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Crítica de DC KO 2 de Scott Snyder y Javi Fernández (DC Comics)

El segundo número de DC KO de Scott Snyder con Joshua Williamson, y dibujo de Javi Fernández con Xermánico, y color de Alejandro Sánchez, mantiene el nivel de sorpresas impactantes mientras los participantes de este torneo disminuyen de 32 a 16.

PUNTUACIÓN: 8/10

El torneo está en pleno apogeo. Los héroes han caído. Darkseid está cerca.

Los 32 campeones han sido elegidos y ahora deben competir para ganarse el Corazón de Apokolips. ¿El primer desafío? Luchar en una arena mortal para adquirir nuevas armas de guerra. Los mayores poderes del Universo DC están en juego, y quien los posea avanzará al siguiente nivel. Superman tiene sus dudas sobre si la Liga de la Justicia está haciendo lo correcto, pero hay otros que no tienen ningún problema en matar para conseguir lo que quieren…

El primer número de DC KO me pareció modélico. Scott Snyder planteó de forma genial toda la locura y un poco la absurdez de la historia que justifica que haya un torneo en el que héroes y villanos de DC se enfrenten a muerte para convertirse en el Corazón de Apokolips. En este segundo número empieza la acción en si, planteando el Game Master un segundo desafío que reducirá en la mitad el número de participantes. De 32 a 16. El comic tiene 31 páginas de historia, y consigue que pasen un montón de cosas todo el rato mientras hay un todos contra todos para apoderarse de 16 objetos de poder.

Dentro de ser un comic casi 100% acción, me gusta mucho que Snyder plantee que el corazón filosófico del torneo se construye a partir de la rivalidad entre Superman y Lex Luthor. Los mejores momentos del comic están en ese enfrentamiento, con el combate de ideas que Luthor plantea ante la idea de Superman de ganar para dejarlo todo igual, cosa que no será suficiente para derrotar a Darkseid o al resto de amenazas en el horizonte el universo DC. Como digo, más allá de los combates de X contra Y que tiene este comic, los WTF?! más enormes los tenemos alrededor de estos dos personajes. Y son momentos que casi sólo por ellos merece la pena comprar / leer este comic.

En la parte del dibujo, excepto las dos páginas de interludio dibujadas por Xermánico, páginas con guion de Joshua Williamson, el comic está dibujado por Javi Rodríguez con color de Alejandro Sánchez. Y en realidad creo que realiza un trabajo estupendo debido a la complejidad de una historia en la que están sucediendo múltiples situaciones al mismo tiempo. Por decirlo todo, Rodríguez plantea páginas con muchas viñetas de tamaño reducido, podéis ver un ejemplo más abajo. Y hay algunos momentos en que mueren algunos personajes y no se sabe muy bien quien son. Luego, viendo el listado de participantes, creo que esas figuras eran Roy Harper y Cheetah, pero en la página resultó super confuso por el tamaño de la imagen. Aunque esto es un pero pequeño en una situación puntual, porque realmente creo que tiene mucho mérito lo bien dibujado que está el comic y lo bien que ha planteado toda la narrativa, dejando espacio para que los momentazos visuales del comic a los que antes mencionaba, provoquen el impacto que merece a los lectores.

Tras este número, los octavos de final han quedado establecidos: Superman vs Capitán Atom, Guy Gardner vs. Jay Garrick (Flash), Aquaman vs Hawkman, Lex Luthor vs. Etrigan (Demon), Wonder Woman Lobo, Swamp Thing vs Cyborg, Joker vs Red Hood y Zatanna vs Harley Quinn.

Tengo que decir que hay combates que resultan super interesantes por lo poco habituales, como son los de Wonder Woman vs. Lobo o Swamp Thing vs Cyborg. Al mismo tiempo, el Joker vs Red Hood tiene muchísimo morbo, pensando que el primero mató a Jason Todd y éste tiene con él una cuenta pendiente desde hace años. Lástima que Jason esté condenado a perder este enfrentamiento, porque DC no va a resistirse a tener un Joker vs Harley Quinn en cuartos. Y esto en parte es una pena, porque hay combates como precisamente el Zatanna vs. Harley Quinn que la maga debería ganar casi sin empezar a combatir, y se va a forzar para que haya el resultado contrario al lógico. Reconozco que tengo cierta curiosidad por saber cómo lo van a hacer, pero en realidad hubiera preferido lo lógico.

Por esto mismo, como está claro que por el otro lado del cuadro vamos a tener un Superman vs. Lex Luthor en semifinales, casi parece que los combates de Luthor contra Demon primero y probablemente Aquaman no vayan a tener importancia, los va a ganar. Y ojo que me encantaría que me sorprendieran y no vayamos a tener algunos de estos combates esperables. Pero no creo que vaya a suceder. Antes del DC KO 3 toca leer los 8 comics con los enfrentamientos de octavos de final. Voy a hacer 2 reseñas en el blog para estos 8 enfrentamientos, de forma que no se me eternice el blog con este evento deceíta.

A todo esto, viendo el sorpresón de la última página, que no esperaba en absoluto, me doy cuenta que Snyder en realidad siempre ha sido muy de golpes de efecto y salirse por la tangente, cambiando en un instante lo que creíamos saber de una historia. Digo esto porque visto lo visto no podría descartarse que personajes que NO están participando en el torneo puedan jugar un papel importante en el final de la historia. Si, estoy pensando en Batman, que supuestamente murió y se encuentra peleando en su propio torneo contra diferentes miembros de la Batfamilia en la miniserie DC KO: Knightfight, realizada por Joshua Williamson y Dan Mora.

Empezar a especular con el posible final de un evento es una señal inequívoca que la historia está funcionando. Y tengo que reconocer que al principio estaba bastante escéptico con la locura de premisa, algo 100% marca de la casa de Scott Snyder. Pero ahora mismo estoy super dentro de la premisa y me encuentro flipando con lo que pueda suceder el mes que viene. De momento, DC está triunfando con este DC KO.

Comparto las primeras páginas del comic:

DC KO no deja de sorprender, lo cual me parece genial. Tras este número, empiezan por fin los combates que todos estamos esperando.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Superman 31 y 32 de Joshua Williamson y Eddie Barrows (DC Comics)

Comienzan en la colección de Superman los tie-in de DC KO, el evento deceita de este final de año en el que los héroes y villanos de DC se enfrentarán en combates para decidir quién se convertirá en el Corazón de Apokolips. Unos comics de Joshua Williamson con dibujo de Eddie Barrows, Eber Ferreira y color de Alejandro Sánchez.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Superman y sus aliados se han visto envueltos en un peligroso juego para capturar el Corazón de Apokolips, situado en el centro de la Tierra. Pero, ¿qué es el Corazón de Apokolips? ¿Y cómo están relacionados sus orígenes con Krypton? ¿Y por qué la Legión de Darkseid no quiere que Superman lo descubra?

¡Lex Luthor ha vuelto! Pero, ¿cómo ha conseguido entrar en el torneo mortal? ¿Podrán Superman y Lex trabajar juntos para descubrir qué es el Corazón de Apokolips y cómo detenerlo? ¿Y quién protegerá Metrópolis mientras se transforma en un infierno de llamas?

Tras el enfrentamiento de Superman con la Legión de Darkseid, en los números 30 y 31 nos metemos de lleno en los tie-ins del evento DC KO. Cuanto unos tie-ins se hacen bien, la escala del evento aumenta y los lectores sentimos la complejidad y las apuestas a las que se tienen que enfrentar nuestros héroes, mientras vemos aventuras que amplían la información que conocemos que hacen que la misión sea personal para el protagonista. Esto es precisamente lo que tenemos en estos dos números de Superman, que me parecen una unión perfecta entre las tramas de una serie regular con los sucesos cataclísmicos de DC KO.

El comic comienza mostrando los esfuerzos que se llevan a cabo para la evacuación de la Tierra, algo que vimos en el primer número de DC KO pero que se agradece tener ampliado aquí. Plantear una Profecía de Doomsday en Krypton y conectarla con los sucesos de DC KO me parece una forma magistral de hacer que este evento sea personal para Superman, además de hacer que Lois Lane tenga una misión importante que realizar durante el evento, que veremos en paralelo a la serie principal: Conseguir que Superman y la Liga de la Justicia hagan lo que Jor-El no pudo en Krypton, salvar a toda la población de su planeta.

Otro de los aspectos importantes de DC KO es que se ha puesto en el centro la rivalidad de Superman con Lex Luthor. Me gusta mucho la forma en que se ha planteado, aunque en el fondo me sabe mal porque la versión del Lex Luthor «bueno» que hemos visto en esta colección me parece que abría un montón de posibilidades para historias realmente novedosas. Parece claro que el peso de la historia ha pesado más que una posible trama interesante.

A todo esto, dentro que la coordinación del evento me parece buena, hay que señalar que hay un error de coordinación que provoca un diálogo que no tiene sentido en el DC KO número 2. En Superman 32 descubrimos cómo Luthor y el resto de los villanos escaparon a su encierro en la Zona Fantasma y consiguieron llegar a tiempo para entrar en el torneo. La clave de todo es que NO llegaron a entrar, sino que lo hicieron versiones de luz sólida creada por el Doctor Luz. Sin embargo, en DC KO 2 Luthor explica a Superman una epifanía que sintió estando allí encerrado. ¡Y NO ESTUVO! El error es considerable.

Dentro de no llegar al nivel de espectacularidad y narrativa de Dan Mora, el dibujo de Eddie Barrows, con entintado de Eber Ferreira y color de Alejandro Sánchez me parece super adecuado para Superman. En la parte de espectacularidad Barrows va sobrado, aunque de vez en cuando se le escapa alguna cara con expresiones raras. Especialmente en personajes femeninos, por ejemplo Lois. Dicho esto, estoy super contento porque en el dibujo de esta serie se estén alternando Mora y Barrows. Con él dibujando, la consistencia artística está asegurada, al igual que la capacidad de mostrar los momentos más-grandes-que-la-vida que se esperan en un comic de Superman.

De momento, el evento DC KO y sus derivadas me están gustando. Sigo con cierta aprensión, porque Scott Snyder es muy de momentos hiper molones de sujétame-el-cubata, pero no es el escritor más solvente a la hora de cerrar sus historias de forma lógica. Con todo, lo leído hasta ahora me parece super entretenido. El siguiente número de esta colección servirá para asistir a uno de los octavos de final del torneo, con el enfrentamiento entre Superman y Capitán Atom. En lugar de hacer una reseña por comic, debido a la repetición temática realizaré probablemente dos reseñas englobando los 8 combates, que tendrán lugar en sendos números, algunos englobados dentro de las series regulares de los protagonistas, por ejemplo en Aquaman y en Superman, y en one-shots publicados especialmente para ello.

En todo caso, tengo que expresar mi alegría y un poco mi sorpresa porque Joshua Williamson haya conseguido engancharme a Superman. Bueno, el y Dan Mora o Eddir Barrows. Me veo comprando Superman durante mucho tiempo.

Comparto las primeras páginas del número 31 USA:

Superman va a ser el centro de DC KO, y estos comics se sienten fundamentales para la comprensión del evento, además de una lectura estupenda.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Imperial 3 de Jonathan Hickman, Iban Coello y Federico Vicentini (Marvel Comics – Panini)

Tercer número de Imperial, el comic de Jonathan Hickman, Iban Coello, Federico Vicentini y Federico Blee en el que se intenta insuflar nueva vida a la franquicia galáctica de Marvel. Un número en los que se ponen las cartas sobre la mesa y conoceremos a los dos villanos en la sombra que han conspirado para provocar la guerra.

PUNTUACIÓN: 4.5/10

Tercera parte del gran evento cósmico de Marvel. Mientras la guerra comienza a extenderse a lo largo del universo, descubrimos quién ha orquestado el gran juego de poder entre las casas y se presenta la última oportunidad para detener la contienda. ¿Serán los héroes capaces de hacerlo?

Si me habéis leído desde hace tiempo, creo que sabéis que no conecto con el estilo de escritura de Jonathan Hickman. Así que en realidad me doy cuenta que el problema es mío por comprar algo que hay muchas posibilidades que no me vaya a gustar. Pero al final siempre pesa más el deseo de saber cual va ser la siguiente «Next-Big-Thing» de Marvel, ya que en los últimos años han decidido que sea Hickman quien lance los nuevos conceptos que se quiere que sean importantes en los próximos meses y años.

Imperial es el intento de revitalizar la franquicia galáctica de Marvel, con una miniserie planteada para generar una guerra de todos contra todos que presente un tapiz interesante para nuevas historias que llamen la atención del lector. Este tercer número de miniserie me recuerda muchísimo a la para mi fallida miniserie Ultimate Invasion que presentó la nueva versión del Universo Ultimate. Y en concreto, este Imperial 3 es demasiado similar al Ultimate Invasion 3, el comic en el que Hickman planteó una grapa doble para mostrar a los villanos de ese universo hablando de principio a fin para explicar sus planes de dominación de este mundo. Todo un comic empleado en una conversación.

Imperial 3 desvela el misterio de los 2 jugadores que han conspirado en la sombra para provocar esta guerra civil. A poco que conozcas el universo Marvel, hay un ser cósmico que estaba cantado que sería uno de los dos jugadores. La sorpresa positiva del comic está en la identidad del segundo jugador, que significa el retorno de un grupo ausente del universo Marvel desde hace más de 5 años. Aunque Hickman cree, siempre lo ha creído, que ver a gente lista hablando de sus cosas va a resultar interesante para el lector, lo cierto es que no es así. Incluso con la sorpresa nada sorprendente que uno de los jugadores traiciona al otro justo cuando el otro quería traicionar al primero. La realidad es que el comic es un tostón, lo contrario a entretenido.

Hickman fracasa por su frialdad emocional y porque en realidad los personajes no pueden traernos más sin cuidado. El segundo villano que plantea la sorpresa del comic es un villano al que siempre he considerado super repelente, no me gusta nada. De hecho, diría que nunca fue la mente maestra que Hickman le hace ser en este comic. La idea de que planee conspiraciones con más de un año de antelación y lo organice todo para ganarle la mano a un ser cósmico que si es experto en esos menesteres, es uno de esos cambios de naturaleza tan habituales en los comics de Hickman. Cambios que alteran la esencia de los personajes para que el engranaje que plantea puede suceder. ¿Os suena esto de otros comics previos de Hickman?

Cada escritor escribe sus historia como quiere, con la estructura que mejor le convenga. Pero no aguanto que Hickman no plantee la grapa como unidad narrativa satisfactoria, pegándome una chapa expositiva acojonante en este número. Justo como ya hizo en Ultimate Invasion 3. De hecho, mi yo cínico me hace plantearme (de nuevo) que Hickman ni siquiera quiere contar una historia completa sino un prólogo de otra cosa mayor, y por eso sus últimas miniseries son apenas de 4 números. Porque el final es lo de menos, de hecho, posiblemente ni siquiera plantee uno. Y no es que el Hickman de «estructura sobre personajes» me sorprenda con nada que no supiera. Pero quizá si me sorprende que Marvel venda todo como un comic «inteligente» con nuevas ideas, mientras plantea que la guerra empieza gracias a que los skrulls se han infiltrado en todos los reinos y cometen actos de terrorismo. LOS SKRULLS. Super novedoso todo, qué os puedo decir que no sepáis.

Siguiendo con la comparación con Ultimate Invasion, al menos esa miniserie estuvo dibujada en su totalidad por Bryan Hitch, que hizo que el comic diera gusto verlo. Sin embargo, en estos dos años Marvel ha avanzado con su estrategia de desmerecer la importancia de sus artistas en sus comics. Los editores de Marvel creen que los dibujantes son secundarios e intercambiables, por eso no ven un problema en que esta miniserie esté dibujada por Iban Coello y Federico Vicentini, con el color de Federico Blee. Coello me gusta bastante, Vicentini menos. Y ambos se reparten los capítulos del comic. Pero al final la sensación es de un comic sin personalidad, más allá de la narrativa de estructura de Hickman. Y un comic sin personalidad gráfica es un comic sin alma. Otro elemento que no ayuda al disfrute del comic.

Fruto de la estrategia de Marvel de generar apenas un prólogo, me encuentro que Panini no va a publicar el mes que viene el final de esta miniserie de 4 números, sino un tomo en el que se recopilan los 5 one-shots Imperial War: Black Panther, Planet She-Hulk, Exiles, Nova Centurion e Imperial Guardians. Especiales planteados como prólogo de las series regulares o miniseries que surgirán a raíz de este evento. Y tras leer una miniserie super insatisfactoria que ni siquiera ha terminado, me doy cuenta de dos cosas:

– Imperial NO me deja con ganas de leer nada más.

– Incluso en el caso del comic que si me genera cierta curiosidad, la serie de Nova que guioniza Jed MacKay, NO voy a comprar ese comic a sabiendas que inmediatamente se cruzará con el resto de comics que no me interesan.

Si el objetivo de un comic es provocar en el lector las ganas de leer los siguientes, Hickman NO ha cumplido con su parte del trato. Compraré el último número de Imperial en Febrero y ya. Y creo que va siendo hora que me baje definitivamente del carro Hickman, por muy importante que diga Marvel que va a ser su siguiente concepto que busque revitalizar a un personaje o franquicia. En realidad, es que son comics que no son para mi. Llevo tantos años leyendo comics Marvel que se me hace difícil, casi doloroso dejar ir este universo. Pero tras darle incontables oportunidades para que me enganchen con lo que sea, me doy cuenta que igual ha llegado el momento de dejarlo descansar una temporada. Dejé de comprar DC y el mundo no se detuvo. Ahora años más tarde DC está mejor que nunca y parte de su atractivo reside en el tiempo transcurrido y las ganas de reencontrarme con muchos personajes. Probablemente esto mismo le sentaría bien a Marvel. Va a ser fácil ponerlo en marcha, simplemente esperar que las etapas de los comics que compro vayan acabando.

Comparto páginas del comic:

La capacidad de Hickman de no contar nada satisfactorio con una grapa de 40 páginas está alcanzando dimensiones épicas. Un grapa entera de Imperial para descubrir el plan del villano. Vaya tela.

PUNTUACIÓN: 4.5/10

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Crítica de Un mundo bajo Muerte 6 de Ryan North y R.B. Silva (Marvel Comics – Panini)

Un mundo bajo Muerte muestra en su sexto número de nueve el pecado original de Victor Von Muerte convertido en el Hechicero Supremo. Esta grapa de Ryan North, R.B. Silva y David Curiel nos ha ofrecido el interés que la serie no había conseguido transmitir hasta ahora. Ojalá sea el comienzo de un buen final.

PUNTUACIÓN: 7/10

En un desesperado intento por derrotar a Muerte, Reed Richards descubre el secreto de cómo alcanzó la dominación mundial. ¿Será suficiente para que la gente le dé la espalda? ¿Y qué es lo que Muerte ha estado ocultando en el domo de Latveria? Todo será revelado, a un precio terrible.

Hasta el momento, la miniserie-evento Un mundo bajo Muerte estaba resultando un bluff tremendo. Uno de sus principales pecados es que parecía que «perdía» el tiempo en tramas y situaciones sin interés, mientras las cosas realmente interesantes quedaban en un segundo plano. En este sexto número por fin tenemos algo interesante que toca el núcleo de la enemistad entre Muerte y Reed Richards, que es el choque intelectual y el interés de Muerte desde siempre de demostrar que es más inteligente que Reed. Cosa que obviamente nunca ha sucedido.

El debate entre Muerte y Reed está muy bien planteado por parte de Ryan North, haciendo que Reed intente convencer con la fría lógica mientras que Muerte apela a las emociones más básicas de los espectadores. Por eso empieza ganando. North hace una conexión entre Muerte y los populismos actuales, al ofrecer Muerte seguridad y certeza aunque sin aclarar qué se va a perder en el camino, mientras la lógica de la ciencia pierde importancia frente a la emotividad forzada. Me resulta muy llamativo haber leído esta semana dos comics con gente «lista» hablando como eje narrativo del comic. Mientras que Imperial 3 de Jonathan Hickman fracasa por su frialdad emocional y porque los personajes no pueden traernos más sin cuidado, en el caso de Muerte y Reed Richards tenemos personajes complejos que tienen un combate de ideas interesante con buenos giros y sorpresas que provocan que te preocupes por lo que va a pasar a continuación. Al menos en este sentido, Ryan North 1 – Jonathan Hickman 0.

A pesar de estar ante un número en que lo principal es el debate entre Muerte y Reed, R.B. Silva y David Curiel consiguen que el comic sea dinámico de leer. Silva creo que plantea este debate con unos planos interesantes que consiguen que la conversación no aburra. Por ponerle un pero, algunas caras de Reed Richards y en concreto su nariz se ven raras en algunas viñetas. Pocas, pero sucede. En positivo, la escena en la que Sue Richards, la Bruja Escarlata y Viuda Negra descubren el misterio que oculta Muerte en Latveria es un homenaje clarísimo a Matrix que me hizo gracia como concepto, y es un triunfo en lo dramático. En este número por fin he visto al R.B. Silva que apuntaba a dibujante super estrella de Marvel.

El comic se aprovecha además del llamativo color de David Curiel, que consigue que los diferentes shocks emocionales del comic funcionen perfectamente. Por ejemplo, el color que emplea Curiel en la doble página en la que Muerte explica lo que podría haber sido el mundo si los héroes hubieran empleado sus inventos para mejorar la humanidad está super chulo, utilizando de forma brillante el color verde que siempre ha estado asociado a Muerte.

Quizá el problema de un buen comic es que los héroes han descubierto cómo Muerte ha aumentado sus poderes místicos. Una revelación terrorífica. Pero eso no significa que la negociación política que llevó a cabo Muerte previamente para conseguir el dominio del mundo no fuera correcta y legal. Al menos con lo que sabemos hasta ahora. Este comic ha jugado a presentar conceptos del Universo Marvel como si fueran cosas que pasan en el mundo real. Pero obviar que la elección fue legal no es más que la excusa para poder plantear el climax final de esta miniserie. Dicho esto, había oído cosas muy buenas de Ryan North, y hasta el momento no había visto reflejado en este comic. Este número si me ha gustado. Ojalá de ahora en adelante su historia sea un triunfo y nos deje con un buen sabor de boca.

Por otro lado, aunque el guion de North me parece sólido, hace un poco de trampa a partir de una convención del género. En el mundo real un genio como Reed Richards cambiaría el mundo para mejor con sus invenciones. Sin embargo, como el universo Marvel ha intentado transmitir la idea de «el mundo al otro lado de la ventana», los héroes sólo aspiran a mantener el statu-quo, nunca a generar cambios sustanciales que alejaran a los comics del mundo real actual. Por ello, tanto en Marvel como en DC se plantea la idea que «los superhéroes no pueden provocar el cambio, este debe llegar de la propia sociedad civil». Superman o Capitán América son especiales defensores de esta idea en sus comics.

Esta convención ha sido aprovechada por idiotas woke para atacar al mundo del comic, con idioteces como que Batman no debería combatir el mal a puñetazos cuando tendría que cambiar la sociedad con su fortuna. Aparte que luchar contra el crimen le convierte en fascista. Aunque Bruce Wayne ya donaba miles de millones de dólares a causas sociales antes que Tom Taylor empezara a imaginarlo siquiera para Nightwing. Pero daba igual. Gente que nunca había comprado un comic ni creo que se lo planteara se arrogaba con la potestad de criticar un medio que por otro lado siempre se ha caracterizado por ser cobarde y no atreverse a defenderse cuando alguien lo critica con ideas más o menos descabelladas.

North aprovecha esta convención para plantear una de las ideas principales del populismos de Muerte. Los héroes en realidad no han ayudado de forma significativa a la gente más humilde cuando podrían haberlo hecho, mientras que Muerte SI ha hecho cosas que mejoran de forma objetiva la vida del pueblo llano. En el contexto de esta historia, lo cierto es que me ha gustado y creo que funciona. Bien por North.

Tras este sexto número, North, Silva y Curiel han conseguido reavivar mi interés por este comic. Ojalá consigan terminar la historia de forma satisfactoria.

Comparto las primeras páginas del comic:

Un mundo bajo Muerte por fin nos ha dado una historia que engancha con personajes por los que me preocupo. Ya era hora.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Aquaman 9-11 de Jeremy Adams, John Timms y Nimit Malavia (DC Comics)

Aquaman vuelve al universo DC tradicional para los números 9 a 11 de su colección, que sirven de conexión con el evento DC KO que acaba de empezar. Unos números escritos por Jeremy Adams, con John Timms y Nimit Malavia dibujando, y color de Rex Lokus.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡REENCUENTRO CON LA LIGA DE LA JUSTICIA!

Aquaman ha regresado a la Tierra con nuevos poderes, nuevos aliados y una nueva oportunidad de ser padre… ¡mientras surge un nuevo misterio desde las profundidades de Atlantis! Tras los devastadores acontecimientos de la batalla de Dagon, la llamada Liga de la Justicia Azul de Aquaman debe reagruparse y volver a centrar sus esfuerzos en la Tierra… ¡y en el regreso de uno de los enemigos más mortíferos del Rey de los Siete Mares!

En el primer arco de la nueva etapa de Aquaman de Jeremy Adams los poderes de Arthur Curry han aumentado exponencialmente, al convertirse en el avatar del Blue, prácticamente un Dios. Y tras su aventura por otras dimensiones, toca volver a nuestra realidad con su nuevo grupo de héroes marinos, entre los que encontramos a Arion, al Capitán Nemo, a la Dama del Lago y sobre todo, a su crecida hija Andrina, que posee la fuerza y ferocidad de su fallecida madre Mera.

La creación de este grupo de personajes secundarios me parece el elemento más interesantes de esta etapa, más incluso que el upgrade en el nivel de poder de Aquaman. Y aunque el número 9 pone el foco en la reunión de Arthur con sus compañeros de la Justice League, me gusta que quede claro que sus aventuras van a seguir centradas en el fondo del mar.

Jeremy Adams plantea estas 3 grapas como tres aventuras autoconclusivas, aunque sigue construyendo sus tramas en paralelo. Y lo primero que tengo que reconocer es la habilidad de Adams para sorprender al lector. Por ejemplo, reconozco que una de las cosas que no me gustaron nada del arco anterior fue la forma en que Adams mató a Mera, de alguna forma sustituyéndola por una hija convertida en adolescente que permitiría a Adams tener una Mera más joven y soltera. Sin embargo, tengo que reconocer que mis reparos estaban equivocados, porque Adams nos muestra en el número 9 y siguientes que hay mucho que Aquaman no sabe sobre su hija Andrina y sobre la muerte de su mujer. Las sorpresas en esta trama han conseguido que mi interés por la colección haya aumentado considerablemente.

Me gusta que Jeremy Adams tenga la grapa como unidad narrativa, consiguiendo que la lectura de cada número resulte satisfactoria en si misma y haga avanzar las tramas que se supone van a dominar el segundo año de la colección. En concreto, en el número 10 descubriremos que Andrina tiene su propia agenda, no se sabe con qué fines. Para recuperar un tesoro oculto, Andrina reanimará a unos piratas que protagonizarán un aventura con toques muy divertidos. Divertido, dentro de la duda que surge sobre si Andrina pretende de alguna manera traicionar a su padre. A todo esto, ¿Es su padre?

El número 11 es un tie-in con DC KO, en el que Arthur descubre que Deep Six, unos parademonios que son villanos clásicos de la colección, están intentando crear erupciones colcánicas submarinas que ayuden a la transformación de la Tierra en una nueva Apokolips. Esta aventura sirve para que descubramos el alcance de los nuevos poderes de Aquaman y el miedo que este poder divino pueda acabar corrompiendo a Arthur. Unos poderes que Andrina anima a Arthur a que lance contra todo aquel que le desafíe.

En la parte de la historia, lo principal de estas grapas de Jeremy Adams es que consigue ofrecer un entretenimiento genial que me mantiene interesado y con ganas de saber como van a seguir desarrollándose las tramas secundarias, entre las que tenemos las de la supuestamente fallecida Mera. Dentro de la narrativa de grapa que comentaba antes, me gusta mucho que se nota que Adams tiene un plan a largo plazo para Arthur Curry. De momento, la forma en que está desarrollándose todo me gusta mucho.

En el apartado gráfico tenemos a John Timms dibujando los número 9 y 10, mientras que el desconocido Nimit Malavia dibuja en número 11., todo con color de Rex Lokus. Timms no es una estrella, pero creo que está resultando un dibujante sólido para esta colección, brillando en la parte de la espectacularidad más que a la hora de la emotividad. En lo que más tiene que mejorar es en la expresividad de las caras de los personajes, pero creo que cumple con lo que un dibujante de superhéroes debe plantear en sus comics.

En relación a Nimit Malavia, dibujante del fill-in del número 11, me ha gustado. Su narrativa la veo buena, planteando un comic estupendamente dibujado que hace que no sienta que tenemos a un artista inferior para este número. Muchas veces el dibujo puede acabar siendo un problema que no suma interés a una colección, pero me alegra que Aquaman tenga cubierto el apartado gráfico.

El siguiente número de Aquaman ya se mete de lleno en el evento DC KO, al servir para ver uno de los combates de los cuartos de final del torneo, que enfrentará a Aquaman contra Hawkman. Un comic que analizaré con el resto de combates cuando me llegue de mi librería, probablemente ya en Enero. Pero de momento, lo mejor de esta nueva etapa de Aquaman es que Jeremy Adams se mantiene como un seguro de vida dentro de DC. Mientras siga con este nivel, sus colecciones son compra segura.

Comparto las primera páginas del número 9 USA:

Aquaman sigue siendo un estupendo entretenimiento, con unas sorpresas geniales que me mantienen deseando saber cómo continúa la historia.

PUNTUACIÓN: 7/10

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