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Crítica de F1 de Joseph Kosinski

Brad Pitt sabe lo que el público queremos ver. F1, su colaboración con Joseph Kosinski (Tron: Legacy , Top Gun Maverick) es un blockbuster modélico que merece verse en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Sonny Hayes fue el fenómeno más prometedor de la Fórmula 1 en la década de 1990, hasta que un accidente en la pista acabó prácticamente con su carrera. Treinta años después es un piloto nómada a sueldo al que contacta su antiguo compañero de equipo, Rubén Cervantes, propietario de un equipo de Fórmula 1 al borde de la quiebra. Rubén convence a Sonny para volver a la categoría reina del automovilismo y tener una última oportunidad para salvar al equipo. Su compañero será el novato Joshua Pearce, el piloto estrella del equipo, que está decidido a imponer su propio ritmo.

Joseph Kosinski (Iowa, 1974) es un veterano director de blockbusters americano. Debutó con Tron: Legacy (2010), a la que siguió Oblivion (con Tom Cruise, 2013), Only the brave (2017), el megaéxito de Top Gun Maverick (2022), Spiderhead (2022) y ahora F1. Kosinski además de producir y dirigir la película ha escrito el argumento junto a Ehren Kruger (guionista de varias de las peores películas de la franquicia de Transformers), que escribe el guion.

La película de 156 minutos de duración y un presupuesto de 200/250 millones de dólares pagados por Apple, con Warner encargada de la distribución a nivel mundial y Jerry Bruckheimer produciendo. F1 cuenta con fotografía de Claudio Miranda, montaje de Stephen Mirrione y música de Hans Zimmer. La película se rodó en localizaciones en Silverstone (Reino Unido) e incluyó el rodaje durante el fin de semana del Gran Premio de Gran Bretaña de 2023, los días 8 y 9 de julio. También se rodó en los circuitos de Hungaroring, Spa-Francorchamps, Monza, Zandvoort y Suzuka.

En el reparto encontramos a Brad Pitt interpreta a Sonny Hayes, un piloto nómada a sueldo y antiguo piloto de Fórmula Uno para Lotus en los años 90, que es reclutado para unirse al equipo APX GP F1. Damson Idris es Joshua Pearce, un novato que conduce para APX, convirtiéndose en el compañero de equipo y principal rival de Hayes. Kerry Condon interpreta a Kate McKenna, la directora técnica de APXGP. Javier Bardem es Rubén Cervantes, el dueño del equipo y amigo de Hayes. Por último, Tobias Menzies hace de Peter Banning, miembro del consejo de APX.

Al estar ambientada en la F1, además de los actores tenemos la aparición de muchísimos pilotos, entre los que tenemos a Lewis Hamilton, siete veces Campeón del Mundo , Fernando Alonso, dos veces Campeón del Mundo de Pilotos, Alexander Albon, Oliver Bearman, Valtteri Bottas, Franco Colapinto, Nyck de Vries, Jack Doohan, Pierre Gasly, Zhou Guanyu, Sergio Pérez, Carlos Sainz Jr. y muchos más.

F1 es una de las películas del verano. Un blockbuster modélico con una producción y un apartado técnico alucinante y un Brad Pitt sabiendo el tipo de personaje que el público queremos ver.

Justo antes de entrar a ver la película comentábamos que nos temiamos una historia llena de clichés de las historias deportivas. Pero al mismo tiempo, la clave no era si el cliché estaba, sino si se utilizaba de forma interesante o chapucera. Porque como en todo, la clave no está en la herramienta sino en el uso que se hace de ella. Y F1 plantea una película espectacular que consigue atrapar al espectador y dejarnos con el mejor sabor de boca posible. No está nada mal.

Brad Pitt hace de Brad Pitt en la película. O al menos, de la imagen que tenemos de él los espectadores. Pitt es Sonny Hayes, un piloto que iba para estrella de la F1 al que un accidente truncó su carrera. Al principio de la película está conduciendo (y ganando) las 24 horas de Daytona, momento tras el cual Hayes se marcha a pesar de la insistencia de su director de equipo para que renueve con ellos para la próxima temporada. Como el pistolero sin nombre interpretado por Clint Eastwood en la trilogía del dólar de Sergio Leone, Hayes no tiene casa y tras una aventura marcha a otro lugar a buscar su próxima.

En ese momento llega Rubén Cervantes (Javier Bardem), el dueño de la escudería de F1 APX GP que se encuentra en una situación límite. Tras 2 temporadas y media, su equipo no ha conseguido ningún punto en la F1 y su piloto principal se ha marchado dejándoles colgados. Rubén le explica que si no consiguen ganar una carrera en lo que queda de temporada, hay muchas posibilidades de que pierda la escudería al encontrarse arruinado por las deudas. Rubén fue amigo y compañero de Hayes cuando ambos corrían en la F1, y acude a él desesperado para intentar que le ayuda a conseguir al menos un punto. Lo que Rubén (y todos) no se esperan son los métodos poco ortodoxos que Hayes va a plantear en los circuitos para conseguir que la escudería no desaparezca. Comienza el show.

Pitt es perfecto en el papel de piloto veterano atormentado por su pasado que sin embargo sabe más que nadie en el equipo y no tiene problema en expresarlo. Su actitud de maestro zen unido a una actitud un poco sobrada es justo lo que esperamos ver de Pitt, y él lo borda. Igual podría decirse que Pitt tiene apenas este registro actoral, pero nos da igual cuando lo que hace lo hace tan bien y su carisma se sale de la escala a lo largo de toda la película.

Hayes tendrá que competir contra Joshua Pearce (Damson Idris), su compañero en la escudería, para hacerle entender que ambos deben trabajar juntos para que el equipo pueda sobrevivir. Pearce tiene un ego al menos tan grande que el de Hayes, y tendrá que ir entrando en razón y aceptar que Hayes sabe lo que es mejor para todos. El otro personaje importante de la película es Kate McKenna (Kerry Condon), la primera mujer ingeniera jefe de una escudería de F1, que tendrá que entender a Hayes si quiere construir un coche mejor que haga al equipo competitivo.

Mientras empieza la lucha de egos, el campeonato de F1 continúa, y veremos varias carreras en las que Hayes y Pierce competirán entre ellos y contra los demás equipos. Dentro de ser una película que conecta todo el rato con los clichés del género deportivo, me gusta la química que tiene Pitt con Condon y con Idris, que es otro de los motivos del éxito de la película. Junto a ellos, por supuesto Javier Bardem añade todo su carisma, lo que ayuda a que todas las piezas encajen y la melodía esté afinada.

Tener a la empresa de la F1 asociada a la película ha permitido que aparezcan prácticamente todos los pilotos de la parrilla de la F1. Esto es un detalle que está super chulo y ayuda a que la historia, por fantástica que sea, se sienta como dentro del mundo real de las carreras. Aunque no soy fan de la F1, ver a Fernando Alonso o a Carlos Sáinz me provocó una sonrisa.

Aunque F1 es una película larga de 2 horas y media de duración, estamos ante un blockbuster palomitero de primer nivel que consigue mantener aferrado al asiento de principio a fin. La duración no es nunca un problema si la película está bien. En este momento tengo que quitarme el sombrero ante el trabajo de Joseph Kosinski, porque narrativa y técnicamente la película es siempre espectacular y emocionante cuando tiene que serlo.

Hablaba del cliché y si eso es bueno o malo. Hay una parte de ello, porque como buena película deportiva que es, no hay duda que Pitt / Hayes va a conseguir el objetivo que se plantea al comienzo. Pero la película consigue sorprender con las decisiones que toma Hayes en la pista, es divertida cuando tiene que serlo y dramática cuando toca. Y siempre espectacular. El ritmo que imprime Kosinski me parece perfecto, y es lo que hace que la película nunca aburra aunque en realidad estamos viendo carreras de coches que en el mundo real no pueden ser más aburridas. Pensando en Top Gun Maverick, el ejército de los USA cedió su infraestructura para la película porque les daba la mejor publicidad posible. De hecho, tras su estreno aumentaron los alistamientos de gente queriendo emular a Pete Mitchell. En ese sentido, si la idea era vender la espectacularidad de la F1 a las nuevas generaciones para que se suscriban a DaZN, el éxito es monumental.

Las escena de Pitt pilotando un F1 (más o menos) son lo mejor de la película. Se ha comentado que Kosinski ha conseguido miniaturizar las cámaras que usó en Top Gun Maverick para ponerla alrededor del habitáculo del coche de carreras. Y el resultado es espectacular. La integración de acción real con fondos o vehículos digitales me parece magistral, hasta el punto de no saber en ningún momento qué elementos son reales y cuales digitales. La perfección visual que ha alcanzado Kosinski me ha volado la cabeza.

Dentro del fantástico apartado artístico hay que señalar la atronadora edición de sonido, sobre todo en la sala Dolby ATMOS en que vi la película, que ayuda a meterte en las carreras. También me ha gustado la música de Hans Zimmer, que transmite la velocidad y la épica de la competición, a lo que hay que sumar una selección de canciones que ayudan a construir la sensación de blockbuster de calidad.

F1 es una película con un presupuesto muy importante. Según las fuentes está entre los 200 y los 250 millones de dólares. Pues todos esos millones se ven en pantalla. La potencia visual de la película se ve y se siente desde el primer fotograma. Ya me gustaría que más películas tuvieran esta perfección visual. El climax final en el que sientes lo que es estar corriendo en una carrera de F1 me parece impresionante.

Cuando se analiza la crisis de las salas cinematográficas y la bajada de espectadores, por supuesto un factor importante de competencia viene de la enorme oferta de ocio disponible en streaming. Pero también habría que analizar por qué los estudios han estado AÑOS sin ofrecer a los espectadores un espectáculo del nivel de F1.

F1 es una película feel-good que te deja con la mejor sensación posible al final de la película. Y que puede ser disfrutada por todo tipo de espectadores, porque apela a todos sin excluir a nadie porque se centre en un mensaje identitario u otro. Una película filmada increíblemente que sabe que su función principal no es ser «importante», sino tan solo entretener. Y que lo consigue sin duda.

Top Gun Maverick es un peliculón que he visto en numerosas ocasiones. Y tengo claro que veré con mi hijo F1 muchas veces, porque nos ha dejado a los dos la mejor de las sensaciones. Ojalá los estudios aprenden y se dejen de chorradas y vuelvan al camino que nunca deberían haber abandonado, que es hacer película que gusten al PÚBLICO, sin importar lo que intenten decir los supuestos líderes de opinión de internet. Ojala podamos ver muchas más películas como F1 en pantalla grande.

Comparto el trailer de esta película:

F1 me ha parecido un películón. No lo dudes y vete a verla en la pantalla más grande y con mejor sistema de sonido posible.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Wolfs de Jon Watts (Apple TV)

Tras disfrutar de Star Wars Tripulación perdida, la primera película que vi aprovechando mi nueva suscripción a Apple TV ha sido Wolfs, la película de Jon Watts protagonizada por George Clooney y Brad Pitt

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Dos “solucionadores” rivales se encuentran cuando los llaman para tapar el desliz de una importante funcionaria de Nueva York. Deben dejar de lado sus rencillas —y sus egos— para terminar el trabajo durante una noche explosiva.

Jonathan Watts (Colorado, 1981) es un director de cine, productor y guionista estadounidense. Consiguió llamar la atención de los grandes estudios gracias a Cop Car (2015), su segunda película tras su debut con Clown (2014) una película de terror de bajísimo presupuesto. En la actualidad es conocido por dirigir las películas de Spider-Man dentro del Universo Cinematográfico Marvel (MCU): Homecoming (2017), Far From Home (2019) y No Way Home (2021). Más recientemente Watts acaba de triunfar en Disney+ con su serie Star Wars Tripulación perdida.

Antes del estreno de Spiderman No Way Home, en septiembre de 2021 se anunció que Watts escribiría y dirigiría Wolfs, película para la que había conseguido contratar a George Clooney y Brad Pitt, que también producirían la película junto a Watts. Inmediatamente después de este anuncio, Apple Studios compró los derechos de la película. La película de 109 minutos de duración ha contado con fotografía de Larkin Seiple, montaje de Andrew Weisblum y música de Theodore Shapiro.

Además de los carismáticos Clooney y Pitt, en la película encontramos a Amy Ryan como Margaret, Austin Abrams como el chico, Poorna Jagannathan como June, Zlatko Burić como Dimitri, Richard Kind como el padre del chico y Frances McDormand como la voz de Pamela Dowd-Herdry.

El estreno de Wolfs llegó con polémica, ya que a pesar de haber prometido su estreno en salas comerciales, Apple decidió en el último momento estrenarla de forma limitada durante una semana en unas pocas salas, para lanzarla directamente en streaming a continuación. Está decisión sentó especialmente mal a Jon Watts, que declaró sentirse engañado. Hasta tal punto llegó el desencuentro que Jon Watts devolvió a Apple el dinero que le había dado para rodar una continuación, que no va a producirse. Y aunque me da un poco de pena, porque he disfrutado muchísimo con esta película, creo que Watts ya tomado la decisión correcta. Porque ya es hora de que los profesionales se plantea ante productores que no respetan los acuerdos firmados por ellos mismos.

Entrando a valorar Wolfs, la película de Jon Watts en muchos aspectos recuerda a una película de la época dorada de Hollywood, cuando las películas se hacían para resaltar el carisma de su pareja protagonista. Y eso es precisamente lo que tenemos el 95% del tiempo, con lo que los espectadores salimos ganando, porque Clooney y Pitt son muy buenos en lo suyo.

Podría decirse sin equivocarnos que tanto George Clooney como Brad Pitt se han guardado unos personajes que entran dentro de su zona de confort actoral, con los tics esperables de una buddy-movie de este tipo en el que dos personas a priori antagónicas se ven obligadas a trabajar juntas y acaban descubriendo que tienen muchas más cosas en común de lo que les gustaría creer. Clooney es el veterano que parece tenerlo todo bajo control, aunque no sea así. Y Pitt como un arreglador muy capaz pero no tanto como su ego quiere creer.

La historia de Watts funciona como un reloj, ofreciendo montones de momentos en los que la vena cómica de Clooney y Pitt lleva el tempo de la película, dándonos montones de momentos super divertidos que me tuvieron con la sonrisa en la cara a lo largo de toda la película. Lo interesante es que justo cuando parece que la película se puede estancar, llega el giro que lleva a la película a una nueva dirección, al entrar el misterio conspiranóico y no saber qué es lo que está pasando en realidad. La película es sobre todo comedia negro, con poca acción pero muy bien ejecutada en el último cuarto de película.

Visualmente, Wolfs destaca por una llamativa escena en la que los protagonistas persiguen por la Nueva York nevada a una persona en calzoncillos. La persecución tiene momentos super chulos, pero igual acaba siendo un minuto demasiado larga, como si Watts se recreará demasiado en el frikada que había planteada. Dicho esto, es una escena super chula.

Wolfs es una película modélica que creo que lo hace todo bien y que ofrece el tipo de entretenimiento que prometía, con unos actores que rebosan carisma y personalidad. Además de una química espectacular. Es una película que sin duda hubiera merecido verse en pantalla grande. Yo desde luego hubiera pagado para verla.

Sin embargo, comentando la película con mu hermano, el no tenía tan claro que la decisión de Apple fuera errónea, pensando que igual Clooney y Pitt están un poco mayores y no está tan claro que el público «normal» se hubiera visto atraído a esta película son aromas añejo. No sé si tiene razón, pero dentro de ser precisamente el público «veterano» al que los estudios no dirigen sus películas, si algo me atrae es ver una película que sabe a lo que juega y lo ejecuta de forma modélica, con unos personajes que son puro carisma gracias a las estrellas que los interpretan. Como digo, yo no le pido más a una película. Y desde luego Wolfs me lo ha dado.

Comparto el trailer de la película:

Wolfs es una película estupenda que acierta en todo y me ha dado un entretenimiento notable. Si tienes oportunidad, te animo a que la veas.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Babylon de Damien Chazelle

Tenía muchas ganas de ver la nueva película de Damien Chazelle Babylon, película sobre la industria del cine durante las décadas de 1920 y 30, con un reparto estelar protagonizado por Margot Robbie y Brad Pitt.

PUNTUACIÓN: 8/10

Ambientada en Los Ángeles durante los años 20, cuenta una historia de ambición y excesos desmesurados que recorre la ascensión y caída de múltiples personajes durante una época de desenfrenada decadencia y depravación en los albores de Hollywood.

Damien Chazelle escribe el guion de la que es su cuarta película como director tras las brillantes Whiplash y La La Land de 2014 y 2016, y el pequeño traspiés que supuso First Man en 2018.

La excesiva película de Chazelle sobre el mundo del cine tiene más de tres horas de duración, y cuenta con fotografía de Linus Sandgren, montaje de Tom Cross y música de Justin Hurwitz. Con un presupuesto de 80 millones de dólares, la película se ha convertido en uno de los mayores fracasos de taquilla de 2022. La película ha sido casi ninguneada en lo referido a las nominaciones de los Oscars que acabamos de conocer esta semana, recibiendo tres a Banda sonora, Diseño de producción y Vestuario, quedando fuera de los premios principales.

En el reparto tenemos a Margot Robbie como Nellie LaRoy, una aspirante a actriz, y Brad Pitt como Jack Conrad, una popular estrella del cine mudo, que son las principales estrellas de la película. Junto a ellos, Diego Calva como Manuel «Manny» Torres, un ayudante de cine mexicano que aspira a tener un papel más importante dentro de la industria cinematográfica y que hará de alguna manera la función de punto de vista de la película. Jean Smart como Elinor St. John, una periodista sensacionalista, Jovan Adepo como Sidney Palmer, un trompetista de jazz y Li Jun Li como Lady Fay Zhu, una cantante de cabaret chino-estadounidense que también escribe los intertítulos de las películas, forman parte del reparto de una película que tiene un montón de actores conocidos en papeles secundarios: Tobey Maguire, Erik Roberts, Olivia Wilde, Max Minghella, Lukas Haas o Flea entre otros.

Lo primero que me vino a la cabeza al terminar de ver la agotadora Babylon es que hay que aplaudir a Damien Chazelle, porque creo que desde la concepción del proyecto tenía claro que puestos a fallar, más vale hacerlo a lo grande. De hecho, tras la tibia acogida de First Man y recordando el viejo dicho de Hollywood «eres tan bueno como la recaudación de tu última película», Chazelle debió pensar que el momento de hacer esta película era AHORA, porque lo más normal es que no tuviera la posibilidad de hacerla en el futuro con esta escala.

Babylon es excesiva, caótica, agotadora, gigantesca, pero también es una maravillosa locura que rezuma CINE por los cuatro costados. Cuando Babylon triunfa, lo hace ofreciendo algunas de las imágenes más potentes del año cinematográfico, pero también hay muchos momentos excesivos no, lo siguiente, que son algunos de los WTF?! más grandes y ridículos del año.

La película arranca con un elefante cagando encima de uno de los operarios que lo transporta a la casa de un magnate de Hollywood donde se va a celebrar una fiesta. Un mar de defecación que inunda al pobre hombre. Cuando llega la fiesta tenemos la mayor orgía de desenfreno que se recuerda, reflejo de los tiempos exagerados que se vivieron en la meca del cine en la década de 1920. Cuando la gente se droga, no esnifa una ralla sino que sumerge la cabeza en montañas de heroína. Y así todo. Chazelle plantea un mundo de exageración a una escala loquísimamente grande como entiende que debía ser el Hollywood de la época, lo que provoca que la película se encuentre durante casi todo el metraje caminando en el alambre para intentar no caer en lo ridículo, cosa que no siempre consigue. Aunque dicho esto, también creo que el amor de Chazelle por el cine y su industria (a pesar de los aspectos ciertamente negativos de estos años) consiguen que Babylon llegue a buen puerto.

Los mejores momentos de Babylon son para mi aquellos en los que se dedica a mostrar cómo se creaba el cine en esos años, empezando por el final del cine mudo y el cataclismo que la llegada del sonido provocó en la industria. Obviamente todo es exagerado, una huelga de extras implica ver a 300 personas persiguiendo a Manny Torres (interpretado por Diego Calva), cuyo papel es ser nuestros ojos y mostrar el sense-of-wonder que la gente corriente sentía ante la MAGIA del cine. El rodaje de una película medieval con un combate de cientos de extras, la dificultad de las primeras grabaciones con sonido, la fiesta / orgía inicial y el emocionante climax final con el homenaje que Chazelle hace a la industria del cine son para mi lo mejor de una película que a pesar de los numerosos peros me ha gustado y me ha dejado con buen sabor de boca tras verla en el cine.

Si hay una ganadora en Babylon, esa es Margot Robbie, que es mostrada como una DIOSA de belleza inalcanzable. Su personaje Nellie LaRoy es un torbellino de belleza y exuberancia que es el reflejo perfecto de esa época, sumando también exageración y una dosis de chavacanería, algo que se llevaba en el cine mudo y que perdió su lugar en la industria con la llegada del sonido y la ola conservadora que marcó los años 30 en el mundo del cine. Su arranque es un torbellino que me atrapó y me enamoró, aunque también debo decir que los momentos que más me gustan de ella son los más calmados en los que puede mostrar su enorme rango actoral, porque llega un momento en que el personaje entra en una espiral autodestructivo que es super over-the-top, igual que la gran mayoría de la película.

Brad Pitt sale peor parado de Babylon en lo referido a la comparación con Robbie. Y no es que lo haga mal, de hecho su personaje tiene un par de momentos actorales muy buenos que Pitt aprovecha porque el personaje del veterano actor de cine mudo Jack Conrad está cortado totalmente a su medida. Su personaje es de alguna manera el visionario que sabe y lucha por impulsar el cine porque cree que es capaz de ser el principal entretenimiento que alimente la imaginación y las ilusiones del público, y no un entretenimiento menor de bodevil como era considerado en sus orígenes. Incluso aunque eso provoque su caída posterior. Pero el problema que tengo con Conrad es un problema en general del guion planteado por Chazelle, y es que todos los personajes son estereotipos andantes para mostrar diferentes caras de la industria, sin cosas realmente originales que mostrar por si mismos. Como digo, me encanta cuando Chazelle hace cine dentro de cine, pero sus personajes no acaban de resultar interesantes en ningún momento porque parece que te los sabes de inicio.

La periodista interpretada por Jean Smart no hace nada en la película a pesar de estar super presente, dado que Chazelle sólo la quiere para dar una clave de las claves de la película, que el cambio que trajo el sonido acabó con la carrera de decenas ¿cientos? de actores y actrices que no es que hicieran nada malo, sino que el público pasó página y buscó otras cosas y nada podía evitarlo. Eso incluye al actor veterano super estrella de Hollywood o una joven actriz que tuvo unos pocos años de gloria en los que brilló demasiado hasta consumirse. El trompetista de color Sidney Palmer tampoco hace nada relevante aparte de tocar, pero muestra el racismo de la industria, al igual que la bella Lady Fay Zhu sirve para reforzar la idea que los profesionales de Hollywood no podían salir del armario, además que el cambio al sonido provocó que algunas profesiones como los que creaban los títulos de las películas mudas, quedaran obsoletas. Por no hablar del propio Manny que es hispano y oculta su origen para poder ascender en el estudio. Un personaje que para ser. Todos ellos son plot-points más que seres de carne y hueso, y eso no es un gran problema dentro del contexto de la película, pero si es algo que impide que la película sea memorable.

Por cierto, aprovecho este punto para destacar la música de Justin Hurwitz, que me parece antológica, no sólo como reflejo de la época sino también para reflejar el frenesí planteado por Chazelle. El diseño de producción y el vestuario son también una maravilla, que son los tres apartados por los que la película ha sido nominada a los Oscars de este años. A estos elementos yo sumaría además la fotografía de Linus Sandgren, que es perfecta, además del montaje y el maquillaje. Técnicamente, Babylon es de 10, consiguiendo Chazelle meterte dentro de la historia desde el primer fotograma.

Hay otro tema interesante de Babylon y es que el corazón de la historia de Chazelle es hacer un homenaje al cine y a su industria, una idea que se transmite prácticamente en cada escena. Y esto es así a pesar de los numerosos hechos cuestionables cuando no directamente delictivos que tuvieron lugar en esa época que en su mayoría eran ocultados por unos estudios que tenían comprados a policía y jueces. Es por esto que aunque la película muestra estos hechos lamentables, realmente Chazelle no busca en ningún momento hacer daño a la industria o manchar ¿su reputación?

Hay mucho machismo y racismo, unas gotas de homofobia (pero muy muy en el fondo). En los rodajes moría gente por las terribles condiciones en las que se trabajaba, rayando la esclavitud, pero todos estos momentos son mostrados casi como anécdotas divertidas, lo cual es una decisión bastante cuestionable. En este sentido, reconozco que me estuve riendo en varios momentos ante lo exagerada de varias situaciones durante los rodajes, pero diría que era el efecto deseado por Chazelle, no creo en absoluto que la película tenga momentos de humor involuntario. Por no hablar de las violaciones a mujeres, una lacra tristemente convertida en norma en el Hollywood de la época que casi llegó hasta nuestros días, y que queda oculto bajo el hedonismo de la fiesta inicial, y que la película si evita completamente. Porque como digo Babylon no es cine denuncia, sino homenaje a unos tiempos pasados con luces y sombras.

Tengo que decir que NO se me ha hecho larga la película a pesar de sus tres horas. Esto significa que Chazelle alguna cosa bien también ha hecho (guiño, guiño). Sin embargo, tengo que advertir que la película tiene enormes problemas de ritmo, dentro que como comento antes hay partes que me gustan mucho y otras con las que no conecto. Por ejemplo todo lo relativo al personaje de Tobey Maguire es otro over-the-top absurdo que no me funciona nada, aunque entiendo que está ahí para mostrar la naturaleza depravada de una parte de Hollywood, algo que como el resto es mostrado sin una conclusión ni moraleja, simplemente está ahí.

A pesar de estos problemas, Chazelle sabe reconducir los últimos minutos para conseguir un final super emocionante y satisfactorio que cumple el objetivo de homenaje a la historia del cine y a un medio de comunicación que ha iluminado la imaginación de millones de personas durante el último siglo, entre los que me encuentro. Babylon es super imperfecta, pero cuando brilla, ¡OH BOY!! Nos ofrece momentos memorables que permanecerán en mi memoria para siempre. Sólo por esto, recomiendo sin duda que si tenéis ocasión vayáis a ver la película al cine, algo que es consustancial al medio, a pesar que el streaming esé desafiando esas convenciones. Hay películas como Avatar o Top Gun Maverick que hay que ver si o si en pantalla grande. Babylon es otra de esas películas.

Comentaba al principio que puestos a fallar, mejor hacerlo de la forma más grande y exagerada posible. Dentro que no creo que Babylon sea el Epic Fail que mucha gente sugiere. De hecho, creo que hay que aplaudir la ambición de Chazelle a la hora de crear una película más grande que la vida. Puestos a elegir, me quedo con la gente que se atreve a soñar, y Chazelle creo que sigue siendo un soñador y un creyente sobre la magia del cine. Espero que la debacle en la taquilla no haga que pierda la ambición mostrada en esta película.

Comparto el trailer de esta excesiva película:

A pesar de sus excesos, Babylon es una película que merece ser vista en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Bullet Train de David Leitch

La nueva película de David Leitch Bullet train protagonizada por Brad Pitt es un festival de personajes y situaciones extravagantes al servicio de una historia de humor y acción ideal para el periodo vacacional.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Cinco asesinos a sueldo se encuentran a bordo de un tren bala que viaja de Tokio a Morioka con unas pocas paradas intermedias. Descubren que sus misiones no son ajenas entre sí. La pregunta es quién saldrá vivo del tren y qué les espera en la estación final.

David Leitch (1975) es un director de cine, actor, especialista y coordinador de escenas de acción que debutó como director en la película de acción de 2014 John Wick junto a Chad Stahelski, aunque solo se acreditó a Stahelski. A continuación, Leitch dirigió en 2017 Atomic Blonde, protagonizada por Charlize Theron, y Deadpool 2, de 2018, la secuela de la película de 2016. En 2019, dirigió Hobbs & Shaw, un spin-off de la franquicia Fast & Furious.

La película cuenta con guion de Zak Olkewicz basado en la novela de Kotaro Isaka. Cuenta con fotografía de Jonathan Sela, montaje de Elisabet Ronaldsdottir y música de Dominic Lewis. La película de 126 minutos de duración ha contado con un presupuesto de 90 millones.

Brad Pitt interpreta a Ladybug, un experimentado mercenario aquejado de mala suerte que busca cambiar de vida. Joey King como El Príncipe, Aaron Taylor-Johnson como Mandarina, Brian Tyree Henry como Limon, Andrew Koji como Yuichi Kimura / El Padre, Hiroyuki Sanada como El Anciano, un antiguo Yakuza y padre de Kimura, Benito A. Martínez Ocasio (Bad Bunny) como El Lobo, Zazie Beetz como El Avispón y Logan Lerman como El Hijo forman el reparto principal de una película que incluye además un montón de cameos buenísimos que prefiero no spoilearte.

Con cierta frecuencia suele leerse que ya está todo inventado en el género de acción. Y entonces llega un director como David Leitch con ganas de negar la mayor y nos sorprende con una propuesta loquísima llena de planos para el recuerdo y situaciones over-the-top que no se toma muy en serio a si misma. Bullet Train es una estupenda película ideal para el periodo estival que hará las delicias de todos los fans de este género.

Lo primero a destacar es un casting plagado de caras conocidas, entre los que destaca por supuesto Brad Pitt, que es la estrella que vende la película. Agradezco que Pitt no se tome a si mismo demasiado en serio (como la película en general) e interprete a un mercenario no demasiado espabilado que es el centro de una historia que es humor más que acción en la que todo vale para entretener a la audiencia. Tener junto a Pitt a Aaron Taylor-Johnson, Brian Tyree Henry, Andrew Koji o Hiroyuki Sanada me parece una pasada, a lo que habría que añadir unos cameos loquísimos super buenos que me han gustado mucho. En general, diría que se nota que todos los actores se lo han pasado genial durante el rodaje.

Me ha sorprendido que la historia sea super enrevesada, mucho más compleja de lo que uno hubiera pensado a priori. La forma en que conecta a todos (TODOS) los personajes y los motivos de estar en el tren me parece una pasada. Sobre todo porque no conocemos todas las piezas del puzzle hasta el final, y cuando todo cobra sentido, la sensación fue que me han volado la cabeza. Además, el tono de humor exagerado en el que todo vale consigue que el visionado sea satisfactorio la mayor parte del tiempo, e incluso en los momentos WTF?! (y hay unos cuanto) consigan una sorpresa y una sonrisa en el espectador, algo que creo que es muy positivo.

David Leitch realiza un despliegue visual increíble para Bullet Train. Aunque hay menos escenas de acción de las que esperaba, están muy bien hechas y transmiten muy claramente la idea que estaba buscando mostrar cosas diferentes. En muchos casos el humor es la fórmula para que entremos en los aspectos más locos, con un climax super over-the-top que me parece un desfase total. Dicho eso en el buen sentido.

Para Bullet Train parece que Leitch ha buscado la inspiración en Quentin Tarantino en lo relativo a los personajes peculiares con diálogos extravagantes o de Guy Ritchie con una acción a un ritmo frenético con constantes saltos temporales y sorpresas. Y diría que globalmente creo que sale bastante bien parado teniéndolo todo en cuenta, aunque creo que aún se encuentra por debajo de ambos directores.

Mi principal pero con Bullet Train, dentro que me lo he pasado muy bien, es que me deja cierta sensación que lo que nos están contando no es tan divertido como Leitch y su equipo creen que es. Por ejemplo, cuando Mandarina y Limón cuentan las muertes que causaron en su encargo previo o en general las interacciones de estos dos hermanos un tanto peculiares. De hecho, creo que los actores y todos en general se lo pasaron mejor rodando la película de lo que me transmiten algunos momentos de humor que a mi no me funcionaron, algo que entiendo que es totalmente subjetivo y opinable. Incluso Brad Pitt tiene algo en su personaje que no acaba de funcionar del todo bien.

Aunque visualmente Bullet Train me parece una pasada, también es verdad que hay un par de momentos puntuales en que es un too-much excesivo en el que lo visual va en detrimento de lo narrativo, cuando debería servir para contar la historia. Por ejemplo cuando conocemos la historia de El Lobo o la misión de Mandarina y Limón que mencionaba antes. Y tengo claro que la película es 99% estilo visual, casi una declaración de intenciones de Leitch en el que muestra a espectadores (y ejecutivos de estudios) lo que puede crear con un presupuesto a la altura. Pero como digo no siempre me encajó como pensaba que lo iba a hacer a priori.

Dicho lo anterior, el tono de no tomarse muy en serio la película y el humor over-the-top en el que todo vale creo que es perfecto para la propuesta planteada por Leitch, y que gracias a eso la película puede considerarse un éxito total que supera ampliamente el objetivo de dar a los espectadores un estupendo entretenimiento que merezca ser visto en pantalla grande.

Por cierto, no quiero terminar sin acordarme de la banda sonora y la estupenda selección de canciones, que me parece un acierto que añade el toque festivo que el conjunto precisaba.

Comparto el trailer de la película:

Bullet Train da justo lo que promete y realmente hay mucha imaginación en esta propuesta, lo que hace que me de más pena el no haber conectado con la película como me hubiera gustado.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Ad Astra, de James Gray

Ad Astra de James Gray es una buena película de ciencia ficción que triunfa gracias a un Brad Pitt en estado de gracia que protagoniza un inusual retrato psicológico en lo que a priori era una aventura espacial.

PUNTUACIÓN: 7/10

Roy McBride (Brad Pitt) es un ingeniero que perdió a su padre Clifford (Tommy Lee Jones) en una misión sin retorno a Neptuno para encontrar signos de inteligencia extraterrestre. 20 años después, emprenderá su propio viaje a través del sistema solar para tratar de encontrarlo de nuevo y resolver los misterios del porqué esa primera misión fracasó.

Además de dirigir, James Gray ha escrito también el guión en colaboración con Ethan Gross, con la intención de que  fuera «la muestra más realista de un viaje espacial jamás rodado», y comparando esta historia con El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad, novela que inspiró la mítica Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola.

En el apartado técnico, Ad Astra aseguraba una fotografía sobresaliente al contratar a Hoyte van Hoytema (Dunquerke, Spectre, Interstellar, Her) como director de fotografía, colaborador de Christopher Nolan y con experiencia en historias en el espacio. Además, cuenta con música del compositor alemán Max Richter (La llegada, Mary Queen of Scots).

Ad Astra ha resultado ser una interesante sorpresa que no me ha dado lo que imaginaba a priori, cosa que queda compensado con la contrucción psicológica del personaje de Roy McBride (Brad Pitt). Igual que digo esto, hay que reconocer desde el principio que NO es una película para todo el mundo y que la publicidad posiblemente ha dado una idea errónea que puede provocar más de un desengaño entre el público.

La clave es que la película está completamente centrada en el protagonista y no tanto en lo que pasa a su alrededor y la forma como vamos pasando de un sitio a otro. Roy es un astronauta que siguiendo el ejemplo de su padre Clifford (Tommy Lee Jones), desaparecido en el espacio hace más de 15 años mientras realizaba una misión pionera de búsqueda de vida inteligente fuera del Sistema Solar, se ha centrado tanto en su trabajo que ha alejado a todos los que le aman y se ha aislado de sus sentimientos y su dolor. Brad Pitt se sale, él ES la película, triunfando con una contenida interpretación y una fría voz en off que nos transmite sus ideas y sentimientos. Brad hace que sientas por debajo de su estoica y fría figura todo su dolor por un padre que le abandonó, y la realización de que está cometiendo los mismos errores que él. Además, escucharle en versión original hizo que aún disfrutara más la película.

El descubrimiento que su padre puede estar vivo en la órbita de Neptuno hará que comience un camino que le llevará a la Luna, explotada comercialmente y centro de luchas entre varios países por sus recursos, a una misión de rescate de un estación de investigación en el espacio y a Marte, como estaciones de paso previo a su último viaje hasta encontrarse con él. La visión del futuro que nos presenta Gray es quizá pesimista aunque creo que no estará muy alejado de lo que posiblemente nos depare el futuro, aunque sabe ofrecernos una clave humanista que es el corazón de la película: SOLO NOS TENEMOS A NOSOTROS, tenemos que ser mejores seres humanos porque nadie va a venir a salvarnos, es nuestra responsabilidad cuidar de la Tierra y de sus habitantes.

Técnicamente, la película es una pasada. Su fotografía ya se sabía que iba a ser excelente estando Hoyte van Hoytema, pero tiene también un montaje que crea un ritmo lento que sin embargo atrapa al espectador al meternos en la cabeza de Roy. La música de Max Richter ayuda también a transmitir el foco intimista de la historia.

James Gray se confirma con un autor con una voz propia y personal alejado de los convencionalismos de las películas de aventuras “clásicas”, optando por una aproximación del futuro que recuerda a otras obras clásicas, 2001 o Apocalipse Now son referentes obvios reconocido por él mismo, pero que consigue ofrecer una propuesta que se siente personal y 100% autoral.

Tras comentar todo lo bueno de la película que es mucho, tengo que lamentar que es una pena que Ad Astra no clave el final y su clímax sea un poco bluf. Esto es provocado porque el viaje de Pitt para encontrar a su padre es la excusa para mostrar el viaje interior de su personaje. El climax es inexistente, y la clave de la película se expresa en un diálogo que tienes que estar muy atento a su significado para no perderlo.

Al ser una película de corte intimista y psicológico, aunque situada en el espacio, se muestran elementos muy interesantes del futuro de la humanidad que hubieran podido ofrecer mucho juego para ser inmediatamente descartados al pasar a la siguiente etapa del viaje. La deshumanización que Spacecom somete a Roy mostrando que para ellos solo es una herramienta más para conseguir un fin, los piratas de la Luna y la lucha por los recursos naturales, los peligros de la investigación sin control en la estación espacial y como el espacio es un ambiente hostil para la vida, la vida en Marte y la figura de la directora de la base marciana Helen Lantos (Ruth Negga), por no hablar del propio padre de Roy interpretado por Tommy Lee Jones. Todo durante el visionado está más que correcto, pero cuando dejas que el poso asiente sientes que podría haber estado mejor y que cualquier de estos elementos hubiera merecido un mayor desarrollo.

El mensaje humanista que es el corazón del viaje de Brad Pitt y de toda la película consiguió dejarme con buen sabor de boca, a pesar de reconocer que la película es imperfecta y, habiéndome gustado, no me dejó flipado.

Además, hay alguna locurilla en la historia que no son fallos pero que muestran que el guión se hubiera debido trabajar un poco mejor y que creo que no se hizo porque para Gray estos elementos no son tan importantes como el viaje interior de Roy. De lo poco que leí previamente sobre Ad Astra, Gary Gray declaró que quería que la película fuera «la muestra más realista de un viaje espacial jamás rodado» para demostrar que «el espacio es horriblemente hostil para nosotros.» (Sacado de la Wikipedia). Bien, una vez vista la película, hay elementos como las salidas al espacio de Roy que no son para nada realistas recordando otras películas como Gravity. Además de otros pequeños detalles sobre los que prefiero no extenderme que indican que lo importante del guión era llevar a Roy de A a B y luego a C, y el cómo no es tan importante con que al final el personaje se encuentre allí.

En resumen, aunque Ad Astra es imperfecta, prefiero quedarme con lo positivo de esta inesperada propuesta, y la recomendaría a todos los amantes de la ciencia ficción que sirve para que pensemos sobre nosotros mismos.

Comparto el trailer de la película:

Ad Astra ha resultado una interesante aunque imperfecta sorpresa. Reconociendo que no es una película para todo el mundo, esta ciencia ficción intimista me ha gustado bastante y seguro veré la próxima película de Gray.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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