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Crítica de La Franquicia (Max)

Tenía cierta curiosidad con La franquicia, la comedia estrenada en Max que contaba con Sam Mendes de productor ejecutivo y que planteaba una sátira contra el mundo de las franquicias de superhéroes. Y no me ha gustado.

PUNTUACIÓN: 4/10

Serie de TV (2024-). 1 temporada. 8 episodios. El equipo de una franquicia de películas poco querida lucha por su lugar en un universo cinematográfico salvaje y rebelde. La serie arroja luz sobre el caos secreto dentro del mundo del cine de superhéroes y plantea la pregunta: ¿cómo se hace exactamente la salchicha cinematográfica? Porque cada cagada tiene una historia de origen.

La Franquicia es una comedia satírica creada por Jon Brown, y producida ejecutivamente por Brown, Armando Iannucci y Sam Mendes. Mendes dirige el primero de los ocho episodios que tiene esta serie, siendo el resto de directores Liza Johnson, Tom George y Kevin Bray. Aparte del creador Joe Brown, la serie tiene como guionistas a Tony Roche, Rachel Axler, Dillon Mapletoft, Keith Akushie, Marina Hyd y, Juli Weiner.

En el reparto tenemos a Himesh Patel interpreta a Daniel Kumar, el sobrecargado primer ayudante de dirección que hace malabarismos con las caóticas exigencias de la película, tratando de mantener el proyecto en marcha mientras en secreto le importa el género de superhéroes más de lo que admite. Aya Cash como Anita, la ambiciosa nueva productora y ex de Daniel, centrada en utilizar el proyecto como trampolín hacia películas más prestigiosas. Jessica Hynes como Steph, una devota supervisora de guiones y firme partidaria de la «visión» del director, incluso cuando conduce al absurdo en el plató. Lolly Adefope en el papel de Dagmara «Dag» Nwaeze, la astuta tercera ayudante de dirección, que se da cuenta de las pretensiones de la industria.

Billy Magnussen como Adam Randolph, el acomplejado actor principal de Tecto, Darren Goldstein como Pat Shannon, un descarado representante del estudio que impone sus intereses, a menudo haciendo descarrilar la producción con directivas de última hora, Isaac Powell como Bryson, el agotado intermediario del jefe del estudio, Shane, encargado de transmitir extravagantes directrices al plató. Richard E. Grant como Peter Fairchild, un experimentado actor británico que interpreta a «Eye», aportando tanto desdén como estilo teatral a su papel, y Daniel Brühl como Eric Bouchard, el director intelectual con un ego inflado y un sinfín de retoques, no apto para el sistema de los estudios de superproducción, completarían el reparto en sus papeles principales.

La franquicia es una serie de HBO Max que planteaba una mirada ácida hacia las producciones de películas de superhéroes. Y en concreto, hacia el mundo de las franquicias cinematográficas con universos compartidos por personajes que cada uno tiene su propia película. Por supuesto, leyendo estas líneas, uno pensaría que estábamos ante la enésima crítica hacia Marvel Studios por parte de uno de sus competidores. Sin embargo, el primer problema que tiene La Franquicia es que nada de lo que nos cuenta esta serie tiene que ver con nada que haya pasado en realidad en una producción de Marvel. Lo más parecido que hemos visto a choques de egos entre productores y personajes que aparecen o desaparecen de una película fue la polémica por la no-aparición de Superman en Shazam y que si lo hiciera en Black Adam, algo que sucedió como método de presión por parte de The Rock para hacerse con el control de las películas de DC Comics, cosa que no llegó a suceder al elegir Warner a James Gunn y Peter Safran.

A nivel meta, incluso podría tener gracia que una serie de HBO buscara reirse de Marvel cuando en realidad estuviera criticando cosas que pasaron en su propia casa. Pero incluso eso no llega a pasar nunca porque los guionistas no transmiten verdad en nada de lo que escriben, es todo una locura ridícula que ni tiene gracia ni en realidad transmite que esto se inspira o busca criticar cosas que sucedieron realmente, aunque exageradas al máximo. Por ejemplo, Alan Taylor, el director de Thor: El mundo oscuro que en los últimos años ha trabajo en Juego de Tronos y la Casa del Dragón de HBO, seguro tendrá historias de terror (para él como creativo) sobre cómo Marvel Studios cambió el tono y el final de su película, aumentando la acción. Pero nada de eso se ve en la serie. Mientras veía The Franchise me tenían todo el tiempo pensando que esto era obra de gente sin demasiado talento que habla de oídas de algo que no conocen ni han vivido. Y esto es una invitación demasiado clara que que esta serie descarrile. Cosa que es justo lo que sucede.

En realidad, historias de terror durante un rodaje de una película hay para parar un tren. Empezando por el rodaje de la mítica Apocalypse Now de Francis Ford Coppola. Y que podría aplicarse a la infinidad de rodajes en los que ha habido un choque de egos entre el director y el protagonista, o entre los actores principales de una super producción. O entre los productores y el director. Las combinaciones son casi infinitas. Pensando en la industria del cine en su conjunto y no únicamente en el cine de superhéroes, hay montones de situaciones super conocidas (y otras no tanto) que el creador y los guionistas de la serie podrían haber cogido de inspiración para alguna escena de esta supuesta comedia. Pero nada de eso sucede, teniendo en su lugar una sucesión de escenas sin gracia protagonizadas por gente lamentable incluso a pesar de estar explotada por productores sin escrúpulos.

Tiene narices que en una «comedia» de estas características, sólo una escena me pareció realmente divertida, la voladura del puente durante el rodaje en exteriores. Todo lo demás han sido situaciones que igual podían estar bien en el papel pero cuya ejecución es siempre fallida. Cuando una comedia no hace gracia, la puntuación sólo puede ser suspenso.

Parte del problema de La Franquicia es que todos los personajes son despreciables. Incluso la gente normal explotada por los productores asqueroso son corderos que en realidad no hacen más que seguir al rebaño mientras piensan como aprovecharse de la situación en su beneficio para ascender en la empresa. Podría decirse que Daniel Kumar, el primer ayudante de dirección, y Dagmara «Dag» Nwaeze, la recién llegada tercera ayudante de dirección, harían un poco el papel de la persona normal metida en el infierno de la producción. Pero a medida que avanza la serie vemos que ellos son igual de lamentables y egoístas que todos los demás. Y puedo entender que en una farsa se exageran todas las cualidades, en este caso las malas. Pero es imposible conectar con este grupo de gente lamentable. Y esto es también un problema clave para que la serie no funcione.

La franquicia no me ha gustado, no me ha hecho gracia y la encuentro super tramposa, intentando sacar partido de aquello que dice criticar. En muchos aspectos, esta serie es un engranaje más de aquello que dice criticar, pero en lugar de mirar todo lo malo que ha hecho su propia casa matriz, busca engañarnos pensando que es algo de los demás. Lamentable.

Comparto el trailer de esta serie:

La Franquicia comete el peor pecado que puede cometer una comedia, que es no ser nunca graciosa. Ni se siente como una crítica a nada que haya pasado realmente en el mundo del entretenimiento.

PUNTUACIÓN: 4/10

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Spectre de Sam Mendes (2015), Cuarta película de Daniel Craig como James Bond

Tras el éxito de Skyfall, la película más taquillera de la historia de la franquicia de James Bond, Sam Mendes repitió en la dirección de Spectre, cuarta película de Daniel Craig como el agente 007. Por desgracia, los resultados fueron mucho menos acertados.

PUNTUACIÓN: 5/10

James Bond recibe un críptico mensaje del pasado que le confía una misión secreta que lo lleva a México D.F. y a Roma, donde conoce a Lucía Sciarra, la hermosa viuda de un infame criminal. Bond se infiltra en una reunión secreta y descubre la existencia de una siniestra organización conocida como SPECTRE. Mientras tanto, en Londres, el nuevo director del Centro para la Seguridad Nacional cuestiona las acciones de Bond y pone en duda la importancia del MI6, encabezado por M. De modo encubierto Bond recluta a dos colaboradores para que le ayuden a encontrar a Madeleine Swann, la hija de su gran enemigo, el Sr. White, pues quizá tenga la clave para desentrañar el misterio de SPECTRE. A medida que Bond avanza en su investigación, descubre una estremecedora conexión entre él y el enemigo que busca. (FILMAFFINITY)

Mientras contaban los millones de dólares que ganaron con Skyfall, Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, los productores de la franquicia de Bond, debieron pensar que lo que no estaba roto no era necesario cambiarse y optaron con buen criterio por volver a contratar a Sam Mendes en la dirección.

Tampoco hubo cambios en los guionistas, repitiendo también John Logan, Neal Purvis y Robert Wade, a los que se les unió durante la producción Jez Butterworth , además de que según se cuenta, Mendes y Craig también modificaron el guión durante el rodaje, una escritura no acreditada. Si hubo cambios en la dirección de fotografía, ya que para Spectre Mendes optó por colaborar con el también veterano Hoyte van Hoytema (Dunkerque, TENET, Déjame entrar, Interstellar. Junto a ellos, encontramos en Spectre el montaje de Lee Smith y la música del habitual Thomas Newman, con un tema para la película cantado por Sam Smith.

Spectre es la vigesimocuarta película dentro de la franquicia de James Bond. La película de 148 minutos contó con un presupuesto de 250 millones de dólares. Con una recaudación de 880 millones en todo el mundo, mantuvo la senda de los beneficios para los productores, pero se quedó muy lejos del éxito que supuso Skyfall y sus 1100 millones. Además, frente a la aclamación de la crítica de Skyfall, Spectre recibió numerosos palos, siendo unánimente considerada como un paso atrás.

Para Spectre tenemos por supuesto a Daniel Craig como James Bond, Ben Whishaw como Q, Naomie Harris como Eve Moneypenny, Ralph Fiennes como Gareth Mallory, jefe del MI6 y superior de Bond y Rory Kinnear como Bill Tanner, Jefe de Estado Mayor del MI6 y subordinado de M, Jesper Christensen como Mr. White, el miembro de Quantum al que conocimos en Casino Royale. Además, la sorpresa la tuvimos al encontrarnos como un cameo a modo de despedida de Judy Dench como M, en el que pone en marcha los acontecimientos que sucederán en la película.

Las nuevas incorporaciones de Spectre al mundo de Bond son Christoph Waltz como Ernst Stavro Blofeld, el lider supremo de la organización criminal Spectre. Blofeld es la recuperación de un villano clásico de la franquicia de Bond, y sirve de alguna manera de actualización y homenaje de dichas películas. Léa Seydoux interpreta a la Dra. Madeleine Swann, la hija de Mr. White que se convertirá en el interés romántico de Bond. Dave Bautista es Mr. Hinx, un asesino y miembro de alto rango de SPECTRE, Andrew Scott es Max Denbigh, un miembro del gobierno británico y Jefe del Centro de Seguridad Nacional, Alessandro Cremona es Marco Sciarra, un miembro de alto rango de Spectre y Monica Bellucci interpreta a su esposa Lucia Sciarra.

Empezando por los elementos positivos, la película cuenta con un arranque impresionante gracias a un enorme plano secuencia rodado en Ciudad de México que es una virguería y nos dejó a todos con la boca abierta. También la persecución en coche por el centro de Roma está super bien rodada y confirma que como siempre, las películas de Bond lucen increíbles en pantalla grande. Spectre cuenta además con localizaciones en Austria y Marruecos, además de en varias localizaciones de Londres y en los estudios Pinewood.

Frente a Skyfall que fue una historia totalmente autónoma y autoconclusiva, Mendes y los productores plantearon Spectre para que conectara de forma impactante toda la franquicia, aprovechando los planes de hacer que Blofeld, el gran villano de 007, fuera el antogonista de esta película. De hecho, la producción jugó con acierto al despiste al nombrar alindicar que Christoph Waltz interpraba a Franz Oberhauser, un personaje del pasado de James que volvía a su mundo, cosa cierta por otro lado. La realización que Oberhauser, al que se creía muerto se cambió el nombre y pasó a utilizar el apellido Blofeld de su madre, es una de las muchas sorpresas de la película.

La película intenta dar más importancia a los personajes secundarios al plantear dos líneas argumentales en paralelo, por un lado Bond intentando encontrar a Spectre y por otro a M y Moneypenny enfrentados en Londres al cierre del MI6 decretado por el nuevo Jefe del Centro de Seguridad Nacional Max Denbigh, lo que rompe ligeramente la narrativa a la que estamos acostumbrados en las películas de Bond. Globalmente, Spectre es un correcto entretenimiento que se puede ver y sigue luciendo estupenda ahora que volví a verla 6 años más tarde.

Sin embargo, a pesar que como digo la primera hora es super entretenida, Spectre cae en barrena a partir de ahí y sufre de una última hora realmente insufrible, algo que ya les pasó a Quantum of Solace y Skyfall. Que pase una vez puede ser casualidad, dos mala suerte, pero en tres películas seguidas, es una tendencia indudable, que muestran a unos productores y director que no saben cerrar bien sus historias.

Tenemos por un lado el tema de las dos líneas argumentales. Por el lado de M, está tan claro desde el primer fotograma que Denbigh es miembro de Spectre que casi podrían haberse ahorrado todo el arco para que la duración no se alargara tanto, ya que las dos horas y media se hacen super largas. El hecho que el final de Denbigh sea tan penoso y anticlimático tampoco ayuda a que la sensación sea mejor.

Y por el lado de Bond… Tras los momentos de debilidad de 007 mostrados en Skyfall que fueron lo más interesante del personaje desde Casino Royale, aquí volvemos a una versión de Daniel Craig que vuelve a ser el puto amo, con una interpretación en plan témpano de hielo impasible. Junto a esto, un problema gravísimo de Spectre que no entiendo el director o directora de casting no viera ANTES de empezar el rodaje, es que Craig tiene una nula química con Léa Seydoux, que se supone es su interés romántico. O Seydoux no tiene química con Craig, como queramos decirlo. Puede que sea por la diferencia de edad, Craig en 2015 tenía 47 años mientras que Seydoux sólo 30, y posiblemente sea demasiada y no ayuda a que nos creamos que esta bella profesional no soporte a Bond y al momento siguiente se lance a sus brazos. Es una sensación subjetiva, pero aunque Craig tampoco es que sea mucho más expresivo, su escena con Monica Beluchi me parece que está mejor y es más creíble que todo lo que tenga que ver con Craig y Seydoux. Lamentablemente, la sensación que dan cuando están juntos es que no se soportan y sus escenas apasionadas en el tren no funcionan en absoluto. Y si la relación romántica no funciona, la historia queda coja.

A esto hay que sumarle el tremendo fail que es el personaje de Ernst Stavro Blofeld interpretado por Christoph Waltz, que es otra losa que sufre la película. De alguna manera, el matiz que aporta Waltz como si Blofeld fuera un amigo de toda la vida puede enlazar con el hecho que él y Bond se conocieron de niños, algo que resulta por otro lado una ridiculez, pero convierte a este villano en un chiste en lugar de la peligrosa mente maestra de Spectre. De hecho, la obsesión equivocada de hacer que todo esté conectado rompe completamente la suspensión de credulidad. Ya es casualidad que Bond y Blofeld vivieran juntos, y se aceptamos que Le Chiffre de Casino Royale, Greene de Quantum of Solace y Mr. White de ambas estén relacionados con Spectre. Le Chifre menos porque era un banquero de terroristas y acaba asesinado por Mr. White, pero aceptamos pulpo. Pero hacer que Silva de Skyfall esté a su servicio es imposible y no cuela, ya que el personaje de Bardem sólo buscaba su venganza personal contra M, no se trataba de dominar el mundo. Pero claro, Blofeld quiere adueñarse de la autoría de la muerte de M, y eso es algo que no funciona.

Como tampoco funciona toda la escena en la que Bond y Madeleine Swann llegan invitados a la base secreta de Spectre y Blofeld como buen villano de los años 60 les invita a disfrutar de las instalaciones mientras les cuenta su plan maléfico. Si esto quedaba anticuado y casi hasta cutre cuando lo veía en las películas de los años 80, ni os cuento el bajonazo que produce verlo en una película de 2015 que se vendía como una actualizacíón realista de la franquicia de James Bond. Lamentable.

Dave Bautista ofrece toda su potencia física en su interpretación de Mr. Hinx, y su pelea en el tren es brutal y está super bien. Lo malo es comprobar lo desaprovechado que está en el resto de la película, a pesar de aparecer siempre un paso por detrás de Bond en Roma o en Austria. Mr. Hinx prometía ser un poderoso antagonista que en cierta manera recordaba a Tiburón, pero su aparición es cortada en seco, lo cual genera el problema que ni Blofeld ni Denbigh ofrecen la sensación de peligro que el climax de la película requería convirtiéndolo de hecho en parte del fail de la película.

Cuando vi Sin tiempo para morir no recordaba todos los detalles de Spectre. Y ahora que la ví de nuevo, me quedo muerto viendo que el final de esta película hace que el principio de la siguiente no tenga sentido. Porque si Bond acaba de salvar a Madeleine de morir en la demolición del MI6 porque Blofeld quiere verla muerta, es imposible y Bond lo sabe que ella trabaje para Spectre al principio de la película. Para el espectador han pasado 6 años, pero son solo ¿semanas? de diferencia para Bond y Madeleine en la cronología de las películas. ES IMPOSIBLE. Y entiendo que si Bond y Madeleine no se separan al comienzo no hay película, pero los guionistas deberían haber pensado una solución mejor. Con que hubiera tenido sentido me hubiera conformado, no tenía ni que ser una solución “buena”.

Spectre es una película entretenida de ver, pero sólo si la vez en modo encefalograma plano admirando el notable diseño de producción y variadas localizaciones y no tanto la historia que nos están contando. El standard de calidad de Casino Royale ni está ni se le espera y en mi opinión Sam Mendes acaba decepcionando con una historia que no está a la altura de las expectativas. De hecho, la pomposidad que Mendes transmite con su dirección no se corresponde con las locuras increíbles (en el mal sentido) que les suceden a los protagonistas.

De hecho, una vez volví a ver las 5 películas de Daniel Craig como James Bond 007, mi ranking quedaría de la siguiente manera:

Casino Royale: Sobresaliente, la única película realmente satisfactoria de esta serie.

Skyfall: Bien, pero con una última hora fallida que echa por tierra una primera mitad que apuntaba alto.

Quantum of Solace: Bien, una aventura ligera con un involuntario feeling a las películas clásicas que sin embargo ofrece un más que correcto entretenimiento bien ensamblado, algo que lamentablemente no ha pasado en:

4º y 5º: Spectre y Sin Tiempo para morir, tristes finales para una serie que apuntaba alto y acabó decepcionando.

Me sabe mal parecer un abuelo cebolleta al que todo le parece mal. Pero es que creo que si las franquicias de Jason Bourne (las tres primeras películas) o de Misión Imposible triunfan con unas propuestas estupendas que no caen en las ridiculeces o en contradecirse de película en película, no entiendo que podamos aspirar a lo mismo con James Bond. Supongo que la diferencia de calidad sobre todo de los guionistas implicados, Christopher McQuarrie en M:I y Tony Gilroy en la serie de Bourne, respecto a las películas de Bond son lo que de verdad marca la diferencia.

Comparto el trailer de Spectre:

¡Qué decepción más grande me llevo con Spectre, cuántas cosas no encajan en esta película! Como he comentado, para una película de una serie que prometía mucho, ha acabado convertida en un entretenimiento loco y absurdo al mismo nivel que tantas otras películas locas y absurdas.

PUNTUACIÓN: 5/10

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Skyfall de Sam Mendes (2012) Tercera película de Daniel Craig como James Bond

Tras la decepción de Quantum of Solace (2008), los productores de la franquicia de James Bond buscaron a un director de prestigio que ayudara a James Bond a volver al nivel de calidad mostrado en Casino Royale (2006). El resultado, Skyfall, la tercera película de Daniel Craig como el agente 007.

PUNTUACIÓN: 7/10

La lealtad de James Bond (Daniel Craig), el mejor agente de los servicios secretos británicos, por su superiora M (Judi Dench) se verá puesta a prueba cuando episodios del pasado de ella vuelven para atormentarla. Al mismo tiempo, el MI6 sufre un ataque, y 007 tendrá que localizar y destruir el grave peligro que representa el villano Silva (Javier Bardem). Para conseguirlo contará con la ayuda de la agente Eve (Naomie Harris). (FILMAFFINITY)

A pesar de su rentabilidad, Quantum of Solace no dejó contento a casi nadie. De cara al inicio de la siguiente producción, la vigésimo tercera de la serie Bond que celebraría además el 50 aniversario de James Bond en la gran pantalla, los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson contrataron a un director de prestigio: Sam Mendes. Mendes es un director de cine y teatro inglés nacido en 1965. Su primera película, American Beauty de 1999 le valió el Oscar a Mejor Director. Camino a la perdición (2002), Jarhead (2005) y Revolutionary Road (2008) muestran una producción ecléctica y variada que convencieron a los productores que era el hombre adecuado para reconducir la franquicia.

Skyfall fue escrita por Neal Purvis y Robert Wade, guionistas habituales de la franquicia Bond que trabajaron en Casino Royale y Quantum of Solace. Junto a ellos, la novedad llegó con John Logan, veteranísimo guionista de Hollywood con películas como Un domingo cualquiera, RKO 281, Gladiator, Star Trek: Némesis, El último samurái o El aviador, por la que estuvo nominado al Oscar.

Mendes se trajo al super premiado Roger Deakins como director de fotografía, con el que había trabajado en Revolutionary road. Skyfall contó además con montaje de Stuart Baird y música del habitual en la serie de Bond Thomas Newman. Junto a Newman, destacar que la canción original de Skyfall, cantada por Adele, ganó el premio Oscar.

Con un presupuesto de 200 millones de dólares, Skyfall se convirtió en un fenómeno a nivel mundial, recaudando más de 1100, convirtiéndose no sólo en la película de Bond más taquillera hasta la fecha, sino también para sus productoras Sony Pictures y Metro Goldwin-Mayer.

Junto a Daniel Craig como James Bond y Judy Dench como M, la película sirvió de presentación para varios secundarios que han seguido apareciendo en la franquicia: El nuevo y jovencísimo Q, interpretado por Ben Whishaw, Eve Moneypenny, interpretada por Naomie Harris, y la novedad de nuevo personaje de Gareth Mallory, interpretado por Ralph Fiennes. Otra novedad viene encarnada en el villano, el ex-agente del MI6 Raoul Silva, interpretado por Javier Bardem. En cuanto a la chica Bond de la película, tenemos a Sévérine, interpretada por la bella actriz y modelo francesa de origen chino-camboyano Bérénice Marlohe.

Empezando a valorar la película, hay que agradecer el intento de hacer cosas diferentes con la franquicia. Curiosamente, Skyfall es una de las películas de Bond con menos localizaciones internacionales, ya que exceptuando la estupenda intro inicial en Turquia y las potentísimas escenas en Shanghai (China), el resto fue rodado en diferentes localizaciones de Reino Unido. Frente a las decenas de magnates de los negocios o jefes criminales en la sombra que han llenado las anteriores películas de Bond con planes de dominar o destruir el mundo, en Skyfall al final tenemos una pequeña y muy humana historia de venganza.

Frente a la narrativa serializada de Casino y Quantum que parecían inaugurar una nueva era para Bond, Skyfall es una aventura completamente autocontenida como han sido siempre todas las películas de Bond. De hecho, la amenaza de la organización Quantum que descubrimos en Casino Royale y fue el hilo conductor de Quantum of Solace es totalmente abandonada en esta película, al igual que el personaje de Felix Leiter, que tampoco aparece.

Aunque no se dice, hay que entender que entre el final de Quantum of Solace y el principio de Skyfall hay una elipsis se entiende de varios años en los que Bond ha seguido realizando misiones. Digo esto porque un tema importante de la película es la idea que Bond está mayor y es carne de retiro, por supuesto por el paso del tiempo y tras ser tiroteado y dado por muerto al comienzo de la película. En la tercera película de Daniel Craig como 007. Y es curioso, porque en 2012 en que se estrenó Skyfall Craig sólo tenía 44 años, no era para nada mayor para el papel, y sin embargo, aparece demacrado durante toda la película. Y, si, mayor. Y es en este Bond herido contra las cuerdas en el que encuentro la mejor interpretación de Craig en toda la serie. Que esto se produzca en la película que muestra al menos Bond de la serie de Daniel Craig no se si es una buena noticia.

La fotografía de Roger Deakins y la dirección de Mendes nos regalan momentazos visualmente increíbles, empezando por toda la intro en Turquía, las escenas en Shanghai del rascacielos pero también la llegada al casino acuático, y en general durante toda la película. Skyfall es desde el punto de vista visual la mejor película de Bond de la serie de Daniel Craig. La verdad es que todo luce excepcionalmente bien, en este caso la calidad de los profesionales implicados claramente se transmitió en pantalla.

Skyfall es ante todo una película de acción de James Bond, pero intenta dar una mayor profundidad al personaje de M y construir a partir de la relación que tiene con James, que sirve de espejo del drama vivido por Raoul Silva, interpretado por Bardem, que siente que fue abandonado por ella a su suerte hace años, una situación que es la misma que James sufre al principio de la película. Aunque esto podría plantearse para que hubiera una duda sobre las lealtades de Bond, esto no llega ni a ser sugerido en la película. Además, durante la promoción de la película recuerdo que se resaltaba mucho que Skyfall iba a centrarse también en la historia personal de James Bond, lo que añadía una dosis adicional de interés a la historia.

Para ser una película de 143 minutos, la verdad es que no se hace larga, un pelín en Escocia si, y ofrece un estupendo entretenimiento, que es al final lo que se espera de una película de JamesBond.

Lamentablemente, Skyfall empieza muy bien, algo habitual en toda película de Bond, pero tiene un última hora que no se sostiene y bordea peligrosamente el ridículo. Empezando por todo lo referido al personaje del villano interpretado por Javier Bardem. The Dark Knight (2008) de Christopher Nolan es una obra maestra que influyó en todo el cine comercial inmediatamente posterior. De manera que por completa casualidad, los espectadores nos encontramos en Vengadores (Joss Whedon, mayo de 2012), en Skyfall de octubre de ese mismo 2012 o en Star Trek: Into the darkness (J.J. Abrams, 2013) a una mente maestra cuyo plan pasa a dejarse atrapar como forma de acercarse al héroe y poner en marcha un plan increíblemente complejo. Justo igual que el Joker de Nolan. Pero fue pura casualidad.

Y es que si te paras a pensar en el plan de Bardem, es una locura ridícula que no se sostiene, empezando por el robo de una lista de agentes encubiertos (como la lista NOC de Misión Imposible, otra casualidad) que es una excusa para dejarse atrapar por Bond para conocerle, al ser el actual niño mimado de M. De esta forma, Silva planea dejarse detener para poder instalar el virus en los ordenadores del MI6, lo que le permitirá matar a M, a la que antes quiere ver con sus propios ojos para decirle a la cara lo que piensa de ella. Ridículo es poco. Silva tiene un brutal complejo de Edipo con una M que para él es una figura materna que le traicionó, y la actuación de Bardem no acaba de dar con la clave para que su personaje de un poco de lástima o genere cierta empatía, en lugar de resultar totalmente grotesco. Con todo lo bueno que es Bardem, aquí el personaje no da para casi nada, desaprovechando completamente al actor español.

La autodeclarada seriedad del Bond de Mendes se convierte en una pomposidad que ralla casi el postureo, porque a pesar de las intenciones, la historia es igual de absurda que todas las anteriores de Bond. De hecho, en ese ámbito de verosimilitud / realismo, Casino Royale ganaría por goleada a Skyfall. En ese sentido, la broma del joven Q «¿qué esperabas, un lápiz explosivo?» (o algo similar) tiene una clara lectura metatextual en este sentido, al estar mencionando y riéndose de las anteriores películas de Craig, pero resulta una broma sin gracia que es casi una falta de respeto a los fans de la franquicia. Que además resultaba anticuada teniendo en cuenta que Brian Singer ya hizo la misma broma en 2000 en la primera X-Men, en ese caso hablando de los trajes de licra.

Pero peor si cabe que todo lo relacionado con Silva, que ya es bastante malo, es el fallido climax de Skyfall, en la que Bond decide combatir a un grupo terrorista con numerosos miembros y armamento de última generación, ¿con los rifles de caza de su padre fallecido en una finca familiar en Escocia en la que estarán aislados? Whaaaaaaat?!!

Comentaba al principio que agradecía no tener un climax en una fortaleza de un villano que le contara su plan maléfico a Bond antes de morir. Bueno, el caso es que excepto lo de morir, todo eso sí aparece en Skyfall, pero a la hora y diez minutos de metraje, de nuevo copiando la novedosa estructura de The Dark Knight que rompió con los tres actos. Que la importante historia del pasado de Bond sea visitar una casa familiar que hace ¿20 años? que no visita, es sencillamente ridículo y una decepción brutal. Porque ya en Casino Royale nos dijeron que era huérfano, ninguna revelación del pasado de Bond mostrado en esta película, por mucho que mole ver la tumba de sus padres, llega al nivel de lo que la conversación de Vesper y James nos mostró del personaje.

Es por esto que para mi Skyfall puede ser una película entretenida al mismo nivel que otras películas locas y absurdas de Bond, pero ni mucho menos la mejor del personaje, como parecen opinar tantos aficionados de Bond, puesto que para mi ese puesto lo ostenta Casino Royale. De hecho, es que rechazo el calificativo de «seria», algo que no se sostiene si analizamos mínimamente el guión.

Comparto el trailer de Skyfall:

Skyfall es una buena película de James Bond lastrada por una floja última hora de película y un imposible plan del villano que acaba resultando hasta ridículo. Desde luego, se queda muy, pero que muy lejos de ser la mejor película de Bond.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Camino a la perdición, de Sam Mendes

Camino a la perdición (2002) es un PELICULÓN con todas las letras. Una maravilla que mezcla el género de gangsters con un drama familiar rodada elegantemente y con unos actores en estado de gracia. No se puede pedir más.

PUNTUACIÓN: 9/10

En los oscuros años de la Gran Depresión, Michael Sullivan (Tom Hanks) es un asesino a sueldo que profesa una lealtad inquebrantable a su jefe, el señor Rooney (Paul Newman), pero es también un buen padre de familia. Son tiempos duros en Rock Island, donde domina la mafia irlandesa, la Ley Seca sigue vigente y los gángsteres, especialmente Al Capone en Chicago, están en la cima del poder. Un día, inesperadamente, el hijo de Sullivan, Michael Jr. (Tyler Hoechlin), decide seguir a su padre para saber en qué consiste exactamente su trabajo. (FILMAFFINITY).

Camino a la perdición parte de un guión de David Self que adaptó a la gran pantalla la novela gráfica de Max Allan Collins y Richard Piers Rayner. Merece la pena destacar que a su vez, Collins nunca ocultó que esta historia está fuertemente influenciada por la obra maestra del manga Lone Wolf & Cub escrita por Kazuo Koike e ilustrada por Goseki Kojima. Camino a la Perdición es uno de los pocos casos en que la adaptación cinematográfica supera a la obra original, aunque reconozco que en parte esta sensación pueda estar producida al no leer esta novela gráfica hasta años más tarde de ver la película, lo que hizo que me pareciera un buen comic aunque alejado de la maestría de la película de Mendes.

Otro de los elementos más destacados de la película es su maravillosa recreación del Chicago de 1931, realizado gracias al trabajo en equipo de Dennis Gassner (diseño de producción), Richard L- Johnson (dirección artística) y Albert Wolsky (vestuario) entre otros. Conrad L. Hall consiguió el Oscar a Mejor Fotografía a título póstulo, al fallecer tras finalizar el rodaje. Hall, junto al montaje de Jill Bilcock y la maravillosa banda sonora de Thomas Newman consiguieron dotar a la película de una personalidad propia que se alejaba de otras películas del género de gangsters.

La película además cuenta con un reparto excepcional. Como cinéfilo me resulta un autentico lujo poder ver a dos leyendas del cine como Paul Newman y Tom Hanks compartir la película, que consiguieron que se me pusiera la piel de gallina. Hanks interpreta a Michael Sullivan, un asesino a sueldo que trabaja para John Rooney (Newman). Sus interpretaciones son super contenidas y casi minimalistas, siendo ambos hombres de pocas palabras que sin embargo transmite un montón simplemente con su mirada y su mera presencia.

La envidia que Connor Rooney (Daniel Craig) siente contra Sullivan al sentir que su padre le quiere y respeta más que a él es el fuego que desencadena todo el drama de la película. Sullivan tiene que escapar con su hijo Michael Sullivan Jr. (Tyler Hoechlin), el único superviviente de la familia. Otros actores destacados de la película son Jude Law como el asesino a sueldo Harlen Maguire, Stanley Tucci como el mafioso de Chicago Frank Nitti o Jennifer Jason Leigh en un pequeño papel como Annie Sullivan, la esposa de Michael. Aunque eclipsados por el carisma de Hanks y Newman, creo que todos realizan un trabajo excelente.

El director británico Sam Mendes lo había ganado todo con American beauty (1999), película que ganó 5 Oscars, entre ellos Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Kevin Spacey, Mejor Guión Original y Mejor Fotografía. Esto suponía una gran oportunidad, ya que tendría vía libre para rodar lo que quisiera, pero a la vez era un gran riesgo, ya que las comparaciones iban a ser inevitables. Leyendo sobre la película, resulta maravilloso que su elección fuera buscar una historia de época que evitara caer en los clichés y que pudiera transmitir muchas emociones con el mínimo diálogo posible.

Lo más maravilloso de la película y lo que la convierte en algo único es lo bien que funciona a muchos niveles. Primero de todo, esta historia de venganza está contada desde el punto de vista del niño, que ve primero como se le cae el mito de su padre y aprende a volver a quererle a pesar de lo horrible de su profesión. Esto hace que toda la historia se aleje de las típicas historias de gangsters o de venganza que han inundado las carteleras durante años.

Además, la historia es un buen retrato de la violencia y sus consecuencias. En uno de los mejores momentos de la película, John Rooney (Newman) le dice a Sullivan (Hanks) que ambos saben que no son buenas personas y que arderán en el infierno por los pecados que han cometido en vida. En este sentido el título de Camino a la Perdición tiene un doble significado, ya que por un lado es el pueblo al que los Sullivan se dirigen para estar a salvo y por otro el personaje de Hanks sabe que su final solo tiene un destino, el infierno. En palabras del propio Mendes: “Sullivan está en una batalla por el alma de su hijo. ¿Puede un hombre que ha llevado una mala vida alcanzar la redención a través de su hijo?»

Sam Mendes recrea los Estados Unidos de 1931 de forma maravillosa, empleando una paleta de colores apagados que transmiten la desesperanza que se vivía en esa época. Además, opta por un ritmo pausado que es perfecto para contar la historia, que tiene un marcado tono intimista al centrarse en la relación de los Sullivan. La música de Thomas Newman crea momentos muy especiales durante toda la película y también ayuda a trasladarnos a una época pasada. Además, muchas imágenes, como su perfecto final, transmiten una belleza y una poesía únicas, con planos para el recuerdo.

Además de todo lo anterior, algunas escenas como el mítico tiroteo bajo la lluvia que tienen una fuerza increíble, mientras Mendes se centra en las figuras de Hanks y Newman y no en las muertes que tienen lugar a su alrededor, de forma que vemos cómo les afecta la violencia. Todas las decisiones narrativas que toma Mendes en la película se salen de lo habitual y sin embargo, significan un éxito mayúsculo.

Comparto el trailer de la película:

18 años después de su estreno, Camino a la perdición conserva toda su fuerza y belleza como el primer día. La película de Sam Mendes es imprescindible y ha sido genial verla con mi hijo y poder compartir con el algunas obras maestras del género.

PUNTUACIÓN: 9/10

 

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Crítica de 1917 de Sam Mendes

Sam Mendes nos mete en plena Primera Guerra Mundial con 1917, drama bélico filmado en un espectacular plano secuencia que es un prodigio técnico que merece la pena verse en pantalla grande.

PUNTUACIÓN 8/10

En lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman) reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.

Sam Mendes plantea 1917 como un enorme desafío narrativo al contar esta historia como un largo plano secuencia. Para ello colabora con el maestro Roger Deakins como director de fotografía, además de contar con Thomas Newman para crear la emocionante partitura. Mendes ha escrito el guión en colaboración con Krysty Wilson-Cairns, y al final de la película da las gracias a quien probablemente fuera su abuelo, por contarle estas y otras historias.

Además de los mencionados George MacKay y Dean-Charles Chapman, la película cuenta con varios secundarios de lujo como Mark Strong, Benedict Cumberbatch, Richard Madden y Colin Firth, interpretando a diferentes oficiales con los que se irán encontrando los protagonistas.

Por ir directo al grano, 1917 me ha parecido arrolladora. Mi parte intelectual ha flipado muchísimo con el largo plano secuencia, que me ha parecido una barbaridad con algunos momentos excelentes que me hicieron preguntarme cómo lo hicieron. Sin embargo, a mi lado emocional le ha faltado algo, quizá debido a la sencillez y, por qué no decirlo, endeblez de la historia. Para mi es una película de notable alto, pero no de sobresaliente, aunque sí recomendaría a todo el mundo que la viera en la pantalla más grande posible.

Su principal valor son unos impresionantes valores de producción, consiguiendo que el plano secuencia funcione de maravilla y los cortes no se noten. Gracias a un excelente juego de cámara nos sentimos parte de esta carrera contra el reloj de estos dos soldados por las trincheras británicas, por la zona de combate y por el territorio alemán. Además, su diseño de producción consigue que todo se vea super realista, desde las trincheras y túneles como el pueblo destruido por el que pasan.

Al plantearse 1917 como un plano secuencia, la iluminación debía ser obligatoriamente naturalista, consiguiendo momentos brillantes con la incursión nocturna por un pueblo controlado por los alemanes en el que las bengalas ofrecen momentos increíbles a medida que iluminan a los protagonistas.

Dentro de la brillantez formal que ofrece el largo plano secuencia, comentaba antes que la historia, dentro que está claro que es lo que es, me ha parecido flojita. Hay algunas casualidades y para ser veteranos, los soldados parecen en algún momento un poco pardillos perdonavidas, lo que en situaciones de combate provoca situaciones mortalmente peligrosas.

Además, me parece curioso que se repite un tema que ya vi en otras películas bélicas sobre que tener compasión con soldados enemigos a menudo tiene consecuencias mortales para los aliados. Entiendo que en la vida real la zona de combate es una zona donde matar o morir, pero es curioso que este argumento lo vea repetido en demasiadas ocasiones. ¿Una forma de indicar lo cruel que es la guerra o Mendes fue a lo fácil en el guión? Probablemente ambas respuestas sean correctas. Lo que sí queda claro en este viaje es lo dura que fue la primera Guerra Mundial, con montones de cadáveres de soldados y animales abandonados en mitad del campo de batalla.

En resumen, 1917 es una estupenda película bélica que recomiendo ver en pantalla grande, pero me extrañaría que acabara dentro de mi Top-5 de mejores películas de 2020.

Comparto el trailer de la película:

1917 merece mucho la pena. Aún no siendo la mejor película del año, sí recomiendo que la veas en la pantalla más grande posible.

PUNTUACIÓN 8/10

 

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