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Crítica de Orígenes Secretos de David Galán Galindo (Netflix)

Descubrí recientemente la estupenda novela Orígenes Secretos de David Galán Galindo, y la disfruté tanto que no pude evitar el visionado de su adaptación cinematográfica, que ha escrito y dirigido el propio Galán. ¿Qué tal fue es la película? ¿Sorpresa positiva o el último ejemplo de película montonera de Netflix? Vamos a averiguarlo.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Madrid 2019. Un asesino en serie está sembrando el caos. Personas anónimas están siendo asesinadas imitando las primeras apariciones de los súper héroes más conocidos. Cosme es el mejor detective de su comisaría, y está a punto de jubilarse contra su voluntad. David es su relevo, y es joven e impulsivo. Ambos tendrán la misión de encajar las piezas en un juego del que desconocen las reglas. En su aventura contarán con la ayuda de Jorge Elías, hijo de Cosme, entrañable friki y dueño de una tienda de cómics y de Norma, jefa de ambos y amante del manga y del cosplay. Dicen que algunas veces hay que ponerse el traje y salir a hacer de este mundo un lugar mejor. Puede que esta sea una de ellas.

David Galán Galindo (Ávila, 1982) es director de cine y guionista de televisión. “Orígenes Secretos” es una novela negra en la que no renuncia a su universo personal y su pasión por los cómics de superhéroes, y que también es su ópera prima cinematográfica con un elenco impresionante. En los últimos años ha compaginado el cine (algunos de sus cortos, como “Curvas”, “Push Up”, “Hostiable”… se encuentran entre los más conocidos y premiados recientemente) con su trabajo como guionista de televisión. Asimismo, ha escrito para webs y fanzines, y ha participado en dos compilaciones de temática zombi.

Para la adaptación cinematográfica de Orígenes Secretos, Galán ha contado con la colaboración de Fernando Navarro en el guión, con fotografía de Rita Noriega, montaje de Leire Alonso y Martí Roca, y música de Federico Jusid.

La película cuenta con un buen casting que traslada a imagen real a los geniales personajes de la novela. Javier Rey es el detective novato David Valentín, que se va a enfrentar a al caso de su vida… si consigue sobrevivir. Brays Efe es Jorge Elías Galiardo, el hijo friki del detective Cosme Galiardo (Antonio Resines) a punto de retirarse. Verónica Echegui interpreta a Norma, la Comisaria Jefa y amante del cosplay.

Comentaba en la crítica de la novela que conocí a David Galán en el podcast de Sala de Peligro dedicado a Kingdom Come , que me mostró a una persona que parecía super majo, con un gran conocimiento comiquero y con unos comentarios sobre el comic de Mark Waid y Alex Ross con los que me sentía muy identificado. Gracias a ese podcast que dejé de lado mis reticencias iniciales y le dí una oportunidad primero a la novela y ahora a la película, que en condiciones normales probablemente no hubiera visto.

En primer lugar, tengo que dar las gracias porque una película como Orígenes secretos haya llegado a realizarse. David Galán traslada perfectamente a imágenes el espíritu de su novela, y ya era hora poder ver una película que trate con respeto el mundo de los superhéroes y a sus aficionados en España, que hasta el momento éramos únicamente carne de burlas y cachondeo por el público y autores «serios». David Galán destila en 90 minutos su amor hacia el género y hacia la cultura friki y se nota que para él Orígenes secretos es algo muy personal y sale desde el corazón. Sólo por esto ya merece la pena ver la película.

La película tiene también el acierto de saber moverse entre un thriller tipo Se7en en el que dos policías investigan unos asesinatos complejos con otros momentos más ligeros en los que nos metemos en el mundillo friki de Madrid y Jorge Elías (Brays Efe) nos regala detalles de comics históricos de superhéroes. Orígenes secretos ha caminado con acierto durante todo el metraje por esta fina línea y sorprendentemente, en su mayoría acierta en la puesta en escena y el visionado no chirría.

Como fan de los comics de superhéroes, es una gozada ver todos los detalles comiqueros de la película, las bromas a costa de autores (Bendis), los easter-eggs ocultos como son todos los nombres de personajes y lo bien que David Galán los incorpora a la trama, consiguiendo que todo fluya orgánicamente y no se sienta un pegote puesto porque si que entorpece la trama principal. Incluso mi mujer, alejada del mundillo, me comentó al final que la historia está chula y la vió original. En ese sentido, todo bien.

Además, la película acierta porque añade elementos visuales que eran imposibles de mostrar en la novela, como son los homenajes a Dany Elfman en la banda sonora de Federico Jusid y en general al Batman de Tim Burton. Además, la escena inicial del cartero seguro traerá una sonrisa a todos los fans de las películas de Marvel Studios y por supuesto, de los comics.

Todo el diseño de producción en general lo veo muy acertado y consigue evitar la sensación de cutre que me temía que la película pudiera tener por falta de presupuesto. La tienda de comics mola mucho y me creo en todo momentos las escenas de los crímenes o la comisaría de policía, así que diría que globalmente hay que darles la enhorabuena, excepto por un detalle clave que luego comentaré.

En lo referido al reparto, he visto muy por encima del resto a Antonio Resines y a Ernesto Alterio. Cada vez que ellos aparecen en pantalla, la película pega un salto de calidad importante. Y aunque tiene un papel pequeño que apenas es un cameo, he disfrutado muchísimo con Leonardo Sbaraglia homenajeando a Alan Moore.

La verdadera sorpresa positiva de la película para mi es Brays Efe como Jorge Elías. Su personaje te lo crees en todo momento y diría que el alma de la película. Brays creo que lo hace genial, empezando por su voz, y ejemplifica para bien o para mal el friki que llevamos dentro. Escuché a David Galán comentar en varios podcasts que Jorge Elías realmente es él, y veo muy valiente por su parte mostrar de forma tan descarnada las miserias que a veces nos rodean y que entiendo que él ha vivido en primera persona.

En lo negativo, no me acaba de encajar la actuación de Javier Rey como el protagonista David Valentín. Sin entrar en spoilers, le veo excedido en todo momento, pero sobre todo a partir de un momento a mitad de película en que hace las paces con Jorge Elías, no tiene sentido que a continuación siga tratándole a patadas y con malos molos. Lamentablemente, excepto en la escena en la que lee el informe de su pasado en que creo que está muy bien y transmite el sentimiento que la escena nacesitaba, en general no me ha funcionado su interpretación como debería, teniendo en cuenta que es el protagonista.

Mucho peor es sin embargo lo de Verónica Echegui. En su descargo hay que decir que lo tenía difícil ya que su personaje en la película en realidad son dos en la novela, Patri la cosplayer y Norma la jefa de policía, pero me parece que está fatal y no encuentra el tono en ningún momento, siendo a la vez el recurso cómico y la tía dura over-the-top que puede enfrentarse con todo. Entiendo la necesidad de síntesis a la que se enfrentó David Galán a la hora de trasladar a un guión su novela, ayudado por Fernando Navarro, pero el personaje de Norma es lo único que para mi no funciona en ningún momento en la película.

A pesar de lo mucho bueno que tiene la película, me da rabia que el clímax no funcione precisamente en el momento en que estamos dando el salto del thriller al género de superhéroes. Por un lado tenemos una muy deficiente escena de acción que rompe las buenas sensaciones de todo lo visto hasta ese momento, y lamento decir que el traje de Vértice tampoco lo han conseguido clavar en movimiento, e incluso llega a parecer un poco cutre, dicho desde el máximo respeto, confirmando la dificultad de trasladar a cine el género de superhéroes. Hay 75 minutos muy buenos y un final que me dejó con la miel en los labios,¡Qué lástima!! Dicho esto, aunque visualmente no me funcione este climax, emocionalmente sí lo hace gracias a la interpretación de Antonio Resines, que como comentaba antes, eleva todos los momentos en los que participa.

En todo caso, estoy encantado que una película como Orígines secretos haya podido estrenarse en Netflix y deseo que sea un éxito, ojalá en todo el mundo, que abra las puertas a más producciones de este tipo que traten con respeto al género de superhéroes y a sus aficionados. Un respeto que en España nunca hemos tenido, o al menos no se ha reflejado en obras audiovisuales.

A continuación, voy a comentar otros detalles que he encontrado problemáticos CON SPOILERS. Os aviso a todos aquellos que aún no hayáis visto la película, y en todo caso, invito a todos los fans de los comics para que le déis una oportunidad a la película, creo que en general vais a salir contentos.

Empezando por la propia historia, he leído a todo el mundo, incluido el propio Galán, comentar que Orígenes secretos es «Se7en con superhéroes», pero ya leyendo la novela vi muy claro que para mi Orígenes secretos es en realidad El Protegido de M. Night Shyamalan ambientada en España, con un villano encarnado por Ernesto Alterio que busca crear a «su» superhéroe. Shyamalan conseguía explicar de maravilla las motivaciones del personaje interpretado por Samuel L. Jackson, pero David Galán no lo consigue, ni en la novela ni en la película. De hecho, no es que no lo consiga, es que ni siquiera lo intenta. Dado que la novela era una lectura rápida y ligera, fue un detalle al que no le di demasiada importancia, pero en la película no saber la motivación del villano hace que la historia se quede coja, a pesar de la buena interpretación de Ernesto Alterio.

Por otro lado, veo respeto de David Galán en la forma en que muestra la cultura friki de Madrid y se nota que habla desde su propia experiencia, desde el corazón. Como comentaba antes, el personaje de Jorge Elías es él en realidad, así que por un lado no tengo problema en que muestre detalles casi autobiográficos, y es valiente la forma en que se muestra de esta forma tan poco favorecedora. También me gusta el gag en el que David Valentín en la tienda de comics llama frikis (¿perdedores?) a los allí presentes, cuando hay jueces, dentistas, policías y empresarios de éxito. De hecho, el propio Jorge Elías es el dueño de la tienda, lo que indica que ha tenido éxito en su vida haciendo lo que le gusta. Mola el mensaje del gag sobre que los frikis realmente hemos ganado, y me reí a continuación con el siguiente gag que refuerza esto, cuando David aprende lo cara que es nuestra afición comiquera, de forma que solo alguien con buen poder adquisitivo puede mantenerla. (Inciso, en este momento mi mujer me torció un poco la cara, pensando todo el dinero que me gasto en comics). Todo eso mola.

Sin embargo, me parece que la película mantiene el feo estereotipo que nos rodea a los fans de los comics, sobre que somos todos gordos, descuidados y con pintas de ser un poco stalkers. En la escena que comentaba antes en la tienda tenemos a una juez bajita y gordita, a Carlos Areces como un calvo gordo que piratea a pesar de estar forrado, y a varios personajes al fondo que son desgarbados y 100% estereotipados.

Además, tenemos al propio Jorge Elías, que es el corazón de la película, mostrado con graves problemas de higiene personal y de sociabilidad. Entiendo que como buena buddy-movie, hay que acentuar hasta el extremo las diferencias de los protagonistas para que el contraste entre ambos ofrezca buenos momentos cinematográficos, y en este sentido la película acierta completamente.

Como comentaba en mi crítica de la novela, no dudo que esto que refleja David sea una realidad en las tiendas de Madrid, pero dado que estás creando una obra con la esperanza que sea vista por millones de espectadores de todo el mundo, hubiera sido genial mostrar a alguien desde una perspectiva más positiva, resaltando que todo tipo de personas, no solo los frikis (en este caso dicho no de forma positiva), pueden disfrutar de este genial entretenimiento que son los comics. Soy super fan de los comics y no me vi reflejado en ninguno de los personajes que aparecen en las escenas de la tienda, y pensando en el público no friki que va a ver la película, no creo que Orígenes secretos ayude a romper los estereotipos que llevamos a nuestras espaldas. Aunque igual estoy poniendo una carga imposible e injusta en una película que realmente solo busca ofrecer 90 minutos de entretenimiento en el espectador, cosa que consigue.

E igual que digo esto, creo que la escena en la que vemos a un niño y una niña disfrazados de Lobezno y Capitán América mola mucho y si muestra que los superhéroes pueden ser, son, para todo el mundo.

En todo caso, a pesar de estos elementos, Orígenes secretos me ha gustado mucho y he terminado contento por haberla visto, por lo que no puedo más que darme por satisfecho y recomendar su visionado.

Comparto el trailer de la película:

Orígenes Secretos es un sueño hecho realidad para mi, que esta película se haya rodado en España lo considero un milagro, y me gustaría que Netflix tuviera un gran éxito con su emisión, para que puedan hacerse más obras con el respeto y el cariño que David Galán muestra.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

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¡Saludos a todos!

Crítica de Orígenes Secretos de David Galán Galindo

David Galán Galindo publicó su novela Orígenes secretos en 2014, y me alegra que el estreno de su adaptación cinematográfica en Netflix haya servido para darle una segunda vida comercial, gracias a la cual descubrí su existencia y me animé a leerla.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Esta nueva edición de «Orígenes secretos» incluye también una Introducción del autor y un relato inédito que se desarrolla en el mismo universo de la novela: «Astro Bus».

En Madrid se están produciendo una serie de asesinatos crueles y extraños. Cosme y David son los policías encargados de la investigación, pero necesitarán la ayuda del entrañable friki Jorge Elías para comprender a qué se están enfrentando. Con sus ingentes conocimientos sobre el mundo de los cómics, es capaz de ver los hilos que relacionan a todos los crímenes e interpretar las pistas que el asesino va dejando. Planeta K, su tienda de cómics, se convertirá en el cuartel general donde un improbable equipo, formado por David, Jorge Elías y Patri, una policía amante del cosplay, planifica sus movimientos en busca del asesino por un Madrid más vivo y oscuro que nunca.

Pero no os preocupéis, esto es una novela negra como todas las demás. Nada de especial. O sí.

David Galán Galindo (Ávila, 1982) es director de cine y guionista de televisión. «Orígenes Secretos» es su primera novela. Una novela negra en la que no renuncia a su universo personal y su pasión por los cómics de superhéroes, y que también es su ópera prima cinematográfica con un elenco impresionante. En los últimos años ha compaginado el cine (algunos de sus cortos, como «Curvas», «Push Up», «Hostiable»… se encuentran entre los más conocidos y premiados recientemente) con su trabajo como guionista de televisión. Asimismo, ha escrito para webs y fanzines, y ha participado en dos compilaciones de temática zombi.

Reconozco que conocí la existencia de esta novela viendo el tráiler de su adaptación cinematográfica de Netflix que se estrena el 28 de agosto, y la sensación no pudo ser peor, dándome la sensación de que podía ser la enésima historia que se reía DE los frikis, no CON los frikis. La diferencia entre Big Bang Theory y Community, para entendernos. Y nada podía darme más pereza que eso.

Sin embargo, escuchar a David Galán en el podcast de Sala de Peligro dedicado a Kingdom Come me mostró a una persona que parecía super majo, con un gran conocimiento comiquero y con unos comentarios sobre el comic de Mark Waid y Alex Ross con los que me sentía muy identificado, por lo que dejé de lado mis reticencias iniciales y le dí una oportunidad a esta novela. El clásico «poner mi cartera donde pongo mis opiniones» de nuevo en acción.

Además, me ha gustado dar el salto de fe y empezar a leer la novela sin saber casi nada ni haber leído siquiera la sinopsis, de forma que todo era una sorpresa total. Cuando empecé a leer, me alegró comprobar que el rollo no iba por una comedia a costa de los superhéroes y sus fans, sino que estamos ante una historia de género negro de manual, subgénero Se7en de investigación policial de unos asesinatos rituales super complejos.

Orígenes secretos es una estupenda novela que puede gustar a todo tipo de lectores que estén conectados a la cultura popular, no sólo a los fans hardcore de los comics. De hecho, simplemente con haber visto películas de superhéroes, o en general el cine comercial americano de los últimos años puedes entender la mayoría de referencias de la novela, aunque obviamente si eres lector veterano, los comentarios sobre Grant Morrison o el Mefistazo de Spiderman, por poner sólo dos ejemplos, seguro te sacarán una sonrisa.

Hay dos cosas que me han gustado especialmente de esta novela. La primera es el ubicar en Madrid esta historia de género negro que transmite el amor por los comics de superhéroes de su autor. Suscribo completamente la idea que David Galán comenta en su introducción sobre que se echan en falta obras hechas en España que se tomen en serio el mundo de los comics y no lo utilicen únicamente como alivio cómico. Es cierto que los españoles somos cínicos por naturaleza, pero David demuestra que, como con los personajes de comic, el problema no es que los personajes sean malos, sino que autores mediocres no saben sacarles el partido que se merecen.

La otra cosa que me ha gustado es que la novela transmite el encanto de los buenos comics Marvel, en lo que incluso en medio de una historia de género negro con muertes macabras y situaciones violentas y perturbadoras, hay momentos para la sonrisa gracias a la forma en que nos muestra el ecosistema friki de Madrid. Al vivir en una ciudad pequeña, nunca tuve una librería de referencia en la que perderme o encontrar amigos que compartieran afición lectora, y en parte siento envidia a lo bien que transmite la sensación de comunidad dentro de Planeta K, la librería de Jorge, al ser algo que yo me perdí.

He conectado inmediatamente con los protagonistas David, Jorge Elías y su padre el inspector Cosme, que forman un triángulo muy obvio que sin embargo funciona perfectamente. David y Jorge son unos protagonistas de «buddy-movie» de manual, personajes antagónicos que deben aprender a trabajar juntos y que acabarán descubriendo que tienen más cosas en común de lo que pensaban en un principio. Junto a ellos, tenemos a Cosme, un policía veterano a punto de retirarse que tiene un último caso que resolver mientras intenta arreglar sus problemas familiares con su hijo Jorge y enseñar al novato detective David. Como véis, otro personaje típico que sin embargo consigue transmitirme mucha humanidad. Se me queda bastante mas floja el personaje de Patri, la policía fan del cosplay, que se me queda casi como una decoración para acentuar la sensación friki de la novela.

La novela va como un tiro y se lee en un suspiro. De hecho, casi lamento que sea tan corta, porque me hubiera gustado seguir metido en este mundo durante más tiempo. Por suerte, la edición kindle incluye como bono una historia corta «Astro Bus», ambientada varios años en el futuro, que sirve de espectacular homenaje al género y un gran final de la historia. O un hasta luego, si Galán quiere. Además, como si fuera una buena película de Marvel Studios, la novela está repleta de easter-eggs, no sólo con el uso de algunos de los comics míticos del género, sino además con las anécdotas en la tienda de comics o los nombres de varios personajes, que homenajean a algunas de las editoriales que publicaron comics en España, como Fórum, Nóvaro, Bruguera, Vid o Vértice.

Quizá el principal problema de Orígenes secretos es que una vez has entrado en el caso y te encuentras paseando por Madrid con David y Jorge Elías, aparte de las divertidas anécdotas y algún momento impactante que recuerda a comics icónicos, hay una falta total y absoluta de sorpresas. No soy los que juego a anticiparme a la historia cuando leo una novela, pero casi sin pretenderlo en seguida me di cuenta que además de Se7en, Orígenes Secretos tiene otra clarísima fuente de inspiración una película americana de 2000,  que es tan obvia que no puedo nombrarla porque sería un SPOILER del copón, y no quiero chafarle la experiencia lectora a nadie.

Otro elemento que tampoco me acaba de gustar es la figura de Jorge Elías, que representa al ¿típico? friki comiquero gordo sucio desaliñado y sin habilidades sociales. Entiendo por un lado que esto es una herramienta narrativa obvia para acrecentar sus diferencias con el «normal» David, de forma que el conflicto de personalidades sea inevitable. Por otro lado, también tengo claro que seguro que muchos frikis que pueblan las librerías de comics se ajustan a este perfil, con el que yo no me siento para nada identificado, todo sea dicho, pero creo que globalmente esta representación sirve para eternizar los estereotipos que tenemos que sufrir los aficionados a los comics. Dicho esto, también es justo reconocer que hay un gag muy bueno cuando también vemos en la novela que algunos lectores de comics tienen trabajos de éxito como registrador de la propiedad o farmacéutico, que sueldos altos que les permiten pagarse su caro vicio comiquero. igual que digo una cosa, hay que reconocer que este detalle está genial.

En todo caso, hay que reconocer también que da igual si David Galán usa elementos típicos tópicos para escribir su novela siempre que lo haga bien y funcionen dentro del mundo que ha creado, y creo que el resultado final de la novela es super positivo. Es complicado combinar bien elementos tan a priori diferentes, y David ha sabido manejarlos con soltura y habilidad, ofreciendo una lectura que me ha mantenido divertido e interesado de principio a fin.

Y como guinda, la historia extra Astro Bus es un epílogo perfecto a esta historia que me ha dejado en lo más alto gracias a la emoción que sabe transmitir.

Orígenes secretos me ha parecido super entretenida y me ha gustado probablemente más de lo que pensaba que me iba a gustar. A ver cuando se anima a escribir la segunda parte o lo que se tercie, porque ya se sabe que a un buen comic siempre le sigue su continuación.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

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Crítica de X-Men: First Class, de Matthew Vaughn

Tras el desastre que supuso X-Men: La Decisión final (Brett Ratner, 2006) la franquicia cinematográfica de los mutantes de Marvel estaba herida de muerte, y tuvieron que pasar 5 años hasta que Matthew Vaughn asombrara a los fans con la mejor película de la serie X-Men: First Class, película ambientada en los años 60 en el contexto de la crisis de los misiles de Cuba, que consiguió insuflar nueva via a la franquicia.

PUNTUACIÓN: 9/10

Antes de que los mutantes se dieran a conocer y adoptaran los nombres de Profesor X y Magneto, los jóvenes Charles Xavier (James McAvoy) y Erik Lehnsherr (Michael Fassbender) empezaban a descubrir sus poderes. No había animadversión alguna entre ellos, sino que los unía una sincera amistad y el deseo de trabajar juntos y entrenar a un grupo de jóvenes mutantes para evitar el Armagedón nuclear. Su enemigo común: el malvado Sebastian Shaw (Kevin Bacon), un mutante con el que Erik tiene una cuenta pendiente. (FILMAFFINITY)

Fox de había metido en un lío con el estreno en 2006 de X-Men: La decisión final, película en la que un mal guión había matado a tres de los principales personajes y dejaba a la franquicia sin un rumbo claro. La solución de la productora Lauren Shuler Donner fue la de crear películas en solitario de los personajes más carismáticos de la franquicia, con la esperanza de mantener con vida la franquicia mientras planteaban su siguiente película grupal.

Fruto de este plan, en 2009 se estrenó la desastrosa X-Men Origins: Wolverine, dirigida por Gavin Hood. Mientras esta película se producía, prácticamente en paralelo se estaba trabajando en la que sería la segunda película de orígenes, en este caso protagonizada por Magneto. En el guión inicial de Sheldon Turner, que acabaría acreditado en la película en el apartado de historia, conoceríamos el origen de Erik Lehnsherr, quien tras escapar de Auschwitz de dedicaría a cazar criminales nazis ayudado por un joven soldado llamado Charles Xavier.

Aunque X-Men Origins: Wolverine no fue un fracaso de taquilla, recaudó 370 millones de dólares a partir de un altísimo presupuesto para la época de 150 millones, sí fue machacada despiadadamente y con razón por crítica y público, y en la actualidad sigue considerada una de las peores películas de superhéroes del siglo XXI. Esto, sumado a la negativa de Ian McKellen a retornar al papel de Magneto debido a la edad fue lo que provocó que los planes de Fox cambiaran y optaran por una nueva historia coral, en este caso para presentarnos cómo se conocieron Charles Xavier y Erik Lehnsherr y se formó la mítica Escuela para jóvenes talentos del profesor Xavier.

Tras dirigir la decepcionante Superman returns (2006), Brian Singer quiso volver a dirigir esta nueva película, por lo que escribió su propio tratamiento. Finalmente Singer abandonó el proyecto en 2010 porque prefirió dirigir Jack El Cazagigantes (2013), pero mantuvo labores de producción a través de su compañía Bad Hat Harry Productions y fue acreditado en la historia junto a Sheldon Turner. En ese momento, Ashley Edward Miller y Zack Stentz fueron contratados para escribir el guión definitivo.

Para sustituir a Singer, los productores Lauren Shuler Donner, Simon Kinberg y Gregory Goodman finalmente escogieron a Matthew Vaughn, que ya estuvo vinculado con la franquicia cuando casi dirigió X-Men: La decisión final. Vaughn veía mucho potencial a la idea de poder reiniciar la franquicia centrando la historia en la relación de Charles y Xavier pero sin estar limitado por las películas anteriores, al estar esta ambientada en 1962, durante la crisis de los misiles cubanos.

Vaughn reescribió el guión junto a su colaborada habitual, la escritora Jane Goldman, y prometió una película rápida de rodar y relativamente barata que diera un nuevo rumbo a la franquicia. Y lo cumplió. Vaya si lo hizo. Fue contratado en mayo de 2010, comenzó el rodaje en agosto de 2010 y entregó la película a tiempo para su estreno el 3 de junio de 2011, un tiempo ridículamente corto teniendo en cuenta la gran cantidad de efectos digitales y localizaciones que cuenta la película.

La película cuenta con John Mathieson como director de fotografía, un estupendo diseño de producción de Chris Seagers y vestuario de Sammy Sheldon que nos trasladan sin problemas a los años 60, montaje de Eddie Hamilton y Lee Smith, y una estupenda banda sonora de Henry Jackman que nos devuelve el feeling de las películas de espías de la época, en especial James Bond 007.

Con un coste final de 140 millones de dólares, X-Men First Class fue un éxito de crítica y público, aunque acabó recaudando ligeramente por debajo de X-Men Origins: Wolverine, consiguiendo 353 millones de dólares en todo el mundo. En todo caso, igual que pasó con la notable Batman Begins (Christopher Nolan, 2008), los productores entendieron que habían acertado en la diana y que esta película había dado viva nueva a la franquicia.

 

Uno de los grandes aciertos de la película es su espectacular casting. James McAvoy interpreta a un joven Charles Xavier / Profesor X. Frente al veterano profesor que parecía un maestro zen en la versión de Patrick Stewart, McAvoy muesta a un Xavier engreído, mujeriego y quizá demasiado listo para su propio bien. Junto a él, Michael Fassbender como el joven Erik Lehnsherr / Magneto roba completamente la función con su espectacular actuación. Vaughn quería que Fassbender transmitiera el carisma del Sean Conery 007, una personaje que suda personalidad y que puede ser a la vez implacable y peligroso. Con el añadido del trauma sufrido por Erik, que le aporta una mayor dosis de profundidad y complejidad al personaje gracias a os matices que Fassbender aporta a su interpretacion.

Jennifer Lawrence es Raven Darkholme / Mystique. Recién salida de su Oscar por Winter´s Bone, Lawrence buscaba una película más ligera, además de querer trabajar con McAvoy y Fassbender. Su Raven es otro de los pilares de la película, ya que muestra el drama de los mutantes que debido a su apariencia sienten que son monstruos que deben esconderse. Su evolución es gradual y lógica, conectado de forma orgánica con la primera película de X-Men.

Me gusta mucho el carisma alucinante que Kevin Bacon aporta a su Sebastian Shaw, antiguo científico nazi y líder del Club Fuego Infernal que será el villano de la película y hará la función de mentor ideológico de Magneto, muy a su pesar. Shaw es un líder carismático de gustos refinados y educación exquisita bajo la que se esconde un sociópata de manual que realmente se cree que su plan va a beneficiar a los mutantes, aunque provoque la destrucción de la humanidad y la muerte de cientos de millones de personas.

Rose Byrne es Moira MacTaggert, una joven agente de la CIA inteligente y llena de recursos que tiene que luchar contra el mal y contra el machismo de la sociedad de la época que busca relegarla a mera secretaria. Su papel tiene una humanidad que me parece encaja a la perfección con el trio formado por Charles, Erik y Raven.

La formación de jóvenes X-Men se completa con Nicholas Hoult como Hank McCoy / Bestia, un científico super inteligente que cree que su mutación es una maldición y quiere desembarazarse de ella, Lucas Till como Alex Summers / Havok, un mutante con la capacidad de absorber energía solar que luego puede lanzar en forma de rayos desde su cuerpo, Zoë Kravitz como Angel Salvadore, una mutante con alas de libélula y saliva ácida, Caleb Landry Jones como Sean Cassidy / Banshee, un mutante con la capacidad de generar potentes gritos ultrasónicos, estallidos sónicos y ondas sonoras, pudiendo llegar a volar y Edi Gathegi comoArmando Muñoz / Darwin, un mutante super adaptativo a todos los ambientes.

Por el lado del Club Fuego Infernal, la parte menos desarrollada de la película, tenemos a January Jones como Emma Frost, una mutante telépata que puede convertir su cuerpo en diamante. Jones transmitió perfectamente la personalidad snob y engreida de la Frost de los comics, además de llevar un traje super sugerente que es clavado al de los comics y además encaja con la ambientación de los locos años 60.

Jason Flemyng es Azazel, un miembro del Club Fuego Infernal con la habilidad de teletransportarse, lo que le convierte en un feroz luchador, y Álex González es Janos Quested / Riptide, un mutante con la habilidad de crear poderosos torbellinos de viento que diría no tiene ni una línea de diálogo en toda la película. Por último, destacaría el pequeño papel de Oliver Platt como un Hombre de Negro de la CIA que conecta con los primeros comics de los X-Men de los años 60 en los que Charles Xavier colaboraba con el FBI y tenía de enlace al agente Fred Duncan.

Entrando en la valoración de la película, X-Men First Class me parece un triunfo arrollador y de largo la mejor película de toda la franquicia. Si, mejor que X-Men 2. Es alucinante volver a ver una película planteada por Matthew Vaughn como una película de James Bond con toques de thriller político a lo John Frankenheimer, que utiliza elementos históricos reales (la crisis de los misiles de Cuba), y que además es una entretenida aventura de gente con super poderes que consigue que empatices con los dramas y con la evolución que van a sufrir los personajes durante la película.

Aunque X-Men First Class se estrenó en 2011, el mismo año que Capitán América: El primer Vengador, película que mezclaba los superhéroes con el cine bélico, en algunos aspectos Matthew Vaughn se adelantó a Marvel Studios creando una película de superhéroes que temáticamente se alejara de los clichés del género, como luego vimos más claramente en Capitán América: Winter Soldier (Thriller conspiranoico), Guardianes de la Galaxia (ciencia-ficción espacial) y Ant-Man (comedia de robos).

Ambientar la película en los años 60 me parece además una decisión super acertada, ya que el feeling pop de la época conecta en parte con algunas locuras que visualmente vamos a ver y consigue que el choque no sea tan grande. En ese sentido, aunque es uno de los elementos menos importantes, me flipa ver cómo Vaughn introduce en la película los clásicos trajes amarillos y negros de los X-Men originales, aportándoles detalles distintivos a cada héroe, haciendo que funcionen perfectamente en pantalla. Esto obviamente deja en mal lugar a Bryan Singer y sus trajes de cuero negro genéricos, demostrando que el problema no son “los trajes de licra”, sino los prejuicios del profesional que no sabe hacerlos funcionar.

Siguiendo con las comparaciones, el guión en lo relativo a los personajes me parece maravilloso, y consigue dar herramientas para que unos grandísimos actores se luzcan. Frente a X-Men 1 y 2 en los que los fans estábamos tan contentos de ver a nuestros personajes favoritos en imagen real que perdonábamos que en la mayoría de ocasiones estos no hicieran cosas realmente interesantes en pantalla, Vaughn con la guionista Jane Goldman crean unos personajes complejos entre los que destaca el espectacular Magneto interpretado por Fassbender. El choque moral entre Xavier y Erik es perfecto y las decisiones que toman casi inevitables, pero me gusta mucho también el viaje de Raven para llegar a aceptar sus poderes y no verse a si misma como un monstruo, con el contraste de un Hank McCoy que acaba convertido literalmente en una Bestia al intentar eliminar la deformidad provocada por la mutación.

Otro detalle muy chulo del guión es la forma en que utiliza la Guerra Fría y el miedo nuclear de los años 50 y 60 para construir la amenaza de la película, y como Sebastian Shaw ve este miedo nuclear como la oportunidad de provocar el salto evolutivo definitivo que aniquile al homo sapiens y coloque a los mutantes como especie dominante del planeta. El diseño de producción y el vestuario de la película me parece también una pasada, haciendo que el salto entre las numerosas localizaciones recuerde para bien a las clásicas películas de 007 en las que pasaban muchas cosas y todas ellas eran interesantes.

Que una película de 130 minutos de duración tenga tiempo de mostrar perfectamente la relación de Charles – Xavier, la conexión de ambos con Raven, la amenaza y carisma de Sebastian Shaw, y el drama que viven en sus día a día Moira y Hank McCoy, además de ser un excelente entretenimiento, habla muy bien de la habilidad como escritores de Vaughn y Goldman, y de Vaughn como director, que dota a la película de un ritmo frenético espectacular.

Aunque tienen pocos minutos en pantalla, Vaughn consigue crear momentos de lucimiento para Banshee, Havoc y Angel que molan. Incluso la Emma Frost en modo “zorra fría manipuladora” me gusta y creo que hace una buena traslación del personaje en imagen real. Sí debo reconocer que Darwin, Azazel y Riptide quedan como meros figurantes, pero es inevitable en una película de esta envergadura en la que pasan tantas cosas en tan poco tiempo.

Otro elemento que quiero destacar unido al carisma y la personalidad que Vaughn sabe aportar a los personajes, es que es un director visual bestial, y crea un montón de momentazos alucinantes durante la película que, de nuevo, dejan en bastante mal lugar a Bryan Singer y a Brett Ratner. Además, sabe construir una tensión creciente que nos lleva a un climax en Cuba que triunfa gracias a la brillante resolución de la venganza de Magneto contra Shaw, pero también por la confirmación que el gran enemigo de los mutantes no es el Club Fuego Infernal sino los gobiernos del mundo que ven a los mutantes como una amenaza.

En este sentido, aunque me gusto mucho el Charles Xavier interpretado por James McAvoy, es Michael Fassbender el que se sale y roba completamente la película. El hecho que la película comience repitiendo la escena del Erik niño en la Polonia de la 2ª Guerra Mundial sirve para recordarnos el drama que sufrió y por el qué quiere venganza. Posteriormente, aunque la historia construye muy bien la relación entre Xavier y Mística, ver a Erik cazando nazis en Suiza y Argentina ofrece momentos excelentes que le sitúan en el centro emocional de la película. Y finalmente, aunque entiendes el punto de vista compasivo de Xavier que busca la coexistencia pacífica de humanos y mutantes, dado el pasado de Erik y los actos presentes de los gobiernos, el nacimiento de Magneto se ve inevitable, y casi la única opción posible para el personaje. Esto, para mi, es un ejemplo de gran escritura.

Si tengo que decir algo menos bueno, hay que reconocer que las coreografías de acción no son gran cosa, pero entiendo que en First Class el choque de ideas es el gran desafío al que tienen que enfrentarse los mutantes protagonistas.

Sin embargo, teniendo en cuenta que First Class tuvo un presupuesto inferior a X-Men origins: Wolverine y muestra a muchos más mutantes en pantalla de forma con muchísima más personalidad, tiene multitud de localizaciones por todo el mundo (recordando, de nuevo, las películas de James Bond), y un climax que funciona sin necesidad de enfrentamiento físico, creo que estamos ante una película bestial que rompe muchos de los tópicos del género de superhéroes.

Comparto el trailer de la película:

X-Men: First Class es la mejor película de toda la serie, una historia repleta de carisma y entretenimiento que encantará no solo a los fans de los super héroes, sino a todo aquel que ha disfrutado alguna vez una película de James Bond.

PUNTUACIÓN: 9/10

 

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X-Men: La decisión final de Brett Ratner, llegó la debacle

Tras ver X-Men (Bryan Singer, 2000) y X-Men 2 (Bryan Singer, 2003), llega el momento de comentar mis impresiones de X-Men: La decisión final, película dirigida por Brett Ratner que se estrenó en 2006 que a pesar de su éxito económico destruyó durante años a la franquicia mutante creada por Fox.

PUNTUACIÓN: 5/10

 

Último capítulo de la trilogía cinematográfica «X-Men». Un hecho amenaza con alterar el curso de la historia. Por primera vez, los mutantes pueden elegir: o conservar su singularidad, condenándose al aislamiento, o renunciar a sus poderes y convertirse en seres humanos normales. Los líderes de los mutantes sostienen puntos de vista antagónicos: mientras Charles Xavier aboga por la tolerancia, Magneto defiende la tesis de la supervivencia de los más aptos. (FILMAFFINITY)

Brian Singer abandonó la franquicia mutante al firmar con Warner para relanzar Superman en lo que fue la fallida Superman returns (2006). Fox empezó la búsqueda del nuevo director e incluso llegó a tener firmado a Matthew Vaughn, que acabó abandonando la producción por problemas familiares al no poder cuadrar las agendas de rodaje. Finalmente, Fox contrató a Brett Ratner (Rush Hour 1 y 2, El dragón rojo) para dirigir la película. Ratner no había leído comics ni conocía de nada a los personajes, así que confió totalmente en que los guionistas supieran hacer un buen trabajo.

Dan Harris y Michael Dougherty, los escritores de X-Men 2 también se fueron con Singer para escribir el guión de Superman Returns, por lo que Fox contrató a Simon Kinberg (guionista en ese momento de XXX state of the Union y Mr & Mrs. Smith) y Zak Penn, que escribió la historia de X-Men 2. Usando una estrategia similar a la empleada en X-Men 2, los productores Lauren Shuler Donner, Ralph Winter y Avi Arad, hacían que cada escritor creara su propio guión para luego fusionar los mejores elementos de ambos en la historia definitiva.

El problema principal de la película viene ya desde el guión, al optar por utilizar dos tramas de los comics en la película. Kinberg y Penn adaptaron la mítica Saga de la Fénix Oscura de Chris Claremont y John Byrne, unida al argumento del primer arco de Astonishing X-Men de Joss Whedon y John Cassaday, «Gifted», en la que la doctora Kavita Rao encuentra una cura para la «enfermedad» mutante. La saga de Fénix es una de las historias más celebradas de toda la historia de los X-Men, mientras que Gifted fue publicada en 2004.

El rodaje tuvo lugar entre agosto de 2005 y enero de 2006 en Vancouver, donde también se rodó X-Men 2, y contó con Dante Spinotti como director de fotografía, montaje de Mark Helfrich, Mark Goldblatt y Julia Wong, además de música de también recién llegado a la franquicia John Powell, que además de crear temas nuevos optó por emplear algunas de las melodías más conocidas de la franquicia.

X-Men: La decisión final contó con un presupuesto de 210 millones de dólares, un de los más elevados de la época y casi un 50% superior al de X-Men 2, y recaudó más de 460 millones en todo el mundo. A pesar de no ser la más rentable (X-Men 2 recaudó 400 millones a partir de un presupuesto inferior a los 140 millones), se convirtió en un éxito de taquilla y la película con mayor recaudación de la franquicia, a pesar de que dejaba la franquicia en una situación muy complicada debido al destrozo que causó en los mutantes.

En el reparto de X-Men 3 veremos el retorno de Patrick Stewart (Charles Xavier), Hugh Jackman (Logan / Lobezno), Famke Janssen (Jean Grey), Halle Berry (Ororo Munroe / Tormenta), James Marsden (Scott Summers / Cíclope), Anna Paquin (Anna / Rogue), Ian McKellen (Erik Lehnsherr / Magneto), Rebecca Romijn-Stamos (Raven Darkhölme / Mística),  Shawn Ashmore (Bobby Drake / Iceman), Aaron Stanford (John Allerdyce / Pyro) y Daniel Cudmore (Peter Rasputin / Coloso).

Además de todos estos actores, se estrenan en la película Ellen Page (Kitty Pryde), Kelsey Kramer (Hank McCoy / Bestia), Ben Foster (Warren Worthington III / Angel), Dania Ramirez (Callisto), Vinnie Jones (Cain Marko / Juggernaut), Eric Dane (James Madrox / Multiple Man) o  Cameron Bright como Jimmy / Sanguijuela, el mutante cuyos poderes son anular las habilidades de otros mutantes y de cuya sangre y ADN las industrias Worthington y la doctora Kavita Rao (Shohreh Aghdashloo) han desarrollado «La Cura». Como véis, un casting monumental que era imposible que pudiera brillar en pantalla.

Como curiosidad, X-Men La decisión final fue la única película hasta la fecha que contó con los 5 X-Men originales (Cíclope, Chica Maravillosa, Bestia, Ángel y Hombre de Hielo), aunque no comparten ningún momento en pantalla.

Entrando en materia, X-Men La Decisión final hubiera podido ser una gran película. El problema es que para ello hubiera tenido que durar al menos 30 minutos más para haber podido desarrollar mejor las dos tramas de la película y haber tenido unos escritores preocupados por crear los impactos emocionales CON los personajes, en lugar de convertirlos en carne de cañón a los que usar y tirar.

El caso es que los 30 primeros minutos pintan muy bien mientras conocemos las dos tramas principales, el descubrimiento de una cura de las habilidades mutantes creada por un empresario avergonzado porque su hijo es mutante (Warren Worthington, el Angel), y el descubrimiento que Jean Grey sobrevivió a su aparente muerte al final de X-Men 2 con unos poderes amplificados exponencialmente, lo que la convierte en una amenaza real para la superviviencia del planeta.

El problema es que la película sólo dura 104 minutos, y en seguida descubrimos que todo el interés de Ratner es saltar de una set de acción a otro lo más rápido posible, sin dejar que los numerosos dramas que vamos viendo consigan calar en el espectador. Aunque el prólogo en la que unos jóvenes Charles Xavier y Magneto van a reclutar a una adolescente Jean Grey con problemas psíquicos provocados por la aparición de sus habilidades mutantes, esto sólo se vera reflejado en una escena durante la película, protagonizada por Logan y una adulta Jean, para llegar a continuación al climax final. Demasiado poco, desaprovechando el magnífico material de base de los comics.

X-Men La decisión final es un ejemplo clarísimo de «secuelitis», en la que los productores creyeron que el público demanda «más acción, más drama», y eso por si solo va a conseguir que sea una buena película. Y claramente, no fue así.

Es curioso como a pesar de contar con el mayor presupuesto hasta la fecha, X-Men La decisión final se ve cutre en casi todas las escenas, con la única excepción del climax final entre Fénix y Logan.  Juggernaut o los poderes de Callisto y Tormenta lucen terribles en pantalla, y se notan un mal uso de los efectos digitales en los poderes de curación de Lobezno o la pelea final en la que unos genéricos mutantes saltan por que sí hacia unos soldados primero y luego contra los X-Men.

Incluso el ver por fin la Sala de Peligro o a un Centinela en la sombra, algo que no pudimos ver en las películas previas debido a problemas presupuestarios, cuando finalmente llegó se ve cutre total, robándole al momento de la potencia visual que debería haber tenido.

Los actores hacen lo que pueden con el guión, y lo cierto es que me gustan Patrick Stewart y Hugh Jackman, transmitiendo muy bien el drama moral al que se enfrentaron. Lo malo es que Stewart casi no está en pantalla, víctima de la sangría provocada por el guión de Kinberg y Penn. Asímismo, Ian McKellen se queda en un villano de opereta totalmente desaprovechado, malogrando el argumento inicial que indicaba que tenía razón ante la amenaza que esta Cura significaba para los mutantes ante la inevitabilidad de que fuera utilizado como un arma por los gobiernos.

Como fan de los comics Marvel, uno de los chascos más grandes que me llevé en una sala de cine me lo llevé viendo esta película cuando los guionistas mataron a Scott Summer tras 1 sola escena en pantalla. Esta decisión me pareció terrible no sólo por esta película, sino al confirmarse cómo FOX habría desaprovechado y casi maltratado a uno de mis personajes favoritos durante no una, sino tres películas. Algo inconcebible y que indica la nula conexión de los guionistas con estos personajes.

Años más tarde descubrí que esta casi nula aparición vino también provocada porque James Mardsen también abandonó la franquicia junto a Bryan Singer por un papel en Superman Returns, al asumir con naturalidad que en películas corales como esta era imposible que todos los personajes pudieran brillar, y en ese caso le había pasado a él. Saber que Mardsen entiende la naturaleza del negocio no hace que mis sentimientos hacia el maltrato de Scott disminuyan, algo que se vió acrecentado al ver a mitad de la película como los mutantes le hacen un funeral a Charles Xavier, y se olvidan completamente de Scott a pesar de saber que también había muerto, un detalle muy sucio y rastrero, que no queda compensado por ver su tumba junto a la de Jean al final.

Como decía al principio, el principal problema de la película es un guión que parte el visionado en dos sin llegar a desarrollar correctamente ni la trama de Fénix Oscuro ni la de la Cura. Tras matar a Xavier, Jean se pasa 35 minutos largos literalmente sin hacer nada plantada al lado de Magneto. Y aunque la trama de la Cura que provoca la reacción violenta de Magneto empieza bien y plantea un interesante dilema ético, queda sepultado ante uno de los más terribles clímax de una película comercial, creando una asalto de alcatraz realizado por mutantes random que no pintan nada que da un poco de vergüenza ajena. Si realmente FOX sólo iba a dejar estrenar una película de 100 minutos, hubiera deseable optar por una historia o por la otra, y haberlas hecho bien. No esto que hicieron.

El guión como véis me parece terrible y la dirección de Ratner mediocre y muy poco inspirada. En todo caso, reconozco que hay algunos buenos momentos en la película, como son el primer vuelo de Ángel, la interpretación de Kelsey Kramer como Hank McCoy (a pesar del maquillaje) y la frescura juvenil de Ellen Page como Kitty Pryde. El problema es que es demasiado poco, demasiado mal ejecutado. Junto a estos aciertos en lo relativo al casting, veo el problema de dar a Halle Berry (Tormenta) los principales momentos emotivos en la película cuando ella es una actriz muy limitada que no sabe conseguir transmitir el impacto emocional que deberían.

La mayoría de cameos, y hay un porrón, quedan deslavazados y sin fuerza debido a que no han construido una conexión emocional entre esos personajes y el espectador en primer lugar, confiando que nosotros rellenemos los huecos con nuestros conocimientos de la historia mutante. Además, ya empezamos a ver algo que se vió acrecentado en las siguientes películas, y es que los fans ya no nos conformamos con que salgan en pantalla como pasaba en la primera X-Men, queremos que se comporten según su esencia y hagan algo útil para la trama. Ver personajes floreros ya no funciona ni nos perece suficiente. En este sentido, de también un poco de pena ver el pequeño papel que la película guarda para Anna Paquin (Pícara).

A pesar de una escena post-créditos en la que se intuye que Xavier puede estar vivo en el cuerpo de otro mutante y del final en el que quizá La Cura no es tan definitiva como se pensaba, este película dejó herida de muerte a la franquicia, lo que obligó a Fox a replantearse la franquicia. Menos mal que llegó Matthew Vaughn para salvarles, gracias a la escelente X-Men: First Class, película que veré en breve y sobre la que escribiré mis impresiones en los próximos días.

Comparto el trailer de la película:

X-Men: La decisión final es entretenida pero totalmente fallida y dejó herida de muerte a la franquicia. En todo caso, entiendo que para todos aquellos espectadores que no sean fans de los comics, puede resultarles más o menos entretenida.

PUNTUACIÓN: 5/10

 

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X-Men 2 de Bryan Singer, mejor imposible

Tras ver X-Men hace unos días, continúo con mi revisionado de las películas de los mutantes de Marvel producidas por Fox con X-Men 2 (Brian Singer, 2003, titulada en USA, X2: X-Men United), que elevó el nivel de acción, drama y entretenimiento respecto a la primera película a cotas casi de perfección.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Los mutantes son seres humanos con alguna variación genética que les dota de características especiales, lo que los convierte en la minoría más perseguida del mundo. Dadas las circunstancia, el profesor Xavier crea una institución que sirva de refugio a estos seres. En ella son preparados para aceptar y dominar sus poderes con el fin de luchar contra la intolerancia y la creciente histeria colectiva que amenaza su existencia. Pero el rechazo hacia los mutantes aumenta todavía más cuando uno de ellos lanza un devastador ataque, lo que da lugar a una pública repulsa contra ellos y al reforzamiento de la Mutant Registration Act, cuyo líder, William Stryker, se propone eliminarlos atacando la escuela de X-Men. (FILMAFFINITY)

El éxito de X-Men hizo que Fox diera luz verde a la producción de su secuela de forma casi automática, manteniendo a Bryan Singer como director. Para la escritura del guión, los productores optaron por una fórmula que no era del todo inusual en lo referido a blockbusters palomiteros, al contratar a Zak Penn y David Hayter para que escribieran dos guiones diferentes, para elegir a continuación lo mejor de cada uno para terminar de ensamblar el guión definitivo. Hayter era el guionista de la primera X-Men, mientras que Penn, que escribió años más tarde el guión de Vengadores junto a Joss Whedon, había escrito guiones para Last Action Hero o Inspector Gadget.

Finalmente, Michael Dougherty, Dan Harris y David Hayter aparecen acreditados como guionistas, firmando un guión inspirado en los comics Dios ama, el hombre mata de Chris Claremont y Brent Anderson y Arma X de Barry Windsor Smith. A Singer le interesaba que la película tuviera un villano humano que transmitiera «la perspectiva humana, el tipo de ira que alimenta la guerra y el terrorismo”, algo que estos comics mostraban de maravilla. Además, al ganar Halle Berry el Oscar a Mejor en Actriz en 2002 por Monster´s Ball (Marc Forster, 2001), se añadieron nuevas escenas y diálogos durante el rodaje para incrementar su importancia en la película.

X-Men 2 contó con fotografía de Newton Thomas Sigel, montaje de Elliot Graham y música de John Ottman. La película se rodó entre junio y noviembre de 2002, y contó con un presupuesto de 110 millones de dólares. La película recaudó 410 millones en todo el mundo, confirmando el éxito del universo cinematográfico mutante de la Fox. Sin embargo, en ese sentido, merece la pena recordar que Spiderman de Sam Raimi recaudó 800 millones el año anterior (2002), lo que indica que los X-Men Fox tenía una franquicia rentable, pero no un taquillazo.

De hecho, aunque X2 luce muchísimo mejor que X-Men y contó con un presupuesto un 50% superior, pasando de 70 a 110 millones, de nuevo la película tuvo que eliminar elementos por motivos presupuestarios, como fur el caso de la Sala de Peligro que incluso había sido construida por el equipo de producción. En todo caso, creo que en este caso el presupuesto sí es adecuado con lo que aparece en pantalla, y aunque obviamente hubiera molado ver Centinelas o la Sala de Peligro en la película, al final tampoco se les echa de menos porque la historia funciona a las mil maravillas.

En X2 veremos el retorno de Patrick Stewart (Charles Xavier), Hugh Jackman (Logan / Lobezno), Famke Janssen (Jean Grey), Halle Berry (Ororo Munroe / Tormenta), James Marsden (Scott Summers / Cíclope), Anna Paquin (Anna / Rogue), Ian McKellen (Erik Lehnsherr / Magneto), Rebecca Romijn-Stamos ( Raven Darkhölme / Mística) y Bruce Davison (Senator Kelly).
Junto a este reparto coral, X2 nos presenta a Alan Cumming como Kurt Wagner / Nightcrawler, que protagoniza la excelente escena inicial de la película. Brian Cox como el Coronel William Stryker, el militar humano que busca provocar un genocidio mutante, Kelly Hu (Yuriko Oyama / Deathstrike), una mutante con habilidades similares a las de Lobezno y Michael Reid MacKay como Jason Stryker / Mutant 143, hijo mutante del Coronel Stryker completan el equipo de villanos de la película.
Además, la película aumenta el papel de los jóvenes mutantes Shawn Ashmore (Bobby Drake / Iceman) y Aaron Stanford (John Allerdyce / Pyro) presentados en la primera película, además de contar con cameos de Peter Rasputin / Coloso, Hank McCoy, Kitty Pryde, Jubilation Lee, Artie Maddicks y Theresa Rourke / Siryn entre otros.

Para empezar a valorar la película, en necesario recordar que la primera X-Men me pareció entretenida y casi perfecta en lo relativo a la caracterización de los personajes pero deficiente en las escenas de acción y en general en todo lo relativo a los efectos especiales. Creo que esto es algo que el propio Bryan Singer y los productores Lauren Shuler Donner y Ralph Winter supieron ver de cara a esta segunda película, creando una escena inicial con el ataque de Rondador Nocturno a la Casa Blanca que visualmente es mejor que toda la primera película junta y mostraba por fin un poder mutante en todo su esplendor.

Bryan Singer mantuvo todo lo que funcionó de la primera película en lo relativo a las caracterizaciones y las relaciones entre los personajes, aumentando el nivel de espectáculo que faltó en la primera película, con otros momentazos visualmente sobresalientes como son el asalto a la mansión, la huida de Magneto, el ataque aéreo al X-Wing, la pelea final de Lobezno frente a Deathstrike o el climax con el sacrificio final de Jean Grey.

Un elemento que me gusta de la película es la importancia que da a los jóvenes Iceman y Pyro, mostrando cómo se enfrenta cada uno de ellos al miedo y al rechazo de los humanos. Que al final Pyro decida marcharse con Magneto me parece un detalle muy inteligente del guión. Unido a esto, el protagonismo de Iceman y Pyro va en detrimento de Rogue, a la que en realidad no la pasa nada interesante durante la película, hasta el punto que el guión tiene que forzar elementos como que pilote el X-Wing en la parte final para justificar que haga algo positivo durante la película.

Sobre el guión, la primera película terminaba con una conversación entre Xavier y Magneto en la que Erik le advertía a Xavier sobre que la guerra entre humanos y mutantes era inevitable, a lo que Xavier contestó que “Compadezco a aquellos que vengan a mi escuela buscando problemas”. Me parece bestial que parezca que los guionistas usaran esa frase como base del guión para construir el ataque del ejército de los Estados Unidos.

La película bebe del mítico comic “Dios ama, el hombre mata”, uno de los más celebrados de la etapa de Chris Claremont, cambiando al caracterización del Reverendo William Stryker, manteniendo su odio hacia los mutantes al descubrir que su hijo ha desarrollado habilidades mutantes, pero transformándolo en un militar que usa ese odio para querer convertir a los mutantes en armas que utilizar. Además, la idea de usar a Xavier para matar a los mutantes sale directamente del comic, lo que indica un buen uso por parte de los guionisas de la rica historia mutante.

Conectar a Stryker con el origen de Lobezno no es fiel a los comics pero narrativamente creo que funciona perfectamente. Y es lógico también que tras la huida de Logan, Stryker siguiera investigando ante la realidad que la fusión del Adamantium en un esqueleto mutante tuvo éxito, lo que lleva a la creación de Deathstrike. El detalle del control mental de los mutantes apresados es otro elemento muy acertado que sirve además para disimular el hecho que la película cuenta con pocos “villanos” que se enfrenten a los X-Men en esta película.

Hacer que un humano sea el villano de X2 permite además realizar otro de los giros chulísimos de la película, al unir a Magneto y Mística con los X-Men que aún están en libertad, para enfrentarse juntos a la amenaza de Stryker. El clásico “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” sufre aquí un giro novedoso, al unirse por primera vez los mutantes frente a una amenaza común que quiere masacrar a todos los mutantes. En todo caso, que Magneto sea enemigo de Stryker no significa que sea de fiar, como también se encarga de mostrarnos el guión, que como decía antes, lo veo super equilibrado en todos los aspectos.

Aunque Logan (Hugh Jackman) es el gran protagonista de la película y la película se encarga de mostrarnos una parte importante de su pasado, me parece también super brillante cómo saben conectar el guión con la Saga de Fénix Oscura, mostrando durante la película los problemas que Jean Grey está sufriendo con sus poderes crecientes. La película me pareció una pasada, y encima el final nos dejó con una sorpresa final que nos anticipaba una tercera película excepcional. Lástima que en este caso X-Men 3: La decisión final fuera una decepción enorme.

En lo negativo, a pesar de sus 133 minutos de duración, la película no tiene tiempo para desarrollar a todos los personajes y los grandes damnificados de esta situación son Scott Summers, ninguneado durante toda la franquicia, y el Professor X, desapareciendo ambos literalmente durante casi una hora. La dinámica Xavier – Magneto prácticamente desaparece de la película para darle mayor protagonismo a Lobezno y al drama de los mutantes odiados por ser diferentes.

Comentaba antes que al ganar Halle Berry el Oscar, se añadieron nuevas escenas y diálogos que aumentaran su protagonismo. Este es otro elemento que explica la desaparición de Scott durante la mayor parte de la película. Sin embargo, más allá de tener muchos minutos en pantalla, los poderes de Ororo plantean un problema durante el visionado debido a sus cambiantes niveles de poder, además que usarla a ella en el climax para detener a Xavier usando el frío es quizá la parte más floja y anticlimática de la película. Además, el guión vuelve a mostrar a Ororo como alguien que odia a los humanos por motivos nunca aclarados, algo ya intuido en la primera película, lo cual me parece un enorme problema en la caracterización.

Por otro lado, teniendo en cuenta el argumento de la película, merece la pena plantearse si el gobierno de los USA no tiene razón en querer encerrar a unos mutantes superpoderosos como es el caso de Charles Xavier, que pueden acabar con la vida en la Tierra. De hecho, que pueda ser hecho prisionero y le laven el cerebro no hace más que agravar este argumento, al convertir su naturaleza benigna en irrelevante, si puede se hecho prisionero.

En todo caso, estos elementos me parecen unos peros muy pequeños para una película brillante que lo hace casi todo bien y que puso el listón muy alto en lo relativo a adaptaciones cinematográficas de comics de grupos de superhéroes.

Comparto el trailer de la película:

https://youtu.be/0b3MrSNn1pw

X-Men 2 es una excelente película de aventuras que ofreció el nivel de espectáculo y emoción que los fans mereciamos ver y que la primera no acabó de ofrecer. El listón quedó muy alto, y no debería sorprender que X-Men 3 fuera una decepción. Pero eso lo dejo a la reseña de la película, que publicaré en breve.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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