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Crítica de Operación Fortune: El gran engaño de Guy Ritchie

Podría decirse que cuando uno va a ver una película de Guy Ritchie, ya sabes a lo que vas. Y siendo cierto, la verdad es que la nueva colaboración de Ritchie con Jason Statham, Operación Fortune: El gran engaño con una variación sobre las historias de James Bond, me ha parecido super divertida.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El agente del MI6 Orson Fortune (Jason Statham) y su equipo reclutan a una de las estrellas de cine más importantes de Hollywood (Josh Harnett), para que los ayude en una misión encubierta para rastrear y detener la venta de nuevas tecnologías de armas mortales, a manos del multimillonario Greg Simmonds (Hugh Grant).

Guy Ritchie escribe el guion de esta película junto a Ivan Atkinson y Marn Davies. La película es una nueva colaboración entre Ritchie y Jason Statham tras la excelente Despierta la furia (2021). Si a esto sumamos Lock, Stock & Two smoking barrels (1998), Snatch, Cerdos y diamantes (2000) y Revolver (2005), se nota que estamos ante dos profesionales con una sensibilidad muy parecida que conectan bien profesionalemente.

La película de 114 minutos de duración ha sido rodada en localizaciones de Antalya (Turquía), Farnborough y Qatar, y cuenta con fotografía Alan Stewart, montaje James Herbert y música Christopher Benstead.

Además de Jason Statham, que interpreta al super agente del MI6 Orson Fortune, la película cuenta con Aubrey Plaza como Sarah Fidel y Bugzy Malone como J.J., miembros del equipo de Orson, y Josh Hartnett como Danny Francesco, una estrella de Hollywood que ayudará a los agentes en su misión de infiltrarse en una fiesta del magnate Greg Simmonds (Hugh Grant), que además de su labor humanitaria es un marchante de armas internacional. Cary Elwes interpreta a Nathan Jasmine, el jefe de Fortune, mientras que Eddie Marsan es Knighton, el director del MI6.

Tras mostrarnos el mundo de los robos en Despierta la furia, Guy Ritchie dirige su mirada en esta película al mundo del espionaje internacional y el género popularizado por James Bond. Y para esto el estoicismo y el rollo cínico de Statham le van perfectos a la película. La estrella del cine de acción solo tiene un modo en pantalla, ser el puto amo, y aquí vuelve a tener rienda suelta para serlo (aunque el guion incluye una pulla sobre que se está haciendo mayor y le cuesta subir unas escaleras en una persecución).

Si la película funciona es gracias a una pletórica Aubrey Plaza que para mi es junto a Hugh Grant los MVPs de la película. El carisma y humor que transmite Plaza es el contrapunto genial al monotemático Statham, consiguiendo que la narración sea super divertida. Junto a Plaza, Hugh Grant parece que disfruta de una segunda juventud actoral y me ha flipado durante todo el metraje. Cuanto más ambiguo y amoral es su personaje, más a gusto se le ve en pantalla y mayor el disfrute para el espectador. Con Statham sabes lo que hay, pero ellos dos salvan para mi la película y añaden el elemento inesperado lleno de personalidad que necesita la película.

Creo que junto a ellos, Guy Ritchie está genial. Aparte de unas estupendas escenas de acción, que ya se dan por supuesto pero que luego hay que cumplir y Ritchie lo hace, el director británico ha descubierto el uso de drones, aprovechándolos para varios planos super chulos. Pero además, el que tuvo retuvo, porque toda la película tiene flow, el ritmo te atrapa desde el primer fotograma, con un excelente tiroteo con un montaje paralelo a otra acción, hasta el final. Hay además algunas soluciones narrativas que me parecen super interesantes y que lo mejor de todo es que funcionan, consiguiendo que la película sea super entretenida y un triunfo teniendo en cuenta sus pretensiones.

Como buena película de James Bond, la película se mueve en múltiples localizaciones en un mundo del crimen internacional que se realiza vestidos con smoking y trajes de fiesta. Y es curioso que toda la trama se basa en un tremendo macguffin, encontrar algo que ha sido robado que no se sabe que es pero seguro debe ser peligroso. La forma en que la trama se mueve a lo largo de la película creo que sirve de comentario, y tal vez de ligera crítica tomada desde el humor, hacia los numerosos clichés del género. Como lo es que para convencer a Fortune el personaje de Cary Elwes tenga que sobornarle con caras botellas de vino que toma en los aviones de super lujo en que se monta para realizar la misión. O que al grupo de Fortune se le oponga otra sección del gobierno británico que aparentemente busca llevarse la gloria de encontrar el objeto desaparecido antes que el MI6.

Por ponerle un pero, aunque tiene un par de detalles super divertidos, la verdad es que en general Josh Hartnett está bastante desaprovechado. Él y el argumento de un actor que se cree el no va más que se ve inmerso en el peligroso mundo del espionaje internacional podría haber dado mucho más de si, aunque diría que Hartnett se lo pasó genial rodando la película. Esta es para mi la parte más floja de la película, aunque hay que reconocer que la parte final en que Hartnett conecta con Hugh Grant produce momentos super divertidos.

Dentro que todo está super bien rodado y la película me ha gustado mucho, hay también una cierta sensación de que Ritchie se esfuerza mucho en hacer que la película parezca cool, en lugar de serlo. Esto es un poco una chorrada, pero hay ciertos gags que más allá de que funcionen mejor o peor me muestran a unos profesionales queriendo que se note lo guays que son y que por ellos no pasa el tiempo. Cosa que si sucede, obviamente.

Estos comentarios son hilando muy fino e intentando comentar algo menos bueno de una película que realmente me ha gustado y considero que ha cumplido de sobra con su función de entretenimiento.

Comparto el trailer de la película:

Operación Fortune: El gran engaño es una película super entretenida que ha cumplido de sobre su objetivo de entretenimiento. Ojalá muchas más películas de este tipo tan bien hechas y tan divertidas.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Legion temporada 2 de Noah Hawley (HBO)

La segunda temporada de Legion, serie creada por Noah Hawley para FX y que pude ver en HBO, basada en el personaje de los comics Marvel, ha sido un interesante experimento narrativo con un giro final excelente.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Un año después de que Amahl Farouk / Shadow King escapara en el cuerpo de Oliver Bird y David Haller fuera secuestrado por un extraño orbe, los mutantes de Summerland y la agencia de gobierno División 3 se han unido para impedir que Farouk encuentre su cuerpo original, lo que le permitiría desatar todo su  poder. La repentina vuelta de David al mundo real le dará una última oportunidad de acabar con esta amenaza de una vez por todas, y de poder reunirse con su amada Syd.

Noah Hawley (Fargo) repite como Showrunner de esta segunda temporada, y escribe todos los guiones en colaboración de Nathaniel Halpern (8 episodios) y Jordan Crair (1 episodio), e incluso ha dirigido un episodio.

Dan Stevens repite como David Haller, el mutante de clase Omega con poderes y enfermedad mentales, Rachel Keller es su novia Sydney «Syd» Barrett, Aubrey Plaza es Lenny Busker y Navid Negahban es Amahl Farouk, el malvado Shadow King que amenaza con apoderarse de las mentes de toda la humanidad.

En los comics Marvel de los X-Men y New Mutants, David Haller es el hijo de Charles Xavier y Moira MacTaggert. Xavier le sumió en un coma inducido debido a que su enfermedad mental y sus variadas personalidades amenazaban con provocar daños catastróficos. La serie reconoce como creadores a Chris Claremont y Bill Sienkiewicz, aunque en la serie reconozco elementos de la etapa más reciente del personaje escrita por SImon Spurrier en X-Men Legacy.

Más allá del dato comiquero, me gusta la forma como Noah Hawley toma los comics como inspiración pero construye una obra que es 100% propia y que busca crearse una personalidad diferenciada respecto a cualquier otra serie actualmente disponible en los diferentes canales online. Creo que esto es muy de agradecer y de hecho, considero que su éxito es monumental.

Visualmente, la serie mantiene un nivel de excelencia bestial, mostrando una psicodelia y una fotografía que busca sorprendernos a los espectadores y dejarnos con la boca abierta, cosa que consigue. Hay muchos fotogramas que podrían estar expuestos en museos sin mayor problema, y en ese sentido, la serie es super chula.

En mi reseña de la primera temporada ya comentaba que había un gran desequilibrio entre el continente y el contenido, entre la estética y la forma en que nos contaban los problemas de David y lo que pasaba realmente durante los primeros 8 episodios. Esto es obvio que se mantiene en la segunda temporada, aunque ampliando el foco al resto de personajes secundarios.

Además, si la primera temporada giraba en entender David que el Shadow King había poseído su mente y la mayoría de la acción sucedía en su mente, en esta segunda temporada se mantiene el estar casi más tiempo en el plano astral que en el mundo real, pero desde varios puntos de vista diferentes.

Sin embargo, esta segunda temporada cuenta con 11 episodios y peca del mismo problema de la primera, ampliado. Debido al interés en ampliar el foco hacia los personajes secundarios, se pierde el hilo central de la serie, la lucha de David y Syd contra el Shadow King, y hubo momentos en que al menos yo como espectador deseé que la trama avanzara.

Sin embargo, debo reconocer que los dos episodios finales compensan esta lentitud y ofrecen unos giros y un climax sorprendente y satisfactorio, que abre además un nuevo escenario de cara a la tercera temporada que acaba de estrenarse.

En los referido a las interpretaciones, me flipa mucho Dan Stevens como David Haller. La serie funciona porque él hace creíble toda la locura a su alrededor y hace que empaticemos con su lucha interna y externa. Pero esta segunda temporada es también la temporada de Rachel Keller como su novia Sydney «Syd» Barrett, hasta el punto que emerge como una autentica heroína que busca salvar a la humanidad.

Aubrey Plaza como Lenny Busker, la amiga de David  que se ha unido a Farouk en el bando enemigo, Katie Aselton como la hermana de David Amy que murió, Jean Smart como Melanie Bird, la mujer de Oliver (Jemaine Clement), que se ha tomado especialmente mal su desaparición a manos de Farouk, todos tienen su momento de gloria en esta segunda temporada y consiguen que no parezca una serie de 2 protagonistas con secundarios sin sustancia.

Una de las diferencias de esta temporada ha sido encontrar a un narrador omnipresente que nos irá dando píldoras de conocimiento super interesantes que explican en general elementos claves de esta temporada y del mundo de las enfermedades mentales.

«Un delirio comienza como cualquier otra idea, como un huevo. Idéntico por fuera, perfectamente formado. Desde la cáscara, nunca sabrías que algo estaba mal. Lo que está dentro es lo que importa.»

«Los seres humanos son el único animal que forma ideas sobre su mundo. Lo percibimos no a través de nuestros cuerpos sino a través de nuestras mentes. Debemos estar de acuerdo en lo que es real. Debido a esto, somos el único animal en la Tierra que se vuelve loco.»

«¿Si la idea de enfermedad puede convertirse en enfermedad, ¿qué más de nuestra realidad es en realidad un trastorno?»

«Donde el pesimista ve el peligro escondido detrás de cada esquina, el optimista ve la amistad. Es por eso que, cuando encontramos una coincidencia, a menudo vemos una conspiración.»

«El amor no nos va a salvar. Es lo que tenemos que salvar. El dolor nos hace lo suficientemente fuertes para hacerlo. Todas nuestras cicatrices, nuestra ira, nuestra desesperación, es una armadura. Baby, Dios ama a los pecadores mejor porque nuestro fuego arde brillante, brillante, brillante. Quémate conmigo.»

«Soy una buena persona. Merezco ser amado.»

Estas gotas de conocimiento son super interesantes, la forma en que están presentadas a modo casi de manual de autoayuda es una chulada total, y ayudan a que el giro final sea totalmente lógico, a pesar que de confío que todo no sea lo que parece.

Reconozco que siempre prefiero historia por encima de estética, y por eso el visionado de esta segunda temporada se me atragantó varias veces que intenté empezarla. Sin embargo, no hay duda que Legion habrá hecho muchas cosas muy bien si me ha mantenido interesado a lo largo de estas dos extrañas y psicodélicas temporadas.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

Legion es un buen ejemplo de una serie diferente que ofrece algo original a los espectadores. NO es mi serie favorita inspirada en personajes de comic, pero volveré para la tercera temporada a ver como Hawley cierra su historia.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

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