por su subordinada sorprende al romper el estereotipo de lo que hay que esperar de un villano. Sin embargo, una vez vemos esta intención de romper nuestras expectativas, hay que reconocer que el personaje no está a la altura y nunca ofrece ningún tipo de amenaza. Y una serie de este tipo sin un villano indica un problema.

De igual forma, Faith se plantea como la versión cool y molona de Buffy, una cazadora con menos restricciones morales aparentemente más en la moda de lo que se llevaba en los comics o el cine de la época. En mi caso, he encontrado el personaje repelente, no me ha gustado nada. El giro que se produce en 3×14 Bad Girls hizo que entendiera lo que habían planteado al crear a este personaje, pero aún y con todo, se me ha quedado como alguien muy plano que no hemos llegado a conocer. Me gusta que se hayan atrevido a hace algo así, de nuevo, la intención, pero aún no tengo claro si me ha gustado la ejecución. En cierto sentido, Whedon plantea su propio Kingdom Come, en la que tras mostrar a la versión «cool» de los Caza Vampiros, nos cuenta por qué la heroina original siempre será mejor.

Otro elemento que me ha gustado menos es casi todo lo relativo a Xander, excepto el antes mencionado episodio 3×13. En la 2ª temporada, evolucionó algo y tuvo algo más de profundidad aparte de ser el tonto que produce el alivio cómico. Sin embargo, en esta 3ª el personaje involuciona y vuelve a ser un estúpido de primer nivel. Algo que podría decir también de Cordelia.

En esta 3ª temporada la psicología de Buffy juega un papel fundamental. Su estado anímico el 99% del tiempo es depresivo, al amar a alguien que no le va a corresponder, y eso una vez Angel revive, porque antes estaba depresiva pensando que le había matado, para luego estar triste porque sus amigos habían continuado con sus vidas cuando ella se marchó de Sunnydale. De nuevo, entiendo que el objetivo de Whedon y sus guionistas es reflejar en la serie la angustia existencial de la adolescencia, cosa que hacen, y que al dirigirse a un público adolescente, éstos se identificarán con el sufrimiento de Buffy.

Todo eso intelectualmente lo entiendo. Sin embargo, el drama sobre drama, las lágrimas sobre llanto continuas episodio tras episodio se me ha hecho super cargantes. Es por esto que ver un final feliz en 3×20 The Prom fue una maravilla y casi un oasis en el desierto. Tengo también claro que en este sentido, un adulto de cuarenta y tantos como yo no es el público objetivo al que va dirigida de esta serie ni Whedon buscaba que yo empatizara con Buffy, peeeeero globalmente el visionado de esta temporada no ha sido tan satisfactorio como la anterior.

Veo que me está quedando un artículo quizá muy negativo, cuando lo cierto es que me ha gustado Buffy T3 y voy a ver seguro la cuarta. Quizá el hecho que flipara tanto con la 2ª en este caso ha jugado en mi contra. En todo caso, dentro que es una serie adolescente, recomiendo sin duda su visionado.

Comparto el trailer de esta tercera temporada:

Aunque creo que Buffy va bajado un poco el nivel en esta tercera temporada respecto a la impresionante segunda, pero sigue siendo un estupendo entretenimiento y sigo enganchado y con ganas de empezar la cuarta a ver qué tal.

PUNTUACIÓN: 7/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de Battlestar Galactica temporada 3 (Prime Video)

La tercera temporada de Battlestar Galactica disponible en Prime Video es de largo la mejor hasta la fecha. La serie creada por Ronald D. Moore ha elevado el nivel de calidad y pone el listón muy alto de cara a la cuarta y última temporada.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Tras el enorme cliffhanger al final de la segunda temporada, esta tercera arranca con las consecuencias de la ocupación Cylon de New Caprica, y durante los 19 episodios de esta temporada van a pasar un montón de cosas. El canal Sci-Fi estrenó esta tercera temporada en octubre de 2006, terminando su emisión en marzo de 2007.

Ronald D. Moore y David Eick repitieron como productores ejecutivos, Moore escribió el episodio piloto, que fue dividido en dos: Ocupación / Precipicio, mientras que Eick escribió sólo uno. El resto de escritores de esta temporada fueron: El también productor Mark Verheiden escribió 4 episodios, al igual que Bradley Thompson & David Weddle. Anne Cofell Saunders (2), Michael Angeli (3), Michael Taylor (3) y Jane Espenson (2) escribieron el resto.

En la dirección tenemos a Michael Rymer, (7 episodios), Sergio Mimica-Gezzan (el episodio piloto), Robert Young (2), Félix Enríquez Alcalá (2), Jean de Segonzac (1), Bill Eagles (1), Michael Nankin (2), Edward James Olmos (1), Rod Hardy (1) y Wayne Rose (1).

A estas alturas de la serie no hay nuevas incorporaciones en el reparto, repitiendo los habituales Edward James Olmos (Comandante Adama), Mary McDonnell (Presidenta Laura Roslin), Katee Sackhoff (Kara «Starbuck» Thrace), Jamie Bamber (Lee «Apollo» Adama), James Callis (Gaius Baltar), Tricia Helfer (Número 6) Grace Park (Número 8, Sharon «Athena» Agathon), Michael Hogan (Coronel Saul Tigh), Aaron Douglas (Jefe de Mantenimiento Galen Tyrol), Tahmoh Penikett (Karl «Helo» Agathon, marido de Sharon), Nicki Clyne (Cally Henderson Tyrol, esposa de Galen), Kandyse McClure (Anastasia Dualla, esposa de Apollo), Alessandro Juliani (Felix Gaeta), Donnelly Rhodes (Doctor Sherman Cottle), Callum Keith Rennie (Múmero 2, Leoben Conoy), Lucy Lawless (Número 3, D’Anna Biers). Dean Stockwell (Número 1, John Cavil), Matthew Bennett (Número 5, Aaron Doral), Rick Worthy (Número 4, Simon), Michael Trucco (Samuel T. Anders, marido de Starbuck) y Richard Hatch (Tom Zarek).

Tengo que reconocer que cuantos más episodios de Battlestar Galactica veo, más me gusta todo. Lo que más me gusta es que aún siendo una ciencia ficción de temática espacial, está planteada desde los personajes, construyendo unas personas complejas que fallan y se equivocan casi tanto como aciertan, pero que intentan mantener la humanidad aún en las situaciones más extremas. Un buen ejemplo de esto son los personajes de Adama y la Presidenta Roslin, que aún con la mejor de las intenciones se muestran demasiado intransigentes y con un temperamento explosivo (en el caso de Adama), algo que no es lo más deseable en la persona al mando. Unido a esto, me gusta que Ronald D. Moore y los guionistas enfrenten a todos los personajes a cuestiones morales en los que no hay una solución fácil en blanco y negro, al estar todo presentado en diferentes tonos de grises.

Otro elemento muy chulo es la construcción de unos Cylones humanos que tienen los mismos sentimientos y dudas que los seres humanos “normales”. Además, su propia fe y la creencia en la existencia de un Dios Verdadero que les tiene preparado un destino aporta un toque religioso y de fe a una historia que en principio era sólo de ciencia ficción, el clásico humanos buenos contra robots malos. Porque por un lado los humanos no son tan buenos para empezar, mientras que los Cylones son mejores y tienen más sentimientos que lo que los humanos quieren pensar.

La tercera temporada de Battlestar Galactica me ha encantado además porque pasan un montón de cosas y el statu-quo cambia (de nuevo) completamente. Además de la historia general de la búsqueda de la Tierra mientras son perseguidos por los Cylons, creo que me han gustado incluso más los episodios individuales centrados en algunos de los personajes. Por ejemplo, 3×14 “The Woman King”, en el que Helo investiga un aumento de muertes dentro de una secta que no acepta los tratamientos médicos, o 3×16 “Dirty Hands” en el que el Jefe Tyrol desafía a Adama con una huelga cuando descubre las condiciones laborales y de vida de algunos trabajadores de la flota. Hay un montón de momentos super emocionantes en esta temporada, y lo mejor es que casi todos los personajes tienen su momento durante la serie.

Emocionalmente, Galactica está construida alrededor del triángulo formado por Adama, su hijo Apollo y Starbuck. La relación amorosa entre estos últimos a pesar de estar ambos casados con Dualla y Anders respectivamente marca gran parte de la temporada, además de descubrir que Starbuck tiene un destino importante reservado para ella, si sobrevive para contarlo, mientras que Apollo se debate por un conflicto interno entre lo que se espera de él y lo que su corazón le pide.

Además de Starbuck, Gaius Baltar tiene también su parte de figura mesiánica, primero para los Cylons y luego para una parte de la sociedad humana, y ambos sirven para afianzar la parte religiosa y filosófica de la serie, que estoy seguro que va a jugar un papel fundamental en la resolución de la historia.

Una parte importante de la trama de la primera y segunda temporadas se construía a partir de la paranoia de no saber quien era un Cylon. Desde el principio se supo que habían 12 modelos diferentes, y poco a poco fuimos conociendo a 7. Sin embargo, la identidad de los “Final 5” era un misterio incluso para los Cylons, de forma que saber su identidad y saber qué papel van a jugar en el destino al que aspiran los seres robóticos también plantea cuestiones interesantes a lo largo de esta tercera parte. De hecho, el descubrimientos de algunas de estas identidades ha provocado u shock bestial.

Quizá, por ponerle un pero, encuentro realmente cargantes las interpretaciones de Katee Sackhoff (Kara «Starbuck» Thrace) y James Callis (Gaius Baltar). El caso es especialmente sangrante con Starbuck que realmente su papel esta temporada es estar borracha (más que de costumbre) y llorar por las esquinas. Entiendo que Cackhoff interpreta lo que la piden, pero me parece demasiado over-the-top en todo momentos y más que lástima, me provoca incluso rechazo. Diferente es el caso de James Callis, al que le veo 100% metido en la piel de Baltar, pero con su cara aluciada la mayor parte del tiempo no me lo creo ni empatizo con su función de Mesías de ambos bandos.

En todo caso, Battlestar Galactica me parece una super seriaza que nos está enseñando que no hay una forma única e inalterable de ser “humano”, algo que cada vez veo más claro que es una metáfora de las diferencias raciales y la lucha para eliminar las desigualdades y la discriminación racial, algo que lamentablemente aún existe en los Estados Unidos y que está de triste actualidad.

Comparto el trailer de esta tercera temporada:

Battlestar Galactica se ha ganado a base de calidad su fama como una de las mejores series de ciencia ficción de la historia de la televisión. Esta tercera temporada ha subido el listón muy alto y espero que la conclusión en la próxima temporada esté a la altura. En todo caso, estoy disfrutando muchísimo el camino recorrido.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Vikingos temporada 3 (Prime Video)

Por fin pude ver la tercera temporada de Vikingos, disponible en Prime Video, y me ha parecido la mejor y más espectacular hasta la fecha.

PUNTUACIÓN: 8/10

Vikingos es una serie de televisión dramática histórica creada y escrita por Michael Hirst para el canal History inspirada en las saga del Vikingo Ragnar Lothbrok (Travis Fimmel), uno de los héroes nórdicos legendarios conocido como el azote de Inglaterra y Francia. La serie retrata a Ragnar como un granjero que alcanza la fama con incursiones exitosas en Inglaterra, y finalmente se convierte en un rey escandinavo, con el apoyo de su familia y sus guerreros.

Esta tercera temporada se emitió originalmente en 2015 y contó con diez episodios escritos por el showrunner y creador Michael Hirst, y dirigidos por Ken Girotti (4 episodios), Jeff Woolnough (2), Helen Shaver (2) y Kelly Makin (2). La temporada sirve para ampliar las relaciones entre Ragnar y el rey Ecbert de Wessex (Inglaterra), mientras se prepara el histórico asalta a la ciudad de Paris.

El reparto está protagonizado por el antes mencionado Travis Fimmel como Ragnar Lothbrok, Katheryn Winnick como su primera mujer Lagertha, Alyssa Sutherland como la Princesa Aslaug, su segunda esposa, Clive Standen como su hermano Rollo, Gusaf Skargard como Floki, amigo de Ragnar y constructor de barcos, Alexander Ludwig como Björn Ironside, el hijo de Ragnar y Lagertha que les acompaña en sus campañas, Linus Roache como el inteligente y despiadado Rey Ecbert de Wessex, y George Blagden como Athelstan, un monje anglosajón dividido entre los dioses vikingos y el dios cristiano; es amigo y asesor tanto del rey Ragnar como del rey Ecbert.

Una de las cosas más destacada de Vikingos es su perfecta ambientación del mundo medieval de los siglos VIII y IX. El vestuario, los barcos o los pueblos nórdicos y británicos dan una sensación de realismo total, casi parece que esté viendo un documental del Canal Historia.

Comentaba en mis reseñas de la primera y segunda temporadas que Vikingos es una serie perfecta para los amantes de las historias históricas de acción y que resultaba muy entretenida, pero sin embargo siempre me faltaba algo para poder calificarla de “seriaza”. Empezando por la montonera interpretación del protagonista Travis Fimmel, en su papel de Ragnar Lothbrok.

Sin embargo, debo decir que esta tercera temporada me ha parecido la mejor hasta la fecha. Vuelven a pasar muchas cosas durante los 10 episodios, pero no encontré momentos que me parezcan “paja” para rellenar sin importancia para la trama principal. Las intrigas en Wessex me interesan, sobre todo por el carisma e inteligencia que transmite Linus Roache como el Rey Ecbert de Wessex. La historia ambientada en el hogar de Kattegat mientras los guerreros parten a saquear tierras extranjeras también me mantuvo super interesado toda la temporada, y el climax de la temporada con el asedio de Paris me han parecido unos episodios bestiales casi al nivel de Juegos de Tronos, con una espectacular sorpresa final.

Incluso diría que vi muchísimo más entonado a Travis Fimmel y al resto del reparto, lo que ya sería la guinda del pastel. Como buena historia medieval, me gusta la sensación de que no hay nadie a salvo y cualquiera puede morir en cualquier momento, algo que era la norma en esa dura e inmisericorde época medieval.

Como digo, esta tercera temporada me ha parecido la mejor hasta la fecha y seguro que veré la cuarta en cuanto tenga un momento, ya que ahora mismo se me acumulan las series televisas que quiero ver. Dicho esto, si tuviera que decir algo menos bueno, diría que dentro que tengo claro que esto es puro entretenimiento, empiezo a encontrar reparos en la glorificación que la serie hace de la salvaje cultura vikinga que no creaba nada, sólo robaba y destruía lo que tenía a su alcance. La serie parece celebrar la pureza vikinga mientras denuncia las crueles prácticas del manipulador Rey Ecberg, y en general de los cristianos, o la debilidad del Rey Francés, mostrado como un pusilánime que no supo defender su capital de los bárbaros norteños.

Como digo, entiendo la parte de entretenimento, peeeeero un poco sí me fastidia que la sensación que buscan es que los espectadores pensemos que los vikingos eran geniales o de alguna forma mejores que otras culturas y reinos de la época, cosa que no pienso en absoluto.

Comparto el trailer de esta tercera temporada:

Vikingos es un notable entretenimiento que de momento no deja de mejorar. De hecho, aunque veré seguro la cuarta temporada, me parece difícil que pueda mantener el nivel. Espero que la caliad de la serie me desmienta.

PUNTUACIÓN: 8/10

 

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¡Saludos a todos!

Crítica de Hap and Leonard temporada 3 (prime Video)

Aprovechando mi suscripción a Prime Video y debido a estos días de confinamiento he terminado de ver Hap and Leonard,al ser su tercera temporada de momento la última de las adaptaciones televisivas de las novelas de Joe R. Lansdale.

PUNTUACIÓN: 7/10

La tercera temporada adapta The Two-Bear Mambo, la segunda novela de la serie escrita por Joe R. Lansdale donde el dúo protagonista que da título a la serie busca localizar a la abogada de Leonard Florida Grange (Tiffany Mack) que desapareció en el pueblo de Grovetown dominado por el KKKlan, justo antes de la llegada a la zona de una gran tormenta.

Hap and Leonard, serie ambientada en el Sur rural de los años 80 creada por Nick Damici y Jim Mickle adaptando las novelas de Joe R. Lansdale. Esta tercera temporada se estrenó en marzo de 2018 y fue emitida por el canal Sundance TV, contando con guiones de Nick Damici y Jim Mickle, con colaboraciones de John Wirth, Ione Lloyd y Pam Veasey. Los seis episodios de esta tercera temporada fueron dirigidos por Jim Mickle, Abe Sylvia y Michael Katleman.

Hap Collins (interpretado por James Purefoy) es el típico perdedor de buen corazón al que la vida ha golpeado fuerte una y otra vez. Fue a la cárcel por negarse a ir a la guerra de Vietnam y malvive con trabajos esporádicos. Es tranquilo y callado, e intenta vivir con la conciencia tranquila.

Leonard Pine (Michael Kenneth Williams) es su opuesto, un gay de color ¡en el Texas de los 80!, que sí fue a luchar a Vietnam y tiene graves problemas para controlar su ira. Aunque son como el ying y el yang o el perro y el gato, harán lo que sea el uno por el otro.

El Sur profundo, racista y empobrecido, es el otro gran protagonista de esta serie, y su ambientación en los años 80 es perfecta para reflejar una realidad que sigue de máxima actualidad en el presente.

Esta tercera temporada comienza con unas estupendas gotas de humor gracias a unos diálogos estupendos que contrastan con el drama que se empieza a intuir, al conocer Hap que su amiga y antigua amante Florida Grange (Tiffany Mack), una dura abogada de color, ha desaparecido en el vecino pueblo de Grovetown dominado por el KKKlan. En estos primeros momentos se nota que la pareja protagonista se han convertido casi en miembros de nuestra familia, con una complicidad con la que conecté de principio a fin.

Pero el humor tiene las horas contadas, ya que el viaje a Grovetown va a ser tan complicado como se intuye, y descubriremos la horrible realidad del racismo cotidiano que miles de personas de color han sufrido y ¿siguen sufriendo? En el Sur Profundo. Como buena historia “noir” de perdedores, los buenos no siempre consiguen lo que buscaban y la traición y la pérdida son parte esencial de sus vidas. Los espectadores queremos que todo les vaya bien, pero en el fondo sabemos que la vida les va a golpear donde más les duele.

La amistad de Hap and Leonard va a ser puesta a prueba en esta temporada de la forma más dura posible, y esto supone un duro golpe para el espectador al tenerles casi como unos colegas de toda la vida. Su humanidad y sus fuertes valores morales, a pesar de ser unos don nadies, son sus mejores cualidades y lo que consigue que la serie triunfe.

Otro de los detalles que más me gusta de Hap and Leonard es que la serie va directa al grano, los seis episodios son los justos para adaptar correctamente la novela de Joe R. Lansdale sin alargar tramas innecesariamente. Lo cual hoy en día me parece un plus, teniendo en cuenta lo habitual que es ver series de 10 episodios (HBO o Prime) o 13 (Netflix) llenos de minutos de la basura que se siente como “paja” sin importancia para rellenar minutos.

Debo comentar sin embargo que ha sido el final justo lo más flojo de toda temporada. No me sorprende el recurso de hacer que dos sucesos aislados sin prácticamente conexión confluyan en un mismo momento en un mismo lugar, pero con lo bien construido que estuvo todo, los 15 últimos minutos me parecieron demasiado poco, demasiado rápido, para dar carpetazo a toda la historia. Además, que hay un giro final a la sorpresa del episodio (que no comento por los spoilers) me pareció un truco un poco tramposo y doloroso para los personakes. En todo caso, Hap and Leonard me parece una estupenda serie que merece ser descubierta, sobre todo si te gusta el género negro.

Comparto el trailer de esta tercera temporada:

Hap and Leonard ha sido una estupenda serie de perdedores que me ha ofrecido un buenísimo entretenimiento. No estará jamás en ninguna lista de “mejor serie del año” ni falta que le hace. Ya me gustaría que hubieran más series como esta, que personalmente conecta perfectamente con mis gustos personales.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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