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Crítica de Locke & Key / The Sandman Universe: Hell and Gone de Joe Hill y Gabriel Rodríguez (IDW – DC Comics)

Joe Hill y Gabriel Rodríguez triunfan con el crossover de Locke & Key con The Sandman Universe. Hell & Gone es una miniserie de dos números con una historia maravillosa que confirma que hay autores que parece que nacieron para trabajar con ciertos conceptos.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Si crees que puedes abrir las puertas del infierno e invitarte a ti mismo, ¡debes estar soñando! El cruce épico entre dos de los universos de fantasía más queridos en los cómics comienza aquí. John «Jack» Locke lleva diez años muerto, pero eso no le ha impedido enviar una carta ocasional a casa … desde el infierno. Ahora Mary Locke hará cualquier cosa para salvar el alma de su hermano, incluido llegar a un acuerdo con Roderick Burgess, el hombre más malvado de Inglaterra, para buscar respuestas en la Casa del Misterio y arriesgarse a la pesadilla ambulante conocida como Corinthian para encontrar ayuda en un Reino de los Sueños que ¡se está desintegrando!

Locke & Key / The Sandman Universe: Hell & Gone es una miniserie de 2 números, que ofrece una historia completa super satisfactoria. No obstante, para la mejor comprensión de la historia sería interesante que los lectores leyeran antes la mineserie Locke & Key: In pale battalions go… que presentaba a la familia de Chamberlin Locke en 1916, y el número 0 de este crossover en el que situaba tanto a los miembros de la familia de cara a este cruce, al igual que un Morfeo, El señor del Sueño, que en su ya mítico número 1 de 1989 fue hecho prisionero por Roderick Burgess, unos números previos que reseñé aquí.

Si tengo que decir algo menos bueno de este comic maravilloso, la verdad es que lo único que se me ocurre es que dos números se me han hecho cortísimos. Y es que leyendo la chulísima historia de Hill y los fantásticos dibujos de Rodríguez, con color de su colaborador habitual Jay Fotos, la verdad es que desearía que esto hubiera sido una miniserie de 6 o 12 números, para poder disfrutarla durante mucho más tiempo.

Joe Hill consigue la cuadratura del círculo con esta historia en la que la familia Locke entra en contacto con el mundo de El Sueño, creando momentos realmente maravillosos que al mismo tiempo no contradicen o cambian lo ya aparecido en los comics de Sandman. La protagonista de esta historia es Mary Locke, la hermana del fallecido Jack al que busca liberar de su tormento en el infierno antes que su padre Chamberlin fallezca acosado por la edad y su sentimiento de culpa. Su búsqueda de esperanza la hará ponerse en contacto con Roderick Burgess en Inglaterra para descubrir si su prisionero Morfeo pudiera ayudarla con su problema, lo que pondrá en marcha una cascada de sucesos que harán que Mary conozca El Sueño, sus habitantes y la forma de entrar en el Infierno. Lo malo es que como todos sabemos, es más fácil entrar que salir de allí.

Comentaba que me hubiera gustado que esta miniserie se hubiera alargado mucho más. Y siendo cierto, también hay que agradecer la capacidad de síntesis de Joe Hill, que se muestra como un experto del mundo creado por Neil Gaiman y a la vez crea una historia rebosante de personalidad en tan sólo 80 páginas. En este sentido, hay que agradecer la flexibilidad que tanto IDW como DC Comics permitieron a Hill, ya que el primer número tuvo 32 páginas de historia, mientras que el segundo aumentó hasta las 48, consiguiendo que el ritmo narrativo fuera el que la historia demandaba en cada momento, sin verse limitado por cliffhangers innecesarios. De esta manera, el final con una invitada especial de última hora, y en general todo el comic, me parece perfecto y super satisfactorio.

Junto a Joe Hill, obviamente el comic es un triunfo gracias al increíble dibujo de Gabriel Rodríguez, con el colorista Jay Fotos con el que muestra una perfecta compenetración. Como comentaba antes, hay autores que parecen nacidos para trabajar en un comic, y la verdad es que Rodríguez no puede ser más perfecto para dar vida al mundo del Sueño. Su inventiva e imaginación nos ofrecen momentos brillantes, con una estructura de página y una elección de puntos de vista en cada plano que refuerza la sensación fantástica del relato. Además, su caracterización de los personajes clásicos como Lucien, el Corintio, el propio Morfeo y un montón de apariciones especiales que prefiero ni nombrar para no chafar la sorpresa me parece maravillosa, captando perfectamente el espíritu de cada uno. Artísticamente, el comic es de 10.

Y por si fuera poco, además de ser una nueva y chulísima aventura de Locke & Key, Hell & Gone transmite todo el cariño y respeto que Hill y Rodríguez sienten por el mundo de Sandman creado por Neil Gaiman, algo que se siente en cada página, ofreciendo un comic a los lectores que ofrece lo mejor de ambos mundos.

Comparto algunas páginas del comic:

Locke & Key / The Sandman Universe: Hell & Gone me ha parecido una miniserie maravillosa. Ojalá hayan muchas más en el futuro.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Locke and Key: In pale battalions go… de Joe Hill y Gabriel Rodríguez(IDW)

Locke and Key es uno de mis comics favoritos del siglo XXI. Saber que el comic de Joe Hill y Gabriel Rodríguez iba a tener continuación conectando con el universo de Sandman de Neil Gaiman me voló la cabeza el año pasado cuando se anunció. In pale battalions go… es la miniserie que sirve un poco de presentación de la familia de Chamberlin Locke que en 1916 protagonizará el crossover.

PUNTUACIÓN: 8/10

Las llaves imposibles y que alteran la realidad de Keyhouse siempre han sido armas de guerra. En la primavera de 1915, el hijo mayor de Chamberlin Locke, John, está desesperado por participar en la guerra más grande de toda … y no importa que sea demasiado joven para alistarse. Quiere usar el poder de las llaves para cambiar el rumbo de la historia, y dirá cualquier mentira e intentará cualquier manipulación para salirse con la suya. Prepárate para abrir una puerta a uno de los campos de batalla más sombríos del siglo XX, cuya oscuridad incluso podría infundir miedo en un ejército de sombras sobrenaturales.

Un primer elemento interesante de este comic es el origen del título, «in pale battalions go…», algo que he encontrado super interesante.

El 13 de octubre de 1915, en una pequeña ciudad francesa del frente occidental durante la batalla de Loos, el capitán británico de 20 años Charles Sorley, un talentoso poeta que como todos los jóvenes de su edad se alistó para ayudar a su patria, murió en combate disparado en la cabeza por un francotirador alemán. Más tarde se encontró un soneto sin título entre las pertenencias de Sorley que fue publicado póstumamente y se convirtió en la obra más conocida del poeta. El poema es surrealista e inquietante y explora las pasiones y la locura de la Primera Guerra Mundial. Y es en su segunda línea donde encontramos la línea que inspira el título de este comic:

When you see millions of the mouthless dead
Across your dreams in pale battalions go,
Say not soft things as other men have said,
That you’ll remember. For you need not so.
Give them not praise. For, deaf, how should they know
It is not curses heaped on each gashed head?
Nor tears. Their blind eyes see not your tears flow.
Nor honour. It is easy to be dead.
Say only this, “They are dead.”

Then add thereto,“Yet many a better one has died before.”
Then, scanning all the o’ercrowded mass, should you
Perceive one face that you loved heretofore,

It is a spook. None wears the face you knew.
Great death has made all his for evermore.

Este detalle histórico real que no conocía previamente me parece super interesante y conecta con la idea de la guerra vista como algo honorable y cómo justo fue en la Primera Guerra Mundial cuando se rompió esta percepción y empezó a verse la guerra como el horror que realmente es. Este elemento confirma lo buen escritor que es Joe Hill y como sabe añadir muchas capas y matices a sus historias que si, son ante todo entretenimiento, pero también puede aportar más cosas con su lectura.

Siguiendo con Joe Hill, me gusta muchísimo su estilo de escritura, que conecta con su padre Stephen King, que me resulta super diferente a cualquier comic que se publica actualmente. Hill muestra situaciones duras y crueles que no son justas y que les suceden igual a los personajes, porque la vida no es justa. De igual forma, sabe crear personajes interesantes con los que empatizas con sólo unas líneas de diálogo y que darían muchísimo juego… si no los matara de forma hasta cruel. De nuevo, porque la vida no es justa y en muchos momentos la vida es lidiar con las cosas terribles que nos pasan.

Otro elemento que me gusta mucho es su capacidad de síntesis y sus elipsis, algo de lo que Locke and Key siempre fue modélico. Y es que la historia muestra momentazos increíbles que darían por si mismas para un comic aparte, que son casi despachadas de forma magistral casi en una viñeta, lo que me parece espectacular.

Y esto me hace hablar del alucinante dibujo de Gabriel Rodríguez con color de Jay Fotos. Y es que claramente si la historia triunfa es en parte gracias al espectacular apartado artístico que nos regalan Rodríguez y Fotos. La narrativa de Rodríguez me parece espectacular, así como su diseño de todos los personajes y la recreación del mundo de 1915. Además, junto al elemento realista y lo bien que lo muestra en la viñeta, el elemento mágico y casi poético también se refleja de maravilla en Locke and Key, y no tengo duda que si el comic es el icono que es gracias a la consistencia artística de Rodríguez.

El horror de la guerra queda muy bien reflejada en esta miniserie de tres números. Junto a esa miniserie, a esta miniserie le acompañó el Sandman / Locke and Key 0 que también sirve de preludio de la próxima miniserie, que nos cuenta otra historia de la familia Locke llena de poesía y que me resulta maravillosa.

Sobre la conexión de Sandman y Locke and Key, en la miniserie es mínimo y se reduce a que una de las hijas de Chamberlin Locke recibe gracias a una de sus llaves cartas de Lucien de la biblioteca de Sandman en las que lee libros que nunca existieron. Esta conexión realmente acaba resultando menor y quizá me supo a poco, debo reconocerlo.

Esto me conecta con quizá el único pero de este comic, y es que quizá la aventura que nos muestra aunque importante para la familia Locke quizá me pareció un tanto ¿intrascendente? No se si esa es la palabra correcta, pero tras tantos años sin leer un nuevo comic de Locke and Key, esta historia me supo a poco. En todo caso, esto reconozco que es algo totalmente personal y entiendo que un lector aficionado a la fantasía y a los mundos de Hill y Rodríguez lo va a disfrutar un montón.

In pale battalions go… debía servir de aperitivo del próximo crossover de Sandman / Locke and Key, y si su objetivo era dejarnos con ganas de mas, en este caso el éxito ha sido monumental. Ya en el número 0, además de la nueva historia de la familia Chamberlin Locke, nos recuerdan como el inicio de Sandman sucedía en 1916, el mismo momento temporal en el que vive la familia Locke, lo que abre completamente la historia que veremos en los próximos meses.

Si te gusta Locke and Key, leer este comic se va a convertir en un #mustread absoluto de este 2021. ¡Os lo recomiendo completamente!

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de La Espada de las Eras 1, de Gabriel Rodríguez

Como la mayoría, conocí a Gabriel Rodríguez gracias a su extraordinario Locke and Key. Descubrir ahora que además de ser un maravilloso artista es también un buenísimo escritor gracias al primer volumen de La Espada de las Eras, ha resultado ser toda una revelación.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

UNA REINVENCIÓN DE LAS LEYENDAS ARTÚRICAS DE LA MANO DEL ESPECTACULAR ARTISTA CHILENO GABRIEL RODRÍGUEZ

Extraños mundos, valientes caballeros, horribles demonios, una espada sagrada y un origen mitológico sin igual llegan de la mano de Gabriel Rodríguez, cocreador de Locke & Key.

¡Acompaña a Avalón en su aventura para convertirse en la primera guerrera que blande la espada más famosa y sagrada de todas! Únete a su lucha por la salvación de su mundo junto a una legión de héroes que lucharán con una cruel fuerza invasora. La frontera entre ciencia y magia desaparecerá, ¡pero la que separa a los héroes de los villanos quedará marcada con sangre!

La Espada de las Eras ha sido publicado en España por Norma Editorial a partir del comic de IDW, y cuenta con un extraordinario color de Lovern Kindzierski.

Gabriel Rodríguez nació en Santiago de Chile en 1974. Aunque estudió arquitectura, profesión que llegó a desempeñar durante algunos años, hasta que pudo vivir de sus comics, siendo el más celebrado su maravilloso Locke and Key. La Espada de las Eres supone una celebración de los mitos artúricos, además de un sentido homenaje a clásicos autores como Jean Giraud (Moebius), Alejandro Jodorowsky o Katsuhiro Otomo.

La Espada de las Eras me ha parecido una pasada de comic en todos los aspectos. Por un lado, Rodríguez como artista crea unos diseños de personajes super atractivos que te deja con ganas de conocer sus historias a la vez que indica claramente quienes son los buenos y quienes los malos. Recordando sus orígenes de arquitecto y transmitiendo su amor por Akira de Otomo, los espacios cuentan además con una enorme importancia en esta obra, de forma que Rodríguez ofrece unas páginas increíbles en las que siempre sabemos dónde se encuentran los personajes y hacia donde se dirigen, con unos espacios arquitectónicos que no estamos acostumbrados ver en un comic mainstream americano y casi se acerca más a los álbumes europeos.

Rodríguez se caracteriza por un lápiz de gran claridad que busca ante todo contar la historia de la forma más limpia y clara posible, de forma que los lectores tenemos casi la mitad del camino ya hecho con sólo abrir el comic. Además, los colores planos de Lovern Kindzierski ayudan a transmitir la idea de historia mítica atemporal, y encajan de maravilla con los lápices de Rodríguez, haciendo que el despliegue artístico de este comic me parezca bestial. Y como muestra, las increíbles páginas con las que acompaño este artículo.

Pero además, como escritor Rodríguez nos ofrece un comic que cuesta de leer (en el buen sentido), con unas páginas en las que cada viñeta es un descubrimiento, no sólo en lo referido al dibujo, que ya comentaba es espectacular, sino con la compleja historia y los múltiples personajes que riegan los personajes. Además, dentro que entiendo que este comics es «All-ages» (aunque no estoy seguro), o como mucho (PG-13), no se arruga a la hora de matar de  forma violenta a muchos personajes.

Otro elemento con el que he conectado enseguida en con la decisión de Rodríguez de hacer una historia que aunque se asienta en los mitos artúricos, cuenta con numerosos elementos de ciencia ficción como seres alienígenas, viajes especiales y alta tecnología que contrastan de forma super orgánica con los elementos de fantasía que a priori esperaba encontrar en una creación del mito de Arturo y la espada Excalibur.

Me ha gustado mucho este comic, y si tuviera que decir algo menos bueno, lo primero que se me ocurre es que la portada me parece super montonera y no refleja para nada el maravilloso mundo de fantasía y ciencia ficción que se encuentra dentro de las páginas de este comic. Si las portadas sirven para llamar la atención de un posible comprador, generar interés que acabe en la compra del comic, esta portada de un plano medio de Avalón empuñando a Excalibur desde luego no lo consigue. De hecho, si compré este comic es porque iba a tiro fijo buscando más comics de Rodríguez, pero no porque la portada me motivara en ningún aspecto.

Por otro lado, la lectura de este volumen también me dió la sensación que Rodríguez confía quizá en exceso en los conocimientos de los mitos artúricos por parte de los lectores. A partir de una rápida presentación de Avalón y cómo fue criada por los dientes de sable (que mostraré al final del artículo en el preview), la historia nos mete de lleno en un mundo con una compleja sociedad de clanes enfrentados y religiones antagónicas, con cero presentación de cada uno de los actores de este comic. Es cierto que Rodríguez crea una lectura rápida que te mete de lleno en la historia, pero debo reconocer que eché de menos un poco más información, sobre todo en lo referente a los antagonistas, que se me quedan muy cortos en casi todo. No en lo relativo a su nivel de poder y sensación de amenaza, pero completamente en lo relativo a sus motivaciones y  en la explicación de cómo llegaron a este mundo.

Por último, dentro que este comic me ha flipado de forma máxima, entiendo que vamos a tardar a leer su continuación, sobre todo teniendo en cuenta que IDW no ha publicado nada desde la publicación de este primer volumen, que Norma publicó aquí en España el año pasado, y que IDW y DC Comics anunciaron recientemente el crossover Locke and Key – Sandman que va a estar realizado por Joe Hill y Gabriel Rodríguez y que entiendo que debido a su indudable tirón comercial va a tener prioridad en los próximos meses. Una de las cosas que me fastidian de los álbumes europeos es el hecho que pueda pasar un año entre tomo y tomo, y visto lo visto, nos va a tocar esperar mucho más para poder leer la continuación de esta historia.

Comparto las primeras páginas de este comic a modo de preview, para que alucinéis como lo hice yo. ¡Disfrutarlas!

La espada de las eras me ha parecido un comic excelente que sirve de estupenda presentación para un mundo de inspiración artúrica que puede ofrecernos una gran lectura en el futuro.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

 

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Locke and Key, de Joe Hill y Gabriel Rodríguez

El estreno en Netflix de la decepcionante adaptación televisiva de Locke and Key ha servido para recordarnos lo maravilloso que es el comic de Joe Hill y Gabriel Rodríguez, que personalmente está dentro de mis 5 comics favoritos de este siglo XXI.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO, NO TE LO PUEDES PERDER

(Artículo sin spoilers)

El aclamado autor de El traje del muerto, la novela de terror que ha sorprendido a todos los amantes del género, salta al cómic con una obra que te sobrecogerá. En Nueva Inglaterra hay una vieja mansión cuyas fabulosas puertas transforman a todo el que se atreve a cruzarlas. El pasado de la familia Locke vuelve para atormentar a sus actuales miembros, en un escalofriante cómic en el que Hill demuestra una capacidad narrativa equiparable a la de su padre, Stephen King. Guión de Joe Hill. Dibujo de Gabriel Rodríguez.

Conocí a Joe Hill gracias a Locke & Key, y gracias al comic descubrí su faceta de escritor y sus estupendas novelas El traje del muerto, Horns o Fuego. Hill es el segundo hijo de Stephen King y decidió usar una abreviatura de su nombre completo, Joseph Hillstrom King, para intentar triunfar por sus propios méritos y no por ser el hijo de. Hill tiene 47 años y no hay duda que ha recibido los genes de su padre, ya que escribe historias de fantasía y terror que saben apelar a nuestros miedos más profundos y las cosas que más queremos, como la familia.

Gabriel Rodríguez es un artista chileno nacido en 1974 que estudió arquitectura e incluso llegó a trabajar como tal durante varios años hasta que pudo cimentar su carrera como dibujante de comics y obtener la suficiente independencia económica. Locke and Key es su trabajo más celebrado, pero obtuvo también una nominación a los Eisner por su comic «Little Nemo: Return to Slumberland». Más recientemente, ha escrito y dibujado La espada de las eras, un comic de fantasía que busca reinventar las leyendas artúricas y que tengo muchas ganas de comprar y leer en cuanto tenga ocasión.

Locke And Key fue publicada en Estados Unidos por la editorial IDW entre febrero de 2008 y diciembre de 2013. El formato elegido para su publicación fueron seis miniseries, que aqui en España Panini publicó entre 2009 y 2014. Las seis miniseries fueron Bienvenidos a Lovecraft (febrero-julio 2008) y Juegos mentales (enero-junio 2009), que formarían el primer acto, mientras que Corona de Sombras (noviembre 2009 – abril 2010) y Las llaves del reino (agosto 2010 – marzo 2011) formarían el segundo acto. El tercer arco con el climax final llegó con  Mecanismos de relojería (junio 2011 – abril 2012) y Alfa y Omega (noviembre 2012 – diciembre 2013). Todas las miniseries tuvieron una duración de seis números excepto Alfa y Omega que tuvo siete, algo necesario e imprescindible para cerrar todo de forma satisfactoria. De esta forma, podría decirse que Locke and Key se publicó con una periodicidad de un volumen anual.

El formato de miniseries sucesivas permitió a los autores a realizar el mejor trabajo posible sin la presión añadida de tener que cumplir con un plazo de entrega mensual como pasa por ejemplo en los comics de Marvel o DC. Y la diferencia se nota, consiguiendo Gabriel Rodríguez, junto al colorista Jay Fotos, realizar un despliegue artístico maravilloso.

Locke & Key es la historia de la familia Locke. Tras la muerte de su padre, Tyler, Kinsey y Bode Locke se mudan con su madre a la finca de la familia, Keyhouse, situada en Lovecraft, Massachusetts. Allí, los niños descubrirán que la casa es un nexo de energías sobrenaturales que oculta unas llaves que les otorgarán habilidades que les servirán para descubrir la historia oculta de su familia y del mundo que les rodea.

El primer elemento a destacar de Locke and Key es que se trata de una historia de fantasía oscura que utiliza muchos elementos de las historias de terror. En el comic existe una sensación de aventura mientras los niños van descubriendo las llaves y sus habilidades, pero el tema general es ver cómo los Locke asumen la pérdida de su padre y esposo, algo que cada miembro de la familia interioriza de una forma diferente. En este sentido, la muerte y otros temas escabrosos como las relaciones tóxicas o el abuso juegan un papel fundamental y explican los traumas de varios personajes, notándose en este aspecto la influencia que las historias de Stephen King han tenido en su hijo.

Además, Joe Hill crea un puzzle maravilloso en la que todo, incluido el detalle más nimio y a priori insignificante, tiene su razón de ser y juega una función en la historia, haciendo que el final fuera perfecto y super satisfactorio, en el que todo encaja pero que además consigue ser super emocionante.

Hay números como «Febrero» en el cuarto volumen «Las llaves del reino» que transmiten un maravilloso sense-of-wonder mientras vemos las habilidades que los niños adquieren con las llaves mientras luchan contra el malvado Lucas «Bode» Caravaggio, que busca la llave para abrir la Puerta Negra. Además, en otros números, como «Gorrión» Hill y Rodríguez cambian de estilo imitando lo que sería una tira de Calvin & Hobbes para contar la historia desde el punto de vista de Bode, un niño de 8 años. Otros números super chulos son por ejemplo los contados desde el punto de vista de Rufus, un chaval retrasado mental amigo de Bode, que adquieren forma de comic-book de hazañas bélicas.

La contrucción de los deferentes personajes me ha parecido maravillosa. Tyler es un adolescente claramente traumatizado que se culpa a si mismo de la muerte de su padre debido a las discursiones que tuvo con él antes de su muerte. Su personalidad y acciones muestran claramente que tiene un trauma que le impide ser feliz, al igual que su hermana Kinsey, cuyo mecanismo de defensa para intentar sobrevivir tras quedar paralizada cuando mataron a su padre es quitarse el miedo y las lágrimas de la cabeza (literalmente), algo que la ofrece cierta felicidad en el corto plazo hasta que descubra que hay que aprender a vivir con tus miedos.

El hermano pequeño Bode también me parece una pasada. Hill y Rodríguez nos cuentan de maravilla lo que significa ser un niño que ve y experimenta cosas increíbles y la frustración inicial cuando nadie le cree o no le dejan intentar ayudar. Además, su joven mente funciona de forma sencilla y no puede evitar ser engañado y utilizado durante la historia. Por último, la madre ha caído en la bebida como forma de evitar enfrentarse a la muerte de su marido, una salida muy poco ejemplar a sus problemas, pero muy real.

Como pasa en las mejores historias de terror, Locke and Key es cruel con los personajes. Al igual que pasa en la vida real los buenos no siempre ganan ni sobreviven aunque hagan lo correcto. Hay en ese sentido algunos momentos muy duros emocionalmente ante el destino de varios personajes, y sobre todo en el clímax final hay una verdadera sensación de amenaza y de que cualquiera puede morir.

Dodge, el villano de la historia, es un ser amoral verdaderamente peligroso, pero es su inteligencia la cualidad más destacable. De hecho, la realidad es que a pesar de algunos retrasos provocados por los niños, es refrescante ver cómo sus planes van teniendo éxito mientras engaña a todo el mundo y les manipula para obtener lo que desea.

Esto, unido a ver a unos adolescentes que sufren, se equivocan, cometen errores y aprenden de ellos son elementos que hicieron de la lectura algo muy especial. Porque es cierto que el elemento fantástico y terrorífico funciona, pero lo hace porque  Hill y Rodríguez han creado a una familia que se siente muy real, con personalidad, virtudes y defectos con la que es muy fácil empatizar y preocuparnos por ellos. Y esa personalidad se forja también por la forma en que afrontan sus problemas y sus errores.

Comentaba al comienzo que el apartado artístico me parecía maravilloso. Y es que Gabriel Rodríguez con la ayuda de Jay Fotos en los colores ha creado un comic espectacular, de una narrativa limpia en la que siempre cuenta todo de la forma más clara posible. Su lápiz construye de maravilla la personalidad de todos los personajes y consigue en los pequeños detalles la magia de que todos parezcan reales. Además, consigue que el paso del tiempo se note en sus caras, algo muy difícil también de conseguir.

Además de una sobresaliente caracterización, Rodríguez consigue que toda la historia tenga el tono perfecto en todo momento, transmitiendo el sentido de maravilla cuando los niños usan sus llaves, pero también el terror ante los abusos y los momentos dramáticos que sufren varios personajes, creando situaciones super perturbadoras. No sólo eso, hay algunas muertes que son super gores e impactan muchísimo, y sus seres de sombra transmiten un feeling realmente terrorífico. La vida y la muerte parecen elementos «baratos» en otras historias, aquí el peso de cada vida cuenta, y nos duele cada una que se pierde. Y se pierden muchas.

La guinda del pastel es además la habilidad de Rodríguez en la creación de espacios que se sienten reales. En este aspecto se notan sus estudios de arquitectura, porque la mansión Keyhouse, cuyo plano se incluye en uno de los cómics,  y toda la orografía de la finca con las cuevas en el acantilado se convierten en elementos fundamentales en la historia, y están perfectamente reflejadas en la historia. De esta manera, cuando un personaje se mueve por la casa sus movimientos siempre están claros y sabemos dónde están y hacia donde se dirigen. Esto es otro plus importante, acostumbrado como estoy a otros comics casi sin fondos en los que los personajes se mueven por espacios genéricos sin personalidad.

No quiero terminar sin destacar otro elemento fundamental de Locke and Key y es su propia condición de cómic, que permite una narrativa única difícilmente trasladable a otros medios y que hacen que este cómic sea algo muy especial.

Empezando por las elipsis que se producen entre viñetas donde somos los lectores los que rellenamos los huecos. Por ejemplo, cuando vemos a Kinsey sufrir ante la perspectiva de empezar las clases en Lovecraft y lo absurdo de hacer amigos que puede acabar perdiendo, en una única página con tres viñetas Hill y Rodríguez condensan toda la ansiedad del momento, una página super chula que funciona porque está muy bien contada y porque los lectores rellenamos los huecos con nuestras propias experiencias, de forma que no tenemos que ver cada clase a la que asiste para sentir que está sufriendo.

De igual modo, en el ya comentado cómic «Febrero», los hermanos viven maravillosas aventuras mientras experimentan con diferentes llaves, pero esas aventuras quedan condensadas en muchos casos a una única viñeta con el momento más potente de la aventura, de forma que, como comento, seamos los lectores los que imaginemos los detalles no mostrados. Un recurso maravilloso.

Además, las páginas del cómic marcan un ritmo de lectura y generan una sorpresa cada vez que pasas la página. El ritmo puede acelerarse o frenarse en función de lo que pasa y se van creando cliffhangers estupendos a medida que avanza la historia, y en todos estos aspectos Hill y Rodríguez muestran su gran habilidad como storytellers, como contadores de historias.

Durante estos seis tonos hay un montón de giros inesperados y sorpresas impactantes mientras vamos conociendo toda la historia y como se crearon las llaves, pero en todo momento mantenemos la sensación de reloj perfectamente ensamblado que nos lleva en volandas hasta el emocionante final.

Por tanto, es la propia naturaleza de cómic lo que ayuda a que esta historia sea tan maravillosa y especial, y como vimos en la desastrosa serie de televisión, hay cosas que se pierden en la adaptación que solo son posibles en los cómics.

Joe Hill y Gabriel Rodríguez crearon una historia muy especial que merece todas las alabanzas del mundo. Si no la has leído todavía no lo dudes, Locke  and Key es una maravilla, un clásico que ningún fan de la literatura fantástica y el terror debería perderse.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO, NO TE LO PUEDES PERDER

 

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Crítica de Locke and Key temporada 1 (Netflix)

Locke and Key de Joe Hill y Gabriel Rodríguez en uno de mis comics favoritos del siglo XXI. Lamentablemente, el visionado de la primera temporada televisiva estrenada en Netflix convierte a esta serie en el último ejemplo de adaptación que queda como una ocasión perdida, una decepción que elimina todo lo que hacía especial el comic, desaprovechando el maravilloso potencial de la historia para convertirla en un drama adolescente de instituto genérico.

PUNTUACIÓN: 4/10

Después de la muerte de su padre, los tres hijos de la familia Locke regresan a la casa ancestral de su padre en Nueva Inglaterra para descubrir que están rodeados de magia que sólo ellos pueden ver y contra la que están destinados a pelear para terminar con los horrores que pueblan la ciudad de Matheson, Massachusetts. (FILMAFFINITY)

La adaptación televisiva de Locke and Key ha tenido una compleja vida hasta que hemos podido verla en Netflix. Alex Kurtzman y Robert Orci rodaron un primer piloto para Fox entre 2010-2011 que no consiguió luz verde para rodar la serie. Tras unos años intentando convertir la serie en películas, finalmente Kurtzman y Orci abandonaron el proyecto. En 2017, IDW la editorial que publicó el comic de Locke and Key puso en marcha un segundo intento para el canal de cable/online Hulu, con Carlton Cuse de Showrunner, Joe Hill de productor y supervisando los guiones y con Scott Derrickson (Doctor Strange) de productor y director del episodio piloto. Finalmente, Derrickson tuvo que abandonar el proyecto por problemas de agenda, rodando el piloto Andrés Muschiety (IT). La cosa pintaba bien, pero finalmente Hulu tampoco confirmó la serie.
Tras estos intentos, finalmente Netflix sí dio luz verde al proyecto en julio de 2018, manteniéndose Carlton Cuse como Showrunner junto a Meredith Averill y Aron Eli Coleite. Saber que Joe Hill mantenía labores de productor y que iba a escribir algún episodio hizo que mis expectativas estuvieran por todo lo alto. ¡Menudo chasco!!

Los diez episodios de esta primera temporada han sido dirigidos por Michael Morris, Tim Southam, Dawn Wilkinson, Mark Tonderai y Vincenzo Natali (Cube) los dos últimos. Joe Hill escribió junto a Aron Eli Coleite el guión del primero episodio que marca el tono de la serie, que cuenta con guiones de Carlton Cuse, Albert Torres, Meredith Averill y Elizabeth Ann Phang. Checco Varese, Tico Poulakakis y Colin Hoult son los directores de fotografía que realizan, como toda la serie, un mediocre y montonero trabajo de nivel televisivo. La música ha sido realizado por Torin Borrowdale, y hay que detacar (para mal) la terrible selección de canciones pop que tiene esta serie.

En lo relativo al mediocre y televisivo casting, Locke and Key está interpretada por Darby Stanchfield (Nina Locke, la madre de los niños), Connor Jessup (Tyler, el hijo mayor), Emilia Jones (Kinsey, la única hija de la familia), Griffin Gluck (Bode, el niño pequeño), Bill Heck (el padre fallecido Rendell, al que conoceremos mediantes flashbacks) y Aaron Ashmore (Duncan, hermano de Rendell y tío de los chavales).

Fuera de la familia Locke, tenemos a Laysla de Oliveira como Dodge, la Dama del Pozo y “villana” de la serie, Sherri Saum como Ellie Whedon amiga de instituto de Rendell y profesora de Tyler y Kinsey, Coby Bird como Rufus, hijo de Ellie con una discapacidad mental que trabaja cuidando la mansión Locke, Petrice Jones como Scot Cavendish, estudiante inglés del intituto que se hará amigo de Kinsey, y Felix Mallard como Lucas Caravaggio, el mejor amigo de Rendell en el instituto.

Si empiezo por lo positivo de esta serie, el diseño de producción tiene elementos geniales. La mansión Locke, la principal localización del comic, es clavada en su versión televisiva y consigue transmitir cierto malrollo y que cualquier cosa es posible dentro de sus paredes. También el acantilado y las cuevas junto al mar están muy bien representadas. En ese sentido, sobre todo en los primeros episodios hay escenas puntuales que son clavadas al comic y que son de largo lo mejor de la temporada. Sin embargo, a medida que la serie avanza y se separa del original, la cosa decae hasta niveles sonrojantes.

Aunque la serie cambia el orden en que Bode encuentra las llaves mágicas (primero en solitario y luego ya junto a sus hermanos) y su influencia en la trama, debo decir que excepto por algunos momentos puntuales que luego comentaré, en general me ha gustado la forma en que muestran las habilidades de cada llave.

Como positivo también comentaré las interpretaciones de Emilia Jones como Kinsey y Griffin Gluck como Bode, el pequeño de la familia. Kinsey muestra la confusión, el dolor de una adolescente que debe asumir la pérdida de su padre que se transforma en adolescente despreocupación, mientras que Bode es genial como un niño frustrado porque nadie le cree cuando empieza a descubrir la magia que rodea la mansión Locke, así como sus amenazas.

Y esto es todo lo positivo que puedo decir. Aunque la serie pudiera parecer muy fiel al comic en el apartado estético, es todo un espejismo. Esta versión de Locke and Key es un sucedáneo descafeinado que nada tiene que ver con la maravilla creada por Joe Hill y Gabriel Rodríguez en la editorial IDW. A pesar de algunos destellos puntuales, globalmente estamos ante una adaptación fallida porque se olvida del tono y todo lo que convirtió el comic en algo especial para convertirlo en una historia en la que todo es genérico y sin personalidad.

Una aclaración, no soy de los que me quejo de forma puntillosa de cualquier mínimo cambio respecto a la historia original, entiendo que cualquier adaptación implica inevitablemente cambios, y siempre que se mantenga el espíritu de la obra en principio me vale. De hecho, a pesar de los numerosos cambios, los dos o tres primeros episodios si consiguieron mantenerme interesado, a pesar de que algunas cosas no acababan de cuadrar. Pero seguí dándole el beneficio de la duda.

Pero el comic es una fantasía oscura centrada en una familia que tiene que asumir la pérdida de su padre y esposo, y en la que la muerte y temas escabrosos como las relaciones tóxicas o el abuso juegan un papel fundamental. Además, Joe Hill crea un puzzle maravilloso en la que todo, incluido el detalle más nimio y a priori insignificante, tiene su razón de ser y juega una función en la historia, haciendo que el final fuera perfecto y super satisfactorio.

No hay nada de eso en la serie de televisión. El primer pecado original es que los showrunners Carlton Cuse, Meredith Averill y Aron Eli Coleite eliminan cualquier elemento oscuro para transformarla en “family-friendly”. Hay por ejemplo unas muertes mostradas super explícitas en el comic que impactan precisamente por lo inesperadas que son que aquí directamente desaparecen. Pero obviamente eso sería un detalle sin importancia si la historia fuera la correcta, cosa que no es así.

Frente al núcleo del drama familiar, la serie traslada gran parte de la acción al instituto donde Tyler y Kinsey tienen aventurillas con sus nuevos amigos, van a fiestas y realizan actividades sin interés mientras usan las llaves por motivos egoístas, convirtiendo la serie en una serie adolescente del montón, ni siquiera una buena, con un montón de escenas redundantes que no aportan nada a la trama principal y que se sienten como autenticos “minutos de la basura” usando un término baloncestístico.

Una de las cosas buenas que me gustó de Lauren Schmidt Hissrich, la guionista y showrunner de The Witcher, es que desde el primer momento tenía claro que The Witcher NO era una serie planteada para gustar a todo el mundo, y de hecho pensaba que intentar algo así no tenía sentido. Cuse, Averill y Coleite obviamente no piensan igual porque parece que creyeron que quitando todos los elementos que pudieran resultar “conflictivos” conseguirían agradar a más gente, consiguiendo justo lo contrario.

Por poner un ejemplo no demasiado importante, la relación tóxica de Ellie y Lucas en el comic se construye a partir que Lucas ayuda a Ellie a matar a su anciana madre, que la mantenía atrapada en una relación tóxica de control. Este asesinato convierte a Ellie en una persona torturada y rota por dentro, lo que la hacía bastante interesante. Obviamente, nada de esto aparece en la serie de televisión, Ellie ayuda a Lucas básicamente porque fue su crush de instituto y a pesar de todos los años transcurridos no le ha podido olvidar. Sin más.

Pero además de que los cambios no mejoran lo ya publicado, es que la sensación de puzzle perfectamente diseñado también se pierde desde el primer momento, con un montón de situaciones que pasan porque si que luego no implican nada. Esto se convierte en un problema grande cuando compruebas que el final super satisfactorio del comic se lo cargan por la obsesión de alargar la historia para poder hacer una segunda temporada, que creo que ya está confirmada.

Aunque visualmente comentaba al principio que la mansión Locke y algunos detalles puntuales estaban bien, globalmente la serie es super plana con una preocupante falta de personalidad en todos los aspectos. Además, los efectos especiales cantan por todos lados, haciendo que escenas como las del plano astral o el ataque de las sombras del episodio 10 un mal chiste comparado con muchos video juegos actuales. Además, destacaría para mal la horrenda selección de canciones pop de la serie, que lamentablemente suenan en el peor momento y matan cualquier intento de conseguir una tensión dramática.

Y encima tenemos un problema enorme con el casting, de una calidad muy baja aún para el standard televisivo. Laysla de Oliveira como la Dama del Pozo Dodge puede ser fácilmente la peor y más terrible actuación de una actriz para un papel de “villana” que recuerdo en mucho tiempo, haciendo imposible que haya la menor sensación de peligro. Diría lo mismo de Felix Mallard como Lucas Caravaggio, pero él casi no sale en esta primera temporada, por lo que su impacto negativo queda amortiguado.

Connor Jessup como Tyler es otro error de casting de libro. En el comic Tyler es un chaval claramente traumatizado que se muestra además incómodo con su gran fuerza y su enorme cuerpo, que no le sirvió en el momento clave para salvar a su padre. Para la serie han elegido al típico guaperas de serie de instituto y el guión le convierte no en alguien traumatizado, sino en un estúpido que se dedica a caer mal a todo el mundo, además de la mala interpretación. Seguiría con el resto de actores, pero no quiero que esta reseña se haya eterna. Globalmente, el casting de esta serie ha sido un desastre completo.

Suelo dejar que cada cual juzgue por si mismo y se haga una opinión de una película,s erie, comic, etc… Pero en este caso, si has leído el comic original, de verdad te sugiero que NO veas esta serie porque te vas a llevar un chasco importante. E incluso sin haber leído el comic, varios compañeros de trabajo y mi mujer califican la serie de “entretenidilla sin más”, tan visible como rápidamente olvidable. Esto se está convirtiendo en un peligroso problema en lo referido a Netflix, cuya política obviamente está centrada en la cantidad antes que en la calidad, provocando que las series decepcionantes sean muchas más que las de HBO o Amazon.

Comparto el trailer de esta serie:

Antes los fans de los comics nos alegrábamos cuando se confirmaba que se iba a hacer una serie de televisión. Parece claro que si es Netflix, habrá que echarse a temblar y dudar incluso si merece la pena verla. Que pena.

PUNTUACIÓN: 4/10

 

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