Un mundo bajo Muerte muestra en su sexto número de nueve el pecado original de Victor Von Muerte convertido en el Hechicero Supremo. Esta grapa de Ryan North, R.B. Silva y David Curiel nos ha ofrecido el interés que la serie no había conseguido transmitir hasta ahora. Ojalá sea el comienzo de un buen final.
PUNTUACIÓN: 7/10
En un desesperado intento por derrotar a Muerte, Reed Richards descubre el secreto de cómo alcanzó la dominación mundial. ¿Será suficiente para que la gente le dé la espalda? ¿Y qué es lo que Muerte ha estado ocultando en el domo de Latveria? Todo será revelado, a un precio terrible.
Hasta el momento, la miniserie-evento Un mundo bajo Muerte estaba resultando un bluff tremendo. Uno de sus principales pecados es que parecía que «perdía» el tiempo en tramas y situaciones sin interés, mientras las cosas realmente interesantes quedaban en un segundo plano. En este sexto número por fin tenemos algo interesante que toca el núcleo de la enemistad entre Muerte y Reed Richards, que es el choque intelectual y el interés de Muerte desde siempre de demostrar que es más inteligente que Reed. Cosa que obviamente nunca ha sucedido.
El debate entre Muerte y Reed está muy bien planteado por parte de Ryan North, haciendo que Reed intente convencer con la fría lógica mientras que Muerte apela a las emociones más básicas de los espectadores. Por eso empieza ganando. North hace una conexión entre Muerte y los populismos actuales, al ofrecer Muerte seguridad y certeza aunque sin aclarar qué se va a perder en el camino, mientras la lógica de la ciencia pierde importancia frente a la emotividad forzada. Me resulta muy llamativo haber leído esta semana dos comics con gente «lista» hablando como eje narrativo del comic. Mientras que Imperial 3 de Jonathan Hickman fracasa por su frialdad emocional y porque los personajes no pueden traernos más sin cuidado, en el caso de Muerte y Reed Richards tenemos personajes complejos que tienen un combate de ideas interesante con buenos giros y sorpresas que provocan que te preocupes por lo que va a pasar a continuación. Al menos en este sentido, Ryan North 1 – Jonathan Hickman 0.
A pesar de estar ante un número en que lo principal es el debate entre Muerte y Reed, R.B. Silva y David Curiel consiguen que el comic sea dinámico de leer. Silva creo que plantea este debate con unos planos interesantes que consiguen que la conversación no aburra. Por ponerle un pero, algunas caras de Reed Richards y en concreto su nariz se ven raras en algunas viñetas. Pocas, pero sucede. En positivo, la escena en la que Sue Richards, la Bruja Escarlata y Viuda Negra descubren el misterio que oculta Muerte en Latveria es un homenaje clarísimo a Matrix que me hizo gracia como concepto, y es un triunfo en lo dramático. En este número por fin he visto al R.B. Silva que apuntaba a dibujante super estrella de Marvel.
El comic se aprovecha además del llamativo color de David Curiel, que consigue que los diferentes shocks emocionales del comic funcionen perfectamente. Por ejemplo, el color que emplea Curiel en la doble página en la que Muerte explica lo que podría haber sido el mundo si los héroes hubieran empleado sus inventos para mejorar la humanidad está super chulo, utilizando de forma brillante el color verde que siempre ha estado asociado a Muerte.
Quizá el problema de un buen comic es que los héroes han descubierto cómo Muerte ha aumentado sus poderes místicos. Una revelación terrorífica. Pero eso no significa que la negociación política que llevó a cabo Muerte previamente para conseguir el dominio del mundo no fuera correcta y legal. Al menos con lo que sabemos hasta ahora. Este comic ha jugado a presentar conceptos del Universo Marvel como si fueran cosas que pasan en el mundo real. Pero obviar que la elección fue legal no es más que la excusa para poder plantear el climax final de esta miniserie. Dicho esto, había oído cosas muy buenas de Ryan North, y hasta el momento no había visto reflejado en este comic. Este número si me ha gustado. Ojalá de ahora en adelante su historia sea un triunfo y nos deje con un buen sabor de boca.
Por otro lado, aunque el guion de North me parece sólido, hace un poco de trampa a partir de una convención del género. En el mundo real un genio como Reed Richards cambiaría el mundo para mejor con sus invenciones. Sin embargo, como el universo Marvel ha intentado transmitir la idea de «el mundo al otro lado de la ventana», los héroes sólo aspiran a mantener el statu-quo, nunca a generar cambios sustanciales que alejaran a los comics del mundo real actual. Por ello, tanto en Marvel como en DC se plantea la idea que «los superhéroes no pueden provocar el cambio, este debe llegar de la propia sociedad civil». Superman o Capitán América son especiales defensores de esta idea en sus comics.
Esta convención ha sido aprovechada por idiotas woke para atacar al mundo del comic, con idioteces como que Batman no debería combatir el mal a puñetazos cuando tendría que cambiar la sociedad con su fortuna. Aparte que luchar contra el crimen le convierte en fascista. Aunque Bruce Wayne ya donaba miles de millones de dólares a causas sociales antes que Tom Taylor empezara a imaginarlo siquiera para Nightwing. Pero daba igual. Gente que nunca había comprado un comic ni creo que se lo planteara se arrogaba con la potestad de criticar un medio que por otro lado siempre se ha caracterizado por ser cobarde y no atreverse a defenderse cuando alguien lo critica con ideas más o menos descabelladas.
North aprovecha esta convención para plantear una de las ideas principales del populismos de Muerte. Los héroes en realidad no han ayudado de forma significativa a la gente más humilde cuando podrían haberlo hecho, mientras que Muerte SI ha hecho cosas que mejoran de forma objetiva la vida del pueblo llano. En el contexto de esta historia, lo cierto es que me ha gustado y creo que funciona. Bien por North.
Tras este sexto número, North, Silva y Curiel han conseguido reavivar mi interés por este comic. Ojalá consigan terminar la historia de forma satisfactoria.
Comparto las primeras páginas del comic:
Un mundo bajo Muerte por fin nos ha dado una historia que engancha con personajes por los que me preocupo. Ya era hora.
PUNTUACIÓN: 7/10
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¡Feliz Domingo! A partir de las amenazas de muerte que recibió el escritor Tim Seeley por parte de fans enfadados por una historia suya en un comic online de Marvel, quiero ampliar a los intentos de determinados colectivos para censurar a creadores al creerse con la facultad de poder decirle a un escritor y a una editorial qué temas pueden tratar sus comics y cuales no.
La noticia la conocí a través de Bleeding Cool, al hacerse eco de que Tim Seeley, para mi siempre será el creador de Revival en Image Comics junto a Mike Norton, había abandonado X (Twitter) después de sufrir decenas de amenazas de muerte en esta red social. Aunque una locura así es injustificable, el motivo de la queja es la historia del comic online X-Men Age Of Revelation Marvel Infinity Comic #4, obra de Seeley y el dibujante Philip Sevy.
Age of Revelation es un futuro alternativo en el que Cifra (Doug Ramsey) se ha convertido en Revelation, y ha dominado el mundo. Todo lo que nos cuenta Age of Revelation NO es la línea temporal 616 y muy probablemente quedará borrado cuando las cosas vuelvan a la normalidad en Enero de 2026. Porque esta historia es la enésima repetición / variación de la Era de Apocalipsis en la que la línea temporal normal se ve interrumpida durante unos meses por una línea alternativa.
En este mundo de Age of Revelation, el comic en cuestión de Seeley Marvel Infinity Comic #4 nos cuenta la como la Illyana Rasputin (Magik) de esta línea temporal se ha convertido en la villana Darkchild. Tras ser traicionada por Revelation, Illyana muere en una misión y su alma va al infierno. O en realidad, al limbo, la dimensión infernal en la que se crio hasta que escapó gracias a su espada-alma y el control de sus poderes. Ahora que ella ha fallecido, su alma fue capturada por Belasco y S´Ym y su forma transformada en Darkchild. Eventualmente, Darkchild escapará del Limbo y se hará con el control de una parte de los Estados Unidos, que es como empieza Age of Revelation.
El comic muestra que Illyana está hambrienta y S´Ym se ofrece a darle comida (de hecho, tiene una pata de «pollo» en la mano), y le dice que se la da «si le convence que lo necesita». Darkchild responde que está agradecida por la forma en que S´Ym «satisface sus patéticas necesidades.» Esto puede interpretarse de la forma que se quiera, pensando que el alma de Illyana ha sido corrompida. Además, unos demonios esbirros de S´Ym se relamen ante Illyana, lo que invita a que imagines todo tipo de abusos. Abusos que no son explícitos en el comic. Como si la corrupción misma de su alma no fuera abuso más que suficiente.
El comic me parece que tiene un dibujo bastante flojo. Y la historia de Seeley me parece un trabajo alimenticio en el que recrea 40 años más tarde la mítica miniserie de los años 80 de Chris Claremont, John Buscema, Ron Frenz, Sal Buscema y Tom Palmer. La falta de imaginación de Seeley me parece lo más criticable de este comic, pero en realidad no es más que un comic digital que explica el origen de un villano de una línea temporal alternativa, no es que hayan alterado de forma irreversible al personaje de Illyana. En Febrero, cuando se retome su serie regular, en la que compartirá cabecera con su hermano Coloso, nada de esto habrá tenido lugar ni influirá en Illyana.
Estos detalles dieron igual, y provocaron a una jauría de haters que se lanzaron en tromba a insultar y amenazar de muerte a Seeley en Twitter.
Y esto es una locura absurda, pero merece la pena recordar que el que no te guste una historia de ficción no hace que su autor merezca la muerte. Por mucho que acuses de revictimizar a un personaje de ficción o que este ha sufrido violencia física o sexual en el comic, cosa que en realidad no se muestra explícitamente. El que opina esto es un desequilibrado mental peligroso, al que no se debería permitir que marcara la conversación de lo que puede o no decirse en un comic.
Al mismo tiempo, aunque no estoy al tanto de todo lo que se publica en redes sociales, hasta el momento en que estoy escribiendo estas líneas Marvel Comics, la empresa que aprobó la historia de Seeley y ha publicado el comic, no ha apoyado a Seeley públicamente. Tampoco he visto que haya surgido una marea de solidaridad por parte de otros autores de comics de Marvel ante las amenazas de muerte que ha sufrido un teórico compañero. Algo que muestra la cobardía de esta industria y como se achanta en cuanto alguien les acusa de «__ismo», en función del sectarismo identitario de cada momento. En este caso, la acusación es de «misóginos».
El guion de Seeley puede criticarse por su falta e imaginación y a sonar a algo que sobre todo los lectores veteranos ya hemos leído antes, mejor. A mi no me parece un comic especialmente bueno. Pero Seeley tiene razón en que es necesario el drama para que los comics no sean aburridos. Sobre todo en historias de universos alternativos que en las que nada va a tener repercusión futura una vez que se reinicie el universo Marvel 616 normal. Entiendo la intención de Seeley Y DE MARVEL de generar un shock que llame la atención de los lectores, pensando lo saturado que está el panorama comiquero americano. Que este comic haya provocado amenazas de muerte es asqueroso. Y que haya gente que no lo condene y de alguna manera lo justifique, aunque sea algo esperable, es igual de asqueroso.
Esta polémica hizo que algunas personas recordaran el «Women in refrigarators» para acusar a Tim Seeley, y de nuevo a Marvel Comics y la industria del comic en general de sexistas, machistas y misóginos.
Para quien no esté familiarizado con el término, fue creado en 1999 por Gail Simone cuando aún era una bloguera y columnista aspirante a escritora de comics, en la época en la que Warren Ellis la empezaba a promocionar en su mítico foro de internet. Women in Refrigerators plantea la idea de que los personajes femeninos sirven básicamente como un recurso argumental para motivar y hacer avanzar la historia de un héroe masculino, en lugar de tratar al personaje femenino como un personaje por derecho propio. El término nace a partir del Green Lantern vol. 3 #54, publicado en 1994, en el que el héroe Kyle Rayner encuentra a su novia, Alexandra DeWitt, asesinada y metida dentro de su frigorífico por el villano Major Force.
Dependiendo de la persona que plantee la idea, esta práctica puede considerarse un ejemplo de escritura perezosa, de sexismo o misoginia descarados, o de promoción de la violencia contra las mujeres. Y en defensa de quienes defienden esta idea, a lo largo de la historia de los comics de superhéroes, es fácil encontrar numerosos ejemplos de personajes femeninos secundarias en comics de héroes masculinos traumatizadas, agredidas o incluso asesinadas.
Pero ¿esto en realidad se trata de un problema de género? Dentro que por supuesto algún ejemplo concreto si pueda ser resultado de machismo, etc… en realidad no creo que pueda trasladarse como un problema que afecta a toda la industria. El concepto de «mujeres en neveras» es una consecuencia de uno de los recursos más utilizados en la narrativa, sobre todo en el ámbito heroico y/o mitológico. Una de las formas más eficaces de provocar un shock en un héroe que provoque el inicio su viaje y/o misión es matar a alguna de las personas que le rodean. Este tropo es algo tan antiguo como la ficción misma, existe desde siempre. Desde antes incluso de la mitología griega. Ahora bien, ¿afecta de manera desproporcionada a las mujeres? No estoy seguro. Pero incluso aunque así fuera, no es algo que pueda atribuirse al sexismo.
Poner en peligro a las personas queridas por el protagonista es una forma segura de iniciar el viaje del héroe. Eso podría considerarse sexista, si no fuera porque los personajes masculinos queridos por los protagonistas mueren con la misma frecuencia que los femeninos. ¿Cuántos personajes masculinos que actúan como mentores mueren para que el protagonista, sea hombre o mujer, aprenda alguna lección o empiece su misión? ¿Cuántos padres son asesinados, solos o junto a sus esposas, para convertir a los héroes en huérfanos? El tío Ben, T’Chaka, Thomas Wayne, Obi-Wan, Yoda, el tío Owen, Jor-El, Jonathan Kent, Alfred, Jason Todd, Bucky Barnes… La muerte de un personaje masculino para motivar a un héroe masculino es igual de frecuente que la muerte de uno femenino. Por poner otro ejemplo, Frankenstein ha vuelto a ser popular gracias a la película de Guillermo del Toro. Pero en la novela de Mary Shelley, el hermano menor y el mejor amigo de Víctor Frankenstein mueren antes de que muera también su prometida.
También es difícil considerar esto como algo sexista cuando le pasa también al interés amoroso masculino de los personajes femeninos. En la película de Wonder Woman Steve Trevor es quien muere al final para motivar el crecimiento de Diana y provocarla un trauma a ella. Esto también le sucedió a Steve varias veces en los cómics, muriendo y siendo resucitado para cambiar la motivación de Diana. Terry Long, el marido de Donna Troy también fue asesinado en The New Teen Titans para generarle un drama a Donna. Lo mismo ocurre con los personajes homosexuales. Moondragon acabó siendo asesinada para motivar a su amante Phyla-Vell. No se trata de que a las mujeres les sucedan cosas malas para motivar a los héroes masculinos. Se trata de que a los personajes secundarios, sean hombres o mujeres, les sucedan cosas malas para motivar al héroe, sea hombre o mujer. Y es una práctica que probablemente no cambiará, ya que es una forma segura de crear drama.
DC trató mal a Barbara Gordon cuando Joker la disparó y la dejó paralítica en Batman: La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland. El abuso sufrido por Barbara es uno de los ejemplos más repetidos cuando se habla de «Women in refrigerator». Pero, ¿Sabéis qué más hizo DC con 10 meses de diferencia? Mataron a Robin (Jason Todd). ¿Puede ser sexista una cosa y algo normal en el comic de superhéroes la otra? Yo no creo que sea un ejemplo de sexismo, sino que los editores a finales de los años 80 creían que los secundarios le quitaban fuerza a Batman, y por eso optaron por eliminar a todos sus compañeros. Chicos y chicas. Lo mismo podría decirse de Supergirl, que tras morir en las Crisis en Tierras Infinitas y Superman fuera reiniciado y simplificado por John Byrne, se decidió eliminar a Superboy, a Krypto o la ciudad de Kandor. Se habla mucho de la muerte de Supergirl, aunque Barry Allen (Flash) también murió en las Crisis. De facto, Superboy también «murió» editorialmente hablando, al no aparecer en un comic durante años. Luego todos fueron recuperados, Barbara Gordon se convirtió en Oracle, Tim Drake se convirtió en el tercer Robin y Supergirl acabó volviendo a la vida. Pero esa es una historia para otro día.
Igual que digo esto, creo que el maltrato que sufrió Carol Danvers en el infame Avengers 200 (1980), en cuyo guion aparecen acreditados David Michelinie, Bob Layton, Jim Shooter y George Pérez, y que fue «arreglado» por Chris Claremont en el Annual 10 (1981), es uno de los ejemplos más terribles de destrozo provocado a un personaje por unos guionistas y editores que odiaban a este personaje y querían desembarazarse de él. Eso es así. Pero excepto casos como el de Carol Danvers, creo que en la mayoría de casos no existe sexismo, sino el resultado de un escritor perezoso que va a lo fácil para provocar un drama en el protagonista a costa de unos de sus personajes secundarios. Ni siquiera tengo claro que hubiera sexismo en el caso de Carol Danvers, porque casi inmediatamente después Marvel presentó a una nueva Capitana Marvel, Monica Rambeau. Sexismo no, odio a ese personaje concreto, seguro que si.
Hay otro elemento para mi muy ilustrativo que se repite en todas estas denuncias de «Women in refrigaterator» que se repiten cada cierto tiempo. Y es que los ejemplos que se ponen son siempre los mismos, en muchos casos de hace más de 40 años. Carol Danvers, Barbara Gordon, Illyana Rasputin, X-23, Felicia Hardy, Janet Pym, Jessica Jones… Su drama se vivió en comics publicados hace más de 15 años. ¿Puede decirse que la industria es sexista cuando no existen ejemplos recientes? Incluso cuando yo mismo no creo que el propio concepto exista en realidad o demuestre la existencia de un sexismo sistémico, aunque seguro si existan ejemplos puntuales que si sean sexistas.
Cuando se critica a Tim Seeley por su comic y se pone el grito en el cielo contra una industria misógina, aunque no encuentras otros ejemplos similares en un personaje principal en los últimos 5/10 años, ¿El problema es el supuesto sexismo de los comics o que quieres forzar que no se traten temas que a ti no te gustan? No creo en el concepto Women in refrigerator, pero incluso si lo hiciera, ¿Marvel no puede publicar un comic en el que un personaje femenino sufra cuando no ha publicado nada similar en 10 años? ¿En serio? Los personajes masculinos si pueden morir o ser torturados, pero los femeninos parece que no. Tampoco convertirse en villanos. Solo se puede escribir de lo que ELLOS quieran.
Y el caso es que diría que es normal que se quejen, porque en los últimos 10/15 años cada vez que un flipado o flipada ha gritado «machista» a Marvel, la editorial se ha acojonado SIEMPRE y ha agachado la cabeza y ha pedido perdón. Y creo que es lamentable que Marvel escuche a gente que justifica que se amenace a un escritor por escribir un comic que no les ha gustado. O que directamente sean los que hagan las amenazas. En algún momento, Marvel tendrá que plantarse ante gente violenta como esta. Pero no será hoy.
Otro melón que podría abrirse es que estoy bastante seguro que la mayoría de personas que han realizado estas amenazas e insultos no han comprado el comic. O en este caso, no están suscritos al Marvel Unlimited. Y se quejan «de oído». De forma que Marvel no deja de pedir perdón a gente que ni siquiera compran sus comics. Una gente que ha marcado la agenda de lo que Marvel publicaba y a las que la editorial escucha más que sus clientes reales, los compradores. Pero creo que esto es un embolao para otro día.
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Stephen Extraño ya no es el Hechicero Supremo del Universo Marvel, pero eso no significa que sus aventuras hayan terminado. Hoy quiero comentar mis impresiones del primer número de la miniserie Doctor Extraño de Asgard, escrita por Derek Landy y dibujada por Carlos Magno, con color de Espen Grundetjern.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
El nuevo Hechicero Supremo domina el mundo. ¿Qué ha sucedido con el antiguo? En busca de propósito, y quizás de venganza, Stephen Extraño viaja a Asgard para preguntar si el Reino Dorado necesita a su propio Hechicero Supremo. Loki está dispuesto a ayudar, pero la ayuda oculta una trampa.
Este número incluye Doctor Strange of Asgard 1-3 USA.
Me gusta mucho el personaje de Stephen Extraño. Es un héroe cuyo mundo mágico siempre me ha interesado, especialmente debido a su naturaleza de «serie B» dentro de Marvel y que sus aventuras no están garantizadas. Tras Caza sangrienta, Stephen ha perdido su título de Hechicero Supremo por culpa de Victor Von Muerte, algo que estamos leyendo en Un mundo bajo Muerte. En este contexto llega esta miniserie Doctor Extraño de Asgard, en la que Stephen viaja a Asgard para acumular poder que le ayude a enfrentarse a Muerte.
Me ha gustado la historia que ha preparado Derek Landy, un guionista que reconozco que no lo tenía localizado más allá de haber hecho alguna miniserie mutante que no he leído. Landy plantea una historia muy interesante a partir de dos tramas en paralelo. Por un lado tenemos a Stephen intentando conocer el mundo de Asgard y cómo conseguir los ingredientes que necesita para realizar el hechizo que le permitiría convertirse en el Hechicero Supremo de Asgard. Estamos tan acostumbrados a ver el salón del trono de Asgard que ver el reíno de los dioses desde una perspectiva «a pie de calle» con asgardianos que no tienen nada que ver con los dioses habituales es una idea interesante y refrescante. Y al mismo tiempo, hay un asesino matando a la gente que se encuentra con Stephen que claramente quiere impedir que Stephen alcance sus objetivos. Los tres números que se incluyen en este primer número de dos de esta miniserie de cinco grapas USA presenta nuevos personajes y situaciones interesantes, siempre con buenos cliffhangers. Y la idea de ampliar el misterio con un cierto whodunnit hace que el comic resulte super entretenido.
Por otro lado, el problema lo tengo con el dibujo de Carlos Magno, con dibujo de Espen Grundetjern. Magno debe trabajar con un programa de dibujo que hace que sus viñetas de vean «realistas», pero su estilo en realidad hace que dibuje a los personajes siempre con las caras entre sombras, unas sombras nada naturales que hacen que los personajes se vean feos en la mayoría de imágenes. Y esto es un problema que no ayuda a disfrutar del comic. De hecho, en varios momentos me sacaban las elecciones narrativas que Magno tomaba para contar la historia. Magno parece tener un estilo resultón, pero a mi no me funciona. Igual los primeros comics en que vi a Magno me sorprendió, pero cada vez le veo más el truco a la propuesta de Magno. Y es una pena, porque creo que algunos planos que plantea para mostrar la acción si son imaginativos y me gustan, pero la forma de mostrar «feos» a los personajes es algo que no le encuentro el sentido.
Me ha gustado la historia de Derek Landy, y el hecho que estábamos ante una miniserie de dos números en la edición de Panini asegura que la fuera a comprar. Además, teniendo en cuenta el cliffhanger con el que nos deja el último número, la compra se hacía obligada. Pero me sabe mal que el dibujo de Magno no ayude a la experiencia.
Comparto las primeras páginas del comic:
Doctor Extraño de Asgard me parece un buen comic que queda un poco lastrado por el dibujo feo de Magno. Pero me deja con ganas de saber cómo termina la historia en el próximo número.
PUNTUACIÓN: 7.5/10
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Me gusta mucho Punisher (Castigador), así que me lancé de cabeza a comprar la nueva miniserie que Marvel Comics está editando dentro del sello Red Band para adultos. Una serie de Benjamin Percy y Julius Ohta, con color de Yen Nitro, de la que acabo de leer su segundo número.
PUNTUACIÓN: 6.5/10
¡APUNTAD Y DISPARAD!
¡El Castigador ha vuelto y es tan peligroso y letal como siempre! Pero, ¿quién o qué ha reavivado la guerra personal y sin cuartel de Frank Castle contra el crimen? ¿Y cuánto tiempo pasará hasta que se arrepientan de su decisión de sacar a Frank Castle de Weirdworld para utilizarlo como la máquina de matar perfecta?
Me gustó bastante el primer número de la miniserie Red Band de Punisher. Creo que Benjamin Percy y Julius Ohta hacían un buen trabajo, dentro que la premisa de un Frank Castle amnésico me planteaba ciertas dudas. Dudas que no se resuelven en este número, muy al contrario, aumentan y empiezan a generarme bastante incertidumbre.
Benjamin Percy planteó un buen arranque en el primer número, pero en este segundo número me parece que falla un poco, dejando la experiencia un poco colgada. Esta serie es una miniserie de 5 números que tiene que ir al grano, y en esta grapa tenemos a Frank Castle empezar una misión que queda inconclusa. Y no tengo problemas con que un comic me deje en un cliffhanger, pero es que esta misión no ha sido especialmente interesante para empezar. Aparte, Percy planteaba un elemento novedoso, al estar Frank Castle entre dos villanos que se enfrentan entre si: Kingpin y Tombstone. Sin embargo, estos villanos hacen muy poco en esta grapa, y tampoco es especialmente memorable. Percy tiene aún tres grapas para cerrar esta miniserie de forma satisfctoria, y espero que lo haga con un baño se sangre, pero las expectativas se me han caído de golpe tras leer este número.
Otro aspecto a comentar es el apartado gráfico de este comic. No es sorpresa que lo mejor del comic sea la portada de Marco Checchetto, pero este comic me deja con la sensación que la historia de Percy no permite el lucimiento de Julius Ohta, y en los momentos de acción tampoco Ohta sabe plantear la coreografía de forma espectacular que digas WHOA! Empiezo a ver otro comic correcto realizado por un dibujante que no sabe aportar a la historia el salto de calidad que debería. Y que tantos artistas actuales sí saben. Tristemente, algo a lo que los comics Marvel ya nos han acostumbrado en demasiadas ocasiones en los últimos años.
Luego está la clasificación Red Band de esta serie de The Punisher. En el primer número si vimos masacres que justificaban la clasificación «Para adultos» y la bolsa de plástico para que no se pueda abrir la grapa en las tienas. Pero en realidad en esta segunda grapa no hay apenas nada, dejando al descubierto la naturaleza de gimmick comercial que rodea al concepto Red Band. Frank dispara a un pavo a la mano y su huesos estallan, y luego Wilson Fisk se flagela ¿por que sí? Eso es todo. Muy poco. Y un poco ridículo.
Esta serie The Punisher Red Band tiene 5 números, por lo que tenía claro que la iba a comprar en su totalidad. Empezando porque si quiero que Marvel publique más comics de Punisher, esta miniserie tenía que ser un éxito de ventas. Pero este segundo número me ha generado más incertidumbre que otra cosa. Esperamos que las sensaciones mejores con el tercer número.
Comparto las primeras páginas de este comic:
The Punisher Red Band ha perdido algo de fuerza en este segundo número. Espero que la cosa mejore.
PUNTUACIÓN: 6.5/10
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Los Vengadores se ven involucrados en Un mundo bajo Muerte en su arco Los Señores del Mal, que se ha publicado en los números 24 a 27 de la edición de Panini. Unos comics de Jed MacKay con dibujo de Valerio Schiti y Andrea Broccardo, con el color de Federico Blee.
PUNTUACIÓN: 7/10
Cruce con Un mundo bajo Muerte. Con la llegada de los totalmente nuevos y totalmente diferentes Señores del Mal. Mientras Los Vengadores están ocupados enfrentándose a la situación creada por el ascenso del Doctor Muerte, la nueva formación de sus mayores enemigos se presenta en sociedad.
Estos comics de Panini incluyen The Avengers 25-28 USA,
Una de las ideas más tontas de Un mundo bajo Muerte fue cuando los héroes buscaron a villanos para que les ayudaran a derrotar a Muerte. En ese contexto, el Pensaron Loco ha formado una nueva alineación de Los Señores del Mal formado por Mr. Hyde, el Caballero Temible, el Capi Loco y Exterminatriz. Su misión, hacerse con el control de la Ciudad Imposible, la actual ubicación de Los Vengadores. El Pensador Loco ya intentó apoderarse de la Ciudad en el número 10 USA, y lo que parecía una derrota en realidad era la primera parte de un plan más complejo que va a tener su desarrollo en este arco.
Los planes del Pensador Loco hubieran tenido éxito de no ser que Sam Wilson (Capitán América) es herido luchando contra Muerte y trasladado a la Ciudad Imposible para su recuperación. Él es el único vengador que se encuentra allí cuando el Pensador Loco pone en marcha su plan y se apodera de la Ciudad. Un vengador herido contra 5 super villanos son la clase de apuestas imposibles que quieres leer cuando compras un comic de superhéroes. Como siempre, MacKay da en el clavo con sus planteamientos.
Sam Wilson tendrá la ayuda de una porción de la consciencia de la Ciudad, que ocupaba un cuerpo robótico cuando el Pensador Loco se hizo con el control de la ciudad. Y mientras intenta derrotar a los villanos uno a uno, como puede verse en la portada del número 26, tendrá la ayuda de Black Panther, de vuelta de su misión en el mundo prisión del teseracto de la Diadema Meridiana. Dos contra cuatro ya parece una apuesta algo mejor, aunque resulta problemática pensando que el Pensador Loco lo tenía todo previsto. Incluso las complicaciones.
La acción funciona, los cliffhangers son buenos, las sorpresas son lógicas a la vez, y las apuestas son cada vez más altas. Por la parte del guion de MacKay, todo funciona.
En la parte del dibujo, me quedo muerto viendo que Valerio Schiti, a quien anunciaron como dibujante oficial de la colección hace unos meses, vuelve a para dibujar únicamente el primero de los 4 números de este arco. Schiti en realidad no ha dibujado casi ningún comic de Los Vengadores en los últimos meses, y tenerle en el primer número se siente como un coitus interruptus al ver como desaparece durante otros 3 números. En el número 26 de Panini Farid Karami dibuja dos páginas con el epílogo de Black Panther dentro del mundo prisión del teseracto de la Diadema Meridiana. Y esas dos páginas me gustan mucho. Lástima que sólo dibuje eso en todo el arco.
El dibujante principal del resto del arco es Andrea Broccardo, que es el último nombre dentro de los dibujantes correctos sin personalidad ni carisma que pueblan los comics Marvel en los últimos años. Un dibujante que no diré que sea malo, pero desde luego no es bueno. Y que narra razonablemente la historia que plantea MacKay, aunque sin sacar el partido que debería a los momentazos visuales que la historia tienen. El comic visualmente es un quiero y no puedo. Y me sabe fatal.
La actual etapa de Jed MacKay en Los Vengadores está siempre bien, pero por un motivo u otro, empezando por los bailes de dibujantes de calidad dudosa, el comic no acaba de estar GENIAL. Y me parece una pena, porque para mi tanto MacKay como Los vengadores merecerían un poco más de cariño por parte de sus editores.
Comparto las primeras páginas del número 24 de Panini:
Los Vengadores de Jed MacKay están manteniendo el factor entretenimiento, si bien el dibujo de Andrea Broccardo no me parece que está al nivel del que se supone que es uno de los comics más importantes de la editorial.
PUNTUACIÓN: 7/10
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¡Saludos a todos!
Repaso a mi Sci-fi favorito: comics, películas, TV y libros
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