Gracias a mi amigo Félix he leído la novela gráfica Capitán América: El ejército fantasma editada por Marvel para Scholastic, entiendo que para el canal de las librerías generalistas, realizada por Alan Gratz y Brent Schoonover, con Matt Horak y Álvaro López, y color de Sarah Stern.
PUNTUACIÓN: 4.5/10
El autor de best-sellers Alan Gratz escribe una nueva aventura del Capitán América y su compañero Bucky ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Juntos se enfrentarán a una amenaza distinta a todas las que se han cruzado en su camino: la del Ejército Fantasma. Los muertos de esta y pasadas guerras están volviendo a la vida y nada que los aliados puedan lanzar parece afectarles. Los ejércitos renacen durante la noche para luego no dejar rastro. ¿Cómo luchare contra algo que ya está muerto? ¿Y qué tiene que ver el misterioso Barón Mordo, desde su castillo en la Montaña Wundagore, con lo que está ocurriendo?
Me he llevado un buen chasco con esta novela gráfica creada por Marvel Comjcs para Scholastic, una de las mayores editoriales ¿y distribuidora? que trabaja en el canal de las librerías generalistas tipo FNAC o Casa del Libro. Leo la publicidad de esta novela gráfica y descubro que Alan Gratz es un escritor superventas. Pues no sé con qué tipo de obras previas lo fue, pero seguro que no lo será con esta obra.
En realidad me doy cuenta que yo NO soy el público objetivo de esta novela gráfica, dado que parece que estamos ante el típico comic que un padre que entra a la FNAC le compraría a su hijo pequeño buscando algo de Marvel que sea fácil de entender. La historia a priori podía resultar original en la parte de combinar una historia bélica de la 2a Guerra Mundial con elementos sobrenaturales como los fantasmas controlados por el Barón Mordo, que es el villano de la historia. Pero todo está planteado como una historia para niños pequeños sin chispa, en parte por el propio guion y en parte del dibujo. Los colores brillantes de este comic conectan mejor con los dibujos animados del sábado por la mañana que con unos comics para unos lectores más adultos. Y el nivel de violencia también transmite esa idea de comic infantil. Buscando cosas positivas, dentro de ser una historia fuera de continuidad, el guion busca conectar esta novela gráfica con el universo Marvel en su conjunto, por ejemplo con el uso del Barón Mordo o la aparición del propio Dormammu, pero de alguna manera me suena que si se ha usado a estos villanos em concreto y no a otros fue porque han salido en las películas del Doctor Strange, y es posible que les suenen a los posibles lectores.
De la parte gráfica, un elemento que destaca que algo no ha funcionado es pensar que la estupenda portada de David Aja es de largo lo mejor del comic. Al dibujante Brent Schoonover lo conocí en el comic Devil’s Highway junto a Benjamín Percy. Y la verdad es que en ese comic de AWA he encontrado a Schoonover muy más entonado que aquí. Dentro del target infantil y juvenil de este comic, parece que Schoonover adapta su estilo para conectar con este público, con un estilo cartoon que no me ha gustado nada. La duda de si adapta su estilo o le sugirieron que li hiciera también se me ha pasado por la cabeza, porque el resultado es mucho peor a su trabajo previo. Ya no es solo el estilo cartoon, es que la narrativa es súper rígida, robándole todo lo espectacular que podría tener la historia de Gratz. Por ejemplo, las splash-pages me parecen lamentables.
Esta novela gráfica tiene 156 páginas de historia, y resulta vergonzoso descubrir que Marvel vuelve a emplear a varios dibujantes para esta obra unitaria, no permitiendo que Schoonover dibuje el comic en su totalidad. Qué vergüenza. Además de Schoonover y el color de Sarah Stern, Matt Horak y Álvaro López dibujan varias escenas, lo que provoca que aparte que Horak es incluso peor narrador y dibujante que Schoonover, dejándome la peor de las sensaciones tras leer la novela gráfica.
En resumen, Capitán América: El ejército fantasma es un comic de NO te recomendaría, a no ser que tengas hijos pequeños. Y aún así, tampoco. Hoy cientos de comics mejores que este del Capitán América, mejor ir a los clásicos.
Comparto las primeras páginas de este comic, que ya muestran los problemas que he tenido con el dibujo de esta decepcionante novela gráfica:
Me he llevado un buen chasco con la novela gráfica Capitán América: El ejército fantasma. De hecho, lo mejor que se me ocurre es que al menos este comic nos lo dejó un amigo y no tuvimos que comprarlo.
PUNTUACIÓN: 4.5/10
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Ed Brubaker y Matt Fraction redefinieron a Puño de Hierro (Iron Fist) junto al dibujante David Aja durante un estupenda etapa de tan sólo 16 episodios que he vuelto a leer aprovechando el confinamiento.
PUNTUACIÓN: 8/10
El inigualable equipo formado por Ed Brubaker y Matt Fraction se une al genial dibujante español David Aja para redefinir y al mismo tiempo mantenerse fieles a uno de los más fascinantes personajes de la Casa de las Ideas. Bucea con nosotros en los orígenes del mito de Puño de Hierro y descubre aquello que nunca antes había sido revelado. Danny Rand salta desde las páginas de Daredevil a su propia serie, el cómic estadounidense que ha fascinado ya a miles de lectores en todo el mundo. ¡Descubre ahora por qué!
The Inmortal Iron Fist fue publicado en Estados entre diciembre de 2006 y agosto de 2008 en 16 números regulares más dos números especiales. En España, Panini publicó esta etapa en tres volúmenes en formato Marvel Graphic Novels en tapa dura: La última historia de Puño de Hierro (Números 1 al 6 de la serie regular más unas páginas del especial Choosing sides), Las siete ciudades celestiales parte uno (números 7-10 más el Annual 1) y Las siete ciudades celestiales parte dos (números 11-16 más el especial Orson Randall and the Green Mist of Death).
Desde 2004, Ed Brubaker se había convertido en un escritor estrella de Marvel gracias a su increíble trabajo en Capitán América, cuya etapa es una de las más celebradas de los últimos años, además de haber escrito comics geniales como Gotham Central para DC. En constraste, Matt Fraction era un recién llegado a Marvel en 2006 y había conseguido cierta notoriedad con su serie de creación propia Casanova, junto a los artistas Gabriel Bá y Fábio Moon.
Otro recién llegado a Marvel era el dibujante español David Aja, que tras algunos sueltos en varias series como Daredevil, en la que coincidió con Ed Brubaker. Iron Fist significó su primer encargo largo en Marvel y le catapultó a la fama, además de servirle para conocer a Matt Fraction, con el que colaboró años más tarde en la celebrada Hawkeye entre 2012 y 2015.
Lo mejor de Inmortal Iron Fist es que jugando con la historia del personaje de forma respetuosa, Brubaker y Fraction crearon toda una nueva mitología para Danny Rand, el Puño de Hierro que fue entrenado en el Kung-fu en la ciudad perdida de K´un-Lun en el Himalaya.
A partir de su amor por las historias pulp, las historias de kung-fu y el cine asiático, Brubaker y Fraction nos contaron que hubieron 66 puños de hierro antes que Danny, además de la existencias de seis ciudades celestiales además de K´un-Lun que se reúnen cada siglo para realizar un Torneo de Artes Marciales para conocer al mejor luchador de estas ciudades. Además, conoceremos la historia secreta de Wendell Rand, el padre de Danny, y su maestro, el anterior Puño de Hierro Orson Wendell, al que se creía muerto.
El dibujo de David Aja es espectacular, repleto de momentos icónicos que ya forman parte de las imágenes más celebradas del personaje. Su narrativa y su composición de página es siempre perfecta, no gastando una línea de más si hay una forma mejor y más simple para contar la historia, creando viñetas simples en momentos más calmados pero dándolo todo en algunas splash-pages alucinantes. Unido con el colorista Matt Hollingsworth, consigue trasmitir atmósferas opresivas y momentos de verdadero peligro para Danny Rand. Las páginas que dibuja Aja son espectaculares y maravillosas.
Lamentablemente, Aja nunca pudo mantener el ritmo mensual de publicación y dibujaba aproximadamente 16 páginas por número. Afortunadamente, este hecho ya era conocido por todos desde el comienzo y Brubaker y Fraction encontraron una solución satisfactoria, al usar estas cinco o seis páginas de cada número para contar las historias perdidas de los anteriores poseedores del Puño de Hierro primero, y la historia secreta de Orson Wendell posteriormente.
En el primer volumen Travel Foreman junto Derek Fridolfs realizaron 21 páginas junto a mitos del mundo del comic como John Severin (3 páginas), John Severin (2 páginas) y Sal Buscema y Tom Palmer (otras 2 páginas).
El segundo volumen empezó con un número completo para contar una de estas historias perdidas «La Reina Pirata de la bahía de Pinghai» realizado por Foreman y varios autores que sirvió para dar un respiro a Aja, publicado en el número 7 USA. En este volumen el foco de estas paginas «secundarias» cambió para contar la historia del padre de Danny, Wendell Rand y su gran rival Davos. Esta historia continuó durante el volumen tres hasta el número 14 en que terminó el arco de las siete ciudades celestiales y fue realizada mayoritariamente por el también dibujante español Kano, que también firma unas páginas geniales centradas en la narrativa, y que acabó dibujando 24 páginas en la serie. Además, el Annual 1 de la serie publicado en este segundo volumen estuvo dibujado por los maravillosos Dan Brereton y Howard Chaykin.
El problema llegó con el tercer volumen español, en el que Aja dibuja menos de un tercio del total de páginas. No se si no pudo aguantar el ritmo mensual, que Marvel le asignó algo más importante, pero es una verdadera pena, porque Tonzi Zonjic, el artista elegido para sustituirle, no estuvo a la altura del nivel previo, quedándose en un trabajo solo correcto, funcional y poco más. De este forma, el climax de Las siete ciudades celestiales que cerraba toda la etapa de Brubaker y Fraction artísticamente no estuvo a la altura.
El gran valor de la historia de Brubaker y Fraction fue la creación de la nueva mitología y de personajes estupendos como Wendell Orson. Esto les permitió contar historias en diferentes periodos temporales que ofrecieron un nuevo punto de vista al mundo de Puño de Hierro, además de crear un nuevo tablero de juego para crear decenas de nuevas historias durante muchos años una vez Brubaker y Fraction abandonaran la serie.
Sin embargo, leída de un tirón esta etapa, en muchos momentos parece que Danny es un secundario en su propia serie, debido al gran cantidad de personajes y situaciones que tienen que ser presentados en cada número. De hecho, en gran parte de estos números Danny está buscando los diarios de Wendell y estudia sus aventuras, es decir, vive las aventuras de otros.
Lo cierto es que el truco viene ya desde el título del comic «El inmortal Iron Fist». No se refiere a que Danny sea inmortal, sino a que el título de Iron Fist es inmortal y aunque el portador muera, otro luchador pasara a portar su legado. Esto hace que si no tienes esto en cuenta, los fans de Danny Rand pueden sentirse algo decepcionados, algo que no es mi caso.
En este sentido, merece la pena comentar que el único número totalmente dibujado por David Aja y centrado al 100% en Danny es el último número de la etapa, el 16 USA, que cerraba la etapa y dejaba todo limpio para la siguiente etapa. Un número que nos recuerda que no hay malos personajes, sino malos autores que no saben qué hacer con ellos. Y Fraction y Aja, los autores de este comic (Brubaker abandonó la serie en el número 14), son de los buenos.
Está claro que El Inmortal Iron Fist en nuestra memoria de fans será siempre el «Iron Fist de Brubaker, Fraction y Aja», pero al final, sumando todas las páginas de esta etapa incluyendo los dos especiales, Aja dibujó 207 páginas de un total de 443, es decir, menos de la mitad, distribuidos en 110 páginas de un total de 138 en el primer volumen, 47 de 124 en el segundo volumen y 50 de 181 en el tercero.
Si este comic hubiera podido tener más margen de publicación, cosa que sí tuvo Hawkeye, estariamos hablando de un comic histórico como el comic de «Hawkguy». Lamentablemente, debido al cambio de dibujantes, para mi esta etapa queda en notable, algo que sabe un poco mal teniendo en cuenta lo fuerte que empezó.
Estoy leyendo lo escrito y veo que me está quedando una crítica muy negativa de un comic que realmente me gusta mucho y me parece genial. La historia de Brubaker y Fraction bebe de muchas fuentes y todas ellas son interesantes y aportan elementos que sumados crean un gran cómic que sirve de introducción a una parcela del Universo Marvel hasta ahora había sido infrautilizado.
Brubaker pronto abandonó Marvel para dedicarse a sus propios proyectos junto a Sean Phillips en el sello Image, convirtiéndose en uno de nombres más reconocibles del panorama americano. Fraction y Aja se centraron en creaciones como Hawkeye que apelaban a sus sensibilidades. Y es una pena que Marvel no supiera sacar partido a estos conceptos y acabará cancelando la serie pocos meses después, dejando descansar al personaje en el limbo de los justos.
En todo caso, estos tres estupendos volúmenes siempre permanecerán en nuestra memoria y nos acompañarán cuando queramos leer algo diferente al típico cómic de superhéroes.
PUNTUACIÓN 8/10
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Tras la decepción provocada por Luke Cage, serie de Netflix estrenada el año pasado que no pude terminar de ver de lo mala que era, habían dudas sobre qué esperar de Iron Fist, la última serie inspirada en los héroes urbanos de los comics Marvel antes de la serie / evento The Defenders, que unirá a Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist. ¿Será un fail como Luke Cage o nos sorprenderá positivamente? Lo cierto es que las críticas han sido mayoritariamente negativas, lo que hace que la cosa no pinte bien, pero a pesar de todo empecé a verla con una mentalidad abierta y dispuesto como siempre a intentar pasar un buen rato.
El argumento de Iron Fist gira en torno al retorno de Danny Rand (Finn Jones) a Nueva York tras haber sido dado por muerto hace 15 años tras sufrir un accidente de avión en el Himalaya con su familia. El padre de Danny, Wendell Rand, fundó Rand Industries junto a su amigo Harold Meachum (David Wenham), que también falleció hace años a causa de un cancer. La empresa está ahora dirigida por los hijos de Harold, Ward (Tom Pelphrey) y Joy (Jessica Stroup), que inicialmente no creerán a Danny y pensarán que están siendo objeto de un intento de estafa a costa de su amigo muerto. Obligado a vivir como un mendigo, Danny solo recibirá un poco de compasión por parte de Colleen Wing (Jessica Henwick), una profesora de artes marciales cuyo dojo sufre problemas económicos.
Además, Danny no solo ha vuelto a Nueva York para reconectar con su vida anterior, sino que durante estos años se ha convertido en el Puño de Hierro (Iron Fist), un maestro en las artes marciales que es el defensor de la ciudad mística de K´un-Lun frente a la amenaza de La Mano, que está muy presente en Nueva York, como pudimos ver en la segunda temporada de Daredevil.
Iron Fist cuenta como showrunner a Scott Buck, veterano escritor y productor de series como A dos metros bajo tierra o Roma, y que también dirigió las peores temporadas de Dexter. No estamos por tanto con un director de garantías, aunque quería pensar que Jeph Loeb, la cabeza visible de Marvel Television, podría mantener la serie fiel a los tebeos.
El personaje de Iron Fist fue creado en los años 70 por Roy Thomas y Gil Kane, dos míticos autores de Marvel Comics, debido a la enorme popularidad de las películas de Kung-Fu y buscando repetir el éxito de Shang-Chi, personaje creado por Steve Englehart y Jim Starlin. Además de sumarse a la moda de las artes marciales, el personaje representaba el eterno outsider que no encaja en ningún sitio. Danny sufrió en K´un-Lun el rechazo y el racismo por parte de unos monjes que no le consideraban digno de aprender artes marciales. E incluso tras convertirse en Iron Fist, seguirá visto como un extranjero. Y al volver al mundo occidental, sus conocimientos y modo de vida oriental también le situarán al margen de la sociedad tradicional.
Tras varios años compartiendo serie junto a Luke Cage, con etapas tan recordadas como la de Chris Claremont y John Byrne, el personaje cayó en el olvido comiquero hasta que en 2006 Ed Brubaker, Matt fraction y David Aja firmaron una de las mejores etapas del personaje, resaltando el papel místico del personaje y su conexión con el mundo de K´un-Lun.
Esta serie de Televisión producida por Marvel y Netflix estuvo rodeada de una tramposa polémica durante la producción y rodaje que sinceramente creo que la ha perjudicado bastante, independientemente de la calidad de esta propuesta. Y es que un ruidoso (aunque confío que reducido) número de personas exigieron inicialmente que el protagonista debería ser un actor asiático, y criticaron duramente el casting de Finn Jones (Juego de Tronos) como Danny Rand. Opino que la polémica es tramposa porque el personaje de los comics es un blanco rubio de ojos azules, y el casting de Marvel solo buscaba ofrecer la máxima fidelidad con el personaje de unos comics que estas voces críticas claramente no han leído ni les importa lo más mínimo. Solo buscaban forzar un mal entendido concepto de corrección política y variedad étnica en una serie donde no correspondía. Y es que esas mismas voces que demandan ese cambio de raza no entienden que con su propuesta solo perpetúan el cliché de que los asiáticos sólo sirven como actores de películas de artes marciales.
A pesar de mi comentario anterior, siendo sincero hay que partir de la base que Iron Fist no es una serie demasiado buena y tiene numerosos defectos. Pero creo que globalmente ha sido lo suficientemente entretenida como para haber visto los 13 episodios de esta primera temporada, lo que ya es más de lo que hice con Luke Cage.
Si empiezo por el lado positivo, creo que Finn Jones clava a Danny Rand y sabe trasmitir todo su carisma, que es en parte lo que salva la serie. Danny es una persona perdida que no encaja en ningún sitio y que su misión es demasiado increíble que puede hacer que sea tomado por loco. A pesar lo lo cual, no dudará en hacer lo correcto en todo momento, ya sea en un combate o en el complicado mundo empresarial.
La serie también acierta en centrar la trama en un núcleo reducido de personajes: Danny, Colleen Wing, y los hermanos Ward y Joy Meachum. Colleen es quizá la más floja de los cuatro porque no llegas a creerte que esta menuda actriz pueda patear traseros como lo hace en la serie, y su giro de personaje es un WTF increible. Pero Tom Pelphrey (Ward ) y Jessica Stroup (Joy) realizan unas convincentes actuaciones como hermanos ejecutivos de una gran empresa, el primero atormentado por la enorme sombra de su padre (genialmente interpretado por David Wenham) y la segunda enfrentada a la dicotomía de ser la fría ejecutiva que la empresa necesita y a la vez intenta ser una buena persona. El problema, de nuevo, es un guión que les hace hacer una cosa y casi la contraria en el mismo episodio.
Me gustó y me sorprendió también que Iron Fist huya de la narración mediante flashbacks de la infancia de Danny en K´un-Lun, un recurso narrativo que Arrow ha utilizado hasta la extenuación. La acción transcurre casi por completo en Nueva York en la actualidad, aunque Danny nos cuenta durante los 13 episodios numerosos detalles de su vida anterior. Y aunque no es el tipo de historia que esperaba a priori, si consiguió que me interesara. Además, pasan un montón de cosas en esta temporada que consiguen que no sintiera como en Jessica Jones y Luke Cage que habían episodios enteros de relleno sin interés para la trama principal. En este aspecto, la serie acierta donde Jones y Cage fracasaron estrepitosamente.
La serie además conecta con las otras series del Universo con varios cameos entre los que destaca el de Claire Temple (Rosario Dawson), que nos recuerda que en pocos meses veremos la unión de los cuatro héroes urbanos en Los Defensores.
Y prácticamente aquí termina lo bueno que puedo decir de esta serie.
Y es que Iron Fist tiene unas notables carencias y locuras que voy a comentaros a continuación y que hacen que la serie no sea lo buena que me hubiera gustado.
El principal defecto de Iron Fist son sus mediocres escenas de acción con una horrenda realización, que suponen una enorme decepción. Tras Daredevil, con sus excelentes y brutales coreografías, Iron Fist tenía que aspirar a superar lo visto, y claramente la serie dirigida por Scott Buck naufraga en este aspecto. Leí que Finn Jones solo entrenó artes marciales de forma intensiva tres semanas antes del inicio del rodaje, debido al apretado planning de rodaje televisivo, lo que claramente no es tiempo suficiente para adquirir la fluidez requerida para el papel. No se si para maquillar las carencias de los protagonistas o directamente por una mala dirección y montaje, nunca vemos una buena escena de acción que no se vea lastrada por demasiados cortes. Además, Iron Fist dice ser el guerrero definitivo, pero en la realidad cualquier esbirro del tres al cuarto consigue golpearle, lo que demuestra una evidente contradicción entre lo que nos cuentan y lo que nos muestran. Iron Fist debería ser intocable por su fluidez y habilidad, y es algo que nunca llegamos a ver.
Por otro lado, antes comentaba como positivo que pasan muchas cosas durante la serie que evita que te aburras. Lástima que haya unos saltos de lógica brutales que hacen que piense que los escritores piensan que todo vale para que la trama avance. Además de algunos giros que son completas locuras. Algunos personajes cambian de opinión sin suficiente justificación y cometen errores de principiante que lastran nuestra empatía hacia ellos, o los guionistas les colocan en situaciones lamentables.
Las numerosas ridiculeces y locuras de varios giros del guión sitúan a Iron Fist al mismo nivel que otros productos de entretenimiento de perfil bajo como Arrow o Flash, cuando Daredevil miraba de tu a tu a las mejores series de la parrilla televisiva «seria». Y eso para Netflix no es suficiente. Si Daredevil marcó el standard televisivo para producciones de superhéroes para la pequeña pantalla, sus series son las primeras que deberían intentar mantener el nivel y este Iron Fist no lo consigue, como tampoco lo consiguió Luke Cage.
Además, me sorprendió que la trama se centrara en Nueva York y evitaran claramente mostrar K´un-Lun, cuando es una parte tan importante en la historia de Danny Rand / Iron Fist. Esto mirado por el lado positivo significa que los escritores consiguen hacen interesante a Danny Rand sin mostrar esa parte esencial de su vida. Y abre la posibilidad de una impresionante segunda temporada, que de momento no está confirmada, inspirada en la historia de Brubaker / Fraction que mostró las Ciudades Celestiales y el gran torneo de las artes marciales.
Pero si lo miramos con el vaso medio vacío, se nota que esta elección viene marcada de inicio por restricciones presupuestarias que marcaron el tipo de historia que se podía contar. Y hace que recuerde cuando escuchaba los comentarios de la sobresaliente The Shield creada por Shawn Ryan, en la que comentaban como el motivo del éxito de la serie es que siempre ofrecían la mejor historia posible sin guardarse nada en la recámara. De esta forma, si se les ocurría una historia brutal para el final de temporada, se las apañaban siempre para introducir y adelantar ese argumento a la mitad, lo que les obligaba a esforzarse en todo momento y evitaba que se acomodaran. En este aspecto, sí creo que Iron Fist ha jugado demasiado sobre seguro y se ha quedado en tierra de nadie, no consiguiendo contar la mejor historia posible con el personaje.
La realización es además demasiado televisiva y en lugar de potenciar la historia, la baja el nivel al de cualquier serie del montón, le quita todo elemento que convirtió a Daredevil en especial. Me queda la duda de si el ser la última serie antes de The Defenders, que empezó a rodarse justo a continuación de Iron Fist, haya podido hacer que Marvel Televisión se acomodara pensando que la serie verdaderamente importante a la que asignar la mayoría de recursos era esta última en detrimento de Iron Fist. No hay casi nada destacable en la producción, solo detalles inconexos entre episodios que muestran lo que podría haber sido y no fue.
En resumen, una serie que mejora a Luke Cage, algo que no era tan difícil para empezar, pero que no pasa de un aprobado muy justito que no es suficiente y deja poso de decepción. Comparto a continuación el trailer de la serie, que ha resultado ser mucho mejor que el producto final.
Iron Fist es entretenida pero montonera. Muestra cierta mejora si la compramos con Luke Cage pero no lo suficiente, y deja a las claras que la magia de Netflix se ha desvanecido. ¿Podrán Los Defensores recuperar el prestigio perdido por el canal online? En unos meses saldremos de dudas.
PUNTUACIÓN: 5/10
Repaso a mi Sci-fi favorito: comics, películas, TV y libros
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