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Crítica de Willow temporada 1 (Disney+)

Menuda decepción más grande me he llevado con la serie de televisión de Willow estrenada en Disney+. Ahora que ya se ha emitido en su totalidad, puedo analizarla.

PUNTUACIÓN: 4/10

Willow regresa en una nueva serie ambientada años después de la película original.

Willow de Ron Howard (1988) es una de las películas de mi adolescencia. Para crear esta continuación televisiva ambientada 17 años después de la película, Lucasfilm contrató a un hombre de la casa como creador de la serie: Jonathan Kasdan, guionista de Solo: a Star Wars story e hijo del director Lawrence Kasdan, guionista de El imperio contraataca y el retorno del Jedi entre otras, además de director de películas como Silverado, Grand Canyon o Wyatt Earp. Jonathan Kasdan escribe el guion del episodio piloto (y de los dos últimos con colaboración), teniendo a Bob Dolman, guionista de la película original, como guionista del segundo episodio y uniéndose al grupo de escritores contratado por Disney, entre los que encontramos a Wendy Mericle, John Bickerstaff, Julia Cooperman, Hannah Friedman, Stu Selonick y Rayna McClendon.

Los ocho episodios de esta primera temporada han sido dirigidos, a razón de dos episodios cada uno, por Stephen Woolfenden, Debs Paterson, Philippa Lowthorpe y Jamie Childs. Además de utilizar el tema clásico de la película obra de James Horner, la serie cuenta con nueva música escrita por James Newton Howard y Xander Rodzinski. La serie de ocho episodios ha sido rodada en localizaciones naturales en Gales.

Warwick Davis vuelve a ser Willow Ufgood, un hechicero enano de Nelwyn. Junto a Willow volvemos a ver a Joanne Whalley como Sorsha, la guerrera hija de la malvada Bavmorda que 20 años después es la reina de Tir Aslin. Los nuevos personajes de esta historia ambientada 20 años después son Ruby Cruz como la princesa Kit, hija de Sorsha que lidera un grupo para rescatar a su hermano gemelo el príncipe Airk (Dempsey Bryk), secuestrado por unos misteriosos villanos. En esta misión viajan justo a Kit Erin Kellyman como Jade, una caballero en entrenamiento y la mejor amiga (novia) de Kit, Ellie Bamber como Dove, una criada de cocina y novia de Airk, Tony Revolori como el príncipe Graydon, prometido de Kit y más interesado en los libros que en los combates. Por último, Amar Chadha-Patel interpreta a Boorman, un ladrón al que se le ofrece la libertad de prisión si ayuda al grupo.

Empezando por lo positivo, hay que reconocer que la Willow original no es una historia sesuda, era una historia ligera con humor y aventura, y en este sentido Lucasfilm ha intentado recrear las mismas sensaciones y tono distendido en una historia que conecte con las nuevas generaciones. Cuando hace unas semanas compartí mis impresiones de los dos primeros episodios, ya comenté que sólo por la alegría de ver a Warwick Davis retomar a su personaje fetiche ya era suficiente para haberme ganado de inicio, por lo que tenía claro que vería esta primera temporada en tu totalidad. Lo cual era claramente otro elemento positivo. Dicho esto, ya en ese momento comenté que el inicio no me había entusiasmado, y no tenía claro si un espectador no fan de la fantasía se engancharía a una serie de estas características con esta puesta en escena.

Otro de los aspectos positivos (en serio) es que los creativos de Willow no buscan inventar ninguna rueda, al plantear una historia que recrea el espíritu de las partidas de Dungeons & Dragons en las que para las campañas siempre te encontrabas a un mago, un bruto, un espadachín, un arquero y un erudito, entre otros. Willow opta por una estructura super clásica de ensamblar una compañía formada por personas diversas que formen un grupo heterogéneo que provoque numerosas dinámicas interesantes a lo largo del viaje que tendrán que aprender a trabajar juntas si quieren sobrevivir. Otro aspecto que recuerda a muchísimas obras previas de fantasía es cuando en el climax final los protagonistas son tentados por aquello que pensaban que era el mayor deseo de su corazón, para descubrir que el viaje les ha cambiado y eso que antes era tan importante ahora ya no les sirve. Aparte que aceptar ese «regalo» implica perder tu alma, claro. La sensación de evolución durante el viaje y que los personajes salen más fuertes y unidos que cuando comenzaron es otro tópico que aquí se cumple al pie de la regla, confirmando una agradable sensación de familiaridad.

Willow es como digo un entretenimiento ligero, y supongo que valorándolo como tal y acercándose sin ninguna pretensión, creo que la serie puede ser moderadamente entretenida. La aparición de Willow en el climax final probablemente sea lo mejor de toda la temporada, y confirma mi alegría a poder ver una nueva aventura suya. Puestos a buscar algo más positivo que comentar, me flipa mucho la música, sobre todo cuando vuelven al tema original de James Horner. También los temas que añaden al final de cada episodio, como por ejemplo el Money for nothing de Dire Straits, que es un temazo atemporal alucinante.

Sin embargo, la decepción es total porque lo que a priori parecen buenas ideas a nivel general (o al menos correctas) sobre el papel, se han ido todas al traste por una ejecución lamentable en todos los aspectos. Y esto es clave, porque lo importante es el producto final, no la intención que se tenía al comienzo. Y no dudo que seguro se intentó hacer bien, tengo claro que nadie hace algo mal a propósito. Pero, ¡vaya ejecución!

La dirección de Willow ha sido nefasta. Da hasta rabia ver que Lucasfilm ha contratado a tanta gente sin talento para hacer esta serie, empezando por unos directores que han robado a la serie de toda magia o épica. No es mi propósito hacer una enumeración pormenorizada de todo lo que no me ha gustado de las mediocres y televisivas puestas en escena, dicho esto con la peor connotación posible, pero por poner un ejemplo, durante el combate final del último episodio todo está rodado con planos medios y primeros planos para que no se vea bien lo que está pasando y dónde está sucediendo, lo cual me parece lamentable. Aparte de una niebla que ¿de donde ha salido? Da igual, el objetivo que no se vea nada y no haya que invertir en decorados creíbles se ha conseguido. Por no hablar de que aparte de la lucha de Elora Danan contra la Arpía (¿no era Bavmorda?), hay otros combates del resto de héroes contra los lamentables y genéricos esbirros de la bruja que vemos como empiezan con choques de espadas mil veces vistos pero no llegamos a saber cómo finalizan. Supongo que ellos mismos sabían que era morralla que no interesaba, pero la forma de dejarlo claro es flipante. A todo esto hay que sumar un montaje lamentable con miles de cortes que resulta insultante para un espectador que quiere ver lo que les está pasando a unos personajes que están en un espacio concreto y que realizan combates en los que se encadenan acciones de ataque y defensa. Nada de eso lo hemos tenido en los 8 episodios de esta serie.

El diseño de producción de Disney Channel también me parece nefasto, tomando todas las decisiones erróneas posibles casi en cada decisión. Los decorados de cartón piedra, las armas sin peso, los vestidos mojados que se secan en un segundo, las localizaciones imposibles (porque no parecen reales ni siquiera en el contexto de fantasía de la serie…), nada ayuda a que el espectador pueda meterse en la historia, resulta imposible. Recuerdo haber leído que se trata de una de las principales series de la parrilla de Disney+ que ha contado con un presupuesto importante. Que de alguna manera los directivos acepten este nivel de calidad (o de falta de ella) que se ha ofrecido a los espectadores, me resulta flipante.

Por cierto, que de alguna manera la única vez que hemos visto un plano general potente con múltiples personajes haya sido en la escena en mitad de los créditos finales que nos anuncia la segunda temporada (de tres que va a tener la serie), cuando en toda esta serie no hayamos tenido nada ni remotamente similar me ha parecido casi un insulto a mi inteligencia como espectador. Como si me estuvieran diciendo, «si, sabemos que la serie ha sido mediocre, pero vuelve que el año que viene la cosa será mejor». Alucinante.

Comentaba que el guion a grandes rasgos mostraba ideas correctas, dentro de no ser nada originales. Sin embargo, debo decir que también en este sentido la ejecución contiene momentos verdaderamente vergonzosos. Como por ejemplo la ¿genial? idea de mostrar a los trolls de las minas de Skelling como tíos cultos con acento de universitarios de Harvard. De nuevo, puedo entender que alguien tenga una idea de bombero torero, pero que eso pase todos los filtros y llegue a verse en pantalla sin que nadie caiga que es una ridiculez y que quizá sería mejor plantear otra cosa, me deja perplejo. Como es la idea de convertir a los peligrosos Bone Reavers que viven en el Wildwood (bosque salvaje) en unos pacíficos outsiders naturistas que no son comprendidos por la sociedad y que solo buscan vivir su vida haciendo raves y orgías en el bosque. Reforzando una tendencia que no deja de verse en el mainstream, intentar entender y dar matices a grupos que en otros contextos serían unos villanos sin más. Quedando el conjunto ridículo. Visto lo visto, tengo claro que la contratación de Jonathan Kasdan como creador de esta serie es el pecado original que ha provocado todo el desastre posterior. Porque no es que no acierten con la caracterización de los héroes, es que tampoco los villanos ausentes e intercambiables resultan nada interesantes, indicándome casi que sólo pensaron en unos diseños que lucieran cool en el trailer, pero sin nada más que un cascarón vacío.

Llegamos a otro tema sensible, el reparto. En la reseña de los primeros episodios comentaba que todos los actores me habían parecido correctos sin más, con la excepción de la actriz Ruby Cruz que interpreta a Kit, debido a que el guion convertía a la princesa en alguien desagradable que caía mal. Vista la serie en su conjunto hay que reconocer que al menos en lo referido a Elora y Kit, además de Willow, sus personajes tienen una correcta evolución dentro de parámetros esperables dentro del género de la fantasía. Sin embargo, con la perspectiva de tener la temporada al completo para valorarla, entiendo que otro de los problemas insalvables para esta serie de televisión es una brutal falta de talento, carisma y calidad interpretativa de todo el reparto.

A Willow le salvo de esta valoración general, porque me gusta el personaje y casi más el actor. Y aquí reconozco que posiblemente la nostalgia de volver a ver a Warwick Davis nuble mi juicio, a lo mejor el menudo actor es igual de mediocre que el resto. No lo creo, pero bueno. Pero todos los demás me resultan totalmente olvidables, los personajes pero sobre todo los actores. La guerrera Jade, El príncipe Graydon, el príncipe Airk o el forajido Boorman son un EPIC FAIL como personajes monotemáticos sin chispa que resultan aún peores por unos actores que no saben transmitir empatía o personalidad. Cuando se habla para mal de «interpretaciones televisivas», hablamos de esto. Pero tampoco es que Ruby Cruz como la princesa Kit o Ellie Bamber como Elora sean mucho mejores actrices que el resto, y en este caso el guion les da una mayor importancia y aparición en pantalla que no viene acompañada por una mayor calidad.

Y me da pena, no me alegro en absoluto de esta decepción. Me sabe muy mal, de hecho, teniendo en cuenta las ganas que tenía de que esta serie me gustara. Sin embargo, por muy fan de la fantasía y el D&D que me considero, los consumidores no podemos aceptar como borregos cualquier cosa que nos ofrezcan en la creencia que «es de lo mío». Hace 30 años esta actitud podía ser lógica al no haber casi productos audiovisuales de este género. Pero en 2022 hay competencia como nunca antes se había visto en el género de la fantasía heroica / espada y brujería. Ya no es suficiente con crear una serie de fantasía «correcta» (y Willow es mediocre hasta decir basta) tiene que ser buena o muy buena o va a lucir cutre comparada con Los Anillos de PoderLa Casa del Dragón o The WitcherY la comparación es obligatoria, porque al final todo es entretenimiento que exige que inviertas el mismo tiempo de tu ocio para consumirlo. Hay fantasía buena y fantasía mala, y deberíamos premiar a la primera y castigar la segunda como única forma de obligar, en este caso a Disney, a que hagan las cosas mejores.

En este sentido, aparte de la decepción del visionado hay otra cosa que me molesta sobre manera, y es la gente en redes sociales que niega la posibilidad de toda crítica bajo el punto de vista de «qué esperábais, la película es igual de cutre y ligera que la serie». Y hay que negar la mayor. Para el standard de 1988 Willow lució increíble con los medios existentes en la época. De hecho, el revisionado reciente de la película con mi hijo me gustó mucho más de lo que esperaba, aceptando eso si que tenía alguna cosilla en que sí se notaba el paso del tiempo. Pero que el diseño de producción de la película de hace 35 años luzca mejor que una serie rodada en 2022 con los medios de 2022 tiene delito. Aparte que la calidad narrativa y como director de Ron Howard le da mil vueltas a lo que estos directores televisivos nos han ofrecido. Ambas historias son aventuras ligeras, pero la personalidad de los actores de una y otra también marcan mucha diferencia, aparte de un humor que en la serie no funciona nunca, mientras que mi hijo sí se reía muchas veces viendo la película. Hay mucha diferencia. De hecho, no hay color.

Esto me recuerda otro elemento, que he comentado en las últimas semanas en mi cuenta de Twitter. Y es que empezamos a ver Willow toda la familia, y ya tras la emisión de los dos primeros episodios mi mujer me dijo que no le había gustado la serie. Semanas más tarde, durante las vacaciones navideñas intenté convencer a mi hijo para ver los episodios 5 y 6 que teniamos pendientes, en ese momento ya no veiamos Willow el día del estreno, hasta que llegó un momento en que me reconoció que tras haber visto 4 episodios no le había gustado la serie y no quería seguir viéndola. El caso es que no tengo el ego de pensar que un gigante como Disney crea sus contenidos pensando en mi como target. Pero si una serie mainstream importante como es Willow no conecta con el público femenino o con un adolescente que se supone que son más público objetivo que un adulto de más de 45 años como yo, me lleva a pensar ¿en quién está pensando Disney como público objetivo de Willow? Y ojo, entiendo que mi ejemplo familiar tampoco es indicativo de nada, pero a la vez conozco a mucha gente que ha dejado colgada la serie a mitad porque hasta donde llegaron no les había gustado nada. Al final, igual muchos ejemplos individuales realmente muestran una tendencia…

Willow nos muestra en medio de los títulos de crédito que Lucasfilm ha planteado 3 temporadas. Visto lo visto, me bajo de este tren, conmigo que no cuenten.

Comparto el trailer de la serie:

Suspenso sin paliativos para Willow, que no me busquen para ver una segunda temporada.

PUNTUACIÓN: 4/10

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Crítica de Willow episodios 1 y 2 (Disney+)

Esta semana Disney+ ha estrenado los dos primeros episodios de Willow, la serie secuela del clásico de 1988 dirigido por Ron Howard que vuelve a estar interpretado por Warwick Davis. Comparto mis impresiones del arranque de esta serie.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Willow regresa en una nueva serie ambientada años después de la película original.

Aunque la posibilidad de una continuación de Willow es algo que llevaba años comentándose, no fue hasta la creación de Disney+ y la necesidad de dotarla de contenidos que la serie consiguió tener luz verde. Lucasfilm contrató a un hombre de la casa como creador de la serie: Jonathan Kasdan, guionista de Solo: a Star Wars story e hijo del director Lawrence Kasdan, guionista de El imperio contraataca y el retorno del Jedi entre otras, además de director de películas como Silverado, Grand Canyon o Wyatt Earp. Jonathan Kasdan escribe el guion del episodio piloto, teniendo a Bob Dolman, guionista de la película original, como guionista del segundo episodio y uniéndose al grupo de escritores contratado por Disney.

Estos dos episodios (de ocho que va a tener la serie) han sido dirigidos por Stephen Woolfenden, director inglés conocido por ser el director de la segunda unidad de algunas películas de Harry Potter y por dirigir algún episodio de Doctor Who. Además de utilizar el tema clásico de la película obra de James Horner, la serie cuenta con nueva música escrita por James Newton Howard.

Warwick Davis vuelve a ser Willow Ufgood, un hechicero enano de Nelwyn. Junto a Willow volvemos a ver a Joanne Whalley como Sorsha, la guerrera hija de la malvada Bavmorda que 20 años después es la reina de Tir Aslin. Los nuevos personajes de esta historia ambientada 20 años después son Ruby Cruz como la princesa Kit, hija de Sorsha que lidera un grupo para rescatar a su hermano gemelo el príncipe Airk (Dempsey Bryk), secuestrado por unos misteriosos villanos. En esta misión viajan justo a Kit Erin Kellyman como Jade, una caballero en entrenamiento y la mejor amiga (novia) de Kit, Ellie Bamber como Dove, una criada de cocina y novia de Airk, Tony Revolori como el príncipe Graydon, prometido de Kit y más interesado en los libros que en los combates. Por último, Amar Chadha-Patel interpreta a Boorman, un ladrón al que se le ofrece la libertad de prisión si ayuda al grupo.

Empezando por los elemento positivos, mi corazoncito de fan de la fantasía se alegró un montón al volver a ver a Willow Ufgood en carne y hueso. Que Warwick Davis se encuentra en condiciones de volver a trabajar en una serie de este calibre me parece una pasada. Creo que sólo por él ya sabía de antemano que iba a ver esta serie en su totalidad. Al menos en eso, Disney me tenía ganado de inicio.

La serie tiene el mismo tono de aventura ligera para toda la familia pensando en un público adolescente que tenía la película original. En eso no se le puede poner un pero porque es exactamente igual, aunque los que la viéramos en su día en el cine tengamos ahora 34 años más y no seamos niños. En ese sentido, entiendo lo difícil que es crear una serie que intenta recuperar la magia de un clásico contando algo nuevo y original. Willow fue muy importante para mi yo chaval, y esa sensación es casi imposible de recrear para mi yo adulto de 2022, pero me gustaría que sí lo consiguiera para posibles nuevos espectadores.

El nuevo reparto de actores jóvenes me parece que están todos correctos, y de alguna manera me hace gracia que recreen el espíritu de las partidas de Dungeons & Dragons en las que para las campañas siempre te encontrabas a un mago, un bruto, un espadachín, un arquero y un erudito, entre otros. La historia no intenta inventar ninguna rueda y opta por una estructura super clásica de ensamblar una compañía formada por personas diversas que formen un grupo heterogéneo que provoque numerosas dinámicas interesantes a lo largo del viaje. En esto, los lectores y fans de la fantasía heroica y todos los jugadores de rol se sentirán como en casa viendo la serie. Al menos, así me sentía yo.

Otro detalle que me hace cierta gracia es ver a actores que han trabajado en el MCU como Erin Kellyman (Karly Morgenthau en Falcon & Winter Soldier) y Tony Revolori (Flash Thompson en la última trilogía de Spiderman). Además, aunque el primer episodio diría que es bastante flojo, creo que la cosa mejora en el segundo, obviamente con la aparición de Willow, por lo que confío y deseo que la serie no deje de ir a más en los 6 episodios restantes de esta primera temporada. Ah! Se me olvidaba comentar que la serie ha sido rodada en localizaciones naturales en Gales, y algunas escenas en bosques y a caballo están chulas.

Dentro que todo me parece correcto y como comentaba antes voy a ver la serie en su totalidad, la verdad es que este arranque de Willow no me ha apasionado en absoluto. Un primer problema es la terrible puesta en escena del televisivo Stephen Woolfenden, dicho esto en el peor de los sentidos posibles. Woolfenden rueda todas las escenas de la forma menos interesante posible, lo cual tendría mérito si no fuera algo malo. Por ejemplo, en el asalto del grupo de villanos los Vendavales a Tir Aslin hay varios combates y todos están rodados con planos medios y primeros planos con millones de cortes entre ellos, no sea que tuvieran que preparar algún tipo de coreografía, algo que entiendo lleva tiempo y trabajo y claro, para qué. Modo irony on. El maravilloso pueblo de los Nelwyn que fue construido realmente para la película ahora ha sido sustituido por unos decorados de cartón piedra terribles en una cueva. Y así todo.

Willow fue un hito dentro de la fantasía heroica en los años 80 en un momento en el este género no existía en el mainstream. Que para recrear este mundo de magia y aventura hayan optado por algo mediocre en lo visual es algo terrible que si algo hace es precisamente quitar la magia que sentimos al ver Willow por primera vez. Espero que esto se mejore a medida que avance la serie, pero a priori no me ha transmitido buenas sensaciones.

Por cierto, junto a Warwick Davis me alegra también volver a ver a Joanne Whalley retomando su personaje de la ahora Reina Sorsha. Pero una vez dicho esto hay que reconocer que su personaje es el causante de una de las grandes idioteces que tiene la serie en lo relativo al personaje clave de Elora Danan. Y es un enorme elefante en una cacharrería absurdo sin el cual hay que reconocer que NO habría serie tal y como se ha planteado, pero reconozco que me ha fastidiado bastante que hayan sido tan ineptos en no pensar en algo mejor que no sea tan ridículo para poner en marcha la historia.

Esto es un gran problema inicial del guion que tienes que dejar marchar porque no tiene solución. Luego habría un segundo elemento que no es que sea un fallo pero que genera cierta duda y que espero sea aclarado a medida que avance la serie, y es el porqué ha sido justo el príncipe Airk el secuestrado, teniendo la opción de haber cogido a quien hubieran querido durante el ataque. Espero que se justifique convenientemente, ya veremos.

Antes decía que en general el casting de actores jóvenes me ha gustado. Por ponerle un pero, dentro que no me parece que actoralmente lo haga mal, a la actriz Ruby Cruz que interpreta a la princesa Kit le ha tocado bailar con la más fea (narrativa y figuradamente hablando). Al principio de la serie parece que va a ser la protagonista al tratarse de una mujer lesbiana empoderada que quiere labrarse su propio futuro sin que nadie, y en especial su madre, la mande. El ideal del feminismo woke imperante, vamos. Sin embargo, el guion la convierte en una malcriada y orgullosa, con lo cual ahora mismo es el único personaje que cae mal de todo el reparto. Espero que esto se arregle a medida que avance la serie y la podamos ver en una versión más positiva, pero la sensación tras estos dos primeros episodios de estar ante una nueva Galadriel de Los Anillos de Poder ha estamos más presente de lo que me hubiera gustado.

Comentaba al principio que me encanta el Willow original. Sin embargo, merece la pena recordar que en 1988 NO había fantasía heroica D&D en los cines. Podría decirse que Star Wars fue lo más parecido que llegamos a ver en imagen real de un género que no se estilaba y parecía para críos, ciertamente algo menor. Por eso entre otros motivos Willow fue revolucionaria en su día. E incluso con esto en mente, hay que recordar que la película que ahora es un clásico en su momento fue una decepción en taquilla. Sin embargo en 2022 hay competencia como nunca antes se había visto en el género de la fantasía heroica / espada y brujería. Ya no es suficiente con crear una serie de fantasía «correcta», tiene que ser buena (o a ser posible muy buena) o va a lucir cutre comparada con Los Anillos de Poder, La Casa del Dragón o The Witcher. Dado que La rueda del tiempo fue super cutre, estoy seguro que al menos Willow si conseguirá superar a la serie inspirada en los libros de Robert Jordan.

Que se hayan estrenado todas estas series es en sí mismo un milagro y un sueño hecho realidad para los fans de la fantasía heroica. Aparte de la existencia de series de animación estupendas como El Príncipe Dragón o Legend of Vox Machina. Y en 2023 se estrena en cine la nueva película de D&D. Es una pasada, de verdad que si. Y claro que la comparación de Willow frente a los principales contenidos de Netflix, HBO Max y Prime puede ser injusta. Pero al final todos lo hacemos, y al espectador «normal» no fan de la fantasía le tienes que dar algo que haga que le merezca la pena invertir su tiempo en Willow en lugar de en la última serie hot de Netflix. Por ejemplo Miércoles producida por Tim Burton.

Ojalá me equivoque y la cosa mejore rápidamente, pero lamentablemente se me hace difícil imaginar que mucho público no friki pueda engancharse a esta serie visto lo visto. Incluso a pesar del estupendo final del segundo episodio con la revelación que hace Willow y el cliffhanger con el que nos dejan. Cuanto más lo pienso, más me parece que siendo todo correcto, estos dos episodios de Willow no han sido lo potentes que deberían haber sido para enganchar al público no convencido previamente como es mi caso.

Comparto el trailer de esta serie:

Willow ha empezado correcta sin más. Espero que vaya de menos a más, pero lo visto hasta ahora no se si es suficiente para enganchar al público no friki de la fantasía.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Willow de Ron Howard (Disney+)

En nada se estrena en Disney+ la serie de televisión de Willow, por lo que ha sido obligatorio volver a ver el clásico de 1988 dirigido por Ron Howard a ver qué tal le ha sentado el paso del tiempo.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Cuento medieval con brujas, enanos y poderes mágicos. En las mazmorras del castillo de la hechicera y malvada reina Bavmorda, una prisionera da a luz a una niña que, según una antigua profecía, pondrá fin al reinado de la hechicera. La comadrona intenta salvar a la niña de la ira de Bavmorda, pero, alcanzada por los perros de presa del castillo, no tiene más remedio que arrojar la cuna al río. Gracias a la corriente, la cuna llega a un pueblo de enanos, donde la niña es adoptada por el valiente Willow. (FILMAFFINITY)

La idea de realizar una historia de fantasía y espada y brujería siempre estuvo en la cabeza de George Lucas, el creador de Star Wars e Indiana Jones. De hecho, la primera idea de Lucas ya venía de 1972. Durante la producción de El retorno del Jedi, en 1982, Lucas conoció a Warwick Davis, que interpretaba a Wicket el Ewok, y pensó que «sería genial utilizar a una persona pequeña en un papel principal. Muchas de mis películas tratan de un tipo pequeño contra el sistema, y ésta era una interpretación más literal de esa idea». Sin embargo, hubo que esperar cinco años y a que Lucas considerara que la tecnología de los efectos visuales estaba por fin lo suficientemente avanzada como para ejecutar su visión.

Para la dirección, Lucas confió en el actor convertido en director Ron Howard, que había trabajado con Lucas en American Grafitti y en 1985 había dirigido Cocoon, con el que mantenía una gran amistad y afinidad hacia el tipo de historias que les gustan. Howard a su vez propuso a Bob Dolman para que escribiera el guion basado en la historia origina de Lucas, juntándose los tres en el rancho Skywalker durante 1986 para escribir el que acabó siendo el guión definitivo de Willow.

Willow presentó avances importantes de Industrial Light & Magic en lo relativo a las secuencias con efectos visuales, entre ellas la tecnología de morphing digital. Además, los fans recordamos con mucho cariño el monstruo de dos cabezas que aparece en la película. Willow cuenta con fotografía de Adrian Biddle, montaje de Daniel P. Hanley, Mike Hill y Richard Hiscott, y una super icónica banda sonora a cargo de James Horner. Con un presupuesto de 35 millones de dólares (mucho dinero para la época), la película recaudó 137 millones en todo el mundo, lo que supuso una importante decepción para Lucas como productor, y para los fans de la espada y brujería en general.

En el reparto encontramos a Warwick Davis, que en el momento del rodaje tenía 17 años, interpreta al protagonista Willow Ufgood, un granjero Nelwyn (enano) y aspirante a brujo. Val Kilmer es Madmartigan, un jactancioso mercenario espadachín que ayuda a Willow en su búsqueda. Kate y Ruth Greenfield y Rebecca Bearman son los bebés Elora Danan, una princesa infantil a la que se le profetiza la caída de Bavmorda. Joanne Whalley es Sorsha, la hija guerrera de Bavmorda, interpretada por Jean Marsh, la villana reina de Nockmaar y una poderosa hechicera negra. Por último, Pat Roach como Kael, el villano alto comandante del ejército de Bavmorda.

Entrando a valorar Willow lo primero que tengo que decir es que puede hacer fácil ¿20, 25 años? desde que vi por última vez la película. Hay un claro elemento de nostalgia, y recuerdo muchas cosas a nivel general de la trama, aparte de tener muy presente algunas de las imágenes más icónicas, como la del monstruo de dos cabezas o la huida en trineo por la falda de una montaña nevada. Dicho esto, espero ser lo bastante objetivo para poder valorar la forma en que la película ha envejecido bien o mal en estos 34 años que han pasado.

Y el primer comentario es que en Willow se notan quizá un poco demasiado las referencias a la hora de plantear la historia. Empezando por El Señor de los Anillos con enanos en lugar de hobbits, con un protagonista que se embarca de forma inconsciente en una misión para la que se asociará con los héroes más inesperados, enfrentándose de alguna manera a la bruja de Blancanieves. Esas referencias son demasiado evidentes para ser obviadas, pero una vez se reconocen, no impiden que la película sea super disfrutable.

Hay un primero elemento super chulo de Willow y es ver una película de 1988 que empleó a tantas personas enanas para recrear el mundo de los Nelwyns. Recordando El Señor de los Anillos, años más tarde Peter Jackson utilizó a personas «normales» para interpretar a los hobbits, usando diferentes efectos para representar su baja estatura. En Willow no es necesario porque todos son enanos de verdad, mostrando a su comunidad desde una vertiente positiva poco habitual en el entretenimiento. La comunidad donde vive Willow con su familia está genial y para ser su primer papel protagonista (el ewok Wicket no cuenta para mi debido al maquillaje), creo que Warwick Davis lo hace genial y mantiene la película en su vertiente de historia en la que una persona normal se ve envuelta en circunstancias extraordinarias.

No es un insulto decir que cuando George Lucas creó Star Wars, lo hizo pensando en un público infantil y adolescente. De hecho, hay tanta bibliografía al respecto que es absurdo negarlo. Y algo similar pasa con Willow, en el que todo transmite el público al que se dirige, lo cual no quiere decir que no pueda ser disfrutable por los adultos. En estos momentos en los que parece que para que un entretenimiento sea «bueno» hay que plantearlo desde una perspectiva adulta, resulta casi refrescante volver a una fábula para niños en la que el bien se enfrenta a un mal puro. Un mal que no necesitamos que sea ambiguo ni es necesario conocer que Bavmorda es así porque de niña un niño la rechazó y eso la convirtió en lo que es ahora. En este sentido, que algo sea sencillo no lo convierte en «malo». No tengo problema en que la Reina Bruja sea la mala del cuento, me parece perfecto, de hecho.

La historia sigue una estructura que hoy resulta un tanto trillada, y visto con ojos de 2022 habría que decir que le faltan momentos espectaculares, siendo todo muy normal para ser un mundo fantástico en el que existen la magia y los seres extraordinarios. Es cierto que los mejores momentos se dejan todos para la última media hora de película, y que la película es en cualquier caso muy entretenida, pero en ese sentido sí se nota que estamos ante una película rodada hace 35 años, antes del auge de los efectos digitales aplicados al mundo del cine. e hecho, esta película, como también en su momento El secreto de la pirámide (Barry Levinson, 1986) pueden considerarse en cierta manera precursoras de todo lo que vino después gracias a la IL&M de George Lucas.

Fruto del target infantil y juvenil, tenemos una película con mucho humor, un humor blanco para todas las edades protagonizado por la pareja de pequeños Nelwyn que acompañan a los protagonistas, así como con todo lo que el guion plantea para Madmartigan, en cierto sentido rompiendo el tópico de elegante guerrero de moral intachable. También los fallos de Willow a la hora de lanzar hechizos van en esta onda de humor para todas las edades. Este humor la verdad es que es muy infantil pero consigue mantenerte con la sonrisa en la cara todo el rato, y creo que incluso ahora creo que funciona, aunque si es cierto que el target de la película se me hizo muchos más evidente ahora que lo que sentí en su momento cuando vi la película en el cine con 14 años.

Para ser una película con más de 30 años, creo que la integración en pantalla de los pequeños Nelwyn está muy bien, y apenas canta en apenas un par de momentos super puntuales, lo que creo que tiene bastante mérito. Si canta más el monstruo de dos cabezas que surge en la ciudad en ruinas de Tir Asleen, pero no evita que la escena siga teniendo todo su encanto. Junto a esto, el uso de morphing digital en varias escenas para transformar a varios personajes creo que luce genial incluso con ojos de 2022, por lo que diría que el trabajo está más que conseguido.

Si hay algo que no me ha funcionado en este visionado ha sido sobre todo las situaciones de humor creadas con Madmartigan, como cuando se disfraza de mujer para ocultar una infidelidad, o el combate en Tir Asleen en el que él se enfrenta solo a 30 o 40 guerreros del villano Kael, que está rodado de forma chapucerilla. Eso, y lo de la poción de amor que despertó algo que ya existía en sus corazones, lo cual es algo muy habitual en la literatura fantástica, pero que con ojos de 2022 queda bastante viejuno.

Hecha la matización de las cosas que no me funcionaron, lo cierto es que Willow es una película super disfrutable que tiene claro el tipo de aventura que plantea y a quien va dirigida. El climax con el combate mágico creo que está muy chulo y que Willow al final tenga la clave de todo me parece un detalle genial de este final. Por cierto, el final con Willow volviendo victorioso a su hogar resulta otra referencia muy obvia a El Señor de los Anillos, pero a mi tengo que reconocer que me funciona y es lo que pedía la historia, así que ningún problema al respecto.

Además, me ha alegrado especialmente poder verla con mi hijo gracias a nuestra suscripción a Disney+. Que me dijera que se lo había pasado genial viéndola y que le había gustado y tenía ganas de que viéramos la serie de televisión ha supuesto una doble alegría. Sin duda, ¡misión cumplida!

Comparto el trailer de la película:

La Willow la película me ha gustado y creo que a pesar de algunos aspectos que igual no han envejecido demasiado bien el paso del tiempo, su cualidad de cuento de fantasía hace que el visionado haya sido satisfactorio. Y ahora, de cabeza a ver la serie de televisión de Willow en Disney+.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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