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Crítica de Alien: Romulus de Fede Álvarez

Tenía ganas de ver Alien: Romulus, la nueva película de la franquicia de los xenomorfos realizada por el especialista en terror Fede Álvarez, que ha cumplido con las expectativas y mucho más.

PUNTUACIÓN: 8/10

Mientras rebuscan en las profundidades de una estación espacial abandonada, un grupo de jóvenes colonizadores del espacio se encuentra cara a cara con la forma de vida más aterradora del universo.

Fede Álvarez (Montevideo, Uruguay, 1978). Se dió a conocer en 2009 gracia a su cortometraje ¡Ataque de pácino!, lo que le llevó a firmar un contrato con la productora Ghost House, que acabó con él dirigiendo el remake de Evil Dead (2013). Tras esto dirigió la estupenda Don´t breathe (2016) y la fallida adaptación de The Girl in the Spider’s Web (2918). Tras producir y escribir Don´t breathe 2 (2021) y realizar la serie Calls (2021) para Apple TV, consiguió convencer a Redley Scott para realizar esta nueva película de Alien.

Álvarez escribe el guion de la película junto a su colaborador habitual Rodo Sayagues. La película ha sido producida por Ridley Scott a través de su productora Scott Free y ha contado con fotografía de Galo Olivares, montaje de Jake Roberts y música de Benjamin Wallfisches. Alien: Romulus tiene un ajustadísimo presupuesto de 80 millones de dólares, lo que puede ser vital para asegurar su rentabilidad, y fue rodada mayoritariamente en Budapest.

Por la propia premisa de la película, Alien: Romulus cuenta con un reparto con muy pocos integrantes. 2024 parece ser el año de Cailee Spaeny, ya que hace unos meses protagonizó Civil War de Alex Garland y ahora hace de Rain, una joven que ansía abandonar su colonia minera junto a su hermano Andy (la otra gran sorpresa positiva de la película, interpretado por David Jonsson), para ir a otro planeta donde pueda ver la luz del sol. El resto de jóvenes de la tripulación que la acompañarán a la estación espacila Romulus a la deriva son Archie Renaux como Tyler, el ex novio de Rain, Isabela Merced como Kay, la hermana de Tyler, Spike Fearn como Bjorn, el primo de Tyler y Kay y Aileen Wu como Navarro, piloto y novia de Bjorn.

Alien: Romulus es un extraordinario ejercicio de estilo y tensión por parte de su director Fede Álvarez. Además, sirve para mostrar la reverencia que el director uruguayo tiene por la franquicia iniciada por Ridley Scott en 1979. La película suponen una vuelta a las esencias de los xenomorfos, con una premisa que en cierto sentido recuerda a la de otra película de Álvarez: Don´t breathe. En el sentido que en ambas películas tenemos un grupo de jóvenes que entra en un espacio cerrado para robar, siendo sorprendidos por una presencia que no esperaban. Los pasillos claustrofóbicos, las sorpresas en cada esquina y una tensión opresiva son varias claves de una película que empieza a fuego lento pero que nos ofrece una segunda hora notable.

La película parece un catálogo de lo mejor de la franquicia, conectando con todas las películas previas (sin contar con los subproductos de Alien vs Predator). De la película original recupera la atmósfera de terror con una tripulación superada ampliamente por unos inesperados xenomorfos, con la presencia de la corporación Waylan-Yutami que como siempre es la verdadera villana de la película. En ese sentido, Alien: Romulus lleva esta villanía un paso más allá, al mostrar que el planeta minero donde viven Rain y sus amigos es prácticamente una trampa donde la empresa mantiene a los trabajadores casi en un régimen de esclavitud, al no permitirles abandonar el planeta.

La película recupera todos los mitos a Alien, empezando con los Facehuggers, que protagonizan unas escenas geniales llenas de tensión, el Chestburster y por último la versión adulta. Por cierto, Romulus muestra otro elemento muy interesante de la franquicia, al mostrar como tras nacer el chestburster, tiene que formar una nueva crisálida para conseguir su forma y tamaño adulto. La sorpresa es comprobar que Álvarez también incorpora en la película elementos de Prometheus y Covenant, algo que también conectaría con aspectos de Alien Resurrección y que sirven para darnos la sorpresa inesperada de la película en su parte final.

Fede Álvarez la verdad es que puede estar orgulloso de su trabajo en Alien: Romulus. La tensión es palpable durante toda la película, y me gusta que prácticamente todos los sets sean espacios físicos que tienen peso en pantalla. Además, los aliens combinan animatronics alucinantes con versiones CGI que no desentonan. La trama toma esquemas del terror el tener un set de terror al que le sigue otro y luego otro. Y aunque tenemos una primera mitad que casi parece un remake que toma elementos de las películas previas, en la segunda mitad Álvarez plantea una escena en gravedad cero que me parece brillante y es una interesante añadido a los mitos de alien, aparte de un climax final que me vuela la cabeza y resulta totalmente inesperado.

Por ponerle algún pero, la obsesión de los estudios por añadir easter-eggs y guiños a las películas previas hace que haya una aparición mediante CGI de un personaje que queda raro. Raro porque el actor falleció y por tanto sabes que lo que ves es CGI, pero también porque en realidad no era necesario. Por otro lado, había leído de Alien: Romulus era super aterradora, y la verdad es que no me lo ha parecido, dentro que al ser un espectador curtido en esta franquicia hay muy pocas cosas que me puedan alterar por muy buen trabajo que haga el director. Por último, un pequeño pero inevitable en este tipo de películas, y es que la franquicia no ha dejado claro el tiempo de incubación del huevo de alien en su huesped humano, de forma que pueden ser horas (¿o días?) en la primera Alien o en Aliens, a apenas minutos en Romulus. De igual manera tenemos el paso de chestburster a alien adulto, que también sucede con minutos de diferencia. En todo caso, este es un pero muy pequeño que en realidad no me molestó durante el visionado, así que ni tan mal. En todo caso, como veis, son muy pocas cosas las que no me han funcionado, porque en realidad la película me gustó bastante.

El reparto me parece que está muy bien. Cailee Spaeny se luce como heroina de Alien: Romulus, transmitiendo humanidad y empatía, y dando caña cuando llega el momento, en una escena que recuerda para bien Aliens de James Cameron. Junto a Spaeny, David Jonsson como su hermano Andy es la gran sorpresa actoral. Andy parece sufrir algún tipo de discapacidad, pero sufrirá varios cambios a lo largo de la película que provocarán que su rango interpretativo se amplíe para convertirle en el personaje más interesante de la película. El resto un poco sabes que están ahí para morir, y la verdad es que hay un par de muertes realmente potentes.

Aparte del catálogo de lugares comunes, me ha gustado mucho la sorpresa que me ha dado la película en su último cuarto. Antes de ir al cine me temía que los mejores momentos de la película estuvieran en el trailer, y la verdad es que no es así. Aparte, de nuevo recordando Aliens, por si no fuera suficiente con los aliens, hay una cuenta atrás que obliga a los protagonistas a correr si no quieren morir en la estación Romulus, lo que añade una capa adicional de tensión y urgencia a todo lo que hacen. En algunos aspectos Alien: Romulus parece (porque lo es) un back-to-basics, pero cuando algo se ejecuta con esta brillantez el resultado no puede ser más que notable.

Como decía, los guiños a las películas previas es constante, incluso a la locura máxima que en su día representó Alien Resurrección. Esto en realidad es algo que me gusta mucho. El final con reminiscencias a la película original deja el escenario lo bastante abierto como para que en caso que Romulus sea un éxito, el estudio pueda plantearse una continuación. Visto lo visto, ojalá Alien: Romulus sea un éxito, me parece que es una forma modélica de dar nueva vida a una franquicia que parecía quemada. En muchos sentidos, me recordó para bien lo que Predator: Prey significó para la franquicia de Depredador el año pasado.

Además, cuando he descubierto que su presupuesto fue de apenas 80 millones, me he llevado una alegría muy grande. Primero porque lucen espectacularmente bien en pantalla, pareciendo un blockbuster de gran presupuesto. Pero también porque tener un presupuesto tan ajustado permitirá que la película pueda ser rentable a poco que supere los 200 millones de dólares de taquilla en todo el mundo ya empezará a dar beneficios. Una cifra que creo (espero) que sea muy accesible.

Si os gusta la ciencia-ficción, os gustará Alien: Romulus. Si os gusta el terror, también. Y si además sois fans de la franquicia, entonces no te la puedes perder.

Comparto el trailer de la película:

Alien: Romulus es una película notable que marca el camino para otros creadores y estudios que quieran relanzar franquicias cinmeatográficas.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Fallout primera temporada (Prime Video)

Nunca jugué a Fallout, pero la serie de televisión estrenada en Prime Video me ha parecido unas pasada.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Basado en una de las sagas de videojuegos más importantes de todos los tiempos, es la historia de los que tienen y de los que no tienen en un mundo en el que prácticamente no queda nada que tener. 200 años después del apocalipsis, los apacibles habitantes de los refugios de lujo se ven obligados a regresar al infierno irradiado que dejaron sus antepasados y se sorprenden al descubrir que les espera un universo increíblemente complejo, alegremente extraño y muy violento.

Fallout es una serie postapocalíptica creada por Graham Wagner y Geneva Robertson-Dworet para Amazon Prime Video. Está basada en la franquicia de videojuegos creada por Tim Cain. Amazon compró los derechos para producir un proyecto de acción real en 2020. Jonathan Nolan y Lisa Joy’s Kilter Films se unieron a Bethesda Game Studios en la producción. El productor de Bethesda Game Studios Todd Howard, que dirigió varios juegos de la serie, firmó como productor ejecutivo junto a Nolan y Joy. Robertson-Dworet y Wagner fueron contratados como showrunners de la serie en enero de 2022.

Esta estupenda primera temporada ha contado con 8 episodios. Los showrunners Graham Wagner y Geneva Robertson-Dworet escriben los tres primeros episodios, con Kieran Fitzgerald, Carson Mell, Karey Dornetto, Chaz Hawkins y Gursimran Sandhu escribiendo los otros 5 episodios. En lo referido a la direcciónn, Jonathan Nolan dirige los 3 primeros episodios, con Daniel Gray Longino, Clare Kilner, Frederick E.O. Toye y Wayne Yip dirigiendo el resto. Añadir que el compositor Ramin Djawadi (Juego de Tronos) escribió la música de la serie.

La serie está protagonizada por Ella Purnell como Lucy MacLean, una joven habitante de la Bóveda 33 que saldrá por primera vez al exterior, Aaron Moten como Maximus, un escudero de la Hermandad del Acero que se convierte en aliado de Lucy, y Walton Goggins como The Ghoul / Cooper Howard, un actor de Hollywood antaño famoso y embajador de Vault-Tec que mutó en ghoul tras la caída de las bombas y ahora se gana la vida como pistolero y cazarrecompensas.

Junto a los protagonistas tenemos en papeles secundarios a Kyle MacLachlan como Hank MacLean, padre de Lucy y Supervisor de la Bóveda 33, Moisés Arias como Norm MacLean, residente de la Bóveda 33 y hermano de Lucy, Xelia Mendes-Jones como Dane, miembro de la Hermandad del Acero y amiga íntima de Maximus, Sarita Choudhury como Lee Moldaver, Leslie Uggams como Betty Pearson, miembro del consejo de gobierno de la Bóveda 33 y más tarde Supervisora, y Johnny Pemberton como Thaddeus, miembro de la Hermandad del Acero.

No he jugado al Fallout, así que me acerqué a esta serie con ganas de dejarme entretener, pero sin ninguna conexión emocional hacia nada que tenga que ver con este mundo o sus protagonistas. Y la verdad es que la serie me ha flipado a todos los niveles. Empezando por una primera escena con la caída de las bombas que significaron el principio de la guerra nuclear que destruyó el mundo que me dejó helado.

A continuación, la serie hace un salto de 200 años para contarnos la historia a través de los ojos de Lucy, una habitante del Vault 33 e hija del responsable de este hábitat subterráneo donde los restos de la humanidad han sobrevivido los últimos 200 años. La vida en esta bóveda resulta utópica y optimista, algo extraño en los parámetros de una ciencia ficción distópica de esta naturaleza. Algo pasará y obligará a Lucy a tener que salir a la superficie para realizar una misión, lo que nos permitirá a los espectadores conocer la superficie al mismo tiempo que ella. La naturaleza positiva y ética de Lucy se pegará un tremendo golpe de realidad cuando conozca la superficie, con seres mutados super peligrosos y una población que hará lo que sea por sobrevivir. El contraste entre Lucy y los habitantes de la superficie nos da unos momentos super divertidos, en lo que es una se las señas de identidad de la serie que han conseguido que la disfrutara un montón.

En realidad, Fallout tiene dos protagonistas más. En primer lugar tenemos al genial Walton Goggins interpretando un doble papel como The Ghoul (algo así como un demonio o un fantasma) de este futuro distópico, pero también al actor Cooper Howard, un actor del Hollywood de los años 50 pre-guerra nuclear. Como Cooper descubriremos los sucesos que provocaron la destrucción, unos momentos tremendos que son de lo mejor de la serie. Y como The Ghoul, es un ser irradiado que puede regenerar sus heridas que es despertado cada cierto tiempo para llevar a cabo encargos como asesino. Uno de los mejores y más terribles. Y que necesita tomar una medicina cada cierto tiempo para conservar su inteligencia y no caer en la degradación, convirtiéndose en una especia de zombi. Fallout no tiene demasiada acción en esta temporada, aunque la que tenemos es genial. Y Goggins como el Ghoul transmite unas vibraciones de western alucinantes, con un Goggins con un acepto alucinante.

El tercer protagonista es Maximus, un escudero de la Hermandad del Acero. Contra todo pronóstico, la humanidad sobrevivió al holocausto nuclear, y varias facciones luchan por hacerse con el control de lo que queda del mundo. La Hermandad parece los supervivientes del ejército de los Estados Unidos, y cuentan con unas armaduras super poderosas pilotadas por Caballeros, que a su vez necesitan de ayuda para todo tipo de situaciones, entre otras para llevar los suministros. Maximus, superviviente de la masacre de Shady Oaks hace una década, sufre una vida dura en la Hermandad, viviendo en unas instalaciones que recuerdan a los típicos barracones de un cuartel militar. La Hermandad es avisada de la pérdida de un objeto de gran poder, y ponen en marcha una búsqueda masiva para recuperarlo. Esto permitirá a Maximus salir al exterior acompañando a su Caballero, Titus. Lo que será el principio de su aventura.

Fallout es un éxito a todos los niveles. Empezando por lo interesante que es la narración con cuatro puntos de vista diferentes: Lucy, Maximus, The Ghoul y Cooper en los años 50. Cinco en realidad, porque tras abandonar Lucy el Vault 33, su hermano Norm se da cuenta que hay cosas que no cuadran en las bóvedas 31, 32 y 33 que forman el complejo interconectado donde ha vivido toda su vida. No tengo claro si el éxito es de la historia de los videojuegos, porque el comentario general es que la serie es super fiel. O si la mano de Jonathan Nolan (hermano de Christopher y creador de Westworld junto a Lisa Joy) ayuda a la hora de plantear un puzzle con numerosos misterios, que acaban siendo el mismo y que afecta a todos los protagonistas: Qué provocó el cataclismo y qué misterios se ocultan en las diferentes sociedades, sobre todo en la supuestamente científica que ha vivido todos estos años con la seguridad de estar bajo Tierra. Me encanta el hecho que además de lo que pasa bajo tierra, hayan numerosos facciones en la superficie. Unos grupos que no todos buscan disputarse el control del mundo, simplemente quieren sobrevivir un día más.

Por supuesto, el contraste entre los protagonistas es parte del éxito de la serie. Empezando porque uno es el a priori villano de la serie y que persigue a Lucy a lo largo de gran parte de la serie. Que The Ghoul sea a la vez Cooper, el personaje del pasado de los años 50 antes del apocalipsis también ayuda a generar interés en la serie, al querer saber como una persona cómo él que ama con locura a su hija y a su mujer pudo caer en lo más bajo cuando le vemos convertido en Ghoul, un asesino sanguinario y amoral. De los protagonistas, sin duda Walton Goggins es el que tiene mejores momentos desde un punto de vista actoral en su doble papel, y los aprovecha mostrando una vez más el enorme actor que es.

Por su parte, el encanto, inocencia y positivismo de Lucy chocará con el pesimista Maximus y el asesino amoral Ghoul, dándonos algunos momentos estupendos a lo largo de varios episodios. Y en realidad no son sólo el trío protagonista, ya que todo el reparto creo que está super bien en la serie. Esto conecta con otro de los elementos que me han encantado, que es el sentido del humor que nos plantea la serie. Y siendo un mundo distópico, por supuestos hay muertes sangrientas y momentos exagerados, pero en general el tono de no tomarse muy en serio a si mismo me parece un acierto. Además, dentro de este tono, cuando tiene que ponerse serio a la hora de enseñarnos algunas de las sorpresas de la historia, estas impactan muchísimo más precisamente por romper con el tono dominante.

La historia me ha sorprendido y sus giros son buenísimos. Y he conectado un montón con los personajes, con sus cosas buenas y malas. Sólo por eso la serie ya sería un éxito. Pero si a esto le sumamos un diseño de producción increíble, entonces una buena serie hace click. El primer elemento es que como el holocausto nuclear tiene lugar en los años 50, la tecnología que hay en el mundo nuclear es toda retro-futurista, recordando elementos antiguos. El diseño del Vault 33 está genial, y me parece perfecto que la serie puede aprovechar el set para otros momentos y localizaciones a lo largo de la serie. Ya en el exterior, los diferentes sets son enormes, por ejemplo la ciudad de Filly y el antiguo Observatorio Griffith de Los Ángeles, donde tiene lugar el climax final, nos dan una escala enorme que acierta completamente a la hora de construir el worldbuilding que se supone de una serie de estas características.

El único elemento de tecnología avanzada (aunque también retro) son las armaduras de los Caballeros de la Hermandad del Acero, a lo que sumamos los helicópteros que los transportan. Estas armaduras eran uno de los elementos más celebrados y reconocibles del juego, parece ser, y lucen super espectaculares. Comentaba antes que Fallout no es tanto una serie de acción sino de ciencia-ficción. Pero cada vez que aparece un Caballero con armadura notas que todos saben que alguien va a morir por su potencia de fuego superior.

Y dentro de lo que comento, me ha gustado mucho la violencia que se desata en el primer episodio, y sobre todo el climax de la temporada, que incluye un set de acción bestial. Y en el que vemos que si los Caballeros son peligrosos, ¡The Ghoul es el PUTO AMO!! Menudos momentazos para un climax super satisfactorio debido a las sorpresas que se descubren, que abren la puerta de la segunda temporada.

Recordando Westworld, uno de los problemas de muchas series de televisión es cuando intentan ser demasiado crípticas y misteriosas y acaban no dando las respuestas a las preguntas que se plantean. Me alegra decir que NO es el caso de Fallout. Porque aunque aún quedan cosas que solucionar y respuestas que obtener, las más importantes sí han obtenido respuesta. Empezando por la más acuciante, que era ¿Qué causó la guerra nuclear? Una escena tremenda que es de lo mejor de la serie, con un Goggins estelar. Me gusta mucho la parte de «todo lo que creías saber es mentira», que es otro de los tópicos de la ciencia ficción que en Fallout está ejecutado de manera perfecta.

De hecho, que se den estas respuestas es otro de los motivos que hacen que me haya quedado con tantas ganas de ver la segunda temporada de Fallout. Me ha gustado mucho esta serie, si eres un fan de la ciencia ficción vas a disfrutar un montón de esta serie.

No quiero terminar sin recordar las canciones de los años 50 que acompañan todos los episodios. Otro elemento que resalta el elemento retro futurista de la serie. Como con la tecnología, es lógico que si el mundo se fue al infierno en esa década, los restos de cultura que sobrevivieron fueran de esa época. Por cierto, escuchando algunas de las letras, en varios momentos me parece que no son canciones originales, sino que crearon letras que van con los temas de la serie utilizando los ritmos de las baladas de los 50. Algo que me parece muy chulo.

Comparto el trailer de esta primera temporada:

Fallout tiene todo lo que conecta con mis intereses. Me ha encantado esta primera temporada, ojalá se pongan pronto con la segunda.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Silo temporada 1 (Apple TV)

Aprovechando mi nueva suscripción a Apple TV he visto Silo, la serie de ciencia ficción apocalíptica creada por Grahan Yost y protagonizada por Rebecca Ferguson.

PUNTUACIÓN: 7/10

Serie de TV (2023-). 1 temporada. 10 episodios. En un futuro ruinoso y tóxico, existe una comunidad en un gigantesco silo subterráneo que alcanza cientos de pisos de profundidad. Allí, las personas viven en una sociedad llena de normas que creen que están destinadas a protegerlas. (FILMAFFINITY)

Silo es una serie de televisión de ciencia ficción distópica creada por Graham Yost y basada en la serie de novelas homónimas del escritor Hugh Howey. Yost es un guionista canadiense de cine y televisión, cuyas obras más conocidas son las películas Speed, Broken Arrow y Hard Rain y la serie de televisión Justified. La serie cuenta con 10 episodios en esta primera temporada, que ha sido renovada para una segunda que diría que aún no tiene fecha de estreno. El director de cine Morten Tyldum produce y dirige los tres primeros episodios, con David Semel (2 episodios), Bert & Bertie (2) y Adam Bernstein (3) dirigiendo los demás.

El reparto de Silo en sus papeles principales está formado por Rebecca Ferguson como Juliette Nichols, una ingeniera que trabaja en los generadores de los niveles más bajos del Silo. Rashida Jones como Allison Becker, que trabaja en el departamento informático del Silo y es la esposa de Holston y durante sus intentos de concebir un hijo empieza a sospechar de la verdadera historia del Silo y de cómo se gobierna. David Oyelowo como Holston Becker, el devoto marido de Allison y el sheriff del Silo. Common como Robert Sims, el jefe de seguridad de Judicial, que mantiene el orden dentro del Silo. Tim Robbins como Bernard Holland, el estricto jefe del Departamento de Informática del Silo. Harriet Walter como Martha Walker, una ingeniera eléctrica que dirige un taller en los niveles inferiores del Silo y actúa como figura paterna para Juliette. Avi Nash como Lukas Kyle, un analista de sistemas del Departamento de Informática que siente curiosidad por el mundo fuera del Silo. Por último, Rick Gomez como Patrick Kennedy, trabajador de mantenimiento y antiguo contrabandista de «reliquias», objetos del mundo anterior al Silo.

Silo en una ciencia ficción distópica planteada en un espacio cerrado con unas normas centenarias creadas para proteger a la comunidad y que van a ser puestas en duda a lo largo de la serie. El planteamiento de la serie me ha gustado, al no empezar el misterio con Juliette Nichols, el personaje interpretado por Rebecca Ferguson, sino por el Sheriff Holston Becker, que empieza a investigar unos sucesos a partir de un drama que sufre su mujer y cuyas repercusiones llegarán hasta Nichols. Esto servirá para mostrarnos que no estamos ante un hecho puntual, sino de algo sistémico que se lleva viviendo en los 140 años desde los cuales se tiene registros en el Silo. Una parte fundamental de la serie es precisamente saber el motivo del celo de los Jueces por impedir que los ciudadanos posean o conozcan nada del pasado de la comunidad. Y sobre todo, qué hay fuera del Silo y provoca que las personas que salen mueran nada más salir a la superficie. ¿De verdad la atmósfera es tóxica o también en eso han engañado las autoridades a los ciudadanos del silo?

Aunque Silo tiene un reparto bastante amplio, en realidad Rebecca Ferguson es la protagonista total de la serie. De hecho, de forma sorprendente teniendo en cuenta cómo empieza la serie, a partir del segundo episodio casi todo gira en torno a ella, lo cual es super de agradecer teniendo en cuenta lo buena actriz que es Ferguson y lo guapa que aparece siempre. Ella es el pegamento que mantiene unida a la serie en cuanto a la acción y desde el punto de vista emocional, y servirá para mostrarnos elementos clave de esta sociedad, como el generador de energía o los diferentes sectores hasta alcanzar los 140 que posee este espacio subterráneo.

Junto a Ferguson tenemos un grupo de estupendos actores, empezando por el genial Tim Robbins, David Oyelowo, Common o Iaian Glen (Juego de Tronos), que van ampliando la información que tenemos de esta sociedad y que ofrecen un buen contraste frente a la protagonista. Además, me gusta que elementos que parecen intrascendentes del pasado de Nichols resulten ser fundamentales en la resolución de la trama más adelante, siendo ejemplo de buena escritura.

La serie cuenta con 10 episodios, y cada uno se plantea como una pieza de un puzzle que resulta interesante. Aunque no todas las preguntas son respondidas, en realidad bastante pocas, esta primera temporada si me ha dejado la sensación de capítulo cerrado, al descubrir finalmente Nichols lo que le pasó a su pareja, que murió en circunstancias misteriosas hace meses y que puso en marcha la acción. Quedan muchos muchos misterios por resolver, pero en su conjunto la serie me ha gustado bastante.

Un problema que históricamente han tenido las series de ciencia ficción de este tipo es que a medida que avanza la serie sobrevuela la sensación de «cutre» al rodarse en los mismos 4 decorados todo el rato. Y aunque en realidad en parte esta situación también existe, creo que el diseño de producción está super bien porque consigue variar de espacios lo suficiente como para que no suponga un problema.

Creo además que la narración está bien planteada para los 10 episodios, provocando numerosos cambios de ubicación y en la trama, de forma que no llegamos a sentir en ningún momento que algún episodio es de relleno. Silo tiene 10 episodios porque es la duración que tiene que tener. Ni más ni menos. Y me parece un buen ejemplo de ciencia ficción distópica que merece nuestro tiempo.

Apple confirmó además la producción de una segunda temporada, pero entre las huelas de guionistas primero y actores después creo que no se ha anunciado ni siquiera el inicio del rodaje, con lo que tardaremos en poder ver la segunda temporada. Y es una pena, porque el enooooorme cliffhanger con el que se cierra la temporada y lo cambia todo me parece espectacular. Se nos va a hacer larga la espera.

Comparto el trailer de esta primera temporada:

Silo me ha parecido una buena ciencia ficción, y su sorprendente final abre las puertas a nuevas aventuras que veré seguro cuando se estrenen.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de The Creator de Gareth Edwards

Siete años después de Rogue One Gareth Edwards estrena su nueva película también situada en la ciencia ficción, The Creator.

PUNTUACIÓN: 5.5/10

En medio de una guerra futura entre la raza humana y las fuerzas de la inteligencia artificial, Joshua, un duro exagente de las fuerzas especiales que llora la desaparición de su esposa es reclutado para cazar y matar al Creador, el escurridizo arquitecto de la IA avanzada que ha desarrollado una misteriosa arma con el poder de acabar con la guerra… y con la propia humanidad. (FILMAFFINITY)

Gareth James Edwards (1975) es un cineasta británico que se dio a conocer gracias a Monsters (2010), una película independiente en la que trabajó como guionista, director, director de fotografía y artista de efectos visuales. Posteriormente dirigió Godzilla (2014), y Rogue One: Una historia de Star Wars (2016). Tras los múltiples problemas que sufrió durante el rodaje de la película de Star Wars, en la que no dirigió los reshoots ni controló el montaje final estrenado en los cines, que incluye sin ir más lejos la ya super icónica final de Darth Vader, Edwards ha tardado 7 años en poder sacar adelante esta nueva película, de la que también es autor del guion junto a Chris Weitz a partir de una idea suya.

The creator es una película de 133 minutos de duración y un presupuesto de 80 millones de dólares, que ha sido producida por 20th Century Studios. La película fue rodada en localizaciones en Tailandia y cuenta con fotografía de Greig Fraser (durante la preproducción) y Oren Soffer durante el rodaje en si, montaje de Hank Corwin, Joe Walker y Scott Morris y música de Hans Zimmer.

En el reparto encontramos a John David Washington (el hijo de Denzel) como Joshua Taylor, un sargento y agente encubierto del ejército estadounidense. Madeleine Yuna Voyles es Alpha-O / «Alphie», un «simulante» robótico con la capacidad de controlar la tecnología a distancia. Gemma Chan es Maya Fey-Taylor / Nirmata, la hija de Nirmata («El Creador») y esposa de Taylor. Allison Janney es Howell, una coronel del ejército estadounidense que recluta a Taylor, Ken Watanabe interpreta a Harun, un soldado simulante en Nueva Asia y Sturgill Simpson es Drew, antiguo camarada y mejor amigo de Taylor.

Empezando por los elementos positivos, The creator es una película con una fotografía y un diseño de producción alucinantes. Me he quedado muerto al descubrir que el presupuesto de la película ha sido de tan sólo 80 millones de dólares, porque la verdad es que luce como el mayor blockbuster de Hollywood de este año. Los efectos especiales entre otros de IL&M son espectaculares y lucen increíbles, sobre todo con el diseño de los simulantes robóticos que albergan una Inteligencia Artificial. El diseño de la nave Nomad del ejército de los Estados Unidos aporta un elemento de Gran Hermano sobre todos nosotros que en cualquier momento puede acabar con quien se les opone que da una buena sensación de amenaza y peligro inminente durante toda la película. Y en general me gusta toda la tecnología, los vehículos y armas que veremos durante la película.

Gareth Edwards se muestra como un creador de potentes imágenes, ayudado por las localizaciones reales en Tailandia y por un buen ojo para crear momentos para el recuerdo con unos planos super bonitos que combinan con habilidad los elementos reales con los insertados digitales mediante los efectos visuales.

Lo malo es que todo lo bueno que tiene Edwards como director y creador de imágenes potentes no se traslada a su guion, que es una mezcla mal ensamblada de un montón de clásicos del cine de ciencia ficción. En The Creator tenemos un poco de Akira, unas gotas de Blade Runner, por supuesto el viaje de descubrimiento que Steven Spielberg planteó en I.A. (y en general, cualquier película en las que dos personas opuestas emprenden un viaje que les unirá), toques antibelicistas con una estética de Apocalypsis Now, o la consciencia de los robots / Inteligencia Artificial de Yo, Robot. Y sobre todo, mucha inspiración en el cine de Neill Blomkamp, tanto en el diseño de naves y robots de Distrito 9, como de argumento de Elysium.

Y tener unas fuentes de inspiración claras no es un problema en si mismo si consigues que tu historia conecte con el espectador, y esto es algo que nunca sucede. La historia plantea un viaje del protagonista Joshua Taylor para encontrar a su esposa, a la que creía muerta hace cinco años por culpa suya. Durante este viaje aprenderá a querer a una I.A. con forma de niña con habilidades que podrían decantar la guerra a favor de las I.A.s. La misión de Taylor era encontrar esta arma y entregarla al ejército si podía o destruirla si no tenía más remedio. Cuando descubra que el arma es la niña, aunque sea robótica, todo su mundo se derrumbará.

El problema es que para ser una película de apenas 130 minutos, se me ha hecho larga en varios momentos. Aunque Edwards intenta plantear una historia de amor (en la distancia) que aporte cierto romanticismo y poesía en algunas escenas, lo cierto es que la película es una persecución incesante que no deja a los protagonistas (y al espectador) un segundo de respiro, intentando ocultar la endeblez de la historia. Cosa que se nota demasiado. De esta forma, Taylor y la I.A. Alphie escapan del ejército de los USA, ayudándose de alguien que acaba muriendo, para cambiar de localización ayudado por otra persona para volver a ser encontrados y volver a escapar viendo morir a alguien. Hay elementos sugeridos durante el metraje que podían haber estado bien si hubieran podido ser desarrolladas mejor, como la posibilidad que las I.A.s tengan sentimientos y estén vivas y merezcan no ser exterminadas, o el contraste entre el militarismo violento de los humanos americanos, que por supuesto se confirman como los malos de la historia, con los pacíficos granjeros e I.A.s que conviven en harmonía en los poblados de Asia. El elemento de industrialización occidental «mala» frente a indigenismo «bueno» es otro elemento muy claro a lo largo del metraje.

A pesar de la perfección visual, esta persecución no acaba de funcionar como enganche emocional. Y no creo que sea un problema del reparto, que hace lo que puede con las herramientas a su disposición, sino de la historia de Edwards y de unos diálogos demasiado funcionales y muy poco emocionales. Para empeorar las cosas, la película termina descarrilando en el tercio final a partir de que Taylor y Alphie llegan a su destino. A partir de ahí se suceden una serie de absurdeces que terminaron echándome de la película. No quiero spoilear elementos claves, pero la inspiración de Elysium, cuyo tercer acto tampoco funcionaba, se hace demasiado evidente. Hay películas correctas que un buen final consiguen elevarla. Sin querer poder el dedo en la llaga, Rogue One es un ejemplo perfecto. Sin embargo, The Creator descarrila y nos plantea un final que intenta ser romántico y emocional como final del camino de Taylor, pero que resulta una ridiculez.

Hay otros elementos que me han incomodado a lo largo del metraje. Antes comentaba que el diseño de las I.A.s con la parte trasera del cráneo abierta me ha flipado. Pero eso es una cosa, y otra que TODOS los simulantes giren sus cabezas de forma artificial para que veamos su cráneo robótico, algo que empezó a sacarme de la película cuando volví a verlo por trigesimocuarta vez sin aportar nada a la trama más allá de «mira qué chulo queda». Tampoco he acabado de entender la geopolítica de este mundo y cómo se supone que los Estados Unidos están en guerra contra Asia pero luego actúan sin oposición todo el rato, excepto en una de las primeras escenas. Y entiendo la inspiración en la guerra de Vietnam, pero es otro elemento que tampoco me ayudo a entrar en la película.

Me gustaría poder decir que me ha gustado más The creator de lo que lo ha hecho, pero lamentablemente me ha parecido fallida en muchos momentos y una ocasión perdida de darnos LA PELÍCULA de sci-fi del 2023. Una pena.

Comparto el trailer de la película:

Es una pena que The Creator no acabe de saber crear una historia interesante que nos atrape emocionalmente y evite que veamos las clarísimas fuentes de inspiración de Gareth Edwards,

PUNTUACIÓN: 5.5/10

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Crítica de La montaña en el mar de Ray Nayler

Tras leer a Adrian Tchaikovsky y sus historias de seres super evolucionados con consciencias diferentes a las humanas, descubrir que Nova había publicado una novela sobre el primer contacto con una raza super evolucionada de pulpos se convirtió en lectura obligada. Hablo de La montaña en el mar, la novela de Ray Nayler.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

La montaña en el mar de Ray Nayler es un debut literario deslumbrante y una reflexión excepcional sobre la naturaleza de la consciencia y sobre los claroscuros de sus consecuencias.

¿Y si una nueva especie de pulpos hiperinteligentes tuviera la clave para el futuro de la humanidad?

Empiezan a difundirse rumores sobre una especie de pulpos peligrosa y extraordinariamente inteligente que podría haber desarrollado un lenguaje y una cultura propios. Ha Nguyen, una bióloga marina que ha dedicado la vida a investigar el cerebro de los cefalópodos, hará lo posible para estudiarlos.

DIANIMA, una empresa tecnológica internacional, se ha aislado en el remoto archipiélago de Con Dao, en Vietnam, donde los pulpos han sido avistados. La doctora Nguyen viaja a las islas para unirse al equipo de investigación formado por una agente de seguridad llena de cicatrices de guerra y el primer androide de la historia.

Los pulpos son la clave para realizar descubrimientos sin precedentes sobre la inteligencia animal. Pero hay mucho en juego: quien consiga aprovecharse de dichos hallazgos logrará una gran fortuna. Así pues, mientras la doctora Nguyen intenta comunicarse con la especie recién descubierta, entra en escena una facción más importante que DIANIMA para apoderarse de los pulpos. Sin embargo, nadie les ha preguntado a estas criaturas marinas qué opinan. Ni qué piensan hacer al respecto.

Ray Nayler es biólogo marino y ha trabajado durante media vida para el Servicio Exterior y el Cuerpo de Paz de Estados Unidos, donde ha dirigido varios proyectos de conservación ambiental en el archipiélago de Con Dao, el escenario de su primera novela. Aclamado como «uno de los maestros emergentes de la ciencia ficción breve» por la prestigiosa revista Locus Online, sus numerosas piezas de ficción corta han aparecido en las antologías del género más relevantes del mundo. La montaña en el mar es uno de los debuts más fascinantes que ha dado la ciencia ficción en años.

La montaña en el mar ha ganado el Premio Locus como la mejor primera novela del año 2022. Esto de por si ya convertía a la novela en una obra interesante a tener en cuenta. Si a eso le sumamos el tener a pulpos inteligentes, ha resultado ser una combinación ganadora que me obligó a leer esta novela de 475 páginas.

La novela resulta sorprendente al plantear tres tramas que discurren en paralelo a lo largo de la novela. La principal la protagonizan doctora Ha Nguyen, Evrim y Altantsetseg en la isla / archipiélago de Con Dao propiedad de la empresa DIANIMA donde tendrá lugar la investigación principal. La doctora Ha en una bióloga que ha escrito un libro de éxito, Cómo piensan los océanos, y ha dedicado su vida al mar y a comunicarse con sus habitantes, por lo que resolver este enigma es una prioridad vital para ella. Evrim es el primer y posiblemente único androide creado con consciencia propia, y al ser propiedad de DIANIMA se ha considerado que es el perfecto ayudante para ayudar a la doctora Ha. Hay que sumar a Altantsetseg, la tercera habitante de la isla que se encarga de la seguridad y que nadie intente entrar en la propiedad de DIANIMA. O salir.

En las dos tramas secundarias tenemos a Eiko, un esclavo que vive una penosa existencia trabajando en un barco pesquero controlado por un I.A. de una corporación que se dedica a esquilmar los escasos recursos naturales del mar, lo que muestra la peor cara del avance de la industria y cómo cada vez somos mejores destruyendo el medio ambiente y a otras personas, que son vistas como un recurso más que explotar. Por último, Rustem es un hacker contratado para romper los bloqueos de seguridad de algo que no parece ser humano.

Ray Nayler plantea ideas muy interesantes sobre la propia comunicación y cómo esta se asienta no solo en el vocabulario escrito o hablado sino en múltiples elementos culturales y físicos distintivos únicos de la raza humana que hace que comunicarse con seres sin estos rasgos sea una primera barrera que resulta clave solventar si se quiere avanzar. Pero no sólo con los pulpos, ya que la propia doctora Ha muestra unos déficits que la han hecho difícil relacionarse con otras personas, lo que indica que la comunicación es un acto cada vez más complicado en los mundos cada vez más tecnificados.

Otro elemento que me ha gustado es el poder de las corporaciones y cómo están buscando este conocimiento como fuente para incrementar sus beneficios, ya que de controlar o conocer los mecanismos de la inteligencia de los pulpos podría ayudar a crear avances revolucionarios en las I.A.s que son utilizadas en este futuro cercano al nuestro. La idea de una corporación benigna que busca el avance de la humanidad se ve de alguna negado en estas páginas, al moverse únicamente por el beneficio económico.

La clave de saber qué significa «tener una consciencia» y ser un ser real es otra idea potente que se analiza aprovechando la existencia de Evrim. Este androide único ofrece un punto de vista nuevo a la realidad existente hasta ese momento en que los humanos eran los únicos seres vivos que tenían consciencia. Que puedan existir diferentes tipos de consciencias y que eso no las hacen peores es otra de las ideas potentes de la novela.

La montaña en el mar me ha gustado. Pero comentaba que una parte fundamental de mi decisión de compra viene precedida de la lectura de las novelas de Adrian Tchaikovsky, y la verdad es que en la comparación Nayler sale perdiendo en prácticamente en todo. Puestos a hacer ciencia ficción anticipativa el avance en la comunicación con los pulpos se me ha quedado muy corta, quedando en un final bastante anticlimático. Otro elemento que tengo que comentar es que al final se explica la conexión de las tres tramas que discurren en paralelo, pero la realidad es que las historias de Eiko y Rustem aunque tratan temas importantes para el autor son capítulos que nos alejan de lo que se supone era lo interesante, los intentos de comunicación con los pulpos. Otro elemento que no suma sino resta es que no existe progresión dramática ni un climax potente, los conceptos se exponen y los protagonistas descubren cosas y de repente se acaba la novela.

Aunque me falle un poco el final, la verdad es que para ser el primer libro de un escritor novel (en lo referido a novela, Nayler había publicado numerosas historias cortas), resulta super prometedor. Nayler puede resultar un estupendo escritor de ciencia ficción orientado a su faceta de biólogo marino. Estaré atento a sus próximos trabajos.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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