Crítica de Tulsa King temporada 2 (Sky Showtime)

SkyShowtime acaba de emitir la segunda temporada de Tulsa King, la serie protagonizada por Sylvester Stallone. Una temporada que ha mostrado que la formula ya no da más de si.

PUNTUACIÓN: 6/10

Tras 25 en prisión, el mafioso Dwight «El General» Manfredi es exiliado por su jefe a la zona rural de Oklahoma para ampliar sus operaciones. Cuando sospecha que los suyos trabajan en su contra, poco a poco va formando su banda.

En la segunda temporada, Dwight (Stallone) y sus hombres siguen construyendo y defendiendo su imperio criminal en Tulsa, pero… cuando la cosa empieza a ir bien, se dan cuenta de que no son los únicos que quieren hacerse con el territorio. Amenazado por la mafia de Kansas City y un hombre de negocios de Tulsa muy poderoso, Dwight lucha por mantener seguros a sus hombres y a su familia mientras mantiene el control de todos sus negocios. Además, todavía tiene asuntos pendientes en Nueva York.Taylor Sheridan ha creado Tulsa King junto a Terence Winter. Tras una primera temporada envueltas en varias polémicas tras la que Winter no decidió continuar, Sheridan optó por no utilizar un showrunner convencional para la segunda temporada y, en su lugar, decidió contratar a un director y productor ejecutivo para supervisar la producción diaria, siendo Craig Zisk el que realiza esta función. Zisk dirige 4 de los 10 episodios de esta temporada, siendo el resto de directores Sheridan optó por no utilizar un showrunner convencional para la segunda temporada y, en su lugar, decidió contratar a un director y productor ejecutivo para supervisar la producción diaria. Se anunció que Craig Zisk ocuparía este puesto, dirigiendo 4 de los 10 episodios de esta segunda temporada. El resto de directores son Joshua Marston, David Semel y Kevin Dowling. En los guiones, además de Zisk tenemos a Taylor Elmoren Terence Winter, Stephen Scaia , Joseph Riccobene, Dave Flebotte y William Schmidt. Sylvester Stallone también participa en los guiones de la serie, mostrando su importancia en la serie, contando además con una labor de productor.

Sylvester Stallone es el gran protagonista de esta serie en la que interpreta a Dwight «El General» Manfredi, un capo de la familia Invernizzi que viaja a Tulsa tras cumplir 25 años de cárcel por asesinato y no tener sitio en Nueva York. Andrea Savage es Stacy Beale, interés amoroso de Manfredi y agente de la ATF. Martin Starr es Lawrence «Bodhi» Geigerman, el dueño de una tienda de venta legal de marihuana reclutado por Manfredi para ayudar a financiar sus negocios en Tulsa. Jay Will como Tyson Mitchell, un antiguo taxista que se convierte en el chófer de Dwight y en el primer miembro del equipo de Manfredi.

Otros actores de esta temporada con Max Casella como Armand «Manny» Truisi, un antiguo soldado de Invernizzi que hace una nueva vida en Tulsa trabajando en el rancho de caballos Fennario, Domenick Lombardozzi como Don Charles «Chickie» Invernizzi, subjefe de la familia Invernizzi. Vincent Piazza como Vince Antonacci, el capo de Chickie. Garrett Hedlund como Mitch Keller, una ex estrella de rodeo, ex convicto y actual propietario de un bar que frecuenta Dwight y Dana Delany como Margaret Devereaux, la dueña del rancho de caballos Fennario.

Las nuevas incorporaciones de esta segunda temporada son Neal McDonough como Cal Thresher, un magnate del petróleo de Tulsa que además es un gran productor y distribuidor de marihuana, y Frank Grillo como Bill Bevilaqua, jefe de la familia Bevilaqua de Kansas City.

Menudo bajonazo ha sufrido Tulsa King en esta segunda temporada. Incluso reconociendo que mola ver a Sylvester Stallone, hay un límite de ver a gente hablando en los mismos 3 escenarios una y otra vez que yo como espectador puedo aceptar. La primera temporada terminó con Sly siendo detenido acusado de sobornar a una agente. La acusación no tenía la mínima posibilidad de prosperar y se resuelve en el primer episodio, permitiendo ver a Stallone defenderse a si mismo, que está genial. A partir de ahí conocemos a dos de los tres villanos de la temporada, Cal Thresher, un magnate del petróleo de Tulsa y Bill Bevilaqua, el jefe de la mafia de Kansas City. Ambos han trabajado juntos y ninguno acepta a un nuevo jugador en su territorio. Lo malo es que lo único que hacen es hablar y amenazar de palabra, como casi todos los que vemos en la temporada.

Hay un límite aceptable entre combinar elementos más pausados con acción en una serie de televisión y que una serie de gangsters tenga apenas un par de escenas de acción en 10 episodios, que es lo que lamentablemente tenemos en esta segunda temporada. Qué estoy suceda en una serie protagonizada por Stallone es un pecado absoluto, incluso reconociendo el valor que tiene verle protagonizar una serie con sus 78 añazos.

Hablando de Stallone, aunque su carisma sigue intacto, debo reconocer que da un poco de cosa verle con la cara super estirada por la cirugía estética. Y no es que Stallone haya sido nunca un dechado de expresividad, pero ahora es imposible que exprese nada. En esta temporada hay una continuidad argumental respecto a la primera en materia sentimental. Algún productor debió pensar que daba un poco de grima que Stallone se ligara a una agente del FBI de treinta y tantos, de forma que plantean que si es aceptable que se ligue a la dueña del rancho, que supera los 60 años. Y aunque parecen de una edad más aproximada,  es raro que Dana Delany, la actriz que interpreta a Margaret Devereaux, la dueña del rancho de caballos Fennario, tenga más arrugas en la cara que Stallone.

Aunque en realidad, el elemento sentimental no es lo peor de la serie. Lo malo es ver qué tenemos 3 localizaciones todo el rato, el rancho, el bar – casino y la tienda de marihuana, al que habría que sumar un cuarto, la plantación de marihuana del villano Thresher, y el bar donde están los gangsters de Nueva York. Y no dejamos de ver una repetición de diálogos que acaban siendo super redundantes. Hay un límite al carisma que Stallone puede aguantar un guión muy flojo sin nada de acción, y Tulsa King lo supera de sobra.

Reconozco que Stallone sigue molando incluso a pesar del exceso de cirugía (o estiramiento de su cara). Pero está segunda temporada de Tulsa King NO me ha dejado con ganas de ver la tercera temporada. Ni siquiera pensando en el cliffhanger con el que nos han dejado con la última escena. Y me da una pena tremenda.

Comparto el trailer de esta temporada de Tulsa King:

Tulsa King se ha desinflado de forma tremenda, y ni siquiera el carisma de Sylvester Stallone puede salvarla.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de Get Fury 1-6 de Garth Ennis y Jacen Burrows (Marvel Comics)

Hoy quiero recomendar Get Fury, la miniserie de Garth Ennis dentro del sello Max para adultos de Marvel Comics dibujada por Jacen Burrows, entintado de Guillermo Ortego y color de Nolan Woodard. Una miniserie que reúne al Nick Fury en su versión Max con Frank Castle.

PUNTUACIÓN: 8/10

GARTH ENNIS VUELVE A MARVEL – ¡CON NICK FURY Y FRANK CASTLE COMO NUNCA LOS HAS VISTO!

Es 1971, hay una guerra en Vietnam y Nick Fury ha sido capturado por el Viet Cong. En ese momento, no acaban de comprender que tienen en su poder a un hombre que conoce suficientes secretos como para dañar a los Estados Unidos más allá de lo comprensible. La C.I.A., sin embargo, SÍ se da cuenta de ello y no pueden arriesgarse a que su enemigo consiga esos secretos, así que envían al hombre más letal del ejército de los Estados Unidos: el Capitán FRANK CASTLE.

Garth Ennis es único en su género y en sus últimos años en Marvel parece centrado en ofrecer una visión nada favorecedora de la política exterior de los Estados Unidos. Lo vimos en la serie Fury Max publicada hace unos años, de la que esta miniserie es continuación directa.

Garth Ennis (Irlanda del Norte, 1970) comenzó su carrera en la industria británica, trabajando en Crisis, 2000AD y Judge Dredd Megazine, para la que escribió Judge Dredd, Strontium Dogs, y True Faith entre otros.

En 1991, Ennis se hizo cargo de la serie de terror Hellblazer, del sello Vertigo de DC Comics, junto a Steve Dillon. Escribieron la serie hasta 1994, cuando la abandonaron para crear Predicador, que duró de 1995 a 2000 y es considerada la obra cumbre de Ennis junto a su Punisher Max. De 1993 a 1995, Ennis trabajó con el dibujante John McCrea en otro título de DC, The Demon, durante el cual el dúo introdujo al asesino a sueldo superpoderoso Tommy Monaghan, un personaje que Ennis y McCrea utilizarían en el propio título del personaje, Hitman. Hitman contó con 60 números, publicados entre 1996 y 2001. Otros proyectos de DC Comics escritos por Ennis incluyen Bloody Mary para el sello Helix con Carlos Ezquerra; un arco en The Authority y Midnighter para el sello Wildstorm; Unknown Soldier, con la que este Furia Max comparte numerosos elementos, Goddess y Pride & Joy se publicaron todas en el sello Vertigo.

El primer trabajo de Ennis para Marvel fue Punisher Kills the Marvel Universe, en 1995. Tras el final de Hitman, Ennis recibió una nueva oferta para escribir Punisher en Marvel, comic en el que volvió a colaborar con Stev Dillon. Ennis relanzó The Punisher bajo el sello MAX de Marvel, lo que permitió historias más oscuras y violentas. Su serie de 60 números a la que hay que añadir varias miniseries y especiales se considera la obra cumbre del personaje.

Dentro de los comics de creación propia es conocido sobre todo por The Boys junto a Darrick Robertson, además de por sus numerosos cómics bélicos, como War Stories, Battlefields, Out Of The Blue, The Stringbags y Sara.

Jacen Burrows (San Diego, 1972) es un historietista estadounidense conocido por ilustrar varios cómics para Avatar Press y Marvel Comics. En 2000 comenzó a colaborar con el afamado escritor de cómics Warren Ellis en varios títulos de Avatar Pres como From the Desk of Warren Ellis, Dark Blue, Scars, Bad World y Bad Signal. Asimismo, también ha ilustrado para Avatar Press varias adaptaciones en prosa del autor Alan Moore, así como varios cómics homenajeando la figura del escritor de horror cósmico, H. P. Lovecraft como Neonomicon o Providence. Ha colaborado también con el escritor Garth Ennis ilustrando el cómic bélico 303 y el cómic de culto Crossed. En 2017 entró a formar parte de los autores regulares de Marvel Comics, ilustrando las nuevas historias del Caballero Luna y nuevas historias de Punisher, de nuevo con Garth Ennis.

Esta miniserie Get Fury de seis números vuelve a reunir a Garth Ennis con el dibujante Jacen Burrows, con entintado de Guillermo Ortego y color de Nolan Woodard, además de contar con unas excelentes portadas de Dave Johnson, que acompañan esta entrada.

Para alguien que lea este comic sin saber nada de los comics previos de Garth Ennis en el sello Max para adultos de Marvel Comics (algo que en realidad es poco probable), lo más llamativo seguro es la representación que hace Ennis de este Nick Fury y de Frank Castle. Frente a la versión heroica de Furia en los comics para todos los públicos de Marvel, nacido como soldado que luchó en la Segunda Guerra Mundial liderando los Comandos Aulladores, para luego convertirse en el director de S.H.I.E.L.D. en los años 60, esta versión adulta en el sello MAX nos presenta a un yonki de la guerra que es el único sitio donde está a gusto y que hará lo que sea para ser destinado a otro conflicto armado, sea el que sea. Y por supuesto sin importarle si los motivos por los que Estados Unidos realizan esa misión son honorables o sólo buscan explotar económicamente a un país más débil que ellos.

Por su parte, Castle es una versión acorde a la de la etapa de Ennis en su Punisher Max, y en miniseries posteriores como Punisher: Soviet. Una miniserie que ya estuvo dibujada por Jacen Burrows. Durante sus 3 tours en Vietnam Castle buscaba sobrevivir y que sus hombres también lo haga. Pero en realidad sólo se siente satisfecho cuando está en combate, por lo que tampoco es que tenga un interés especial en que la guerra de Vietnam termine y sea enviado de vuelta a su aburrida vida. Más que «yonki de adrenalina», el concepto que mejor les representa a ambos sería «yonkis de la guerra».

Aunque el comic se titula Get Fury, en realidad estamos ante una historia protagonizada en un 80% por Frank Castle. Hace unos meses publiqué un artículo sobre la vergüenza que me producía ver que Marvel boicoteaba este comic robando el título Punisher de la portada, un título «Punisher: Get Fury» que creo que hubiera sido más representativo y correcto con el interior del comic, y que seguro hubiera ayudado a que se vendiera más.

La historia de Punisher: Get Fury tiene dos derivadas. Fury es hecho prisionero por el Vietcong tras ser derribado su helicóptero en un misión encubierta, y trasladado a Hanoi para su interrogatorio. Debido al amplio conocimiento de todas las misiones ilegales que los Estados Unidos ha realizado durante la guerra en Vietnam y en países cercanos como Laos, el superior de Fury y sobre todo los jefes de la CIA en la zona deciden que Fury debe ser asesinado antes que cuente lo que sabe. Para ese trabajo que implica infiltrarse en territorio enemigo, los militares tienen claro que solo el Capitán Frank Castle puede llevarlo a cabo.

El comic alterna dos líneas argumentales. Una es evidente, la misión de Castle. A pesar de sus órdenes, Castle intenta rescatar a Fury con vida, al que ya conocía del comic Fury Max , y encontrará en Hanoi una ayuda inesperada que aumenta sus posibilidades de éxito. Esta ayuda resalta el trozo de mierda que es este Fury Max y como muchísimas mujeres fueron utilizadas y abandonadas a su suerte por los soldados americanos que fueron a Vietnam. O a cualquier otra guerra del siglo XX. El final del comic resulta desolador por muchos motivos, pero sin una uno de los principales es ver cómo los civiles son los que pagan el precio de la guerra y acaban siendo olvidados como si no fueran nada.

La parte inesperada del como los agentes de la CIA empiezan a especular sobre si Fury y Castle no estarían trabajando junto para tirar de la manta de sus operaciones. Más que especular, en realidad se les va la pinza con todo tipo de posibilidades a cual más loca. Lo fundamental es que harán lo que sea necesario, sin importar cuantas muertes provoquen o que vayan a sacrificar a dos de sus mejores activos para la guerra, con tal de conseguir no verse comprometidos. Esta parte es quizá la más cínica y desoladora del comic, porque vemos como inicialmente creen que Castle y Fury son los héroes de los comics Marvel, para ir bajando sus expectativas a medida que se dan cuenta que ambos se han movido siempre por alargar la guerra, nunca por que acabe cuanto antes. La inmoralidad de estos agentes de la CIA representa a la perfección media siglo de operaciones especiales por todo el mundo. Y cómo en las guerras los héroes no existen cuando es mejor buscar tu propio interés.

En el apartado gráfico, Jacen Burrows dibuja este comic con entintado de Guillermo Ortego y color de Nolan Woodard. Burrows tiene un estilo realista en el que destaca su perfecta representación histórica, clavando la ropa, las armas o la vida en el Vietnam de 1971. Además, acierta con los momentos gores del comic, que son pocos pero impactantes, lo que de alguna manera me recuerda la experiencia que Burrows tuvo durante años con comics de la editorial Avatar con Crossed, que eran realmente salvajes y over-the-top.

Además, hay que quitarse el sombrero ante las espectaculares portadas de Dave Johnson, que ya es un clásico en los comics de Punisher y dan el toque de personalidad que necesita este comic. Aparte de una buena historia de Ennis, este Get Fury disfruta de un dibujo extraordinario de Burrows que transmite perfectamente la acción, pero también el tono cínico y desolador que necesita este comic.

La portada del último número que tenéis arriba resalta el elemento cínico que Ennis plantea para esta historia. Porque sugiere que estamos ante un «Butch Cassidy and Sundance Kid», un climax impactante y super comiquero. Cuando en realidad la situación anticlimática que se plantea representa mucho mejor el elemento desolador de la historia de Ennis, en el que no siempre las buenas personas sobreviven y los malos pagan por sus pecados.

Garth Ennis es famoso por su amor por las historias bélicas, pero en este Punisher: Get Fury, al igual que en la primera miniserie de Fury Max, está planteando una comic con lo peor de la historia de los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX, en la que los que deberían ser los héroes son seres despreciables que merecerían morir. Sin duda el mundo estaría mucho mejor sin ellos, lo cual es una de las cosas más interesantes y distintivas de este comic. Y en general, de la obra reciente de Ennis. Y que convierten la obra del escritor irlandés en una rara avis dentro del mainstream americano. Lo que es otro motivo más para que la compra sea obligada y el disfrute máximo.

A pesar de la nula promoción de Marvel, me gustaría pensar que este Get Fury se va a vender lo suficientemente bien como para que Marvel se anime a contratar de nuevo a Ennis para nuevas historias, ya sea de Punisher o de este nihilista Nick Fury.

Comparto las primeras páginas del comic:

Get Fury es un comic estupendo con un final desolador que nos muestra la peor cara del militarismo salvaje de los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX. Ojalá Marvel se atreva a dejar que Garth Ennis siga haciendo todas las series que quiera con estos personajes.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Nightwing 114-118 de Tom Taylor y Bruno Redondo (DC Comics)

Termina la histórica etapa de Tom Taylor y Bruno Redondo en Nightwing con el arco Fallen Grayson que se ha publicado en los números 114 a 118 de su serie regular. Ahora que por fin me llegó el último número analizo este último arco, y en general toda la etapa que ahora termina.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡ÚLTIMO ARCO DE LA PREMIADA SERIE DE TOM TAYLOR Y BRUNO REDONDO!

Embárcate en un emocionante viaje por las calles de Blüdhaven y despídete del dúo dinámico formado por Tom Taylor y Bruno Redondo en la épica conclusión de su galardonada serie. Una vez superado el miedo de Nightwing a las alturas, regresa a Blüdhaven para enfrentarse por última vez a Heartless y Tony Zucco. Es la batalla que todos estabais esperando. Y si algo hemos aprendido de Nightwing estos dos últimos años, es que nunca tiene que hacerlo solo. Una cosa es segura, Blüdhaven nunca será lo mismo después de esto.

A partir de ahora, cuando hablemos de Nightwing uno de los nombres que asociaremos automáticamente al personaje va a ser el de Bruno Redondo. El artista español se une al panteón de artistas ilustres de Nightwing junto a George Pérez o Scott McDaniel, entre otros, con un estilo que combina la personalidad, la humanidad y la fluidez en la página. Dick Grayson nunca ha lucido más espectacular como lo ha hecho Redondo, y Redondo ha conseguido además que volviera a enamorarme de Barbara Gordon. Hablaba de la humanidad que transmiten los personajes de Redondo, y para mi esta es su principal virtud, porque cuando lees sus comics sientes que Dick y Barbara (o los demás) son personas reales que te podrías cruzar por la calle. Hay por supuesto una parte de aventura superheroica, pero la parte en que más han acertado con Nightwing es la caracterización de los protagonista.

El trazo claro de Redondo siempre ha ayudado a contar la historia de la forma más clara y dinámica posible, hasta el punto que en muchas ocasiones los textos de Taylor no eran necesarios para entender y disfrutar la historia. Y sobre todo, Redondo se ha convertido en una super estrella del mainstream gracias a su espectacular estructura de la página y sus atractivas composiciones, que resaltaban el aspecto atlético y gimnástico de Nightwing.

Y no me quiero olvidar del color de Adriano Lucas, que con su paleta de color luminosa ha transmitido de forma increíble el feel-good que el comic necesitaba para ayudar a que conectáramos con Dick y los demás. Además, cuando la cosa se ponía chunga Lucas también ayudaba a generar la tensión que la acción necesitaba.

El dibujo de Nightwing cuando lo ha dibujado Bruno Redondo es de 10. De 11 incluso.

Que lo mejor de Nightwing ha sido el dibujo de Bruno Rendondo es una obviedad. Y esto es lo mejor de la colección, pero también resalta el problema que en realidad ha tenido el comic. Porque cuando Redondo la dibujaba, el comic es un espectáculo, pero los numerosos artistas fill-ineros de la colección convirtieron a Nightwing en un comic montonero. Artistas como Travis Moore o Steven Byrne no pudieron estar a la altura y convirtieron un comic con una narrativa brillante en algo aburrido y sin interés.

Esto es sin duda es un problema, pensando que Redondo dibujó el maravilloso número 105 dibujado desde el punto de vista de Nightwing, y no volvió hasta el 114 que inicia este último arco Fallen Grayson. Lo que significa que en esta última etapa Nightwing estuvo 8 meses sin disfrutar del arte de Redondo. Pero es más, de los últimos 18 números de la colección Redondo sólo dibujó 5, lo que hace complicado que podamos calificar la colección de Nightwing como de Taylor y Redondo en este último año y medio.

Entrando en las historias de Tom Taylor, empezando por las cosas positivas, me gusta la falta de ego de un escritor cuando comprende que lo excepcional de un comic es el dibujo de Redondo y sabe quitarse de en medio y plantear argumentos que ayuden al lucimiento de su colaborador. En este mundo de personalismos, me gusta mucho la capacidad de saber jugar en equipo de Taylor.

Aparte de plantear escenas de acción en las que Redondo se luce, Taylor ha planteado su etapa para resaltar la humanidad de Dick Grayson y como probablemente sea el mejor héroe de DC por encima incluso de la Trinidad de Batman, Superman y Wonder Woman. Pero en muchos momentos nos hemos encontrado con un Dick Grayson super bueno y super empático rodeado de gente que nos cuentan a los lectores reiteradamente que Nightwing es el mejor héroe de todos. Pero cuyas acciones no confirman esa afirmación. Por ejemplo cuando todo hijo de vecino descubre su identidad secreta. O cuando todo el mundo le derrota, sobre todo si son mujeres. Pensando en el arco de Melinda Zucco (que luego cambiaría su apellido por Grayson), o la antigua novia de Dick Bea Bennett, convertida en reina pirata de Bludhaven.

La vida privada de Dick ha cobrado un mayor protagonismo en la etapa de Tom Taylor. El grupo de secundarios de Nightwing se ha incrementado con el descubrimiento de que Dick tiene una hermana secreta (Melinda) y a devolverle el protagonismo a Bea Bennett, la pareja de Dick en su etapa en la colección de Grayson. Y por supuesto, con la recuperación de Barbara Gordon, confirmada como el alma gemela de Dick y el amor de su vida. La parte de la historia de amor de Dick y Barbara es de largo lo que más me ha gustado de esta etapa de Tom Taylor.

Sin embargo, es precisamente la parte superheróica la que más ha flaqueado, más allá de las acrobacias espectaculares dibujadas por Redondo. Aparte de recuperar a Blockbuster, el villano de la etapa de Chuck Dixon y Scott McDaniel, y Tony Zucco, el asesino de los padres de Dick, el principal villano de la etapa de Taylor ha sido Heartless, el villano de este último arco de Nightwing Fallen Grayson. Un villano que no va a pasar a la historia de la colección y que de alguna manera representa el evidente aspecto woke de la colección. Porque hablamos de un rico hombre blanco hijo de papá que literalmente arranca los corazones de hombres de clase trabajadora para sobrevivir, siendo la personalización de la metáfora del parásito rico de raza blanca cuya riqueza y bienestar proviene de la explotación de la gente normal. Tom Taylor creó a Heartless, y Tom Taylor ha acabado con él, de forma que va a quedar para siempre como un villano asociado a él. Pero que no era demasiado interesante para empezar, por lo que me extrañaría que nadie quisiera utilizarle de nuevo en el futuro.

El otro aspecto más polémico de la colección desde un punto de vista woke es que Taylor responde a la polémica artificial que se planteó hace años en las redes sociales por gente que no lee comics que afirmaban que los comics mainstream de superhéroes eran ridículos y estaban alejados de la realidad porque mientras el héroe pelea contra el colorido villano de turno, en realidad evitan solucionar los problemas de la gente corriente que sufre por culpa de la pobreza. El argumento no puede ser más maniqueo y falso, porque aunque no se vea en cada comic que se publica de Batman, Bruce Wayne da millones a causas benéficas. Pero claro, el hombre blanco rico se ha convertido en el enemigo público número 1 para algunas personas y organizaciones de izquierdas, independientemente de lo que hagan en realidad. Y aparte de lo ridículo que es exigir «realismo» a un comic de superhéroes que en un porcentaje muy grande se trata de un entretenimiento escapista. Precisamente si algo no quiero al leer comics de superhéroes es encontrarme las mismas mie%$· que tengo en mi día a día. Pero algunas personas si se creen con derecho a decirle a los creadores y a las editoriales qué deben incluir sus historias

Taylor debió de pensar que algo de razón tendrían estas críticas sobre la falta de contenido «social», dado que ha hecho que una parte muy importante de su etapa gire con la forma en que Dick usa el dinero que ha heredado de Alfred Pennyworth para ayudar a los pobres de Blüdhaven, en especial a sus niños huérfanos. Comentaba en positivo el interés de Taylor de mostrar a Dick Grayson, no a Nightwing, como el mejor héroe del universo DC, y es precisamente con esto como Taylor nos muestra la faceta más altruista y comprometida de Dick para ayudar a sus vecinos. Este foco que es positivo se convierte, viendo el vaso medio vacío, en lo que provocó que leyendo muchas aventuras sintiera que las cosas que le vemos hacer a Nightwing no fueran demasiado interesantes. Porque no lo eran, en cierto sentido, Nightwing se convirtió en secundario de su propio comic.

He hablado mucho de la etapa en su conjunto, y muy poco de este arco Fallen Grayson. Y en positivo, todo comic dibujado por Bruno Redondo es una pasada y una gozada de leer. Lo digo muchas veces, pero el comic es ante todo un medio visual, y la diferencia entre el éxito o fracaso de un comic pasa por tener un artista TOP como Redondo o cualquiera del artistas mediocres que le sustituyeron en el último año. Cada grapa de Fallen Grayson tiene varios momentazos visuales y su lectura es un placer. El detalle de ver a Bruce Wayne acudir a Blüdhaven a ayudar a Dick ofrece un momentazo muy muy chulo, sin ir más lejos.

Fallen Grayson nos muestra el plan de Heartless para destruir todo lo que Dick Grayson ha construido para ayudar a la gente de Bludhaven. La historia tiene un montón de convencionalismos para hacer avanzar este plan que en realidad no molesta porque sin eso no hay historia. Lo que nos lleva al clásico «fall-from-grace» que nos lleva a que Dick se levante de cara al contraataque que tendremos en el climax final del último número. Un tema importante del último año y pico de historias de Taylor es que Dick sufre unos ataques de pánico (o de vértigo) cada vez que se subía a un lugar elevado, lo que obviamente le impedía realizar muchas de su labores de superhéroe. La explicación del motivo de este vértigo y su conexión con el pasado de Dick y la muerte de sus padres acaba siendo una pequeña gran chorrada que resume en parte los problemas de las historias de Nightwing de Tom Taylor una vez perdían el salvavidas del dibujo de Redondo.

Y es que en su conjunto, las historias de Tom Taylor como mucho creo que están «correctas». Muy bien en la parte emocional de Dick Grayson como persona de carne y hueso, pero bastante mediocre cuando pensamos en la parte superheroica. Con lo chula que empezó esta etapa con el lejano Nightwing 78 publicado a primeros de 2021, el final me ha parecido que ha quedado bastante descafeinado. De nuevo, pensando en la historia de Taylor, porque el dibujo de Redondo es TOP. Lo que si tengo que agradecer a Taylor y Redondo es que fruto de su buen trabajo me hicieron comprar un comic de DC en continuidad, algo que hacía años que no hacía. Y que creo que fue el germen de todos los comics que poco a poco he vuelto a comprar de la editorial de Batman y Superman.

Quiero terminar esta entrada con la última página de esta etapa, que Redondo dibuja y colorea. Una pagina maravillosa que homenajea el cuadro Noche estrellada de Van Gogh y que me parece una maravilla que transmite perfectamente la emoción que nos ha dado este comic. A pesar de las cosas con las que no he conectado, quiero dar las gracias a Taylor, Redondo y todo el equipo de DC por esta etapa de Nightwing. Conseguisteis entrar en mi corazón y es algo que recordaré toda la vida.

Comparto las primeras páginas del número 114 que dan comienzo a este último arco de Taylor y Redondo:

Termina Nightwing de Taylor y Redondo. Y lo hace con una sensación agridulce, porque una etapa que pintaba a histórica se fue diluyendo con el paso de los meses. Y sobre todo, por la ausencia de Redondo durante muchos meses.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Gladiator 2 de Ridley Scott

24 años después de Gladiator Ridley Scott nos trae una segunda parte protagonizada por Paul Mescal y Denzel Washington.

PUNTUACIÓN: 7/10

Años después de presenciar la muerte del admirado héroe Máximo a manos de su tío, Lucio (Paul Mescal) se ve forzado a entrar en el Coliseo tras ser testigo de la conquista de su hogar por parte de los tiránicos emperadores que dirigen Roma con puño de hierro. Con un corazón desbordante de furia y el futuro del imperio en juego, Lucio debe rememorar su pasado en busca de la fuerza y el honor que devuelvan al pueblo la gloria perdida de Roma. (FILMAFFINITY)

Sir Ridley Scott (Inglaterra, 1937) va a cumplir 87 años a final de este mes de noviembre. Y ya me gustaría llegar a su edad con la vitalidad y la cabeza del director inglés, uno de los grandes directores del cine comercial de los últimos 40 años. Debutó como director de cine con Los duelistas (1977) y obtuvo un mayor reconocimiento con su siguiente película, Alien (1979). Sus películas abarcan un amplio abanico de escenarios históricos, desde la Roma del siglo II en Gladiator (2000), la Jerusalén del siglo XII en El reino de los cielos (2005), la Inglaterra medieval en Robin Hood (2010), la antigua Menfis en Éxodo: dioses y reyes (2014), la Mogadiscio contemporánea en Black Hawk derribado (2001) y los paisajes urbanos futuristas de Blade Runner (1982) y diferentes planetas en Alien, Prometheus (2012), The Martian (2015) y Alien: Covenant (2017). Varias de sus películas también son conocidas por sus fuertes personajes femeninos, como Alien, Thelma & Louise (1991) o La Teniente O´Neil (1997). Y en general ha demostrado que puede hacer lo que quiera, con películas como Black Rain (1989), Legend (1985), Hannibal (2001) o American Gangster (2007). Aunque en alguna ocasión parecía perder el rumbo como con Prometheus (2012), luego se saca de la manga peliculones como The Martian (2015) que demuestran que quien tuvo retuvo. En los últimos años y ya sobrepasando los 80 años, Scott parece que se encuentra en una madurez creativa en la que no quiere parar ni un segundo, quien sabe si por el temor de no poder rodar más adelante. El último duelo (2021), La Casa Gucci (2021), Napoleón (2023) y Gladiator 2 (2024) se han rodado una detrás de la otra sin casi un segundo de respiro.

Gladiator fue un fenómeno en el momento de su estreno en 2000. Aparte de hacer un taquillazo en todo el mundo, ganó cinco Oscars, entre ellos el de mejor película y mejor actor para Russell Crowe. No sorprendió que desde 2001 se intentara realizar algún tipo de continuación, ya fuera como precuela o como secuela, incluso buscando la fórmula para que Russell Crowe pudiera protagonizarla. Tras múltiples tratamientos, finalmente la película que se ha estrenado cuenta con un guion de David Scarpa, colaborador de Scott en los últimos años que ha escrito los guiones de Todo el dinero del mundo (2017) y Napoleón (2024), a partir de una idea suya y de Peter Craig.

Gladiator II cuenta con un enorme presupuesto superior a los 200 millones de dólares y se ha rodado en localizaciones en Marruecos, Malta y Gran Bretaña. La película ha contado con fotografía de John Mathieson, montaje de Claire Simpson y Sam Restivo y música de Harry Gregson-Williams, recuperando varios de los temas de la clásica banda sonora de Hans Zimmer.

En el reparto tenemos a Paul Mescal como Lucius Verus, también conocido como Hanno. El antiguo heredero del Imperio Romano e hijo de Lucilla (Connie Nielsen, que retoma su papel en Gladiator) y Maximus Decimus Meridius (interpretado por Russell Crowe en el clásico de 2000). Pedro Pascal es Marcus Acacius, un general romano que se formó con Máximo y marido de Lucilla. Además, el carisma y la personalidad en la película corren a cargo de Denzel Washington como Macrinus, un antiguo esclavo que posee un grupo de gladiadores entre los que se encuentra Lucius.

Otros miembros del reparto son Joseph Quinn como el emperador Geta, co-emperador de Roma junto a su hermano, Caracalla (Fred Hechinger); Lior Raz como Viggo, el entrenador de gladiadores de Macrino; Alexander Karim como Ravi, un antiguo gladiador que ganó su libertad y luego eligió servir como médico, y Sir Derek Jacobi como el senador Gracchus, retomando su papel de la película original.

Gladiator 2 cumple en la parte de espectacularidad y de producción de gran escala que merece verse en pantalla grande. La película tiene un diseño de producción excepcional, a lo que habría que sumar el vestuario, la peluquería, el atrezzo y resto de elementos. Aparte de un uso del CGI bastante adecuado que ayuda a aumentar la sensación arquitectónica de la película, en la mayoría de escenas hay un montón de personas en plano que hace que la película recuerde a las producciones clásicas del cine de aventuras. Precisamente las película que la primera Gladiator buscaba emular y homenajear.

Hablando del reparto, es una pasada ver a Denzel Washington en pantalla. De hecho, puede decirse sin temor a equivocarse que Washington se come la película con su carisma y presencia, y se apropia de todas las escenas en la que aparece, que son muchas. Sorprendentemente, muchas más de las que hubiera pensado a priori. Esto por un lado es mérito de Washington, una de las últimas estrellas de Hollywood que sólo por él merece pagar por ver una película en el cine. Pero por otro, hay que decir también que el correcto Paul Mescal no tiene el carisma que se le supone a una estrella de cine. Y que si tenía Russell Crowe. Y tener a una figura como Washington todavía resalta más este hecho.

Para ser una película de casi dos horas y media con una estructura bastante previsible, hasta que deja de serlo, lo cierto es que Gladiator II ofrece un entretenimiento de primer nivel que consigue que la película nunca se haga larga. En ese sentido, aparte de algunos problemas del guion y el montaje, el poderío visual y narrativo de Ridley Scott con 86 años me vuela la cabeza. Es digno de elogio ver la forma en que Scott está consiguiendo estrenar películas con esta escala arquitectónica todos los años. Y que a pesar de lo que a continuación comentaré, son películas que merecen verse en pantalla grande y que sales de verlas pensando que ha sido un dinero bien invertido.

Sin embargo, dentro de ser entretenida, en realidad Gladiator II palidece en todo cuando se compara con la primera película del año 2000. Por supuesto el problema de tener a un protagonista como Paul Mescal que está sólo correcto es un problema. Exceptuando a Denzel, otro problema del reparto es que todos están correctos, pero no llegan a tener forma de lucirse. Otro damnificado de la comparación es Joseph Quinn como el emperador Geta, uno de los villanos de la película. Y que queda en segundo o tercer lugar ante la compleja creación que Joaquin Phoenix hizo en la primera película. Y como digo, no es que crea que algún actor está «mal», sino que estar correcto no acaba de cubrir las expectativas. Dicho esto, ver lo desaprovechado que está Pedro Pascal en la película si podría ser un motivo de queja.

Gladiator II es un blockbuster que repite muchos de los convencionalismos de las películas «legado» de franquicias de éxito que llevamos viendo en los últimos años. Excepto por la parte del giro final que prefiero no comentar, en realidad en cuanto a estructura la película es idéntica a la primera Gladiator, con una primera batalla, Lucius hecho esclavo y siendo comprado por un empresario de gladiadores que le llevará a Roma. Todo parece familiar porque lo es, y como digo nada mejora a lo que vimos en 2000. Ni siquiera la batalla naval del coliseo , con toda su espectacularidad, llega a igualar las diferentes escenas de la película original. Y esto no es bueno.

Gladiator II tiene un exceso de devoción hacia la primera película, empezando por la mítica música de Zimmer, que fuerza demasiadas escenas para que provoquen esa sensación en el espectador, pero que narrativamente no tienen sentido en la película. Por ejemplo, cuando Lucius grita al final «Fuerza y Honor» que es repetido por el resto de gladiadores, cuando es una frase que no se había verbalizado antes y no significa nada para esta generación de guerreros. O la escena de la mano de Maximus tocando el trigo, que le hace recordar su casa. Algo que tampoco tiene sentido porque esa escena le recordaba a Maximus su casa EN HISPANIA con su mujer y su hijo, algo que Lucius nunca vivió y no tiene forma de saber. Y está claro que es una escena de su imaginación, pero no puede imaginar lo que no vio ni sintió por sus propios medios. Si me ha gustado ver a Connie Nielsen retomando su papel de Lucilla, y lo mismo para Derek Jacobi como el senador Gracchus. Estos detalles si que me gustaron mientras vi la película. Pero la parte del legado de la película me parece exagerado y mal llevado en algunos momentos.

Luego hay otro tema controvertido, que es el giro que hace que haya película, y es el descubrimiento que Lucius es en realidad hijo de Maximus, que tuvo una aventura con su Madre. En realidad esto es algo que nunca se sugiere en la película. Y lo que es más, esta retrocontinuidad deja en mal lugar al personaje interpretado por Russell Crowe, ya que por un lado engañó a su esposa con Lucilla, y por otro en la película no muestra ninguna conexión paterno – filial con Lucius. Porque no había ninguna. Entiendo que sin este añadido no hay película, pero es algo que no se si me funciona, aparte de lo que significa de mancha para el honor de Maximus.

Comento que las escenas del coliseo, o en general cualquier escena de acción, no son tan espectaculares respecto a la primera. Pero es que en realidad creo que están más contadas. O más concretamente, parece que son escenas con un montaje atroz. Porque en Gladiator cada combate tenía una estructura y un final muy claro. Sin embargo, en Gladiator II hay combates cuyo final no se ve en pantalla porque el montaje precipita un no-final. Por ejemplo en la escena contra los monos o en el combate marino, que están combatiendo y de repente fin. No se si dentro de un año Scott nos sacara un «montaje del director» con una hora más de metraje en la que veamos la conclusión de estas escenas, pero no lo descarto porque Scott es muy fan de estos montajes ampliados, ya desde sus tiempos de Blade Runner. Pero lo cierto es que no siendo un problema gordísimo, si es cierto que son escenas que no lucen como deberían y que me dejaron una sensación sorprendente no para bien mientras veía la película.

Creo que Denzel Washington es lo mejor de la película. Pero siguiendo con el guion, los giros y las sorpresas que hay alrededor del personaje de Macrinus son muy locos. Con un plan que en algunos momentos resulta inverosímil siendo elegante en mi valoración. Luego hay un elemento sobre lo que aún no me he decidido, y es qué analogía tiene Macrimus respecto al mundo actual. Porque todo el entretenimiento mainstream tiene un factor de metáfora de la actualidad. ¿Lo de Macrimus es una metáfora de los peligros de los populismos que trabajan dentro de las instituciones para dinamitarlas cuando alcanzan el poder? Podría ser.

Con todo, Gladiator II resulta super entretenida. Pero la verdad es que el climax final es una sucesión de situaciones demasiado convenientes (o directamente locuras) que provocó que no fuera satisfactorio. Sobre todo con el final homenaje al personaje de Russell Crowe que no pinta nada en ese momento. Pero también con la duda de cómo va a hacer Lucius para conseguir que el «sueño de Roma» que tenía su abuelo el Emperador Marco Aurelio pueda hacerse realidad. Y que a priori y por lo visto en la película, sólo podrá conseguirse mediante una dictadura autoritaria que le permia a Lucius llevarlo a cabo.

Dicho todo esto, creo que Scott tenía todo el derecho de hacer esta película si le apetecía hacerla en este momento de su vida. Desde luego, hacer dos películas con 24 años de diferencia no considero que sea «ordeñar la vaca», dentro que seguro los estudios si piensan que dar luz verde a una película de un concepto popular sea la forma más fácil y sin riesgo de ganar mucho dinero. (Aunque ojo al enorme presupuesto de la película, que exige que recaude más de 550 millones de dólares en todo el mundo sólo para cubrir costes). En ese sentido, mi madre que apenas va al cine me dijo que la apetecía verla y fuimos juntos al cine. Y mi sala el miércoles estaba llena a rebosar, algo que se repitió en todas las sesiones del cine de ese día y que no es para nada habitual. Algo que me sugiere que en realidad el público SI teniamos ganas de ver otra película de gladiadores, dado que en más de 20 años no se había estrenado nada similar. No tengo duda que Gladiator II no va a perder dinero, lo que sería una muestra del buen ojo comercial del director inglés.

Gladiator II es inferior a la primera película de 2000, pero eso no quita que sea muy disfrutable, y que crea que pueda empatizar con varias generaciones de espectadores. Ahora mismo, en la cartelera no hay una película que entretenimiento a la escala que nos presenta Scott. En eso también creo que Scott es un productor mu hábil que sabe dar al público lo que no sabe que necesita.

Comparto el trailer de la película:

Gladiator II es entretenida y espectacular, pero se queda muy lejos del carisma y la fuerza de la primera película.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Conan The Barbarian 13-16 de Jim Zub y Doug Braithwaite (Titan Comics)

El cuarto arco de Conan The Barbarian de Jim Zub y Doug Braithwaite es un homenaje y una actualización de La hija del gigante helado, el clásico relato de Robert E. Howard.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Tras abandonar Cimmeria lleno de ansias de viajar, un joven Conan se dirige al norte en busca de gloria.

Lo que encuentra en ese frío clima cambiará su perspectiva para siempre, poniéndolo en el camino que lo convertirá en una leyenda.

¡La triunfante nueva era de Conan continúa en esta historia de brutal aventura heroica de los aclamados creadores Jim Zub (Vengadores, Dragones y Mazmorras) y Doug Braithwaite (Punisher, Justicia)!

Frozen faith es el título de este cuarto arco de Conan The Barbarian, que se ha publicado en los números 13 a 15 de la actual etapa del cimmerio en Titan Comics.

Por entrar directamente con lo que a priori es lo menos bueno del comic, una de las cosas que más me han gustado de la actual etapa de Conan The Barbarian en Titan Comics es que Jim Zub estaba contando nuevas historias en lugar de pretender recontar historias de Howard que ya he leído en múltiples ocasiones. Descubrir que Zub planteaba realizar una nueva versión de La hija del gigante helado podía ser un paso en la dirección incorrecta. Pensando sobre todo que en muy pocos meses había releído la versión de Marvel Comics de Roy Thomas y Barry Windsord-Smith, la de Dark Horse de Kurt Busiek y Cary Nord, y la versión europea de Glenat a cargo de Robin Recht.

Sin embargo, Jim Zub plantea este arco desde dos puntos de vista originales que consiguen que que este arco sea una historia importante para la mitología de Conan. Aparte de contar el encuentro de Conan con Atali, la hija del Dios Ymir, lo que es la historia básica de Robert E. Howard, Zub añade dos puntos de vista originales a la historia. En primer lugar, haciendo que veamos la historia desde el punto de vista de Atali, un ser frío que ve a los hombres como juguetes salvajes que sólo nacen para morir y para proporcionarla una diversión efímera que la salve del aburrimiento. Las reflexiones de Atali sobre los violentos hombres del norte son un reflejo de los pensamientos de Howard y de la dureza de este mundo basado en el matar o morir.

Por otro lado, Zub reflexiona sobre el propio Conan y como ya desde niño era diferente al resto de niños de su tribu. No sólo por sus ansias de aventura, sino por dudar de la existencia de Crom y de cualquier cosa que no puede sentir con sus sentidos. Eso ya le supuso una regañina de su padre (aunque con sorpresa final), y cuando empezó sus aventuras esperaba una revelación que cambiara su visión del mundo. Esta historia de La hija del gigante helado claramente cambia la percepción de Conan de su mundo. Porque ahora Conan ya tiene la confirmación de que los dioses SI existen. Y si existe Ymir, por supuesto Crom será también real. Sin embargo, ese conocimiento no cambiará la vida de Conan, que a estas alturas ya ha descubierto que para sobrevivir debe querer vivir más que sus enemigos. Y por tanto, deberá aprovechar cada momento como si fuera el último, porque de hecho sabe que es este mundo inhóspito, es posible que lo sea.

Para ser un nueva versión de una historia contada en múltiples ocasiones, me alegro que Zub haya acertado en la forma que ha planteado su historia. Aunque no estaba muy a favor a priori de esta historia, reconozco que el buen trabajo de Zub me ha ganado completamente.

En la parte del dibujo tenemos a Doug Braithwaite con color de Diego Rodríguez. Reconozco que a nivel general me gusta mucho más Rob de la Torre, el artista con el que Braithwaite se ha ido intercambiando en los diferentes arcos de la colección. Pero a verdad es que Braithwaite ha resultado el dibujante perfecto para este arco. Empezando porque Jim Zub comenta que este arco surgió de conversaciones entre ambos en las que el dibujante le expresó su interés en esta historia clásica de Howard, que Zub consiguió darle el toque de novedad para que funcionara.

Frozen Faith tiene paisajes desolados que resaltan el poder de la Naturaleza, ante la cual los hombres no son más que hormigas. La muerte es una constante en medio del invierno del norte, y Braithwaite lo refleja perfectamente en la página, al igual que el salvajismo que se vive en el campo de batalla, con momentos bestiales que son puro Conan. Y que por momentos incluso parece que van un paso más allá de lo que estamos acostumbrados ver en un comic de Conan El Bárbaro.

Pero también me ha gustado mucho su dibujo en la parte en la que vemos al joven Conan cuestionar las creencias de su padre y su pueblo sobre la existencia de Crom y cualquier ser sobrenatural que no pueda ver con sus ojos o sentir con sus sentidos. Al mismo tiempo, la fría belleza de Atali, la hija de Ymir, es sensual y dura al mismo tiempo, dejando claro que es una cazadora acechando a su presa.

Frozen faith tiene un dibujo excelente que sabe sacar todo el partido a la historia de Jim Zub, siendo para mi lo mejor que le he visto a Doug Braithwaite hasta la fecha.

El nivel que está disfrutando la colección de Conan The Babarian me parece alucinante. Estoy encantado de que Titan Comics esté cuidando de esta manera a la creación de Robert E. Howard. Mientras Zub mantenga esta consistencia y Titan siga invirtiendo en dibujantes de primer nivel como hasta ahora, me veo comprando este comic durante mucho tiempo.

Comparto las primeras páginas del número 13 USA:

Conan The Barbarian sigue disfrutando de una edad de oro gracias a su nueva etapa en Titan Comics. Y este arco Frozen Faith me ha dado una profundidad que no esperaba en una historia que ha sido contada en multitud de ocasiones.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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